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Yo y mi Gatita (Fantasia)

Alsinhue

Bovino maduro
Registrado
18 Feb 2010
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183
Buena historia, ojalá llehuemos pronto a ver qué pasa con su padre...
 

Yarina

Bovino adolescente
Registrado
21 Oct 2008
Mensajes
51
MI PADRE Y EL ENGAÑO…

Me acerque a ver que pasaba al verme una de ellas se levanto y se acerco a mi, mientras las demás seguían con sus oraciones si podía llamársele así.

-- ¿Qué hacéis…? …-- pregunte extrañada al ver que le estaban rezando a Rubí, por lo menos no le estaban haciendo daño ni nada parecido.

-- Es una oración por la nueva reina…algunas de nosotras creemos…que es la siguiente y así debe de ser…-- dijo la sucubus tímidamente, aunque la verdad si no le hacían nada no me importaba cada uno tenia su fe en lo que necesitaba o quería y no seria yo quien se lo impidiese, mientras no molestasen a nadie.

-- Muy bien seguid…con lo que estáis haciendo…lo siento si os he interrumpido…-- dije yo pidiendo disculpas, mientras salía de la habitación.

-- Gracias…-- dijo la sucubus volviendo a sus rezos.

Me sorprendió bastante sus costumbres aunque no eran tan alejadas de las nuestras en cierto sentido, cuando llegue a las duchas vi como el cielo abierto no había nadie, abrí el grifo y deje que el agua resbalara por mi, que limpiara tanto mi mente como mi cuerpo de todo aquello, pero no se me iban de la mente lo que les había pasado a ellas me apoye mis manos contra la pared dejando que el agua hiciera su trabajo, mientras estaba en mis pensamientos, ni siquiera escuche quien se acercaba a mi.

-- ¿Te encuentras bien…?…-- pregunto Eve, mientras entraba en la ducha.

-- ¿Eh? …si, perdona…es que estaba pensando en lo que les había ocurrido a Rubí, Catia y las demás, no puedo creérmelo, que se haya producido…hace un rato estaban aquí conmigo y ahora están tumbadas sin vida…-- dije mientras veía como el tinte de mi pelo corría cañería abajo, necesitaba teñirlo de nuevo.

-- No solo tu has perdido a tus amigas, mas de una de nosotras hemos perdido parejas…por decirlo de alguna manera o hermanas…todos perdemos personas importantes…yo por ejemplo perdí a mi madre…no aquí, si no del sitio de donde procedo…hubo una gran lucha…mi madre era una de las combatientes y la mataron…pero ya ves debes animarte…seguir adelante por ti, por ellas…y sobre todo por esa cría…-- dijo Eve mientras el agua resbalaba por su cuerpo.

-- Tienes razón…ahora es cuando no debo flaquear…-- dije dándome ánimos, no podía venirme abajo.

En ese momento Eve se pudo detrás de mi sus manos pasaron delicada mente por mi abdomen, sentí una sensación indescriptible; fue como un éxtasis de placer pero sin haber hecho nada, estaba como hipnotizada no podía ni siquiera moverme o no quería hacerlo, su lengua paso por el lóbulo de mi oreja sentí una especie de corriente eléctrica recorrerme la espalda, sus alas me abrazaron aquel delicioso calor no era solo del agua, parecía el de Rubí, tan tierno y dulce, ahora entendía el por que de las demás personas se quedaban extasiadas con los sucubus.

Eve plegó las alas y se metió entre mis brazos me beso en la boca juntamos nuestras lenguas jugueteando, picaronamente mientras el agua nos besaba a las dos, estuvimos un rato besándonos después lentamente empezó a bajar su lengua por mi cuello sentía su saliva mas caliente que la propia agua que me recorría, llego a mis pechos que estaban mas grandes y sensibles de lo normal, una de sus manos jugueteo con uno de mis pechos dándole vueltas pellizcando suavemente el pezón me encantaba, la combinación perfecta, su boca se aplico a el chapándolo, enroscando su lengua alrededor note incluso como salía algo de leche de ellos, casi nada estaba en completo placer mi mente ni siquiera se acordaba de nada fue como una descarga de stress por completo y me hacia falta, al rato su lengua siguió bajando haciendo un camino de saliva y agua, cuando llego a mi sexo aplico su boca a el y su lengua entro dentro de mi, era maravilloso notar como me invadía y rozaba las paredes incluso intente contraerlas para poder sentirla mas intensamente, mi flujo no paraba de salir mis gemidos se aceleraron, lo mismo que mi respiración note como una de sus manos subía amarrándome el pecho y masajeándolo jugaba con mis pezones hinchados entre sus dedos, mientras su lengua no dejaba de entrar y salir, mi flujo no paraba de manar era como una fuente estaba en pleno éxtasis, aquella lengua era mejor incluso que la de Rubí, mi clítoris pulsaba y latía lo mismo que un corazón, sus labio se aplicaron a el apretándolo y aprisionándolo, mis gemidos empezaron a escucharse por toda la ducha, su lengua no dejaba de saborearme era sorprendente mi mente estaba en otra parte, pasado un rato solo pude mas que cogerle la cabeza y atraerla a mi entre pierna todo lo que pude me apoye contra la pared esperando no caerme, sentía una corriente de flujo caliente en mi interior, incluso note como aquella llama ardía en mi bajo vientre, cuando al final descargue la boca de Eve recogió todo el flujo en su boca, tragándoselo al igual que el agua que le resbalaba por las comisuras de los labios, mi grito inundo la ducha, aquel stress se había ido por completo de mi estaba extasiada las piernas incluso me flaquearon, si no llega a ser por Eve qué me sujeto me habría caído, subió y me dio un beso muy suave en los labios.

-- ¿Qué tal te encuentras…? …-- pregunto Eve mirando mi cara, aun con el placer qué había tenido.

-- Mejor muchas gracias…estaba estresada por completo…-- respondí agradeciéndoselo sabia que no era el momento de aquello pero necesitaba algo para desahogarme.

-- Y parece que la cría se esta desarrollando bien…me alegro por eso…-- dijo Eve mirando la llama.

-- ¿Cómo lo sabes…? …-- pregunte interesada cada vez me gustaba mas las cosas de su mundo.

-- Es fácil…es por la marca que tienes en forma de llama…es de un color rojo vivo…si no estuviera el bebe no estaría bien…es como un indicativo en nuestra raza…-- dijo Eve explicándomelo, era fascinante incluso en los embarazos sabían si algo les pasaba a sus bebes.

-- Bueno será mejor que salgamos de la ducha y nos vistamos…tengo algo de hambre y seguro que las tuyas querrán salir a comer algo…diles que tengan cuidado…-- dije advirtiéndoles de lo que podría sucederles.

-- Si será lo mejor…y no te preocupes tendremos cuidado…y tenlo tu también esta noche…-- dijo Eve preocupándose por mi, en un instante no se porque pero sentí algo sorprendente por ella, pero pensé qué había sido el momento.

-- No te preocupes lo tendré…-- dije mientras nos mirábamos a los ojos aquel momento me pareció congelarse en el tiempo mientras el agua nos recorría a las dos besando las partes mas intimas y calientes de nuestro cuerpo, tenia mas ganas de ella pero no era el momento, tenia que hacer algunas cosas.

Me dirigí a las taquillas para vestirme mientras Eve seguía en las duchas refrescándose, elegí una braga faja la verdad que era espantosa pero lo mejor en aquel momento, una falda amplia con algo de vuelo de color rojo y que abrochaba arriba con dos botones de color blanco una jersey de tirantes de color blanco con unos corazones bordados en la parte derecha, en las piernas unas medias hasta los muslos de color blanco con una blonda de encaje y en los pies unos zapatos de color negro cerrados, me pase un tiempo cepillándome el pelo y arreglándolo tenían que volver a teñírmelo tocaba sesión de peluquería con las chicas, cuanto salía vi a Eve secarse con una de las toallas mientras me guiñaba un ojo, me quede mirando su cuerpo desnudo y bien contorneado aquellos pechos esplendidos pero no era el momento de pensar en eso había cosas mucho mas apremiantes.

El estomago me empezaba a gruñir así que fui a comer, al llegar vi a las chicas hablando de lo que había pasado, muchas de ellas tenían dudas aun de lo que había hecho pero pensé que seria lo mejor, además no había otra manera, en cuanto me vieron me invitaron a sentarme con ellas como siempre.

-- Mirad se que lo mismo os molesta que haya hecho eso, pero pienso que es lo mejor, se que Akemi lo hubiera hecho y en su día también habría dudas…-- dije mientras me sentaba intentando calmar los ánimos.

-- Lo sabemos, pero lo que no queremos es que pase alguna cosa, los ánimos están algo crispados…-- dijo una de ellas mientras algunas asentían.

En ese momento entro Aya que cogio una de las bandejas las chicas la miraron de una forma algo rara pero no tenían tantos prejuicios como con las sucubus.

-- Perdón solo entre para…coger algo de comida…-- dijo tímidamente como si hubiera interrumpido algo.

-- No te preocupes si quieres ven a sentarte…-- dije invitándola a comer con nosotras, las chicas no pareció molestarle solo que algunas prefirieron no estar cerca de ella, tenían miedo a las arañas y eso era comprensible.

-- Aya no te preocupes…es normal muchas personas tienen miedo a las arañas y eso incluso entre ellas es normal…-- dije para qué no se sintiera excluida.

-- No me preocupa…se que mucha gente debe de tener miedo a las arañas…pero bueno es así…no se puede remediar…-- dijo Aya auto consolándose.

-- Bueno como os iba diciendo…yo soy la primera que haré algo si pasa algo con vosotras os lo aseguro pero tenemos que darle ese voto de confianza…solo os pido eso…por favor…además me hace falta que me tiñáis el pelo nuevamente…este va desapareciendo…-- dije mientras me veía el pelo y algunos sitios empezaba a recuperar mi color normal.

-- Es mejor que te pases después y te lo volveremos a teñir, pero también te vendría un corte aunque…no creo que ninguna de nosotras se atreva no somos peluqueras…-- dijo una de ellas.

-- Perdón…yo se algo de peluquería…podría cortártelo y arreglártelo…-- dijo una de las sucubus que se encontraba en la parte de la cocina.

-- Claro por que no…dentro de un momento nos vemos donde siempre…-- dije animándome un poco.

Guarde los cubiertos y la bandeja y me dirigí a mi habitación para descansar un poco esa noche seria movidita y tenia algo de sueño, el cuerpo me lo estaba pidiendo a gritos, nada mas entrar cerré la puerta y me tumbe me quede por un momento mirando al techo y los ojos lentamente empezaron a cerrárseme, extrañamente esa vez no tuve ninguna premonición ni sueño extraño, al cabo de un rato note como me zarandeaban cuando abrí los ojos vi a las chicas, llamándome para ir a teñírmelo.

-- ¿Qué hora es…? …-- dije aun somnolienta, aunque había descansado bien hacia tiempo que no lograba conciliar tan bien el sueño, pero no podía sentirme a gusto me faltaba las alas de Rubí.

-- Son casi las diez y media, tenemos qué teñirte el pelo y prepararte para irte…dijo una de ellas…-- dijo una de ellas mientras me zarandeaba, para despertarme.

Nos dirigimos a la habitación de siempre allí me tumbe me lavaron el pelo quitándome los restos de tinte secándomelo y demás, al rato vi como entraba la sucubus cogio unas tijeras y se dispuso a cortarme el pelo, mientras lo hacia veía como si otra fase de mi vida empezara, al rato termino y notaba como me teñían el pelo, en todo ese rato no pronunciaron palabra alguna habían sido demasiadas sorpresas para un solo día, al rato la sucubus empezó a contar sobre lo que había visto por la ciudad y cuanto hacia que había llegado, las chicas empezaron a hablar y a soltarse un poco, aquel silencio parecía incomodarle a nuestra invitada y la verdad resulto de un gran alivio así pasamos el resto de la sesión de peluquería.

-- Bueno ya esta…espero que te guste como ha quedado…-- dijo una de ellas, abrí los ojos y vi que tenia el pelo corto y algo de punta por delante aquellos rizos habían desaparecido y ahora era de un color rubio intenso, no podía ni reconocerme en el espejo.

-- Es increíble…os ha quedado perfecto…muchas gracias…-- dije sorprendida por el trabajo que habían hecho.

Al instante abrió la puerta y apareció Verónica, como haciéndome saber que había llegado la hora de irme, solo esperaba qué mi padre se encontrara bien.

Salí al pasillo y vi qué había algo de revuelo las sucubus salían para cazar en la noche tal como habían dicho, lo mismo que Eve que me sonrío mientras pasaba por mi lado.

Nos dirigimos al comedor para poder hacer algún plan por si pasaba algo, al llegar vi que allí estaban Akiko y Aya esperándonos.

-- Muy bien…te llevaras el móvil y lo tendrás abierto…aparte Aya te colocara una de sus arañas para saber lo que te pueda ocurrir…-- dijo Verónica completamente seria, siempre me sorprendía.

En cuanto dijo lo de colocarme la araña un escalofrío surco mi espalda de arriba abajo siempre había tenido miedo a las arañas y ahora encima tener que llevar una encima.

-- ¿Te ocurre algo…? …-- pregunto Aya en cuanto me vio la expresión en la cara.

-- No te ofendas Aya… pero nunca he soportado las arañas lo siento…-- dije mientras ponía cara de asco, esperaba que Aya no se lo tomara a mal.

-- No te preocupes…ni siquiera sabrás qué la tienes date la vuelta así no la veras…-- dijo Aya casi sonriendo por lo que le había dicho.

Me di la vuelta y cerré los ojos esperando que ni siquiera sintiera las patas de la araña y así fue no la sentí pero solo el hecho de saber qué la tenia encima me daba repelús.

-- Listo ya la tienes…y no te preocupes…como te he dicho ni siquiera la sentirás…-- dijo Aya mientras intentaba mantener la risa.

Ni siquiera pronuncie una palabra solo cogi el móvil y salí de allí, no sabia como nadar siquiera, aunque no sentía esa araña encima mía sabia que la tenia y no podía apartar de momento ese pensamiento, en cuanto salí vi que era de noche estaba completamente despejado y podía ver la luna llena y otra vez las luces me deslumbraban un poco, el ruido era un poco mas alto de lo normal, la añoranza venia a mi mente de lo que podría haber estado haciendo si no me hubiera pasado esto, pero ya no era momento de eso; no sabia siquiera en que día de la semana estaba pero no me importaba, tenia que ir para ver que es lo que me encontraba en el cementerio.

Fui a una de las calles para coger un autobús que me dejara lo mas cerca posible del cementerio al menos tenia el bonobús intacto, no tuve que esperar mucho tiempo; al subir vi que no había mucha gente, debía de ser un día de semana, me senté en la parte de atrás en cuanto lo hice me vino a la mente Catia aquel día que pude oler su perfume, casi todo lo que veía me traía recuerdos de ellas incluso de Alexa lo que hizo en el autobús eso por un momento me hizo sonrojar al instante, no tardamos mucho en llegar no había mucho trafico y cogimos casi todos los semáforos en verde.

Al bajar un viento helado se había levantado, que me hizo estremecer, el autobús me dejo a poca distancia del cementerio, me puse a caminar por la calle habían pocas personas a pesar de estar bien iluminada la zona me parecía ver incluso como las sombras me jugaban malas pasadas, en cuanto llegue vi una verja rodeando todo el sitio, no había estado muchas veces solo por la muerte de mis abuelos pero no recordaba mucho de ellos, la entrada estaba vigilada por la estatua de dos ángeles de piedra en actitud de oración, la verja extrañamente estaba abierta, aquello era un campo impresionante lleno de lapidas y tumbas por doquier en el centro del todo alzándose podía verse un mausoleo lo mas seguro de alguien importante.

Al entrar note algo raro en la cabeza me palpe y note de inmediato las orejas, de golpe la falda subió un poco hacia arriba habían aparecido las colas, al parecer la influencia de un cementerio, hacia salir la parte de Nekomata, era interesante al momento mis oídos empezaron a captar con mas claridad todos los sonidos incluso llegue a escuchar lamentos de ultratumba, aquellos sonidos empezaban a acumularse en mi mente, mis ojos podían ver pequeños fuegos fatuos que se movían entre las tumbas, aquel sitio al instante se volvió terrorífico, incluso las sombras habían tomado vida, por las tumbas había varias neblinas de color blanquecino dando vueltas, recordé las lecciones de Akiko y me concentre intente relajarme todo lo que pude y poco a poco, las voces fueron cesando, pero no podía dejar de ver los fuegos fatuos, que cada vez se acercaban mas ami, cuando estuvieron a mi altura lo único que hicieron fue empezar a darme vueltas, intente tocarlos su contacto era frío pero pude sentir un gran cariño y amor a su alrededor, no sabia muy bien de quien eran pero era una sensación maravillosa, como si me envolviera.

Por un momento mi mente voló del sitio, solo por un instante pero recordé a lo que había venido, empecé a moverme entre las tumbas, mirando hacia todos lados no sabia ni siquiera hacia donde ir, aquello era un laberinto al rato de estar caminando escuche como un aleteo, que me era familiar mire al cielo y vi una sombra de alguien con alas que aterrizaba al otro lado del cementerio, me dirigí hacia allí al llegar observe que se trataba de mi supuesta madre, su vestimenta era la misma que la del cuarto de baño de aquella vez, estaba apoyada en una tumba y mi padre estaba encima de ella tumbado con el pijama del hospital.

-- Vaya veo que has venido sola…y que el cementerio tambien tiene su efecto en ti…eso si que es una sorpresa…ademas no pensé que te atreverías…-- dijo La Gran Madre esperando que me hubiera acobardado.

-- Aquí estoy… ¿Qué es lo que quieres por el…? …-- pregunte intrigada, ya qué no entendía los motivos de llevárselo y ahora devolverlo.

-- Vaya directa al grano…se te ha pegado lo de Catia…apropósito que pena…solo ha salido a la mitad de lo que pretendía…-- dijo La Gran Madre regodeándose en de lo que había sucedido.

-- No comprendo por que le hiciste eso a Miriam…ella te ayudo…no había razón para que le hicieras eso…-- dije recordando todo lo que había hecho mi corazón se llenaba de rabia e ira.

-- No me era de mas utilidad…ya había hecho su cometido…era solo una gata mas molesta y caprichosa…a propósito te sienta bien el embarazo…-- dijo La Gran Madre mientras caminaba de un sitio a otro guardando las distancias.

-- El embarazo no es de tu incumbencia…es mejor qué no cambiemos de tema… ¿Qué es lo que quieres por el…? …-- pregunte nuevamente para intentar salir de allí.

-- ¿Yo querer…?…nada ya tengo lo que quería quédatelo…a propósito yo que tu me daría un poco de prisa…recuerdas a tus amigas del instituto…creo que han sido unas niñas malas…y tu madre tendrá que castigarlas…-- dijo La Gran Madre con misterio no sabia a lo que se refería, tenia qué ver mis compañeras del instituto en todo esto y Akemi

-- ¿A que te refieres…?…-- pregunte extrañada por lo que había dicho.

-- Tus compañeras de clase están en una de las naves del puerto la numero quince…encerradas en una jaula…que esta a punto de abrirse…y sabes lo que pasa cuando pones a una Bakeneko que lleva mucho tiempo sin probar bocado y se le saca de su entorno controlado…puede ser una carnicería…-- respondió La Gran Madre haciéndome recordar varias cosas.

A mi mente vino la imagen de mi madre, que había desaparecido y que por lo visto la tenia ella, todo este tiempo no lo podía creer.

-- Es imposible no te habrás atrevido…no tienes corazón…-- dije pensando en lo que podría pasar, aquello seria un asesinato en masa, tenia que evitarlo como fuera.

-- Así son las cosas…así qué mejor date un poco de prisa, creo que te queda como una hora antes de qué la jaula se abra…y créeme que Akemi tiene mucha hambre…-- dijo La Gran Madre mientras levantaba el vuelo alejándose del lugar.

En cuanto se perdió en la distancia cogi el móvil para decírselo a Verónica.

-- No te preocupes saldré para aya ahora mismo…-- dijo Verónica, que se entero de todo lo que había pasado.

-- Espera…Dios no se qué hacer, escucha venid tu y Akiko para aquí, tenemos qué llevarnos a mi padre…y que Aya vaya yendo hacia el puerto intenta liberar a las chicas…solo eso que no se meta con Akemi…-- dije intentando hacer un plan de alguna forma.

-- ¿Hay rehenes…? …Pero no tenemos tiempo…-- dijo Verónica algo asustada.

-- Escucha lo que importa son las chicas que hay encerradas si las sacan; solo se quedara mi madre dentro…si no lo hacemos aquello será una masacre…al menos ganaremos algo de tiempo…-- dije intentando hacer algún plan, por lo menos sola no podría matar a nadie.

-- Muy bien estaremos hay en poco tiempo…-- dijo Verónica mientras colgaba.

No llego a pasar ni media hora, cuando escuche unos pasos acercarse a toda prisa, al llegar ambas se quedaron sorprendidas, por le cambio que había sufrido de golpe.

-- ¿Como que has cambiado…? …--pregunto Verónica sorprendida, al verme.

-- Estas preciosa…-- dijo Akiko con cara de sorpresa al verme.
-- Por lo visto, todo apareció de golpe al entrar en el cementerio pero será mejor que os lo explique luego…Akiko coge a mi padre y llama por teléfono al hospital en el que se encontraba diles que lo has encontrado aquí…cuando vengan escóndete y asegúrate de que se lo llevan…Verónica vámonos hacia el puerto todo lo deprisa que puedas…-- dije esperando que Aya hubiera llegado y hubiera sacado a las pobre chicas.

-- Espera un momento voy a coger un poco de esta tierra…podré hacerte un amuleto…-- dijo Verónica intentando hacer que pudiera utilizar mis poderes.

Nos dimos toda la prisa que pudimos aunque poco podía correr estando en mi estado, nos metimos en el coche y Verónica acelero todo lo que pudo al menos a esas hora no había mucho trafico por las carreteras no tardamos mas de media hora en llegar al puerto, solo esperaba que Aya hubiera tenido el tiempo suficiente para sacarlas de allí.

El sitio estaba desierto, allí habían varias naves y muchísimos contenedores, era una especie de laberinto, al menos sabíamos el numero del sitio, se podía oír a lo lejos las sirenas de los barcos y una ligera niebla inundaba el lugar, aquellas orejitas habían desaparecido lo mismo que la cola, al parecer el cementerio era donde mis poderes se concentraban, la luna empezó a ocultarse entre las nubes poco a poco como no queriendo ver lo que iba a suceder allí.

Tardamos como unos diez minutos en dar con el sitio, al llegar vimos a Aya transformada y todas las chicas atadas unas con otras muertas de miedo al parecer se había tomado demasiado en serio eso de protegerlas.

-- ¿Eres tu? ... Amanda…estas cambiadísima…¿Pero que…haces aquí?…no me digas que estas con ellas…-- dijo una de ellas en su cara podía verse el miedo mientras miraba de reojo a Aya aunque la verdad daba gracias al cielo de que no hubiera puesto su peor rostro.

-- Escuchad no hay tiempo para nada…es mejor que os vayáis todo lo deprisa que podáis y os pido un favor como vuestra compañera…que no digáis a nadie lo que me habéis visto por favor…mas adelante os explicare lo que ha pasado…-- dije casi rogándoles esperaba que no dijeran nada.

-- Escucha…vas a tener qué explicarnos muchas cosas…pero no te preocupes no diremos nada…-- dijeron las chicas mientras salían de allí a toda prisa en cuanto lo hicieron un rugido sonó dentro del almacén, incluso Aya retrocedió un poco en su cara podía verse el miedo contenido.

-- Tranquila Aya, no tienes por que entrar si no quieres esto es asunto mío…y gracias por haber liberado a las chicas y hazme otro favor…coge a tu cría y llévatela…-- dije entrándome un repelús por la espalda.

-- No hace falta qué te preocupes te podré cubrir desde el techo…además tendré una visión mejor de todo…-- dijo aya mientras me acercaba la mano a mi pelo y sacaba a la cría.

-- También es asunto mío…iré contigo...podría pobrar un Sutra de sello pero necesitare bastante tiempo y poder acertar en su frente para qué resulte efectivo…solo tendremos una oportunidad este tipo de conjuros requiere mucha energía y mas con una Bakeneko…-- dijo Verónica intentando buscar una solución, tenia que darle tiempo pero mis reflejos estaban un poco adormecidos aparte de por el peso que tenia de mas al menos Aya estaría desde el techo cubriéndome y podría alzarme en cualquier momento.

Revise la puerta y estaba cerrada con un candado y forzarla no era la mejor opción.

-- Aya… ¿Cómo sacaste a las chicas de aquí…? …-- dije ya qué no veía otra entrada posible.

-- En la parte de arriba…hay dos ventanas abiertas…-- dijo Aya, ya que parecía ser la única entrada la edificio y lo peor de todo es que estaríamos encerradas.

-- No queda otra…Aya súbenos; primero a Verónica…desde hay entraremos y veremos que podemos hacer…-- dije intentando trazar un plan de alguna manera.

Aya subió a la parte de arriba sin ninguna dificultad desde allí lanzo una de sus redes y nos fue subiendo a medida qué subí Verónica podía verle que no estaba muy acostumbrada a las alturas y no se sentía muy segura estando arriba. La siguiente fui yo y la verdad me gusto, recordaba como si estuviera en los columpios de cuando era pequeña, al llegar arriba vimos las ventanas que estaban abiertas, intentamos mirar con la poca luz que había un buen sitio donde colocarnos y tener algo de visión, por si nos atacaba.

-- Amanda…seria mejor que tú no bajaras…dijo Verónica, intentando protegerme debido a mi estado.

-- Si he llegado hasta aquí…debo de bajar…además es mi madre la qué esta hay abajo…-- dije algo enfadada, sabia qué tenia razón por mi estado pero quería ser yo quien intentara primero razonar con ella.

-- Pero en tu estado…seria peligroso…podría pasarte cualquier cosa y no podemos arriesgarnos…-- dijo Verónica protegiéndome.

-- Se que estoy en un estado algo peligroso… pero no te preocupes todo saldrá bien…mientras Aya me tenga segura con su red…podrá alzarme en cualquier momento alejándome del peligro…-- dije, estaba completamente segura de que aya no me fallaría.

-- De eso estoy convencida…pero lo que no me fío es de lo que pueda pasar…hay algo raro en todo esto…sobre todo cuando hemos escuchado el rugido…si tu madre se ha convertido va a ser difícil capturarla y ponerle el sello… -- dijo Verónica su tono me decía qué empezaba a desconfiar o que tenia miedo.

-- Seguro que todo saldrá bien…hay es un sitio perfecto en ese lugar…-- dije señalando un sitio por el que las pocas luces que entraban incidían en el, dándonos algo de visión.

Aya bajo a Verónica con su red al centro del lugar seguidamente iba yo pero no despejo de mi los hilos por si acaso había que alzarme a toda prisa.

-- De acuerdo empieza a concentrarte…y esperemos poder acertar a la primera…-- dije esperando que saliera bien, ya qué no tendríamos otra oportunidad.
El sitio estaba repleto de cajas por todas partes, aquello era un nido de escondites para Akemi, aparte de que la luz no ayudaba mucho al sitio al fondo pude ver unas escaleras que llevaban a una oficina, los contenedores estaban apilados por todas partes, el ambiente era algo opresivo aparte de ser el sitio enorme.

Verónica empezó a recitar el Sutra, poco a poco aparecieron aquellas orejas y las colas empezaron a moverse, un ligero color blanco la rodeo como una especie de aura a su alrededor, al momento empezamos a escuchar unos gruñidos pero no sabia de donde venían, el sonido rebotaba en todo el sitio y así seria bastante complicado saber donde se encontraba.

-- Así no podré saber donde se encuentra…tengo una idea…-- dije acordándome del cementerio y del puñado de tierra que había traído Verónica.

Cogi el puñado de tierra haciendo un circulo a nuestro alrededor, en cuanto cerré los ojos, las orejitas aparecieron lo mismo que la cola, mi vista aumento de manera considerable, incluso mi oído podía percibir nuestras respiraciones y la de mi madre no estaba precisamente muy calmada.

Por un momento me quede mirando hacia un lugar del sitio pude ver unos ojos completamente rojos, brillando en la oscuridad unos dientes afilados como cuchillas en una boca inmensa, también pude ver el brillo casi inhumano de sus garras, al momento volvió a desaparecer entre las cajas parecía que estuviera jugando con nosotras al gato y al rato y no éramos los gatos.

Escuche sus gruñidos claramente sabia que la estaba viendo y esperaba el momento oportuno para atacarnos, al momento escuche un rugido, cuando mire me encontré en el aire alzada por Aya me libre por los pelos cuando mire abajo vi que mi madre estaba completamente cambiada era como una bestia salvaje sus rasgos estaban mas alargados de lo normal, en ese instante miro hacia arriba y lanzo un rugido como si estuviera enfada por no haber conseguido a su presa, por suerte paso por alto a Verónica al parecer me quería ami.

-- Mama despierta…se qué hay algo de ti aun hay dentro por favor no queremos hacerte daño…-- dije mientras mi madre desaparecía entre las cajas nuevamente y Aya volvía a descenderme.

Verónica proseguía con el Sutra esperaba que lo terminara pronto, a pesar de poder ver mejor y poderla sentir, no me sentía segura de ninguna forma, los gruñidos seguían viniendo de todo el sitio, al momento escuche como algo se lanzara detrás de mi ni siquiera aya le dio tiempo a reaccionar, pero por lo menos pude agacharme a tiempo pero no sabia que aquel salto no iba por mi si no para cortar la telaraña que me sujetaba.

-- Amanda…ha cortado la telaraña…no puedo hacer nada…-- dijo aya desde arriba, aparte estaba segura que si lanzaba otra volvería a cortarla nuevamente y si ella bajaba seria la primera en ser atacada.

-- No te preocupes…intentare distraerla hasta que Verónica lo termine…dije por qué la verdad no podía hacer otra cosa.

Seguí mirando hacia todas partes el problema radicaba es que se movía con demasiada rapidez y el sonido rebotaba al parecer La Gran Madre había escogido el sitio pensando en eso.

El aura de Verónica empezó a aumentar de intensidad pensé que ya estaba a punto de terminar, solo debía de esperar un poco mas, aunque no podía descuidarme escuche que se acercaba detrás de mi pero no pude reaccionar a tiempo en el salto logro acertarme en el brazo haciéndome unas heridas, intente aguantarme el dolor para no desconcentrar a Verónica.

Intente calmarme tenia el corazón acelerado por completo, no dejaba de saltar incluso tenia una sensación extraña proveniente de la cría no sabia qué es lo que quería decirme, me intente concentrar todo lo posible, la escuchaba respirar, moverse incluso escuchaba su corazón pero aquel sitio me confundía.

-- Listo termine… ¿Pero que te ha pasado…? …-- dijo Verónica mientras me agarraba el brazo, intentando detener la sangre. Por lo visto el olor de la sangre altero mas aun ami madre.

Una especie de rugido casi sobrenatural parecía salir del mismo infierno sacudió el lugar, en mi cuerpo sentí una sacudida de miedo, mire a Verónica y la vi atemorizada casi no podía ni moverse tenia casi el rostro desencajado por el miedo, sus ojos estaban abiertos como platos incluso pude ver como algunas gotas de sudor resbalaban por su rostro, me era extraño ni siquiera con los tipos con navaja estaba así de aterrorizada.

-- Reacciona…Verónica despierta por favor…te necesito…-- dije intentando hacer qué despertara de aquel estado en que se encontraba, por suerte pudo volver a si misma.

Se agacho para poder ayudarme, nos pusimos espalda contra espalda, al menos tendríamos más oportunidades de verla venir, los gruñidos de antes se transformaron en rugidos debido al olor.

-- Escucha un momento…si me pasara algo…solo quiero decirte que ha sido maravilloso conocerte y que tu madre… no se equivocaba contigo…-- dijo Verónica como si fueran sus ultimas palabras y eso me asusto mas que todos los rugidos.

-- Pero que estas diciendo…no digas tonterías…saldremos las tres de aquí…-- dije preocupándome por sus palabras no sabia lo que pretendía hacer pero me asustaba, note su mano como cogia la mía con fuerza.

Verónica se separo de mi y se puso de espalda contra una de las cajas, no sabia lo que pretendía, pero al momento supe lo que quería hacer.

-- Aquí estoy Akemi…acabemos esto de una vez…-- dijo Verónica, intentaba sacrificarse y darme una oportunidad pero no sabia para que.

Mire la mano y vi que me había pasado el sello, intentaba ser el cebo para qué se lo pudiera colocar.

-- Aya…llama a Akiko…y dile que venga todo lo rápido que pueda si no esta ocupada la vamos a necesitar…-- dije intentando anticipar lo que iba a pasar.

Casi al instante de que hubiera terminado la frase observe como la bestia se lanzo contra Verónica sus zarpazos era demasiado rápido solo podía ver como la sangre de Verónica caía al suelo por las heridas, no sabia qué hacer en cuanto acabo el cuerpo de ella cayo al suelo, seguidamente me miro con aquellos ojos diabólicos como si fuera su siguiente plato, no podía reaccionar estaba paralizada por completo, pero en cuanto se iba a lanzar contra mi, vi como con las pocas fuerzas de Verónica, la agarro por la espalda, dándome una oportunidad de colocarle el sello.

-- AHORA…HAZLO!!! …-- grito Verónica casi desesperada sabia qué no el quedaban muchas fuerzas.

En ese momento me lance pero tuve mala suerte la presa que realizaba Verónica no fue suficiente para retenerla, en cuanto se soltó una de sus garras impacto en mi abdomen, aunque mi mano logro alcanzar su frente y colocarle el sello, con un rugido que mas bien parecía un grito de dolor cayo al suelo su cuerpo estaba recuperando su apariencia normal, vi como mi abdomen sangraba y como la sangre manchaba mi mano mientras caía al suelo en ese momento no pude contener mas la consciencia la habitación me daba vueltas y caí con ellas…


FIN DEL CAPITULO 2

P.:eek: Bueno aqui os dejo la continuacion espero que siga gustando como siempre :)
 

iramon

Bovino maduro
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9 Ago 2010
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Que bien que los has continuado y esperamos los siguientes capitulos, que estan muy bueno
 

Yarina

Bovino adolescente
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51
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No se el tiempo que pase inconsciente si ni siquiera sucedió algo mientras estaba así, pero cuando abrí los ojos vi que a mi lado estaban las chicas, con cara de preocupación y Samantha atendiéndome, mi mente estaba mas preocupada si le hubiera podido pasar algo al bebe.

-- ¿El bebe se encuentra bien…?… ¿Y mi madre y Verónica…?... -- pregunte con preocupación, esperaba que no le hubiera pasado nada.

-- La verdad me sorprende mucho… que tanto tu como el bebe hayáis podido aguantar este ataque…al parecer es solo un rasguño…incluso las heridas de Verónica son mas graves que lo tuyo…pero de alguna forma solo ha quedado en un rasguño…es como si te hubieras regenerado de alguna forma…-- respondió Samantha sorprendida mientras seguía ocultándome y mirando la herida.

Enseguida entendí cual era aquella sensación que el bebe me hacia notar estaba preparándose para lo que pudiera pasar, no salía de mi asombro con esta raza.

-- ¿Se encuentran bien…? …-- pregunte nuevamente aun mas inquieta por la respuesta.

-- Verónica esta recuperándose…es fuerte no te preocupes por ella y tu madre esta en una de las habitaciones descansando…así que no debes preocuparte y descansa es lo mejor que puedes hacer en este momento y en tu estado necesitas todo el descanso posible…-- respondió Samantha tranquilizándome, pero aunque me hubiera dicho eso seguía estando preocupada.

-- Bueno chicas es mejor que la dejemos descansar…necesita reposo…luego tendréis tiempo de verla…-- dijo Samantha mientras salía de la habitación e intentaba hacer que las chicas volvieran a su trabajo.

En cuanto se fueron todas las chicas pude ver en el fondo de la habitación a Eve que estaba sentada mirándome todo ese tiempo como si hubiera estado esperando para decirme algo, se acerco a mi cama lentamente su rostro era de tristeza.

-- Lo siento Amanda…por no haber estado contigo…pero no tenía ni idea que La Gran Madre le hiciera eso a tus compañeras…-- dijo Eve bajando el rostro como si estuviera avergonzada.

-- No te preocupes Eve…no tenias ni idea y no creo que puedas enterarte de todo lo que pasa en la ciudad no es tu culpa…así que deja de torturarte…-- dije intentando calmarla.

-- Lo se pero debía de haberlo sabido…-- dijo Eve con remordimiento por no haberlo podido anticipar.

-- Relájate…todas hemos salido bien…ahora es mejor que descansemos y esperemos a ver qué pasa…-- dije intentando quitarle toda la culpa que se había echado encima.

En ese momento llamaron a la puerta.
-- Perdón… ¿Se puede…? …-- preguntaron con una voz tímida, supe al instante que se trataba de Akiko.

-- Pasa Akiko…-- dije invitándola a entrar.

-- Con permiso…perdona Amanda tenia qué decirte una cosa…hice lo que me dijiste llame a la ambulancia para tu padre y estuve esperando…llegaron y se lo volvieron a llevar al hospital donde se encuentra Elvira…de momento esta estable…-- dijo Akiko bajando la cabeza y algo ruborizada mientras jugaba con sus dedos.

-- Muchas gracias por todo…y sobre todo por venir a recogernos…acércate…-- dije mientras me incorporaba un poco.

Akiko se acerco ami cama y le indique que bajara mas la cara en ese instante le di un beso en la mejilla, note su piel calida y muy suave parecía la de un bebe.

Akiko se sonrojo aun mas si pudiera ser su cara parecía que era un fresón encendido estaba para comérsela entera, esa inocencia me encantaba me hacia recodar mucho a Alexa y Rubí, esperaba poder recuperarlas pronto.

Akiko salio de la habitación casi tropezando, estaba como extasiada por aquel beso, cuando en el mismo instante entro Samantha algo alterada, en cuanto le vi el rostro termine asustándome esperaba que no hubiera pasado nada a Verónica ni a las demás y menos aun ami padre.

-- Amanda…han secuestrado a Elvira…-- dijo Samantha asustada por la noticia.

-- ¿Pero como ha sido…? …-- pregunte sorprendida ya que incluso en su puerta había guardias.

-- Los guardias entraron para ver como se encontraba y al parecer la ventana de su habitación estaba abierta…es imposible que saliera por hay están en un piso alto y en su estado…tengo que volver al hospital para ver que dicen…-- respondió Samantha sin encontrar la respuesta.

-- Voy contigo…-- dijo Eve para ver si se enteraba de mas cosas.

-- ¿Cómo vas a venir conmigo? … darías demasiado la nota…con esas alas y esa cola…-- dijo Samantha y la verdad tenia razón.

Eve se estiro un poco y aquellas alas y la cola fueron desapareciendo lentamente en su cuerpo.

-- ¿Te parece bien así…? …-- dijo Eve como si se estuviera burlando por lo que había dicho.

-- Si, así das menos el cante es mejor que nos vayamos ya…después te digo que es lo que pasa con tu padre…-- dijo Samantha saliendo de la habitación con Eve a toda prisa.

-- No sabia lo que estaba pasando pero todo empezaba a encajar de alguna manera extraña…empecé a recordar lo que me había dicho La Gran Madre que ya tenia lo que quería…no podía ser que se refiriera a ella…no podía pensar siquiera para qué la podría necesitar…-- pensé por un momento intentando darle sentido a todo aquello.

Mientras pensaba me sentí un poco mejor pero aun algo dolorida por aquel zarpazo, así que me vestí un poco cogi un sujetador de mi antigua madre y al parecer me quedaba a la perfección el pecho lo tenia un poco mas grande, no creí qué pudiera crecer mas, de ropa interior escogí una braga amplia tipo faja de color blanco con un lacito rosa arriba la verdad qué tan grandes no me gustaban en absoluto, me decidí por una falda amplia de color crema que se ataba por el lateral con una cremallera, para la parte de arriba me decidid por una blusa de color blanco algo ligera con los botones de color negro y en los pies unos zapatos sin tacón con tiras que se abrochaban en los tobillos, una vez vestida salí para ver como se encontraba tanto Verónica como mi madre, al salir de la habitación la mayoría de las chicas se me quedaron mirando, algunas se acercaron para ver como me encontraba y si necesitaba algo, siempre las veía tan amables ayudándose las unas a las otras que parecía casi irreal, incluso las sucubus se acercaron por lo visto se habían ganado la confianza de ellas; al andar aun me dolía algo el abdomen incluso estando la herida cerrada.

-- ¿Te encuentras bien…? …¿Necesitas algo…? …-- preguntaron algunas de ellas, viendo que me había levantado demasiado pronto.

-- No os preocupéis de verdad, me encuentro algo mejor… solo quiero ir a ver a Verónica y a mi madre a ver como se encuentran…y volved al trabajo de verdad me encuentro bien…-- dije mientras caminaba hacia una de las habitaciones, aunque intentaba aparentar que nada me dolía sentía un gran peso en el abdomen era como si hubiera crecido un poco mas el bebe, incluso la ropa me sentía un poco mas ajustada y estaba algo mas pesada, pero no podía dar muestras de debilidad y menos ahora.

Al entrar en la habitación vi a Verónica incorporada en la cama, con algunas cicatrices y tiritas, mi madre estaba al lado de ella aun dormida pero su rostro había recuperado su forma normal al igual que su aspecto y eso me tranquilizo mucho.

-- Vaya veo que te estas recuperando rápidamente…-- dije mientras cerraba la puerta detrás de mi.

-- Lo siento Amanda…te pido disculpas…creí que podría detenerla…y que no pasaría esto…-- dijo Verónica cabizbaja, culpándose de todo aquello.

-- Escucha seguimos vivas…no es así…y el bebe aun esta vivo…no te preocupes todos tenemos fallos de alguna forma u otra…lo importante es qué aprendamos de ellos y no decaigamos, al menos pudimos recuperar a mi madre y eso no podré agradecértelo lo suficiente…-- dije cuando me senté en la cama quería animarla y que no se sintiera con tanta culpa encima.

-- Gracias Amanda y me alegra que este bien el bebe y mas tu…y si tienes razón al menos recuperamos a tu madre y espero que ese sello aguante y vuelva a estar normal, aparte la necesitamos…-- dijo Verónica agradecida por las palabras que le había dicho, sabia que dentro de ella seguía culpándose.
-- Explícame una cosa… ¿Por que tenias esa cara de miedo cuando estabas abajo…? …nunca te había visto asustada…-- pregunte extrañada, por que aun incluso habiéndose enfrentado a aquellos tipos e incluso a la propia Aya no estaba si quiera asustada.

-- Los Bakenekos son demonios muy poderosos…pueden llegar incluso a matarnos y el miedo a la muerte se siente…aunque creas que no…somos inmortales en edad es cierto incluso en daño no podemos ser heridas por ningún ser humano a menos que así se les conceda por nuestro dios pero un Bakeneko es distinto…-- respondió Verónica explicándome por que ese miedo que tenia.

-- Perdón…se puede…-- dijo Akiko mientras llamaba a la puerta tímidamente nuevamente.

-- Pasa Akiko…vienes a por otro beso…-- le dije haciéndola sonrojar aun mas.

-- Si,…digo no…no es eso es una cosa que me dijo Verónica…que le recogiese… tierra del cementerio quería hacerte un amuleto…-- dijo Akiko mientras se acercaba a dársela en una bolsita.

En ese momento me levante y torpemente me acerque a ella, la abrace por un momento vi en su cara a Alexa, se me quedo mirando Akiko con un rubor en sus mejillas encantador incluso vi en sus ojos el deseo y el brillo inocente que tenia, casi se le saltaban las lagrimas, entonces le di un beso en los labios saboreándolos lentamente sin prisa, quería degustar aquella calidez, inocencia y ternura que tenia, el tiempo se congelo por un instante que pareció eternizarse, al acabar me volví a sentar, por un momento Akiko se quedo paralizada en el sitio sin decir nada estaba extasiada por completo.

-- Akiko…despierta… ¿Te encuentras bien…? …-- le pregunte extrañada parecía qué le había dado algo y empezaba a asustarme.

-- Eh… ¿Qué…? …si estoy bien…-- dijo Akiko, su cara era un semáforo en rojo…salio de la habitación tropezando dos veces por el camino a la salida y eso que no había nada qué la hiciese tropezar.

-- Woow,…parece que le ha dado fuerte…-- dijo Verónica como burlándose de la pobre Akiko.

-- ¿Para que quieres esa tierra de cementerio…? …-- pregunte algo confusa.

-- Te quería comentar una cosa…viendo que tu parte de Nekomata salta al exterior cuando estas en un cementerio decidí hacerte un amuleto que llevase esa tierra dentro de el para que así pudieras sacar tus poderes cuando los necesitaras al menos hasta qué aprendas a dominarlos totalmente…-- dijo Verónica lo que planeaba hacer con esa tierra y la verdad me pareció una buena idea al menos podría darles un uso.

-- Tengo que decirte otra cosa…Elvira ha sido raptada del hospital…por la Gran Madre…no se para qué la querrá ni que piensa hacer con ella…pero esto ya se esta volviendo muy peligroso…-- le dije las ultimas noticias a Verónica cosa que su cara se volvió de sorpresa.

-- No puede ser que sea eso…pero todo encaja…-- dijo Verónica como si esperase que adivinara que estaba pensando sabía que tenía poderes pero hasta ese punto no habían llegado.

-- Si me pudieras explicar que es lo que sucede…lo mismo me enteraría…-- dije intentando hacer que soltara lo que sabia.

-- Perdona…pero todo empieza a encajar…al parecer la Gran madre rapto a tu padre para hacer renacer a Aloqua…pero por lo visto no le sirvió…ya que tiene que ser una mujer por eso ha robado el cuerpo de Elvira la piensa renacer en su cuerpo…tiene la sangre de tus amigas…con eso solo puede llenar tres partes del corazón que se llevo, y necesita la tuya para hacerla renacer…lo mas seguro que ya haya bañado dos santuarios con sangre… y ahora necesita el siguiente…tiene que averiguar donde se encuentra el santuario demoniaco para realizar el ritual y hacer que renazca Aloqua y traspasar su alma a Elvira…-- dijo Verónica explicándome la situación y la verdad qué era un poco peliaguda.

-- Aparte de todo eso me podrías decir quien es Aloqua…mi conocimiento demoniaco no llega tan lejos…-- dije intentando hacer que me explicara quien era ese ser.

-- Aloqua se podría decir que es como un madre de las sucubus hace qué los hombres enloquezcan y se suiciden es demasiado peligrosa para qué renazca…tenemos qué evitarlo a toda costa…-- dijo Verónica explicándome un poco de ese ser.

-- Sabes lo que mas me extraña de todo…de ser una simple chica a salvadora del mundo en unas cuantas semanas…es increíble si me lo hubieran dicho antes hace unos días no me lo hubiera creído o hubiera tomado por loco a cualquiera…que me lo hubiera dicho…-- dije pensando en todo lo que me había pasado.

-- ¿Te arrepientes de ello…?…-- pregunto Verónica mientras me veía una cara de melancolía.

-- Si te dijera que me arrepiento te mentiría…no cambiaria nada de lo que he pasado hasta ahora la verdad…he conocido tantas cosas a tantas personas maravillosas…aparte de mi madre…la verdadera me refiero y tantas mas…que no cambiaria nada…te lo puedo prometer y pienso llegar hasta el final de todo…-- respondí infundiéndome valor y recordando tantas amigas que había conseguido, pero estaba convencida qué no fallaríamos.

-- A propósito estas un poco mas…no se como decírtelo…grande…es como si el embarazo hubiera aumentado su estado…no deberías de hacer nada peligroso…podría ser perjudicial…-- dijo Verónica mientras miraba mi abdomen y no se equivocaba.

-- Lo se Verónica…esta cría querrá salir ya mismo…y me cuesta incluso moverme…pero no puedo dejar que lo hagáis todo…-- dije intentando poner una excusa para poder seguir con ellas.

-- Escucha por mi puedes venir pero necesitas alguien a tu lado que te proteja si pasa algo…yo estaré eso seguro pero necesitas a alguien mas…-- dijo intentando protegerme y no el faltaba razón.

-- Muy bien llevare a Akiko…ya la viste luchar estoy segura que sabrá defenderme si algo pasa…-- dije sabiendo que había escogido bien, aparte de ser un encanto sabia pelear de una forma increíble.

-- Esperemos que no te pase nada…y que Akiko sepa defenderte…por qué lo que nos espera es algo más complicado que un simple combate…-- dijo Verónica haciéndome la idea qué no iba a ser fácil.

-- ¿Qué es lo que crees que nos espera…? …-- pregunte algo asustada ya tenia el miedo en el cuerpo, sobre todo por haber visto aquel terrible Sutra en acción.

-- Si es lo que yo creo…esa dimensión es terrible…no creo que nos reciba con los brazos abiertos…además el tiempo pasa de manera distinta…debemos prepararnos… estoy segura que nos guardara mas de una sorpresa…-- dijo Verónica intentando imaginar lo que pudiera tener preparado.

-- Solo quiero rescatarlas sanas y salvas…-- dije bajando la cabeza cerrando los puños con rabia.

-- Lo haremos no te preocupes por eso…ahora es mejor que nos recuperemos…-- dijo Verónica mientras juntaba sus manos y empezaba a recitar algo una luz verde al igual que la otra vez la volvió a invadir algunas cicatrices incluso desaparecieron al instante.

En cuanto termino llamaron a la puerta era una de las chicas que nos avisaba para que fuéramos a comer y la verdad tenia algo de hambre, me levante como pude de la silla y Verónica de la cama y nos dirigimos al comedor, al entrar vi algunas sucubus preparando la comida era sorprendente no pensaba que pudieran tener esos talentos pero era normal ya que tenían que mezclarse entre la gente normal, al parecer ya tenían la confianza de las chicas y eso me agrado muchísimo, las chicas ya me habían cogido la bandeja y me tenían reservado un sitio incluso Akiko estaba sentada a mi lado, aquella gatita me había cogido mucho cariño y yo a ella, en cuanto me senté las chicas comenzaron a preguntarme como me encontraba y me sentía, aquellos ratos los atesoraba en mi corazón incluso Akiko estaba un poco mas suelta hablando, pero casi siempre terminaba roja por algún comentario, Verónica parecía estar encantada con todo aquello; ese momento casi se nos paso enseguida sin darnos cuenta.

En cuanto terminamos recogimos las cosas y Verónica me invito para ir a la arena junto con Akiko, no sabia lo que quería aunque algo me suponía.

Al llegar entre dentro y Akiko se coloco en posición junto a Verónica y empezaron a realizar unos movimientos muy relajados, pero a la vez complicados Akiko casi parecía un calco de Verónica, pero en uno de ellos tuvo un fallo que casi la hizo caer al suelo.

-- Akiko…no puedes fallar en eso…es la parte mas importante tenemos que estar compenetradas…si no…no podremos hacerlo…además tu vendrás con nosotras…-- dijo Verónica no se como se lo tomaría Akiko pero la verdad puso una cara de susto.
--¿Qué…?…Pero seria un estorbo…el que fuera con vosotras…-- dijo Akiko asustada, no quería forzarla a que fuera pero no tenia otra solución.

Me acerque a Akiko para intentar calmarla, estaba demasiado nerviosa por la noticia.

-- Cálmate Akiko…si no quieres ir no te preocupes…vendrás conmigo…se que tienes miedo pero debo ir y quería que me acompañases…eres la mejor en combate incluso Verónica lo sabe y solo quería que me protegieses si pasara algo…-- dije intentando calmarla, no quería obligarla a venir sabia que le tenia miedo podía vérselo en sus ojos.

Akiko se quedo un momento mirándome a los ojos, es como si pudiera transmitirle algo de valor y la seguridad de que volveríamos.

-- Muy bien…no te fallare…iremos…-- dijo Akiko cogiendo valor, sabia que podía confiar en ella para aquello y no fallaría.

-- Muchas gracias…te lo agradezco…-- le dije mientras la abrazaba, Akiko en ese momento no supo como reaccionar, era como si algo por dentro hubiera estallado en ella.

--¿Eh? …¿Ah? …Si, es verdad…tienes razón…sigamos…-- dijo Akiko sonrojada completamente parecía que aquel abrazo la había puesto demasiado nerviosa, y me encantaba, parecía que cuando se sonrojaba se volvía mas patosa inconscientemente.

Mientras regresaba a los entrenamientos tropezó unas cuantas veces y en la realización de los movimientos Verónica tuvo que regañarla varias veces, yo no pude más que sonreír, era todo un encanto.

Me sentí algo cansada así que decidí ir al dormitorio a dormir un poco y poder descansar, parecía que mi cuerpo me lo estuviese pidiendo a gritos, en cuanto llegue cerré la puerta y me tumbe en la cama me quede por un instante mirando al techo y acariciando mi vientre, como si acariciara al bebe, en esto sentí una patada era como una respuesta, eso me lleno de felicidad y poco a poco empecé a cerrar los ojos, pero había algo que echaba de menos las alas de Rubí a mi lado abrazándome y esa canción de cuna.

Aquel sueño fue muy reparador para mi no se ni cuanto tiempo estuve dormida, cuando abrí los ojos note alguien al lado mía, pensé enseguida que se trataba de Rubí pero no podía ser ella tendría sus alas encima mía, baje un poco las manos y note una cola peluda y muy suave gire la cabeza y vi que se trataba de Akiko, que había entrado en mi habitación para descansar un poco, por un rato observe aquella carita de ángel que estaba dormida, y me daba pena despertarla debería de estar muy cansada.

-- Eh…Akiko…despierta…venga no seas dormilona…-- dije bromeando, mientras le acariciaba el rostro.

-- ¿Si…? …dios…lo siento de verdad…pensaba despertarme e irme antes de que te dieras cuenta… de que estaba aquí perdón de verdad…-- dijo completamente ruborizada.

-- No te preocupes…normalmente duermo con Rubí…así que tranquila si quieres venir no hay problema ninguna de verdad…--dije mientras le daba un beso ligero en la mejilla como si el rozara.

-- Pendonéame…no volverá a pasar…-- dijo levantándose y dirigiéndose hacia la puerta en ese momento se abrió y la pobre Akiko recibió un golpe en la nariz.

-- Auch!!!…-- exclamo Akiko tapándose la nariz por el dolor.

-- Perdón...lo siento Akiko te encuentras bien…-- dijo Verónica disculpándose por el portazo que había recibido la pobre.

-- Si, no te preocupes…-- dijo Akiko frotándose la nariz.

-- Te estaba buscando…tenemos que prepararnos para irnos…-- dijo Verónica, por lo visto ya lo tenia todo preparado para abrir la puerta; en el estomago sentí como mariposas lo mas seguro serian los nervios.

-- Si podéis esperar un momento… tengo que ir a la habitación para prepararme…no tardare mucho…-- dijo Akiko saliendo de la habitación a toda prisa y con la cabeza agachada, solo esperma que no volviera a tropezar nuevamente.

Antes de salir de mi habitación cogi las espadas, preparándome para lo que pudiera acontecer.

-- ¿De verdad vas a llevar eso...? …-- pregunto Verónica algo preocupada.

-- Si, pero no son para mi son para Akiko…estoy segura de que podrá manejarlas…-- dije sabiendo que podría manejarlas, al menos sabría manejarlas mejor ya que por lo visto yo aun no podía con ellas.

-- Mira eso no lo había pensado…estoy segura de que le servirán…es mejor que nos apresuremos…-- dijo Verónica metiendo prisa.

En cuanto salí de la habitación vi a las chicas dándome ánimos y apoyándome esperando que trajera de vueltas a todas, cuando pasaba miraba a sus ojos llenos de esperanza y de fe en mí pero no sabía si me la merecía pero daría todo lo que pudiera de mí para poder regresarlas.

Al llegar a la arena vi a Akiko con un traje típico chino de color rojo adornado con un dragón de color dorado, con sus bao-bao recogiéndole el pelo y unas típicas zapatillas en sus pies.

-- Wooow…Estas guapísima Akiko…-- dije haciéndola sonrojar mientras jugueteaba con su cola.

-- Es un traje de batalla de mi madre…me lo entrego cuando murió y quería ponérmelo para esta ocasión…dijo con la cabeza baja sonrojada por el piropo de antes.

-- Toma es mejor que las uses tu…espero que te sirvan…ya que por lo visto no puedo usarlas de momento…-- dije entregándole las espadas sus ojos se abrieron como platos, estaba como en otro mundo cuando las vio.

-- Gracias…no te fallare de verdad…-- dijo completamente ilusionada es como si le hubiera dado el mejor regalo del mundo.

Acto seguido clavo las espadas en el suelo una a cada lado de ella arrodillándose, se adelanto un poco y se puso al lado de Verónica ambas empezaron a realizar unos movimientos muy suaves al principio poco a poco fueron subiendo de ritmo eran muy compenetrados casi se podía decir que era una el calco de la otra, las luces de la habitación empezaron a parpadear levemente, el ambiente se tornaba cada vez mas frío, el parpadeo era cada vez mas fuerte y continuo delante mía se empezaba a abrir una especie de grieta que cada vez era mas grande seguidamente en un movimiento Verónica se pudo atrás y empezó a realizar uno de sus Sutra mientras que Akiko seguía haciendo los movimientos al final con una leve explosión de luz suave que sobrecogió mi corazón del susto aquella especie de portal termino de abrirse, se podía ver a Akiko cansada por los movimientos retrocedió un momento y recogió las espadas, a la vez que Verónica dejaba de recitar.

-- Bueno esta listo…vamos aya…-- dije mostrando todo el valor de que era capaz no podía venirme abajo Akiko confiaba en mi lo mismo que Verónica.

-- Suerte…regresad sanas y salvas…-- dijeron las chicas, éramos su única esperanza de que volvieran Catia y las demás.

Verónica no dejaba de jadear por el esfuerzo había sido bastante duro para ella abrir aquello si hubiera estado sola estaba segura de que no lo hubiera podido hacer, fue la que entro la primera, aquel portal parecía que la absorbiera, seguidamente entro Akiko con las espadas en alto preparándose para lo que pudiera pasar, y detrás la seguí yo cerrando los ojos.

Cuando los abrí me encontré vestida con una especie de kimono ceremonial de color negro lleno de flores las orejitas de gato aparecían al igual que las dos colas, Verónica portaba el típico traje ceremonial de las mico en su cabeza podía verse aquellas orejas de zorro y las dos colas, en donde había menos cambios fue en Akiko no observe aparentemente ninguno.

El sitio era un campo amplio con un atardecer al fondo el sol tenia un color rojo completamente, aunque el aspecto de aquel sitio era desolador podían verse fuegos fatuos paseando por el lugar, y por el cielo algunas nieblas de color blanco moviéndose al azar, sin embargo el aire era fresco, de vez encunado se escuchaban el graznido de los cuervos revoloteando por el lugar.

-- ¿Qué es este sitio…?…-- pregunte extrañada y casi asustada por el espectáculo que estaba presenciando.

-- No te preocupes se podría decir que es… la antesala de la casa de la muerte tendremos que avanzar un poco…-- respondió Verónica escuetamente.

-- ¿En este sitio hay animales…? …-- pregunto Akiko viendo revolotear a los cuervos y me había quitado la siguiente pregunta de la boca.

-- Solo algunos animales…se dice que los cuervos al igual que los gatos pueden estar en los dos sitios al mismo tiempo…y como ves es verdad…-- respondió Verónica mirando como a veces desaparecían del lugar.

Aquel sitio me ponía los pelos de punta, y creí que lo mismo que a Akiko que no dejaba de mirar en todas partes de vez en cuando me miraba de reojo como si mi visión la armara de valor.

Avanzamos durante casi una hora sin ver a nadie ni nada parecía que aquel campo no tenia fin, poco a poco el terreno fue cambiando el terreno empezó a ser mas pedregoso y la vegetación mas escasa, podía verse algunos lirios araña que decían que solo crecían en los cementerios eran preciosos de un color azulado, aunque hubo pasado algo de tiempo me di cuenta que el sol no se movía de su posición y eso me extraño.

-- ¿Por qué el sol no se ha movido…? …Hace tiempo que caminamos y no parece que se vaya a poner…-- pregunte mientras miraba esa puesta de sol perpetua.

-- Se dice que esa es la hora del demonio…y como ves este es el sitio…-- respondió Verónica mientras me sonreía casi maliciosamente o fue mi imaginación la que hizo el resto.

-- Brrr…-- dijo Akiko parecía que aquella respuesta le había puesto los pelos de punta por un momento.

-- ¿Tienes frío…? …-- pregunte extrañada por el escalofrío tan repentino que tuvo y la temperatura no era muy desagradable.

-- No, es solo…que he tenido un escalofrío…no te preocupes…-- dijo Akiko como si algo le hubiera rozado la espalda podía verse incluso que tenia la piel de gallina de los brazos.

Al fin pudimos ver un camino era mejor que ir sin rumbo un poco mas adelante pudimos ver que ese camino nos llevaba por un desfiladero hacia una pequeña montaña, avanzamos por el poco a poco a medida que subíamos pudimos ver algunos árboles marchitos sus ramas parecían garras en algunos de ellos habían colgando varios cuerpos, y la visión no era mejor si se miraba a los lados del camino en el fondo podían verse varias estacas de bambú con victimas empaladas en ellos la sangre aun goteaba por ellas.

-- Socorro…Ayuda…-- suplicaron algunos cuerpos incluso pude ver como se movían la escena era grotesca casi dantesca podía decirse, observe como Akiko empezaban a temblarle las manos, su cara cambio de golpe estaba aterrorizada, y la verdad no era para menos; el miedo iba apoderándose de mi también lentamente, no sabia donde mirar aya donde fuera veía esos cuerpos pidiendo ayuda con sus rostros casi descompuestos.

-- HACED QUE SE CALLEN!!! …-- grito Akiko desesperada, arrodillándose en el suelo mientras se tapaba los oídos y cerraba los ojos.
Yo no pude más que abrazarla e intentar calmarla, pero sabia que esto empezaba a ser demasiado para ella, mientras Verónica la veía casi inmutable a pesar del espectáculo que estaba presenciando.

-- ¿Verónica que es esto…?…-- pregunte asustada mientras abrazaba a Akiko para calmarla, notaba que no dejaba de temblar.

-- Te acuerdas…cuando trajiste a Onírico para que cruzara la puerta de los muertos…-- dijo Verónica haciéndome recordar ese momento.

-- Si me acuerdo fue precioso…tuve una sensación de paz y amor…pero la que tengo ahora es de odio…y maldad que casi puede palparse…-- dije recordando aquel bello momento pero no sabia que tenia que ver con este.

-- Pues este es el otro lado de la muerte…aquellas almas que han sido abandonadas a su suerte…por una muerte violenta…son malvadas…o almas pecadoras que no tiene salvación y estarán sufriendo toda la eternidad…al verte piden la salvación…no te preocupes no pueden hacerte daño…-- dijo Verónica recordando a Noriko y la verdad no pude culparla que quisiera que atravesara la puerta de los muertos conmigo, ella no se merecía esta tortura.

Poco a poco Akiko fue levantándose yo la seguía manteniendo abrazada seguimos el camino un poco mas arriba pudimos ver una especie de edificio de cuatro plantas al mas puro estilo oriental rodeado por una muralla era de color blanco impoluto de seguro que daba la nota con aquel sitio.

Akiko fue recuperándose lentamente pero aun podía ver que temblaba algo por el miedo que tenia encima; nos acercamos a la puerta principal y la empujamos esta se abrió lentamente aquel sitio era bastante grande, nuestra vista enseguida se poso en una especie de cruces que había en el patio delante del edificio estaban construidas con calaveras sus ojos aun brillaban con una especie de fulgor rojizo, para mi sorpresa pude ver a Alexa sujeta de uno de ellos, ahora me explico por que tardaba tanto en volver la kitsune la había atrapado, allí estaban todas ellas Catia, Rubí incluso Miriam por suerte estaban dormidas o eso parecía detrás de ellas había una especie de pequeño altar y encima una jarra de color negro de las que usaron para recoger la sangre de las compañeras de Catia, la puerta se cerro detrás de nosotras de improviso de un sonoro golpe.

Una voz resonó en todo el lugar, parecía provenir de todas partes.

-- Vaya así que tenéis el valor de haber venido…-- dijo la kitsune, como esperando que no hubiéramos venido.

-- Aquí estamos…ahora suéltalas…-- dijo Verónica en tono desafiante.

-- Claro no hay problema…si antes me entregas a Amanda o mas bien su sangre…toda su sangre…-- dijo la Kitsune retándola.

-- De eso nada…muéstrate…-- dijo Verónica intentando que saliera de donde estuviera, al menos podríamos verla.

De un brillo de luz suave y aparecieron la kitsune vestida con el kimono de las miko y armada con una naginata, su rostro era mas zorruno de lo normal y fuegos fatuos la rodeaban pero eran de un color negro, a su lado estaba Rubí o su parte de súcubo que había visto, su rostro era anguloso completamente, sus manos estaban acabadas en afiladas garras y su cuerpo era mucho mas musculoso, su boca estaba llena de colmillos y sus ojos es como si te atravesaran el alma, y a su lado una especie de tunica negra dentro de ella solo podíamos ver una calavera sus cuencas estaban llenas de un fuego de color azulado en su mano huesuda portaba una guadaña de la que goteaba sangre.


P.:eek: Bueno aqui os dejo la continuacion muchas gracias a todos y un :*
 

iramon

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Muy bueno y me quedo con la intriga de que pasara en ese lugar
 

Yarina

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UNA BATALLA DIFICIL…

El ambiente se hizo de pronto opresivo y my cargado aquella figura me ponía los pelos de punta, y la parte oscura de Rubí era terrorífica, esperaba poder evitar aquello pero sabía que iba a resultar imposible.

-- Muy bien aquí estoy…-- dijo la kitsune con arrogancia.

-- Supongo que no las soltaras por las buenas… ¿Qué es lo que quieres…? …-- pregunto Verónica intentando averiguarlo.

-- Es muy simple…solo su sangre y su muerte…es lo que me dijo La Gran Madre…-- dijo la kitsune revelando sus intenciones y la verdad no estaba muy conforme con entregarle mi sangre,

-- Ni siquiera pienses eso…a propósito… ¿Para que es esa urna…? …-- dije sorprendiendo a Verónica y a Akiko que se giraron la cabeza sorprendidas, no esperaban de mí una respuesta así.

-- Vaya hablo la mas cobarde de todas…pero bueno parece que te has fijado en mi pequeño regalo para ti…-- dijo la kitsune apartándose un poco para que pudiera verla bien.

-- ¿Qué regalo…? …-- pregunte extrañada pero sabia con seguridad que no iba a ser un buen regalo.

-- Es simple…cualquier gota que derrames de sangre aquí será recogida en esa urna…Así que yo que tu no derramaría nada y por lo que veo…derramaras mucha y esa cría sigue creciendo por lo que puedo ver estas casi a punto de dar a luz…Es mejor dejarse de charlas…y como estoy segura de que no me darás tu sangre por tu propia cuenta es mejor que la cojamos…a propósito te aviso de otra cosa por si lo quieres saber…como veras aquí esta la parte oscura de Rubí yo que tu no le haría daño alguno…-- dijo la kitsune previniéndome pero no entendía el por que de lo que decía.

-- ¿Por qué lo dices…? …-- pregunte extrañada por su comentario.

-- Compruébalo tu misma…-- dijo la kitsune sonriendo maliciosamente, esas palabras fueron el comienzo de esta batalla.

Al parecer los bandos se habían decidido Verónica pego un salto hacia el techo junto con la otra Kitsune para enzarzarse en una sucesión de golpes que de momento no había ningún resultado, aquella figura con la guadaña se lanzo a por Akiko su velocidad era sorprendente por suerte estaba bien entrenada y pudo detener su avance, la mala suerte fue que aquella parte de Rubí se lanzo a por mi pero por suerte mis sentidos estaban mas despiertos que nunca pero no mi rapidez pude esquivar uno de sus agrazos por suerte; Akiko intento venir para protegerme pero aquella figura no le daba respiro alguno con sus ataque aunque era rápida no pudo hacer nada, y Verónica era imposible que viniera, seguía en su contrincante, la parte oscura de Rubí volvió a atacarme por suerte pudo apartarme, mi mente empezó a recordar todos los entrenamientos que tuve con Akiko y las posturas que tomaba, gracias a eso pude evitarlo y también pude realizar mi ataque que impacto en el estomago, pero aquella criatura ni siquiera se inmuto, en vez de eso la propia Rubí soltó un grito de dolor no podía creer aquello.

-- ¿Pero que es lo que pasa…? …-- pregunte extrañada al ver aquello, como podía ser que al golpearla la verdadera Rubí sintiese el dolor.

-- ¿No habrás hecho eso…? …-- pregunto Verónica por aquella situación.

-- Fíjate bien Verónica…con nuestros ojos de kitsune…y te darás cuenta que un hilo de plata las une…cualquier daño que le hagas a su parte oscura la recibirá la verdadera…y olvídate de romperlo…sabes perfectamente que no se puede al menos físicamente…y no te pienso dejar hacerlo…-- respondió la kitsune, una vez dicho esto se volvió a lanzar para proseguir la pelea que había iniciado.

-- Mierda…mas problemas…-- dije, pensando mientras la maldecía mentalmente.

Una vez hubo terminado de decirlo aquella figura volvió a lanzarse contra mi con toda su furia, no sabia que hacer no podía dañarla sin embargo ella ami podría matarme a placer, por suerte podía esquivarla pero estaba convencida que de una forma u otra terminaría cansándome y hay es donde habría problemas, no contaba con Akiko ya que se encontraba en una batalla intentando detener aquella guadaña con las espadas que le había dado, a veces veía saltar las chispas de sus golpes, estaba dándolo todo, pero cada vez le resultaba mas difícil detenerla, sus golpes era mas fuertes, mientras Verónica seguía luchando con la otra kitsune, la batalla empezaba a decantarse y no precisamente a favor de Verónica que por lo visto ya había recibido algunos golpes.

Por suerte pude esquivar el siguiente ataque no se lo que paso, pero me encontré espalda contra espalda de Akiko.

-- ¿Qué tal lo…llevas…? …-- pregunte entre jadeos ya empezaba a cansarme.

-- No muy bien…se esta poniendo complicado…ten mucho cuidado…-- respondió Akiko mientras jadeaba por el cansancio, la que no parecía dar muestras de ello era Verónica por suerte mis ojos estaban mas acostumbrados o seria el cambio que habían experimentado al estar aquí pero podía seguir su velocidad, era increíble el intercambio de golpes, en ese momento vi como Verónica abrió su boca y empezó a acumularse energía en ella en un momento soltó esa energía con tal mala suerte que la otra kitsune logro esquivarla impactando contra el techo de la casa.

El ataque de la guadaña hizo que nos volviéramos a separar, Akiko de momento podía detener a aquella cosa, sin embargo mi oponente no cesaba de atacarme, con tal mala suerte que una de sus garras impacto en mi brazo haciéndome una herida, un grito rompió aquella batalla, la sangre caía al suelo pero no se quedaba allí era como si fuera absorbida al instante y llevada a aquella vasija.

-- AMANDA!!!…-- gritaron casi a la vez Verónica y Akiko en cuanto escucharon mi grito.

Sin embargo aquella criatura no me dejaba descansar por suerte su siguiente ataque impacto en el suelo, pudiéndolo esquivar.

Verónica intento lanzarse a ayudarme pero le resulto inútil, la otra kitsune se interpuso en su camino.

-- ¿A dónde crees que vas…?…-- pregunto la otra kitsune poniéndose en medio del camino de Verónica.

-- Aparte de mi camino…-- dijo Verónica casi amenazándola, podía ver que sus rasgos empezaban a cambiar poco a poco.

-- Vaya veo que empiezas a tomártelo en serio…Entonces me lo tomare en serio también…-- dijo la kitsune, como podía decir eso pensaba que se lo estaba tomando en serio.

El rostro de la otra kitsune cambio radicalmente sus rostros eran completamente zorrunos, incluso al lado suyo empezaron a acumularse algunos fuegos fatuos de color negro, su cuerpo estaba rodeado por una especie de aura de color negruzco.

La cara de Verónica cambio de golpe, se veía el miedo en sus ojos, de momento la había estado conteniendo pero pensé que esta batalla iba a ser demasiado para ella.

La mala suerte volvió a golpearme, me despiste mirando a Verónica y lo que ocurría, uno de los ataques de la criatura alcanzo mi espalda y volví a gritar de dolor, apoye mis rodillas en el suelo, el cansancio y el dolor estaban haciendo mella en mi y aun mas aquel peso extra que tenia me agotaba de sobremanera también el ambiente era algo mas opresivo, pude ver como Akiko proseguía su batalla de momento podía esquivar sus ataques; en uno de los ataques de Akiko acertó con las espadas en el torso de aquella parca, ni siquiera profirió un grito de dolor, la cara de Akiko cambio de golpe a miedo que podía hacer si las espadas no le hacían daño, la figura sencillamente uso la guadaña para empujarla hacia atrás dejando las espadas clavadas en su cuerpo, Akiko termino contra la pared del muro, no sabíamos que hacer, veía como lentamente aquella cosa empezaba a acercarse lentamente hacia mi lo mismo que el enemigo de Akiko, sentía el sudor deslizarse por mi cara, mis ojos estaban abiertos fijos en aquellos lagos de sangre que parecían ojos no sabia que hacer, la sangre que estaba perdiendo estaba siendo llevada a ese recipiente, y no podía moverme y Akiko estaba aterrorizada mientras se acercaba su enemigo, solo podía esperar que Verónica pudiera ayudarnos pero veía que estaba demasiado ocupada, la otra kitsune no le daba tregua, saltaban de una parte a otra, atacándose sin parar, en unos de sus movimientos Verónica cayo al techo del edificio, la otra kitsune se puso encima de esta abriendo su boca como si fuera el golpe definitivo, una extraña energía se acumulo en su boca, dispuesta a dar su golpe definitivo, no podía ser que todo estuviera perdido y mas ahora, el dolor me atenazaba y solo pude ver como aquella garra se levantaba para asestarme el golpe definitivo, en ese momento observe como la parte oscura de Rubí retrocedía llevándose las manos a la cabeza por el dolor, no entendía que pasaba, observe como la parca retrocedía por un grito de dolor que rasgo el ambiente la otra kitsune ni siquiera se percato de lo que sucedía estaba demasiado concentrada en su ataque.

-- MUEREEE!!! …-- exclamo la kitsune segura de su victoria, un rayo de oscuridad bajo, para acabar con Verónica, lo único que pude ver es como aquella energía fue desviada perdiéndose en el cielo, no pensaba que pudiera haber sido Verónica, pero entonces quien fue.

Un haz de luz brillante muy suave se puso delante de nosotras, empezó a tomar forma corpórea poco a poco, no me creía que fuera ella.

-- ¿Noriko…? …¿Eres tu…? …-- pregunte extrañada y a la vez contenta de haberla visto, era como una bendición caída del cielo nunca mejor dicho, portaba un traje ceremonial de miko y en su mano una naginata espléndidamente decorada, su pelo estaba recogido de la manera tradicional, un aura de color blanca la rodeaba, casi se me saltaron las lagrimas al verla.

-- ¡No puede ser…estabas muerta!…-- exclamo la otra kitsune sorprendida y enfadada a la vez de su aparición por lo visto no contaba en sus planes.

En ese descuido Verónica pudo salir de allí y colocarse en otro sitio, sus ojos no daban crédito cuando la vio, casi lloro.

-- Noriko…eres tu…-- dijo Verónica con las lagrimas saltadas, al parecer su aparición hizo que las fuerzas de Verónica regresaran.

-- Te dije que te protegería, y estoy cumpliendo mi juramento…ahora acaba con ella se que puedes hacerlo no te preocupes por tus amigas yo las protegeré…Amanda no te preocupes por Rubí he cortado ese hilo que las unía…esta a salvo…-- dijo Noriko abriendo los ojos y con una sonrisa que podría decirse que era de victoria segura.

-- Gracias…-- dije aliviada por su intervención mire a Akiko que estaba sorprendida al verla.

Instintivamente tanto aquella parca como la parte oscura de Rubí atacaron a Noriko, sus ataques eran seguidos pero los movimientos y la defensa de Noriko era perfecta ninguno de los ataques acertaba en su cuerpo, sin embargo varios golpes de su arma impactaron en el cuerpo de sus enemigos, era increíble verla luchar, aquellos cortes se mostraban en sus cuerpos con líneas de color blanco en donde había impactado.

Me levante como pude aun goteando sangre, me acerque a Akiko para zarandearla un poco que aun seguía en shock por la aparición y su forma de luchar no dejaba de mirarla.

-- Akiko…despierta no es el momento…tienes que ayudarme…-- dije zarandeándola un poco para que reaccionara.

-- Si…dios mío estas sangrando demasiado…-- dijo Akiko mientras rasgaba parte de su vestido para hacer una venda improvisada y ponérmela en el brazo.

-- Pero que haces…es el vestido que te dio tu madre…-- dije preocupada por lo que había hecho.

-- No te preocupes…estoy segura que mi madre hubiera aceptado que hiciera esto…además es solo tela y nada mas…el verdadero recuerdo lo llevo dentro de mi…-- dijo Akiko mientras me realizaba el vendaje improvisado.

Una vez me lo hubo hecho, Akiko corrió para coger las espadas que habían caído del cuerpo de aquella parca, pudimos ver mientras nos levantábamos como Noriko seguía batallando contra aquellos dos monstruos que no la dejaban si un segundo, los golpes se sucedían, pero poco a poco fue ganando terreno con sus ataques cada vez eran mas certeros y en el cuerpo de ambos empezaban a verse cicatrices de varios de sus ataques recibidos, por un momento miramos al techo del edificio Verónica empezaba a transformarse casi por completo sus rasgos eran completamente zorrunos sus colas estaban alzadas y alrededor de ella había varios fuegos fatuos también pero estos eran de un color azulado.

Verónica se lanzo al combate chocaron entre las dos aquel impacto produjo una luz de un color negro que las rodeo por completo en un instante se separaron y volvieron a chocar entre ellas esta vez para golpearse al parecer no había ningún ganador, los golpes se sucedían sin dejar tregua al mas mínimo fallo, aunque tampoco podía permitírselo, la visión de Noriko parecía haberla rejuvenecido de alguna forma.

Nos acercamos lentamente a aquellas monstruosidades de cruces para desatar las almas de las demás intentamos forzarlas pero no había forma, Akiko alzo su espada para impactar en uno de los grilletes pero ni siquiera se araño, no había forma.

-- No hay forma…pero de que demonios están hechos…-- dijo Akiko cabreada.

-- No podréis, abrir los grilletes…y ni se os ocurra intentar ir por la urna tampoco podréis romperla…tu sangre seguirá llenándola…-- dijo la kitsune advirtiéndonos de que no iba a ser posible hacer nada con los grilletes ni la urna.

-- Joder…tiene que haber una solución a esto…-- dije cabreada cada vez que solucionábamos una cosa empezaba otra.

Al instante escuche un grito de dolor observe como la parte oscura de Rubí caía al suelo atravesada por el arma de Noriko, en suelo pude ver como si pidiera perdón por haber hecho aquello, en otro movimiento la parca cayo al suelo dejando solo un manto y su arma.

-- Amanda…haz una cosa…concéntrate en las almas torturadas que hay aquí…pídeles ayuda…si no, estoy segura que Verónica no durara mucho…-- dijo Noriko mientras miraba la pelea que tenia Verónica.

Mire al cielo y la lucha seguía produciéndose, no parecía haber ganador pero en el cuerpo de Verónica ya se veían algunas heridas producidas por las garras y quemaduras de los fuegos fatuos.

-- ¿Por que no vas a ayudarla…como has hecho con nosotras…? …-- pregunte por curiosidad.

-- Mi juramento es protegerla…no intervenir en la lucha pero tu si puedes…por favor haz lo que te pido…yo liberare las almas de tus amigas…-- dijo Noriko viendo la lucha, en su rostro podía observarse el temor que tenia de que pudiera pasarle algo a Verónica.

-- ¿Puedes hacer eso…?…-- pregunte algo aliviada al fin se iban solucionando los problemas.

-- Si así que empieza a concentrarte…-- respondió Noriko con toda seguridad.

En un momento Noriko alzo su arma para golpear los grilletes que las aprisionaban, estos cedieron al momento aquellas almas se convirtieron en luz abandonando este lugar para regresar a sus cuerpos.

-- NOOOO!!! …-- grito desesperada la otra kits une, había perdido una de sus bazas, lanzándose a por Noriko, totalmente enfurecida.

En ese momento empecé a concentrarme en todas aquellas almas que había visto sufriendo y padeciendo estaba segura que no tenían por que estar allí si era necesario las acompañaría a la puerta.

-- ¿A dónde crees que vas ahora…? …Tu lucha es conmigo…recuerdas…-- dijo Verónica esta vez con una sonrisa en la cara.

-- Crees que por haber liberado a tus amigas…servirá de algo…todo esta decidido…-- dijo la otra kitsune como si fuera un amenaza.

-- Protege a Amanda yo iré a la urna para romperla…-- dijo Noriko a Akiko, esperaba que al menos se pudiese romper.

Noriko se acerco a la urna y de un golpe la urna cedió rompiéndose en pedazos pero dentro no había nada.

-- Crees que hay se acumularía la sangre hubiera sido demasiado… entupida si así lo hubiera hecho…eso es solo un conducto la sangre esta siendo llevada al corazón…-- dijo la kitsune regodeándose en su plan.

-- Es solo un vinculo…si es así tenemos problemas…-- dijo Noriko al ver la urna vacía.

En ese instante cerré los ojos y alce los brazos, las almas torturadas redoraron en mi cabeza, todo su dolor y su ira contenida, también como pedían ayuda por sus castigos cometidos.

-- Apelo a todas las almas torturadas, pido vuestra ayuda yo os concederé el perdón a vuestros pecados, recuperad el honor que habéis perdido con vuestra obra…yo os acompañare a trabes de la puerta de los muertos…-- dije suplicando por la ayuda, aunque la verdad no creía que pasase nada.

En ese momento escuche varios pasos que se acercaban por la entrada pude ver que aquellos cuerpos descompuestos habían respondido a mi llamada, Akiko al verlos se asusto poniéndose detrás de mi.
-- No te preocupes…no te harán ningún daño…solo han venido por la suplica de Amanda…estoy segura que ella les redimirá…-- dijo Noriko tranquilizándola, mientras miraba el pasar de aquellos cuerpos.

Mire hacia donde estaba la pelea cada vez se encrudecía mas, Verónica no podía aguantar por mucho tiempo, ambas se pusieron en cada lado del tejado, el vestido de Verónica estaba destrozado y manchado por su sangre debido a varios garrazos, mientras la otra kitsune tenia pocas heridas, podía verse con gran diferencia la experiencia de una a la otra.

En ese momento Noriko lanzo su arma contra la otra kitsune que se clavo a escasos centímetros de ella.

-- Vaya parece que tu puntería esta algo afectada…-- dijo la otra kitsune riéndose del fallo que había cometido.

-- Pero se puede saber a donde apuntas…además dijiste que no podías interferir en la lucha…-- dijo Akiko sorprendida por lo que había hecho.

-- Quien te ha dicho que quería darle…-- dijo Noriko sonriéndole de manera maliciosa.

-- Parece que estas en las ultimas…de esta no saldrás…después iré por tus amigas…y te prometo que las Hare sufrir…-- dijo la otra kitsune amenazándola.

-- ¿Tu crees…? …Yo no estaría…tan segura…-- dijo Verónica mientras jadeaba.

Durante su charla pudimos ver que los cuerpos escalaban el edificio en un descuido varios se lanzaron a sus pies sujetándola esta al verlos intento moverse para quitárselos de encima varios de ellos salieron despedidos cayendo al vacío, mientras otros tantos se lanzaban por ella, amarrándola, e inmovilizándola.

-- Quitaos de encima…desperdicios…-- dijo la kitsune furiosa mientras forcejeaba con quitárselos de encima, pero empezaba a resultarle cada vez mas difícil, llego un momento en que le resulto imposible moverse.

Verónica se acerco al arma que había sido arrojada por Noriko recogiéndola se acerco a la otra kitsune y la levanto en señal de atacarla.

-- Ha llegado tu fin…-- dijo Verónica bajando el arma, que se incrusto en el pecho de la otra kitsune, esta soltó un grito desesperado de dolor, que incluso pude sentir dentro de mi.

Su cuerpo caía sin vida en el tejado, los cuerpos empezaron a bajar y a acercarse a mi en un momento me vi rodeada por ellos.

-- Vuestro honor ha sido saldado…podéis descansar en paz…-- dije una vez que hubieron cumplido la suplica.

En un momento vi como aquellos cuerpos caían al suelo y varias esferas de luz se elevaban en los cielos en busca de su paz esperada, no sabría como explicarlo pero me sentí feliz y contenta de haberlos ayudado.

En seguida note como un dolor atroz en el vientre pensé incluso que había llegado el momento del parto pero no podía ser no quería que fuese aquí, coloque mis manos en el abdomen por el dolor.

-- Amanda… ¿Te encuentras bien…? …-- pregunto Noriko asustada.

-- Me duele…horrores…es como si fuera a dar a luz…-- dije llevándome las manos al abdomen.

El edificio empezó a temblar de sobremanera, al parecer se venia abajo con nosotras dentro.

-- ¿Pero que es lo que…pasa ahora…? …-- pregunto Noriko que no salía de un susto para entrar en otro.

-- Una vez muerta…la kitsune…el Sutra se descompone y la dimensión se colapsa…es mejor que salgamos de aquí cuanto antes…-- dijo Noriko mientras Verónica saltaba desde el edificio reuniéndose con nosotras abajo.

Verónica me cogio en sus brazos para acelerar la marcha y poder salir de allí, no sin antes despedirse de Noriko esta vez en persona, me alegre mucho por ella.

-- Me alegra de volver a verte…muchas gracias por tu ayuda…-- dijo Verónica agradeciéndoselo todo.

-- Recuerda te seguiré protegiendo…siempre estaré a tu lado…ya nos veremos…-- dijo Noriko mientras desaparecía.

Empezamos a correr hacia la salida que teníamos, pudimos ver como la casa se descomponía por momentos, en el camino se abrían grietas si no nos dábamos prisa quedaríamos atrapadas en aquel sitio y Verónica no estaba para correr precisamente y mas conmigo después de la pelea, podía ver en su rostro que aun le dolían las heridas.

Con gran esfuerzo pudimos ver que aun la entrada estaba abierta, Verónica llego casi exhausta por el esfuerzo, no sabría como agradecérselo en cuanto entramos la puerta esta se cerro detrás de nosotras de golpe, al menos pudimos escapar a tiempo.

Las chicas nos estaban esperando, nos recibieron con gran alegría.

-- ¿Cómo te…encuentras…? …-- pregunto Verónica entre jadeos.

-- El dolor ha pasado…ya no me duele…-- respondí aliviada al parecer había cesado de momento.

Entre las chicas pude ver a lo lejos a Catia mirándonos con una sonrisa en la cara, incluso Miriam que estaba sentada en una de las gradas entre todas ellas pude ver a Rubí y a Alexa que se acercaban a mi para abrazarme, estaban despiertas y conscientes, mi corazón dio un vuelco de alegría, en cuanto sentí sus abrazos rodeándome era como estar en el cielo en un momento, al fin las había recuperado.

En ese momento Eve entro en la habitación diciendo algo que me hizo estremecer era como estar en el cielo en un instante y volver al infierno al momento.

-- La invocación será mañana a medianoche…y el lugar es tu instituto…será mejor que nos preparemos…-- dijo Eve dejándolas a todas sorprendidas…


FIN DEL CAPITULO 4

P.:eek: Bueno con esto llegamos ya a la penultima temporada la siguiente sera la ultima espero que lo esteis disfrutando y muchas gracias a todos :*
 

zikuti

Becerro
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Yarina te felicito, espero el resto. si me queda tiempo intentare dibujar a Rubi
 

iramon

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Esperando la ultima parte y Zikuti ojala puedas plasmar a Rubi para ver si todos no la imaginamos Igual
 

Yarina

Bovino adolescente
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CALMA ANTES DE LA TORMENTA

-- ¿Pero que dices?... Eso no puede ser posible…En mi instituto no hay nada…-- dije yo sorprendida.

-- Si lo hay…-- respondió Akemi desde el fondo del pasillo, al parecer se había levantado y se encontraba bien.

-- Mama…estas bien… ¿Pero de que hablas…? …En el instituto no hay nada…-- volví a preguntar.

-- Te acuerdas aquel día que estaba buscando una cosa en mi despacho aparte de las espadas…pues bien encontré una información interesante…debajo de tu instituto hay un antiguo templo dedicado a Aloqua antiguamente se reunían para hacer sacrificios y rituales…y parece que el momento se acerca para invocarla…-- respondió mi madre explicándome lo que había encontrado.

-- Ahora entiendo…las apariciones que tuve…en el cuarto de baño…sus almas quedaron atrapadas allí…y por eso realizaron el ritual de extracción…en el gimnasio…-- dije uniendo las piezas, de lo que había pasado en el instituto.

-- ¿Las apariciones de quien…?…-- pregunto Verónica extrañada.

-- Te acuerdas aquella vez que entraste en el cuarto de baño…cuando estaba y me encontraste algo nerviosa…las imágenes de las amigas de Catia aparecieron ante mi diciéndome que la sombra me mataría…creo que estaban hablando de Aloqua…pero creo que Miriam podría explicárnoslo mejor…-- respondí, mientras miraba a Miriam para que prosiguiera la explicación ella lo sabría mejor que yo.

-- Tienes razón…hace tiempo rebusque entre los papeles de Akemi, y descubrí lo del templo…también descubrí como hacer el ritual de extracción…pero no sabia que las almas de aquellos que allí se sacrificaban permanecerían en ese sitio…-- dijo Miriam sorprendía y confesándolo todo.

-- Así que fuiste tu quien las mato…cabrona…te juro, que te mato…-- dijo Catia mientras se lanzaba a por Miriam.

Ambas se enzarzaron en una pelea, varias tuvieron que apartarse por miedo de ser arrolladas, las dos rodaron por el suelo, peleándose, podía notarse el odio que tenia Catia por Miriam por lo que le había hecho.

-- Parad de una vez si queréis resolver esto…hacedlo en la arena…con honor…-- dijo Akemi interrumpiendo la pelea.

-- Por mi estoy de acuerdo…-- dijo Catia completamente enfadada, podía verse el odio y la rabia en sus ojos.

-- Por mi también…-- dijo Miriam sin dejar de apartar la vista de los ojos de Catia.

-- Muy bien una vez que lo habéis decidido…coged una espada cada una de las que tiene Akiko y entrad en la arena…este combate será a muerte…-- dijo Akemi sentenciando el combate.

-- Pero mama…-- dije intentando detenerla por lo que iba a hacer.

-- Amanda…son ellas las que quieren resolverlo así…no puedo hacer nada…-- dijo Akemi mientras se dirigía hacia la parte de arriba de la arena.

Poco a poco todas las chicas se fueron sentado para ver el combate que se produciría entre las dos, por dentro era como perder a alguien mas para mi, es cierto que Miriam me la había jugado y que casi me mata pero sabia que no era malvada en su corazón albergaba la bondad lo pude ver cuando me salvo en el museo.

Pude notar que había pasado mucho tiempo ya que Alexa no me soltaba el brazo no quería perderme de nuevo lo mismo que Rubí, que no se apartaba de mi me sentía en el paraíso por haber recuperado a ambas, pero estaba temiendo lo que pudiera pasar en la arena.

-- Nos hemos reunido hermanas para lavar la afrenta realizada a una de nosotras…si estáis preparadas que comience el combate…-- dijo Akemi solemnemente como la otra besucando entre en la arena, nunca pensé que estaría en la parte de arriba y menos aun presenciando un combate entre Catia y Miriam.

Ambas empezaron a moverse dando círculos para ver por donde podían atacar no parecían tener prisa alguna, en un momento Catia se lanzo con una rapidez sorprendente por suerte Miriam pudo detener su ataque, pero empezaron a sucederse de una manera vertiginosa, a veces el chocar de las espadas saltaban chispas por la fuerza, en uno de esos ataques ambas se quedaron con las espadas cruzadas delante una de otra, mirándose fijamente a los ojos, si las miradas matasen diría que ambas hubieran muerto, en un impulso se lanzaron hacia atrás y volvieron de nuevo a atacarse, en un ataque giratoria de Catia acertó en el brazo de Miriam, esta grito de dolor aunque pareció mas de rabia, Miriam volvió a atacar con un salto por suerte Catia pudo evitarlo por poco pero logro acertar en la cara haciéndole un corte, esta la miro con odio y se volvieron a lanzar gritando ambas, en uno de los movimientos Catia derribo a Miriam al suelo, obligándola a soltar el arma y cayendo lejos de ella.

Catia apunto con su arma a Miriam amenazándola con matarla, a su vez pude ver en su rostro como las lagrimas afloraban lo mas seguro por el recuerdo que tenia de sus amigas perdidas.

-- ¿Por qué lo hiciste…?… ¿Que te habían hecho…? …No hacían daño a nadie…-- pregunto Catia con los ojos llenos de lágrimas mientras su espada seguía amenazando la vida de Miriam.

-- No lo se…no se por que lo hice en ese momento…lo mismo por que te quería hacer daño…por que te tenia envidia…por todo lo que has conseguido…por todo lo que eres…Siempre me veía atrás de ti…pero si esa es tu voluntad adelante acaba conmigo…solo te pido que sea rápido…acepto mi castigo…-- dijo Miriam mientras cerraba los ojos esperando su final.
Catia levanto la espada con la intención de acabar con ella, pensé que seria el momento de intervenir aunque mi madre no estuviera de acuerdo con ella no podía perder a nadie mas.

-- Catia, espera un poco…es cierto que sacrifico a tus amigas es cierto que ha cometido traición…en eso estoy de acuerdo con todas…pero todas en algún momento hemos cometido errores o hemos sido engañadas…y merecemos una segunda oportunidad…es cierto que no podemos dar marcha atrás en nada de esto y ojala se pudiera…pero no es así…y no me gustaría perder a nadie mas…y puedo reconocer que Miriam esta arrepentida…de todo lo que ha hecho…-- dije intentando salvarla del final que la esperaba.

-- ¿Darías tu vida por ella…? …-- pregunto Catia, intentando responderse a si misma.

-- Sabes perfectamente que la daría si fuese necesario…incluso por cualquiera de las que hay aquí tanto a las sucubus como a vosotras… si con eso pudiera parar esto…estaría dispuesta a darla…sin pensarlo…-- dije intentando responder a su pregunta con toda la sinceridad que pude.

-- Solo quiero que diga una cosa…-- dijo Catia mientras levantaba la espada para asestar el golpe definitivo.

El silencio se apodero de aquel lugar todas estábamos expectantes a lo que pudiera pasar, entonces sin pensarlo la espada bajo, varias de ellas cerraron los ojos, para evitar ver la muerte de Miriam.

-- Lo siento…siento todo lo que os he hecho… estoy arrepentida…-- dijo Miriam débilmente con la voz apagada entre sollozos, las lagrimas resbalaban por su rostro cayendo a la arena del sitio.

-- Eso es lo que quería oír…ahora levántate…-- dijo Catia mientras le ofrecía la mano para levantarse.

Miriam acepto la mano, al instante los aplausos llenaron el lugar de manera improvisada, había sido demasiada emoción para poder contenerla.

-- Muy bien…la confrontación ha terminado…ambas podéis salir…dijo Akemi con solemnidad.

-- Bueno me iré para mi habitación es mejor que descanse…he sentido ya algunos dolores y creo que son para el parto pero no estoy segura de cuando va a ser…me alegro que estés bien mama…-- dije mientras la abrazaba, era todo un verdadero milagro poder tenerlas de nuevo conmigo.

-- Hermanita venir pronto…no faltar mucho…-- dijo Rubí mientras me olía alrededor.

-- Gracias por haber venido a por mi…sabia que no me dejarías allí…-- dijo Alexa mientras me abrazaba, todo lo fuerte que podía, pude incluso sentir sus pechos contra mi brazo en ese momento tuve como un escalofrío por toda la espalda de emoción pero no era precisamente el momento de eso.

Mientras bajaba de las gradas pude ver como Miriam se quedaba hablando con Catia por un momento, al rato se abrazaron como si ella pidiera perdón por todo lo cometido estaba segura de que nos ayudaría de ahora en adelante.

Me dirigí hacia la habitación de mientras veía como las chicas se afanaban en ir recontrayendo mas las cosas incluso podía ver un ambiente de amistad y cordialidad entre ellas y las sucubus y eso me llenaba de felicidad, pude ver que Verónica se dirigía a su habitación a descansar y la verdad le hacia falta y mucha después de lo que había hecho.

En cuanto entre en la habitación me acosté en la cama teniendo a Rubí a mi lado pude sentir nuevamente sus alas rodeándome esa sensación era indescriptible, también sentía el calor de Alexa a mi lado, el aroma de su pelo me llegaba a embriagar era delicioso, al momento alguien toco en la puerta.

-- Adelante…-- dije sorprendida no me esperaba a nadie mas en la habitación.

La puerta se abrió y tímidamente apareció Akiko por la puerta, la verdad no me esperaba que viniera.

-- Perdón…no sabia que estuvieras acompañada…ni despierta tampoco…vendré en otro momento…-- dijo tímidamente Akiko casi tartamudeando.

-- Ven entra… ¿Qué es lo que quieres…? …-- pregunte aunque sabía la respuesta o eso pensaba.

-- Esto…bueno…yo quería…-- dijo Akiko sin llegar a terminar ninguna de las frases, la quería mucho pero a veces esa timidez me llegaba a cansar algo.

-- Quieres dormir conmigo…ven aquí…-- dije mientras la invitaba a quedarse con nosotras, podía observar como Alexa la miraba con celos pensaría que ya era bastante compartirla con Rubí para que encima también se metiera Akiko de por medio.

Pero enseguida vi como su expresión cambio de golpe supo perfectamente que s in ella yo no hubiera salido viva de aquel sitio y enseguida vi su rostro feliz.

La verdad al acostarnos no sabría si la cama podría aguantar nuestro peso pero al menos pudo hacerlo, en ese momento lo tenia todo a mi alrededor estaba como en un paraíso que no quería que se acabara nunca, pero siempre hay algo que te perturba el edén, como el saber de Elvira y si se encontraba bien, teníamos que rescatarla a toda costa y evitar la invocación habíamos llegado demasiado lejos para rendirnos.

Poco a poco me fui quedando dormida mientras sentía el calor de las chicas a mi alrededor no podía estar mejor, fue el mejor sueño que me tome en años, una verdadera maravilla, no sabría siquiera el tiempo que pase dormida pero me hacia mucha falta, al despertarme me sentía completamente descansada, cuando las mire me parecían angelitos, pero en ese momento mis pensamientos cambiaron al ver la mano de Alexa sobre mi pecho, suponía que clase de sueños tendría podía vérsele en el rostro, sin embargo la cara de Rubí era preciosa y notaba su mano en mi vientre como si estuviera vigilando si algo pasara mientras, Akiko estaba acurrucada al lado mía, durmiendo placidamente.

-- Bueno venga remolonas…es hora de levantarse…va siendo hora…-- dije intentando despertarlas pero parece ser que la costumbre de Rubí de remolonear era un habito en todas ellas.

-- Cinco minutos mas…-- dijeron casi al unísono Alexa y Akiko, al verlas casi me parecían hermanas.

--Venga arriba…no me hagáis enfadar…-- dije intentando despertarlas y funciono al instante abrieron los ojos.

-- Bueno…tengo que irme… a entrenar…-- dijo Akiko tartamudeando y casi tropezando mientras salía por la puerta.

-- ¿Mami ser feliz…? …-- pregunto Rubí mientras se restregaba los ojos del sueño, aunque hubiera crecido era la misma de siempre.

-- Mami esta completamente feliz…-- dije mientras mis labios se posaron en los suyos en un beso muy suave, no se por que vino a mi mente que ese beso seria el ultimo que le daría, aunque no le preste atención a eso.

-- Eh, que yo también quiero…-- dijo Alexa como siempre protestando.

En cuanto termine con Rubí seguidamente le di otro beso en los labios a Alexa saboreando de nuevo su sabor tan delicioso como tantas otras veces lo había hecho era delicioso poder volver a sentirla esa candidez y suavidad.

-- Bueno va siendo hora de ducharme y demás…-- dije mientras me levantaba y escogía la ropa que ponerme esta vez opte por una braga faja de color rosado aunque la verdad no me hacían gracia ninguna, unos pantalones que no se ajustaran mucho al abdomen de licra mas bien de color negra, en la parte de arriba me decidí esta vez por un jersey algo peludo de color rosita y con la imagen de un gatito que se parecía a mi peluche y un sujetador, al parecer la talla de pecho me había cambiado mucho, mientras escogía la ropa notaba que las dos no perdían detalle de mis movimientos desde la cama.

-- ¿Pasa algo…? …-- pregunte al girarme mirándolas mientras me sonreían.

-- Mami esta preciosa…-- dijo Rubí sin perder ojo.

-- Estas radiante…-- dijo Alexa seguidamente parecía que se habían puesto de acuerdo en eso.

-- Venga y arreglad la cama, Alexa hazme un favor…podrías ir a ver como se encuentra Verónica mientras me ducho…tenemos que estar preparadas para esta noche…dije intentando saber si se encontraba bien, había tenido un sobre esfuerzo en aquel sitio.

Bueno iré a ducharme, y a comer algo me hace falta, después hablare con Akemi haber que hacemos y como nos distribuiremos, tenemos que impedir la invocación a toda costa.

Mientras me dirigía a las duchas pude ver que los preparativos para ir al instituto se estaban realizando, las chicas parecían que tenían mucha prisa pero no sabia si las sucubus iban a venir, al llegar al as duchas las vi completamente vacías, enseguida me desnude y deje que el agua disolviera mis problemas por completos sentirla como resbalaba por mi cuerpo, me sentía en paz conmigo misma, era maravilloso en ese momento sentí como si alguien me observara, me gire y pude ver a Rubí allí como siempre mirándome, pero esta vez parecía que se había hecho alguna amiga entre las sucubus que también me observaban, el publico había aumentado.

Pensé que no sabría que hacer si se tuviera que marchar pero estaba convencida que alguna vez tendría que hacerlo de una forma u otra, y no imaginaba que hacer con el bebe, solo esperaba que estuviera sano.

-- ¿Rubí quieres venir a ducharte…? …-- pregunte casi riéndome, al verla observándome.

-- Rubí querer ducharse con mami…-- respondió Rubí alegre completamente mientras se desnudaba, ala vez que su compañera seguía mirándola desde una esquina

-- ¿Quién es tu compañera…? …-- pregunte extrañada mientras nos observaba.

-- Rubí no saber, solo acompañarme…-- dijo Rubí mirándola de reojo, por lo visto estaba tan extrañada como yo.

-- Ven aquí…acércate…-- dije intentando que se acercara hacia la ducha.

Poco a poco aquella sucubus salio de su rincón era preciosa, tenia el pelo de color azul brillante en forma de dos coletas recogida a ambos lados, con unas pequeñas esferas de color blanco, su rostro era redondeado y tenia las orejitas en punta sus mejillas tenían un rubor muy suave de color manzana pero marcado, sus labios estaban pintados de un color negro, sus ojos eran de un color verde esmeralda, parecían gemas preciosas con la luz de las duchas, no media mas que cuando Rubí era una niña, unas pequeñas alas crecían de su espalda y tenia la misma cola, su complexión era algo mas rellenita, pero era muy mona vestía la misma indumentaria que tenia Rubí en la arena cuando la conocí, en seguida en cuanto entro en la ducha, se me abrazo de golpe, Rubí al verlo no pudo mas que abrazarme por el otro lado, la pequeña le saco la lengua en muestra de burla lo mismo hizo Rubí, parecían dos niñas pequeñas que se peleaban.

-- Rubí no seas mala tu ya eres mayor…-- le dije en broma como si la regañara.

-- Mami ser mía…-- dijo Rubí marcando su territorio al parecer eran muy posesivas con respecto con quien estaban.

-- ¿Como te llamas…? …-- pregunte a la sucubus.

La pequeña solo me miro y bajo la cabeza escondiendo su rostro como si se avergonzara. Al momento la levanto mirándome con aquellos ojos resplandecientes, y puso sus labios en forma de besarme, yo lo entendí como si quiera que le diera un beso y acepte baje la cabeza, junte mis labios con los suyos y me lleve una sorpresa enseguida su lengua estaba dentro de mi boca, jugueteando ambas saboreándonos a mi mente vinieron muchos recuerdos como la primera vez que le di de comer a Rubí que fue precisamente en las duchas, cerré los ojos y me deje llevar por unos momentos, aquello era maravilloso, pero duro poco tiempo casi al instante escuche una voz del pasillo buscándola.

-- Vaya al fin te encuentro…no quiero que te pierdas de nuevo…Lo siento Gran Rubí…os pido perdón…-- dijo sucubus mientras bajaba la cabeza e intentaba separar a la pequeña y llevársela.

-- Rubí, no molestarle…-- dijo Rubí mientras la miraba con ojos de celos, al parecer el monstruo verde la había picado.

La sucubus intento separar a la pequeña cociéndola del brazo pero note como su cola se había enroscado en mis piernas parecía no querer irse, me quede por un instante mirándola.

-- Venga tienes que irte…estoy segura que nos volveremos a ver…-- dije intentando convencerla de que volvería a verme de nuevo.

En ese instante se soltó y acompaño a la sucubus de vuelta, la pequeña no había pronunciado palabra y eso me extraño considerablemente.

-- ¿Desde cuando podéis hablar…? …-- pregunte a Rubí extrañada.

-- Rubí saber que poder hablar desde muy temprano…ser algo difícil…pero aprender rápido…-- respondió Rubí explicándomelo.

-- Entonces algo le debe de pasar…-- dije intentando pensar el que pudiera ser.

-- Rubí no saber…-- dijo Rubí mientras me miraba.

Pasamos un rato debajo del agua mientras yo le lavaba el pelo a Rubí seguidamente me vestí y le cepille el pelo esta vez se lo deje suelto, le daba un contraste con su cara precioso la cogi de la mano y la lleve a la habitación para vestirla, al pasar me di cuenta que la mayoría de las sucubus bajaba la cabeza en actitud de saludo y eso me sorprendió muchísimo, al llegar a la habitación saque unos pantalones vaqueros cortos y con unas plumas al final de ellos que le daba un aspecto exótico, le quedaban de maravilla ajustados a sus caderas, para las piernas me decidí por una medias de color negro muy bonitas con blonda de encaje y en los pies seria mejor unos zapatos sin tacón, en el torso me decidí por una camiseta de tirantes de un color rojo sin diseños ni nada completamente lisa, era como una muñequita cuando la miraba, pero seguía teniendo la misma sensación de que seria la ultima vez que pudiera verla así.

En cuanto termine de vestirla llamaron a la puerta.

-- Adelante…-- dije mientras terminaba de darle los últimos retoques a Rubí.

Al abrirse entro Alexa, al verme note como sus ojos brillaron de sobremanera estaba segura que si hubiera podido se hubiera lanzado encima mía se podían ver las ganas guardadas que tenia dentro de ella.

-- Verónica esta casi recuperada y Zarpa Dorada me ha dicho que vayas al comedor que dentro de poco saldremos para ir al instituto y quiere hablar de quienes iran…-- dijo Alexa sin apartar ojo de mi.

Al salir Alexa me cogio de la mano como habíamos hecho antes, me encanto volver a sentir su tacto la echaba mucho de menos por lo menos recupere varias cosas, al entrar vi como Alexa se escondió detrás de mi seguía teniéndole el mismo miedo a Akemi.

En el comedor estaban reunidas Aya, Catia, Miriam, Akemi, Verónica, Akiko jugueteando con su cola como siempre y en una esquina estaba sentada Eve.

-- Alexa no te preocupes…no voy a hacerte ningún daño…además esto te interesa ya que tu vendrás con nosotras…-- dijo Akemi aunque le había dicho eso su rostro daba miedo.

-- ¿Quién yo...? …Pero no creo que pueda hacer nada…no se pelear…-- dijo Alexa tartamudeando, no se si era por el miedo que le tenia o por la decisión que había tomado Akemi.

-- Escucha no se por que pero eres una parte importante…y te necesitamos…-- dijo Akemi seriamente mas aun si pudiera ser.

-- Muy bien…-- dijo Alexa algo asustada.

-- De acuerdo escuchad tenemos que impedir que se realice esa invocación y rescatar a Elvira sea como sea, como sabemos ya tienen la sangre de Amanda y la de las compañeras de Catia por lo tanto nos llevan bastante ventaja solo podemos entrar y detenerlo todo, lo mejor sera que nos dividamos en grupos para así tener mas oportunidades…-- dijo Verónica trazando un plan de ataque como si fuera un general.

-- Nos estarán esperando…eso es seguro… ¿Crees que no abra resistencia…? …aquello sera como un bunker…y esperemos que no haya policías por que están buscando a Elvira…-- dijo Eve desde la esquina.

-- Lo bueno de todo esto es que han perdido a su Kitsune…y tenemos algo de ventaja pero no deja de ser peligroso…Amanda esta vez te quedaras aquí…no queremos que sufras ningún daño…y en tu estado es mas que probable que lo sufras…además tus heridas podrían abrirse y es mejor que descanses…-- dijo Verónica intentando protegerme y no el faltaba razón, pero ella también sabia que no iba a quedarme callada y esperando.

-- Verónica sabes perfectamente que voy a ir…te pongas como te pongas esta vez estoy mas segura y estoy convencida de que me necesitareis…así que es mejor que me cures estas heridas con tu magia…-- dije sacando mis razones de que no podría detenerme.

-- Muy bien, eres tan cabezota como tu madre…pero iran contigo Akiko y Rubí, Catia y Miriam sera mejor que os preparéis seréis la punta de lanza por si algo se trastoca y no me gustan las sorpresas…yo por mi parte intentare apoyaros con los Sutra y Akemi no se si seria conveniente que salieras…ya sabes lo que te pasa si estas mucho tiempo a fuera…-- dijo Verónica tratando un plan de ataque, estaba algo preocupada por mi madre.

Mi madre giro la cabeza mirando fijamente a los ojos, eran fríos como el hielo incluso Verónica cambio ligeramente su rostro por miedo y se quedo blanca.

-- ¿Me estas diciendo que deje a mi hija que vaya sola…?…-- pregunto Akemi fríamente tanto que en un momento el ambiente de aquella sala se enfrío incluso, la pobre de Alexa se puso detrás de mi abrazándome llena de miedo, Catia y Miriam retrocedieron unos pasos asustadas.

-- A ver…no es eso Akemi…ya ves lo que paso…el tiempo que has estado fuera…no quisiéramos que pudieras volverte contra nosotras…-- dijo Verónica intentando dar una explicación, su voz tartamudeaba ligeramente.

-- Escucha Verónica, mi hija me necesitara y no tienes por que preocuparte…no me volveré contra vosotras de eso estoy segura, no pienso dejarla sola y menos en estos momentos…necesitareis toda la ayuda que haga falta…-- dijo Akemi casi con un tono que aterraba, incluso pude ver un atisbo de que sus pupilas se contraían.

-- Muy bien…ahora queda otra cosa mas…Eve no se si te vas a unir o si las sucubus querrán venir a esta lucha…-- dijo Verónica dudando de lo que pudieran hacer.


-- Las sucubus iran con vosotras, la mayoría no aprecian a la Gran Madre…y quieren acabar con esto…ya lo habéis visto…saludan a Rubí como si fuera ya su reina por decirlo de alguna forma…el problema es que Aloqua querrá a Rubí a cualquier precio…-- dijo Eve explicando algunas cosas que no sabíamos.

-- Explícame eso… ¿Por qué quiere a Rubí…? …-- pregunte intrigada.

-- Es sencillo…Rubí aparte de convertirse en la reina es una procreadora…o mejor dicho una consorte…cada cierto tiempo nace una…y Aloqua la necesitara para perpetuar su raza…en esta dimensión…-- dijo Eve explicando todo lo mejor que pudo.

-- A ver que me entere… ¿Vosotras no tenéis hijos…con los humanos? …-- pregunte intrigada y más aun por la respuesta.

-- Es posible tenerlos si…pero pueden pasar dos cosas que el bebe termine matando a la madre…o que la madre muera el proceso…por eso tenemos procreadoras…aparte de poder convertir también pero eso casi nunca lo hacemos…-- respondió Eve, y la respuesta realmente me sorprendió.

-- Lo tuyo por así decirlo…es un caso muy especial…al parecer tu otra parte de Nekomata…se lleva bien con la nuestra y es imposible que mueras en el proceso de embarazo…pero bueno yendo al caso nosotras iremos no os preocupéis…-- dijo Eve mientras me miraba con unos ojos de deseo y de volver a repetir lo de la discoteca.

-- Muy bien saldremos dentro de un rato es mejor…que Eve vaya saliendo ya y que las sucubus se vayan posicionando y mirando la zona…por lo que pudiéramos encontrar…y por favor diles que no le hagan daño a los policías que encuentren que solo los duerman o los dejen inconscientes…-- dijo Verónica intentando suavizar la posible acción que pudieran tomar.

-- Muy bien no os preocupéis…no haremos daño a los policías…hasta después que nos veamos…-- dijo Eve con un tono casi de tristeza aunque no sabría el por que lo dijo así.

-- De acuerdo…es mejor que Catia y Miriam salgáis ya…e investiguéis el interior…no quiero sorpresas raras…-- dijo Verónica como si fuese un capitán.

-- Muy bien…entonces nos veremos allí…-- dijo Catia mientras salía por la puerta con Miriam.

Aya hasta el momento no había pronunciado palabra alguna solo estaba mirando y escuchando atenta lo que decían.

-- Muy bien quedamos nosotras y Aya…mejor nos adelantamos para comprobar si hay magia o alguna cosa por el estilo…Akiko, Rubí y Alexa iran contigo danos como treinta minutos mientras salimos nos encontraremos en la entrada del edificio…-- dijo Verónica mientras salía por la puerta con mi madre y Aya.

Cuando fueron a salir mi madre se paro delante de mi y me beso en la frente y al momento me abrazo, pude sentir todo su amor como si me envolviera. Seguidamente Verónica se puso detrás de mi y empezó a recitar un Sutra una especie de aura de color verde merodeo y sentí como aquellas heridas empezaban a cerrarse.

-- Cuídate…no quiero que te pase nada…-- dijo Akemi con ternura un cariño que nunca lo había visto antes ni sentido con mi antigua madre.

-- No te preocupes me cuidare además tengo a ellas que me protegen… y sobre todo a ti que se que estarás a mi lado y a todas las chicas…-- dije devolviéndole el abrazo y sintiendo su amor.

En cuanto salieron me senté por unos momentos esperando que pasara el tiempo indicado parecía que cada segundo se me hacia eterno, Alexa se arrodillo delante mía cociéndome la mano y apoyando su cabeza en mi vientre. Mientras que Rubí se coloco detrás mía apoyando su cabeza en mis hombros y Akiko se arrodillaba al lado de Alexa intentando poner también su cabeza para poder sentir al bebe, aquella escena quería que fuera eterna.

-- Se mueve…-- dijeron casi al unísono Alexa y Akiko.

Rubí al momento empezó a entonar una especie de cancioncilla muy distinta a la nana que escuchaba de costumbre.

-- Rubí… ¿Qué es esa melodía…? … es distinta al a que cantas habitualmente…-- dije extrañándome por el cambio repentino de melodía.

-- Rubí cantar…canción de calma…decirle a hermanita que no ser la hora aun…-- dijo Rubí explicándome la canción.

Con esa cancioncilla se me paso el tiempo enseguida, por suerte me di cuenta a tiempo de que tenia que salir, estarían esperándome en el instituto.

Muy bien es hora de salir, aunque la verdad me resultaba mas fácil sentarme que levantarme, cuando lo hube conseguido salimos de allí el ambiente era extraño parecía que casi no había nadie en las calles incluso ni siquiera muchos coches por la carretera y me resulto extraño es como si el mundo entero supiera que iba a pasar algo esa noche.

Estuvimos andando como cerca de cuarenta minutos y mas en mi estado que resultaba algo difícil, cuando llegamos a la entrada el instituto su imagen me hizo evocar recuerdos de cuando me encontraba hay el aspecto fantasmagórico que tenia por las noches ya no me daba ningún miedo, pude ver algunas figuras revoloteando por encima del edificio supuse que era las sucubus de Eve haciendo su patrulla, el cielo estaba despejado y se podía ver la luna llena al completo era preciosa pero sentía algo malvado en ella de alguna forma incomprensible, poco a poco empecé a ver como las nubes empezaban a taparla quitándome su preciosa luz, camine por las afueras viendo algunos guardias que estaban entre los árboles inconscientes o al menos eso pensé que deberían estar. Al llegar a la puerta nos estaban esperando allí las demás.

-- Vaya parece que te has tomado tu tiempo…-- dijo Verónica refunfuñando.

-- Estas graciosa…intenta moverte rápido de esta forma… ¿Te crees que es fácil…? – dije algo molesta por el comentario, a mi mente vinieron imágenes de Verónica embarazada e intentando moverse seguro que no protestaría tanto.

-- Lo siento es que ya se me había olvidado como estabas…-- dijo Verónica disculpándose por lo que había dicho.

-- Dejaos de discutir es casi la hora del ritual tenemos que darnos prisa…-- dijo Akemi metiéndonos prisa y la verdad no podíamos perder nada de tiempo.

-- Aya hazme un favor…despliega a tus arañas por el edificio así por lo menos podremos saber lo que pasa y como va el ritual…-- dijo Verónica intentando cubrir todo el edificio para saber lo que pasaba.

En un momento el cuerpo de Aya cambio radicalmente y montones de pequeñas arañas con ese ojo encima empezaron a distribuirse por el edificio, para poder tenerlo controlado.

Aunque lo había visto antes nunca dejaba de sorprenderme la transformación de Aya.

-- Esperad…un momento…-- dijo Aya concentrándose en toda la información que le venia.

-- ¿Qué pasa…? …dijo Verónica extrañada.

-- Están en el gimnasio… hay un gran agujero en el…es en el subsuelo…puedo ver una gran habitación con estatuas de demonios, al fondo hay un gran símbolo no sabría decir que es… debajo de el hay un altar, hay una mujer atada a el…una gran sucubus esta oficiando una ceremonia tiene el corazón lleno de sangre en sus manos, hay varias sucubus por el lugar…pero algunas van armadas con espadas…el sitio esta bien protegido…-- dijo Aya explicándonos la situación y el lugar al menos sabíamos lo que estaba pasando y teníamos que darnos prisa para impedirlo.


FIN DEL CAPITULO 1


P.:eek: Bueno ya llegamos a la batalla final muchas gracias a todos nueva mente y espero que os haya gustado :)
 

Yarina

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ALOQUA…EL GRAN DEMONIO

-- Muy bien tenemos que darnos prisa…tenemos que detener eso como sea…-- dije mientras nos encaminábamos hacia el lugar, a medida que pasaba por los pasillos del instituto venían a mi mente recuerdos de mis amigas y los profesores que en este momento echaba de menos, pero no había momento para eso.

No tardamos mucho en llegar, al entrar en el gimnasio pudimos ver un gran agujero hecho en el suelo, por lo visto tendrían que reconstruir la cancha de baloncesto, las primeras en bajar fueron Catia y Miriam asegurándose de que todo estaba bien seguidamente bajaron Verónica seguida por Akemi y después de eso bajo Akiko seguida de Rubí, detrás íbamos yo y Alexa que fuimos bajada por las telarañas de Aya que por lo visto no el costo mucho bajar en ese momento la envidiaba enormemente, al momento escuchamos un aleteo detrás de nosotras que nos hizo poner a la defensiva.

-- Tranquilas…soy yo…-- dijo Eve asustándose.

-- No vuelvas a hacer eso…-- dijo casi susurrando Catia.

El túnel era bastante amplio y algo largo e iluminado por antorchas, a lo lejos pudimos ver luces lo mas seguro del templo que nos había descrito Aya, la entrada de aquel sitio eran dos portones enormes, decorados con símbolos e imágenes de demonios, la habitación era tal como la describió Aya, el ambiente estaba algo enrarecido, y tenia telarañas por todas partes; La Gran Madre se hallaba delante del cuerpo de Elvira, sosteniendo el corazón de cristal que parecía latir a cada segundo.

No podía permitir que terminara la invocación y condenara este mundo al infierno de donde procedía.

-- Detente…no lo hagas por favor…-- dije alzando la voz, en ese momento ni siquiera pensé solo me lance intentando detener aquello.

-- Vaya mira quien ha venido…seguro que has venido con todas las demás…-- dijo La Gran Madre mirándome con ojos de furia por haber interrumpido aquello, en ese instante varias sucubus aparecieron portando espadas tal como vio Aya.

Al instante salieron las demás Catia y Miriam se pusieron delante mía, para protegerme.

-- Crees que me voy a detener…Aloqua vendrá y purificara este mundo al fin podremos salir a la luz y dejarnos ver…y nosotras estaremos a su lado…dijo La Gran Madre casi riéndose por aquello.

-- No seas idiota…no podrás controlar a Aloqua y lo sabes además…has tenido una vida en familia cosa que yo no pude tener…has visto a mi hija crecer…ojala hubiera estado allí…por favor no lo hagas…-- dijo Akemi adelantándose casi saltándosele las lagrimas.

-- Eso para mi no significo nada en absoluto…-- dijo La Gran Madre en sus ojos podía verse el odio que albergaba, pensé que en verdad no había significado nada para ella, todo el tiempo que pasamos, todos aquellos recuerdos solo fueron una farsa, no podía creérmelo.

-- Entonces… ¿Todo el tiempo que has estado criándome? …¿Todos los recuerdos que hemos tenido juntas…?… ¿Han sido mentira…? …-- pregunte casi llorando mi corazón estaba sobrecogido por aquello.

-- Todo aquello fue mentira…solo que no me quedaba otro motivo…tu padre había encontrado esto y necesitaba un plan para poder arrebatárselo y en ese instante apareció Catia…en escena y aproveche la ocasión…no pensé en ningún momento que apareciera y menos aun que estuviera criando a una Nekomata…-- dijo La Gran Madre con ira, pero a trabes de tanto odio podía ver un atisbo de bondad y compasión, no sabría como explicarlo.

-- Respóndeme a una cosa solo quiero saber esto…antes de que esto comience…si lo hubieras sabido… ¿Me hubieras seguido criando? …-- pregunte con curiosidad necesitaba saber la respuesta.

El silencio se hizo patente, pensé incluso que alguien congelo ese instante, nuestros ojos no podían apartarse una de la otra, era como si quisiéramos descubrir lo que pensábamos cada una.

-- ATACAD!!!…-- grito La Gran Madre, aquel grito fue el comienzo de lo que no quería que pasase.

Catia y Miriam se lanzaron al ataque, al igual que las sucubus, tanto Akiko como Rubí me hicieron retroceder, para protegerme Aya salto al techo empezando a lanzar telarañas intentando atrapar a varias, Akemi se lanzo golpeando a algunas y haciéndolas caer, desde atrás pude ver como Eve estaba enzarzada en una batalla con dos de las sucubus el resto de la bandada entro por la puerta para unirse a la batalla, aquello era un sinfín de golpes y gritos, poco a poco todo el odio y la ira iba acumulándose dentro de mi, no sabia que hacer me veía como una inútil allí parada, incluso Alexa estaba delante para protegerme por si algo me pasara, mis ojos se paseaban entre ellas viendo como varias caían al suelo sin vida o atadas por las telarañas de Aya, la batalla se volvió cruenta, la sangre empezaba a mojar el lugar dejando charcos en el suelo, incluso podía olerla, se metía dentro de mi casi haciéndome vomitar.

La Gran Madre seguía recitando su ritual sabia que le quedaba poco y no sabia que hacer, en ese momento pronuncio el nombre de Aloqua y empezó a bajar el corazón para introducírselo a Elvira en el pecho.

-- NOOOOOO!!! …-- grite intentando detenerla pero sabia que eso no iba a funcionar de nada.

Akiko reacciono a tiempo y lanzo una de las espadas contra ella intentando detenerla pero con tan mala suerte que una de las sucubus se puso en su camino atravesándole el pecho y cayendo al suelo.

En ese momento el corazón de cristal fue introducido en el pecho, aquel sitio empezó a temblar, las estatuas se resquebrajaban poco a poco, toda la batalla se detuvo en un instante, esperando que pasaría.

El cuerpo de Elvira empezó a convulsionarse violentamente, este se elevo en el aire rayos de energía empezaban a acumularse a su alrededor, su cuerpo cambiaba drásticamente podían incluso escucharse los chasquidos de los huesos, al momento aquel silencio fue roto repentinamente por los gritos de Elvira de dolor que retumbaron en toda la sala, nadie se movía solamente estábamos atentas a lo que pasara, de su espalda y cintura salieron unas alas enormes parecidas a las de Rubí de color rojo intenso, en su frente nacieron unos cuernos y su piel se torno de un color azul pálido, sus rasgos cambiaron casi radicalmente, se diría que era otra persona, una suave explosión de luz sacudió el lugar finalizando la transformación.

Sus ojos no tenían pupila eran de un color rojo el mas intenso inimaginable sus labios estaban pintados de color negro sus orejas estaban un poco en punta incluso su figura era voluptuosa y apetecible, pero aquellos ojos aun sentía como si nos mirara a todas atravesando nuestras almas y sabiendo lo que pensábamos, era una sensación agobiante, y sabia que no podíamos dejar que saliera de aquel lugar si no seria la perdición para nuestro mundo. Ninguna de nosotras podíamos salir de nuestro asombro desprendía tanta belleza que incluso daba miedo.

-- AL FIN LIBRE!!! …¿Quién me ha invocado…?-- pregunto Aloqua liberada de su cautiverio.

-- Yo La Gran Madre te he invocado señora…para que hagas nuestra voluntad…-- dijo La Gran Madre suplicando su ayuda.

-- Si claro que os ayudare…-- dijo Aloqua con una sonrisa diabólica en su rostro, pensé que realmente no quería ayudarlas.

-- Te hemos traído a la Nekomata, y a una consorte…-- dijo La Gran Madre como si fuéramos una ofrenda que nos hubieran traído.

-- Vaya una Nekomata…cuanto tiempo en no ver a una…y perfecto una consorte…sabes gracias a eso no morirás…-- dijo Aloqua sádicamente y con un movimiento de mano una especie de collar con cadena apreso a La Gran Madre a aquel símbolo raro.

-- ¿Pero señora que hacéis…? …-- pregunto La Gran Madre extrañada por aquello.

-- ¿Creíste que iba a hacer vuestra voluntad…? …Has sido una entupida muy acertada en traerme regalos pero una entupida…yo no estoy sujeta a vuestro pacto…ni a nada de este mundo pero tienes razón una cosa…este mundo caerá a mis pies…-- dijo Aloqua regodeándose en sus palabras, sabia que estaríamos perdidas si dejábamos que saliera de allí.

-- Esto si que es un problema…la situación se ha complicado de sobremanera…-- dijo Verónica mientras retrocedía a mi posición.

-- De verdad no me digas…a ver que podemos hacer…es un gran demonio no tenemos posibilidades contra ella…-- dije ironizándola situación, no podíamos hacer nada.

-- No esta todo perdido…podemos hacer una cosa pero necesitare toda la ayuda de que podáis…ofrecerme y hacer lo que os diga…-- dijo Verónica mientras las demás se acercaban, al menos Aya podía ver lo que pasaba y escucharnos por las arañas.

-- Tengo que hacer dos Sutra uno de separación de cuerpo…y el otro de expulsión el problema es el tiempo que necesito para realizarlo ya que son bastante complicados y no creo que me deje hacerlo…-- dijo Verónica explicándonos la situación y que la verdad no pintaba nada bien.

-- Vamos a por ella las demás seguid protegiendo a Amanda…estoy segura que ira por una de vosotras dos sois las que necesita…-- dijo Akemi infundiéndonos valor.

Al instante fue como si la batalla se pusiera nuevamente, pude ver como las pocas sucubus que quedaban de la gran madre, abandonaban el lugar aterradas por Aloqua, incluso entre los suyos era temida, Eve hizo retroceder a su bandada pero ella se quedo no quería que les pasase mas de lo que han sufrido y lo comprendía tenia muchas vidas en peligro y tenia que protegerlas, así que nos quedamos solas, aunque la verdad no las tenia todas conmigo.

-- Vaya parece que nos hemos quedado solas...mejor ahora lo único que necesito es acabar con la Nekomata…--dijo Aloqua señalándome, en ese instante mi alma se me vino a los pies.

Verónica se dispuso en un lugar empezando a recitar el primero de los Sutra el de separación de cuerpo, los signos con las manos volaban literalmente de ellas en un momento los detuvo sus colas se alzaron y empezó a recitar los salmos varios signos se iban formando en el aire de color blanco alrededor de ella.

-- Vaya con que tenemos una kitsune…no te pienso dejar…que lo termines…-- dijo Aloqua lanzándose contra Verónica con una velocidad endiablada, pensaba que no podría hacer nada y nuestra esperanza se iría por el retrete.

En ese momento vi como Akemi se lanzo detrás de ella deteniéndola en seco y parando su avance, sus ojos estaban tornándose como lo de los gatos, su boca había crecido de sobremanera, estaba llena de colmillos, y sus manos estaban transformadas en garras, era como la misma transformación de aquella noche pero esta vez podía verse que no iría contra nosotras.

-- Primero tendrás que pasar por encima de mi…-- dijo Akemi amenazándola, sus ojos estaban llenos de furia y rabia.

Aloqua retrocedió un poco y se lanzo contra Akemi esta de un salto esquivo su ataque apoyándose contra una de las estatuas y de la cual cogio impulso para volver al ataque con tan mala suerte que fue esquivado en ese momento, escuche dos espadazos que fueron esquivados a la vez eran Catia y Miriam que se habían unido a la pelea, viéndolas así formaban un equipo fabuloso, los golpes se sucedían pero ninguno llegaban a tocarla ni siquiera la rozaba parecía que se estaba divirtiendo con ellas, en un giro de movimiento un golpe fue lanzado contra Akemi que la pillo por sorpresa y fue lanzada contra una de las estatuas dejándola inconsciente de momento.

En ese momento Akiko se lanzo para sustituirla e intentar hacer algo para detenerla, los golpes se sucedían a una velocidad increíble me costaba seguirlos, los golpes de Akiko que siempre eran precisos estaban fallando por suerte, uno de ellos combinados con los de Catia y Miriam logro acertar en su brazo, Aloqua retrocedió dando un grito de dolor, pensé que si sangraba podía morir.

-- Vaya parece que vais en serio…muy bien yo iré también en serio…-- dijo Aloqua y empezó a atacar, sus golpes eran bastantes precisos y con bastante potencia, la defensa de Akiko iba viniéndose abajo al menos estaba siendo apoyada por las dos, aquellos golpes se iban aproximando demasiado a ellas, en uno de los ataque Aloqua consiguió detener las espadas, y de un golpe con la palma plana Akiko fue enviada contra el suelo, dejándola sin fuerza, mientras Verónica seguía recitando sabia que le faltaba poco para terminar y Aloqua no podía permitirse perder mas tiempo si quería evitar aquello.

El gran demonio soltó un golpe en el suelo que lo hizo retumbar alejando de su camino a Catia y Miriam, y se lanzo de manera salvaje a por Verónica sabia que esta vez estaba perdida, pero se detuvo en el sitio, Rubí se había puesto delante de ella retándola.

-- ¿Pero que haces Rubí…? …-- pregunte asustada por lo que pudiera pasarle.

Rubí le gruñía retándola a un combate pero en un movimiento fue enviada cerca de La Gran Madre siendo encadenada casi al instante, esta intentaba zafarse del sitio.

Esto fue el tiempo que necesitaba, Aloqua soltó un ataque hacia el corazón de Verónica, esta pudo apartarse a tiempo y se quedo por un instante mirándola a la cara, sus ojos que estaban a escasos centímetros.

-- Sabes una cosa…termine…-- dijo Verónica sentenciándola, los ojos de Aloqua se abrieron de par en par había perdido demasiado tiempo en su batalla con las demás, podía verse en cansancio en la cara de Catia y Miriam, mientras que Akemi empezaba a recuperarse lentamente.

Verónica con un movimiento rápido puso un sello en la frente de Aloqua, esta retrocedió, gritando de dolor parecía que le hubieran arrancado parte de su alma en cierto sentido así era podía verse en su cuerpo como Elvira intentaba salir, mientras el gran demonio seguía gritando de dolor y angustia, aquellos gritos se metía en mi cabeza poco a poco, lo que no entendía era por que no habían salido ya las orejas ni las colas, aquel sitio irradiaba maldad y muerte por todos sitios.

El espectáculo era dantesco una transformación de carne, cuando termino finalmente, el cuerpo de Elvira cayo al suelo, fue recogido por Catia la instante y puesta cerca de mi para que descansara.

El cuerpo de Aloqua reacciono ante eso, creciendo y haciéndose mucho mas alta, su tono azul cambio radicalmente a un color rojo fuego, varios símbolos aparecieron por su cuerpo, mus manos se transformaron en garras al igual que sus pies, el color de sus ojos desapareció por completo solo podía verse fuego dentro de ellos.
Aquella transformación nos sorprendió a todas, no sabíamos de lo que seria capaz de hacer ahora.

En ese instante Aya soltó unas cuerdas de telaraña que apreso a Aloqua en su interior, la rodeo por completo encerrándola y subiéndola al techo, como todos los capullos que hacia.

El capullo se movía, Aloqua intentaba liberarse al menos habíamos ganado algo de tiempo pero no creí que fuese bastante y Verónica ya estaba muy cansada por el primer Sutra y el siguiente seguro que le costaría mas, me dirigí hasta donde estaba Akemi y la ayuda a incorporarse, el golpe había sido bastante fuerte.

Aya de mientras estaba bajando para intentar liberar a Rubí, al igual que Catia y Miriam se acercaron para intentar romper las cadenas a espadazos, Alexa se acerco a donde estaba Akiko para poder ayudarla.

-- Maldita sea…no se pueden romper…es imposible…-- dijo Miriam, frustrada por aquello.

-- ¿Akemi te encuentras bien…? ... – pregunte extrañada aquel golpe había sido brutal.

-- Si, no te preocupes… aunque estoy algo mareada…-- dijo Akemi llevándose las manos a la cabeza.

-- ¿Verónica que tal te encuentras…?…Ha sido mucho esfuerzo…-- dije viéndola como estaba, se podía verse el sudor recorrerle el rostro y aquellas bandas de plata en su cabello.

-- Tengo que realizar el otro Sutra…-- dijo Verónica intentando levantarse, mientras se tambaleaba por el esfuerzo pero era la única posibilidad que teníamos.

-- Deberías de descansar…no tienes ni casi fuerzas para levantarte…-- replique viendo en el estado que se encontraba era lamentable.

-- Escucha no se puede detener…ahora al menos podéis golpearla sin miedo a matar a Elvira…es la única forma de deshacernos de ella…se me olvido darte esto…es mejor que te lo pongas…-- dijo Verónica mientras me daba el amuleto que había hecho con la tierra del cementerio.

En cuanto me lo puse aquellas orejas salieron en mi cabeza al igual que las dos colas me sentía como si me hubiera librado de una carga.

-- Gracias…estoy segura que ahora podré ayudaros…-- agradecí aquel regalo que me había hecho.

-- Chicas…chicas…tenemos un problema…-- dijo Aya con tono de preocupación.

Cuando alzamos la vista podemos ver que el capullo empezaba a quemarse rápidamente en un momento, estaba fuera colgada boca abajo en el techo, mirando a Aya directamente a los ojos, en su rostro podía verse el miedo.

Aloqua solo pudo sonreír maliciosamente y con un movimiento de mano Aya termino en el suelo gritando y cayendo inconsciente por el golpe.

-- Mierda…ha salido antes de lo que esperábamos…-- dijo Akemi con rabia, pensé que si al menos hubiera tardado un poco mas podríamos haber planeado algo, y le hubiéramos dado tiempo a Verónica a recuperarse.

-- Yo intentare realizar el otro Sutra…vosotras dadme todo el tiempo que necesito…-- dijo Verónica levantándose con las pocas fuerzas que le quedaban.

Verónica empezó a realizar los movimientos con sus manos esta vez un aura de color negro pareció rodearla y varios signos nuevamente empezaron a aparecer a su alrededor, teníamos que darle tiempo y Aloqua sabia perfectamente lo que quería hacer y esta vez no creo que nos permitiese realizarlo.

En un Abrir y cerrar de ojos Aloqua bajo al suelo dispuesta para el combate, con una velocidad pasmosa se lanzo contra Verónica pero tanto Catia, Miriam y Akemi se pusieron delante de ella, deteniendo su avance empezaron a lanzar sus ataques, continuados casi no le daban tiempo a defenderse, Akiko intento atacar desde atrás pero con un movimiento, Aloqua la cogio de la cabeza y fue lanzada contra el suelo, su cuerpo impacto de mala manera haciéndola gritar, la sangre salía por su boca, salpicando la cara de Aloqua que se relamía con gusto.

Akemi soltó un grito como la otra vez en el muelle lleno de ira, las chicas se lanzaron salvajemente sus movimientos eran rapidísimos, casi no podían ni verse al igual que los del demonio, los ataques se sucedían casi sin éxito, mi madre casi logro acertar con sus garras pero fue detenida por Aloqua en un movimiento fue lanzada contra el suelo, por suerte pudo recuperarse en el acto, y volvió a atacar, aquello era imposible que pudiera esquivar aquellos ataques, en uno de ellos Aloqua agarro la espada de Miriam y la rompió, dejándola inservible, lo que no se esperaba es que con el filo atravesara el abdomen de ella, aquel grito resonó dentro de mi como si me hubieran atravesado ami, Akemi no llego a tiempo, fue detenida al momento.

Catia grito de rabia, era como su grito de batalla, mientras estaba con Akemi sujetándolo aprovecho para incrustarle la espada en el abdomen, Aloqua soltó a mi madre y retrocedió unos pasos, goteando sangre por la herida y mi madre aprovecho para asestarle unos garrazos, en ese momento Aloqua se quedo como paralizada cayendo al suelo.

-- Miriam, resiste…por favor…no puedes morirte…-- dijo Catia llorando, por lo que había sucedido.

-- Akiko…dios mío no puede ser…-- dije desconsolada, solo esperaba que no hubiera sido demasiado para ella, tenia sangre por todo su rostro y por su vestido.

Alexa salio corriendo hacia donde estaba Aya, por lo menos aquel golpe no le había sido tan duro y fue ayudada por ella para ponerse en un sitio a salvo, mientras Catia Coria a Miriam para llevarla a un sitio seguro.

Yo de mientras ayudaba a mi madre a recuperarse, estaba mirando el cuerpo de Aloqua tirado y sangrando.

-- ¿Ha acabado ya…? …-- pregunte extrañada y deseando que hubiera acabado.

-- Ha sido demasiado fácil…no creo que haya acabado así de rápido…-- dijo mi Akemi algo cansada.

De reojo podía ver como La Gran Madre había aceptado su destino estaba cabizbaja y con los ojos tristes mirando al suelo.

-- ¿Esto es lo que querías conseguir…? …¿Esta es tu magnifica Aloqua…? …Mira lo que esta pasando y esto es solo aquí dentro…imagínate fuera…-- dije recriminándole a La Gran Madre por lo que había conseguido.

-- Yo no quería…que esto fuera así…solo pensé que seria lo mejor…para nosotras…-- dijo La Gran Madre casi llorando por lo realizado.

Mientras discutía con La Gran Madre escuche note un empujón y CAI al suelo, cuando mire hacia donde estaba vi a Akemi con el hombro ensangrentado y la mano de Aloqua atravesándolo, mientras se sacaba la espada de su abdomen.

Las rodillas de Akemi cedieron por el dolor haciéndola postrarse, de un golpe fue enviada contra una de las estatuas golpeándose contra ella.

-- NOOOOOO, MADREEEE!!! …-- grite como si me hubieran quitado un trozo de mi alma.

-- Bueno una gata menos…-- dijo Aloqua mientras se relamía de gusto la sangre de mi madre por su mano.

-- Esto ya ha llegado demasiado lejos…alzaos muertos cumplir vuestro pacto conmigo y resarciré vuestro honor, al fin podréis ver la luz…-- dije intentando invocar a los muertos que allí había y estaba segura que aun estaban.

El suelo empezó a resquebrajarse dejando ver como aquellos muertos salían de el, en busca de venganza, en un momento tenían a Aloqua apresada, impidiéndole moverse.

-- MUEREEE!!!…-- grito Catia mientras se lanzaba iracunda por su presa para asestarle otro aspadazo.

Pero la suerte se volvió en nuestra contra nuevamente, y de un movimiento tanto los muertos como Catia y yo, salimos despedidas contra el suelo, Catia dio contra una estatua, cayendo inconsciente.

-- Si esto es todo lo que tenéis…olvidaros no podréis conmigo…y ahora por esa pesada de la kitsune…-- dijo Aloqua mientras se encaminaba hacia Verónica que aun estaba recitando el Sutra podía ver su cabello que casi estaba blanco por completo, el esfuerzo era excesivo para ella.

Cuando ya estaba casi a la altura de Verónica para golpearla pensé que todo estaba perdido, pero pude ver como Alexa por detrás la sujetaba, impidiéndole acercarse a ella, no podía creerlo.

Hebe salio de uno de los rincones que hasta el momento no se había atrevido a entrar en combate con Aloqua lo mismo por miedo, aunque era de entender se coloco al otro lado de ella amarrándola con fuerza mientras Verónica seguía pronunciando el Sutra le quedaba poco pero sabia que aquello no iba a ser suficiente.

-- Amanda desátame…por favor te lo pido…puedo ayudaros…-- dijo La Gran Madre, aunque no sabia que hacer estaba entre la espada y la pared todas estábamos exhaustas, o heridas de gravedad, y sabia que ni Alexa ni Eve iban a aguantar mucho tiempo, estaba en mi mano poder hacer algo, si la liberaba me arriesgaba a tener otra enemigo pero si decía la verdad podría ayudarnos, mientras Rubí seguía forcejeando intentando liberarse de sus cadenas pero no podía hacerlo.

Aloqua viendo que no podía moverse agarro a Eve de la cabeza y la arrojo contra una de las estatuas casi sin dificultad, esta soltó un grito y la sangre salio por su boca como resultado del golpe, me acerque a la espada que tenia Catia y se la arroje a La Gran Madre arriesgándome todo a una baza y esperaba que resultara.

En ese momento vi como el cuerpo de Aloqua se retorcía casi de manera imposible propinando un golpe en la espada a Alexa que la hizo caer al suelo, soltando sangre, no sabia que hacer pero aquella escena de todas mis amigas en el suelo, incluso Rubí encadenada forcejeando, me hizo hervir la sangre, el odio que antes se estaba acumulando llego a su limite, dentro de mi fue como si algo se rompiera o se soltara de alguna forma que no podía explicar y mi cuerpo reacciono, sentí como mis manos se transformaban en garras, la pupila de mis ojos se contraían, incluso podía sentir, los bigotes de gato en mis mejillas, una especie de aura blanca me rodeaba pude ver como fuegos fatuos se acumulaban a mi alrededor de color azul pálido, pero solo quería que aquello acabase, estar todas juntas de nuevo, aquel sentimiento se hizo cada vez mayor, solo pensé estar delante de ella y al instante estaba mirándola cara a cara.

-- Vaya parece que al fin has despertado…pero no tiempo para jugar contigo…-- dijo Aloqua lanzándome una de sus garras, en un ataque, no se ni como lo hice solo que mi cuerpo reacciono deteniendo el ataque, y juntando nuestras manos, volvió a realizar otro ataque y de nuevo lo detuvo, solo podía sentir el odio que le tenia por lo que había hecho nada mas me importaba, una especie de Aura negra empezó a invadirla lentamente, fue como una competición de nuestras fuerzas, empezamos a gritar de sobremanera aquel sitio empezaba a temblar a causa de nuestro poder, ninguna de las dos dábamos nuestro brazo a torcer, era un confrontamiento entre el amor que yo sentía por todas ellas y el odio desatado de aquel demonio, no se ni siquiera cuanto duramos en ese estado, solo veía aquellos ojos flamígeros.

Al instante sentí como Aloqua fue apartada de mi pude ver con asombro como La Gran Madre estaba deteniéndola.

-- Entupida… ¿Qué es lo que pretendes…? …Soy tu señora…suéltame…-- dijo Aloqua forcejeando, en seguida soltó varios golpes sobre la espalda de ella pero aun así no la dejo ir la sangre empezaba a salir por su boca por el daño.

-- No pienso soltarte…te invoque para que pudiéramos salir a la luz no para que arrasaras con este mundo…he vivido en el durante mucho tiempo y he sentido cosas…que jamás podrás sentir…-- dijo La Gran Madre con las lagrimas rodando por sus mejillas mientras seguía sosteniendo a Aloqua y aguantando sus embistes, no sabia por cuanto tiempo podría aguantar.

Me gire para comprobar cuanto le faltaba a Verónica para terminar aquello y al instante cayo al suelo por agotamiento tenia el pelo completamente blanco, casi parecía una anciana, pude ver como varias piedras formaban un semi arco en una parte de la sala tenían símbolos japoneses dentro de el se abrió como un portal su interior era oscuro completamente, una fuerza de succión empezó a tirar de Aloqua junto con La Gran Madre parecía querer engullirla.

-- Suéltame…prometo que os ayudare…suéltame…-- dijo Aloqua mientras era arrastrada dentro de aquel portal.

-- Amanda…y con la pregunta que me hiciste…si te hubiera criado…aun sabiéndolo…-- dijo La Gran Madre con sus ultimas fuerzas la mitad del cuerpo de Aloqua había sido engullido en ese portal pero estaba agarrada a los bordes.

Mi cuerpo empezaba a perder energía casi no podía ni moverme, en ese momento escuche un grito de rabia y odio, era Rubí por lo visto la Gran Madre también la había liberado.

-- Aloqua no hacer daño a Mami ni hermanita…-- dijo con Rabia Rubí golpeando en las manos de Aloqua para terminar siendo engullida.

Mi cuerpo termino relajándose y cayendo al suelo, al instante sentí un dolor agudo en el abdomen parecía que aquella cría quería salir, note como mis muslos estaban empapados, había roto aguas y no faltaba mucho para que diera a luz.

Las orejas habían desaparecido al igual que las colas, agarre el amuleto con fuerza mirando a Verónica y note que estaba vacío, enseguida comprendí que no fue aquello sino lo que había sentido por ellas.

A mis oídos llegaron ruidos de la policía que estaba entrando en el sitio, con las pistolas en alto solo, hubiera deseado que hubieran llegado antes al menos podrían haber hecho algo, enseguida llamaron a una ambulancia, me asuste de lo que podían encontrar, había demasiados cuerpos por el suelo pero no estaba ni el de Akemi ni Catia ni las demás pero si de las otras sucubus y eso me preocupaba bastante.

Fui trasladada al hospital de Samantha para ser intervenida en el parto los dolores eran cada vez mayores, no se ni siquiera cuanto duro aquello pero cuando la vi era preciosa, se me saltaron las lagrimas al verla, tenia aquella colita con forma de corazón, era preciosa, algunos médicos dijeron que era una malformación o algo parecido, pero yo sabia que es lo que era una de las enfermeras me dijo que la niña tenia una cicatriz en la palma de la mano como si algo la hubiese atravesado, en seguida me vino a la mente aquella figura que me mostró las cosas y que detuvo la daga que mataría a Catia era el subconsciente de mi hija ayudándome, era increíble que hubiera podido hacer eso.

Poco a poco el tiempo fue pasando, Elvira se fue recuperando poco a poco, siguió pasando el tiempo mi padre despertó de su coma, incluso las chicas también vinieron a visitarme, Catia y las demás pero no vi a Verónica por ningún lado, les pregunte por ella pero me dijeron que su recuperación era mucho mas lenta de lo que esperaban, pero iba bien.

Ami padre no pude decirle nada de la niña que había tenido hubiera sido un lío por completo, por suerte incluso el malentendido hubo sido resuelto por Elvira y aquellos tipos que nos perseguían no volví a verlos pero estoy segura de que los volvería a encontrar o quien sabe.

Lo que mas me apeno fue que tanto Rubí como la pequeña tuvieron que irse no se por cuanto tiempo pero me dijeron que era necesario para un ritual que pudiera estar aquí conmigo, esa noche no pude ni pegar ojo llorando mi padre vino a consolarme pero no pudo hacer nada ni podía contarle nada, paso el tiempo y volví al instituto, y allí estaba Verónica dando clases como si nada hubiera pasado, incluso el local fue reconstruido yo me pasaba de vez en cuando por el y sabéis que nombre le pusieron “Yo Y MI GATITA”, se que suena cursi pero así fue, en una noche que estaba dando vueltas en mi cama escuche un golpeteo en mi ventana como si llamaran, al ver quien era mi cara se lleno de alegría habían vuelto, pero eso ya es otra historia…


FIN…?


P.:eek: Bueno aqui esta le final espero que os haya gustado a todos, la verdad no se si sacar un segundo volumen por asi decirlo, no se si vovlere a escribir sobre Amanda y demas muchas gracias a todos por todo un :* para todos y de nuevo muchas gracias y pido perdon pro las faltas de ortografia que llegara a tener ^^.
 

iramon

Bovino maduro
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9 Ago 2010
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Wow!!! Gracias por la historia Yanira, es muy buena y el final me gusto. Y espero sigas escribiendo mas historias.

Saludos
 

Yarina

Bovino adolescente
Registrado
21 Oct 2008
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Me gustaria hacer una pregunta a todos los que lo han leido me estoy pensando en hacer un segundo volumen me gustaria saber:

¿Si os gustaria que continuase la historia en otro segundo volumen?.

Muchas gracias por vuestra respuesta por ante mano :)
 

zikuti

Becerro
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18 Abr 2009
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Yarina estuvo excelente, te felicito. En cuanto a un segundo volumen has lo que te diga el corazon, yo lo leere si lo publicas ya que me gusta mucho tu manera de hacer estos relatos
 

iramon

Bovino maduro
Registrado
9 Ago 2010
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462
Yarina estuvo excelente, te felicito. En cuanto a un segundo volumen has lo que te diga el corazon, yo lo leere si lo publicas ya que me gusta mucho tu manera de hacer estos relatos

Me uno al comentario de Zikuti, si te animas a realizar un segundo volumen, aqui tienes un seguro lector...
 
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