¡Haaa! Exclamaba Susan mientras la tenia empinada sobre mi escritorio totalmente desnuda con su culito redondo bien paradito y haciendo vaivén con mi verga por toda la raja de su culo sin penetrarla, mientras en mi mente regresaban los recuerdos de cómo la había conocido y como nos habíamos convertido en amantes...
Nos habíamos conocido un par de años atrás, trabajábamos juntos en la misma oficina donde por la carga del trabajo en muchas ocasiones teníamos que trabajar horas extras y bien tarde, pero a pesar de ello siempre teníamos tiempo para compartir ya sea el almuerzo o una buena charla, las pláticas fueron haciendo que nos tomáramos confianza al grado que un día me comenzó a platicar que su esposo tomaba mucho, yo tratándola de animar le comente que tuviera paciencia que podría ser pasajero, pero prosiguió a confesarme que debido a su problema tenía mucho tiempo sin tener relaciones, que si no fuera por la bebida creería que él tuviera una amante, sin querer esa plática me inquietó mucho pues por su confesión no podía evitar verla de otra manera y me fijaba más y más en ella, en su cuerpo, en sus pechos medianos, redondos, en ese par de nalgas paraditas, firmes y redondas.
Por el problema de su esposo ella ya había perdido la esperanza y ya le resultaba molesto todo de él, así que sin querer paso al siguiente nivel, fijarse en quien si la escuchaba y la entendía, en quien si tenía tiempo para ella aunque sea por cuestión de trabajo, o sea en mí, pero ni yo quería verme como un oportunista, ni ella quería aceptar lo que empezaba a sentir así que ambos continuamos callándonos nuestros sentimientos y tanto nuestra relación como nuestros sentimientos seguían creciendo mas y mas cada día.
Un sábado en el que nos había quedado mucho trabajo me hablo a mi celular muy temprano para justificarse el que no podría presentarse a laborar, pero al explicarle la urgencia e importancia que tenía el que termináramos el informe optó por decirme que llegaría hasta mediodía una vez que se le pasara la molestia por la que estaba pasando y así fue, como a las 11 de la mañana se presento y note en su rostro que había llorado mucho mas no quise ser imprudente y opté por la discreción, nos pusimos a trabajar y casi no hablamos hasta las 3 de la tarde cuando pedimos nuestros almuerzos y fue ahí donde le hice la pregunta…
- Susan ¿Te pasa algo? ¿Te puedo ayudar?...
- ¿Sabes? Me contesto - ayer mi esposo me dijo que tiene a otra mujer, me confesó muchas cosas y me hiso sentir muy mal, pues toda la culpa me la deja a mi sin tener razón…
Al empezar a decirme eso no pudo evitar llorar y lógicamente la abrace traté de consolarla, de pronto se aparto un poco de mí y me hiso una pregunta…
- Dime una cosa… ¿Te gusto?
- ¿Perdón?
Y sin decir más nada se acerca a mí dándome un gran beso e introduciéndome su lengua juguetona, al instante correspondí, por el día y la hora la oficina ya se encontraba desierta, aún así optamos por llegar a mi oficina y tras ponerle seguro a la puerta nos volvimos a fundir en un beso largo, después seguí besando sus mejillas y me encaminé a su oreja izquierda donde le introduje mi lengua y le di de mordiscos a su lóbulo, mientras con mis manos magreaba sus nalgas con las que tantas veces había soñado, a ella parecía gustarle porque su piel se erizó al momento y no pudo evitar un escalofrió por todo su cuerpo, seguí besándola bajándome por su cuello hasta llegar a sus pechos los cuales ella misma se encargo de descubrir y al ser liberados descubrí un par de senos blancos y con unos pezones rosados dignos de ser besados, chupados, mientras los besaba le quitaba con destreza su falda y su tanga rosada que llevaba y al quedar totalmente desnuda busque su vagina que estaba totalmente depilada y al observarla pude notar como brillaba con su propia lubricación pues se encontraba muy excitada, se recostó sobre el escritorio y empecé por pasarle mi lengua por toda su rajita húmeda haciéndola que se arqueara de espalda y así empecé a explorar toda su intimidad, rosaba mi lengua por las paredes de su vagina, ponía dura mi lengua y tocaba su clítoris con ella, hacía movimientos rápidos y se la chupaba y cuando puso sus manos en mi cabeza y me atraía hacia ella pude notar que estaba teniendo su primer orgasmo.
Después nos paramos y se hincó frente a mí y ágilmente me bajo mi pantalón con todo y bóxer, y al dejar expuesta mi verga la cual ya se encontraba dura note una pequeña expresión de asombro en sus ojos, abrió su boca y empezó a darme una rica mamada, con su lengua hacia círculos en la cabeza y recorría toda mi verga de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, llegaba a mis huevos y los chupaba realmente lo estaba disfrutando.
La volví a recostar en mi escritorio y abrí sus piernas, volví a darle un lengüetazo a esa rica puchita depilada y le puse mi verga en su entrada y comencé un vaivén por toda su raja sin penetrarla, quería que sintiera toda la extensión de mi verga, quería que la saboreara primero hasta que me dijo…
- Por favooor… ya métela… me estas matando
En ese momento se la metí ni tan rápido ni tan despacio y pude ver como dejaba de respirar, abrió sus ojos y su boca y se arqueaba de espaldas, me quedé quieto, quería que se acostumbrara al tamaño y grosor de mi verga, cuando vi que empezó a respirar comencé con el movimiento de caderas, que rica se sentía, no sé si realmente era porque tenía tiempo sin tener relaciones o era por el grosor de mi verga pero podía sentir las paredes de su rica vagina, así estuve con el mete y saca hasta que empezó a gemir y a respirar muy rápido y claramente sentí su segundo orgasmo, fue tan intenso que con sus manos me pedía que la sacara pues ella no podía hablar solo cerraba sus ojos y apretaba sus labios para no gritar, se la saque y la sacudía a manera de darle de golpes en su raja, en su clítoris.
Al normalizar su respiración le pedí que se bajara y se empinara sobre el escritorio (es ahí donde empieza el relato) al verle ese par de nalgas blancas y lisas, las empecé a acariciar y con mi dedo pulgar buscaba su ano quien por los abundantes jugos de su vagina ya se encontraba húmedo y le hacía círculos y presión para irlo dilatando, nuevamente le puse mi verga en medio de sus nalgas y empecé con el vaivén de mi verga por toda la raja de su culo sin penetrarla, nuevamente quería que la sintiera, tomé mi verga con una mano y se la puse en su ano empezando a hacer presión lenta y suavemente, comenzó a entrar mientras ella gemía y gemía y casi al final me dijo… ya, yaaa, está muy grandeee… pero no le hice caso y de una estocada terminé por metérsela toda y ella no pudo dejar escapar un grito de dolor y de placer, me quedé quieto y cuando ella misma empezó a moverse comencé a darle su ración de sexo anal, comencé despacio y conforme crecía nuestra excitación aumentaba el ritmo hasta que los 2 explotamos llenándole de leche su ano. Nos quedamos quietos reposando nuestra venida, mi verga aunque ya estaba flácida nunca salió por lo que tuve que sacársela despacio haciéndola sentir por segunda vez un escalofrío por todo su cuerpo.
Estuvimos un rato abrazados y al mirar su reloj, dijo… - ya es tarde amor, me tengo que ir… se fue al baño, se limpió, se mudo y se despidió de mí con un beso tierno, yo me quede un rato más en la oficina recordando cada detalle que pase con ella.
Nos habíamos conocido un par de años atrás, trabajábamos juntos en la misma oficina donde por la carga del trabajo en muchas ocasiones teníamos que trabajar horas extras y bien tarde, pero a pesar de ello siempre teníamos tiempo para compartir ya sea el almuerzo o una buena charla, las pláticas fueron haciendo que nos tomáramos confianza al grado que un día me comenzó a platicar que su esposo tomaba mucho, yo tratándola de animar le comente que tuviera paciencia que podría ser pasajero, pero prosiguió a confesarme que debido a su problema tenía mucho tiempo sin tener relaciones, que si no fuera por la bebida creería que él tuviera una amante, sin querer esa plática me inquietó mucho pues por su confesión no podía evitar verla de otra manera y me fijaba más y más en ella, en su cuerpo, en sus pechos medianos, redondos, en ese par de nalgas paraditas, firmes y redondas.
Por el problema de su esposo ella ya había perdido la esperanza y ya le resultaba molesto todo de él, así que sin querer paso al siguiente nivel, fijarse en quien si la escuchaba y la entendía, en quien si tenía tiempo para ella aunque sea por cuestión de trabajo, o sea en mí, pero ni yo quería verme como un oportunista, ni ella quería aceptar lo que empezaba a sentir así que ambos continuamos callándonos nuestros sentimientos y tanto nuestra relación como nuestros sentimientos seguían creciendo mas y mas cada día.
Un sábado en el que nos había quedado mucho trabajo me hablo a mi celular muy temprano para justificarse el que no podría presentarse a laborar, pero al explicarle la urgencia e importancia que tenía el que termináramos el informe optó por decirme que llegaría hasta mediodía una vez que se le pasara la molestia por la que estaba pasando y así fue, como a las 11 de la mañana se presento y note en su rostro que había llorado mucho mas no quise ser imprudente y opté por la discreción, nos pusimos a trabajar y casi no hablamos hasta las 3 de la tarde cuando pedimos nuestros almuerzos y fue ahí donde le hice la pregunta…
- Susan ¿Te pasa algo? ¿Te puedo ayudar?...
- ¿Sabes? Me contesto - ayer mi esposo me dijo que tiene a otra mujer, me confesó muchas cosas y me hiso sentir muy mal, pues toda la culpa me la deja a mi sin tener razón…
Al empezar a decirme eso no pudo evitar llorar y lógicamente la abrace traté de consolarla, de pronto se aparto un poco de mí y me hiso una pregunta…
- Dime una cosa… ¿Te gusto?
- ¿Perdón?
Y sin decir más nada se acerca a mí dándome un gran beso e introduciéndome su lengua juguetona, al instante correspondí, por el día y la hora la oficina ya se encontraba desierta, aún así optamos por llegar a mi oficina y tras ponerle seguro a la puerta nos volvimos a fundir en un beso largo, después seguí besando sus mejillas y me encaminé a su oreja izquierda donde le introduje mi lengua y le di de mordiscos a su lóbulo, mientras con mis manos magreaba sus nalgas con las que tantas veces había soñado, a ella parecía gustarle porque su piel se erizó al momento y no pudo evitar un escalofrió por todo su cuerpo, seguí besándola bajándome por su cuello hasta llegar a sus pechos los cuales ella misma se encargo de descubrir y al ser liberados descubrí un par de senos blancos y con unos pezones rosados dignos de ser besados, chupados, mientras los besaba le quitaba con destreza su falda y su tanga rosada que llevaba y al quedar totalmente desnuda busque su vagina que estaba totalmente depilada y al observarla pude notar como brillaba con su propia lubricación pues se encontraba muy excitada, se recostó sobre el escritorio y empecé por pasarle mi lengua por toda su rajita húmeda haciéndola que se arqueara de espalda y así empecé a explorar toda su intimidad, rosaba mi lengua por las paredes de su vagina, ponía dura mi lengua y tocaba su clítoris con ella, hacía movimientos rápidos y se la chupaba y cuando puso sus manos en mi cabeza y me atraía hacia ella pude notar que estaba teniendo su primer orgasmo.
Después nos paramos y se hincó frente a mí y ágilmente me bajo mi pantalón con todo y bóxer, y al dejar expuesta mi verga la cual ya se encontraba dura note una pequeña expresión de asombro en sus ojos, abrió su boca y empezó a darme una rica mamada, con su lengua hacia círculos en la cabeza y recorría toda mi verga de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, llegaba a mis huevos y los chupaba realmente lo estaba disfrutando.
La volví a recostar en mi escritorio y abrí sus piernas, volví a darle un lengüetazo a esa rica puchita depilada y le puse mi verga en su entrada y comencé un vaivén por toda su raja sin penetrarla, quería que sintiera toda la extensión de mi verga, quería que la saboreara primero hasta que me dijo…
- Por favooor… ya métela… me estas matando
En ese momento se la metí ni tan rápido ni tan despacio y pude ver como dejaba de respirar, abrió sus ojos y su boca y se arqueaba de espaldas, me quedé quieto, quería que se acostumbrara al tamaño y grosor de mi verga, cuando vi que empezó a respirar comencé con el movimiento de caderas, que rica se sentía, no sé si realmente era porque tenía tiempo sin tener relaciones o era por el grosor de mi verga pero podía sentir las paredes de su rica vagina, así estuve con el mete y saca hasta que empezó a gemir y a respirar muy rápido y claramente sentí su segundo orgasmo, fue tan intenso que con sus manos me pedía que la sacara pues ella no podía hablar solo cerraba sus ojos y apretaba sus labios para no gritar, se la saque y la sacudía a manera de darle de golpes en su raja, en su clítoris.
Al normalizar su respiración le pedí que se bajara y se empinara sobre el escritorio (es ahí donde empieza el relato) al verle ese par de nalgas blancas y lisas, las empecé a acariciar y con mi dedo pulgar buscaba su ano quien por los abundantes jugos de su vagina ya se encontraba húmedo y le hacía círculos y presión para irlo dilatando, nuevamente le puse mi verga en medio de sus nalgas y empecé con el vaivén de mi verga por toda la raja de su culo sin penetrarla, nuevamente quería que la sintiera, tomé mi verga con una mano y se la puse en su ano empezando a hacer presión lenta y suavemente, comenzó a entrar mientras ella gemía y gemía y casi al final me dijo… ya, yaaa, está muy grandeee… pero no le hice caso y de una estocada terminé por metérsela toda y ella no pudo dejar escapar un grito de dolor y de placer, me quedé quieto y cuando ella misma empezó a moverse comencé a darle su ración de sexo anal, comencé despacio y conforme crecía nuestra excitación aumentaba el ritmo hasta que los 2 explotamos llenándole de leche su ano. Nos quedamos quietos reposando nuestra venida, mi verga aunque ya estaba flácida nunca salió por lo que tuve que sacársela despacio haciéndola sentir por segunda vez un escalofrío por todo su cuerpo.
Estuvimos un rato abrazados y al mirar su reloj, dijo… - ya es tarde amor, me tengo que ir… se fue al baño, se limpió, se mudo y se despidió de mí con un beso tierno, yo me quede un rato más en la oficina recordando cada detalle que pase con ella.
