chicoguapo
Bovino maduro
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- 22 Feb 2008
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Eran como las cinco de la tarde de un día entre semana, me encontraba sólo en la casa porque mi familia estaba de viaje. Estaba viendo televisión cuando escucho que golpean la puerta, me causó extrañeza porque al correrse la noticia de que mi esposa y mis hijos no se encontraban allí, nadie se acercaba a buscarlos. Cuando abro la puerta para ver quien es, me llevo la sorpresa que es mi sobrina Andrea, a quien he deseé desde mucho atrás, es delgada pero con un cuerpo perfectamente definido, con una piel blanca, pelo rizado rubio y una cara como mandada a hacer, en resumen… una preciosura de mujer. Debo confesar que venimos de una familia bastante conservadora, con estrictas reglas de comportamiento, lo que ha hecho que podamos vivir como comunidad, pero respetándonos, sin embargo varias veces mi fascinación por Andrea me llevó a cometer la imprudencia de verla con deseo, desvergonzadamente diría mejor, en repetidas ocasiones, cuando estaba seguro que nadie mas me observaba, me le quedaba viendo a ese cuerpo tan perfecto, deseando poder hacerle muchas cosas que en mi mente me imaginaba, algunas veces Andrea se daba cuenta pero ni mostraba interés, pero tampoco se molestaba. Pues esa tarde cuando abrí la puerta, me llevé la agradable sorpresa de verla allí parada, educadamente le pregunté si pasaba algo, ella me dijo que su computadora estaba dañada y que si se la podía arreglar, yo no me lo podía creer, tenía la oportunidad de meterla a mi casa y estar a solas con ese ángel. Le dije que entrara, que le iba a revisar la computadora y que después vería que se podía hacer, sin mostrar ninguna señal de nada, ella entró y me la llevé directamente al dormitorio, estando allí me le quedé viendo con deseo, entonces la cosa fue más o menos así, preguntando primero ella:
- ¿Por qué te quedas así sin quitarme la vista?
- Es porque me gustas mucho y porque creo que sos una preciosura de mujer
- Varias veces te he visto como me miras
- ¿y no te gusta que lo haga?
- La verdad… si me gusta, me hace sentir un poquito extraña, pero me gusta
- ¿y que es lo que sentís cuando eso pasa?
- Cosquillitas aquí (se señala su pecho y el estómago)
- ¿sólo allí sentís cosquillitas?
- ¿Cómo así?
- ¿si sólo allí en tu estómago sentís rosquillitas o también aquí…? (y le pongo una mano suavemente sobre la entrada al cielo…
(ella se quedó callada, sólo se me quedó viendo…)
- Andrea, vos sos grande, ya sabés lo que una mujer y un hombre hacen cuando se desean ¿querés que te quite la mano de allí?
- Mmm, es que tío, yo no sé nada de eso y me da un poco de miedo
- Te entiendo nena, pero te juro que yo te voy a tratar como una princesa, tan suave y delicada como sos, sólo no pensés en ello, dejáte llevar y vas a ver que la vamos a pasar bien
- Pero yo sé o me han dicho que duele
- No te voy a mentir, la primera vez duele, eso tiene que pasar, hoy o cuando sea, pero el resto de las veces es sólo placer
Y cuando intentó decir algo, le puse los dedos sobre sus labios, pero fue mas para acariciarlos, me le acerqué a su boca y la empecé a besar, ella cerró sus ojos pero también me besó, fue un beso virginal, puro, que poco a poco se fue convirtiendo en la viva expresión del deseo, sin despegarme de su boca, metí mi mano entre su blusa empecé a sacársela, me quedé con un sostén que ocultaban parcialmente un par de limoncitos que se veían deliciosos, acaricié su espalda, su contorno, me despegué de su boca para ver su reacción, ella seguía sin decir nada, entonces dirigí mis brazos por su costado para abrazarla pero con la intención de quitarle el sostén, Andrea se puso rígida, entonces dirigí mis labios a su garganta, oh, que delicia, ella empezó a gemir, mis dedos ya habían quitado su sostén y estaban masajeando sus pezones, sin perder tiempo, bajé la boca y me dirigí hacia ese par de deliciosos frutos, Andrea estaba ya agarrándome del pelo y gimiendo, estaba disfrutando de los besos que le estaba dando, al cabo de un rato me separé y le pregunté:
- Andreíta, aquí es donde decidimos continuar o parar, ¿mi vida, querés hacer el amor conmigo?
- ¿me vas a cuidar?
- Si mi amor, te voy a cuidar
- Entonces si…, confío en vos
Yo no esperé nada mas, me quité la camisa y el pantalón y me quedé en bóxer, agarré a Andrea y la acerqué a mi, quería que sintiera el calor de la piel cuando hay deseo, la dejé que me besara el cuello y mientras tanto mis manos estaban desabrochando su pantalón, suavemente se lo bajé hasta sacárselo, mi sobrinita vestía sólo una braguita muy sexy, sin esperar tanto, empecé a sacársela y la dejé completamente desnuda; en mi vida había visto algo tan hermoso, acaricié completamente su cuerpo, ella lo disfrutaba, entonces me bajé el bóxer y quedé completamente desnudo, ella pareció maravillarse cuando vio mi pene, me dijo:
- nunca había visto un pene, se ve bonito, aunque no creo que me quepa todo eso, se ve grande
(la verdad es que no es tan grande, unos 14 centímetros)
- no te preocupés por eso Andreita, te va a caber y todavía va a sobrar espacio, dame tu mano, te voy a mostrar algo.
Entonces agarré uno de sus dedos y empecé a chupárselo, me lo metía y sacaba de la boca, entonces volví la atención a ella y le dije:
- Andrea ¿te fijaste bien lo que hice? Ahora vas a hacerme lo mismo, pero en el pene
- ¿pero como?
- igual a lo que acabo de hacer, sólo abrí un poquito tus labios te lo metés en la boca y el resto saldrá de tu naturaleza de mujer
Mi niña se agachó y se metió mi pene en su boca, se lo metía y sacaba torpemente, pero se miraba la buena intención de hacerme gozar, yo estaba gozando, con el transcurso de los segundos y minutos que me parecieron eternos, mi sobrina ya estaba mamándomela como toda una profesional, y estaba a punto de hacer que me corriera, y yo yo quería hacerlo en su boca, no la primera vez, para eso habría tiempo después, así que le pedí que se acostara en la cama. Ya acostada en la cama abrí sus piernas y me dediqué a chupárle su rajita, uh, estaba deliciosa, yo se la lamía, besaba y chupaba, le metía la lengua, le metía un dedo, y la estaba volviendo loca del placer, me pedía que no parara, realmente estaba disfrutando su primera chupada de clítoris, se lo chupé por unos minutos calculando que estuviera suficiente mojada y relajada, cuando llegó el momento, le indiqué que iba a penetrarla, que le iba a doler pero que eso pasaría pronto y que ibamos a disfrutar mucho de lo que vendría después, ella me dijo que se lo hiciera, le separé bien sus piernitas y me dirigí con mi pene hacia su vagina, empecé rozándola, luego lo dejé en la entrada y poco a poco fui haciéndole masajes, ella disfrutaba, continué en la intromisión cuando llegué al punto donde su virginidad me avisaba de su presencia, yo me le quedé viendo, le dí un beso e hice presión con mis caderas hasta que la gloria me indicó que su muralla había sido derribada, ella gritó del dolor, me pidió que sacara el pene porque le dolía, le dije que ya no le iba a doler mas de lo que sentía en ese momento y que el dolor pronto pasaría, pero que no iba a sacar el pene, yo estaba palpitando de placer, tenía por fin a mi bestia enterrada dentro del cuerpo que tanto había deseado, le di unos instantes para que se calmara y empecé a hacer pequeños movimientos, ella reaccionó al dolor, pero pronto el movimiento de placer sustituyó al dolor, al cabo de unos minutos ya me encontraba metiendo y sacando el pene de su vagina y ella gritando del placer que sentía, yo estaba rebosante de orgullo de mi conquista, se lo hice suave al principio aumentando la embestida hasta estar descargando mi deseo fuertemente sobre ella, fue maravilloso ver como se retorció cuando le llegó su primer orgasmo, hasta le salieron lágrimas, yo le dije toda clase de cosas tiernas y ella me agradeció con frases lindas, besos y caricias, la dejé descansar un momento para acostarme boca arriba, entonces ella se sentó sobre mi pene y empezó de nuevo la embestida, yo estaba que me moría de ganas de tener un orgasmo pero me aguanté hasta dejarla que se satisficiera con mi pene, al cabo de un rato le dije que se lo iba a hacer como tanto había deseado sólo que confiara en mi, ella me dijo que confiaba ciegamente y que se lo hiciera como yo deseara, eso fue música para mis oídos, entonces la puse a gatas, me coloqué atrás de ella y entré en su cuevita gloriosa, no miento si digo que hasta aluciné por el placer que eso me causó, sentí como el pene se me puso más rígido y se engrosó un poco mas, estaba completamente excitado, yo estaba teniendo a gatas a la mujer que más deseaba y ella estaba disfrutándolo, así pasamos varios minutos cuando ella se vino otra vez e inmediatamente yo se la saqué y me vine sobre su espalda también, nunca en mi vida había derramado tanto semen, me dolía el pene, sentía que me reventaba, pero estaba completamente satisfecho. Nos acostamos en la cama y nos abrazamos, nos acariciabamos y besábamos, Andrea me decía toda clase de cosas lindas y así nos quedamos dormidos.
Cuando nos despertamos pasados unos 15 minutos, Andrea me preguntó:
- Tío ¿hay algo mas que desees hacerme?
- si mi amor, pero eso será en otras ocasiones
- ah ¿y que más querés hacerme?
- quiero que me volvás a besar el pene y que me hagás terminar así, dándote toda mi lechita para que te la tomés, también quiero hacértelo por atrás
- ¿Cómo así por atrás, en el trasero?
- si
- ¿y cabe allí? Yo he oído que eso si duele
- pues si cabe, y hay que hacerlo con cuidado y mucho cariño, y creo que eso nos sobra a nosotros dos
- pues si, para la próxima me lo hacés así, no quiero pasar la vida sin haberlo intentado por lo menos
- ok
- ahora con lo primero que me dijiste…
- ¿si?
Y entonces ella se agachó sobre mi pene y empezó a mamármela, se metía sólo la cabeza, me la chupaba, también se metía todo el pene, me lo chupaba de los lados, se la metía y me succionaba, realmente había aprendido a hacerlo, me estaba dando un gran placer y aunque yo estaba disfrutando, sentía que podía teminar, pero algo me detenía así pasamos como unos 10 minutos hasta que ya no aguanté mas y me descargué en su boca, claro que le avisé que iba a terminar, ella ni abrió la boca, recibió mi semen, se lo tragó y siguió chupándomela. Yo estaba que no me la creía, esta era por mucho la mejor chupada que me habían dado en mi vida y aún no finalizaba, ella siguió chupándomela, como cosa rara no se me aguadó sino que siguó erecto mi pene, ella me la siguió mamándo unos minutos mas y me volvió a hacer terminar en su boca, yo no aguanté mas y esta ves si se me empezó a deshinchar, me preguntó que si me había gustado, yo le dije que era lo mas rico que jamás había hecho, entonces me dijo que eso y mucho mas era lo que nos esperaba de ahora en adelante.
Seguimos platicando, acariciándonos y besándonos un buen rato mas, hasta que me dijo que tenía que regresar a su casa, entonces me dejó que la vistiera, ella me vistió, me dejó la pc para que se la revisara, antes de salir de la casa, me dio un gran beso y me dijo que ella sería mía para todo lo que yo quisiera cuando quisiera, yo la despedí con un beso y un gran abrazo, y salió para irse a su casa, yo la observé caminando y no me lo podía creer que por fin había hecho el amor con la chica mas deliciosa de la ciudad.
- ¿Por qué te quedas así sin quitarme la vista?
- Es porque me gustas mucho y porque creo que sos una preciosura de mujer
- Varias veces te he visto como me miras
- ¿y no te gusta que lo haga?
- La verdad… si me gusta, me hace sentir un poquito extraña, pero me gusta
- ¿y que es lo que sentís cuando eso pasa?
- Cosquillitas aquí (se señala su pecho y el estómago)
- ¿sólo allí sentís cosquillitas?
- ¿Cómo así?
- ¿si sólo allí en tu estómago sentís rosquillitas o también aquí…? (y le pongo una mano suavemente sobre la entrada al cielo…
(ella se quedó callada, sólo se me quedó viendo…)
- Andrea, vos sos grande, ya sabés lo que una mujer y un hombre hacen cuando se desean ¿querés que te quite la mano de allí?
- Mmm, es que tío, yo no sé nada de eso y me da un poco de miedo
- Te entiendo nena, pero te juro que yo te voy a tratar como una princesa, tan suave y delicada como sos, sólo no pensés en ello, dejáte llevar y vas a ver que la vamos a pasar bien
- Pero yo sé o me han dicho que duele
- No te voy a mentir, la primera vez duele, eso tiene que pasar, hoy o cuando sea, pero el resto de las veces es sólo placer
Y cuando intentó decir algo, le puse los dedos sobre sus labios, pero fue mas para acariciarlos, me le acerqué a su boca y la empecé a besar, ella cerró sus ojos pero también me besó, fue un beso virginal, puro, que poco a poco se fue convirtiendo en la viva expresión del deseo, sin despegarme de su boca, metí mi mano entre su blusa empecé a sacársela, me quedé con un sostén que ocultaban parcialmente un par de limoncitos que se veían deliciosos, acaricié su espalda, su contorno, me despegué de su boca para ver su reacción, ella seguía sin decir nada, entonces dirigí mis brazos por su costado para abrazarla pero con la intención de quitarle el sostén, Andrea se puso rígida, entonces dirigí mis labios a su garganta, oh, que delicia, ella empezó a gemir, mis dedos ya habían quitado su sostén y estaban masajeando sus pezones, sin perder tiempo, bajé la boca y me dirigí hacia ese par de deliciosos frutos, Andrea estaba ya agarrándome del pelo y gimiendo, estaba disfrutando de los besos que le estaba dando, al cabo de un rato me separé y le pregunté:
- Andreíta, aquí es donde decidimos continuar o parar, ¿mi vida, querés hacer el amor conmigo?
- ¿me vas a cuidar?
- Si mi amor, te voy a cuidar
- Entonces si…, confío en vos
Yo no esperé nada mas, me quité la camisa y el pantalón y me quedé en bóxer, agarré a Andrea y la acerqué a mi, quería que sintiera el calor de la piel cuando hay deseo, la dejé que me besara el cuello y mientras tanto mis manos estaban desabrochando su pantalón, suavemente se lo bajé hasta sacárselo, mi sobrinita vestía sólo una braguita muy sexy, sin esperar tanto, empecé a sacársela y la dejé completamente desnuda; en mi vida había visto algo tan hermoso, acaricié completamente su cuerpo, ella lo disfrutaba, entonces me bajé el bóxer y quedé completamente desnudo, ella pareció maravillarse cuando vio mi pene, me dijo:
- nunca había visto un pene, se ve bonito, aunque no creo que me quepa todo eso, se ve grande
(la verdad es que no es tan grande, unos 14 centímetros)
- no te preocupés por eso Andreita, te va a caber y todavía va a sobrar espacio, dame tu mano, te voy a mostrar algo.
Entonces agarré uno de sus dedos y empecé a chupárselo, me lo metía y sacaba de la boca, entonces volví la atención a ella y le dije:
- Andrea ¿te fijaste bien lo que hice? Ahora vas a hacerme lo mismo, pero en el pene
- ¿pero como?
- igual a lo que acabo de hacer, sólo abrí un poquito tus labios te lo metés en la boca y el resto saldrá de tu naturaleza de mujer
Mi niña se agachó y se metió mi pene en su boca, se lo metía y sacaba torpemente, pero se miraba la buena intención de hacerme gozar, yo estaba gozando, con el transcurso de los segundos y minutos que me parecieron eternos, mi sobrina ya estaba mamándomela como toda una profesional, y estaba a punto de hacer que me corriera, y yo yo quería hacerlo en su boca, no la primera vez, para eso habría tiempo después, así que le pedí que se acostara en la cama. Ya acostada en la cama abrí sus piernas y me dediqué a chupárle su rajita, uh, estaba deliciosa, yo se la lamía, besaba y chupaba, le metía la lengua, le metía un dedo, y la estaba volviendo loca del placer, me pedía que no parara, realmente estaba disfrutando su primera chupada de clítoris, se lo chupé por unos minutos calculando que estuviera suficiente mojada y relajada, cuando llegó el momento, le indiqué que iba a penetrarla, que le iba a doler pero que eso pasaría pronto y que ibamos a disfrutar mucho de lo que vendría después, ella me dijo que se lo hiciera, le separé bien sus piernitas y me dirigí con mi pene hacia su vagina, empecé rozándola, luego lo dejé en la entrada y poco a poco fui haciéndole masajes, ella disfrutaba, continué en la intromisión cuando llegué al punto donde su virginidad me avisaba de su presencia, yo me le quedé viendo, le dí un beso e hice presión con mis caderas hasta que la gloria me indicó que su muralla había sido derribada, ella gritó del dolor, me pidió que sacara el pene porque le dolía, le dije que ya no le iba a doler mas de lo que sentía en ese momento y que el dolor pronto pasaría, pero que no iba a sacar el pene, yo estaba palpitando de placer, tenía por fin a mi bestia enterrada dentro del cuerpo que tanto había deseado, le di unos instantes para que se calmara y empecé a hacer pequeños movimientos, ella reaccionó al dolor, pero pronto el movimiento de placer sustituyó al dolor, al cabo de unos minutos ya me encontraba metiendo y sacando el pene de su vagina y ella gritando del placer que sentía, yo estaba rebosante de orgullo de mi conquista, se lo hice suave al principio aumentando la embestida hasta estar descargando mi deseo fuertemente sobre ella, fue maravilloso ver como se retorció cuando le llegó su primer orgasmo, hasta le salieron lágrimas, yo le dije toda clase de cosas tiernas y ella me agradeció con frases lindas, besos y caricias, la dejé descansar un momento para acostarme boca arriba, entonces ella se sentó sobre mi pene y empezó de nuevo la embestida, yo estaba que me moría de ganas de tener un orgasmo pero me aguanté hasta dejarla que se satisficiera con mi pene, al cabo de un rato le dije que se lo iba a hacer como tanto había deseado sólo que confiara en mi, ella me dijo que confiaba ciegamente y que se lo hiciera como yo deseara, eso fue música para mis oídos, entonces la puse a gatas, me coloqué atrás de ella y entré en su cuevita gloriosa, no miento si digo que hasta aluciné por el placer que eso me causó, sentí como el pene se me puso más rígido y se engrosó un poco mas, estaba completamente excitado, yo estaba teniendo a gatas a la mujer que más deseaba y ella estaba disfrutándolo, así pasamos varios minutos cuando ella se vino otra vez e inmediatamente yo se la saqué y me vine sobre su espalda también, nunca en mi vida había derramado tanto semen, me dolía el pene, sentía que me reventaba, pero estaba completamente satisfecho. Nos acostamos en la cama y nos abrazamos, nos acariciabamos y besábamos, Andrea me decía toda clase de cosas lindas y así nos quedamos dormidos.
Cuando nos despertamos pasados unos 15 minutos, Andrea me preguntó:
- Tío ¿hay algo mas que desees hacerme?
- si mi amor, pero eso será en otras ocasiones
- ah ¿y que más querés hacerme?
- quiero que me volvás a besar el pene y que me hagás terminar así, dándote toda mi lechita para que te la tomés, también quiero hacértelo por atrás
- ¿Cómo así por atrás, en el trasero?
- si
- ¿y cabe allí? Yo he oído que eso si duele
- pues si cabe, y hay que hacerlo con cuidado y mucho cariño, y creo que eso nos sobra a nosotros dos
- pues si, para la próxima me lo hacés así, no quiero pasar la vida sin haberlo intentado por lo menos
- ok
- ahora con lo primero que me dijiste…
- ¿si?
Y entonces ella se agachó sobre mi pene y empezó a mamármela, se metía sólo la cabeza, me la chupaba, también se metía todo el pene, me lo chupaba de los lados, se la metía y me succionaba, realmente había aprendido a hacerlo, me estaba dando un gran placer y aunque yo estaba disfrutando, sentía que podía teminar, pero algo me detenía así pasamos como unos 10 minutos hasta que ya no aguanté mas y me descargué en su boca, claro que le avisé que iba a terminar, ella ni abrió la boca, recibió mi semen, se lo tragó y siguió chupándomela. Yo estaba que no me la creía, esta era por mucho la mejor chupada que me habían dado en mi vida y aún no finalizaba, ella siguió chupándomela, como cosa rara no se me aguadó sino que siguó erecto mi pene, ella me la siguió mamándo unos minutos mas y me volvió a hacer terminar en su boca, yo no aguanté mas y esta ves si se me empezó a deshinchar, me preguntó que si me había gustado, yo le dije que era lo mas rico que jamás había hecho, entonces me dijo que eso y mucho mas era lo que nos esperaba de ahora en adelante.
Seguimos platicando, acariciándonos y besándonos un buen rato mas, hasta que me dijo que tenía que regresar a su casa, entonces me dejó que la vistiera, ella me vistió, me dejó la pc para que se la revisara, antes de salir de la casa, me dio un gran beso y me dijo que ella sería mía para todo lo que yo quisiera cuando quisiera, yo la despedí con un beso y un gran abrazo, y salió para irse a su casa, yo la observé caminando y no me lo podía creer que por fin había hecho el amor con la chica mas deliciosa de la ciudad.
