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Stephy La Esclava III

Stephy21

Becerro
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24 Feb 2012
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Sigo con mis aventuras.....

Unos días después, mi tía compro una pequeña piscina para el jardín; pues, aprovechando que su jardín no se veía desde la calle, solía tomar el sol desnuda en él, cuando nos marchábamos a la playa, pero echaba de menos un poco de agua para refrescarse de vez en cuando. Encontré así la excusa perfecta para librarme del manoseo de los amigos de mis primos en la playa, cuando no estaban mis tíos, no así de ellos; pues, en cuanto se marchaban mis tíos, se reunían conmigo en el jardín y, con el simple pretexto de darme crema bronceadora, me sobaban a placer. Les encantaba irme excitando poco a poco, con caricias cada vez más intensas e intimas, hasta lograr que me derritiera en sus manos, y que tuviera que pedirles con voz ronca que no parasen. Sobre todo en las del pícaro Sergio que, con la práctica, había aprendido a masturbarme espléndidamente bien, y disfrutaba como un perro haciéndome correr una y otra vez, hasta que tenía que suplicarle que parara. Llevábamos así tres o cuatro días seguidos, cuando una mañana pensé que ya se habían cansado de estar conmigo en el jardín, pues se fueron a la playa con sus amigos; así que aproveche para tomar el sol, desnudita, tranquilamente.

Al cabo de un par de horas me entraron ganas de ir al baño, por lo que entre al interior de la casa. Cuando termine creí oír ruidos en el segundo piso, y subí con mucho cuidado, a ver quien estaba. Al pie de la escalera que subía a la terraza se encontraba uno de los gemelos, el cual me informo que, desde una ventana que había arriba, se veía perfectamente el jardín; y que ellos habían invitado a unos cuantos amigos a verme tomar el sol desnuda, por lo que me ordeno que saliera otra vez fuera y continuara tomando el sol, como si no pasara nada, cambiando de postura más seguido para que no se aburrieran. Volví abajo, y pase un rato horrible pensando cosas como que hasta se masturbaban mirándome, al fin vinieron a decirme que ya se habían marchado sus amigos, y decidí no volver a tomar más el sol en el jardín, no se le fuera a ocurrir a algún amigo el llevar una cámara de fotos, o de vídeo, a la casa, y tuviera más problemas.

Esa noche se incorporaron dos nuevos miembros a la pandilla, se trataba de Danny, un chico de más de catorce años, vecino de uno de los mejores amigos de mis primos, y de su preciosa hermana menor, compañera de clase de la mayoría de los chicos que allí había. Me imagine que ya se habían ido de la lengua, pues el chico no me quitaba los ojos de encima ni un momento. Comprendí su presencia cuando vi el interés que la mayoría de los chicos prestaba a su hermanita Melissa. Esta, una blanconcita de ojos claros y rostro angelical, con más redondeces de lo aconsejable, parecía sentir una gran devoción por su hermano mayor, aceptando jugar con nosotros si él se lo pedía. Yo sospechaba alguna especie de sucio trato, pero mis primos me dijeron que habían hablado con él muy seriamente, y que no habría problemas. Mas pronto me di cuenta de que se equivocaban, pues nada más comenzar a jugar se le formo un enorme bulto en los pantalones, de tamaño más que respetable para su edad. Por lo que tuve que andar con mil ojos durante los días siguientes para que no me desvirgara el chiquillo.

Conforme avanzaba la tarde, mi voluntad, debido a tantas caricias y sobeteos, era cada vez más débil, y me costaba mucho más trabajo decir que no a sus pícaros juegos. Aunque los otros chicos solían comportarse de forma parecida durante toda la velada Danny, con más osadía, intentaba vencer mis débiles resistencias siempre que podía. Sus caricias eran cada vez más osadas; y, a poco que me dejaba, me masajeaba a fondo los pechos y mi conchita, hasta conseguir que mojara mis calzoncitos con los flujos que goteaban. Mis primos, astutamente, le daban carta blanca, pues a mí me tenían siempre a su alcance y mientras Danny y algún otro chico se distraían conmigo, ellos y sus amigos se empleaban a conciencia con su hermanita Melissa. La pobre chiquilla, no sé bien si por amenazas, o por vergüenza, rara vez se quejaba, aceptando de la misma mala gana que yo jugar con ellos.

Sus calzoncitos pronto fueron tan conocidos como los míos, y no había noche que no acabara mostrando su colita respingona o sus crecientes pechitos en algún momento. Pero cuando peor la pasaba era cuando se escondía, pues era cuando los chicos aprovechaban para manosearla y abusar más de ella. No sé qué le hacían, pero si sé que mis primos me mostraron en una ocasión los mechones de vello púbico que le habían cortado el día anterior. Creo que esa fue la gota que derramo el vaso, pues desde ese día Melissita no volvió a venir mas a jugar con nosotros.

En una ocasión, mientras jugábamos a las escondidas, nos topamos con una pareja que estaban haciendo el amor, ocultos por unos matorrales; intente marcharme, pero Danny, junto con otros dos chicos que nos acompañaban, lo impidieron. Danny, aprovechando que estaba detrás de mí, me obligo a ponerme a cuatro patas y, alzándome la minifalda, empezó a masturbarme suavemente. La escena que se desarrollaba delante mía era muy erótica; y yo, recordando otras similares vividas con mi novio, les deje acariciarme. Hablo en plural porque los otros dos chicos, siguiendo el ejemplo de Danny, ya me habían abierto la blusa y, como nunca llevaba sosten me estaban amasando las tetas a dos manos. Luego se turnaron entre los dos para mordisquearme los pezones, en silencio, pero con mala intención, pues me los dejaron muy adoloridos. Danny, al final, consiguió quitarme el calzón; y, mientras los otros dos me sobaban los pechos, él intento introducir su aparato dentro de mí. Por suerte no tuve necesidad de rechazarlo, pues estaba demasiado excitado y se corrió sobre mi cola antes de conseguirlo; y, aunque tuve que usar mi calzón para limpiarme el trasero de sus espesos fluidos, la cosa no paso de ahí. Y desde ese día procure evitar que el pequeño sátiro tuviera una nueva ocasión de desgraciarme.

Los padres de Danny tenían una gran piscina en su casa, pero no les dejaban invitar a la mayoría de los chicos de la pandilla, incluidos mis primos, debido a las travesuras que hacían. Así que aprovecharon un día que se fueron con su hermana pequeña a la ciudad, a hacerle una visita a un pariente enfermo, para convencer a mis primos de que fuéramos; y, como a ellos les gustaba mucho la piscina, yo tuve que aceptar acompañarles.

Como sabía lo que me esperaba, tuvieron que prometerme que evitarían que Danny se pasara de vivo; y, para evitar problemas, conseguí que me dejaran ir en bikini, por primera, y única vez, ese verano. Como era de esperar, en cuanto estuvimos solos en la piscina empezaron con sus jueguecitos. Ya que no podían jugar al balón se pusieron sus gafas de buceo y comenzaron a seguir al rey. Lo cierto es que no se bucear, así que me tenía que quedar quieta y soportar sus pellizcos y apretones por todos lados. Después echaron una plancha rectangular de surf al agua y me obligaron a tumbarme sobre ella. Como esta era muy pequeña, al tumbarme dejaba todo mi cola, y mi entrepierna, sumergida, y al alcance de sus manos. Y claro, no dejaron pasar la oportunidad de apartarme el bikini y masturbarme entre todos bajo el agua. Me corrí al menos tres veces, con sus dedos llenando mis dos agujeros, antes de que se hartaran y pudiera por fin salir fuera a tomar el sol.

A pesar de todo hubo alguien que lo paso peor que yo, fue el tímido hijo de los vecinos de al lado, un chiquillo de unos quince años, al que, por su tímido carácter, mis primos gustaban de fastidiar. Solo estuvo una semana en la casa de sus padres; pero, desde que llego, y mis primos se dieron cuenta del interés sexual que yo despertaba en él, no dejaron de molestarle, utilizándome a mí como si fuera un cebo. Cuando nos lo encontrábamos por el pueblo, yendo solo la mayoría de las veces, mis primos me obligaban a acercarme a él, y hablarle. Y, mientras hablábamos, si no había nadie cerca, tenía que mostrarme más de la cuenta; la mayoría de las veces jugando, inocentemente, con los botones de mi blusa, para que viera una buena porción de tetas; o sentándome frente a él, bien abierta de piernas, para que pudiera ver a gusto mis picaros calzones. En un par de ocasiones mis primos me pellizcaron los pezones, para que se marcaran, más aun, en el top, y el chico se fijara más. El pobrecillo siempre reaccionaba igual, poniéndose rojo como un tomate, y marchándose con un delator bulto en los pantalones. Hasta que un día se pasaron de la raya, pues me mojaron la fina camiseta blanca que llevaba puesta con agua de una fuente, para parecer una cualquiera y el pudiera ver bien mis tetas; y vaya si se fijo, pues el agua hizo que se transparentara la camiseta, y parecía como si fuera desnuda bien puta por todo el pueblo. Pase una vergüenza terrible hasta que esta se seco y la gente dejo de mirarme fijamente mis excitados pezones.

Por las noches, dado que el chico tenía su habitación frente a la mía, yo tenía que pasearme, durante un buen rato, medio desnuda y exhibiéndome por todo el dormitorio. Tan solo para que mis primos se divirtieran viendo, desde una ventana del balcón, como se masturbaba mirándome, escondido en su cuarto. Mis primos decidieron hacer su última jugada, antes de que se marchara; y, aprovechando la ausencia de mis tíos, le invitaron a cenar a casa.

El pobrecillo vino como una mosca a un frasco de miel, vestido con sus mejores ropas y perfumado como si fuera a una boda. A mí me hicieron poner una faldita de vuelo muy corta, que me permitía lucir mi hilo dental a cada momento, y un apretado top con cierre, que realzaba mi firme delantera considerablemente. Mientras les servía la cena, luciéndome a cada momento, pude darme cuenta de que el jovencito lo estaba pasando francamente mal para poder disimular su rígida erección en sus finos pantalones de verano. Mis primos, para rematar la sucia jugada, le invitaron a jugar a policías y ladrones conmigo. Este era un juego que ya llevaban jugando algunas noches en el parque; y que consistía en que yo era una ladrona, a la que ellos, como policías, debían registrar, para ver si llevaba algo oculto. Me solían dar una pinza de la ropa para que me la prendiera en la ropa, y me apoyaban, bien abierta de piernas, contra algún árbol; pero, aunque les dejase la pinza bien visible, ellos no la encontraban, pues les servía de excusa para que me pudieran toquetear a gusto, y a fondo, por todas partes, durante el tiempo máximo que les daban. Le explicaron rápidamente el juego y me dieron la famosa pinza; que, por orden de mi primo, tuve que esconder todas las veces dentro de mi pequeño calzoncito.

El chico, la primera vez que me puso contra la pared, solo se atrevió a rozarme un poquito los pechos y mi cola; y, por supuesto, no encontró la pinza. Después lo hizo uno de mis primos, y este sí que me manoseo a fondo, apretando y estrujando sin descanso cada centímetro de mi cuerpo; y no solo por divertirse, sino para demostrarle al vecino que en ese pícaro juego valía de todo, incluso abrirme el top por completo para meter las manos dentro, o levantarme la minifalda lo necesario para poder llegar mejor al interior de mi calzoncito.

La segunda vez que le toco al vecino ya me toco un poco más las tetas, por encima del top, haciéndolo con mucha suavidad; e incluso me palpo la cola rápidamente, aunque eso si, por encima de la minifalda. Al ver que yo no decía lo más mínimo, el chico, la tercera vez, se animo de verdad; y, bajando el cierre del top, metió las dos manos dentro un buen rato, para acariciar mis melones; era una delicia ver con que delicadeza apretaba mis sensibles pezones. Yo podía sentir en mi cuello su agitada respiración; y notaba, todavía más, su endurecido paquete golpeándome el trasero. La verdad es que pensé que le iba a dar algo cuando introdujo una mano temblorosa bajo mi pequeñísimo calzoncito y recorrió, brevemente, toda mi rajita, hasta alcanzar por fin el trofeo.

Aunque el chico ya tenía la pinza en su mano, note que se había quedado muy quieto, con una mano aferrada fuertemente a mi teta y la otra dentro de mi calzón; así que me gire, y vi que el pobrecillo se había corrido en los pantalones de seda. Mis primos se retorcían de risa en el suelo, pues al jovencito se le había quedado una carita que daba pena. Cuando ellos se fueron, me imagino que a contárselo a sus tontos amigos, yo hice subir al chico a mi dormitorio, y trate de lavarle la gran mancha del pantalón. Mientras se secaban el pantalón y los calzoncillos, cogí una toalla húmeda y le limpie su entrepierna; se estaba quieto como un pequeño muñeco.

Antes de terminar de limpiarlo ya note que se volvía a poner en forma su afilado instrumento; y, como pensé que le debía una compensación, me agache, y empecé a darle pequeños besitos en su cosita. Solo le oía jadear, mientras aquello se ponía cada vez más grande y duro, así que decidí tomar la iniciativa; y, quitándome el hilo dental, me senté a encima suyo, plantándole mi concha delante de su cara. Desde luego el chico no era nada tonto, pues pronto empezó a chupar y lamer mi intimidad con las mismas ganas que yo la suya. Además sabia usar muy bien la lengua, por lo que enseguida me hizo llegar con un fuerte orgasmo; y aun me hizo llegar una vez más, antes de correrse él, por lo que, en agradecimiento, me trague todo su dulce néctar.

Al día siguiente, antes de que cogiera el autobús, que había de llevarle de regreso al lugar donde vivía, y sin que me vieran mis primos, me reuní con él en secreto en el jardín que hay entre las dos casas. Lo hice para despedirme de él como era debido, con un interminable beso, en la boca, de los de película; con un agradable sobeteo de mis agradecidas tetas, por debajo de la holgada blusa (como ya les dije casi nunca usaba sostén), y de mi cola, desnuda bajo la minifalda para la ocasión, incluido; que estoy segura de que todavía hoy lo recordara con nostalgia, como yo.

Continuara......:punzadita:
 

pastor666

Bovino maduro
Registrado
29 Nov 2009
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320
Atrevidisima!!!, buen relato Amiga, a la espera de más aventuras tuyas...
 

Alsinhue

Bovino maduro
Registrado
18 Feb 2010
Mensajes
183
No te cansaste de tus primos? Yo los hubiera mandado de paseo a la primera semana, y más a sus amiguitos...
 

Gemini

Bovino maduro
Registrado
21 Feb 2008
Mensajes
169
wooooow ya esperaba que publicaras la continuacion , esta muy buena la historia, bastante exitante
 

coom10

Bovino maduro
Registrado
30 Ago 2007
Mensajes
167
como en las anteriores muy interesante, vamos por mas...!!
 

tavo001

Bovino maduro
Registrado
7 Ene 2009
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165
muy interesante ojala salga pronto el primero y fotos tuyas bonita;)
 

Stephy21

Becerro
Registrado
24 Feb 2012
Mensajes
5
Becerritos no se poner fotos, por ahi he leido algo de imageshack o algo asi, apenas averigue que es eso subo algunas. besos
 
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