Antes que nada una disculpa por la demora en publicar la continuación de esta historia, es solo que mis múltiples ocupaciones no me lo permitían. En fin haciendo una recapitulación a la publicación pasada comentaba en este espacio mi mas anhelado deseo de compartir a mi esposa y de cómo ella aun con mi consentimiento desistía de la idea cuando había oportunidad de llevarla a la practica.
Quisiera mencionarles algunos aspectos generales sobre nosotros, ella tiene solo 26 años y yo tengo 28 llevamos varios años de casados puesto que contrajimos matrimonio cuando los dos éramos muy jóvenes. Ella es bella de tez clara y posee caderas anchas y un par de piernas de ensueño con las cuales siempre soñaba que un tercero las separara e ingresara a lo más profundo de su intimidad, siguiendo con la descripción de mi mujer señalo también el par de tetas que se carga coronadas por un par de pezones exquisitos en color y forma los cuales se erizan a la menor provocación, otro elemento sexy de mi linda esposa es su abundante y negra cabellera deberían ver cuando la luce suelta, aunque ella no es miss universo posee una belleza muy particular y creo que si la vieras podrías percatarte de la gran capacidad sexual que ella posee. Mencionaba en mi anterior relato que el tema de formar un trío con mi esposa me excitaba de sobremanera y más aun cuando fantaseábamos un encuentro a solas de ella con otro individuo pero todo quedaba en eso en una fantasía pues ella no quería nunca llevarlo a cabo.
Había ocasiones que asistíamos a fiestas o reuniones y ya entrados en copas yo le sugería que invitáramos a alguien a “seguir la fiesta” con nosotros pero ella nunca estaba lo suficientemente convencida y siempre declinaba mi idea, cuando llegábamos a nuestro hogar siempre terminábamos haciendo el amor como es lo usual en una pareja cuando tiene la sangre caliente y en esas sesiones yo le cuestionaba el por qué no hacia efectiva mi oferta y ejecutábamos nuestra fantasía de tener un invitado en nuestra cama. Una noche en un concierto al que habíamos asistido en compañía de unos amigos todo indicaba a que sería la tan anhelada ocasión en que una persona diferente a mi haría uso de las habilidades sexuales de mi esposa pues llego un conocido de uno de nuestros amigos y se sentó en nuestra mesa y allí estuvo charlando con nosotros cerca de dos horas pues el concierto se había retrasado, pude notar que mi esposa y el recién llegado se llevaban bien y con toda razón ya que en realidad era un sujeto simpático de esas personas que desde el primer momento caen bien. Una vez que el concierto comenzó yo me retire del área de las mesas para mezclarme con el publico asistente concierto cerca del escenario no creo que sea necesario afirmar que la cerveza que habíamos bebido empezaba a causar efectos y en las visitas que hacia la mesa fue cuando mi mujer me confesó que quería coger con aquella persona a la que acabábamos de conocer a lo que mi pene reacciono con una deliciosa erección. A partir de ese momento me esmere por tratar bien a nuestro nuevo amigo pues era necesario preparar el terreno para que las cosas “se dieran” para que aquel tipo fuera seducido por mi inquieta esposa, ya de por sí el momento aquel fue de lo mas excitante pues aparte de que haríamos nuestra fantasía realidad el hecho de ser cómplice de mi esposa y de sus ganas de follar con otro hombre. El concierto paso a segundo término ya que mis esfuerzos estaban dirigidos a entregarle a mi mujer a un perfecto extraño para que este la hiciera su amante así que cambie de lugar en la mesa para que ellos quedaran juntos, en el momento clímax del concierto nuestro nuevo amigo se puso de pie para brincar al ritmo de la músico y como estaba a un lado de la mesa junto al pasillo obstruía el paso de la gente situación que aproveche para pararme también junto a él y poco a poco colocarlo justo detrás de mi esposa (la cual permanecía sentada en esa especie de banquillos altos) esto fue lo que encendió la flama pues como el quedaba en la espalda de mi esposa me percate como el recargaba su zona púbica en mi esposa (primero sin quererlo pues al paso de la gente éramos empujados) pero poco a poco los embates de nuestro amigo eran más intensos y mi esposa le correspondía tratando que el contacto fuera más duradero, las mismas acciones sucedieron lo que resto el concierto junto con un juego de seducción por parte de mi esposa mientras yo fingía demencia. Las cosas no podían ir mejor pues nuestros otros acompañantes decidieron irse de inmediato y era el mejor momento para hacer la tan ansiada propuesta.
-¿En donde seguimos la fiesta?, fue lo que mi esposa le pregunto a lo que él respondió con un movimiento de hombros como sugiriendo que nosotros tomáramos la determinación.
El clic estaba hecho mi esposa se sentía sumamente atraída por aquel desconocido que estaba a unos breves instantes de dejar de serlo pues mi esposa planeaba explorarlo en toda la extensión de la palabra y nuestro nuevo amigo se veía más que confortado por los coqueteos de ella pues sus ojos reflejaban una incontenible lascivia, yo me retire con el pretexto de ir al baño no sin antes “encargársela” a nuestro nuevo acompañante y a discreción observe como el aprovecho para acortar la distancia entre ellos, ya intercambiaban caricias y conforme el la abrazaba en un tono “amistoso” ella posaba su mano en su muslo. Así estuvieron y conforme pasaban los minutos acercaban sus caras cada vez más uno al otro, la situación era insostenible por lo que inmediatamente al regresar a la mesa agradecí a mi nuevo socio por haberme cuidado a mi linda esposa y le prometí una recompensa. Al salir abordamos el auto y le hice una seña a mi mujer para que subiera a la parte trasera del auto con el ahora invitado nuestro, el no pudo disimular el asombro al ver que mi esposa seria su acompañante en el auto y en ese momento advirtió cual era el trama de nuestro juego.
Yo tome el lugar del conductor y aunque no fumo en ese momento pedí un cigarro a mi socio pues la predicción de lo que pasaría puso los latidos de mi corazón a mil y ni hablar de la terrible erección de la cual era sujeto, íbamos charlando y baje a una vinícola a comprar un par de bebidas y estando en el expendido pagando el licor voltee hacia la parte trasera del auto y lo único que vi fue una sola silueta aunque no pude ser testigo del beso aquel era por demás obvio lo que estaba sucediendo. Al subir al auto ellos estaban platicando aunque se notaba claramente lo nervios que se encontraban por lo cortado de sus voces.
Comencé a conducir y minutos más tarde deje de escuchar la charla por lo que reuní valor para atestiguar las acciones por el retrovisor y ¡Oh sorpresa!!! Mi esposa estaba siendo devorada por la boca de nuestro amigo quien no tardo en posar su mano en uno de los pecho de mi mujer a lo que ella respondió frotando por encima del pantalón el miembro de nuestro acompañante. Ya no cabía la duda seguramente el mejor destino para nosotros era un motel, el camino se hizo largo pues los tortolos no pronunciaron palabra alguna resultado del enorme faje que se estaban proporcionando en el asiento trasero del auto.
Al llegar al motel inmediatamente nos asignaron la habitación, acelere rápidamente pues no podía resistir mas tenía que ser testigo de las acciones pues ya hasta el cuello me dolía de tanto voltear para ver a mi mujer intercambiar caricias con su nuevo amigo, solo pude notar la cara de admiración de la recamarera cuando nos vio ingresar en el auto a dos varones con una sola mujer y la risa maliciosa que le provoco este hecho como presagiando las acciones que sucederían en aquella habitación.
Baje del auto abrí la habitación y me dirigí hacia la pareja, ellos entraron mientras yo pagaba.
- ¡Vaya cabrón! Pensé mientras sacaba de mi billetera la cantidad por el alquiler de la habitación y es que parecía que allá adentro lo estaban pasando muy bien pues se escuchaban risas, pero esto lejos de molestarme me produjo una excitación (aun más de lo que ya estaba) y espere unos instantes para darle un poco de privacidad mientras trataba de adivinar que estarían haciendo.
Una vez que entre a la habitación vi que solo estaban platicando y sirviendo los tragos para los tres.
– Por mis nuevos amigos; Dijo nuestro invitado a lo cual respondimos levantando nuestro vaso.
– Por esta excitante noche; dijo mi esposa y nuevamente brindamos.
Inmediatamente me abalancé hacia mi esposa y comencé a comerle la boca a besos pues ya había esperado demasiado y tenía la necesidad de tocarla y ser tocado y mientras esto sucedía nuestro invitado se unió a nosotros y entre los dos comenzamos a besar tocar y desvestir a la única mujer en esa habitación pues en ese momento no importaba nuestro estado civil, lo único que importaba era satisfacer las necesidades de aquella hembra que parecía estar en celo, mi esposa se dio la vuelta y comenzó a besar a aquel sujeto por lo que yo entendí que esta noche seria de ella y si su decisión era comerse al sujeto aquel yo la apoyaría. Yo me separe y me limite a observar cómo comenzaban a desnudarse el uno al otro, primero el desabrocho el botón del pantalón de mi esposa y ella le quito la playera en medio de un mar de besos y caricias, posteriormente el levanto la blusa de mi esposa y como respondiendo a un magnetismo se abalanzo a lamer sus blancos pechos mordisqueando juguetonamente sus deliciosos pezones, arrancando suspiros y leves exclamaciones de placer por parte de mi esposa. Ya sin sostén y seriamente mordisqueada mi mujer comenzó a desabrochar el cinturón siguiendo con el zíper del pantalón y liberando el miembro de su amante y sin chistar comenzó a lamerlo primero lo recibió con un beso en la puntita después lo metió en su boca manipulándolo y empujándolo hasta el fondo hasta que sus vientre chocaba con la frente de mi esposa, la escena era inmejorable ver como mi esposa mamaba aquella verga delante de mi semidesnuda hincada en el piso como implorándole a aquel sujeto le permitiese poseer ese miembro mientras él dirigía los movimientos a su antojo tomándola de la, momentos más tarde él la tomo de los brazos y la hizo ponerse de pie dándole un apasionado beso como para gratificar por aquel momento de placer. Se dejaron caer en la cama quitándose la ropa mutuamente hasta quedar ella solamente en tanga, ella quedo acostada boca arriba y él se poso a sus pies y comenzó a retirarle aquella sexy tanga que para mi sorpresa era nueva.
-Vaya será otro hombre quien por vez primera le retire esa tanga a mi mujer. Pensé contento sin perder la atención en lo que acontecía.
En cuanto quedo completamente desnuda sobre la cama mi mujer abrió las piernas como invitando a pasar a su nuevo amante, el respondió colocando su cara ante el depilado sexo de mi esposa y comenzó a darle placer ingresando su húmeda y ágil lengua en aquella concha palpitante y desesperada por ser habitada.
Eran impresionantes las exclamaciones de ella quien permanecía con los ojos cerrados producto del inigualable placer que le estaba proporcionando mi socio, para mi sorpresa sin darme cuenta me encontraba desnudo frente a la pareja y con la verga más que tiesa y que por momentos resultaba casi dolorosa. Mi esposa abrió los ojos e hizo coincidir su mirada con su amante y como de común acuerdo él se poso sobre ella y comenzó a penetrarla. Si aquello no había sido lo suficientemente excitante esto era de locos, el ver cómo era cogida mi mujer y como correspondía con lamentos y gesticulaciones a cada una de las envestidas del atleta aquel.
No pude más y me dirigí a la cama para integrarme a la fiesta, él desocupo la panocha de mi esposa la puso en cuatro puntos y se coloco delante de ella mostrando bondad por mi situación a lo que yo respondí metiendo rápidamente de un solo golpe mi pene en la vagina de mi esposa que estaba por demás húmeda y moldeada al miembro de mi compañero, una vez adentro fui testigo de cómo mi esposa disfrutaba de nueva cuenta del sabor del miembro aquel. Mi compañero me hizo una seña la cual intuí y después de unos minutos salí de aquella caverna y me coloque frente a mi socio mientras mi esposa se acostaba debajo de nosotros masturbándonos por unos breves instantes para recibir en su boca el chorro de leche de aquellas dos vegas degustándolas y pensaba yo diferenciando el sabor entre ellas.
Esa noche nos dedicamos a explorar posiciones follándola entre los dos, yo di momentos de privacidad para que ella disfrutara de su hombre por aquella noche, él la follo en la cama, el piso, el lavabo y en la regadera y en todo momento estuve yo siendo testigo memorizando cada uno de los aullidos y gesticulaciones de mi esposa que esa noche por su conducta en la cama no se diferenciaba de una puta.
Quisiera mencionarles algunos aspectos generales sobre nosotros, ella tiene solo 26 años y yo tengo 28 llevamos varios años de casados puesto que contrajimos matrimonio cuando los dos éramos muy jóvenes. Ella es bella de tez clara y posee caderas anchas y un par de piernas de ensueño con las cuales siempre soñaba que un tercero las separara e ingresara a lo más profundo de su intimidad, siguiendo con la descripción de mi mujer señalo también el par de tetas que se carga coronadas por un par de pezones exquisitos en color y forma los cuales se erizan a la menor provocación, otro elemento sexy de mi linda esposa es su abundante y negra cabellera deberían ver cuando la luce suelta, aunque ella no es miss universo posee una belleza muy particular y creo que si la vieras podrías percatarte de la gran capacidad sexual que ella posee. Mencionaba en mi anterior relato que el tema de formar un trío con mi esposa me excitaba de sobremanera y más aun cuando fantaseábamos un encuentro a solas de ella con otro individuo pero todo quedaba en eso en una fantasía pues ella no quería nunca llevarlo a cabo.
Había ocasiones que asistíamos a fiestas o reuniones y ya entrados en copas yo le sugería que invitáramos a alguien a “seguir la fiesta” con nosotros pero ella nunca estaba lo suficientemente convencida y siempre declinaba mi idea, cuando llegábamos a nuestro hogar siempre terminábamos haciendo el amor como es lo usual en una pareja cuando tiene la sangre caliente y en esas sesiones yo le cuestionaba el por qué no hacia efectiva mi oferta y ejecutábamos nuestra fantasía de tener un invitado en nuestra cama. Una noche en un concierto al que habíamos asistido en compañía de unos amigos todo indicaba a que sería la tan anhelada ocasión en que una persona diferente a mi haría uso de las habilidades sexuales de mi esposa pues llego un conocido de uno de nuestros amigos y se sentó en nuestra mesa y allí estuvo charlando con nosotros cerca de dos horas pues el concierto se había retrasado, pude notar que mi esposa y el recién llegado se llevaban bien y con toda razón ya que en realidad era un sujeto simpático de esas personas que desde el primer momento caen bien. Una vez que el concierto comenzó yo me retire del área de las mesas para mezclarme con el publico asistente concierto cerca del escenario no creo que sea necesario afirmar que la cerveza que habíamos bebido empezaba a causar efectos y en las visitas que hacia la mesa fue cuando mi mujer me confesó que quería coger con aquella persona a la que acabábamos de conocer a lo que mi pene reacciono con una deliciosa erección. A partir de ese momento me esmere por tratar bien a nuestro nuevo amigo pues era necesario preparar el terreno para que las cosas “se dieran” para que aquel tipo fuera seducido por mi inquieta esposa, ya de por sí el momento aquel fue de lo mas excitante pues aparte de que haríamos nuestra fantasía realidad el hecho de ser cómplice de mi esposa y de sus ganas de follar con otro hombre. El concierto paso a segundo término ya que mis esfuerzos estaban dirigidos a entregarle a mi mujer a un perfecto extraño para que este la hiciera su amante así que cambie de lugar en la mesa para que ellos quedaran juntos, en el momento clímax del concierto nuestro nuevo amigo se puso de pie para brincar al ritmo de la músico y como estaba a un lado de la mesa junto al pasillo obstruía el paso de la gente situación que aproveche para pararme también junto a él y poco a poco colocarlo justo detrás de mi esposa (la cual permanecía sentada en esa especie de banquillos altos) esto fue lo que encendió la flama pues como el quedaba en la espalda de mi esposa me percate como el recargaba su zona púbica en mi esposa (primero sin quererlo pues al paso de la gente éramos empujados) pero poco a poco los embates de nuestro amigo eran más intensos y mi esposa le correspondía tratando que el contacto fuera más duradero, las mismas acciones sucedieron lo que resto el concierto junto con un juego de seducción por parte de mi esposa mientras yo fingía demencia. Las cosas no podían ir mejor pues nuestros otros acompañantes decidieron irse de inmediato y era el mejor momento para hacer la tan ansiada propuesta.
-¿En donde seguimos la fiesta?, fue lo que mi esposa le pregunto a lo que él respondió con un movimiento de hombros como sugiriendo que nosotros tomáramos la determinación.
El clic estaba hecho mi esposa se sentía sumamente atraída por aquel desconocido que estaba a unos breves instantes de dejar de serlo pues mi esposa planeaba explorarlo en toda la extensión de la palabra y nuestro nuevo amigo se veía más que confortado por los coqueteos de ella pues sus ojos reflejaban una incontenible lascivia, yo me retire con el pretexto de ir al baño no sin antes “encargársela” a nuestro nuevo acompañante y a discreción observe como el aprovecho para acortar la distancia entre ellos, ya intercambiaban caricias y conforme el la abrazaba en un tono “amistoso” ella posaba su mano en su muslo. Así estuvieron y conforme pasaban los minutos acercaban sus caras cada vez más uno al otro, la situación era insostenible por lo que inmediatamente al regresar a la mesa agradecí a mi nuevo socio por haberme cuidado a mi linda esposa y le prometí una recompensa. Al salir abordamos el auto y le hice una seña a mi mujer para que subiera a la parte trasera del auto con el ahora invitado nuestro, el no pudo disimular el asombro al ver que mi esposa seria su acompañante en el auto y en ese momento advirtió cual era el trama de nuestro juego.
Yo tome el lugar del conductor y aunque no fumo en ese momento pedí un cigarro a mi socio pues la predicción de lo que pasaría puso los latidos de mi corazón a mil y ni hablar de la terrible erección de la cual era sujeto, íbamos charlando y baje a una vinícola a comprar un par de bebidas y estando en el expendido pagando el licor voltee hacia la parte trasera del auto y lo único que vi fue una sola silueta aunque no pude ser testigo del beso aquel era por demás obvio lo que estaba sucediendo. Al subir al auto ellos estaban platicando aunque se notaba claramente lo nervios que se encontraban por lo cortado de sus voces.
Comencé a conducir y minutos más tarde deje de escuchar la charla por lo que reuní valor para atestiguar las acciones por el retrovisor y ¡Oh sorpresa!!! Mi esposa estaba siendo devorada por la boca de nuestro amigo quien no tardo en posar su mano en uno de los pecho de mi mujer a lo que ella respondió frotando por encima del pantalón el miembro de nuestro acompañante. Ya no cabía la duda seguramente el mejor destino para nosotros era un motel, el camino se hizo largo pues los tortolos no pronunciaron palabra alguna resultado del enorme faje que se estaban proporcionando en el asiento trasero del auto.
Al llegar al motel inmediatamente nos asignaron la habitación, acelere rápidamente pues no podía resistir mas tenía que ser testigo de las acciones pues ya hasta el cuello me dolía de tanto voltear para ver a mi mujer intercambiar caricias con su nuevo amigo, solo pude notar la cara de admiración de la recamarera cuando nos vio ingresar en el auto a dos varones con una sola mujer y la risa maliciosa que le provoco este hecho como presagiando las acciones que sucederían en aquella habitación.
Baje del auto abrí la habitación y me dirigí hacia la pareja, ellos entraron mientras yo pagaba.
- ¡Vaya cabrón! Pensé mientras sacaba de mi billetera la cantidad por el alquiler de la habitación y es que parecía que allá adentro lo estaban pasando muy bien pues se escuchaban risas, pero esto lejos de molestarme me produjo una excitación (aun más de lo que ya estaba) y espere unos instantes para darle un poco de privacidad mientras trataba de adivinar que estarían haciendo.
Una vez que entre a la habitación vi que solo estaban platicando y sirviendo los tragos para los tres.
– Por mis nuevos amigos; Dijo nuestro invitado a lo cual respondimos levantando nuestro vaso.
– Por esta excitante noche; dijo mi esposa y nuevamente brindamos.
Inmediatamente me abalancé hacia mi esposa y comencé a comerle la boca a besos pues ya había esperado demasiado y tenía la necesidad de tocarla y ser tocado y mientras esto sucedía nuestro invitado se unió a nosotros y entre los dos comenzamos a besar tocar y desvestir a la única mujer en esa habitación pues en ese momento no importaba nuestro estado civil, lo único que importaba era satisfacer las necesidades de aquella hembra que parecía estar en celo, mi esposa se dio la vuelta y comenzó a besar a aquel sujeto por lo que yo entendí que esta noche seria de ella y si su decisión era comerse al sujeto aquel yo la apoyaría. Yo me separe y me limite a observar cómo comenzaban a desnudarse el uno al otro, primero el desabrocho el botón del pantalón de mi esposa y ella le quito la playera en medio de un mar de besos y caricias, posteriormente el levanto la blusa de mi esposa y como respondiendo a un magnetismo se abalanzo a lamer sus blancos pechos mordisqueando juguetonamente sus deliciosos pezones, arrancando suspiros y leves exclamaciones de placer por parte de mi esposa. Ya sin sostén y seriamente mordisqueada mi mujer comenzó a desabrochar el cinturón siguiendo con el zíper del pantalón y liberando el miembro de su amante y sin chistar comenzó a lamerlo primero lo recibió con un beso en la puntita después lo metió en su boca manipulándolo y empujándolo hasta el fondo hasta que sus vientre chocaba con la frente de mi esposa, la escena era inmejorable ver como mi esposa mamaba aquella verga delante de mi semidesnuda hincada en el piso como implorándole a aquel sujeto le permitiese poseer ese miembro mientras él dirigía los movimientos a su antojo tomándola de la, momentos más tarde él la tomo de los brazos y la hizo ponerse de pie dándole un apasionado beso como para gratificar por aquel momento de placer. Se dejaron caer en la cama quitándose la ropa mutuamente hasta quedar ella solamente en tanga, ella quedo acostada boca arriba y él se poso a sus pies y comenzó a retirarle aquella sexy tanga que para mi sorpresa era nueva.
-Vaya será otro hombre quien por vez primera le retire esa tanga a mi mujer. Pensé contento sin perder la atención en lo que acontecía.
En cuanto quedo completamente desnuda sobre la cama mi mujer abrió las piernas como invitando a pasar a su nuevo amante, el respondió colocando su cara ante el depilado sexo de mi esposa y comenzó a darle placer ingresando su húmeda y ágil lengua en aquella concha palpitante y desesperada por ser habitada.
Eran impresionantes las exclamaciones de ella quien permanecía con los ojos cerrados producto del inigualable placer que le estaba proporcionando mi socio, para mi sorpresa sin darme cuenta me encontraba desnudo frente a la pareja y con la verga más que tiesa y que por momentos resultaba casi dolorosa. Mi esposa abrió los ojos e hizo coincidir su mirada con su amante y como de común acuerdo él se poso sobre ella y comenzó a penetrarla. Si aquello no había sido lo suficientemente excitante esto era de locos, el ver cómo era cogida mi mujer y como correspondía con lamentos y gesticulaciones a cada una de las envestidas del atleta aquel.
No pude más y me dirigí a la cama para integrarme a la fiesta, él desocupo la panocha de mi esposa la puso en cuatro puntos y se coloco delante de ella mostrando bondad por mi situación a lo que yo respondí metiendo rápidamente de un solo golpe mi pene en la vagina de mi esposa que estaba por demás húmeda y moldeada al miembro de mi compañero, una vez adentro fui testigo de cómo mi esposa disfrutaba de nueva cuenta del sabor del miembro aquel. Mi compañero me hizo una seña la cual intuí y después de unos minutos salí de aquella caverna y me coloque frente a mi socio mientras mi esposa se acostaba debajo de nosotros masturbándonos por unos breves instantes para recibir en su boca el chorro de leche de aquellas dos vegas degustándolas y pensaba yo diferenciando el sabor entre ellas.
Esa noche nos dedicamos a explorar posiciones follándola entre los dos, yo di momentos de privacidad para que ella disfrutara de su hombre por aquella noche, él la follo en la cama, el piso, el lavabo y en la regadera y en todo momento estuve yo siendo testigo memorizando cada uno de los aullidos y gesticulaciones de mi esposa que esa noche por su conducta en la cama no se diferenciaba de una puta.
