En cuanto Doña Martha los vio entrar, les pregunto enseguida como les había ido en su paseo, Camila le dijo que muy bien y Gerardo que había sido un muy buen día, luego le preguntaron a ella y dijo que en un principio algo aburrido, pero que luego un señor se acerco a ella y le hizo platica, y que ya con el se la paso menos mal pues platicaron muy bien ya que el señor era muy interesante y divertido, luego Camila le dijo, “ah pues muy bien mami, que bueno que no te aburriste, pero dime, cogiste con este señor”.
Doña Martha la miro y le sonrió al tiempo que le dijo que no, “la verdad es que era muy ameno pero no me gustaba, así que me la pase muy bien con su compañía pues me divirtió y platicamos muy bien, pero nada mas hija, luego me fui a comer yo sola y me subí aquí al cuarto, y me quede como una hora dormida, hasta hace rato que me levante y me metí a bañar, tiene apenas unos minutos que salí de la regadera”.
Gerardo les dijo que se metería a bañar y las dejo ahí platicando, cuando salio el entro Camila y una vez que estuvieron solos, Doña Martha le pregunto si había estado bueno el paseo, el le dijo que si, pero que también la había extrañado, Doña Martha al escuchar esto le dijo que ella igual lo había extrañado y luego le dijo que habían sido unas muy buenas vacaciones, luego cuando salio Camila se pusieron entre todos a arreglar sus cosas, pues al otro día había que volver de nuevo a la ciudad y cuando el termino, como se sentía exhausto, se acostó de nuevo en el sillón mientras que ellas terminaban y se quedo profundamente dormido.
Al otro día se levanto, se sentía cansado y miro que madre e hija seguían dormidas, vio la hora y se levanto a despertarlas pues tenían que bajar a almorzar y planear que harían pues a las tres de la tarde salía su vuelo de regreso, luego de despertarlas, todos se vistieron y salieron del cuarto al igual que del hotel pues fueron a almorzar fuera.
Realmente fue un rato muy ameno el que pasaron mientras caminaban y luego cuando almorzaban, dijeron que tenían que volver a repetir las vacaciones pues habían sido grandiosas, y así pasaron el resto de la mañana, luego regresaron por sus cosas, desalojaron la habitación y salieron de ahí con rumbo al aeropuerto, su vuelo salio a la hora indicada y tuvieron un vuelo sin problema alguno, llegaron a la ciudad y de ahí ella tomaron un taxi para su casa y el se fue en transporte a la suya.
Llego a su casa y su esposa lo recibió bastante efusiva, pero el ya no era el mismo, el viaje lo cambio por completo, y no solo el viaje, la vida que había comenzado a vivir desde el primer encuentro con Doña Martha y Camila de nuevo lo hicieron cambiar, como la primera vez cuando trabajo con Doña Elvira y Ximena, volvía a lo mismo, pues a pesar de que había acordado con Doña Martha que no trabajaría lunes y martes, a el poco le importo esto y el lunes se presento en la casa de Doña Martha, pues se sentía deseoso por estar con ellas.
De nuevo su vida comenzó a tomar un ritmo diferente, pues se la pasaba en la casa, si les hacia los servicios de chofer, aun seguía con eso, pero todos los días tenia sexo con Doña Martha y con Camila, en la mañana era la madre y por la tarde la hija.
En cierta ocasión las dos estaban indispuestas pues les había llegado el periodo y el para no quedarse así, se las ingenio para coger con Flor.
Todos los días llegaba tarde a su casa, llegaba cansado y no le hacia caso a su mujer ni a sus hijos, y ante los reclamos de ella hacia oídos sordos, y eso fue en un principio, pues después comenzó a faltar, poco a poco fue haciéndolo pues se quedaba en la casa de Doña Martha, teniendo sexo con ella o Camila y en ocasiones con ambas, en casa no faltaba el dinero, siempre cumplía con esas necesidades, pero con las afectivas ya no, se había olvidado por completo de ellas.
Así pasaron meses, ya eran varios pero como era de esperar, Camila fue la primera en comenzar a hartarse de el, fue quien comenzó a alejarse y poco a poco dejo de tener sexo con Gerardo, ahora su vida se relacionaba con Alfonso, el muchachito que conoció en las vacaciones, pues el a pesar de lo vivido, la había buscado para salir, al grado de enamorarse y hacerla su novia.
Doña Martha seguía teniendo sexo con el, pero también ya se estaba fastidiando, y el echo que colmo la situación fue en cierta ocasión, cuando una de las tantas visitas que hacia cada semana a su cuñado Ulises, quien siempre había vivido enamorado de ella, por fin se armo con un poco mas de valor y le dijo, “Oye Martha, como veras la empresa y los negocios están funcionando a la perfección, este ultimo años las utilidades han sido mucho mejores que otros años, así que para festejar me gustaría mucho que aceptaras una invitación a cenar, para celebrar todo esto, hay un restauran buenísimo, muy lujoso y donde sirven una deliciosa cena y el mejor de todos los vinos”.
“Pues mira Ulises, todo este crecimiento en la empresa y los negocios es nada mas gracias a ti, la verdad es que si tu no te hubieras echo cargo de esto, tal vez ya hasta hubiera vendido todo, pero gracias a ti es que esto esta a la perfección, y pues con la invitación a cenar, te la voy a aceptar en agradecimiento por todo lo que has hecho por mi”.
A Ulises le brillo el rostro y con toda la felicidad que esto le provocaba se puso de un contento enorme, -gracias Martha por aceptar, que te parece si paso por ti a tu casa a las ocho de la noche-, ella le dijo que estaba muy bien, luego se despidió de el y le dijo que lo esperaba en la hora acordada, y cuando salio, Ulises comenzó a brincar del gusto en su oficina, pensando en que tal vez seria la mas grande noche de su vida y realmente no estaba lejos de acertar pues el destino le tenia deparada lo mejor de su solitaria vida.
Mientras que Doña Martha al cerrar la puerta del despacho de Ulises, se sentía rara pero contenta, le entusiasmo el salir con el a cenar y sin poder explicarse el porque, luego recordó que el le había dicho que irían a un lujoso restauran y a su mente vino que no tenia ropa adecuada para tal acontecimiento, por lo cual decidió pasar a comprarse algo adecuado y así poder lucir bien y conforme a la situación se presentaba.
Así que en cuanto bajo al estacionamiento le dijo a Gerardo que la llevara a una prestigiada tienda departamental, lo cual hizo y en cuanto entraron al estacionamiento, el se disponía a salir del carro y acompañarla, pero para su sorpresa ella le dijo que no, que la esperara ahí pues ella quería ir sola, así que a el no le quedo mas que quedarse en el auto y aburrirse en gran forma.
Doña Martha compro lo que mas le gusto y luego ante el aburrimiento y la seriedad de Gerardo, tomaron rumbo a la casa y una vez que llegaron ahí se encerró por el resto de la tarde, en espera de la hora indicada por su cuñado.
Y justo eran las 8 de la noche, cuando sonó el timbre, Flor de inmediato fue abrir y noto que era el señor Ulises, como ella le decía, lo hizo pasar y fue directamente a la sala, Ulises apenas se había sentado en el sillón y había rechazado el ofrecimiento de Flor por un café o alguna bebida, cuando sus ojos se iluminaron por completo al ver aparecer por las escaleras a Doña Martha.
Luciendo un hermoso vestido largo y de color negro, ajustado a su cuerpo, delineando su delgada y bonita figura, mostrando un generoso escote, el cual era muy coqueto, nada vulgar pero si dejando ver parte de sus generosas tetas, realmente ***** hermosa, con sus zapatillas y medias negras, el cabello perfectamente bien peinado, con la pintura exacta en su rostro, simplemente hermosa.
“Buenas noches Ulises”, dijo ella, -este buenas noches Martha-, al tiempo que le daba la mano y la besaba de forma caballerosa, -permíteme decirte que te vez muy hermosa y creo que hoy seré la envidia de todo el restauran con tan hermosa compañía-, ella no pudo evitar sonrojarse un poco pero casi de inmediato dio las gracias por el cumplido.
“Nos vamos”, dijo ella y el de inmediato le dio el paso y en cuanto ella estuvo frente a el, no pudo evitar la tentación de mirar hacia abajo y ver como el vestido se le pegaba de forma deliciosa a sus nalgas, mostrando un hermoso, redondo y carnoso trasero, realmente se veía fenomenal, luego salieron de la casa y cruzaron el patio, ante la mirada de Flor y de Gerardo, quien se quedo mas que atónito por ver lo hermosa que se veía Doña Martha y mas aun por ver que salía con otra persona, por lo cual se sintió molesto y enojado, pero no dijo nada, solo apretó los puños, frunció el seño y se trago el amargo coraje que le invadía en ese momento.
Viendo como salían de la casa y subían al lujoso auto de Ulises, para después salir rápidamente de ahí.
Flor lo miro y de forma sarcástica le dijo, “que hermosa se miraba la patrona y no es por nada pero viendo bien, hacia muy buena pareja don el señor Ulises”, y una vez que dijo esto, Gerardo la miro con cierto coraje pero Flor, lo miro le sonrió y le dijo, “que, apoco creías que Doña Martha seria siempre para ti, por favor, acaso no te das cuenta de la posición en la que estas, ella es la patrona, es mujer de dinero, y aunque debo admitir que tu fuiste la principal causa por la que ella cambio y comenzó a arreglarse y verse mas bonita, pues a final de cuentas eres solo el chofer y punto, no estas a su altura”.
Esto hizo que el mas se molestara, -cállate, no estés diciendo estupideces quieres-, “vamos hombre, que pon los pies en la tierra, tu y yo somos iguales, pero con ellas no te puedes comparar, entiendelo ya”, Gerardo se estaba molesto, así que opto por salir de ahí, así que tomo sus cosas y salio rápidamente con rumbo para su casa, mientras que Flor lo miraba viendo como realmente estaba enojado.
Mientras tanto, Doña Martha y Ulises llegaban a un lujoso restauran, donde el lujo brillaba en todo su esplendor, personalidades de las mas altas esferas se encontraban ahí, así que ella no pudo evitar sentirse rara en un principio y pues no era para menos, no acostumbraba a visitar ese tipo de lugares, siendo que lo que le sobraba en la vida era dinero, pero el acostumbrado a este tipo de lugares, le dio tal confianza que la hizo relajar y disfrutar tanto el ambiente como el lugar.
Fue una deliciosa cena, acompañada del mas exquisito de los vinos y la mas placentera de las charlas, haciendo que el momento fuera mágico, hermoso y ella se sentía tan bien, que sus ojos comenzaron a ver de forma diferente a Ulises, en ese momento dejo de ser el hermano de su difunto esposo, ahora era un hombre, atractivo a la vista, de mundo, educado y que sabia tratarla a la perfección, tocando las mas delicadas fibras de ser, su mente y corazón.
Ella se sentía plena, los halagos y el trato de el la hacían sentir una mujer hermosa e importante, y entre platica y platica pasaron dos botellas de vino, ella se sentía alegre, efusiva, contenta y hermosa, el alcohol hacia efecto en ella, así como la interesante charla de Ulises, sus halagos, sus miradas, los roces de sus manos con las de ella.
Se sentía excitada, complacida y no podía evitar sentir crecer en su interior un enorme deseo por estar con el hombre que la estaba llevando a la luna con solo palabras, pero aun así guardaba su distancia, no demostraba por completo la atracción y el deseo que Ulises había despertado en ella, así que la charla continuo, el vino, la música de violín y de piano que se escuchaba de fondo para amenizar la cena y la estadía en el restauran.
Ya pasaba de media noche, el tiempo había volado, y ella no quería que terminara, pero era hora de salir, así que Ulises pago la extravagante cuenta y luego salieron de ahí, el manejo su lujoso automóvil, y en el camino las risas, la platica y las miradas no faltaron ni un solo segundo.
Llegaron a la casa de Doña Martha, ella le invito a pasar y entonces el metió su auto, luego entraron a la sala, ella le ofreció otra copa y el la acepto, ella se la sirvió y el le dio uno, dos tragos a su copa, luego la puso en la mesa de centro, respiro profundamente, se armo de valor, la miro a los ojos y le tomo las manos al tiempo que le decía.
-Martha, quiero que sepas que esta es la noche mas hermosa de mi vida, sabes algo, yo, bueno, perdona mi atrevimiento pero quiero que sepas que estoy enamorado de ti, que desde siempre lo eh estado, pero jamás me atreví a decirlo, no quiero ensuciar la memoria de mi hermano, por eso jamás dije nada, pero ya han pasado varios años y ya no puedo contener mas este sentimiento, por lo cual qui……..-, en ese momento Doña Martha le puso un dedo en la boca, haciendo que callara y no continuara.
“No digas mas”, luego ella se puso de pie ante la mirada expectante de Ulises, lo tomo de la mano e hizo que se incorporara, luego comenzó a caminar hacia las escaleras y el detrás de ella, sin decir una sola palabra, solo se limito a caminar por donde ella lo guiaba, hasta que pasaron una puerta, la cual se cerro una vez que el estuvo dentro, era el cuarto de Doña Martha.
Ulises volteo a mirarla, Doña Martha se acerco a el, y lentamente fue acercando su boca a la de Ulises, quien al sentir por primera vez el contacto de los labios de ella en su boca, no pudo evitar sentir una enorme emoción, en su estomago revolotearon mariposas, sus pies se levantaban del suelo, sintiendo como flotar en el espacio, sintiendo como ella lo besaba, lento y suave, sintiendo como las manos de ella acariciaban sus mejillas.
Luego ella soltó su boca, lo miro a los ojos y comenzó a caminar hacia atrás, lentamente, al tiempo que comenzaba a desabrochar su vestido, ante la expectante mirada de Ulises, viendo como ella una vez que se puso a un costado de la cama, lentamente fue dejando caer su vestido, el cual suavemente cayo al piso y dejo al descubierto el hermoso cuerpo del cual era dueña.
Los ojos de Ulises se abrieron al máximo, la imagen que se presentaba frente a ellos no era para menos, el ver a una mujer tan hermosa, con un brasier negro, el cual apenas cubría la mitad de sus grandes senos, un estomago plano, una tanga de color negro, con un par de hermosas y bien formadas piernas y adornadas con unas medias de color negro y sus zapatillas negras, eran simplemente para cortarle la respiración a cualquier hombre que presuma de serlo.
Sintió como un calor se apoderaba de su cuerpo y como su miembro se ponía duro y rígido cual espada, sus manos comenzaron a sudar, sus ojos contemplaba tan hermosa figura y luego vio como ella de forma coqueta, alzaba la mano y con un dedo le decía que se acercara, lo cual hizo casi enseguida y camino hasta ponerse frente a ella.
Quien estiro sus manos y comenzó a quitar la corbata y luego a desabrochar uno a uno los botones de la camisa, pero mientras hacia esto, fugazmente se acercaba, le daba un pequeño beso y de nuevo retrocedía, y lo hizo una y otra vez, hasta que no hubo botón alguno por quitar, la camisa cayo al piso, el torso desnudo de Ulises quedo al descubierto, y ella lo recorrió con sus manos, luego lentamente acerco su cara, abrió su boca y comenzó a besar el pecho y abdomen de Ulises, quien estaba completamente excitado, pero no hacia nada, dejaba que ella lo hiciera todo, que disfrutara y así disfrutar de sus anheladas caricias.
Ella lo besaba, mordía y recorría con su lengua cada centímetro de piel, y lentamente fue bajando hasta ponerse de rodillas frente a el, luego con sus manos comenzó a quitar el cinturón, luego desabrocho el pantalón, el cual cayo inmediatamente a los pies, y ella no pudo evitar sorprenderse por el enorme bulto que se marcaba debajo de la trusa, así que sin poder contener la curiosidad, de inmediato bajo la trusa y entonces salto ante su cara una grande, dura y gorda verga.
Con los ojos casi desorbitados, volteo a ver a Ulises al tiempo que le decía, “ohh por dios, pero es enorme”, y el sin decir palabra alguna, solo se limito a acariciar su mejilla y luego el cabello, como invitándola a que se metiera en la boca tremenda verga, y ella pensó por un instante, “es mas grande y gruesa que la de Gerardo, mmmm pero que delicia”, y sin mas, abrió su boca lo mas grande que pudo e introdujo el trozo de carne, la cual con trabajo y apenas pudo abarcar un poco mas de la gruesa cabeza, “mmff”, se escucho de su boca.
Ella luchaba por mamar lo más posible, por que su boca alojara la mayor cantidad de verga, pero le era imposible, como pudo chupaba y luego decidió lamerla por completo, así que la saco de su boca y con la lengua recorrió centímetro a centímetro, la longitud y el grosor de tremendo armamento, mientras el le seguía acariciando el cabello, dando pequeños gemidos por la calidez que la boca y lengua de ella le provocaban.
Doña Martha no pudo aguantar mucho, pues era tanto la exigencia que sentía en su boca que a los pocos minutos sentía que la mandíbula le dolía, “ahh no puedo, es tan grande que no puedo”, -no te preocupes linda-, le dijo el, al tiempo que le ayudaba a incorporarse, y entonces ya no fue pasivo, ahora el la abrazo y atrajo hacia el, sintiendo en su cuerpo la suavidad de la piel del cuerpo de ella.
La besaba con total pasión y con un amor reprimido por tantos años, provocándole un sin fin de sensaciones nunca antes sentidas por ella, luego el la levanto y la llevo a la cama, la recostó suavemente y ahí siguió besándola con total entrega mientras que sus manos acariciaban, centímetro a centímetro el suave cuerpo de Doña Martha.
“Hazme el amor Ulises, hazme el amor, te lo suplico”, dijo ella mientras que Ulises, bajaba lentamente su cabeza y con sus labios besaba cada centímetro del cuello de ella, quien sentía como su entrepierna se humedecía cada vez mas a cada centímetro que los labios de el recorrían su cuerpo, y luego sintió como las manos de el, comenzaban a quitar el brasier negro, dejando libres sus tetas, las cuales sintió como el degustaba con enorme satisfacción, sintiendo como los labios de Ulises succionaban sus pezones.
Los cuales reaccionaron poniéndose completamente duros, sintiendo como su excitación iba en aumento, sintiendo como su vagina se humedecía cada vez mas, mientras que Ulises seguía degustando con toda calma y vehemencia los dos grandes melones que Doña Martha poseía.
Realmente el lo hacia con mucha calma, con mucho tacto, sin prisa y aunque moría por hacerla suya y sentirse dentro de aquel cuerpo tan deseado, controlaba sus emociones e ímpetus, lo que el recorrer de los años da y se complacía y degustaba con enorme satisfacción cada parte y cada centímetro de tan hermoso cuerpo.
Fue hasta después de varios minutos y muchas caricias, que por fin decidió dejar las tetas de ella y fue que poco a poco fue descendiendo su boca, pasando su lengua y labios por el ombligo, por el estomago hasta llegar al deseado monte, y lo comenzó a besar por encima de la fina y delgada tela de la tanga que ella portaba, haciendo que el deseo de ella se elevara mucho mas de lo que ya estaba, luego se siguió besando la parte interna de las piernas, y siguió su camino descendente, besando cada centímetro de las suaves y firmes piernas, siguió por las rodillas y llegando a los tobillos y regreso hacia arriba, lentamente hasta volver a llegar a la vagina.
Con sus manos lentamente fue bajándola hasta que salio por sus pies, luego admiro por algunos segundos la hermosa vagina, completamente rasurada, la cual estaba palpitante y expectante a recibir las caricias de la boca y lengua de Ulises, quien volteo a mirar a Doña Martha y esta con una enorme cara de deseo, casi le suplicaba por que ya comenzara a besarle y lamerle la vagina, por lo cual Ulises bajo su cabeza, con dos dedos de su mano derecha abrió suavemente los labios vaginales y luego pego un poco su nariz, respirando el dulce aroma que Doña Martha desprendía, y sin mas, comenzó a recorrer con su lengua, cada centímetro de la húmeda y calida intimidad de Doña Martha.
Quien al sentir la caricia de los labios y lengua de Ulises, inmediatamente comenzó a gemir, a suspirar y a sentir como la piel se ponía chinita, sus manos acariciaban sus tetas, incrementando el placer en su cuerpo, sus ojos se cerraron y su boca se abrió para dejar escapar gemidos de inmenso placer.
Con Gerardo había sentido un placer que jamás en la vida había conocido, pero ahora con Ulises era diferente, una sensación extraordinaria, un placer que ni el mismo Gerardo logro proporcionarle, por lo cual sumida en tanta satisfacción, sintió como su vagina se humedecía cada vez mas, su cuerpo vibraba con cada lenguetazo de el, pero al sentir como los labios de Ulises, se apoderaban de su hinchado clítoris, sintió llegar al cielo en tan solo unos segundos, alcanzando la máxima excitación y sin poder contenerlo ni un segundo mas, estallo en un inmenso orgasmo, el cual anuncio con su boca al lanzar un enorme grito, seguido por excitantes gemidos.
Sintiendo como de su interior salía expulsado un quemante néctar, el cual fue degustado en su mayoría por la boca de Ulises, quien realmente disfruto de los jugos extraídos a Doña Martha, quien en completo éxtasis, convulsionaba su cuerpo, apretaba los pezones de sus tetas y gemía de forma placentera y excitante.
Una vez que Ulises degusto del néctar de ella, se incorporo un poco y mientras sus manos acariciaban suavemente las piernas de ella, miro como ella poco a poco se recuperaba de los espasmos que el orgasmo le había provocado.
Y una vez que estos pasaron, Doña Martha volteo a mirarlo al tiempo que le decía, “ahhh vamos amor, hazme tuya, quiero sentirte dentro de mi, muero por que me des mas placer, pero dentro de mi”, así que el con toda la calma que había demostrado desde que comenzaron las caricias, tomo las piernas de ella, las abrió suavemente y se coloco justo en medio de ellas, tomo su enorme verga con una mano y luego comenzó a pasarla por toda su vagina, sin meter ni un solo centímetro, solo haciendo que ella sintiera su dura verga por sus labios vaginales, y luego con la cabeza de la verga, comenzó a acariciar el duro clítoris de ella, lentamente pero presionando con la fuerza suficiente.
“ahhh pero que me haces amor ahhh, me vuelves loca ahhh”, dijo ella al sentir como la dura cabeza del miembro de Ulises, acariciaba firmemente su ya sensible clítoris y sin poder evitarlo, de nuevo volvió a estallar en otro gran orgasmo, “ahhhh que delicia ahhhh me estoy viniendo de nuevo ahhhhhh”, grito ella.
Mientras que Ulises miraba como del interior de su vagina, salía expulsado el néctar de ella y este después de recorrer parte del ano y las nalgas, se depositaba en las sabanas de la cama, y una vez que vio que salio la ultima gota, tomo su verga, la coloco en la entrada de su intimidad y lentamente fue introduciéndola, arrancando un fuerte gemido en ella, pero no se detuvo hasta que ya no quedo nada afuera.
“ahhhhhhh que placer ahhhhhh es enorme ahhhhhh”, grito Doña Martha, quien sintió como las paredes de su vagina se extendían al máximo para poder alojar el miembro invasor, sintiendo como los testículos de el se pegaban a sus nalgas, mientras que el se quedaba quieto, esperando a sentir que la vagina de ella se acoplara a su verga, y gracias a la fuerte lubricación que ella tenia, fue que pudo meter su gran instrumento hasta el fondo.
Fue ella quien le pidió que siguiera, así que el al escuchar esto, se acomodo a forma de que las piernas de ella rodearan su cintura y el se agacho hasta que su pecho toco las tetas de ella y luego prendió su boca a la de ella y comenzó a besarla de forma excitante, al tiempo que comenzaba a mover sus caderas, penetrándola con tal delicia, que ella solo ahogaba sus gemidos en la boca de Ulises.
Era sublime el momento, el movía sus caderas de forma lenta pero con un ritmo exquisito, sus labios besaban de forma excitante los de ella, una de sus manos acariciaban una de las piernas y la otra el cabello de Doña Martha, quien sentía pasar los minutos inmersa en un grandioso placer, sintiendo como cada vez mas se acercaba a alcanzar de nuevo el clímax, sintiendo como esa deliciosa sensación por llegar al éxtasis, se apoderaba de su cuerpo, hasta que tuvo que quitar su boca de la de el, pues le era completamente necesario gemir con fuerza y expresar el inmenso placer.
El cual llego fuertemente y aferrando sus uñas a la espalda de Ulises, grito de forma desesperada el nuevo orgasmo, mojando por completo con sus jugos la dura verga de Ulises, quien al sentir el quemante néctar en su verga, comenzó a mover sus caderas con mayor velocidad, sin dejar que ella se repusiera de ese orgasmo, se incorporo un poco sin dejar de mover sus caderas, se puso de rodillas, con las manos levanto sus piernas, las cuales coloco frente a su cara y luego las cruzo, haciendo que la vagina de Doña Martha, aprisionara mas su dura verga, y aun cuando todavía sentía que ella expulsaba sus jugos.
Comenzó a mover fuertemente sus caderas, Doña Martha gritaba y bramaba de placer, sus manos se aferraban a la sabana y la apretujaba fuertemente, su espalda se arquea, sus ojos se cerraban y su boca se abría al máximo, exclamando los mas deliciosos gemidos, no decía nada, solo gemía y gemía, sintiendo transportarse a una dimensión diferente, sintiendo el mayor placer de su vida, perdiendo casi la noción del lugar y el tiempo, inmersa en placer, en sensaciones extraordinarias, hasta que un fuerte orgasmo la regreso a la realidad.
Ulises pudo sentir como de nuevo su verga era completamente mojada por el fuerte orgasmo de Doña Martha, y ahora comenzó a mover lentamente sus caderas, hasta quedar completamente inerte y degustando el placer que los espasmos de ella, le producían en su palpitante verga.
Una vez que pasaron los espasmos y los gemidos de ella fueron bajando de intensidad, Ulises saco su verga la cual se encontraba completamente empapada por los jugos de ella, quien de inmediato se incorporo y se arrodillo frente a el, y así como estaban los dos, se fundieron en un reconfortante beso, al tiempo que el pasaba sus manos hacia atrás y la tomaba de las nalgas, acariciándolas suavemente.
Pero Doña Martha estaba mas que encendida, su cuerpo reclamaba por mas placer, así que ahora ella tomo la iniciativa y un tanto tosca, prácticamente aventó en la cama a Ulises, haciendo que el quedara acostado boca arriba, y ella de inmediato se coloco encima de el, ella misma con su mano tomo la verga de Ulises y sin pensarlo demasiado, se la incrusto en su vagina y una vez que la tuvo completamente dentro, comenzó a cabalgarlo de forma salvaje, moviendo sus caderas con un ritmo impresionante.
“Ahhh que rica verga tienes, me esta volviendo loca, ahhh como pude perderme de esto por tantos años ahhh, te tenia a mi lado y te desperdicie por tanto tiempo ahhh, que rico coges Ulises, que rico me estas cogiendo”, y mientras decía esto lo cabalgaba ferozmente, sus caderas pareciera que tomaran vida propia, quería exprimir la semilla de Ulises, “vamos amor, quiero que llenes mis entrañas con tu leche, quiero sentir lo caliente de tu néctar dentro de mi ahhh”.
Ulises al escuchar esto, puso sus manos en las caderas de ella e hizo que se detuviera, y acomodando sus piernas para tener buen apoyo, comenzó a mover sus caderas de forma vertiginosa, penetrándola de forma fuerte y a gran velocidad, viendo como las grandes tetas de ella se bamboleaban a un excitante ritmo, “ahhh si así amor, dame así, ahhh mas fuerte, mas fuerte ahhh, que delicia, sigue no pares, ahhh me vas a hacer venir de nuevo ahhh, no pares, que estoy por llegar, así ahhh me voy a venir, me voy a venir ahhhhhhhhh”.
Y entre gritos y gemidos de ambos, Doña Martha de nueva cuenta llego al éxtasis, derramando una vez mas sus calidos jugos, lo cual provoco tal excitación en Ulises, que inmediatamente estallo, inundando la intimidad de ella de calido y espeso semen, “ahhhh siii amor, siento como me llenas ahhhh siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii”.
Era la locura total, juntos sintieron subir al cielo en tan solo unos segundos, ambos gemían y bramaban tanto placer, el cuarto era inundado por sus gemidos, por sus aromas, por su placer.
Estaban en un sublime éxtasis, y lo gozaban, se gozaban y se sentían plenos, mas no satisfechos, ella quería mas, aun sentía que debía aprovechar la portentosa verga ahora descubierta, el inmenso placer que el le daba y que no podía comparar con el que Gerardo le había dado hasta entonces.
Y así como estaba, aun con la firme verga de el dentro de ella, se recostó sobre su pecho, lo beso y suavemente le dijo al oído, “hay amor cuanto placer me has dado, pero aun quiero mas, necesito que me des mas placer, así que necesito que te recuperes pronto, pues quiero que ahora, con este portento de verga que te cargas, quiero que me rompas el culo, quiero que me lo llenes con tu deliciosa verga”.
Ulises al escuchar esto, la miro y le dijo, -en verdad me quieres en tu culito, estas dispuesta a recibirme ahí, porque no quiero lastimarte, seria grandioso cogerte el culito, pero no quiero hacerte daño-, ella lo miro y ante las palabras de el, le dijo, “no te preocupes amor, creeme que estoy dispuesta a soportarlo con tal de sentirte dentro de mi culito, así que recuperate pronto porque te necesito”.
Ulises sonrió de forma un tanto maliciosa, al tiempo que le decía, -vamos amor, no te preocupes por eso, que yo estoy listo para seguir con la batalla-, y era cierto, pues aunque ella sentía que la verga de el seguía firme y dura dentro de ella, pensó que una vez que había eyaculado, su verga se tornaría flácida como lo es común después de haberse vaciado, pero ante su asombro, lo que hizo fue sacar de su vagina la verga de el, viendo como esta estaba completamente empapada por una mezcla de sus jugos y de la leche de el.
Al verla en todo su esplendor, no pudo evitar la cara de sorpresa al ver que realmente estaba dura y firme, además de no poder aguantar las ganas de probarla y rápidamente comenzó a lamerla en toda su longitud, limpiándola por completo del semen y de sus jugos, y una vez que hizo esto, con gesto pícaro y goloso, le dijo, “pues si de verdad estas listo, que esperas para romperme el culo”.
Y ante estas palabras, Ulises rápidamente se incorporo, haciéndola poner en posición de cuatro, admirando ahora desde este punto, el hermoso trasero que Doña Martha portaba con orgullo, así que le acaricio las nalgas, luego metió un dedo en la chorreante vagina y después lo coloco en la entrada del ano, dando un pequeño masaje en forma circular y luego dio un empujón, incrustándolo por completo y sin recibir oposición alguna.
El noto esto y de inmediato repitió la operación con un segundo dedo y de nueva cuenta no presento oposición alguna, así que lo intento con un tercer dedo, y se sorprendió de ver que ella los podía alojar sin problema alguno, -vaya que mi hermano te hizo un buen trabajo en este culito ehh”, dijo el, mientras ella solo callo y pensó para ella misma, “no corazón, esto no me lo hizo tu hermano, me lo hizo mi chofer”, pero solo lo pensó, no lo dijo, no quiso romper el momento.
-Pues muy bien amor, creo que ya no te costara tanto trabajo alojar mi verga, pues aunque aun le hace falta, ya esta listo para recibirme por completo-, dijo Ulises, al tiempo que metía su dura verga en la vagina de Doña Martha, dando algunas penetraciones, luego la saco lentamente y al ver que esta salía aun con mezcla de su leche y de los jugos de ella, le dijo que ahora estaba listo.
Tomo con su mano su verga, la apunto en la entrada de tan hermoso orificio, y dio un empujón, sintiendo resistencia, “ahhhhh”, exclamo ella, -tranquila linda, tranquila-, y dio un segundo empujón, sintiendo como en esta ocasión el anito se abría un poco mas pero aun así no logro meter por completo la cabeza de su verga, “ahhhh esta muy grande amor”, -no te preocupes linda, tu tranquila-, así que el volvió a meter su verga en la vagina de ella, para volver a lubricarla, luego la saco y volvió a ponerla en la entrada del culito, y dio un nuevo empujón, mas fuerte y con mayor determinación.
“ahhhhhhhhhhhhhhh”, se escucho en el cuarto, pues Doña Martha sintió como la cabeza estaba completamente dentro de su culito, mientras que el le decía que se calmara, la acariciaba y hacia que se relajara, y una vez que sintió que el culito no ponía tanta oposición, dio un nuevo embate hasta meter la mitad de su gran verga, arrancando de nueva cuenta otro grito de dolor en ella, “ahhh me estas partiendo amor, me estas partiendo”, Ulises al escuchar esto le dijo que no se preocupara y que le sacaría ahora mismo su verga, pero ante la sorpresa de el, ella le dijo que no, que ni lo intentara, que la dejara ahí y que ella estaba mas que convencida en querer recibirlo por completo.
Así que ante el fuerte ardor y dolor que sentía, ella misma comenzó a respirar profundamente y a tratar de relajarse por completo, sintiendo como su culito poco a poco cedía ante el invasor, sintiendo como el dolor poco a poco se convertía en placer, así que una vez que ella sintió que estaba lista, le pido a Ulises continuar, -estas segura amor, en verdad no quiero hacerte daño-, “ahhh no te preocupes, tu dale con todo, no me dejes nada fuera por favor ahhh”, y ante esto, el la tomo por las caderas y de un solo empujón, clavo por completo su verga, sin dejar ni un solo milímetro fuera.
Ella volvió a gritar de dolor y ahora hasta de placer, pues el sentirse sodomisada de tal forma, le provocaba una fuerte excitación, sintiendo como su vagina se humedecía mucho mas por tan alta excitación, mientras que el se quedaba quieto y en espera de la orden para poder seguir.
La cual llego apenas un par de minutos después, “ahhh amor, dale, dale con gusto, ahhh lléname de ti, hazme gritar de placer, hazme estallar una vez mas, ahhh dale amor”, así que el ante dicha orden, comenzó a mover sus caderas, suave y lentamente, sacaba y luego metía su verga, solo hasta la mitad, suave, muy suave, sintiendo como a cada segundo, el culito de Doña Martha se acoplaba a su verga.
Doña Martha sentía como era un delicioso dolor, el cual le provocaba un inmenso placer y fue cuando ya no pudo mas y en forma de suplica le pido a Ulises que la cogiera con todas su fuerzas, “ahhh vamos amor, cogeme con todas tus fuerza, hazme bramar de placer, cogeme amor, cogeme con fuerza”, así que el la tomo de la cintura y comenzó a incrementar poco a poco el ritmo de sus penetraciones, arrancando un sin fin de gemidos a Doña Martha, “así amor, ahhh si así , sigue así, cogeme con fuerza, rompeme el culo con tu gran verga, ahhh que delicia, que delicia ahhh”.
Ahora el ritmo de Ulises era fuerte, en el cuarto y en toda la casa se escuchaban los gemidos de ambos, el sonido que producían las nalgas de ella al chocar con el vientre de Ulises, “así, así ahhh sigue, dame mas, dame mas, siiii así”.
Ya habían pasado varios minutos, el no perdía el ritmo y ella ya había logrado derramarse dos veces mas, sentía que ya no podía, ya comenzaba a dolerle el culo, así que le dijo a Ulises que ya no podía mas, “ahhh ya amor, ya no puedo mas, ahhh ya no puedo mas ahhh”, y el al escuchar esto, le pido esperar solo un poco mas, así que se concentro por completo al tiempo que aceleraba sus penetraciones.
Hasta que sintió que estaba a punto de estallar, -ahhh linda, ya casi llego, ahhh me voy a venir, me voy a venir-, pero en cuanto el dijo esto, Doña Martha le suplico, “en mi boca amor, ahhh dame tu leche en mi boca, que quiero llenarme de tu deliciosa semilla”, así que el al sentir que casi estallaba y ante tal petición, comenzó a moverse mas lento hasta quedar quieto, pero solo unos segundos pues sintió que el alma lo abandonaba, y fue cuando saco la verga del abierto culo de ella y se puso de pie en la cama, mientras que ella, rápidamente se puso de rodillas frente a el, y con la cara a la altura de la verga.
El miro tan hermoso rostro, miro como ella abría su boca y con un gesto suplicante, le pedía la llenara de leche, y así que solo bastaron unos cuantos movimientos de su mano, para que sintiera sus piernas doblarse y gritar al mundo, el justo momento en que estallaba, viendo como chorros de caliente y espesa leche, salían a borbotones y se depositaban en la cara, boca, cabello, hombros y hasta en la cama.
Era una cantidad industrial e impresionante, lo cual asombro por completo a Doña Martha, quien gustosa recibía la calida leche, hasta que vio que ya no salía nada mas y fue cuando de forma golosa, cerro su boca y degusto la leche derramada, ante la placentera mirada de Ulises, quien sintió como ella una vez que había tragado su leche, abría su boca y metía su verga en ella, sintiendo esa deliciosa sensación que se siente una vez que un hombre eyacula y luego es consolado por la calidez bucal de la mujer.
Doña Martha limpio cada centímetro de la verga que tanto placer le había proporcionado y luego como pudo se bajo de la cama y tambaleante se dirigió al baño, mientras que Ulises se recostaba en la cama, exhausto y completamente satisfecho, viendo con enorme placer, caminar desnuda a tan añorada hembra, y no pudo mas que sentirse completamente feliz.
Viniendo a su mente la historia, pues Doña Martha y el son de la misma edad, fueron juntos a la escuela y el siempre estuvo enamorado de ella, pero por su timidez y cobardía, jamás en la vida le había expresado sus sentimientos, luego por asares del destino, su hermano la conoció y entonces Doña Martha y el se enamoraron y ante el desagrado de el, no le quedo mas remedio que callar y vivir el noviazgo, la boda y luego el nacimiento de Camila, y ante la muerte de su hermano, el se hizo cargo sin problema alguno y sin que le pesara, cargo de ella y su hija, sobre todo de forma moral y haciendo que los negocios no cayeran, para que así ellas pudieran gozar de los frutos que había cosechado su hermano.
Haciéndolo tan bien que jamás habían estado los negocios tan prósperos como ahora a su mando, y sin embargo seguía sin decir sus sentimientos a Doña Martha, jamás se caso, vivía enamorado de ella, y aunque tuvo amantes y varias, todas fueron de ocasión y para desfogar las necesidades de todo hombre, y ahora se miraba, acostado y desnudo en la cama de la mujer que tanto amaba, la había tenido entres sus brazos y de que forma, se sentía el hombre mas feliz de la tierra.
Luego la vio salir del baño y recostarse a su lado, la abrazo, la beso y fue cuando por inercia de su boca salio un –te amo-, ella lo miro extrañada, y el por fin saco sus sentimientos, le dijo cuanto la amaba, que siempre la había amado, la puso al tanto de su pensar, de su sentir, y ella lo escuchaba y se sentía halagada y por extraño que fuera, y aunque no en la misma intensidad, se dio cuenta que ella también sentía algo por el, la atención y el cariño de tantos años no habían sido en balde y se sintió plena, feliz y entonces lo callo, y le dijo que ella sentía algo por el, y le planteo la idea de intentar, de probar y ver si su relación podía llegar a mas.
Y entre besos, abrazos y promesas, se fueron quedando dormidos, completamente entregados a los brazos de morfeo y felices de tenerse el uno al otro.
Era de mañana, los rayos del sol iluminaban por completo el cuarto, Ulises abrió los ojos, vio a su lado y tenia entre sus brazos a la mujer que tanto amaba, se sintió afortunado, feliz y contento, luego miro el reloj y noto que era tarde, ya tenia que estar en la oficina, pero luego pensó que el era el jefe y que bien valía la pena quedarse un rato mas, a final de cuentas, quien podía decirle algo, así que se acomodo y disfruto de sentir la calidez del cuerpo de Doña Martha entre sus brazos.
Después de casi media hora, por fin despertó ella, quien volteo a verlo y al notar que estaba despierto y de igual forma la miraba, le sonrió y luego se volvió a acomodar sobre su brazo y pecho, -hola linda, que tal dormiste-, “de maravilla, como jamás en la vida”, luego ella se incorporo un poco y se le quedo mirando fijamente, al tiempo que le decía.
“Oye Ulises, quiero que me digas algo, que fue lo que paso anoche y sobre todo por que”, el la miro y con todo el amor que sentía por ella, le declaro todo el amor que su corazón albergaba por tantos y tantos años, y ella escuchaba con suma atención y sin poder evitar sentirse emocionada, y una vez que el termino de decir todo lo que sentía hacia ella, Doña Martha le pregunto que era lo que esperaba de ella, y el le contesto que le encantaría que le correspondiera sus sentimientos y que pudieran iniciar una relación.
Ella después de pensar un poco, platico con Ulises y llegaron al acuerdo de intentarlo y ver que era lo que podía pasar entre ellos, así que el se puso mucho mas que contento, luego se abrazaron y se dieron algunos besos, y después el se levanto pues le decía que tenia que ir a la empresa, pero ella le dijo que no fuera y que se quedara con ella todo el día, a lo cual accedió sin problema alguno y le dijo que solo bajaría a hacer unas llamadas y eso seria todo.
Así que se levanto y se puso su pantalón y una camiseta mientras que ella se ponía una bata y unas pantuflas y juntos salieron del cuarto y bajaron a la sala, y cuando pasaron por el comedor, se encontraron con Camila quien estaba desayunando, y al verla los dos se quedaron callados y sin saber que decir, pero Camila al verlos y sobre todo como estaban vestidos, de inmediato supuso lo que había pasado entre ellos.
Así que sin tener remedio alguno, le platicaron el acuerdo al que habían llegado y que comenzarían con una relación y ver que pasaría en el futuro, pero contrario a lo que ellos esperaban pues pensaban que ella se molestaría, notaron como en su cara se ilumino una gran alegría y de inmediato los felicito y les dijo que era la mejor noticia que podían haberle dado, así que ellos se sintieron mucho mas contentos y conformes y justo en ese momento, entro Gerardo, quien al ver la escena y sobre todo a Ulises y Doña Martha, se imagino de inmediato lo que había ocurrido entre ellos dos, así que sin poder evitar el gesto de molestia, salio de ahí y se fue directo al patio.
Y aunque a Ulises le extraño la actitud, no le tomo importancia y fue directo al teléfono para hacer las llamadas que necesitaba, momento que Doña Martha aprovecho para salir y buscar a Gerardo, a quien le explico y lo puso al tanto de lo sucedido, así como decirle que ya no podrían estar juntos nunca mas, pero el se molesto mucho, reclamándole la situación, pero ella no estaba dispuesta a tolerarlo, así que le hizo ver la posición en la que el estaba y el diferente status que había entre ellos dos, pero cuando le dijo “pues que esperabas, que me casara contigo, no Gerardo, entiende que tu y yo somos muy distintos en todo, tu eres un chofer y yo soy la patrona, y si bien tengo que agradecerte que tu fuiste quien provoco un cambio en mi y que contigo conocí el placer que jamás sentí, jamás paso por mi mente llegar a algo mas contigo, entiendelo, así que yo lo único que puedo ofrecerte es seguir con tu empleo y nada mas, es eso así que tómalo o déjalo.
Pero el estaba mas que molesto así que le dijo que le pagara los días que había trabajado y que se largaría de ahí, así que ella con suma molestia, le dijo que esperara ahí, entro a su casa, saco dinero y luego salio a dárselo al tiempo que le decía, “con esto estas liquidado, hasta te doy mas por los servicios prestados, ahora largate de aquí”, el tomo el dinero y salio inmediatamente de la casa.
Y cuando el salio, ella dio vuelta y encontró a Ulises que la miraba desde la puerta, así que ella con toda calma se acerco a el y antes de que le preguntaran que era lo que pasaba, ella decidió platicarle todo lo que había pasado con Gerardo, el porque y como se dio la relación, claro esta que jamás le platico que Camila también había estado enredada en ese triangulo amoroso, y para su sorpresa Ulises le dijo que no le importaba, así que se abrazaron se besaron y estaban mas que dispuestos a hacer que la relación funcionara en su totalidad.
Mientras Gerardo tomo rumbo a su casa, con suma molestia, sin lograr a comprender lo que había sucedido y mucho menos sin darse cuenta que el era el que estaba completamente equivocado, así que con su coraje y tristeza, se fue pensando en que por lo menos tenia a su esposa, a la que había descuidado por completo y pensaba en llegar y pedirle perdón nuevamente, pensando que esta lo volvería a perdonar, así que cuando llego a su casa, saco sus llaves y abrió la puerta con sumo cuidado para no hacer mucho ruido y darle una sorpresa.
Al entrar todo estaba en silencio, su mujer no estaba en la sala, así que camino a la cocina y tampoco estaba ahí, luego camino a su cuarto, pero cuando estaba llegando a el, comenzó a escuchar unos ruidos extraños, así que camino suavemente, sin hacer ruido, a cada paso que daba el volumen de los ruidos tomaban mas fuerza, y cuando llego a la puerta de su cuarto, la cual estaba entreabierta y se asomo por ella.
Justo en ese momento su corazón se acelero a mil por hora, su cuerpo sintió recorrer en el un escalofrió espantoso, sus puños se cerraron al grado de lastimarse y sin poder comprender lo que sus ojos miraban se quedo quieto, sin poder articular palabra alguna, o dar un paso, vio a su mujer, a la que el había descuidado y casi abandonado por completo, sobre su cama, en posición de cuatro y completamente desnuda, siendo sodomisada por un tipo, el cual la penetraba con fuerza por el culo mientras ella gemía de inmenso placer, pidiéndole a su amante que le diera mas fuerte y que la llenara de verga, “así cariño así, cogeme el culo así ahhh que delicia, sigue así que estoy que reviento, ahhh sigue, dame mas, dame mas ahhhhhh”, y justo en ese momento su mujercita estaba llegando a un fuerte orgasmo, al tiempo que miraba como el tipo hacia unos gestos que denotaban que el también estaba llegando al climax y que le estaba llenando de leche el culo a su mujer.
Y justo en ese momento por fin pudo reaccionar, y abriendo la puerta en su totalidad alcanzo a decir, -que demonios esta pasando aquí-, Julia su esposa al verlo, se sorprendió mucho así que rápidamente se hizo hacia delante sacando la verga de su amante, el cual también rápidamente se movió y se puso de pie a un lado de la cama, -me puedes decir que diablos pasa aquí Julia, quien diablos es este imbecil-, pero contrario a lo que el podía esperar, de esa mujer sumisa y amorosa que el tenia, vio como ella con sumo coraje lo enfrento al decirle.
“Bueno y tu que demonios haces aquí, con que derecho vienes a reclamarme”, -como que con que maldito derecho, si yo soy tu esposo y todavía me preguntas que con que derecho-, “no Gerardo, hace mucho que tu ya no eres mi esposo, me has abandonado y no solo a mi, también a tus hijos, pues pueden pasar días y tu no vienes para nada y cuando lo haces solo es para dormir y luego volver a irte, según tu con el argumento de que tienes mucho trabajo, pero yo se que no es cierto, ya un día perdone tus infidelidades, pero ahora ya no lo pienso hacer, es mas, ya había pensado pedirte el divorcio porque ya no me interesa seguir contigo, ya no te amo, y si preguntas quien es este hombre que esta aquí, pues el ahora es mi amante, pero en cuanto me divorcie de ti dejara de serlo, pues el me ama y quiere estar conmigo, cosa que tu no”.
Gerardo se enojo como nunca y de inmediato arremetió, -eres una puta y ahora mismo veras lo que hago con tu maldito amante-, y en cuanto dijo esto se dirigió al hombre que momentos antes cogia a su esposa, pero este no era nada tonto y de entre sus ropas, saco una pistola y le apunto inmediatamente, -quieto, que a mi no me vas a hacer nada- le dijo el tipo y el al ver el arma de inmediato se quedo inmóvil, y fue cuando el tipo hablo, -mira amigo, yo conocí a tu esposa cuando pasaba por una depresión muy fuerte, porque tu no le hacías caso, porque casi nunca llegabas a tu casa, y como en una ocasión encontró en tu pantalón, una nota donde venia la dirección donde trabajabas, se armo de valor y fue a buscarte y se llevo la sorpresa de sorprenderte besándote con una señora en el patio de la casa, (pues en el tiempo que el ya no llegaba a casa y que tenia sexo con Doña Martha y Camila, cuando todo era perfecto para el, en una ocasión el y Doña Martha, aprovechando que Flor no estaba, se dieron un buen beso y buen faje en pleno patio)-.
-Así que regreso muy triste y envuelta en un llanto que ponía triste a quien la mirara, yo soy un hombre soltero y trabajo de policía, ese día la encontré sumida en una depresión muy grande y al verla me acerque para ver si estaba bien, ella necesitaba con quien desahogar su pesar, así que comenzó a platicarme lo que le había pasado, así que después de ese día, nos comenzamos a tener confianza y comenzamos con una simple pero buena amistad, jamás tuve una mala intención con ella, pero el tiempo hizo que me enamorara de ella y ella de mi- en eso interrumpió Julia, “así que yo pensé en pedirte el divorcio pues no estoy dispuesta a perdonarte una vez mas, tu fuiste quien me engaño y no solo una vez, te lo pase y tu no cambiaste, así que ahora por favor, recoge tus cosas y largate de aquí”.
Gerardo comprendió que había perdido, sobre todo que la culpa había sido suya, así que camino hacia el ropero, saco una maleta y algo de ropa mientras que Julia se vestía un poco, y una vez que termino de hacer su maleta, camino y salio de la habitación, seguido por Julia, quien lo acompaño hasta la puerta de la casa, y antes de salir, Gerardo volteo y le dijo a Julia que le perdonara tanto daño y también le suplico porque lo dejara ver a sus hijos, que si bien había cometido el error de descuidarlos también, quería enmendar su error y poder verlos, ella le dijo que estaba bien, y se pusieron de acuerdo en los días que el podría ir a visitar a sus hijos, luego el la miro a los ojos y dio la vuelta, saliendo de la casa completamente derrotado.
La vida le cambio por completo, probo las mieles del placer, tuvo a las mujeres que jamás pensó tener entre sus brazos, pero perdió el piso y descuido a la mujer mas importante de su vida, a su esposa.
Se fue a rentar un cuarto y con el tiempo y una vez que asimilo lo sucedido, comenzó con su vida, encontró un trabajo de mensajero en una importante empresa, tuvo suerte y con muchas ganas y esfuerzo, logro ir ascendiendo hasta llegar a ser el coordinador y jefe de todos los mensajeros de la empresa, a sus hijos los veía cada quince días y luego cuando Julia noto que el había cambiado y que realmente se preocupaba por sus hijos, comenzó a dejar que los viera cada semana.
Que paso con Doña Elvira y Don Genaro, pues que después de la decepción que el se llevo con la golfa y oportunista de su amante, la cual descubrió gracias a Gerardo, el que le proporcionaba placer a su mujer mientras el se divertía con la amante, comenzó a acercarse mas a su esposa y de nuevo volvieron a ser como un matrimonio, jamás volvió a tener otra amante y Doña Elvira, jamás volvió a engañarlo con otro chofer.
Ximena, se fue a estudiar a Estados Unidos y ahí se enredo con un negro, el cual por fin lleno todas sus expectativas y se quedo a vivir con el.
Hortensia se regreso a su pueblo, y allá se caso con un tipo que luego fue presidente municipal y la saco de la pobreza en la que vivía.
Sonia, la amiga caliente de Doña Elvira, pues ella siguió de golfa, cogiendose a cuanto tipo se le antojaba, hasta que pesco una enfermedad y por lo cual su marido la corrió de la casa, termino trabajando en un prostíbulo de mala muerte y en la pobreza total.
Doña Martha y Ulises, pues su relación funciono a la perfección y están en planes de boda.
Camila, siguió de novia de Alfonso, quien a la larga resulto ser un buen muchacho, están por terminar la universidad, y están en planes de boda, pero siguen siendo una pareja muy liberal y de vez en cuando practican el intercambio de pareja, en un club swinger al cual se hicieron socios.
Flor, pues ella salio embarazada del chofer que ocupo el lugar de Gerardo, esta por aliviarse y ser madre soltera pues el tipo que la embarazo al saber que seria padre, desapareció por completo, así que Flor jamás volvió a saber nada de el.
El tipo con el que Gerardo descubrió a su mujer, lo mataron en cierta ocasión que quiso frustrar un asalto, así que Julia se quedo sola con sus hijos, pero cierto día, era Domingo, Gerardo paso por sus hijos y en esa ocasión invito a Julia, quien acepto salir con ellos y se fueron juntos al parque, al cine y a comer, pero al regreso los agarro una fuerte lluvia, por lo cual llegaron mojadísimos a la casa, sobre todo el y Julia, pues con el afán de cubrir a sus hijos, no les importo mojarse por completo, así que cuando llegaron a la casa, ella rápidamente tomo una toalla para ella y le dio una a Gerardo, paso a sus hijos a cambiarse y a secarse un poco, pues realmente lo único que se habían mojado eran los pies, luego los arropo y como estaban completamente agotados por el desgastante pero divertido día, rápidamente quedaron dormidos.
Salio a la sala y vio a Gerardo secarse el cabello y la cara, pero la ropa estaba completamente mojada, así que le dijo que porque no se cambiaba, el le dijo que no traía otra ropa, “mira ahí en el ropero tengo una caja con algo de ropa que jamás te llevaste y pues igual y aun te queda y así te puedes cambiar”, el la miro y le dijo que probablemente estaba llena de polvo, “no, este bueno yo la lavo seguido, no dejo que se llene de polvo, es por si algún día tu quieres llevártela no te la lleves sucia”, el al escuchar esto la miro y entonces comprendió que no había dejado de amarla.
Ella por su lado al ver las miradas que el tenia para ella, sintió y recordó el amor que había tenido para el y de igual forma comprendió que aunque había querido mucho al policía que la había ayudado, jamás se pudo comparar con el amor hacia el, así que el momento hizo el resto, pues ella le dijo que porque no se quitaba la ropa mojada y se metía a bañar, que le arreglaría la ropa seca que tenia para que así se pudiera cambiar en cuanto saliera del baño.
Así que el comenzó a quitarse la ropa ahí en la sala, “oye no pero pues quitatela en el baño”, dijo ella, pero el con una sonrisa y en tono de broma le dijo, -vamos que tu me conoces muy bien así que no creo que haya problema- y siguió desvistiéndose, ante la mirada de Julia, quien no podía quitar su mirada del cuerpo de Gerardo, sobre todo cuando este se quito el pantalón quedando en bóxer y se marcaba una verga abultada, siendo que estaba en completo reposo, y sintió como un calor recorrió todo su cuerpo, poniéndose nerviosa y sin poder evitarlo, el se dio cuenta de esta reacción.
Así que el aprovecho la situación y le dijo, -oye pues tu también deberías de quitarte la ropa mojada, también te hará daño- y al decir esto, se acerco a ella y comenzó a quitarle la playera, ella titubeo por un momento y alcanzo a decir, “oye no espera”, pero el le dijo, -vamos que al igual que tu, yo también te conozco muy bien-, y siguió quitando la playera dejándola en un bonito braiser azul, luego comenzó a quitarle el pantalón hasta dejarla en la ropa interior, la tomo de la mano y caminaron juntos al baño, donde el se termino de desnudar y luego lo hizo con ella.
Y una vez en la regadera comenzaron a bañarse, pero también con un delicioso juego, pues se daban pequeños roces, caricias y hasta fugaces besos, y en cuanto se cerro la regadera, el la miro, la tomo entre sus brazos y la llevo cargando hasta la recamara, donde la tendió sobre la cama, la miro y lentamente unieron sus labios, sus bocas y lenguas se buscaban con ansiedad, el beso su boca, su cuello y luego degusto de sus tetas, mientras que sus manos le acariciaban el cuerpo, luego bajo hasta besar y lamer cada centímetro de su intimidad, haciéndola gemir de inmenso placer, haciéndola estallar en mas de una ocasión.
Luego ella le proporciono la mejor mamada de su vida, pues casi le hace eyacular en ese momento, pero el pudo contenerse y la recostó para hacerle el amor en la posición de misionero, luego que ella llego a otro orgasmo comenzó a cabalgarlo de forma deliciosa, pasando a otra y a otra posición, recorriendo cada parte de la recamara, y por ultimo, llenándole el culito con su gran verga, fue cuando Julia sin poder contenerse mas, le grito que lo amaba, que jamás había dejado de amarlo, y el entre gemidos y jadeos, le pidió que lo perdonara y de igual forma le gritaba que la amaba, y entre gemidos, jadeos y gritos de cuanto se amaban, estallaron juntos, ella alcanzo el mas delicioso y placentero de los orgasmos, mientras que el estallaba dentro de su anito, llenándole las entrañas de su semilla, luego cayeron juntos en la cama, el salio de ella y se abrazaron y besaron, perdonándose las fallas y jurando que jamás volverían a separarse, y así fue, el aprendió de sus errores, y jamás volvió a serle infiel a Julia, viviendo una vida sexual plena y satisfactoria, volviendo a ser una familia feliz y muy unida, para no separarse nunca mas.
F I N
Doña Martha la miro y le sonrió al tiempo que le dijo que no, “la verdad es que era muy ameno pero no me gustaba, así que me la pase muy bien con su compañía pues me divirtió y platicamos muy bien, pero nada mas hija, luego me fui a comer yo sola y me subí aquí al cuarto, y me quede como una hora dormida, hasta hace rato que me levante y me metí a bañar, tiene apenas unos minutos que salí de la regadera”.
Gerardo les dijo que se metería a bañar y las dejo ahí platicando, cuando salio el entro Camila y una vez que estuvieron solos, Doña Martha le pregunto si había estado bueno el paseo, el le dijo que si, pero que también la había extrañado, Doña Martha al escuchar esto le dijo que ella igual lo había extrañado y luego le dijo que habían sido unas muy buenas vacaciones, luego cuando salio Camila se pusieron entre todos a arreglar sus cosas, pues al otro día había que volver de nuevo a la ciudad y cuando el termino, como se sentía exhausto, se acostó de nuevo en el sillón mientras que ellas terminaban y se quedo profundamente dormido.
Al otro día se levanto, se sentía cansado y miro que madre e hija seguían dormidas, vio la hora y se levanto a despertarlas pues tenían que bajar a almorzar y planear que harían pues a las tres de la tarde salía su vuelo de regreso, luego de despertarlas, todos se vistieron y salieron del cuarto al igual que del hotel pues fueron a almorzar fuera.
Realmente fue un rato muy ameno el que pasaron mientras caminaban y luego cuando almorzaban, dijeron que tenían que volver a repetir las vacaciones pues habían sido grandiosas, y así pasaron el resto de la mañana, luego regresaron por sus cosas, desalojaron la habitación y salieron de ahí con rumbo al aeropuerto, su vuelo salio a la hora indicada y tuvieron un vuelo sin problema alguno, llegaron a la ciudad y de ahí ella tomaron un taxi para su casa y el se fue en transporte a la suya.
Llego a su casa y su esposa lo recibió bastante efusiva, pero el ya no era el mismo, el viaje lo cambio por completo, y no solo el viaje, la vida que había comenzado a vivir desde el primer encuentro con Doña Martha y Camila de nuevo lo hicieron cambiar, como la primera vez cuando trabajo con Doña Elvira y Ximena, volvía a lo mismo, pues a pesar de que había acordado con Doña Martha que no trabajaría lunes y martes, a el poco le importo esto y el lunes se presento en la casa de Doña Martha, pues se sentía deseoso por estar con ellas.
De nuevo su vida comenzó a tomar un ritmo diferente, pues se la pasaba en la casa, si les hacia los servicios de chofer, aun seguía con eso, pero todos los días tenia sexo con Doña Martha y con Camila, en la mañana era la madre y por la tarde la hija.
En cierta ocasión las dos estaban indispuestas pues les había llegado el periodo y el para no quedarse así, se las ingenio para coger con Flor.
Todos los días llegaba tarde a su casa, llegaba cansado y no le hacia caso a su mujer ni a sus hijos, y ante los reclamos de ella hacia oídos sordos, y eso fue en un principio, pues después comenzó a faltar, poco a poco fue haciéndolo pues se quedaba en la casa de Doña Martha, teniendo sexo con ella o Camila y en ocasiones con ambas, en casa no faltaba el dinero, siempre cumplía con esas necesidades, pero con las afectivas ya no, se había olvidado por completo de ellas.
Así pasaron meses, ya eran varios pero como era de esperar, Camila fue la primera en comenzar a hartarse de el, fue quien comenzó a alejarse y poco a poco dejo de tener sexo con Gerardo, ahora su vida se relacionaba con Alfonso, el muchachito que conoció en las vacaciones, pues el a pesar de lo vivido, la había buscado para salir, al grado de enamorarse y hacerla su novia.
Doña Martha seguía teniendo sexo con el, pero también ya se estaba fastidiando, y el echo que colmo la situación fue en cierta ocasión, cuando una de las tantas visitas que hacia cada semana a su cuñado Ulises, quien siempre había vivido enamorado de ella, por fin se armo con un poco mas de valor y le dijo, “Oye Martha, como veras la empresa y los negocios están funcionando a la perfección, este ultimo años las utilidades han sido mucho mejores que otros años, así que para festejar me gustaría mucho que aceptaras una invitación a cenar, para celebrar todo esto, hay un restauran buenísimo, muy lujoso y donde sirven una deliciosa cena y el mejor de todos los vinos”.
“Pues mira Ulises, todo este crecimiento en la empresa y los negocios es nada mas gracias a ti, la verdad es que si tu no te hubieras echo cargo de esto, tal vez ya hasta hubiera vendido todo, pero gracias a ti es que esto esta a la perfección, y pues con la invitación a cenar, te la voy a aceptar en agradecimiento por todo lo que has hecho por mi”.
A Ulises le brillo el rostro y con toda la felicidad que esto le provocaba se puso de un contento enorme, -gracias Martha por aceptar, que te parece si paso por ti a tu casa a las ocho de la noche-, ella le dijo que estaba muy bien, luego se despidió de el y le dijo que lo esperaba en la hora acordada, y cuando salio, Ulises comenzó a brincar del gusto en su oficina, pensando en que tal vez seria la mas grande noche de su vida y realmente no estaba lejos de acertar pues el destino le tenia deparada lo mejor de su solitaria vida.
Mientras que Doña Martha al cerrar la puerta del despacho de Ulises, se sentía rara pero contenta, le entusiasmo el salir con el a cenar y sin poder explicarse el porque, luego recordó que el le había dicho que irían a un lujoso restauran y a su mente vino que no tenia ropa adecuada para tal acontecimiento, por lo cual decidió pasar a comprarse algo adecuado y así poder lucir bien y conforme a la situación se presentaba.
Así que en cuanto bajo al estacionamiento le dijo a Gerardo que la llevara a una prestigiada tienda departamental, lo cual hizo y en cuanto entraron al estacionamiento, el se disponía a salir del carro y acompañarla, pero para su sorpresa ella le dijo que no, que la esperara ahí pues ella quería ir sola, así que a el no le quedo mas que quedarse en el auto y aburrirse en gran forma.
Doña Martha compro lo que mas le gusto y luego ante el aburrimiento y la seriedad de Gerardo, tomaron rumbo a la casa y una vez que llegaron ahí se encerró por el resto de la tarde, en espera de la hora indicada por su cuñado.
Y justo eran las 8 de la noche, cuando sonó el timbre, Flor de inmediato fue abrir y noto que era el señor Ulises, como ella le decía, lo hizo pasar y fue directamente a la sala, Ulises apenas se había sentado en el sillón y había rechazado el ofrecimiento de Flor por un café o alguna bebida, cuando sus ojos se iluminaron por completo al ver aparecer por las escaleras a Doña Martha.
Luciendo un hermoso vestido largo y de color negro, ajustado a su cuerpo, delineando su delgada y bonita figura, mostrando un generoso escote, el cual era muy coqueto, nada vulgar pero si dejando ver parte de sus generosas tetas, realmente ***** hermosa, con sus zapatillas y medias negras, el cabello perfectamente bien peinado, con la pintura exacta en su rostro, simplemente hermosa.
“Buenas noches Ulises”, dijo ella, -este buenas noches Martha-, al tiempo que le daba la mano y la besaba de forma caballerosa, -permíteme decirte que te vez muy hermosa y creo que hoy seré la envidia de todo el restauran con tan hermosa compañía-, ella no pudo evitar sonrojarse un poco pero casi de inmediato dio las gracias por el cumplido.
“Nos vamos”, dijo ella y el de inmediato le dio el paso y en cuanto ella estuvo frente a el, no pudo evitar la tentación de mirar hacia abajo y ver como el vestido se le pegaba de forma deliciosa a sus nalgas, mostrando un hermoso, redondo y carnoso trasero, realmente se veía fenomenal, luego salieron de la casa y cruzaron el patio, ante la mirada de Flor y de Gerardo, quien se quedo mas que atónito por ver lo hermosa que se veía Doña Martha y mas aun por ver que salía con otra persona, por lo cual se sintió molesto y enojado, pero no dijo nada, solo apretó los puños, frunció el seño y se trago el amargo coraje que le invadía en ese momento.
Viendo como salían de la casa y subían al lujoso auto de Ulises, para después salir rápidamente de ahí.
Flor lo miro y de forma sarcástica le dijo, “que hermosa se miraba la patrona y no es por nada pero viendo bien, hacia muy buena pareja don el señor Ulises”, y una vez que dijo esto, Gerardo la miro con cierto coraje pero Flor, lo miro le sonrió y le dijo, “que, apoco creías que Doña Martha seria siempre para ti, por favor, acaso no te das cuenta de la posición en la que estas, ella es la patrona, es mujer de dinero, y aunque debo admitir que tu fuiste la principal causa por la que ella cambio y comenzó a arreglarse y verse mas bonita, pues a final de cuentas eres solo el chofer y punto, no estas a su altura”.
Esto hizo que el mas se molestara, -cállate, no estés diciendo estupideces quieres-, “vamos hombre, que pon los pies en la tierra, tu y yo somos iguales, pero con ellas no te puedes comparar, entiendelo ya”, Gerardo se estaba molesto, así que opto por salir de ahí, así que tomo sus cosas y salio rápidamente con rumbo para su casa, mientras que Flor lo miraba viendo como realmente estaba enojado.
Mientras tanto, Doña Martha y Ulises llegaban a un lujoso restauran, donde el lujo brillaba en todo su esplendor, personalidades de las mas altas esferas se encontraban ahí, así que ella no pudo evitar sentirse rara en un principio y pues no era para menos, no acostumbraba a visitar ese tipo de lugares, siendo que lo que le sobraba en la vida era dinero, pero el acostumbrado a este tipo de lugares, le dio tal confianza que la hizo relajar y disfrutar tanto el ambiente como el lugar.
Fue una deliciosa cena, acompañada del mas exquisito de los vinos y la mas placentera de las charlas, haciendo que el momento fuera mágico, hermoso y ella se sentía tan bien, que sus ojos comenzaron a ver de forma diferente a Ulises, en ese momento dejo de ser el hermano de su difunto esposo, ahora era un hombre, atractivo a la vista, de mundo, educado y que sabia tratarla a la perfección, tocando las mas delicadas fibras de ser, su mente y corazón.
Ella se sentía plena, los halagos y el trato de el la hacían sentir una mujer hermosa e importante, y entre platica y platica pasaron dos botellas de vino, ella se sentía alegre, efusiva, contenta y hermosa, el alcohol hacia efecto en ella, así como la interesante charla de Ulises, sus halagos, sus miradas, los roces de sus manos con las de ella.
Se sentía excitada, complacida y no podía evitar sentir crecer en su interior un enorme deseo por estar con el hombre que la estaba llevando a la luna con solo palabras, pero aun así guardaba su distancia, no demostraba por completo la atracción y el deseo que Ulises había despertado en ella, así que la charla continuo, el vino, la música de violín y de piano que se escuchaba de fondo para amenizar la cena y la estadía en el restauran.
Ya pasaba de media noche, el tiempo había volado, y ella no quería que terminara, pero era hora de salir, así que Ulises pago la extravagante cuenta y luego salieron de ahí, el manejo su lujoso automóvil, y en el camino las risas, la platica y las miradas no faltaron ni un solo segundo.
Llegaron a la casa de Doña Martha, ella le invito a pasar y entonces el metió su auto, luego entraron a la sala, ella le ofreció otra copa y el la acepto, ella se la sirvió y el le dio uno, dos tragos a su copa, luego la puso en la mesa de centro, respiro profundamente, se armo de valor, la miro a los ojos y le tomo las manos al tiempo que le decía.
-Martha, quiero que sepas que esta es la noche mas hermosa de mi vida, sabes algo, yo, bueno, perdona mi atrevimiento pero quiero que sepas que estoy enamorado de ti, que desde siempre lo eh estado, pero jamás me atreví a decirlo, no quiero ensuciar la memoria de mi hermano, por eso jamás dije nada, pero ya han pasado varios años y ya no puedo contener mas este sentimiento, por lo cual qui……..-, en ese momento Doña Martha le puso un dedo en la boca, haciendo que callara y no continuara.
“No digas mas”, luego ella se puso de pie ante la mirada expectante de Ulises, lo tomo de la mano e hizo que se incorporara, luego comenzó a caminar hacia las escaleras y el detrás de ella, sin decir una sola palabra, solo se limito a caminar por donde ella lo guiaba, hasta que pasaron una puerta, la cual se cerro una vez que el estuvo dentro, era el cuarto de Doña Martha.
Ulises volteo a mirarla, Doña Martha se acerco a el, y lentamente fue acercando su boca a la de Ulises, quien al sentir por primera vez el contacto de los labios de ella en su boca, no pudo evitar sentir una enorme emoción, en su estomago revolotearon mariposas, sus pies se levantaban del suelo, sintiendo como flotar en el espacio, sintiendo como ella lo besaba, lento y suave, sintiendo como las manos de ella acariciaban sus mejillas.
Luego ella soltó su boca, lo miro a los ojos y comenzó a caminar hacia atrás, lentamente, al tiempo que comenzaba a desabrochar su vestido, ante la expectante mirada de Ulises, viendo como ella una vez que se puso a un costado de la cama, lentamente fue dejando caer su vestido, el cual suavemente cayo al piso y dejo al descubierto el hermoso cuerpo del cual era dueña.
Los ojos de Ulises se abrieron al máximo, la imagen que se presentaba frente a ellos no era para menos, el ver a una mujer tan hermosa, con un brasier negro, el cual apenas cubría la mitad de sus grandes senos, un estomago plano, una tanga de color negro, con un par de hermosas y bien formadas piernas y adornadas con unas medias de color negro y sus zapatillas negras, eran simplemente para cortarle la respiración a cualquier hombre que presuma de serlo.
Sintió como un calor se apoderaba de su cuerpo y como su miembro se ponía duro y rígido cual espada, sus manos comenzaron a sudar, sus ojos contemplaba tan hermosa figura y luego vio como ella de forma coqueta, alzaba la mano y con un dedo le decía que se acercara, lo cual hizo casi enseguida y camino hasta ponerse frente a ella.
Quien estiro sus manos y comenzó a quitar la corbata y luego a desabrochar uno a uno los botones de la camisa, pero mientras hacia esto, fugazmente se acercaba, le daba un pequeño beso y de nuevo retrocedía, y lo hizo una y otra vez, hasta que no hubo botón alguno por quitar, la camisa cayo al piso, el torso desnudo de Ulises quedo al descubierto, y ella lo recorrió con sus manos, luego lentamente acerco su cara, abrió su boca y comenzó a besar el pecho y abdomen de Ulises, quien estaba completamente excitado, pero no hacia nada, dejaba que ella lo hiciera todo, que disfrutara y así disfrutar de sus anheladas caricias.
Ella lo besaba, mordía y recorría con su lengua cada centímetro de piel, y lentamente fue bajando hasta ponerse de rodillas frente a el, luego con sus manos comenzó a quitar el cinturón, luego desabrocho el pantalón, el cual cayo inmediatamente a los pies, y ella no pudo evitar sorprenderse por el enorme bulto que se marcaba debajo de la trusa, así que sin poder contener la curiosidad, de inmediato bajo la trusa y entonces salto ante su cara una grande, dura y gorda verga.
Con los ojos casi desorbitados, volteo a ver a Ulises al tiempo que le decía, “ohh por dios, pero es enorme”, y el sin decir palabra alguna, solo se limito a acariciar su mejilla y luego el cabello, como invitándola a que se metiera en la boca tremenda verga, y ella pensó por un instante, “es mas grande y gruesa que la de Gerardo, mmmm pero que delicia”, y sin mas, abrió su boca lo mas grande que pudo e introdujo el trozo de carne, la cual con trabajo y apenas pudo abarcar un poco mas de la gruesa cabeza, “mmff”, se escucho de su boca.
Ella luchaba por mamar lo más posible, por que su boca alojara la mayor cantidad de verga, pero le era imposible, como pudo chupaba y luego decidió lamerla por completo, así que la saco de su boca y con la lengua recorrió centímetro a centímetro, la longitud y el grosor de tremendo armamento, mientras el le seguía acariciando el cabello, dando pequeños gemidos por la calidez que la boca y lengua de ella le provocaban.
Doña Martha no pudo aguantar mucho, pues era tanto la exigencia que sentía en su boca que a los pocos minutos sentía que la mandíbula le dolía, “ahh no puedo, es tan grande que no puedo”, -no te preocupes linda-, le dijo el, al tiempo que le ayudaba a incorporarse, y entonces ya no fue pasivo, ahora el la abrazo y atrajo hacia el, sintiendo en su cuerpo la suavidad de la piel del cuerpo de ella.
La besaba con total pasión y con un amor reprimido por tantos años, provocándole un sin fin de sensaciones nunca antes sentidas por ella, luego el la levanto y la llevo a la cama, la recostó suavemente y ahí siguió besándola con total entrega mientras que sus manos acariciaban, centímetro a centímetro el suave cuerpo de Doña Martha.
“Hazme el amor Ulises, hazme el amor, te lo suplico”, dijo ella mientras que Ulises, bajaba lentamente su cabeza y con sus labios besaba cada centímetro del cuello de ella, quien sentía como su entrepierna se humedecía cada vez mas a cada centímetro que los labios de el recorrían su cuerpo, y luego sintió como las manos de el, comenzaban a quitar el brasier negro, dejando libres sus tetas, las cuales sintió como el degustaba con enorme satisfacción, sintiendo como los labios de Ulises succionaban sus pezones.
Los cuales reaccionaron poniéndose completamente duros, sintiendo como su excitación iba en aumento, sintiendo como su vagina se humedecía cada vez mas, mientras que Ulises seguía degustando con toda calma y vehemencia los dos grandes melones que Doña Martha poseía.
Realmente el lo hacia con mucha calma, con mucho tacto, sin prisa y aunque moría por hacerla suya y sentirse dentro de aquel cuerpo tan deseado, controlaba sus emociones e ímpetus, lo que el recorrer de los años da y se complacía y degustaba con enorme satisfacción cada parte y cada centímetro de tan hermoso cuerpo.
Fue hasta después de varios minutos y muchas caricias, que por fin decidió dejar las tetas de ella y fue que poco a poco fue descendiendo su boca, pasando su lengua y labios por el ombligo, por el estomago hasta llegar al deseado monte, y lo comenzó a besar por encima de la fina y delgada tela de la tanga que ella portaba, haciendo que el deseo de ella se elevara mucho mas de lo que ya estaba, luego se siguió besando la parte interna de las piernas, y siguió su camino descendente, besando cada centímetro de las suaves y firmes piernas, siguió por las rodillas y llegando a los tobillos y regreso hacia arriba, lentamente hasta volver a llegar a la vagina.
Con sus manos lentamente fue bajándola hasta que salio por sus pies, luego admiro por algunos segundos la hermosa vagina, completamente rasurada, la cual estaba palpitante y expectante a recibir las caricias de la boca y lengua de Ulises, quien volteo a mirar a Doña Martha y esta con una enorme cara de deseo, casi le suplicaba por que ya comenzara a besarle y lamerle la vagina, por lo cual Ulises bajo su cabeza, con dos dedos de su mano derecha abrió suavemente los labios vaginales y luego pego un poco su nariz, respirando el dulce aroma que Doña Martha desprendía, y sin mas, comenzó a recorrer con su lengua, cada centímetro de la húmeda y calida intimidad de Doña Martha.
Quien al sentir la caricia de los labios y lengua de Ulises, inmediatamente comenzó a gemir, a suspirar y a sentir como la piel se ponía chinita, sus manos acariciaban sus tetas, incrementando el placer en su cuerpo, sus ojos se cerraron y su boca se abrió para dejar escapar gemidos de inmenso placer.
Con Gerardo había sentido un placer que jamás en la vida había conocido, pero ahora con Ulises era diferente, una sensación extraordinaria, un placer que ni el mismo Gerardo logro proporcionarle, por lo cual sumida en tanta satisfacción, sintió como su vagina se humedecía cada vez mas, su cuerpo vibraba con cada lenguetazo de el, pero al sentir como los labios de Ulises, se apoderaban de su hinchado clítoris, sintió llegar al cielo en tan solo unos segundos, alcanzando la máxima excitación y sin poder contenerlo ni un segundo mas, estallo en un inmenso orgasmo, el cual anuncio con su boca al lanzar un enorme grito, seguido por excitantes gemidos.
Sintiendo como de su interior salía expulsado un quemante néctar, el cual fue degustado en su mayoría por la boca de Ulises, quien realmente disfruto de los jugos extraídos a Doña Martha, quien en completo éxtasis, convulsionaba su cuerpo, apretaba los pezones de sus tetas y gemía de forma placentera y excitante.
Una vez que Ulises degusto del néctar de ella, se incorporo un poco y mientras sus manos acariciaban suavemente las piernas de ella, miro como ella poco a poco se recuperaba de los espasmos que el orgasmo le había provocado.
Y una vez que estos pasaron, Doña Martha volteo a mirarlo al tiempo que le decía, “ahhh vamos amor, hazme tuya, quiero sentirte dentro de mi, muero por que me des mas placer, pero dentro de mi”, así que el con toda la calma que había demostrado desde que comenzaron las caricias, tomo las piernas de ella, las abrió suavemente y se coloco justo en medio de ellas, tomo su enorme verga con una mano y luego comenzó a pasarla por toda su vagina, sin meter ni un solo centímetro, solo haciendo que ella sintiera su dura verga por sus labios vaginales, y luego con la cabeza de la verga, comenzó a acariciar el duro clítoris de ella, lentamente pero presionando con la fuerza suficiente.
“ahhh pero que me haces amor ahhh, me vuelves loca ahhh”, dijo ella al sentir como la dura cabeza del miembro de Ulises, acariciaba firmemente su ya sensible clítoris y sin poder evitarlo, de nuevo volvió a estallar en otro gran orgasmo, “ahhhh que delicia ahhhh me estoy viniendo de nuevo ahhhhhh”, grito ella.
Mientras que Ulises miraba como del interior de su vagina, salía expulsado el néctar de ella y este después de recorrer parte del ano y las nalgas, se depositaba en las sabanas de la cama, y una vez que vio que salio la ultima gota, tomo su verga, la coloco en la entrada de su intimidad y lentamente fue introduciéndola, arrancando un fuerte gemido en ella, pero no se detuvo hasta que ya no quedo nada afuera.
“ahhhhhhh que placer ahhhhhh es enorme ahhhhhh”, grito Doña Martha, quien sintió como las paredes de su vagina se extendían al máximo para poder alojar el miembro invasor, sintiendo como los testículos de el se pegaban a sus nalgas, mientras que el se quedaba quieto, esperando a sentir que la vagina de ella se acoplara a su verga, y gracias a la fuerte lubricación que ella tenia, fue que pudo meter su gran instrumento hasta el fondo.
Fue ella quien le pidió que siguiera, así que el al escuchar esto, se acomodo a forma de que las piernas de ella rodearan su cintura y el se agacho hasta que su pecho toco las tetas de ella y luego prendió su boca a la de ella y comenzó a besarla de forma excitante, al tiempo que comenzaba a mover sus caderas, penetrándola con tal delicia, que ella solo ahogaba sus gemidos en la boca de Ulises.
Era sublime el momento, el movía sus caderas de forma lenta pero con un ritmo exquisito, sus labios besaban de forma excitante los de ella, una de sus manos acariciaban una de las piernas y la otra el cabello de Doña Martha, quien sentía pasar los minutos inmersa en un grandioso placer, sintiendo como cada vez mas se acercaba a alcanzar de nuevo el clímax, sintiendo como esa deliciosa sensación por llegar al éxtasis, se apoderaba de su cuerpo, hasta que tuvo que quitar su boca de la de el, pues le era completamente necesario gemir con fuerza y expresar el inmenso placer.
El cual llego fuertemente y aferrando sus uñas a la espalda de Ulises, grito de forma desesperada el nuevo orgasmo, mojando por completo con sus jugos la dura verga de Ulises, quien al sentir el quemante néctar en su verga, comenzó a mover sus caderas con mayor velocidad, sin dejar que ella se repusiera de ese orgasmo, se incorporo un poco sin dejar de mover sus caderas, se puso de rodillas, con las manos levanto sus piernas, las cuales coloco frente a su cara y luego las cruzo, haciendo que la vagina de Doña Martha, aprisionara mas su dura verga, y aun cuando todavía sentía que ella expulsaba sus jugos.
Comenzó a mover fuertemente sus caderas, Doña Martha gritaba y bramaba de placer, sus manos se aferraban a la sabana y la apretujaba fuertemente, su espalda se arquea, sus ojos se cerraban y su boca se abría al máximo, exclamando los mas deliciosos gemidos, no decía nada, solo gemía y gemía, sintiendo transportarse a una dimensión diferente, sintiendo el mayor placer de su vida, perdiendo casi la noción del lugar y el tiempo, inmersa en placer, en sensaciones extraordinarias, hasta que un fuerte orgasmo la regreso a la realidad.
Ulises pudo sentir como de nuevo su verga era completamente mojada por el fuerte orgasmo de Doña Martha, y ahora comenzó a mover lentamente sus caderas, hasta quedar completamente inerte y degustando el placer que los espasmos de ella, le producían en su palpitante verga.
Una vez que pasaron los espasmos y los gemidos de ella fueron bajando de intensidad, Ulises saco su verga la cual se encontraba completamente empapada por los jugos de ella, quien de inmediato se incorporo y se arrodillo frente a el, y así como estaban los dos, se fundieron en un reconfortante beso, al tiempo que el pasaba sus manos hacia atrás y la tomaba de las nalgas, acariciándolas suavemente.
Pero Doña Martha estaba mas que encendida, su cuerpo reclamaba por mas placer, así que ahora ella tomo la iniciativa y un tanto tosca, prácticamente aventó en la cama a Ulises, haciendo que el quedara acostado boca arriba, y ella de inmediato se coloco encima de el, ella misma con su mano tomo la verga de Ulises y sin pensarlo demasiado, se la incrusto en su vagina y una vez que la tuvo completamente dentro, comenzó a cabalgarlo de forma salvaje, moviendo sus caderas con un ritmo impresionante.
“Ahhh que rica verga tienes, me esta volviendo loca, ahhh como pude perderme de esto por tantos años ahhh, te tenia a mi lado y te desperdicie por tanto tiempo ahhh, que rico coges Ulises, que rico me estas cogiendo”, y mientras decía esto lo cabalgaba ferozmente, sus caderas pareciera que tomaran vida propia, quería exprimir la semilla de Ulises, “vamos amor, quiero que llenes mis entrañas con tu leche, quiero sentir lo caliente de tu néctar dentro de mi ahhh”.
Ulises al escuchar esto, puso sus manos en las caderas de ella e hizo que se detuviera, y acomodando sus piernas para tener buen apoyo, comenzó a mover sus caderas de forma vertiginosa, penetrándola de forma fuerte y a gran velocidad, viendo como las grandes tetas de ella se bamboleaban a un excitante ritmo, “ahhh si así amor, dame así, ahhh mas fuerte, mas fuerte ahhh, que delicia, sigue no pares, ahhh me vas a hacer venir de nuevo ahhh, no pares, que estoy por llegar, así ahhh me voy a venir, me voy a venir ahhhhhhhhh”.
Y entre gritos y gemidos de ambos, Doña Martha de nueva cuenta llego al éxtasis, derramando una vez mas sus calidos jugos, lo cual provoco tal excitación en Ulises, que inmediatamente estallo, inundando la intimidad de ella de calido y espeso semen, “ahhhh siii amor, siento como me llenas ahhhh siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii”.
Era la locura total, juntos sintieron subir al cielo en tan solo unos segundos, ambos gemían y bramaban tanto placer, el cuarto era inundado por sus gemidos, por sus aromas, por su placer.
Estaban en un sublime éxtasis, y lo gozaban, se gozaban y se sentían plenos, mas no satisfechos, ella quería mas, aun sentía que debía aprovechar la portentosa verga ahora descubierta, el inmenso placer que el le daba y que no podía comparar con el que Gerardo le había dado hasta entonces.
Y así como estaba, aun con la firme verga de el dentro de ella, se recostó sobre su pecho, lo beso y suavemente le dijo al oído, “hay amor cuanto placer me has dado, pero aun quiero mas, necesito que me des mas placer, así que necesito que te recuperes pronto, pues quiero que ahora, con este portento de verga que te cargas, quiero que me rompas el culo, quiero que me lo llenes con tu deliciosa verga”.
Ulises al escuchar esto, la miro y le dijo, -en verdad me quieres en tu culito, estas dispuesta a recibirme ahí, porque no quiero lastimarte, seria grandioso cogerte el culito, pero no quiero hacerte daño-, ella lo miro y ante las palabras de el, le dijo, “no te preocupes amor, creeme que estoy dispuesta a soportarlo con tal de sentirte dentro de mi culito, así que recuperate pronto porque te necesito”.
Ulises sonrió de forma un tanto maliciosa, al tiempo que le decía, -vamos amor, no te preocupes por eso, que yo estoy listo para seguir con la batalla-, y era cierto, pues aunque ella sentía que la verga de el seguía firme y dura dentro de ella, pensó que una vez que había eyaculado, su verga se tornaría flácida como lo es común después de haberse vaciado, pero ante su asombro, lo que hizo fue sacar de su vagina la verga de el, viendo como esta estaba completamente empapada por una mezcla de sus jugos y de la leche de el.
Al verla en todo su esplendor, no pudo evitar la cara de sorpresa al ver que realmente estaba dura y firme, además de no poder aguantar las ganas de probarla y rápidamente comenzó a lamerla en toda su longitud, limpiándola por completo del semen y de sus jugos, y una vez que hizo esto, con gesto pícaro y goloso, le dijo, “pues si de verdad estas listo, que esperas para romperme el culo”.
Y ante estas palabras, Ulises rápidamente se incorporo, haciéndola poner en posición de cuatro, admirando ahora desde este punto, el hermoso trasero que Doña Martha portaba con orgullo, así que le acaricio las nalgas, luego metió un dedo en la chorreante vagina y después lo coloco en la entrada del ano, dando un pequeño masaje en forma circular y luego dio un empujón, incrustándolo por completo y sin recibir oposición alguna.
El noto esto y de inmediato repitió la operación con un segundo dedo y de nueva cuenta no presento oposición alguna, así que lo intento con un tercer dedo, y se sorprendió de ver que ella los podía alojar sin problema alguno, -vaya que mi hermano te hizo un buen trabajo en este culito ehh”, dijo el, mientras ella solo callo y pensó para ella misma, “no corazón, esto no me lo hizo tu hermano, me lo hizo mi chofer”, pero solo lo pensó, no lo dijo, no quiso romper el momento.
-Pues muy bien amor, creo que ya no te costara tanto trabajo alojar mi verga, pues aunque aun le hace falta, ya esta listo para recibirme por completo-, dijo Ulises, al tiempo que metía su dura verga en la vagina de Doña Martha, dando algunas penetraciones, luego la saco lentamente y al ver que esta salía aun con mezcla de su leche y de los jugos de ella, le dijo que ahora estaba listo.
Tomo con su mano su verga, la apunto en la entrada de tan hermoso orificio, y dio un empujón, sintiendo resistencia, “ahhhhh”, exclamo ella, -tranquila linda, tranquila-, y dio un segundo empujón, sintiendo como en esta ocasión el anito se abría un poco mas pero aun así no logro meter por completo la cabeza de su verga, “ahhhh esta muy grande amor”, -no te preocupes linda, tu tranquila-, así que el volvió a meter su verga en la vagina de ella, para volver a lubricarla, luego la saco y volvió a ponerla en la entrada del culito, y dio un nuevo empujón, mas fuerte y con mayor determinación.
“ahhhhhhhhhhhhhhh”, se escucho en el cuarto, pues Doña Martha sintió como la cabeza estaba completamente dentro de su culito, mientras que el le decía que se calmara, la acariciaba y hacia que se relajara, y una vez que sintió que el culito no ponía tanta oposición, dio un nuevo embate hasta meter la mitad de su gran verga, arrancando de nueva cuenta otro grito de dolor en ella, “ahhh me estas partiendo amor, me estas partiendo”, Ulises al escuchar esto le dijo que no se preocupara y que le sacaría ahora mismo su verga, pero ante la sorpresa de el, ella le dijo que no, que ni lo intentara, que la dejara ahí y que ella estaba mas que convencida en querer recibirlo por completo.
Así que ante el fuerte ardor y dolor que sentía, ella misma comenzó a respirar profundamente y a tratar de relajarse por completo, sintiendo como su culito poco a poco cedía ante el invasor, sintiendo como el dolor poco a poco se convertía en placer, así que una vez que ella sintió que estaba lista, le pido a Ulises continuar, -estas segura amor, en verdad no quiero hacerte daño-, “ahhh no te preocupes, tu dale con todo, no me dejes nada fuera por favor ahhh”, y ante esto, el la tomo por las caderas y de un solo empujón, clavo por completo su verga, sin dejar ni un solo milímetro fuera.
Ella volvió a gritar de dolor y ahora hasta de placer, pues el sentirse sodomisada de tal forma, le provocaba una fuerte excitación, sintiendo como su vagina se humedecía mucho mas por tan alta excitación, mientras que el se quedaba quieto y en espera de la orden para poder seguir.
La cual llego apenas un par de minutos después, “ahhh amor, dale, dale con gusto, ahhh lléname de ti, hazme gritar de placer, hazme estallar una vez mas, ahhh dale amor”, así que el ante dicha orden, comenzó a mover sus caderas, suave y lentamente, sacaba y luego metía su verga, solo hasta la mitad, suave, muy suave, sintiendo como a cada segundo, el culito de Doña Martha se acoplaba a su verga.
Doña Martha sentía como era un delicioso dolor, el cual le provocaba un inmenso placer y fue cuando ya no pudo mas y en forma de suplica le pido a Ulises que la cogiera con todas su fuerzas, “ahhh vamos amor, cogeme con todas tus fuerza, hazme bramar de placer, cogeme amor, cogeme con fuerza”, así que el la tomo de la cintura y comenzó a incrementar poco a poco el ritmo de sus penetraciones, arrancando un sin fin de gemidos a Doña Martha, “así amor, ahhh si así , sigue así, cogeme con fuerza, rompeme el culo con tu gran verga, ahhh que delicia, que delicia ahhh”.
Ahora el ritmo de Ulises era fuerte, en el cuarto y en toda la casa se escuchaban los gemidos de ambos, el sonido que producían las nalgas de ella al chocar con el vientre de Ulises, “así, así ahhh sigue, dame mas, dame mas, siiii así”.
Ya habían pasado varios minutos, el no perdía el ritmo y ella ya había logrado derramarse dos veces mas, sentía que ya no podía, ya comenzaba a dolerle el culo, así que le dijo a Ulises que ya no podía mas, “ahhh ya amor, ya no puedo mas, ahhh ya no puedo mas ahhh”, y el al escuchar esto, le pido esperar solo un poco mas, así que se concentro por completo al tiempo que aceleraba sus penetraciones.
Hasta que sintió que estaba a punto de estallar, -ahhh linda, ya casi llego, ahhh me voy a venir, me voy a venir-, pero en cuanto el dijo esto, Doña Martha le suplico, “en mi boca amor, ahhh dame tu leche en mi boca, que quiero llenarme de tu deliciosa semilla”, así que el al sentir que casi estallaba y ante tal petición, comenzó a moverse mas lento hasta quedar quieto, pero solo unos segundos pues sintió que el alma lo abandonaba, y fue cuando saco la verga del abierto culo de ella y se puso de pie en la cama, mientras que ella, rápidamente se puso de rodillas frente a el, y con la cara a la altura de la verga.
El miro tan hermoso rostro, miro como ella abría su boca y con un gesto suplicante, le pedía la llenara de leche, y así que solo bastaron unos cuantos movimientos de su mano, para que sintiera sus piernas doblarse y gritar al mundo, el justo momento en que estallaba, viendo como chorros de caliente y espesa leche, salían a borbotones y se depositaban en la cara, boca, cabello, hombros y hasta en la cama.
Era una cantidad industrial e impresionante, lo cual asombro por completo a Doña Martha, quien gustosa recibía la calida leche, hasta que vio que ya no salía nada mas y fue cuando de forma golosa, cerro su boca y degusto la leche derramada, ante la placentera mirada de Ulises, quien sintió como ella una vez que había tragado su leche, abría su boca y metía su verga en ella, sintiendo esa deliciosa sensación que se siente una vez que un hombre eyacula y luego es consolado por la calidez bucal de la mujer.
Doña Martha limpio cada centímetro de la verga que tanto placer le había proporcionado y luego como pudo se bajo de la cama y tambaleante se dirigió al baño, mientras que Ulises se recostaba en la cama, exhausto y completamente satisfecho, viendo con enorme placer, caminar desnuda a tan añorada hembra, y no pudo mas que sentirse completamente feliz.
Viniendo a su mente la historia, pues Doña Martha y el son de la misma edad, fueron juntos a la escuela y el siempre estuvo enamorado de ella, pero por su timidez y cobardía, jamás en la vida le había expresado sus sentimientos, luego por asares del destino, su hermano la conoció y entonces Doña Martha y el se enamoraron y ante el desagrado de el, no le quedo mas remedio que callar y vivir el noviazgo, la boda y luego el nacimiento de Camila, y ante la muerte de su hermano, el se hizo cargo sin problema alguno y sin que le pesara, cargo de ella y su hija, sobre todo de forma moral y haciendo que los negocios no cayeran, para que así ellas pudieran gozar de los frutos que había cosechado su hermano.
Haciéndolo tan bien que jamás habían estado los negocios tan prósperos como ahora a su mando, y sin embargo seguía sin decir sus sentimientos a Doña Martha, jamás se caso, vivía enamorado de ella, y aunque tuvo amantes y varias, todas fueron de ocasión y para desfogar las necesidades de todo hombre, y ahora se miraba, acostado y desnudo en la cama de la mujer que tanto amaba, la había tenido entres sus brazos y de que forma, se sentía el hombre mas feliz de la tierra.
Luego la vio salir del baño y recostarse a su lado, la abrazo, la beso y fue cuando por inercia de su boca salio un –te amo-, ella lo miro extrañada, y el por fin saco sus sentimientos, le dijo cuanto la amaba, que siempre la había amado, la puso al tanto de su pensar, de su sentir, y ella lo escuchaba y se sentía halagada y por extraño que fuera, y aunque no en la misma intensidad, se dio cuenta que ella también sentía algo por el, la atención y el cariño de tantos años no habían sido en balde y se sintió plena, feliz y entonces lo callo, y le dijo que ella sentía algo por el, y le planteo la idea de intentar, de probar y ver si su relación podía llegar a mas.
Y entre besos, abrazos y promesas, se fueron quedando dormidos, completamente entregados a los brazos de morfeo y felices de tenerse el uno al otro.
Era de mañana, los rayos del sol iluminaban por completo el cuarto, Ulises abrió los ojos, vio a su lado y tenia entre sus brazos a la mujer que tanto amaba, se sintió afortunado, feliz y contento, luego miro el reloj y noto que era tarde, ya tenia que estar en la oficina, pero luego pensó que el era el jefe y que bien valía la pena quedarse un rato mas, a final de cuentas, quien podía decirle algo, así que se acomodo y disfruto de sentir la calidez del cuerpo de Doña Martha entre sus brazos.
Después de casi media hora, por fin despertó ella, quien volteo a verlo y al notar que estaba despierto y de igual forma la miraba, le sonrió y luego se volvió a acomodar sobre su brazo y pecho, -hola linda, que tal dormiste-, “de maravilla, como jamás en la vida”, luego ella se incorporo un poco y se le quedo mirando fijamente, al tiempo que le decía.
“Oye Ulises, quiero que me digas algo, que fue lo que paso anoche y sobre todo por que”, el la miro y con todo el amor que sentía por ella, le declaro todo el amor que su corazón albergaba por tantos y tantos años, y ella escuchaba con suma atención y sin poder evitar sentirse emocionada, y una vez que el termino de decir todo lo que sentía hacia ella, Doña Martha le pregunto que era lo que esperaba de ella, y el le contesto que le encantaría que le correspondiera sus sentimientos y que pudieran iniciar una relación.
Ella después de pensar un poco, platico con Ulises y llegaron al acuerdo de intentarlo y ver que era lo que podía pasar entre ellos, así que el se puso mucho mas que contento, luego se abrazaron y se dieron algunos besos, y después el se levanto pues le decía que tenia que ir a la empresa, pero ella le dijo que no fuera y que se quedara con ella todo el día, a lo cual accedió sin problema alguno y le dijo que solo bajaría a hacer unas llamadas y eso seria todo.
Así que se levanto y se puso su pantalón y una camiseta mientras que ella se ponía una bata y unas pantuflas y juntos salieron del cuarto y bajaron a la sala, y cuando pasaron por el comedor, se encontraron con Camila quien estaba desayunando, y al verla los dos se quedaron callados y sin saber que decir, pero Camila al verlos y sobre todo como estaban vestidos, de inmediato supuso lo que había pasado entre ellos.
Así que sin tener remedio alguno, le platicaron el acuerdo al que habían llegado y que comenzarían con una relación y ver que pasaría en el futuro, pero contrario a lo que ellos esperaban pues pensaban que ella se molestaría, notaron como en su cara se ilumino una gran alegría y de inmediato los felicito y les dijo que era la mejor noticia que podían haberle dado, así que ellos se sintieron mucho mas contentos y conformes y justo en ese momento, entro Gerardo, quien al ver la escena y sobre todo a Ulises y Doña Martha, se imagino de inmediato lo que había ocurrido entre ellos dos, así que sin poder evitar el gesto de molestia, salio de ahí y se fue directo al patio.
Y aunque a Ulises le extraño la actitud, no le tomo importancia y fue directo al teléfono para hacer las llamadas que necesitaba, momento que Doña Martha aprovecho para salir y buscar a Gerardo, a quien le explico y lo puso al tanto de lo sucedido, así como decirle que ya no podrían estar juntos nunca mas, pero el se molesto mucho, reclamándole la situación, pero ella no estaba dispuesta a tolerarlo, así que le hizo ver la posición en la que el estaba y el diferente status que había entre ellos dos, pero cuando le dijo “pues que esperabas, que me casara contigo, no Gerardo, entiende que tu y yo somos muy distintos en todo, tu eres un chofer y yo soy la patrona, y si bien tengo que agradecerte que tu fuiste quien provoco un cambio en mi y que contigo conocí el placer que jamás sentí, jamás paso por mi mente llegar a algo mas contigo, entiendelo, así que yo lo único que puedo ofrecerte es seguir con tu empleo y nada mas, es eso así que tómalo o déjalo.
Pero el estaba mas que molesto así que le dijo que le pagara los días que había trabajado y que se largaría de ahí, así que ella con suma molestia, le dijo que esperara ahí, entro a su casa, saco dinero y luego salio a dárselo al tiempo que le decía, “con esto estas liquidado, hasta te doy mas por los servicios prestados, ahora largate de aquí”, el tomo el dinero y salio inmediatamente de la casa.
Y cuando el salio, ella dio vuelta y encontró a Ulises que la miraba desde la puerta, así que ella con toda calma se acerco a el y antes de que le preguntaran que era lo que pasaba, ella decidió platicarle todo lo que había pasado con Gerardo, el porque y como se dio la relación, claro esta que jamás le platico que Camila también había estado enredada en ese triangulo amoroso, y para su sorpresa Ulises le dijo que no le importaba, así que se abrazaron se besaron y estaban mas que dispuestos a hacer que la relación funcionara en su totalidad.
Mientras Gerardo tomo rumbo a su casa, con suma molestia, sin lograr a comprender lo que había sucedido y mucho menos sin darse cuenta que el era el que estaba completamente equivocado, así que con su coraje y tristeza, se fue pensando en que por lo menos tenia a su esposa, a la que había descuidado por completo y pensaba en llegar y pedirle perdón nuevamente, pensando que esta lo volvería a perdonar, así que cuando llego a su casa, saco sus llaves y abrió la puerta con sumo cuidado para no hacer mucho ruido y darle una sorpresa.
Al entrar todo estaba en silencio, su mujer no estaba en la sala, así que camino a la cocina y tampoco estaba ahí, luego camino a su cuarto, pero cuando estaba llegando a el, comenzó a escuchar unos ruidos extraños, así que camino suavemente, sin hacer ruido, a cada paso que daba el volumen de los ruidos tomaban mas fuerza, y cuando llego a la puerta de su cuarto, la cual estaba entreabierta y se asomo por ella.
Justo en ese momento su corazón se acelero a mil por hora, su cuerpo sintió recorrer en el un escalofrió espantoso, sus puños se cerraron al grado de lastimarse y sin poder comprender lo que sus ojos miraban se quedo quieto, sin poder articular palabra alguna, o dar un paso, vio a su mujer, a la que el había descuidado y casi abandonado por completo, sobre su cama, en posición de cuatro y completamente desnuda, siendo sodomisada por un tipo, el cual la penetraba con fuerza por el culo mientras ella gemía de inmenso placer, pidiéndole a su amante que le diera mas fuerte y que la llenara de verga, “así cariño así, cogeme el culo así ahhh que delicia, sigue así que estoy que reviento, ahhh sigue, dame mas, dame mas ahhhhhh”, y justo en ese momento su mujercita estaba llegando a un fuerte orgasmo, al tiempo que miraba como el tipo hacia unos gestos que denotaban que el también estaba llegando al climax y que le estaba llenando de leche el culo a su mujer.
Y justo en ese momento por fin pudo reaccionar, y abriendo la puerta en su totalidad alcanzo a decir, -que demonios esta pasando aquí-, Julia su esposa al verlo, se sorprendió mucho así que rápidamente se hizo hacia delante sacando la verga de su amante, el cual también rápidamente se movió y se puso de pie a un lado de la cama, -me puedes decir que diablos pasa aquí Julia, quien diablos es este imbecil-, pero contrario a lo que el podía esperar, de esa mujer sumisa y amorosa que el tenia, vio como ella con sumo coraje lo enfrento al decirle.
“Bueno y tu que demonios haces aquí, con que derecho vienes a reclamarme”, -como que con que maldito derecho, si yo soy tu esposo y todavía me preguntas que con que derecho-, “no Gerardo, hace mucho que tu ya no eres mi esposo, me has abandonado y no solo a mi, también a tus hijos, pues pueden pasar días y tu no vienes para nada y cuando lo haces solo es para dormir y luego volver a irte, según tu con el argumento de que tienes mucho trabajo, pero yo se que no es cierto, ya un día perdone tus infidelidades, pero ahora ya no lo pienso hacer, es mas, ya había pensado pedirte el divorcio porque ya no me interesa seguir contigo, ya no te amo, y si preguntas quien es este hombre que esta aquí, pues el ahora es mi amante, pero en cuanto me divorcie de ti dejara de serlo, pues el me ama y quiere estar conmigo, cosa que tu no”.
Gerardo se enojo como nunca y de inmediato arremetió, -eres una puta y ahora mismo veras lo que hago con tu maldito amante-, y en cuanto dijo esto se dirigió al hombre que momentos antes cogia a su esposa, pero este no era nada tonto y de entre sus ropas, saco una pistola y le apunto inmediatamente, -quieto, que a mi no me vas a hacer nada- le dijo el tipo y el al ver el arma de inmediato se quedo inmóvil, y fue cuando el tipo hablo, -mira amigo, yo conocí a tu esposa cuando pasaba por una depresión muy fuerte, porque tu no le hacías caso, porque casi nunca llegabas a tu casa, y como en una ocasión encontró en tu pantalón, una nota donde venia la dirección donde trabajabas, se armo de valor y fue a buscarte y se llevo la sorpresa de sorprenderte besándote con una señora en el patio de la casa, (pues en el tiempo que el ya no llegaba a casa y que tenia sexo con Doña Martha y Camila, cuando todo era perfecto para el, en una ocasión el y Doña Martha, aprovechando que Flor no estaba, se dieron un buen beso y buen faje en pleno patio)-.
-Así que regreso muy triste y envuelta en un llanto que ponía triste a quien la mirara, yo soy un hombre soltero y trabajo de policía, ese día la encontré sumida en una depresión muy grande y al verla me acerque para ver si estaba bien, ella necesitaba con quien desahogar su pesar, así que comenzó a platicarme lo que le había pasado, así que después de ese día, nos comenzamos a tener confianza y comenzamos con una simple pero buena amistad, jamás tuve una mala intención con ella, pero el tiempo hizo que me enamorara de ella y ella de mi- en eso interrumpió Julia, “así que yo pensé en pedirte el divorcio pues no estoy dispuesta a perdonarte una vez mas, tu fuiste quien me engaño y no solo una vez, te lo pase y tu no cambiaste, así que ahora por favor, recoge tus cosas y largate de aquí”.
Gerardo comprendió que había perdido, sobre todo que la culpa había sido suya, así que camino hacia el ropero, saco una maleta y algo de ropa mientras que Julia se vestía un poco, y una vez que termino de hacer su maleta, camino y salio de la habitación, seguido por Julia, quien lo acompaño hasta la puerta de la casa, y antes de salir, Gerardo volteo y le dijo a Julia que le perdonara tanto daño y también le suplico porque lo dejara ver a sus hijos, que si bien había cometido el error de descuidarlos también, quería enmendar su error y poder verlos, ella le dijo que estaba bien, y se pusieron de acuerdo en los días que el podría ir a visitar a sus hijos, luego el la miro a los ojos y dio la vuelta, saliendo de la casa completamente derrotado.
La vida le cambio por completo, probo las mieles del placer, tuvo a las mujeres que jamás pensó tener entre sus brazos, pero perdió el piso y descuido a la mujer mas importante de su vida, a su esposa.
Se fue a rentar un cuarto y con el tiempo y una vez que asimilo lo sucedido, comenzó con su vida, encontró un trabajo de mensajero en una importante empresa, tuvo suerte y con muchas ganas y esfuerzo, logro ir ascendiendo hasta llegar a ser el coordinador y jefe de todos los mensajeros de la empresa, a sus hijos los veía cada quince días y luego cuando Julia noto que el había cambiado y que realmente se preocupaba por sus hijos, comenzó a dejar que los viera cada semana.
Que paso con Doña Elvira y Don Genaro, pues que después de la decepción que el se llevo con la golfa y oportunista de su amante, la cual descubrió gracias a Gerardo, el que le proporcionaba placer a su mujer mientras el se divertía con la amante, comenzó a acercarse mas a su esposa y de nuevo volvieron a ser como un matrimonio, jamás volvió a tener otra amante y Doña Elvira, jamás volvió a engañarlo con otro chofer.
Ximena, se fue a estudiar a Estados Unidos y ahí se enredo con un negro, el cual por fin lleno todas sus expectativas y se quedo a vivir con el.
Hortensia se regreso a su pueblo, y allá se caso con un tipo que luego fue presidente municipal y la saco de la pobreza en la que vivía.
Sonia, la amiga caliente de Doña Elvira, pues ella siguió de golfa, cogiendose a cuanto tipo se le antojaba, hasta que pesco una enfermedad y por lo cual su marido la corrió de la casa, termino trabajando en un prostíbulo de mala muerte y en la pobreza total.
Doña Martha y Ulises, pues su relación funciono a la perfección y están en planes de boda.
Camila, siguió de novia de Alfonso, quien a la larga resulto ser un buen muchacho, están por terminar la universidad, y están en planes de boda, pero siguen siendo una pareja muy liberal y de vez en cuando practican el intercambio de pareja, en un club swinger al cual se hicieron socios.
Flor, pues ella salio embarazada del chofer que ocupo el lugar de Gerardo, esta por aliviarse y ser madre soltera pues el tipo que la embarazo al saber que seria padre, desapareció por completo, así que Flor jamás volvió a saber nada de el.
El tipo con el que Gerardo descubrió a su mujer, lo mataron en cierta ocasión que quiso frustrar un asalto, así que Julia se quedo sola con sus hijos, pero cierto día, era Domingo, Gerardo paso por sus hijos y en esa ocasión invito a Julia, quien acepto salir con ellos y se fueron juntos al parque, al cine y a comer, pero al regreso los agarro una fuerte lluvia, por lo cual llegaron mojadísimos a la casa, sobre todo el y Julia, pues con el afán de cubrir a sus hijos, no les importo mojarse por completo, así que cuando llegaron a la casa, ella rápidamente tomo una toalla para ella y le dio una a Gerardo, paso a sus hijos a cambiarse y a secarse un poco, pues realmente lo único que se habían mojado eran los pies, luego los arropo y como estaban completamente agotados por el desgastante pero divertido día, rápidamente quedaron dormidos.
Salio a la sala y vio a Gerardo secarse el cabello y la cara, pero la ropa estaba completamente mojada, así que le dijo que porque no se cambiaba, el le dijo que no traía otra ropa, “mira ahí en el ropero tengo una caja con algo de ropa que jamás te llevaste y pues igual y aun te queda y así te puedes cambiar”, el la miro y le dijo que probablemente estaba llena de polvo, “no, este bueno yo la lavo seguido, no dejo que se llene de polvo, es por si algún día tu quieres llevártela no te la lleves sucia”, el al escuchar esto la miro y entonces comprendió que no había dejado de amarla.
Ella por su lado al ver las miradas que el tenia para ella, sintió y recordó el amor que había tenido para el y de igual forma comprendió que aunque había querido mucho al policía que la había ayudado, jamás se pudo comparar con el amor hacia el, así que el momento hizo el resto, pues ella le dijo que porque no se quitaba la ropa mojada y se metía a bañar, que le arreglaría la ropa seca que tenia para que así se pudiera cambiar en cuanto saliera del baño.
Así que el comenzó a quitarse la ropa ahí en la sala, “oye no pero pues quitatela en el baño”, dijo ella, pero el con una sonrisa y en tono de broma le dijo, -vamos que tu me conoces muy bien así que no creo que haya problema- y siguió desvistiéndose, ante la mirada de Julia, quien no podía quitar su mirada del cuerpo de Gerardo, sobre todo cuando este se quito el pantalón quedando en bóxer y se marcaba una verga abultada, siendo que estaba en completo reposo, y sintió como un calor recorrió todo su cuerpo, poniéndose nerviosa y sin poder evitarlo, el se dio cuenta de esta reacción.
Así que el aprovecho la situación y le dijo, -oye pues tu también deberías de quitarte la ropa mojada, también te hará daño- y al decir esto, se acerco a ella y comenzó a quitarle la playera, ella titubeo por un momento y alcanzo a decir, “oye no espera”, pero el le dijo, -vamos que al igual que tu, yo también te conozco muy bien-, y siguió quitando la playera dejándola en un bonito braiser azul, luego comenzó a quitarle el pantalón hasta dejarla en la ropa interior, la tomo de la mano y caminaron juntos al baño, donde el se termino de desnudar y luego lo hizo con ella.
Y una vez en la regadera comenzaron a bañarse, pero también con un delicioso juego, pues se daban pequeños roces, caricias y hasta fugaces besos, y en cuanto se cerro la regadera, el la miro, la tomo entre sus brazos y la llevo cargando hasta la recamara, donde la tendió sobre la cama, la miro y lentamente unieron sus labios, sus bocas y lenguas se buscaban con ansiedad, el beso su boca, su cuello y luego degusto de sus tetas, mientras que sus manos le acariciaban el cuerpo, luego bajo hasta besar y lamer cada centímetro de su intimidad, haciéndola gemir de inmenso placer, haciéndola estallar en mas de una ocasión.
Luego ella le proporciono la mejor mamada de su vida, pues casi le hace eyacular en ese momento, pero el pudo contenerse y la recostó para hacerle el amor en la posición de misionero, luego que ella llego a otro orgasmo comenzó a cabalgarlo de forma deliciosa, pasando a otra y a otra posición, recorriendo cada parte de la recamara, y por ultimo, llenándole el culito con su gran verga, fue cuando Julia sin poder contenerse mas, le grito que lo amaba, que jamás había dejado de amarlo, y el entre gemidos y jadeos, le pidió que lo perdonara y de igual forma le gritaba que la amaba, y entre gemidos, jadeos y gritos de cuanto se amaban, estallaron juntos, ella alcanzo el mas delicioso y placentero de los orgasmos, mientras que el estallaba dentro de su anito, llenándole las entrañas de su semilla, luego cayeron juntos en la cama, el salio de ella y se abrazaron y besaron, perdonándose las fallas y jurando que jamás volverían a separarse, y así fue, el aprendió de sus errores, y jamás volvió a serle infiel a Julia, viviendo una vida sexual plena y satisfactoria, volviendo a ser una familia feliz y muy unida, para no separarse nunca mas.
F I N
lastima que se termino este relato
unzadita: soy tu fann
metal:
