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Una Diosa

BAKJAK

Bovino maduro
Registrado
9 May 2010
Mensajes
247
Siempre me han gustado las mujeres voluptuosas, las que llaman los anglosajones BBW. Ya de niño me excitaban, sin yo saberlo, los traseros gordos, grandes, enormes, bien hechos, protuberantes y elevados. Mi mayor morbo es una señora gruesa de cintura pequeña, nalgas semiesféricas enormes y muslos y pantorrillas muy robustos, como algunas hermosas modelos de Manuel Barrancos o como Lindsey Ward o Angel de hotfat.com, o Billie Bombs o London Andrews. Si además viste sexy, con minifalda, tacones, medias con costura, ligueros, tangas, corsé... ¡me vuelvo loco!
Hace unos meses, acudí a una reunión inmobiliaria con un ágape al final. No sé por qué pero había muchas mujeres, de todos los tipos, rubias, morenas, delgadas, gruesas, altas, bajas... ¡y una absolutamente perfecta! Muy gruesa para el gusto de mucha gente, para mí, una Diosa. No podía apartar la vista de ella. Sus piernas gruesas, poderosas y torneadas enfundadas en medias con costura posterior y elevadas sobre unos tacones de aguja excesivos hacían que su poderoso trasero destacara más y llamara poderosamente la atención de algunos de los hombres. Yo no podía dejar de observarla. Parecía Angel, de Hotfat, aunque no tenía tanto pecho, pero sus nalgas eran aún mayores y más prominentes y sus muslos y pantorrillas gruesos en exceso y sabiamente torneados, una locura ba-kuna, vamos. La mirada se me iba sin querer continuamente hacia ella. Nunca he sido muy lanzado, lo admito, no es mi fuerte el arte de la seducción, casi siempre me han seducido. Hablábamos con gente conocida en grupos diferentes. Se acabó mi cerveza y me dirigí a la barra con la imagen tremenda de la morenaza en mente. Pedí otra cerveza al camarero y, de pronto, alguien toca en mi hombro. ¿Os imagináis quien era? Era la pequeña morena BBW perfecta. A mi lado, parecía aún más pequeña, calculo que no mediría más de 1.55 m.
- ¿Me puedes pedir una cerveza, grandullón? Hay mucha gente y tú estás en primera línea.
-- ¿Eh? -respondí todo azorado y algo desconcertado, no me la esperaba tan cerca y menos que tomara la iniciativa de forma un tanto burlona- ¿Con alcohol o sin?
- Con, por supuesto, la noche es joven.
-- Aquí la tienes, preciosa. ¿Qué haces tú por aquí? ¿Eres particular o vienes por alguna empresa?
- Y qué importa eso, gigantón (me respondió coqueta). ¿Tú compras o vendes?
-- Vendo, o eso intento, pero a ti te haría el mejor precio, lo mereces.
- ¿Que lo merezco? ¿Y por qué lo merezco, si no me conoces de nada?
-- Porque se ve que sabes lo que quieres, que sabes elegir, sabes dónde está lo bueno y lo mío es lo mejor, te gustaría. ¿Vienes al stand y te lo muestro?
- Tranquilo, hombre. No tan deprisa, yo también vendo. Además, casi podrías ser mi padre, no creo que pretendas ligar conmigo.
-- ¿Eh? Bueno -contesté nervioso-, no soy tan presuntuoso como para pretender lo que dices, eres una belleza y seguro que tienes pretendientes mucho más jóvenes que yo, de tu edad...
- ¿Una belleza? Pero si mis amigas dicen que estoy gorda, carcamal. Me sobran al menos diez kilos. Tengo que ponerme a dieta, abuelito.
-- ¿A dieta! ¡Pero si eres la mujer 10! ¡Nunca he visto una mujer más soberbia! ¡En la vida! ¡Eres un bellezón, un sueño! (Ya iba lanzado, no me importaba patinar, era el todo o nada) Pero, bueno, tú lo has dicho, puedo ser tu padre y los dos vendemos... (hice ver que quería retirarme, con algo de timidez). Quizá debemos de ir a buscar clientes por ahí, hay potencial.
-- ¡Deja de pensar en el trabajo, hombre, que seguro que también has tenido unos días terribles! Bueno, lamento haberte violentado un poquito, abuelete, no es para tanto. Tengo ya veinticinco y tú no tendrás más de cuarenta.
- Cumplí cuarenta hace algunos años, puedo ser tu padre, no lo dudes.
-- ¡Pero no lo eres y no aparentas la edad que tienes! Se nota que haces deporte, estás muy fuerte y aparentas estar duro.
- Eso, no lo dudes. Me gusta cuidarme (respondí, coqueto y ya a por todas, pues veía su aparente interés).
-- ¡Y te gusto, papi!. Soy comercial y sé que te gusto, aunque esté gorda. No podías quitarme la vista de encima. ¿Te apetece tomar algo en otro sitio?
- (Me quedé de una pieza, no me dejó que tomara la iniciativa, se adelantó). ¡Me parece grandioso!
-- Grande, como tú. Me encantan los tíos grandes... ¡Y maduretes, con experiencia, je, je!
- ¡Y a mí las mujeres guapas y... (busqué la palabra adecuada, que no sonara ordinario pero, de nuevo, se me adelantó)
-- ¡Que estén buenas, con curvitas, atractivas, jamonas, como yo!
- ¡Tú lo has dicho, mejor que buenas, mejor que jamonas, tú eres una Diosa! (Respondí, motivado, por las cervezas, al igual que ella) ¡De las que vuelve locos a los hombres!
- ¡Diosa me llamas? ¡Me gusta! Esto promete, grandullón. ¿Y cómo de loco estás ahora? ¿Estás excitado? Porque el pantalón te abulta mazo. ¡Uf, das miedo, papi! Te pongo cachondo, ¿eh, cabrón?
-- No te lo puedes imaginar, estoy que reviento, Diosa.
-- Ven, sígueme.
No sabía exactamente lo que pretendía, pero la seguí. Parecía un pelín animada por el alcohol pero controlaba sus acciones, no me cabía duda. Yo estaba dispuesto a no dejarla escapar.
De pronto, se colocó a la puerta del WC de hombres y me dijo:
-- Avisa cuando no haya nadie.
Entré, observé, había un hombre. Me lavé las manos. Cuando se marchó y no quedaba nadie, salí y le hice una seña.
- ¡Ahora!
Ella entró, se fue para un WC, me instó a que pasara y cerró rápidamente la puerta.
- ¿Qué quieres, cabrón, te vuelvo loco, eh, cabrónnnn?... ¡Te vas a enterar, hijoputa!
Estaba como poseída. Nos besamos salvajemente mientras yo le agarraba de las nalgas y la levantaba en vilo sin esfuerzo, era densa pero liviana, su peso era perfecto para la fuerza de mis brazos. Ella no paraba de sobarme la polla y los huevos. Me abrió el pantalón, sacó el enorme pene erecto y lo engulló entero después de decir
- ¡Lo sabía cabrónnnnnn! ¡Sabía que tenías una polla enorme, hijoputa!
-- ¿Te gusta la polla, pues chúpala, putona, trágatela!
No se lo tuve que decir dos veces, se comió los huevos y acto seguido se tragó la polla hasta las bolas como no lo hubiera hecho Linda Lovelace en sus buenos tiempos. ¡Qué vicio de tía! Le salían lágrimas por los ojos que le corrió el rimmel y no paraba de sacársela y escupirle saliva y metérsela, de nuevo, hasta los testículos. Hasta el culo se comió la muy cabrona. Yo, mientras tanto no paraba de sobarle las tetas , las nalgas, los muslos. ¡Era la tía más buena que había visto en mi vida y ahí estaba... haciéndome la mejor comida de polla de mi vida. Si la hubiera dejado me hubiera corrido, así que la aparté y le ordené que se bajara las bragas y se pusiera de pie encima de la taza.
- No llevo bragas, llevo tanga, ¡rómpelo si quieres, cabronazo!
-- No, primero, ponte de pie en la taza del water y saca el culo, putona, que me recree
A todo esto yo no cesaba de masturbarme y el pene había alcanzado unas dimensiones gigantescas
-- ¡Mastúrbate, jamona, tía buena!
Su culo era de otra dimensión, de otro planeta y su raja era la raja más apetitosa y carnosa que había tenido cerca de la boca en mi puta vida, así que me bajé al pilón, al soberbio pilón de aquélla Diosa pequeñita, preciosa, redonda, curvilínea y perfecta. Le sorbí el coño con delectación, me comí sus enormes labios mayores y menores y su clítoris excelso. Tragué todos sus jugos, que sabían salados y exquisitos. La muy cachondona se estaba corriendo en mi boca. Era la primera vez que me ocurría, de nuevo, en la vida. Yo, mientras le hacía un cunnilingus entregado, me masturbaba y ella gemía, tratando de contener el grito de placer que casi se le escapaba y se masturbaba a su vez.
- ¿No te comes el culo, cabronazo?
Me gustaba que me hablara así, me ponía. La Diosa sabía cómo excitar a un maduro vicioso y hambriento como yo que, a su vez, sabía cómo manejar y dar placer a una hembra hermosa como ella.
Le lamí el culo y le introduje la lengua como si la estuviera follando durante un rato. Lo llené de saliva y le introduje un dedo hasta el fondo mientras de nuevo le comía la soberbia vagina rosada y carnosa.
- ¡Fóllamelo, cabrón, fóllate el culazo de tu puta, cabrónnnnn!
Estaba entregada, desmadejada, excitada. Eso me motivaba más y hacía mi erección más poderosa.
-- ¡Si, pero trágate de nuevo el pollón y ponlo duro, zorraaaa!
Se introdujo el pene hasta la bola y además trataba de meter en su boca los testículos, primero uno, luego el otro, mientras lagrimeaba y manaba saliva y flema por la boca. Dejaba la cabeza inmóvil, una vez que lo tenía todo dentro de la garganta y me instaba con las manos a que yo me moviera y me follara su boca. Lo hice quince o veinte embestidas. La saqué. La puse a cuatro patas sobre la taza del water y le dediqué unos hambrientos lametones en coño y ano mientras ella no cesaba de masturbarme. Inmediatamente, le aparté la mano del ariete, se lo pasé y restregué por la raja, se lo metí un poquito y, sin más dilación, se lo enchufé por el culo, sin ninguna oposición por parte de su esfínter. Le encantaba que la sodomizara. Yo, ante la visión de su enorme culo perfecto, carnoso y salido, sin una mácula, cada vez me excitaba más. Ahora, la sacaba, me comía coño y culo y me masturbaba. Después, volvía a metérsela y le di caña un buen rato. Ella llegó al clímax varias veces, tragándose los gritos contenidos, y yo, cuando ya no podía más, se la saqué del ano (o del coño, no recuerdo) y se la metí en la boca, hasta el fondo, le di ocho o diez embestidas más y me corrí salvajemente, como nunca antes lo había hecho, en su boca. El semen viscoso (no me corría desde hacía varias semanas) le rebosaba por la comisura de los labios, abrió la boca, tras absorber la última gota y me mostró la eyaculación que luego tragó hasta el final.
- Nunca he tenido tres orgasmos en la misma sesión. Para ser una abuelete, no se te da mal esto del sexo. Se ve que estás en forma. Nada que ver con los niñatos que me dan dos embestidas, plis plas... ¡Y me dejan a dos velas! Y tú, ¿qué, te has puesto las botas, eh, cabrónnnnnnnnnn? ¡Ja, ja, jaaaa!
-- ¡Ja, ja, jaaaa!
Reímos los dos. Esperamos a salir discretamente. Pero aquéllo no acabó ahí. La invité a cenar en un Restaurante caro, como merecía una amante tan excepcional como Diosa. Algún día os diré el nombre.
Cuando salimos de la sala de convenciones, íbamos cogidos de la mano. A los dos nos costaba mantener la posición, nos temblaban las piernas del esfuerzo. Me sentía nervioso y emocionado ante aquélla mujer, claro que ella no era una mujer normal sino mi mujer soñada, una perfecta pequeñita mujerona supersexy, una superhembra... ¡Una Diosa!

P.S. Les ruego comenten que les parece. Si les gusta, aportaré más. Si no es asì, permaneceré en silencio.
Gracias, ba-kunos.
 

BAKJAK

Bovino maduro
Registrado
9 May 2010
Mensajes
247
¡Ojalá tuviera! Todo se andará. Habrá que tantearla, cuando haya ocasión.

(Te puedes hacer una idea de cómo es si ves fotos de Ángel, de hotfat.com, que se han publicado por aquí; se parece, con menos pecho y más culo y caderas)
 

galapagoz

Bovino adicto
Registrado
21 Jul 2008
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594
que delicia de relato, mira que las gordas no me van o almenos eso creo jajajaja pero la forma que lo relatas y la descibes se me antojo jajajaja buen relato sigue con mas
 

aidonia

Bovino adolescente
Registrado
14 Jul 2011
Mensajes
55
excelente te envidio espero saber mas de tus aportes
 

DARK_RYU

Bovino maduro
Registrado
12 Nov 2009
Mensajes
135
Una paja por la diosa me voy hacer ya se me antojo, rico relato hasta me hiciste sentirme en ese pinche baño follando con ella....gracias
 

miguelsr09

Bovino maduro
Registrado
28 Nov 2007
Mensajes
127
EXCELENTE RELATO BAKUNO, DE SEGURO ES UNA LLENITA SUPER SEXY, SUERTUDO, ESPERAMOS MAS RELATOS SUERTE
 
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