Welcome!

By registering with us, you'll be able to discuss, share and private message with other members of our community.

SignUp Now!

Un Artículo Muy Interesante: "El Sexo Y Las Mujeres" [RECOMENDADO]

DON RUL

Baneado :(
Registrado
17 Oct 2008
Mensajes
784
Esta algo largo el artículo, pero muy interesante, una nutritiva lectura!

Hablar de sexo, de juguetes para masturbarse y de alcanzar orgasmos de múltiples formas, no es motivo de prejuicios para 12 mujeres entre 24 y 81 años que aquí comparten sus experiencias.


• “¡Uy, nos van a comer vivos!”, brota espontánea la reacción de mi hijo de 16 años cuando le comento la idea del reportaje. Tema fascinante si los hay, el sexo desata inagotables fantasmagorías en unos y otras. Las mujeres hablan a menudo del asunto entre ellas, ¿por qué habría de inhibirlas hacerlo para una publicación? "A calzón quitado", exhorté a mis 12 entrevistadas de 24 a 81 años de edad. Razones tendrán algunas para optar por el anonimato (o para arrepentirse, al último momento, de haber participado): lo que hace una en la cama se calla menos que antaño, pero luce más permaneciendo confidencial.

¿Cuál es la importancia del sexo en tu vida? Esta pregunta disparó los testimonios hacia múltiples escesis ni generalizaciones, sino subrayar la sinceridad y la irreductible subjetividad. Admitámoslo: estas mujeres no comparten las condiciones de pobreza, desinformación y violencia de la mayoría de las mexicanas, para quienes los factores adversos a la salud sexual y a las garantías individuales son pan de cada día. ¿Acertará aquélla al estimar en 20 por ciento a la población femenina que sí experimenta, se divierte y goza con su libido, sola o acompañada?

Casi todas mis interlocutoras coinciden en que el sexo, si bien responde a una pulsión primaria, requiere un aprendizaje de la anatomía propia: “De adolescentes, entre amigas, nos tocábamos, nos masturbábamos, nos mirábamos: la exploración temprana te ayuda a gozar” (Jacinta, fotógrafa). “La ventaja de ser lesbiana es saber exactamente qué puedes causar en un ser del mismo sexo”, dice Laura Begoña (55 años, escultora). Para Celina (52 años, agente inmobiliaria), la iniciación depende del galán: “Ya madura, un señor me enseñó la perversidad, el trío... audacias que la educación prohíbe al asociarlas con un erotismo demasiado creativo”.



Corrobora Ambar Rolland (50 y tantos años, vitralista) que ellos fueron sus mejores maestros: “Era boba de colegio de monjas, no sabía ni cómo se comía. Si me hubiera tocado un pendejo estaría más frígida que otra cosa”. Otras disienten y señalan que el erotismo antecede a la educación y no debe reducirse al cuerpo sino abarcar emociones, esparcimientos cotidianos, inclinaciones intelectuales, hábitos culturales y posturas ante la existencia. Para Inés Uhlig (52 años, editora de literatura infantil), representa un camino interior guiado por la espiritualidad oriental: “Es la energía más refinada y gentil del universo, rebasa lo genital, el coito y la penetración, nos mantiene jóvenes y longevos. La imaginación fértil y febril, la masturbación, los juguetes abren un campo inmenso por explorar. Aunque es más feliz y pleno compartir, no entiendo cómo se pueda vivir insatisfecha si existen tantos juguetes y tienes manitas. No debes responsabilizar al otro de tu integración al mundo”.

Hay quienes encarnan en la bestia durante el orgasmo. María Teresa Priego (52 años, escritora) lo llama la pantera: “Hay un miedo inscrito en la sexualidad y el erotismo, un miedo a desmelenarnos, estallarnos, que asocio con la locura. Tengo más miedo de mí misma que del otro: de esa mujer que no sé quién es, de ese territorio donde una se pierde. Ciertas mujeres no ceden ni a sí mismas ni al otro su orgasmo por ese miedo a la fuga, al más allá que significa extraviarte en el placer. Es lo que tiene la sensualidad de disruptivo y de transgresor”.

De entrada, “aceptar que ciertas mujeres tenemos puesto en el erotismo una imperiosidad”, plantea María Teresa. ¿Acaso nacemos con el apetito del sexo, con un hedonismo que nos vuelve proclives a la voluptuosidad y propensas a cultivarla? Jacinta matiza: “No se nace sensual: la antropología, la sociología, la psicología han demostrado que es un aprendizaje. Tu contexto familiar te marca, si fuiste tocada, mirada, valorada, si tus padres eran disfrutadores o rígidos... Mi modelo de sexualidad era una madre muy cachonda, de uñas pintadas, tacones y grandes escotes, con un padre muy enamorado de ella. Me dio dos años de teta, la fuerza de ese contacto es indeleble. Cuando tuve a mis hijos, tenía orgasmos cuando los amamantaba. Me encantaba, no lo reprimía”. Confirma Lucrecia (27 años, productora de eventos) que su instinto dormitó hasta que tuvo “un novio muy sexual: cuando se iba de viaje, me masturbaba. Mientras más tienes más quieres”.



A pesar de las libertades conquistadas, persisten los prejuicios morales, religiosos y sociales que estigmatizan por igual a la que coge mucho (puta) o poco (malcogida), a la precoz y la ruca, la activa y la pasiva, la heterosexual y la lesbiana. María (24 años, abogada) procesa sus bloqueos en terapia: “No me considero una persona muy sexual, me ha costado aceptar tener una vida sexual. Era un tema intocable en casa, crecía en un medio fresa. Antes lo hacía ocasionalmente y sin disfrutar, por presión: de chica sientes que no van a seguir saliendo contigo si no lo haces. Crecí con eso, fue duro para mí. Sigo con ese prejuicio de que la masturbación está mal (no en los hombres, pero en las mujeres lo veo anormal), sé que estoy equivocada”.

La madre de Inés Uhlig era “de rancho, totalmente cerrada”: “Cuando a los 16 años empecé con los novios, de prostituta no me bajaba: ‘Ese hombre ya no te va a querer’. Treinta años después se piensa idéntico”. A Laura Begoña le valió gorro, salió muy joven de su ciudad natal: “En provincia, donde todos son católicos y todo es pecado, te señalan como bicho raro si manifiestas otra preferencia sexual. Más bien fue mi familia quien debió sortearlo”. Jacinta le lleva 17 años a su novio, tienen 25 juntos: “Si no fuera feminista no hubiera mantenido la vida que se me pega la gana, ni una pareja con Gonzalo. Me tuve que saltar todos esos prejuicios de que soy la adulta, la grande. Primero con mi madre, enojadísima porque pensaba que me divorciaba por este muchachito. Tuve terror de que me conocieran los papás de Gonzalo, que me vieran como una lagartona. En los restaurantes, en los hoteles, que si la cama individual para el joven, que si su tía... Yo contestaba ‘es mi novio, o es mi amante’, y me quedaba tranquila”.

Tampoco a Ambar le amilana la brecha generacional: “Mi último amante tenía 22 años, si estaba yo boba a los 20, él me ganaba. Lo fui ilustrando gradualmente, pero no en toditito porque su criterio era como de Totonacapan. No llegamos al cum laude porque nomás no se pudo, pero por lo pronto nos divertimos”.



Un tema en especial hace consenso: las entrevistadas se solazan en la descripción de juguetes, trucos y s accesorios que amenizan su intimidad, sin que ello implique un sustituto o justifique carencia alguna. “No es verdad que sea la aburrida la que usa juguetes”, anticipa María Teresa. “No estudias antropología porque te estés aburriendo, sino porque quieres aprender. Ni usas viagra porque al señor no se le para, sino para explorar un territorio más allá”. Inés emplea fetiches, vibradores, rabbits, le gusta amarrar a su esposo a las escaleras, le da cinturonazos, ven pornografía: “Hay actrices que eyaculan, grandes chorros que salen pfffiiiuuu... Qué envidia, qué hermoso”.

Para Ambar, “en solitario ni el dedo”: “Siempre he tenido compañeros. Uso consoladores de todos colores y sabores, encajes, ligas, ungüentos, verdura: yo le puse sexo vegetariano”. María Teresa ya había entrado a sex shops, pero con un hombre, apenada, a escondidas... hasta que fue con una amiga a la de Plaza Inn (“si me ven saliendo de acá, digo que vengo de la librería francesa que está enfrente”, pensó), y eligió “como una secadorcita de pelo a la que le saliera una manita”: “Me traje el aparatito. A las dos de la tarde, llevaba 11 orgasmos. Le llamé a mi amiga: ‘Si yo fuera una verdadera feminista, iría por el mundo contando lo que acabo de vivir’. No excluye el amor de un hombre, es el laboratorio donde nos investigamos a nosotras mismas. Hasta le puse un apodo: Escribano. Te da libertad, tú dictas y Escribano escribe. En pareja, uso las bolitas chinas de metal que son una maravilla, y Escribano alguna vez tomó dictado”. Ambar cree que el deseo es el mejor acicate: “Que una esté caliente es lo que más prende a los hombres”.

También Jacinta: “La sexualidad es compartida, no solitaria. A menudo tengo orgasmos dormida, soñando. O despierto dándome cuenta que estoy cogiendo. Esos son momentos de gran intensidad, totalmente inconscientes”.



Lo que más incomoda a algunas es el tabú de la mujer condenada a sosegarse, de la señora madura pero activa sexualmente. La cachondería suele ir in crescendo, a condición de que se aguije. Celina recuerda a una colega francesa y viuda: “Le presenté a un señor muy mayor, duró 10 años con él, cogía a los 75, todos los días se ponía disfraz, de española, de qué sé yo...”. La única diferencia que percibe María Teresa entre sus retozos de veinteañera y los de ahora, es haber aprendido “una especie de poesía del cuerpo propio y ajeno, un amor y un respeto milimétricos”.

Ana Martí se adapta serena a los cambios hormonales: “Si no lo alimentas, se te quita el deseo. El organismo es sabio: no te da algo que no puedas resolver”. La libido de Laura Begoña se debilitó, hasta que un nuevo amor le devolvió “un nivel de gozo fantástico”: “Era una mujer extraordinariamente sensual, que se entregaba al placer como ninfómana: se paraba de manos y de cabeza, a los juguetes les teníamos que cambiar la pila a cada rato, traía comida de la cocina y seguíamos y seguíamos. Enloquecí”.

Recuerdo haber leído en alguna biografía que Coco Chanel, al cacharse reflejada en los espejos de su habitación del Hotel Ritz revolcándose con su galán en turno, tomó la decisión fulminante de ponerle colofón a su historial erótico. Y que Sarah Bernhardt, hacia el ocaso de su larga carrera de seductora, constató con alivio que era hora de despedirse de las intermitencias del corazón y los vórtices de la lujuria. ¿Será porque nuestra esperanza de vida se ha alargado? Hoy las mujeres somos dadas a regodearnos en pasado, presente y futuro, con tal de seguir vivitas y coleando.


 

omeyocan

Bovino de la familia
Registrado
10 Ago 2008
Mensajes
4.712
Fuck, se ve que esta bueno,pero ando en la chamba y digamos que las imagenes que acompañan el articulo no son aptas
 

Tanin

Bovino maduro
Registrado
14 Jul 2010
Mensajes
104
Interesante información, aunque me pareció que por momentos perdía algo de estructura con los testimonios, pero no desmerece, a saber de los tabus y demás limitaciones a las féminas que tanto nos hacen vibrar.
 

caifanes88

Bovino maduro
Registrado
2 Ene 2010
Mensajes
111
buen artículo, mujeres muy abiertas que se atreven y comparten sus experiencias
 

crsvaldivia

Bovino maduro
Registrado
11 Jul 2008
Mensajes
356
Sumamente interesante, se lo voy a pasar a mi esposa y algunas amigas.
Gracias por compartir.

Saludos.
 
Arriba Pie