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"Se lo tragó todo"

elfego29

Bovino adolescente
Registrado
15 Dic 2008
Mensajes
64
Estoy aprendiendo a hacer post y quiero empezar con este relato que encontre navegando en la red espero que les guste.:metal:


Era la típica noche del martes para Susana: la luz apagada, el techo sombrío, el ventilador funcionando en su incontable girar, la televisión en el canal de entertaiment con volumen bajo, las persianas arriba, las piernas un poco abiertas, la cara volteada hacía el clóset y encima...su marido haciéndole el amor.

Esta rutina había vuelto el matrimonio de Susana en algo deprimente; su coquetería y belleza de nada servían para que juan, su esposo, le diera un poco de calor a la relación. Él era un buen hombre, trabajador, honesto, decente y, por lo que a ella constaba, fiel (hecho que poco le importaba). Él la había sacado de esa colina anaranjada donde vivía, le había proporcionado un hogar decente, sin grandes lujos pero mucho mejor a lo que ella estaba acostumbrada. Al principio su matrimonio era algo increible, se querían, se amaban, se cocinaban; los maratones sexuales eran extenuantes e inflamables y duraban fines de semana completos, pero con el pasar de los años, como suele pasar, todo fue cayendoen la inevitable rutina, lo que para ella, una mujer fogosa, ociosa y golosa, ocasionó una retención de deseo increible.

Susana estaba cansada de hablarlo con su esposo, al cual todavía quería y le guardaba mucho respeto y agradecimiento. Esto hacía que mejorara un mes, pero después lo mismo.

Estaba cansada de oir a sus compañeras de trabajo comentar sus aventuras y desventura amorosas, el cómo engañaban a sus esposos y cómo estos mejoraban su trato al sospechar el engaño, lo hacían y deshacían con sus levantes y cómo recibían atención de dos y hasta de tres hombres a la vez.

Esa manaña Susana se había despertado especialmente excitada-se imaginó que podía haber sido la pelicula un poco subida de tono que había visto la noche anterior en un canal del cable, y fue así como al levantarse se encontró muy húmeda en su entrepiernas, y en sus senos (inflados por el silicón) se podían notar dos pequeñas bolitas que tenían una dureza fuera de lo normal. Al maquillarse se dió cuenta de que sus labios casi no necesitaban pintura, y además se tuvo que aplicar una capa extra de desodorante ya que se encontraba más que acalorada, temperatura que quiso bajar con su esposo pero este no tenía la más minima intención de disminuir.

No le quedó más remedio que medio sofocar las ganas con sus cortos dedos en la regadera y luego salir a trabajar, ya que era tarde y los clientes no esperaban. trabajando en la calle, Susana se conseguia con cualquier cantidad de hombresque la elogiaban por su vestimenta, su aspecto, su tez morena, su increible y redondo derriére (como buena mujer de colina anaranjada), su aumento de busto (cosa que su marido sólo elogió por unas semanas) y su ondulante caminar.

todo esto era lo único que la matenía siempre como una princesa, porque, aunque en la casa no la apreciaban, por lo menos en la calle sí. ese día en especial le tocaba visitar a Joao, un lusitano muy simpatico y buena gente que tenía un supermercado. Siempre le lanzaba piropos y ella los recibía con mucha cortesía, como mera de costumbre, porque "el cliente siempre tiene la razón". Mucho más simpático que el padre era su hijo Joel, que aunque más joven que Susana, representaba la copia perfecta del fútbolista inglés esposo de la ex spicegirl. Siempre le había gustado, pero por cosa de la edad nunca se había atrevido a nada. Se fué al depósito de dicho establecimiento para hacer el inventario de la mercancía que quedaba allí y luego negociar con Joao. Este la mandó a acompañar con su hijo ya que se había quemado ub fusible y el depósito no tenía mucha luz. Como dijo él: "por si acaso se me tropieza con algo y se me cae", con su innegable acento portugués.

Desde que llegó alli ella sólo pensaba en la pelicula de anocha y cómo había amanecido porque, aunque habían pasado las horas, ella igual sentía el calor dentro de sí. Se fue con el joven hasta la parte de atrás del negocio y alli a media luz se agachó para hacer el conteo de la mercancia, preguntándose por qué la habrían puesto en la parte de abajo. El joven la veia desde atrás, detallando cómo el pequeño hilo dental sobresalia de su uniforme y cómo los muslos se embutían dentro de la falda. Ella agachada vio en el reflejo del estante cómo el joven se agarraba su miembro sobre el blue jean y sólo pensó que era el momento de que alguien la hiciera sentir mujer. Se puso de pie rápidamente y lo sorprendió. El joven se puso rojo de la vergüenza, pero ella lo miró a los ojos azules y se abalanzó sobre él sin mediar palabras. lo besó con un frenesí casi alimenticio. El joven le respondió de la misma manera y ya en unos segundos se encontraba chupando sus senos sobre las aureolas donde tenía la cicatriz de sus implantes (autorregalo de sus últimas utilidades).

él puso las manos sobre sus redondas nalgas tan fuertemente que la habría podido sacar moretones. Ella, por su parte, agarraba su miembro sobre el pantalón imaginando cómo sería tener el glande del apuesto joven entre sus labios. logró desabrochar los pantalones, haciéndolos caer al piso a la misma velocidad que ella se agachaba para tener frente a sí aquella bestia erecta de color blanco. Se extrañó de que estuviera perfectamente afeitado, pero aun así lo engullló con unas ansías increibles. Saboreaba cada milímetro. sintió lo salado del semén a medio salir, lo que la calentó mucho más. Ella sentía cómo el miembro le entraba hasta el fondo de la garganta y él hacía presión con las manos, como queriéndola atrevesar de largo. Ella sentía como su entrepierna hacía explosión y las gotas corrían por sus muslos llegando alpiso.

Luego él la tomó con fuerza y le bajó las pantaletas, haciendo esta vez el acto oral que le llenó la cara completa de sus flujos, llegándole hasta el cuello de la franela. ella sintió cómo él introducia sus dedos y su lengua dentro de su vulva, colocándola cada vez más alto en aquel nirvana de placer que experimentaba.

Ella pensó que era el momento de la penetración, lo levantó con las manos y se colocó de espaldas, y él, sin pensarlo dos veces, le introdujo su pene, sintiendo un calor tan intenso que pensó que podia quemarse dentro de ella. "Le estoy haciendo el amor a la vendedora", pensaba él, y ella, por su parte, "Que rico me lo está metiendo este carajito". Ella se sostenía de unos bultos que estaban en el piso. El movimiento frenético y glorioso se alargó por unos minutos y pronto se vio acompañado por las palabras que ella emitía entrecortadas: "Métemelo más adentro, papito", "Házmelo como a una perra",, "Méteme los dedos en la boca" y asi un sinfin de oraciones dignas de una pelicula hardcore, lo que causó en él la inevitable y placentera sensación de un río que venía de sus adentros, por lo que dijo: "Aguanta que me voy", y la única respuesta que consiguió fue verla cómo se lo sacaba de la vulva y lo metía en su boca con un ademán tan perfecto que hizo que el río consiguiera cauce dentro de su garganta.

"Se lo tragó todo", fue lo que él pensó al cabo de unos segundos. Ella sólo se levantó, se secó la cara, se subió las pantaletas, se comió un caramelo, se arregló el pelo y le dió un beso en la boca. salió de la oscuridad del almacén al automercado y le dijo a Joao: "no te falta nada por ahora, paso la semana que viene".

Detrás salió el hijo del portugués medio tratabillando cuando el padre lo miró a la cara y le dijo; "¿Viste? sólo hay que saber qué mujer lo necesita, quitar el fusible de la luz, depilarse y colocar su mercancia lo más bajo posible".


Gracias por leerlo y espero sus comentarios:tomate:
 
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