Hola amigos bakunos… pues aquí con mi primer post, espero les agrade y bienvenidos sean todos sus comentarios (buenos y malos jejeje)
Era una tarde de un viernes y como era costumbre pase a visitar a mi novia a su casa, al llegar la invite a salir a tomar un café, teníamos unos años de novios y aunque no habíamos tenido relaciones sexuales nuestros besos y caricias cada vez iban en aumento, al llegar a la cafetería ésta se encontraba cerrada por problemas de energía eléctrica lo cual nos hiso decidir que nos quedáramos en el parque platicando un rato, sin embargo a los 5 minutos se empezó a nublar el cielo haciendo que nos fuéramos nuevamente a su casa, en el camino íbamos riéndonos y comentando que no era nuestro día.
Al llegar a su casa y al acomodarnos en el sofá de su sala empezó a llover muy fuerte con relámpagos y truenos, lo que provocó que se juntara mas a mí y yo sintiéndome todo un valiente la abrazaba y le decía que no iba a pasar nada, abrazados y acompañados de la lluvia y de la soledad que había en su casa debido a que sus padres se encontraban de viaje por la venta de un terreno el cual les llevaría de 2 a 3 días fuera de la ciudad, empezamos con unos besos tiernos y suaves, los que, sin darnos cuenta a cada segundo iban en aumento.
Cabe mencionar, que tanto para ella como yo no habíamos tenido relaciones sexuales, es decir, ambos éramos vírgenes y esa tarde estábamos experimentando nuevas sensaciones provocadas por los besos que nos propinábamos, de pronto, nos separamos de un largo beso y nos quedamos mirándonos fijamente y sin decirnos palabra alguna tomamos la decisión más importante de nuestras vidas yo deseaba su cuerpo, su alma, su amor entero y ella con una seguridad en sí misma sentía estar preparada para la gran ocasión.
Fue así como decidí darle un beso fuerte, apasionado y lleno de deseo, al separarme de sus labios suavemente me deslice por sus mejillas buscando su cuello a la vez que mis manos buscaban los botones de su blusa los cuales uno a uno los fui separando, como era mi primera vez y sabiendo que para ella también lo era, todo lo hacía despacio y con sutileza no quería verme desesperado, no quería que pensara que nada mas buscaba en ella sexo, quería que fuera un momento muy especial para que me recordara toda su vida.
Lentamente y no dejando un espacio de su cuello por besar, me fui bajando hasta llegar a sus pechos los cuales ya estaban libres y esperando a ser besados por primera vez, ¡Dios que pechos más hermosos! blancos, con sus aureolas rosaditas y sus pezones duritos de la excitación, al verlos comencé a chuparlos y mis manos empezaron a buscar su falda, sin dejar de besar esos ricos meloncitos fui preparando el terreno principal fui quitando toda ropa que se interpusiera entre nosotros y al quedarse desnuda, me separe de ella para verla, quería contemplarla, admirarla, quería grabarme en mi memoria cada centímetro de su cuerpo, mientras me despojaba de la poca ropa que me quedaba.
Al encontrarnos desnudos y viendo nuestros cuerpos por primera vez nos volvimos a fundir en un beso esta vez un poco más intenso con más rapidez, besaba sus mejillas, su cuello, sus pechos y cuando me di cuenta me encontraba explorando su sexo depilado y adornado por un triangulo diminuto el cual me dio toda la confianza para chuparle toda su excitación, que por cierto era abundante, su liquido lubricante llegaba hasta su rosado ano y sin pensarlo ni un segundo comencé a limpiárselo, al hacer esto escuchaba como gemía y gritaba de placer, de pronto siento que se arquea de espaldas y todo su cuerpo comenzó a temblar, se queda muda y siento sus manos que me apretaban con una fuerza hacia ella, estaba teniendo su primer orgasmo.
Me levante nuevamente y comencé a observarla de nuevo esperando a que se recuperara, cuando su respiración comenzó a normalizarse, se paro frente a mí y me regalo un beso, me recostó en el sofá y empezó hacerme lo mismo que le acababa yo de hacer. Cuando se encontró con mi pene, me acuerdo que se lo quedo mirando e intentaba besármelo pero sus dientes rosaban con mi glande, provocándome dolorcitos, la retire y la recosté y ahora comencé a besarle sus piernas subiendo cada vez más sin estacionarme en su sexo, subí a su abdomen el cual subía y baja con rapidez debido a su excitada respiración, llegue a sus pechos y poco a poco me acomodaba, al estar frente a sus labios, nos miramos y con mucha suavidad empezamos a buscarnos nuestras partes, al fin se encontraban por primera vez, al fin se unirían por primera vez, cuando sentí la suavidad de su cavidad vaginal, se la fui introduciendo lentamente, mientras observaba como cerraba sus ojitos, tal vez para concentrarse en el placer que estaba sintiendo, Uff, quería metérsela de un solo golpe, quería moverme rápidamente, pero como les dije al principio, también quería que ese momento fuera inolvidable para ambos.
Al estar la cabeza de mi pene adentro de su vagina, la sentía apretadita y algo me obstruía, al principio pensaba que no lo estaba haciendo bien pero bastaba ver su cara, sus ojitos cerrados y sus labios apretándolos para saber que todo estaba saliendo a la perfección, de pronto sentí que mi pene avanzaba cada vez con más facilidad hasta que estuvo toda adentro de ella, me quede así, observándola por unos segundos, cuando abrió sus ojos me dijo, ¡te amo mi amor, siempre seré tuya! Cuando termino de decir eso empezó el tan anhelado mete y saca, el cual cada vez era más y más rápido, nuestros gritos eran fuertes, pero no nos importaba, lo único que queríamos era seguir disfrutando de nuestros cuerpos, que para ese entonces estaban por demás calientes, sudorosos y fundidos el uno con el otro.
Momentos después, después de varios suspiros, de varios minutos de intenso placer, nuestros cuerpos comenzaron a contraerse y nuestras respiraciones se hacían cada vez más agitada y corta y acompañados de cortos gemidos, ambos llegamos al clímax, ambos estábamos teniendo un gran orgasmo, al término, me abrazó fuertemente y me dice —Nunca pensé que sería tan maravilloso — me besa tiernamente en la boca y termina por decirme — Muchas gracias mi amor, este momento jamás lo voy a olvidar.
Era una tarde de un viernes y como era costumbre pase a visitar a mi novia a su casa, al llegar la invite a salir a tomar un café, teníamos unos años de novios y aunque no habíamos tenido relaciones sexuales nuestros besos y caricias cada vez iban en aumento, al llegar a la cafetería ésta se encontraba cerrada por problemas de energía eléctrica lo cual nos hiso decidir que nos quedáramos en el parque platicando un rato, sin embargo a los 5 minutos se empezó a nublar el cielo haciendo que nos fuéramos nuevamente a su casa, en el camino íbamos riéndonos y comentando que no era nuestro día.
Al llegar a su casa y al acomodarnos en el sofá de su sala empezó a llover muy fuerte con relámpagos y truenos, lo que provocó que se juntara mas a mí y yo sintiéndome todo un valiente la abrazaba y le decía que no iba a pasar nada, abrazados y acompañados de la lluvia y de la soledad que había en su casa debido a que sus padres se encontraban de viaje por la venta de un terreno el cual les llevaría de 2 a 3 días fuera de la ciudad, empezamos con unos besos tiernos y suaves, los que, sin darnos cuenta a cada segundo iban en aumento.
Cabe mencionar, que tanto para ella como yo no habíamos tenido relaciones sexuales, es decir, ambos éramos vírgenes y esa tarde estábamos experimentando nuevas sensaciones provocadas por los besos que nos propinábamos, de pronto, nos separamos de un largo beso y nos quedamos mirándonos fijamente y sin decirnos palabra alguna tomamos la decisión más importante de nuestras vidas yo deseaba su cuerpo, su alma, su amor entero y ella con una seguridad en sí misma sentía estar preparada para la gran ocasión.
Fue así como decidí darle un beso fuerte, apasionado y lleno de deseo, al separarme de sus labios suavemente me deslice por sus mejillas buscando su cuello a la vez que mis manos buscaban los botones de su blusa los cuales uno a uno los fui separando, como era mi primera vez y sabiendo que para ella también lo era, todo lo hacía despacio y con sutileza no quería verme desesperado, no quería que pensara que nada mas buscaba en ella sexo, quería que fuera un momento muy especial para que me recordara toda su vida.
Lentamente y no dejando un espacio de su cuello por besar, me fui bajando hasta llegar a sus pechos los cuales ya estaban libres y esperando a ser besados por primera vez, ¡Dios que pechos más hermosos! blancos, con sus aureolas rosaditas y sus pezones duritos de la excitación, al verlos comencé a chuparlos y mis manos empezaron a buscar su falda, sin dejar de besar esos ricos meloncitos fui preparando el terreno principal fui quitando toda ropa que se interpusiera entre nosotros y al quedarse desnuda, me separe de ella para verla, quería contemplarla, admirarla, quería grabarme en mi memoria cada centímetro de su cuerpo, mientras me despojaba de la poca ropa que me quedaba.
Al encontrarnos desnudos y viendo nuestros cuerpos por primera vez nos volvimos a fundir en un beso esta vez un poco más intenso con más rapidez, besaba sus mejillas, su cuello, sus pechos y cuando me di cuenta me encontraba explorando su sexo depilado y adornado por un triangulo diminuto el cual me dio toda la confianza para chuparle toda su excitación, que por cierto era abundante, su liquido lubricante llegaba hasta su rosado ano y sin pensarlo ni un segundo comencé a limpiárselo, al hacer esto escuchaba como gemía y gritaba de placer, de pronto siento que se arquea de espaldas y todo su cuerpo comenzó a temblar, se queda muda y siento sus manos que me apretaban con una fuerza hacia ella, estaba teniendo su primer orgasmo.
Me levante nuevamente y comencé a observarla de nuevo esperando a que se recuperara, cuando su respiración comenzó a normalizarse, se paro frente a mí y me regalo un beso, me recostó en el sofá y empezó hacerme lo mismo que le acababa yo de hacer. Cuando se encontró con mi pene, me acuerdo que se lo quedo mirando e intentaba besármelo pero sus dientes rosaban con mi glande, provocándome dolorcitos, la retire y la recosté y ahora comencé a besarle sus piernas subiendo cada vez más sin estacionarme en su sexo, subí a su abdomen el cual subía y baja con rapidez debido a su excitada respiración, llegue a sus pechos y poco a poco me acomodaba, al estar frente a sus labios, nos miramos y con mucha suavidad empezamos a buscarnos nuestras partes, al fin se encontraban por primera vez, al fin se unirían por primera vez, cuando sentí la suavidad de su cavidad vaginal, se la fui introduciendo lentamente, mientras observaba como cerraba sus ojitos, tal vez para concentrarse en el placer que estaba sintiendo, Uff, quería metérsela de un solo golpe, quería moverme rápidamente, pero como les dije al principio, también quería que ese momento fuera inolvidable para ambos.
Al estar la cabeza de mi pene adentro de su vagina, la sentía apretadita y algo me obstruía, al principio pensaba que no lo estaba haciendo bien pero bastaba ver su cara, sus ojitos cerrados y sus labios apretándolos para saber que todo estaba saliendo a la perfección, de pronto sentí que mi pene avanzaba cada vez con más facilidad hasta que estuvo toda adentro de ella, me quede así, observándola por unos segundos, cuando abrió sus ojos me dijo, ¡te amo mi amor, siempre seré tuya! Cuando termino de decir eso empezó el tan anhelado mete y saca, el cual cada vez era más y más rápido, nuestros gritos eran fuertes, pero no nos importaba, lo único que queríamos era seguir disfrutando de nuestros cuerpos, que para ese entonces estaban por demás calientes, sudorosos y fundidos el uno con el otro.
Momentos después, después de varios suspiros, de varios minutos de intenso placer, nuestros cuerpos comenzaron a contraerse y nuestras respiraciones se hacían cada vez más agitada y corta y acompañados de cortos gemidos, ambos llegamos al clímax, ambos estábamos teniendo un gran orgasmo, al término, me abrazó fuertemente y me dice —Nunca pensé que sería tan maravilloso — me besa tiernamente en la boca y termina por decirme — Muchas gracias mi amor, este momento jamás lo voy a olvidar.
bravo!!!
