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Un trio con Selene

alexander-mist

Becerro
Registrado
1 Jul 2009
Mensajes
31
Solo he hecho dos tríos en mi vida, nunca con la suerte que hayan participado dos mujeres y su servidor, uno fue con mi ex novia Mónica y el segundo es el que estas apunto de leer.

Mi amigo Ernesto prácticamente tenía todo lo que quisiera, dinero, inteligencia y no batallaba nada para conseguir mujeres con quienes acostarse, eso no le quitaba la costumbre de visitar prostitutas muy frecuentemente. Realmente, nunca me había interesado tener relaciones con una “mujer de la vida galante”, pues las que me había tocado ver en mi ciudad no eran de mi gusto y además soy muy paranoico con eso de las enfermedades, no es que las denigre, sinceramente las respeto pues se ganan la vida como pueden, solamente soy muy miedoso con ese tipo se asuntos.

Todo comenzó hace algunos meses. Ernesto ya me había confesado que siempre había querido tener un trió, no importa como fuera, simplemente quería que hubiera tres personas en un cuarto, si no es que mas. Esta idea se intensifico mas cuando Román, un amigo nuestro, nos platico de cierta mujer que por el precio adecuado lo hacia, eso si, no era barato, pues según me entere en esa conversación no era muy típico para las prostitutas de mi ciudad hacer esa “actividad”, supongo que por medida de seguridad, pues ha de ser riesgoso para una dama en esta profesión atender a dos hombres en solitario. El nombre de la chica en cuestión era Érica y trabajaba en una plaza que esta en el centro de mi ciudad, al tener los datos Ernesto no espero mas y me intento convencer ser su compañero en esta, como el dijo, “aventura”.

*los diálogos están parafraseados*

-Ernesto: ándale cabron, hazme el favor y acompáñame.
-Yo: ¿y por que chingados yo?
-Ernesto: por que eres mi hermano, aparte, no es como si se lo pudiera pedir a cualquiera, ándale, yo pago todo, compartimos todo ¿que no?
-Yo: pendejo, una cosa es que te preste una camiseta y la otra es compartir vieja.

No fue fácil para el, tardo como 3 meses en convencerme, pues a mi realmente no me interesaba, pero después de 3 meses de lloriqueo de su parte cedí, además dijo que el pagaría todo, que iríamos en su carro el cual me encanta manejar no se porque y que me pagaría el semestre de la universidad (y si lo hizo), cosa que no podía dejar pasar.

-Yo: Ahora el que se siente como puta soy yo, me vendí.
-Ernesto: Que te puedo decir eres mi perra, a demás sabes que quieres verme la “pistola”.
Yo: Lo que digas, perro.

Después de todo un día de bromas acerca de cómo yo era su esclavo y que me sentía atraído por el, cayo la noche y nos encaminamos a la plaza en cuestión.

Al llegar al parque comenzamos a buscar a la chica de la que nos informaron, según la descripción que nos dieron era delgada de trasero amplio pero poco pecho, llegábamos con cuanta chica encajaba en la descripción pero simplemente no era, además Ernesto preguntaba si estaban dispuestas a dar un servicio igual al que la tal Érica ofrecía, pero la respuesta siempre era la misma, un rotundo y feo “NO”, dimos vueltas como por diez minutos para ver si encontrábamos a la chica perfecta para cumplir la fantasía de Ernesto, este ya se estaba dando por vencido, Érica no aparecía y ninguna de las muchachas que vimos aceptaba la indecorosa propuesta.

-Ernesto: camarada, ya vámonos, ya no la hallamos.

Si mi humor hubiera sido otro le habría tomado la palabra, pero no tenia nada mejor que hacer esa noche, no era mi gasolina la que se gastaba en las vueltas, y en caso de hallar a la “mujer ideal”, tendría sexo sin pagar un peso. Lo convencí de dar una vuelta mas, en esta ronda encontramos nuevas candidatas que no se habían presentado en la primera vuelta, pero eso no cambio el resultado, no hubo nada, ni Érica, ni una valiente voluntaria.

-Ernesto: ya ves, que te dije, ya vámonos.
-Yo: mira compadre, tres muchachas más, ¿que ondas?
-Ernesto: pues esta bien.

Entonces alcanzo ver a una nueva y participante. Conforme nos acercábamos más y más se iba materializando en la penumbra de la noche, una mujer de caderas prominentes y un trasero nada despreciable, entallada en un vestido negro muy corto, un poco mas debajo de las nalgas, este hecho reflejaba unas piernas carnosas pero sin llegar a gordas.

Nos detuvimos enfrente de ella, para esta distancia podíamos apreciarla mejor. Era de tez morena, su rostro estaba demasiado maquillado, después descubriría que era para cubrir pocos cacarizos causados por un caso de acné en el pasado, unos labios rojos como cereza, unas mejillas notorias, cabello castaño con rayos rubios, un escote nada sutil que revelaba un busto grande pero que comenzaba a caer por el paso del tiempo, esto se hizo mas notorio cuando mi compañero bajo el vidrio y ella se inclino para hablar con el, al acercarse lanzo una sonrisa que enseñaba unos pálidos dientes un poco manchados, tal vez a raíz del uso del tabaco.

-Selene: ¿que onda plebes (palabra coloquial aquí en el norte de México que quiere decir niños, por si tenían el pendiente)?, que bonito carro, ¿hay espacio para mi?

Solamente alcance a escuchar eso de ella, pues realmente la chica no me despertaba interés, solo pensaba en que tendría sexo gratis, y fea pues no se me hacia la muchacha, pero deje que Ernesto hablara con la chica, al cabo el era el de la urgencia.

Unos minutos después, se me informo que ella no era la chica que buscábamos, su nombre “artístico” era Selene, y que en palabras de ella “podía manejar a dos cabrones mejor que cualquiera, incluida Érica” o eso fue lo que me dijo Ernesto, dicho esto, se llego a los términos del pago por sus servicios, se abrió la puerta de atrás para que nuestra voluptuosa compañera subiera.

Llegamos a un motel que quedaba como a tres cuadras del parque, Ernesto bajo para conseguir el cuarto, entonces Selene y yo nos quedamos solos.

-Selene: oye, si traen todo ¿verdad?, digo los plásticos y como veo que son dos me va a tocar por la colita también, ¿traen lubricante o algo así?, por que con el puro condón vamos a batallar.
-Yo: pues el otro wey debió haber comprado algo así.
-Selene: te ves algo “verde” chamaco, ¿es tu primera vez? Con una puta digo.

A pesar de haberlo usado en relatos, el termino “puta” nunca me ha agradado mucho y que ella misma se dijera así fue un poco molesto para mi.

-Yo: pues si, la verdad es que si, nunca se me cruzo la idea de venir para acá.
-Selene: no te preocupes plebe, cuando acabemos créeme que querrás repetir.

En ese momento Ernesto subió al auto, entonces Selene le planteo la primera pregunta que me hizo a mi.

-Ernesto: si, aquí traigo todo

Se noto que a Selene respiro, entonces lanzo un, (para mi) innecesario cumplido que pienso yo a de usar mucho en su profesión.

-Selene: si chamacos, es que no quiero que me vaya a doler con esas “cosotas” que han de tener.

Llegamos al motel, al abrir la puerta conocí la sencilla habitación a la cual pasamos, ya en la habitación, Selene comenzó a quitarse la ropa, dejando a relucir los pechos antes mencionados que eran coronados por unos pezones resignaditos y una aureola de un tamaño amplio y oscura en comparación a su piel , un abdomen que en tiempos pasados había sido ejercitado arduamente, pero se notaba por la barriguita naciente que lo había dejado hace algunos meses, este era decorado por un colgante de mariposa en el ombligo y unas cuantas estrella tatuadas en su costado izquierdo, al dejar caer el vestido negro salió a relucir una tanga de encaje negra con frente rosado, la cual solo cubría poco menos de medio glúteo.

-Selene: ¿que onda chamacos?, les gusta lo que ven, por que le pueden hacer lo que quieran, pero embichense (termino que quiere decir “desnúdense”) para empezar a jugar.

Cuando dijo eso se iba empezar a quitar la tanga cuando Ernesto interrumpió.

-Ernesto: esa déjatela mamita, un rato mas.
-Selene: lo que digas grandote, pero siéntense que les saldrán raíces en los pies.

Rápido como rayo Ernesto se bajo el pantalón junto con el bóxer y se sentó en el borde de la cama, ya con toda la verga erecta

-Selene: pues chiquito no estas papa, y ¿tu que?- dijo mirándome- ¿no quieres jugar?, por que a tu amigo ya le urge

Aceptando la invitación, mientras me desnudaba observe como Selene se ponía de rodillas y caminaba a gatas hacia Ernesto, al llegar a el comienza a masturbarlo.

-Selene: papacito, que rico estas mi rey.

Terminada esa frase, ya desnudo y sin una erección ni siquiera por nacer, me senté junto a Ernesto, entonces Selene nota mi presencia y con su mano izquierda comienza a tocarme a mí también.

-Selene: uy, ya llego el otro campeón. Que amargadito andas mi rey, ya se te quitara cuando acabe papacito.

Pues la verdad estaba funcionando, pues solo basto tres toques de la mano de Selene para que mi miembro despertara, ya con una erección completa comencé a disfrutar lo que pasaba, pero sinceramente oír a Ernesto gemir, no era mi ideal, intentaba bloquearlo.

-Selene: uy mis reyes, que grandotes están los dos, a ver si me caben, pero ya pónganse los plásticos, que los van a ocupar para lo que viene.

Emocionadísimo Ernesto fue hacia su pantalón, y me paso un paquete el cual Selene con falsa amabilidad insistió en ponernos a ambos.

Ya los dos enforrados con los preservativos siguió masturbando a Ernesto, mientras mi miembro se lo llevaba a la boca. Fue la primera vez que me chupaban con un plástico puesto, y la verdad hubiera deseado no tenerlo, pues Selene era muy habilidosa en lo que hacia, sentía como electricidad recorría mi miembro, era algo genial, alternaba entre mi verga y la de Ernesto, pero no dejaba a ninguno descuidado, los dos éramos succionados por esos suculentos labios. Ya entrado en calor Ernesto se levanto y se fue atrás de Selene que seguía en su posición, aun con mi miembro en su boca completo la siguiente frase.

-Selene: uff, que bueno, ya tenemos al primer valiente, hazme lo que quieras malote, mi panochita ya te esta esperando, y nomas te digo que el culito todavía no, ocupo prepararme mentalmente, - entonces me miro y dijo -y a ti te tocara otra cosa para que agarres valor papacito.

Entonces sus pechos recubrieron mi miembro y con sus manos en ellos comenzó a hacerme una cubana, mientras lamia la punta de mi pene. Era la primera vez que me hacían una, el calor corporal que cubría mi verga era muy grato, solo veía esos pezones subir y bajar y su lengua se movía en círculos cada que tenia contacto con mi glande, era riquísimo, una sensación que nunca había sentido.

Volviendo a mi compañero, este parecía poseído, comenzó a morder los glúteos de nuestra acompañante, cosa que ella parecía disfrutar, pues cerraba los ojos cada que lo hacia. Ernesto prosiguió a bajarle la ropa interior hasta en medio de sus muslos, el la tomo por las caderas y con intensidad comenzó a embestir a nuestra pareja.

-Selene: uff, así me gustan, brutotes, síguele mi rey que se siente bien rico.

En ese momento Selene regreso a lamber mi pene, pero como yo ya me había aburrido de estar inactivo, me puse de pie, y empecé a empujar la cabeza de Selene mas hacia mi miembro para que la penetración en su boca fuera mas profunda, maltrato que Selene acepto sin queja, con lo único que batalle en ese momento fue con mi amigo que estaba “trabajando” la parte posterior de ella, pues no fue nada fácil coordinar mis movimientos con las erráticas embestidas de mi compañero, pero de alguna manera lo logramos.
Cada que ella se quedaba sin aire me daba palmadas en el trasero para liberarla de su ahogamiento.

-Selene: mira nomas *jadeo* ya te salió lo masoquista papacito, esa es buena señal.

Terminado la frase ella regreso a mi miembro y continuábamos con lo mismo, ella tenia que abrir toda la boca, pues a mi me gustaba sentir su garganta, así estuvimos por 10 minutos, Ernesto embestía ya mas débilmente, y yo atragantaba a Selene con mi miembro, hasta el momento que ella daba la señal o yo la escuchaba asquear.

Con un cordón de gruesa saliva bajándole por el mentón y el maquillaje corrido por las lágrimas causadas del acto reflejo de atragantarse, nos dijo que nos subiéramos a la cama. Ya los dos arriba del colchón, ella me indico que me recostara, ella se levanto de su posición para quitarse las pantaletas y hacerlas a un lado, subió al colchón con nosotros si despegar la mirada de mi erección, le dio tres lamidas como si fuera una paleta, entonces ella encajo mi verga dentro de su húmeda conchita que hasta ese momento vi por primera vez en la noche, arriba de este se asomaba un pubis a medio rasurar en un curioso diseño que vendría siendo una cruz. Se dejo caer hasta que sus rodillas se acomodaron en el colchón, entonces dio un giro de 180°, cosa que hizo que me estremeciera pues apretaba mi pene con sus paredes vaginales mientras lo hacia, entonces comenzó a moverse de arriba hacia abajo, impulsándose con sus rodilla, esto incluyendo un ligero movimiento de cadera que hacia que ninguna zona de mi miembro quedara descuidado. Deslizo su cuerpo hacia el frente dejando a mi perspectiva una imagen de un tatuaje de una rosa en su espalda baja, seguido de mi miembro atravesándola y sobre de esta, coronaba, una flor de pliegues de piel oscura que, a pesar de que su dueña nos comento en camino al motel, ya había sido desvirgado y utilizado varias veces, no simulaba ser así, se veía apretado y nada gastado. Ver este negro orificio despertó en mi, mi ya conocido fetiche por el sexo anal y ya no podía esperar por usarlo, esto me encendió a un mas, la tome por las caderas y comencé a empujarme hacia dentro de ella.

-Selene: uy, plebe, ya salió el hombre, que bueno ya quería divertirme.

En eso Ernesto quien seguía esperando algún servicio, bravuconamente dijo:

-Ernesto: acuérdate que el que te va a pagar soy yo, puta, así que hazme algo.

No tuve que ver el rostro de ella para saber que se trago su orgullo de no romperle la boca a mi compañero, pues se detuvo por instantes. Recuperando el ritmo, sutilmente lanzo un comentario que a cualquier hombre con problemas con el tamaño de su “hombría” afectaría de alguna manera.

-Selene: a ver chiquito tráeme tu cosita para acá.
-Ernesto: ándale, pásate de lista.

Selene hizo que Ernesto se parara en la cama, para continuar masturbándolo y haciéndole el trabajo oral que a mi me había vuelto loco minutos antes, mientras yo estaba debajo de ella recibiendo los sentones de sus grandes glúteos. Nuevamente escuchaba a Ernesto gemir, cosa que era algo incomodo para mí, pero me concentraba en ese caliente coñito que me estaba apretando y yo reteniendo la fuerza de una, ya mas presente eyaculación, entonces cuando yo sentía que ya me vendría escuche un grito que me quito las ganas, era Ernesto que ya había llegado al orgasmo, rápido salió de la boca de Selene y se hizo a un lado. Al ocurrir esto, Selene ya nada sutil se mofo de la situación de su cliente vengándose de su insulto.

-Selene: uy mi amiguito, que precoces salimos, ¿no crees? Jajaja.

Eso lo decía mientras seria agitada pues yo seguía penetrándola con todas mis fuerzas,

-Selene: aprende de tu amigo, campeón- le dijo a Ernesto- el sigue y sigue, y no mas por eso le voy a dar un premiaso.

En ese momento Selene se saca mi aun erecta verga de su interior para decirme en voz alta.

-Selene: como tu no fuiste el primero en “descargase” y como tu amigo ya dijo, el pagara por mi culito, tu decides ¿le sigues en donde andabas o te vienes a mi colita?

Esto me lo dijo poniéndose en “cuatro patas”, mientras levantaba ese gran trasero que se cargaba, ante mi quedaba su vulva abierta en todo su esplendor y su ano, que como ya mencione parecía intacto.

-Selene: ándale chiquito, dime cual escoges, me ando calentando mucho y ya te quiero adentro de mí otra vez.

Acabada la frase lambio sus dedos y comenzó a recorrerlos sensualmente por su vagina y su colita, el hecho de tener la posibilidad de probar ese culito, me hizo ponerme a mil.

-Yo: dame ese culito, mamacita.
-Selene: buena elección mi rey, pero déjame metérmela a mi por que no quiero que me duela, ponte un forrito nuevo.

Tome un nuevo condón, sin olvidarme de la botellita negra que contenía el tibio lubricante, me coloque el plástico, embadurne se ese liquido espeso en la capa que cubría mi miembro y en el orificio de mi compañera, que daba respingos cuando pasaba mi dedo medio en su ano y agradecí mentalmente a Ernesto, que gracias a el, a sus groseros tratos y a esa extraña costumbre que tiene a aullar de placer en el clímax, permitió “espantar” mi eyaculación y me dejo alimentar mi fetiche.

-Selene: mejor así no plebe, acuéstate y yo me muevo, es que me va a doler

Esto lo dijo adoptando una voz ligera, como si intentara imitar la voz de una niña, pero esto me importo poco, pues al acabar la frase la cabeza de mi miembro ya estaba alojado en su recto y no planeaba salir de ahí. Ella comenzó a lanzar quejidos incómodos, mientras yo me movía lentamente sin que mi pene se introdujera mas haya de la cabeza, pues no quería que mi compañera sintiera más dolor.

-Selene: ay, ¿puedes moverte mas despacito? es que si me esta ardiendo, ándale mi amor, yo me porte bien.

Hice todo lo contrario a lo que ella pidió, sin darme cuenta ya llevaba la mitad de mi pene dentro de ella y la velocidad había aumentado un poco. Cuando volví en mi, Selene ya no se quejaba tanto, pareciera que ya se había relajado y que ella fue la que permitió mi avance, entonces me arriesgue, la tome por las caderas y comencé a penetrarla de manera mas ruda, fue obvio que me adelante, pues ella dejo de lanzar esos sonidos de placer para dar un nada sordo grito de dolor.

-Selene: ay pendejo, te dije que no tan rápido, que me ando abriendo apenas wey. Te perdono, pero dale mas despacio, por que ya me anda gustando.

Volví a mi antiguo ritmo, por lo menos durante 5 minutos hasta que ya pude por fin encajar mi verga en ese apretado recto tan rápido como quisiera. Selene ya había vuelto a su jadeo que esta vez parecía real.

-Selene: ay, así papi, dale mas duro, hace rato que no me rompían el “negrito”

Al escuchar esa frase no pude evitar soltar una risa, entonces proseguí a cumplirle a mi compañera. La recosté sobre su brazo derecho, mientras yo me acomodaba su pierna izquierda sobre el hombro y ponía mis rodillas alrededor de su pierna derecha, esto para profundizar un poco mi penetración. Al hacer esto ella comenzó a aumentar el sonido de sus suspiros, cuando entonces ella recordó a Ernesto, que estaba sentado en una silla, como un niño quejumbroso que se le había negado un juguete.

-Selene: oye, grandote-llamando a Ernesto-¿ya estas listo?, por que no creo que quieras que tu amigo se lleve todo el premio verdad, ya déjate de berrinches y vente que te ando esperando, mi rey, prometo que ya me porto bien, si tú te portas bien.

En medio de esta frase ella dio un gemido mas audible casi como un grito que, quiero pensar fue la señal del orgasmo pues al mismo tiempo sus paredes de cerraron alrededor de mi miembro y que bueno que paso pues yo ya sentía la presión que advierte la inminente eyaculación y no la podía retener mas, para el termino de la pequeña conversación con Ernesto, ya había vaciado todo dentro del condón.

-Selene: ya era hora muchacho, pensé que nunca te me ibas a despegar, - entonces dirigiéndose a Ernesto le dice- ¿y tu que, ya estas listo?, ¿también querrás en mi cola?

Francamente, a pesar de que esto fue hace poco mas de un mes, no recuerdo, ni me interesa la elección que tomo Ernesto, solo pensaba en que mi fetiche una vez mas había sido saciado, recordaba lo rico que sentía dentro de ella, me fui a sentar a la silla en la que momentos antes estaba mi amigo de la infancia, en esta quede en trance como por 20 minutos, mientras frente a mi quedo la escena de la espalda desnuda de Selene que subía y bajaba al compás del movimiento pélvico de Ernesto, esto fue así hasta que el llamo mi atención para comunicarme lo siguiente:

-Ernesto: oye, Selene dice que siempre si podemos metérsela los dos.

Yo desconocía hasta ese momento que en las negociaciones que se dieron cuando conocimos a nuestra nueva “amiga” había quedado estipulado que una doble penetración estaba fuera del trato, pero que por un aumento en el pago de nuestra “colaboradora”, esta acepto. Supongo que en los minutos que quede soñando despierto Ernesto hizo o dijo algo que enfado a Selene pues con una voz que ya no intentaba ser amable dijo:

-Selene: pero no se pasen de verga plebes, me cayeron bien pero, esto va a ser como yo diga.
-Ernesto: ¿entonces que?
-Yo: wey, ¿cuanto le vas a pagar?
-Ernesto: que te valga madres, ¿quieres o no?, eso si, el culo es mío.

Más tardaron en explicarme todo eso, que lo que yo tarde para ponerme un nuevo preservativo y estar sobre la cama. Ella tomo el lubricante y embarro nuestros falos y lubrico sus orificios.

-Selene: bueno tu güerito – señalando a Ernesto-¿tu eres quien me la meterá en la cola?- a lo que Ernesto respondió meneando la cabeza- bueno pues, acuéstate. La verdad hace rato que no hago esto, así que, la cosa estará así-dijo ella imponiendo sus reglas-en cuanto uno se venga, se salen los dos y el que aguanto mas se la mamo para que se venga, ¿estamos?

Yo acepte, pero mi compañero, boca floja como siempre dijo:

-Ernesto: ¿esa onda?, si te pago por esto, es para que nos terminemos los dos.
-Selene: mira güerito, que te estés quejando dice que tu serás el que se ira primero, así que el que debería quejarse es tu amigo, aparte con lo que me vas a paga, bien puedo mamárselas a los dos he irme a mi casa a dormir, aparte ya tu amigo me dijo en el carro que al que se le antojaba esto es a ti, así que sin llorar, plebe.

La verdad es que en toda mi vida, Selene es hasta ahora la única prostituta con la que he acudido, así que mi opinión inexperta de ellas cambio ese día, según yo debían ser un poco mas sumisas, la verdad esperaba que le partiera su madre a Ernesto, pero volvamos a lo que les interesa.

Selene se acerco a Ernesto e introdujo su falo dentro de ella, ya con mas facilidad de con lo que lo hizo con migo, se recostó sobre el y con las manos abro los labios de su mojado coñito en señal de que me apresurara a meterme en el, mientras Ernesto comenzaba a bombearla despacio.

-Selene: ándale plebe apúrate, que si a tu amigo se le “afloje” el juguete…

Sin dejarla terminar abrí sus piernas tomándola de las pantorrillas y comencé a meterse la en un movimiento lento, pues atreves de esa carnosa pared que separa la vagina de el recto, sentía como su ano era penetrado por mi compañero, esto me incomodaba un poco, pues mi ideal no era sentir el miembro de Ernesto.

Parecía que a Selene le empezaba a gustar pues se dejo llevar y comenzaba a gemir, ya no eran los gemidos actuados de hace un rato, realmente se veía en su cara una mescla entre placer y un poco de dolor. Por raro que parezca el pensamiento que cruzo por mi cabeza en el momento que me percate de la cara de Selene fue que apenas entre dos machos esta mujer sentía algo gratificante y sentí un poco de lastima por aquellos posibles cliente que se fueron con la falsa idea de que le hicieron sentir algo a esta chica.

Con mi peso siendo soportado por mi brazo izquierdo, utilice mi derecha libre para apretar y estrujar esos pechos que a pesar de presentar evidencia del paso natural del tiempo, no dejaban de se suculentos, de habérmelo permitido mi posición me lo hubiera comido enteros, pero me limite a solamente a juguetear con sus tetillas, mientras ella apretaba mi miembro con su vagina, cosa en la cual ya dije era muy talentosa y esto inspiro a un bombeo mas intenso por mi parte a lo cual ella respondía con gemidos sordos. Supongo que apretaba también el miembro de Ernesto, pues el también comenzó a subir la velocidad, al percatarse de la situación a regañadientes ella dijo:

-Selene: güerito,- dirigiéndose a Ernesto- tu dale mas despacio, que ya de por si me dejaron rosada, acuérdate que si no me gusta te sacas a la chingada.

Al terminar esta conversación se redujo la velocidad del “mete-saca” de Ernesto. No cambiamos de posición en este evento hasta que no me pude contener más y medio llene otro forrito. Selene se dio cuenta de esto, entonces me empujo hacia fuera y de un estirón se saco el miembro de Ernesto.

-Selene: órale cámbiate el forro, pues no te voy a chupar ese ni de loca y si ya no tienes te sacas a la verga, porque no te la mamare pelona.
-Ernesto: uy, que enojada andamos, neta que ya perdiste un cliente guapa
-Selene: si, si, como tu hay mil pendejo, ahora o te lo pones o se van

La verdad Selene y yo hubiéramos preferido que Ernesto ya no hubiera sacado otro condón, pues ella estaba harto de el y yo de la situación en general, pero pues supongo que quería sacarle provecho a todos los condones que consiguió. Ernesto se levanto, tomo otro paquetito negro, saco su contenido y lo envolvió en su pene, acto seguido nuestra “servicial” compañera se arrodillo, introduciéndose el miembro de Ernesto a su boca.
Mientras yo me vestía, veía como una cabeza con cabellos algo despeinados, decorados con rayos rubios se movía de enfrente hacia atrás, mientras se escuchaban las arqueadas, que por acto reflejo daba su dueña en respuesta a atragantarse con el torso de carne que mi compañero tenia. Pasado 10 minutos, más o menos, este movimiento cedió, en señal de que Ernesto ya había vaciado lo que le quedaba de “carga”, en cuanto esto paso Selene se levanto y se limpio con el dorso de la mano los restos de saliva y lubricante que tenia en su boca y mentón.

-Selene: bien ya se agraciaron. Güerito deja el dinero arriba de la cama antes de que se vayan.

Esto lo dijo mientras levantaba sus pertenencias del suelo y las acomodaba arriba de la cama. Yo con casi un pie fuera del cuarto, vi como Ernesto dejaba un delgado fajo de billetes en el colchón el cual casi al instante, desapareció dentro de la bolsa de mano de Selene.
Entonces antes de que saliéramos del cuarto, sin que ninguno de nosotros tres viera a ninguna de las persona que hubiera participado en la actividad que en ese cuarto se había realizado, se escucho la voz de Selene diciendo:

-Selene: muchas gracias plebes, que se la sigan pasando bonito.

Una vez fuera del cuarto, con la cuenta del cuarto cerrada, subimos al carro, Ernesto lapido la noche diciendo esta frase

-Ernesto: pues coge bien rico, no te diré que no, pero no sabe tratar a un cliente, pura verga vuelvo con esta. ¿Que onda buscamos a la Érica?

Realmente lo que dijo me disgusto, pues los tratos de Ernesto hacia las personas nunca me han agradado, pero no pude evitar sonreír cuando planteo su ultima pregunta. Ya a pocos metros fuera del motel, por el retrovisor del auto, me percate de una silueta, iluminada por la luz tenue del estacionamiento, era nuestra curiosa compañera que nos había “alegrado” esa noche por dos horas, ella se alejaba rápidamente de ese lugar, supongo yo que volvía a esa banqueta donde la encontramos antes o tal vez, como ella dijo, volvió a casa a dormir, eso nunca lo sabré, pero eso si, esta experiencia que viví gracias a ella, a pesar de todo, no la olvidare.

Espero que tu lector la hayas disfrutado. Se agradecen comentario.
 

merolsatangel

Bovino Milenario
Registrado
11 Jul 2009
Mensajes
1.632
muy buen relato, bien redactado, lastima por la mala experiencia de tu amigo.
 

el mofles

Bovino maduro
Registrado
16 Nov 2011
Mensajes
115
las prostis primero cobran y luego hacen su jale.
Buen relato gracias!
 
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