jokerdark23
Becerro
- Registrado
- 3 Jul 2008
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Soy un chico normal, con un deseo sexual increíble; de las 24 horas del día, 25 de ellas ando pensando en sexo. Me encanta fantasear, en todos lados y en todo momento mi mente está trabajando, viendo y saboreando las mujeres que andan en mí alrededor. Soy amante del voyeurismo, en todo lugar que visito, ando pendiente de ver más allá de lo evidente con las chicas. Si voy a un lugar que tenga baños contiguos, pues entro al de hombres en busca de encontrar algún orificio que tenga vista al baño de mujeres, me excita verlas de todas formas, tengo un gusto especial por las rellenitas, aunque las flaquitas no se quedan atrás.
Si ando en algún restaurante, siempre ando buscando un lugar estratégico para sentarme, esto significa quedar de frente a aluna chica de falda y este sentada frente a mí y poder verle en medio de las piernas, en fin soy un morboso de primera.
Resulta que la vez pasada, estaba en mi trabajo, bien clavado en lo que hacía; de repente en mi teléfono celular me cae un mensaje de la nada que decía: Bueno tu, que te has hecho? Te has perdido cuídate mucho.
Este mensaje e dejo desconcertado, no sabía quién me los había enviado; para salir de la duda decidí marcar el numero. Al contestar pude darme cuenta de quién era, resulta que era una ex novia (su nombre es Claudia), que quería saludarme y de paso saber que había sido de mi (cabe mencionar que no sabía nada de ella, desde hacía 8 años).
Estuvimos hablando de cómo nos había ido y muchas cosas más; al final quedamos que sería bueno vernos de nuevo, salir a tomarnos un café y pues recordar viejos momentos.
Pasaron los días y después de muchos intentos de vernos, por fin se dio la oportunidad. Fuimos a almorzar, y después teníamos toda la tarde libre para nosotros; empezamos a decidir adonde íbamos, pues nadie se decidía adonde ir, hasta que al final me dijo: toma tú la decisión, tu eres el hombre, llévame a donde tú quieras, por mi no hay ningún problema.
Al oír eso mi mente empezó a tener muchas ideas de cómo la íbamos a pasar. Nos fuimos en mi carro, a todo esto ella no sabía adónde íbamos, cuando de repente cruzo rumbo a uno de los más nuevos auto hotel de la ciudad. Al entrar solo me vio y me dijo: desgraciado, pero me lo dijo de una forma no molesta sino más bien de una forma muy picara.
Cabe mencionar que con Claudia habíamos sido novios cuando estábamos muy jóvenes y pues nuestro noviazgo había sido muy inocente, pues nunca tuvimos sexo aunque nos calentábamos bastante nunca llegamos al acto sexual; por lo cual esta oportunidad era la ideal para tener nuestro primer encuentro sexual.
Al entrar a la habitación, empezamos a platicar de todo un poco hasta que fueron inevitables los besos poco a poco subidos de tono.
Cuando estábamos en la cama revolcándonos se detuvo y me dijo: no quiero parecer anticuada, pero tengo que confesarte algo.
Al decir eso mi mente se quedo en blanco pensando en lo que me diría, y vaya sorpresota!!!!! muy tranquilamente me dijo: por favor ten mucho cuidado que es mi primera vez.
Al decir esto, si ya estaba muy caliente, me puse mas calientísimo, solo de pensar que me iba a comer esa vulvita nunca penetrada..
Empecé en besarla toda, desde sus labios, bajando por sus tetas. Mordiendo levemente sus pezoncitos ricos, cuando hacia eso, solo oía los leves gemidos de placer que emitía.
Seguí bajando por su ombligo.. hasta llegar al monte de venus, empecé por besarle toda su zona vaginal, besando su entrepierna hasta llegar a sus labios de la vulva, empecé a hacerle un sexo oral como nadie antes se lo había hecho jamás
Le metía mi lengua profundamente y le succionaba sus juguitos vaginales y ella ya gema más fuerte de placer, no me decía nada, solo se dedicaba a gozar el delicioso sexo oral que le estaba haciendo. De repente se levanta, me tumba sobre la cama y me dice muy inocentemente: quieres que te haga sexo oral???, no sé qué cara pude haber puesto pero solo alcance a decir: si, por favor.
Se le notaba su inexperiencia ya que le costaba un poco llevarse mi ... bien erecta a su boquita, pero una vez tomando confianza, la chupaba, la disfrutaba y se saboreaba. Cuando le dije súbete e hicimos un 69 espectacular, los dos chupándonos nuestras partes, eso es exquisito..
Así pasamos un buen rato, hasta que llego la parte que mas disfruté, había llegado la hora de penetrarla, de desvirgarla, hacerla sentir lo máximo.
Nos pusimos en la típica posición de misionero y apoye mi verga con mi mano sobre su vulvita y al principio me costó meterla completamente pero después de insistir logre penetrarla completamente. Vaya carita de placer que tenia al estarla penetrando, mi verga entraba y salía de una forma bien apretada, además que mi verga estaba toda llena de sangre.. después de esa posición, le dije: súbete y cabalgarme de la forma que tú quieras se subió sobre mi regazo y empezó a moverse de arriba hacia abajo dejando que mi verga penetrara toda su vulvita y mis ojos apreciando ese acto tan sensual.
Luego vino la posición de ponerla en cuatro patas me dejo al descubierto su culito a los cual yo procedí a metérsela lentamente, y darle sus envestidas a lo cual ella solo gritaba de placer.
Así pasamos toda la tarde, disfrutando cada momento, ya que era su primera vez y tenía que complacerla para que no se le olvidara nunca y que para la próxima ya supiera que esperar..
Le agradecí el detalle que me había dado, al regalarme su virginidad, y quedamos de repetir la tarde tan agradable que pasamos juntos.
Si ando en algún restaurante, siempre ando buscando un lugar estratégico para sentarme, esto significa quedar de frente a aluna chica de falda y este sentada frente a mí y poder verle en medio de las piernas, en fin soy un morboso de primera.
Resulta que la vez pasada, estaba en mi trabajo, bien clavado en lo que hacía; de repente en mi teléfono celular me cae un mensaje de la nada que decía: Bueno tu, que te has hecho? Te has perdido cuídate mucho.
Este mensaje e dejo desconcertado, no sabía quién me los había enviado; para salir de la duda decidí marcar el numero. Al contestar pude darme cuenta de quién era, resulta que era una ex novia (su nombre es Claudia), que quería saludarme y de paso saber que había sido de mi (cabe mencionar que no sabía nada de ella, desde hacía 8 años).
Estuvimos hablando de cómo nos había ido y muchas cosas más; al final quedamos que sería bueno vernos de nuevo, salir a tomarnos un café y pues recordar viejos momentos.
Pasaron los días y después de muchos intentos de vernos, por fin se dio la oportunidad. Fuimos a almorzar, y después teníamos toda la tarde libre para nosotros; empezamos a decidir adonde íbamos, pues nadie se decidía adonde ir, hasta que al final me dijo: toma tú la decisión, tu eres el hombre, llévame a donde tú quieras, por mi no hay ningún problema.
Al oír eso mi mente empezó a tener muchas ideas de cómo la íbamos a pasar. Nos fuimos en mi carro, a todo esto ella no sabía adónde íbamos, cuando de repente cruzo rumbo a uno de los más nuevos auto hotel de la ciudad. Al entrar solo me vio y me dijo: desgraciado, pero me lo dijo de una forma no molesta sino más bien de una forma muy picara.
Cabe mencionar que con Claudia habíamos sido novios cuando estábamos muy jóvenes y pues nuestro noviazgo había sido muy inocente, pues nunca tuvimos sexo aunque nos calentábamos bastante nunca llegamos al acto sexual; por lo cual esta oportunidad era la ideal para tener nuestro primer encuentro sexual.
Al entrar a la habitación, empezamos a platicar de todo un poco hasta que fueron inevitables los besos poco a poco subidos de tono.
Cuando estábamos en la cama revolcándonos se detuvo y me dijo: no quiero parecer anticuada, pero tengo que confesarte algo.
Al decir eso mi mente se quedo en blanco pensando en lo que me diría, y vaya sorpresota!!!!! muy tranquilamente me dijo: por favor ten mucho cuidado que es mi primera vez.
Al decir esto, si ya estaba muy caliente, me puse mas calientísimo, solo de pensar que me iba a comer esa vulvita nunca penetrada..
Empecé en besarla toda, desde sus labios, bajando por sus tetas. Mordiendo levemente sus pezoncitos ricos, cuando hacia eso, solo oía los leves gemidos de placer que emitía.
Seguí bajando por su ombligo.. hasta llegar al monte de venus, empecé por besarle toda su zona vaginal, besando su entrepierna hasta llegar a sus labios de la vulva, empecé a hacerle un sexo oral como nadie antes se lo había hecho jamás
Le metía mi lengua profundamente y le succionaba sus juguitos vaginales y ella ya gema más fuerte de placer, no me decía nada, solo se dedicaba a gozar el delicioso sexo oral que le estaba haciendo. De repente se levanta, me tumba sobre la cama y me dice muy inocentemente: quieres que te haga sexo oral???, no sé qué cara pude haber puesto pero solo alcance a decir: si, por favor.
Se le notaba su inexperiencia ya que le costaba un poco llevarse mi ... bien erecta a su boquita, pero una vez tomando confianza, la chupaba, la disfrutaba y se saboreaba. Cuando le dije súbete e hicimos un 69 espectacular, los dos chupándonos nuestras partes, eso es exquisito..
Así pasamos un buen rato, hasta que llego la parte que mas disfruté, había llegado la hora de penetrarla, de desvirgarla, hacerla sentir lo máximo.
Nos pusimos en la típica posición de misionero y apoye mi verga con mi mano sobre su vulvita y al principio me costó meterla completamente pero después de insistir logre penetrarla completamente. Vaya carita de placer que tenia al estarla penetrando, mi verga entraba y salía de una forma bien apretada, además que mi verga estaba toda llena de sangre.. después de esa posición, le dije: súbete y cabalgarme de la forma que tú quieras se subió sobre mi regazo y empezó a moverse de arriba hacia abajo dejando que mi verga penetrara toda su vulvita y mis ojos apreciando ese acto tan sensual.
Luego vino la posición de ponerla en cuatro patas me dejo al descubierto su culito a los cual yo procedí a metérsela lentamente, y darle sus envestidas a lo cual ella solo gritaba de placer.
Así pasamos toda la tarde, disfrutando cada momento, ya que era su primera vez y tenía que complacerla para que no se le olvidara nunca y que para la próxima ya supiera que esperar..
Le agradecí el detalle que me había dado, al regalarme su virginidad, y quedamos de repetir la tarde tan agradable que pasamos juntos.
