Después de 12 años de casados mi relación sexual con mi esposa marchaba muy bien, cumplíamos cada una de nuestras fantasías al máximo y experimentábamos posiciones habidas y por haber, hasta ese momento mi apetito sexual estaba satisfecho y no sentía que faltara algo.
Un 16 de diciembre, todo el personal de la empresa donde laboro salía de vacaciones y el gerente sintiéndose de buen humor nos reunió a todos al mediodía para realizar el acostumbrado brindis de navidad, al final de dicho convivio nos dio la oportunidad de retirarnos temprano a las 2 de la tarde, cuando que nuestro horario de salida es a las 6.
Sintiéndome con mucho tiempo libre, decidí ir a dar una vuelta por el centro comercial que se encuentra cerca de la empresa, en el camino me comuniqué con mi esposa para invitarla a comer, pero me dijo que tenían una reunión el cual le llevaría toda la tarde, no pudiendo evitar sentirme mal por ella colgué y opte por admirar los aparadores antes de entrar al restaurante y de esa manera lograr hacer un poco mas de apetito.
Estando frente al aparador de deportes me di cuenta que varias personas a mi alrededor fijaban su mirada hacia mi lado derecho y al voltear veo a una belleza avanzar en el pasillo, vestía un vestido blanco ceñido totalmente a su muy bien torneado cuerpo, de estatura media, cabello sedoso, brilloso y medio ondulado que le llegaban a un poco mas debajo de sus hombros, senos firmes, de tamaños regular y redondos, abdomen plano sin un gramo de grasa, piernas muy bien formadas, firmes, de buen grosor. Al pasar frente a mí, percibo un olor a perfume muy exquisito, y sin querer la seguí con la mirada para encontrarme con unos hermosos glúteos, sin llegar a ser enormes pero si con un tamaño de muy buen ver, redondos y que sin duda alguna se veían firmes, duras, en fin, toda una dama, una bella mujer, una hermosa hembra.
Cuando la perdí de vista, a mi mente llegaron miles de imaginaciones, lo que me hiso recordar que nunca antes había sentido eso por una mujer y al voltear de nuevo al aparador pude ver en el reflejo del vitral como se marcaba mi excitada y dura verga a través de mis pantalones – Ufff que mujer – exclame dirigiéndome al restaurante. Al llegar me ofrecieron una mesa y cuando me senté me lleve una gran sorpresa que no podía creer, la hembra hermosa estaba sentada frente a mí, me dio mucho gusto, pues estaba seguro que iba ser el almuerzo más rico y placentero de toda mi vida.
Mientras terminaba de mi plato, me percato que nadie la había acompañado, es mas se notaba por su tranquilidad que no esperaba a ninguna persona y algo en mi mente me pedía a gritos que le hablara y le ofreciera compañía mientras tomaba su última taza de café, no me atreví y con desilusión veo que solicita su cuenta, paga con tarjeta y cuando regresa el mesero a devolverle su plástico este tropieza la mesa haciendo que el resto del café que había dejado se derramara sobre su vestido blanco dejándole una enorme mancha; casi al momento me preste ayudarle y ella se quejaba mucho pues la mancha era muy notoria, me ofrecí a llevarla a su casa en mi vehículo y con un poco de pena pero no habiendo otra solución terminó por aceptar.
- Mi nombre es Alberto – le dije mientras conducía
- Gracias por tu apoyo Alberto, me llamo Karen
- Mucho gusto Karen – comentábamos sobre el incidente y al poco rato me estacionaba frente a su departamento, pues no vivía lejos de la plaza.
- ¿Gustas pasar? Te has ganado una copa – me dijo sonriendo
–ándale no seas malito, así no me dará tanta pena llegar hasta mi depa, bueno que en realidad es de una amiga, pero está en Miami-
- Ok, con mucho gusto- le dije emocionado
Mientras subíamos en el elevador, ella me platicaba de algo, pero mi mente estaba en otra parte, estaba construyendo un mar de infinitas imaginaciones, sexuales claro está. Llegamos, me invita a pasar y me dice que me ponga cómodo señalándome la sala, mientras pasa a su cuarto a cambiarse de vestuario.
- Muy bien Alberto, ¿Que gustas tomar? tengo whisky y tequila
- Tomare whisky, por favor
- ¿Y bien, eres casado? – me pregunta extendiéndome su mano para alcanzarme mi copa
- No, para nada, soy soltero y sin compromiso – le dije mientras en mi cabeza me preguntaba ¿Qué estás haciendo Alberto? Por primera vez en 12 años estas negando a tu esposa.
- ¿Sabes? Tengo una semana yendo a esa plaza, acabo de terminar con mi pareja porque me fue infiel, odio las mentiras y la infidelidad, quiero olvidarlo lo más pronto posible, me han cortejado muchos hombres en tan solo 5 días, pero luego luego sacan a relucir sus colmillos y lo único que desean es sexo y aunque eso es lo que busco por ahora, quiero hacerlo pero con un hombre que por lo menos oculte sus excitados deseos y sepa cortejarme y… tu no lo has hecho nada mal – me dice dejándome mudo de la sorpresa
- pero… aunque me da pena decirlo… no he hecho mucho que digamos- le conteste
- Claro que si lo has hecho, con mucha discreción me estuviste admirando en todo momento mientras almorzabas, supiste contener las ganas de hablarme y esperaste el momento indicado y cuando lo hiciste no fue para hacerme una invitación, fue para brindarme tu apoyo, en el camino supiste escucharme sin hacerme las típicas preguntas tontas de que si tengo novio o que si me gustaría salir a tomar una copa y eso habla bien de ti.
Me quede mudo, no sabía que decir, para ser sincero tenia años que no cortejaba a una dama. De pronto, deja su copa sobre la mesita de centro y sin aviso alguno me brinda un beso donde pude percibir su aliento cálido, su aroma de hembra necesitada de hombre, no dude ni un instante, la recibí introduciendo mi lengua sobre su boca y jugueteando con su lengua, absorbiendo cada suspiro, cada gemido, no dejaba duda que necesitaba sentir placer.
Nos paramos y le bese su cuello, le agarre sus hombros y sutilmente le pedí que se diera vuelta, al estar detrás de ella, le baje su blusa holgada de tirantes que se había puesto, dejando al descubierto sus preciosos senos pues no se había puesto nada más que la blusa, le bese sus hombros, su cuello, mordisquee sus lóbulos de la oreja e introduje mi lengua sobre su oído, logrando que su piel se enchinara, lentamente fui besando su espalda hasta llegar a sus nalgas, le baje hasta sus tobillos sus pants y quedaron descubiertas sus bellas nalgas para mi, nuevamente descubro que no traía nada puesto, al estar besándola podía oler su sexo, su aroma era exquisito, limpio, sus glúteos eran firmes, suaves. Poco a poco me fui abriendo paso con mi lengua hasta llegar a su ano, ella se inclinó hacia adelante para facilitarme aún más la abertura de sus nalgas, le rosaba la punta de mi lengua alrededor de su anito y ella temblaba de excitación, puse dura mi lengua y traté de introducírsela en su anito –aahhhh- exclamó.
Ahora me coloco delante de ella directamente sobre su ya bastante húmeda vagina y empecé a limpiarle alrededor sobre sus labios vaginales recorriendo mi lengua de abajo hacia arriba, poco a poco fui buscando su clítoris lo encontré e hice movimientos rápidos sobre él, se los chupaba y volvía a mover mi lengua lo más rápido que podía –aahh aahhh ahhh – y justo cuando noté que se venía me detuve dejándola súper caliente – ahh no pares por favor- me decía. Terminé por desvestirme, me llevó a su cuarto y la recosté haciendo que alzara sus piernas y las abriera lo mas que pudiera, tomé mi dura verga que para entonces estaba a mil y la sacudía haciendo que le golpeara en su monte Venus, en su rajita caliente, quería que sintiera el rigor.
Luego, se la deslizaba de abajo hacia arriba sobre sus labios vaginales sin llegar a introducírsela hasta que logre mi objetivo –por favooor ya métemelaaa, la necesitooo aahh- me suplicaba, al terminar su suplica se la metí de un solo golpe y pude ver como abría sus ojos desorbitadamente acompañado de un –hummm haagghh papi esto era lo que quería- slap slap slap se la metía hasta el fondo y volvía a sacarla casi hasta ver mi glande, ella pedía, gritaba y le gustaba como se la introducía. Al sentir nuevamente su cuerpo temblar lista para un orgasmo, retire por completo mi verga, la voltee se puso a gatas y nuevamente se la agité golpeándoles sus nalgas que en esos momentos eran mías, solamente mías.
Le acaricie con la cabeza de mi verga su ano y se lo estimulaba al grado de introducírsela, pero ya me encontraba al borde del clímax y opté por volvérsela a meter por su vagina con movimiento sumamente rápidos slap slap slap slap slap slap hasta que –haagg me vengo, me vengo, me vengoooooo- las fuerzas la abandonaron y se dejo caer en la cama, a mí no me faltaba mucho, por ello me puse frente a ella y le pedí que me la mamara y casi sin fuerza se introdujo mi verga sobre su boca y con solo sentir su saliva caliente me basto para que un torrente de semen caliente saltara sobre su boca, ella no dudo nada y se lo trago todo.
Ya recostados, abrazados y disfrutando de nuestra gran cogida, me preguntaba sobre mí, ¿A que me dedicaba? ¿Qué hacía en mis ratos libres? ¿Cuál era mi rol en la oficina? etc., después me platico que había llegado hace 5 días de Miami, debido a que su pareja le había sido infiel y como quería olvidarlo lo más rápido posible andaba en busca de una aventura y que había escogido esta ciudad debido a que tenía 13 años en el extranjero, por lo que en todo ese tiempo no sabía nada de su prima y que no conocía al esposo de de la misma ni en fotografía.
-le dije a mi prima que venía hoy, pero en realidad llegue 4 días antes para estar sola un rato y buscar el placer que me brindaste, pero hoy mi prima se disculpó conmigo diciéndome que tenían una reunión el cual le llevaría toda la tarde y que me recibiría en la noche con una gran cena para presentarme a su esposo de quien tanto esta enamorada-
Después de un rato, ambos decidimos retirarnos, pues ella iría con su prima y yo pues necesitaba pensar un rato, pues ya me estaba empezando el remordimiento de conciencia,
-¿me regalas una tarjeta de presentación? Necesito verte nuevamente, quiero que me vuelvas a coger así o más rico que hoy-
- claro – le dije extendiéndole mi mano con dicha tarjeta
Salí de ese departamento y cuando iba en el elevador suena mi celular, contesto y era ella nuevamente.
- Hola Karen, ¿Tan pronto empezaste a extrañarme?- le dije vacilando
- Estaba viendo tu tarjeta y me percate de tu nombre… te pregunte si eras casado, te dije que no me gustaban las mentiras y que odiaba la infidelidad… eres un estúpido como todos los hombres… tu esposa se llama Alicia Montalvo… lo sé porque ella es mi prima y ¿sabes qué? Ahorita mismo voy a contárselo todo-
Colgó y me quede mudo de la sorpresa, empecé a caminar lo más rápido que pude hacia el auto, maneje como loco y pensaba que podría decirle a mi esposa, como excusarme, nada me llegaba a mi mente. Baje del auto como loco y cuando llegue a la puerta de mi casa, me abrió mi esposa y pude ver que estaba llorando, más sin embargo, no bajaba la mirada, me quedaba viendo fijamente pidiendo una explicación en silencio, explicación que no había, el silencio fue el peor testigo que tenía en mi contra, a pesar de sus lagrimas en sus ojos había mucho resentimiento, dolor, tristeza, odio, sentimientos encontrados, no, no había palabras, lo único que pude esbozar fue un triste…
-lo siento… Ali… yo… no, no había palabras y conociendo por más de 12 años a mi esposa sabía que no habría perdón alguno, me di la vuelta con la cabeza agachada y me dirigí a mi auto, cuando me subí, vi por el retrovisor las lagrimas en mis ojos.
Hoy estoy solo, nunca más quiso saber de mí y todo por un momento de placer con una hermosa hembra.
Un 16 de diciembre, todo el personal de la empresa donde laboro salía de vacaciones y el gerente sintiéndose de buen humor nos reunió a todos al mediodía para realizar el acostumbrado brindis de navidad, al final de dicho convivio nos dio la oportunidad de retirarnos temprano a las 2 de la tarde, cuando que nuestro horario de salida es a las 6.
Sintiéndome con mucho tiempo libre, decidí ir a dar una vuelta por el centro comercial que se encuentra cerca de la empresa, en el camino me comuniqué con mi esposa para invitarla a comer, pero me dijo que tenían una reunión el cual le llevaría toda la tarde, no pudiendo evitar sentirme mal por ella colgué y opte por admirar los aparadores antes de entrar al restaurante y de esa manera lograr hacer un poco mas de apetito.
Estando frente al aparador de deportes me di cuenta que varias personas a mi alrededor fijaban su mirada hacia mi lado derecho y al voltear veo a una belleza avanzar en el pasillo, vestía un vestido blanco ceñido totalmente a su muy bien torneado cuerpo, de estatura media, cabello sedoso, brilloso y medio ondulado que le llegaban a un poco mas debajo de sus hombros, senos firmes, de tamaños regular y redondos, abdomen plano sin un gramo de grasa, piernas muy bien formadas, firmes, de buen grosor. Al pasar frente a mí, percibo un olor a perfume muy exquisito, y sin querer la seguí con la mirada para encontrarme con unos hermosos glúteos, sin llegar a ser enormes pero si con un tamaño de muy buen ver, redondos y que sin duda alguna se veían firmes, duras, en fin, toda una dama, una bella mujer, una hermosa hembra.
Cuando la perdí de vista, a mi mente llegaron miles de imaginaciones, lo que me hiso recordar que nunca antes había sentido eso por una mujer y al voltear de nuevo al aparador pude ver en el reflejo del vitral como se marcaba mi excitada y dura verga a través de mis pantalones – Ufff que mujer – exclame dirigiéndome al restaurante. Al llegar me ofrecieron una mesa y cuando me senté me lleve una gran sorpresa que no podía creer, la hembra hermosa estaba sentada frente a mí, me dio mucho gusto, pues estaba seguro que iba ser el almuerzo más rico y placentero de toda mi vida.
Mientras terminaba de mi plato, me percato que nadie la había acompañado, es mas se notaba por su tranquilidad que no esperaba a ninguna persona y algo en mi mente me pedía a gritos que le hablara y le ofreciera compañía mientras tomaba su última taza de café, no me atreví y con desilusión veo que solicita su cuenta, paga con tarjeta y cuando regresa el mesero a devolverle su plástico este tropieza la mesa haciendo que el resto del café que había dejado se derramara sobre su vestido blanco dejándole una enorme mancha; casi al momento me preste ayudarle y ella se quejaba mucho pues la mancha era muy notoria, me ofrecí a llevarla a su casa en mi vehículo y con un poco de pena pero no habiendo otra solución terminó por aceptar.
- Mi nombre es Alberto – le dije mientras conducía
- Gracias por tu apoyo Alberto, me llamo Karen
- Mucho gusto Karen – comentábamos sobre el incidente y al poco rato me estacionaba frente a su departamento, pues no vivía lejos de la plaza.
- ¿Gustas pasar? Te has ganado una copa – me dijo sonriendo
–ándale no seas malito, así no me dará tanta pena llegar hasta mi depa, bueno que en realidad es de una amiga, pero está en Miami-
- Ok, con mucho gusto- le dije emocionado
Mientras subíamos en el elevador, ella me platicaba de algo, pero mi mente estaba en otra parte, estaba construyendo un mar de infinitas imaginaciones, sexuales claro está. Llegamos, me invita a pasar y me dice que me ponga cómodo señalándome la sala, mientras pasa a su cuarto a cambiarse de vestuario.
- Muy bien Alberto, ¿Que gustas tomar? tengo whisky y tequila
- Tomare whisky, por favor
- ¿Y bien, eres casado? – me pregunta extendiéndome su mano para alcanzarme mi copa
- No, para nada, soy soltero y sin compromiso – le dije mientras en mi cabeza me preguntaba ¿Qué estás haciendo Alberto? Por primera vez en 12 años estas negando a tu esposa.
- ¿Sabes? Tengo una semana yendo a esa plaza, acabo de terminar con mi pareja porque me fue infiel, odio las mentiras y la infidelidad, quiero olvidarlo lo más pronto posible, me han cortejado muchos hombres en tan solo 5 días, pero luego luego sacan a relucir sus colmillos y lo único que desean es sexo y aunque eso es lo que busco por ahora, quiero hacerlo pero con un hombre que por lo menos oculte sus excitados deseos y sepa cortejarme y… tu no lo has hecho nada mal – me dice dejándome mudo de la sorpresa
- pero… aunque me da pena decirlo… no he hecho mucho que digamos- le conteste
- Claro que si lo has hecho, con mucha discreción me estuviste admirando en todo momento mientras almorzabas, supiste contener las ganas de hablarme y esperaste el momento indicado y cuando lo hiciste no fue para hacerme una invitación, fue para brindarme tu apoyo, en el camino supiste escucharme sin hacerme las típicas preguntas tontas de que si tengo novio o que si me gustaría salir a tomar una copa y eso habla bien de ti.
Me quede mudo, no sabía que decir, para ser sincero tenia años que no cortejaba a una dama. De pronto, deja su copa sobre la mesita de centro y sin aviso alguno me brinda un beso donde pude percibir su aliento cálido, su aroma de hembra necesitada de hombre, no dude ni un instante, la recibí introduciendo mi lengua sobre su boca y jugueteando con su lengua, absorbiendo cada suspiro, cada gemido, no dejaba duda que necesitaba sentir placer.
Nos paramos y le bese su cuello, le agarre sus hombros y sutilmente le pedí que se diera vuelta, al estar detrás de ella, le baje su blusa holgada de tirantes que se había puesto, dejando al descubierto sus preciosos senos pues no se había puesto nada más que la blusa, le bese sus hombros, su cuello, mordisquee sus lóbulos de la oreja e introduje mi lengua sobre su oído, logrando que su piel se enchinara, lentamente fui besando su espalda hasta llegar a sus nalgas, le baje hasta sus tobillos sus pants y quedaron descubiertas sus bellas nalgas para mi, nuevamente descubro que no traía nada puesto, al estar besándola podía oler su sexo, su aroma era exquisito, limpio, sus glúteos eran firmes, suaves. Poco a poco me fui abriendo paso con mi lengua hasta llegar a su ano, ella se inclinó hacia adelante para facilitarme aún más la abertura de sus nalgas, le rosaba la punta de mi lengua alrededor de su anito y ella temblaba de excitación, puse dura mi lengua y traté de introducírsela en su anito –aahhhh- exclamó.
Ahora me coloco delante de ella directamente sobre su ya bastante húmeda vagina y empecé a limpiarle alrededor sobre sus labios vaginales recorriendo mi lengua de abajo hacia arriba, poco a poco fui buscando su clítoris lo encontré e hice movimientos rápidos sobre él, se los chupaba y volvía a mover mi lengua lo más rápido que podía –aahh aahhh ahhh – y justo cuando noté que se venía me detuve dejándola súper caliente – ahh no pares por favor- me decía. Terminé por desvestirme, me llevó a su cuarto y la recosté haciendo que alzara sus piernas y las abriera lo mas que pudiera, tomé mi dura verga que para entonces estaba a mil y la sacudía haciendo que le golpeara en su monte Venus, en su rajita caliente, quería que sintiera el rigor.
Luego, se la deslizaba de abajo hacia arriba sobre sus labios vaginales sin llegar a introducírsela hasta que logre mi objetivo –por favooor ya métemelaaa, la necesitooo aahh- me suplicaba, al terminar su suplica se la metí de un solo golpe y pude ver como abría sus ojos desorbitadamente acompañado de un –hummm haagghh papi esto era lo que quería- slap slap slap se la metía hasta el fondo y volvía a sacarla casi hasta ver mi glande, ella pedía, gritaba y le gustaba como se la introducía. Al sentir nuevamente su cuerpo temblar lista para un orgasmo, retire por completo mi verga, la voltee se puso a gatas y nuevamente se la agité golpeándoles sus nalgas que en esos momentos eran mías, solamente mías.
Le acaricie con la cabeza de mi verga su ano y se lo estimulaba al grado de introducírsela, pero ya me encontraba al borde del clímax y opté por volvérsela a meter por su vagina con movimiento sumamente rápidos slap slap slap slap slap slap hasta que –haagg me vengo, me vengo, me vengoooooo- las fuerzas la abandonaron y se dejo caer en la cama, a mí no me faltaba mucho, por ello me puse frente a ella y le pedí que me la mamara y casi sin fuerza se introdujo mi verga sobre su boca y con solo sentir su saliva caliente me basto para que un torrente de semen caliente saltara sobre su boca, ella no dudo nada y se lo trago todo.
Ya recostados, abrazados y disfrutando de nuestra gran cogida, me preguntaba sobre mí, ¿A que me dedicaba? ¿Qué hacía en mis ratos libres? ¿Cuál era mi rol en la oficina? etc., después me platico que había llegado hace 5 días de Miami, debido a que su pareja le había sido infiel y como quería olvidarlo lo más rápido posible andaba en busca de una aventura y que había escogido esta ciudad debido a que tenía 13 años en el extranjero, por lo que en todo ese tiempo no sabía nada de su prima y que no conocía al esposo de de la misma ni en fotografía.
-le dije a mi prima que venía hoy, pero en realidad llegue 4 días antes para estar sola un rato y buscar el placer que me brindaste, pero hoy mi prima se disculpó conmigo diciéndome que tenían una reunión el cual le llevaría toda la tarde y que me recibiría en la noche con una gran cena para presentarme a su esposo de quien tanto esta enamorada-
Después de un rato, ambos decidimos retirarnos, pues ella iría con su prima y yo pues necesitaba pensar un rato, pues ya me estaba empezando el remordimiento de conciencia,
-¿me regalas una tarjeta de presentación? Necesito verte nuevamente, quiero que me vuelvas a coger así o más rico que hoy-
- claro – le dije extendiéndole mi mano con dicha tarjeta
Salí de ese departamento y cuando iba en el elevador suena mi celular, contesto y era ella nuevamente.
- Hola Karen, ¿Tan pronto empezaste a extrañarme?- le dije vacilando
- Estaba viendo tu tarjeta y me percate de tu nombre… te pregunte si eras casado, te dije que no me gustaban las mentiras y que odiaba la infidelidad… eres un estúpido como todos los hombres… tu esposa se llama Alicia Montalvo… lo sé porque ella es mi prima y ¿sabes qué? Ahorita mismo voy a contárselo todo-
Colgó y me quede mudo de la sorpresa, empecé a caminar lo más rápido que pude hacia el auto, maneje como loco y pensaba que podría decirle a mi esposa, como excusarme, nada me llegaba a mi mente. Baje del auto como loco y cuando llegue a la puerta de mi casa, me abrió mi esposa y pude ver que estaba llorando, más sin embargo, no bajaba la mirada, me quedaba viendo fijamente pidiendo una explicación en silencio, explicación que no había, el silencio fue el peor testigo que tenía en mi contra, a pesar de sus lagrimas en sus ojos había mucho resentimiento, dolor, tristeza, odio, sentimientos encontrados, no, no había palabras, lo único que pude esbozar fue un triste…
-lo siento… Ali… yo… no, no había palabras y conociendo por más de 12 años a mi esposa sabía que no habría perdón alguno, me di la vuelta con la cabeza agachada y me dirigí a mi auto, cuando me subí, vi por el retrovisor las lagrimas en mis ojos.
Hoy estoy solo, nunca más quiso saber de mí y todo por un momento de placer con una hermosa hembra.
la onda es no hacerlo jajajajajjajaja
