Mónica
(Continuación de Susan)
Después del encuentro que tuve aquella tarde con Susan, empezó un verdadero cambio en mi vida, me ascendieron a Director de Informática y con ello tuve personal a mi cargo como Susan (por supuesto) como jefe de personal y mi asistente Mónica una chaparrita de cabello y ojos claros a la que le gustaba mucho el ejercicio y que gracias a eso mantiene un cuerpo ufff fenomenal.
Los encuentros con Susan estaban muuuy bien, de hecho puedo asegurar que se estaba enviciando con mi verga, pues seguido entraba a mi oficina por las mañanas cuando recién llegábamos a trabajar me sentaba en mi sillón ejecutivo y sin más ni más sacaba mi verga y empezaba a darle unas mamadas como queriéndosela acabar, con el toque especial que le daba de pequeñas succiones en la cabecita lo que hacía que incrementara mi placer, cierto día me estaba propinando una de las mejores mamadas de mi vida, mi verga estaba tan dura, tan excitada, a todo su esplendor, estábamos tan metido en nuestro éxtasis que no nos dimos cuenta cuando Mónica entró y veía como Susan intentaba meterse toda mi verga a su boca y solamente llegaba a la mitad, mientras con sus manos me acariciaba los huevos y me estimulaba, al sentir las vibraciones del éxtasis cerré mis ojos y descargue todo mi semen inundando la boca de Susan quien se apresuraba a tomar hasta la última gota, fue una mamada magnifica y a pesar de que había llegado en abundancia mi verga continuaba firme, fue entonces cuando abrí mis ojos y pude ver a Mónica parada en la puerta con los ojos bien abiertos, desorbitada, sus labios semi abiertos y su respiración agitada, no cabía duda que esa escena la había excitado a más no poder. Lentamente dirigía su mirada a la mía, quería decirme algo pero su mirada volvía a mi verga quien daba saltos de contracciones. Después de ese día, la relación laboral con Mónica se volvió muy seria y ella nunca quería verme a la cara.
Por cuestiones de trabajo Susan tuvo que laborar por cerca de 2 meses fuera del Estado, así que sin ella la carga en mi área se hacía más cargada por lo que, tanto Mónica como yo trabajábamos un poquito de más y teníamos más contacto para tratar los asuntos pendientes mientras nos adaptábamos, sin embargo Mónica continuaba con su indiferencia, lo cual hacía que nuestras labores se vieran un poco más tediosa, fue entonces que para finales del mes y al término de una reunión le pedí que se quedara un poco más.
- Hola Mónica… heee bueno… al grano, he notado que desde el día que me encontraste con Susan te has sentido muy incómoda, no quieres verme a la cara, en fin… así que voy a promover tu cambio de área, lamento lo que paso pero…
- No… Licenciado… no por favor, yo estoy bien aquí… lo que pasa es que…
- ¿Que pasa Mónica?
- Bueno… la razón por la cual no lo veo a la cara es… porque… sé que al mirarlo a usted… desviaría mi mirada hacia sus pantalones y… la verdad… la verdad me da mucha pena, desde ese día siento algo por usted, hacia usted no se… algo que me intimida… algo que…
Ya no me dijo nada más, se abalanzó hacia mí y me regaló un tremendo beso en la boca, donde pude saborear sus ricos labios carnosos, su lengua juguetona chocaba con la mía, con habilidad desabrochó mi cinturón y desabotonó mi pantalón, inmediatamente busco mi gruesa verga que ya se estaba preparando para una buena acción, Mónica la tomó entre sus manos y paso su lengua por toda la extensión de mi verga desde abajo hasta arriba y me dijo…
- Desde ese día que vi como la devoraba Susan, siempre la he deseado - volvió a pasar su lengua, solo que ahora se detuvo un rato en la cabeza de mi verga pasándola en círculos, inmediatamente después me dijo…
-Por favor... llévame a un lugar donde pueda ser tuya sin inhibiciones
Con rumbo al motel decidió ir haciéndome sexo oral, al llegar me pidió que no me bajara y que me quedara tal y como estaba, ella se bajo, pago, me abrió la puerta del carro y al bajar tomo mi verga que aún seguía de fuera y me guió hacia el cuarto, una vez dentro me empezó a besar nuevamente como en la oficina, seguidamente besó mi cuello, bajo a mi pecho y continuó hasta encontrar nuevamente mi verga que ya contaba con liquido de excitación, me la apretaba con sus manos, la mamaba con desesperación, chupaba mis huevos, subió nuevamente besando mi cuerpo y me dijo que me acostara, mientras me acomodaba ella con agilidad se quito sus ropas quedando totalmente desnuda para mi, quise besarle sus pechos pero me dijo que me acostara, y comenzó nuevamente a besarme pero ahora desde mis pies hacia arriba deteniéndose un momento en mis huevos y en mi verga que para ese entonces estaba dura, prosiguió con mi estomago, mi pecho me beso en la boca y me puso sus pechos en mi cara, haaa, que senos tan mas redondos firmes los chupe lo mas que pude pues ella siguió subiendo hasta ponerme su conchita en mi boca, una conchita afeitadita, rosadita rosadita, le di un par de lengüetazos y terminó por pararse, se dirigió a mi verga y empezó a agacharse yo mientras apuntaba mi verga a su entrada y poco a poco se la empezó a meter, al irla penetrando noté como se le erizaba la piel y abría sus ojos, su boca y aguantaba la respiración, realmente la estaba necesitando, - hummm decía, al llegar a la mitad de mi verga se detuvo por un momento, como que topaba con algo pero claramente pude sentir como que su vagina se abría un poco más, como que se estaba acomodando al grosor y largo de mi pene y fue así como pudo metérsela toda, así la tuvo un rato y cuando se acostumbró a ella, empezó a darse de sentones metiéndosela y sacándosela cada vez mas y mas rápido, cuando se cansaba descansaba con mi verga adentro y sentía sus contracciones vaginales, al continuar con sus sentones ahora lo hacía lento y noté que ahora cada que subía, cada que sacaba mi verga, hacia contracciones como queriendo morder mi verga y con eso sentía sus paredes vaginales, que rica y placentera sensación, así continuó hasta que ambos al mismo tiempo explotamos en un gran orgasmo.
- Haaaa mi amor, no sabes cuantas veces me masturbe pensando en tu verga, no sabes como la deseaba
No había duda Mónica realmente había estado deseando mi verga, desde aquel día que me encontró con Susan.
(Continuación de Susan)
Después del encuentro que tuve aquella tarde con Susan, empezó un verdadero cambio en mi vida, me ascendieron a Director de Informática y con ello tuve personal a mi cargo como Susan (por supuesto) como jefe de personal y mi asistente Mónica una chaparrita de cabello y ojos claros a la que le gustaba mucho el ejercicio y que gracias a eso mantiene un cuerpo ufff fenomenal.
Los encuentros con Susan estaban muuuy bien, de hecho puedo asegurar que se estaba enviciando con mi verga, pues seguido entraba a mi oficina por las mañanas cuando recién llegábamos a trabajar me sentaba en mi sillón ejecutivo y sin más ni más sacaba mi verga y empezaba a darle unas mamadas como queriéndosela acabar, con el toque especial que le daba de pequeñas succiones en la cabecita lo que hacía que incrementara mi placer, cierto día me estaba propinando una de las mejores mamadas de mi vida, mi verga estaba tan dura, tan excitada, a todo su esplendor, estábamos tan metido en nuestro éxtasis que no nos dimos cuenta cuando Mónica entró y veía como Susan intentaba meterse toda mi verga a su boca y solamente llegaba a la mitad, mientras con sus manos me acariciaba los huevos y me estimulaba, al sentir las vibraciones del éxtasis cerré mis ojos y descargue todo mi semen inundando la boca de Susan quien se apresuraba a tomar hasta la última gota, fue una mamada magnifica y a pesar de que había llegado en abundancia mi verga continuaba firme, fue entonces cuando abrí mis ojos y pude ver a Mónica parada en la puerta con los ojos bien abiertos, desorbitada, sus labios semi abiertos y su respiración agitada, no cabía duda que esa escena la había excitado a más no poder. Lentamente dirigía su mirada a la mía, quería decirme algo pero su mirada volvía a mi verga quien daba saltos de contracciones. Después de ese día, la relación laboral con Mónica se volvió muy seria y ella nunca quería verme a la cara.
Por cuestiones de trabajo Susan tuvo que laborar por cerca de 2 meses fuera del Estado, así que sin ella la carga en mi área se hacía más cargada por lo que, tanto Mónica como yo trabajábamos un poquito de más y teníamos más contacto para tratar los asuntos pendientes mientras nos adaptábamos, sin embargo Mónica continuaba con su indiferencia, lo cual hacía que nuestras labores se vieran un poco más tediosa, fue entonces que para finales del mes y al término de una reunión le pedí que se quedara un poco más.
- Hola Mónica… heee bueno… al grano, he notado que desde el día que me encontraste con Susan te has sentido muy incómoda, no quieres verme a la cara, en fin… así que voy a promover tu cambio de área, lamento lo que paso pero…
- No… Licenciado… no por favor, yo estoy bien aquí… lo que pasa es que…
- ¿Que pasa Mónica?
- Bueno… la razón por la cual no lo veo a la cara es… porque… sé que al mirarlo a usted… desviaría mi mirada hacia sus pantalones y… la verdad… la verdad me da mucha pena, desde ese día siento algo por usted, hacia usted no se… algo que me intimida… algo que…
Ya no me dijo nada más, se abalanzó hacia mí y me regaló un tremendo beso en la boca, donde pude saborear sus ricos labios carnosos, su lengua juguetona chocaba con la mía, con habilidad desabrochó mi cinturón y desabotonó mi pantalón, inmediatamente busco mi gruesa verga que ya se estaba preparando para una buena acción, Mónica la tomó entre sus manos y paso su lengua por toda la extensión de mi verga desde abajo hasta arriba y me dijo…
- Desde ese día que vi como la devoraba Susan, siempre la he deseado - volvió a pasar su lengua, solo que ahora se detuvo un rato en la cabeza de mi verga pasándola en círculos, inmediatamente después me dijo…
-Por favor... llévame a un lugar donde pueda ser tuya sin inhibiciones
Con rumbo al motel decidió ir haciéndome sexo oral, al llegar me pidió que no me bajara y que me quedara tal y como estaba, ella se bajo, pago, me abrió la puerta del carro y al bajar tomo mi verga que aún seguía de fuera y me guió hacia el cuarto, una vez dentro me empezó a besar nuevamente como en la oficina, seguidamente besó mi cuello, bajo a mi pecho y continuó hasta encontrar nuevamente mi verga que ya contaba con liquido de excitación, me la apretaba con sus manos, la mamaba con desesperación, chupaba mis huevos, subió nuevamente besando mi cuerpo y me dijo que me acostara, mientras me acomodaba ella con agilidad se quito sus ropas quedando totalmente desnuda para mi, quise besarle sus pechos pero me dijo que me acostara, y comenzó nuevamente a besarme pero ahora desde mis pies hacia arriba deteniéndose un momento en mis huevos y en mi verga que para ese entonces estaba dura, prosiguió con mi estomago, mi pecho me beso en la boca y me puso sus pechos en mi cara, haaa, que senos tan mas redondos firmes los chupe lo mas que pude pues ella siguió subiendo hasta ponerme su conchita en mi boca, una conchita afeitadita, rosadita rosadita, le di un par de lengüetazos y terminó por pararse, se dirigió a mi verga y empezó a agacharse yo mientras apuntaba mi verga a su entrada y poco a poco se la empezó a meter, al irla penetrando noté como se le erizaba la piel y abría sus ojos, su boca y aguantaba la respiración, realmente la estaba necesitando, - hummm decía, al llegar a la mitad de mi verga se detuvo por un momento, como que topaba con algo pero claramente pude sentir como que su vagina se abría un poco más, como que se estaba acomodando al grosor y largo de mi pene y fue así como pudo metérsela toda, así la tuvo un rato y cuando se acostumbró a ella, empezó a darse de sentones metiéndosela y sacándosela cada vez mas y mas rápido, cuando se cansaba descansaba con mi verga adentro y sentía sus contracciones vaginales, al continuar con sus sentones ahora lo hacía lento y noté que ahora cada que subía, cada que sacaba mi verga, hacia contracciones como queriendo morder mi verga y con eso sentía sus paredes vaginales, que rica y placentera sensación, así continuó hasta que ambos al mismo tiempo explotamos en un gran orgasmo.
- Haaaa mi amor, no sabes cuantas veces me masturbe pensando en tu verga, no sabes como la deseaba
No había duda Mónica realmente había estado deseando mi verga, desde aquel día que me encontró con Susan.