joerive
Bovino adicto
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- 22 Abr 2009
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- 932
Esta es mi primera historia, es 100% real, me succedió hace un par de años:
Antes de empezar quiero describir un poco mi situación, soy un hombre de 35 años, 1.80 de estatura, complexión mediana, casado y he incursionado en la docencia a nivel universitario desde hace 10 años, impartiendo clases en diversas universidades privadas, siempre bajo el régimen de honorarios (nunca de tiempo completo).
Una de mis máximas premisas siempre fue no meterme con alumnas, sin embargo, al dar clases en universidades privadas, a veces llega cada monumento de mujer, desde muy jóvenes (18 años) hasta algunas ya entradas en los 30´s y como dice el dicho: ver el menú no significa que lo vaya a comer.
Hace aproximadamente 2 años, impartiendo clases en una universidad donde los grupos son reducidos, tenia una materia (administración financiera) y apenas 8 alumnos (6 mujeres y dos hombres), en este grupo destacaba Marina, una mujer como de 30 años, 1.65 de estatura, complexión delgada, un rostro muy fino, delgado con grandes y carnosos labios, un par de grandes ojos color miel, cabello crespo a al altura de los hombros, un pequeño par de tetas y un poco mas abajo, su principal atributo, unas caderas soberbias, un hermoso trasero y un par de piernas que me llamaron la atención desde el primer día de clases, sin embargo, casi todo el semestre el trato fue muy “de maestro a alumna”.
Sin embargo, un día, cercano al final del semestre, se suscitó algo que cambió el rumbo de la historia, a media clase, un fulano abre la puerta del aula y grita: “Marina, ven aquí”, obvio que asumiendo mi papel de maestro le contesté:
- Perdón, ¿Qué desea?, esta es mi clase y quien da las ordenes soy yo, le pido por favor cierre la puerta y se conduzca con educación
- Yo soy el marido de Marina
- Pero yo soy su maestro, está en clases, y quien tiene la autoridad en el aula soy yo, le pido sea respetuoso o llamo a seguridad para que lo inviten a salir
Algo enojado, el fulano quiso entrar al salón, pero al ver que me paraba y que lo superaba en estatura y corpulencia, cerró la puerta y se alejó.
Al terminar la clase, Marina se me acercó con una sonrisa en el rostro y me dijo:
-Mil gracias maestro, no sabia que hacer, me salvó la vida
-No es nada, para eso estamos, pero la verdad, si es tu marido, que mal educado es
-Es que es muy machista, no quiere que yo estudie, me cela aunque nunca le he dado motivos y la verdad, (comenzando a llorar), ayer me quiso golpear con su cinturón, tome a mi hija (una niña que en ese entonces tenia 4 años) y me fui a casa de mi mamá, pero como a ella le tiene miedo, hoy vino a buscarme a la escuela, ya que en al mañana me habló al celular para decirme que “o regreso a la casa o me rompe la madre”
-Mira, no quiero meterme en tu vida, pero o le pones un alto a su violencia o las cosas serán cada vez mas complicadas, mas aún, tienes una hija que poco a poco será víctima de su violencia
-Gracias maestro, eso mismo me dijo mi mamá, es usted muy amable.
Pasaron los días y olvide el incidente, a la semana siguiente, no pude evitar ver a Marina que llegó a clases enfundada en un ajustado vestido que permitía ver su hermoso cuerpo, creo que ella lo notó porque durante la clase, 2 veces me devolvió la mirada. Al terminar nuevamente se me acercó:
-Maestro, solo le informo que me salí de la casa, tomé mis cosas y voy a divorciarme
-No quiero entrometerme, pero ¿estas seguras de tu decisión?
-Si, ese imbécil me quería golpear apenas entré a la casa ese día, y para colmo me preguntó que si usted era mi amante, que porque me defendió como si tuviera algo que ver conmigo
-Ja, ja, si la verdad que es muy imaginativo, sabes que te respeto
-Pues hoy lo sorprendí viéndome varias veces (se sonrojó) no se si era para saber de mi, por eso el avisé (al tiempo que se sonrojaba, me clavaba esos hermosos ojos cafés, con una mirada muy seria y decidida)
-Te voy a ser sincero y no quiero ofenderte, pero eres una mujer muy hermosa, y uno no puede renunciar a su status de hombre, ese vestido te hace ver hermosísima
-¿Usted cree? O ¿solo me lo dice para hacerme sentir bien?
-La verdad es que eres muy hermosa, creo que por ello él es tan celoso
Ella tomó mi mano, me dio un beso en la mejilla y dijo:
-Gracias, eso quería saber.
Al salir al estacionamiento, la vi en la parada de autobús sola, esperando transporte, me acerqué en mi auto y bajé el cristal.
-¿A dónde vas?
-A mi casa, pero no pasa el camión
-Sube, te llevo
Ella con una sonrisa de oreja a oreja se subió, y al sentarse, pude ver sus hermosas piernas, y ella no hizo nada por bajar su vestido. Yo iba con un ojo al gato (la calle) y otro al garabato (sus piernas).
-Mil gracias profe, pero vivo algo retirado
-No te preocupes, tengo tiempo, tenia una cita con un cliente (además soy consultor de empresas) que me canceló de última hora
-Y eso… ¿como cuanto tiempo le da antes de llegar a su casa?
-Como 3 horas, ¿por qué?, ¿me vas a invitar un café?
Clavando su mirada en la mía me dijo:
- Un café o lo que se le antoje….
- Cuidado con lo que dices, que si te dijera lo que se me antoja
- ¿Qué se le antoja?
- Para serte sincero, esas hermosas piernas
Al mismo tiempo, que acercaba mi boca a la suya y con mi mano derecha tocaba su muslo izquierdo. Luego de ese beso seguimos con muchos mas, intercambiando saliva y juntando nuestras lenguas, y ella respondió abriendo las piernas, le deseo me llevó a poco a poco subir la mano hasta legar a su tanga, tocando su entrepierna que para ese momento estaba mas que húmeda.
-Maestro, lléveme a donde quiera, quiero sentir lo que es un verdadero hombre en la cama, y siempre había sido mi fantasía ser suya, desde el inicio del cuatrimestre me gustó mucho su voz y ese perfume que usa (todo esto lo decía con frases entrecortadas, por la excitación y con un tono de voz muy bajo)
-¿Estas segura de lo que dices?, ¿no te arrepentirás?, recuerda que soy casado
-Lo se y no me importa, quiero que mi maestro me deje bien cogida.
-Pues mira lo que te vas a comer
Saque mi miembro de mi pantalón, el cual estaba mas que erecto (18 cms), y ella lo tocó, le bajó el prepucio y sin pensarlo, se inclinó para mamarlo, lo cual hacia de manera soberbia.
-Espera. Le dije. – no nos vaya a ver alguna patrulla, vamos a un lugar que conozco.
Conduje a un motel cercano, pero ella no dejaba de sobar mi pene por encima del pantalón y teniendo una mirada muy cachonda.
Al llegar frente al motel me dijo:
-¿Y si el del motel me reconoce?
-Pues si quieres puedes entrar dándole placer con tu boca a mi amiguito, así no te verán la cara
Sin dudarlo, bajó mi cierre, sacó a mi amigo y comenzó a mamarlo (estábamos a 50 metros del motel)
Entramos al motel, el dependiente me cobró y me dirigió una sonrisa al ver que un mujerón con tremendo trasero (eso es lo que se veía pues la rara la traía entre mis piernas) me venia dando una rica mamada.
Si lso comentaris son favorables, pondré la segunda parte.
Antes de empezar quiero describir un poco mi situación, soy un hombre de 35 años, 1.80 de estatura, complexión mediana, casado y he incursionado en la docencia a nivel universitario desde hace 10 años, impartiendo clases en diversas universidades privadas, siempre bajo el régimen de honorarios (nunca de tiempo completo).
Una de mis máximas premisas siempre fue no meterme con alumnas, sin embargo, al dar clases en universidades privadas, a veces llega cada monumento de mujer, desde muy jóvenes (18 años) hasta algunas ya entradas en los 30´s y como dice el dicho: ver el menú no significa que lo vaya a comer.
Hace aproximadamente 2 años, impartiendo clases en una universidad donde los grupos son reducidos, tenia una materia (administración financiera) y apenas 8 alumnos (6 mujeres y dos hombres), en este grupo destacaba Marina, una mujer como de 30 años, 1.65 de estatura, complexión delgada, un rostro muy fino, delgado con grandes y carnosos labios, un par de grandes ojos color miel, cabello crespo a al altura de los hombros, un pequeño par de tetas y un poco mas abajo, su principal atributo, unas caderas soberbias, un hermoso trasero y un par de piernas que me llamaron la atención desde el primer día de clases, sin embargo, casi todo el semestre el trato fue muy “de maestro a alumna”.
Sin embargo, un día, cercano al final del semestre, se suscitó algo que cambió el rumbo de la historia, a media clase, un fulano abre la puerta del aula y grita: “Marina, ven aquí”, obvio que asumiendo mi papel de maestro le contesté:
- Perdón, ¿Qué desea?, esta es mi clase y quien da las ordenes soy yo, le pido por favor cierre la puerta y se conduzca con educación
- Yo soy el marido de Marina
- Pero yo soy su maestro, está en clases, y quien tiene la autoridad en el aula soy yo, le pido sea respetuoso o llamo a seguridad para que lo inviten a salir
Algo enojado, el fulano quiso entrar al salón, pero al ver que me paraba y que lo superaba en estatura y corpulencia, cerró la puerta y se alejó.
Al terminar la clase, Marina se me acercó con una sonrisa en el rostro y me dijo:
-Mil gracias maestro, no sabia que hacer, me salvó la vida
-No es nada, para eso estamos, pero la verdad, si es tu marido, que mal educado es
-Es que es muy machista, no quiere que yo estudie, me cela aunque nunca le he dado motivos y la verdad, (comenzando a llorar), ayer me quiso golpear con su cinturón, tome a mi hija (una niña que en ese entonces tenia 4 años) y me fui a casa de mi mamá, pero como a ella le tiene miedo, hoy vino a buscarme a la escuela, ya que en al mañana me habló al celular para decirme que “o regreso a la casa o me rompe la madre”
-Mira, no quiero meterme en tu vida, pero o le pones un alto a su violencia o las cosas serán cada vez mas complicadas, mas aún, tienes una hija que poco a poco será víctima de su violencia
-Gracias maestro, eso mismo me dijo mi mamá, es usted muy amable.
Pasaron los días y olvide el incidente, a la semana siguiente, no pude evitar ver a Marina que llegó a clases enfundada en un ajustado vestido que permitía ver su hermoso cuerpo, creo que ella lo notó porque durante la clase, 2 veces me devolvió la mirada. Al terminar nuevamente se me acercó:
-Maestro, solo le informo que me salí de la casa, tomé mis cosas y voy a divorciarme
-No quiero entrometerme, pero ¿estas seguras de tu decisión?
-Si, ese imbécil me quería golpear apenas entré a la casa ese día, y para colmo me preguntó que si usted era mi amante, que porque me defendió como si tuviera algo que ver conmigo
-Ja, ja, si la verdad que es muy imaginativo, sabes que te respeto
-Pues hoy lo sorprendí viéndome varias veces (se sonrojó) no se si era para saber de mi, por eso el avisé (al tiempo que se sonrojaba, me clavaba esos hermosos ojos cafés, con una mirada muy seria y decidida)
-Te voy a ser sincero y no quiero ofenderte, pero eres una mujer muy hermosa, y uno no puede renunciar a su status de hombre, ese vestido te hace ver hermosísima
-¿Usted cree? O ¿solo me lo dice para hacerme sentir bien?
-La verdad es que eres muy hermosa, creo que por ello él es tan celoso
Ella tomó mi mano, me dio un beso en la mejilla y dijo:
-Gracias, eso quería saber.
Al salir al estacionamiento, la vi en la parada de autobús sola, esperando transporte, me acerqué en mi auto y bajé el cristal.
-¿A dónde vas?
-A mi casa, pero no pasa el camión
-Sube, te llevo
Ella con una sonrisa de oreja a oreja se subió, y al sentarse, pude ver sus hermosas piernas, y ella no hizo nada por bajar su vestido. Yo iba con un ojo al gato (la calle) y otro al garabato (sus piernas).
-Mil gracias profe, pero vivo algo retirado
-No te preocupes, tengo tiempo, tenia una cita con un cliente (además soy consultor de empresas) que me canceló de última hora
-Y eso… ¿como cuanto tiempo le da antes de llegar a su casa?
-Como 3 horas, ¿por qué?, ¿me vas a invitar un café?
Clavando su mirada en la mía me dijo:
- Un café o lo que se le antoje….
- Cuidado con lo que dices, que si te dijera lo que se me antoja
- ¿Qué se le antoja?
- Para serte sincero, esas hermosas piernas
Al mismo tiempo, que acercaba mi boca a la suya y con mi mano derecha tocaba su muslo izquierdo. Luego de ese beso seguimos con muchos mas, intercambiando saliva y juntando nuestras lenguas, y ella respondió abriendo las piernas, le deseo me llevó a poco a poco subir la mano hasta legar a su tanga, tocando su entrepierna que para ese momento estaba mas que húmeda.
-Maestro, lléveme a donde quiera, quiero sentir lo que es un verdadero hombre en la cama, y siempre había sido mi fantasía ser suya, desde el inicio del cuatrimestre me gustó mucho su voz y ese perfume que usa (todo esto lo decía con frases entrecortadas, por la excitación y con un tono de voz muy bajo)
-¿Estas segura de lo que dices?, ¿no te arrepentirás?, recuerda que soy casado
-Lo se y no me importa, quiero que mi maestro me deje bien cogida.
-Pues mira lo que te vas a comer
Saque mi miembro de mi pantalón, el cual estaba mas que erecto (18 cms), y ella lo tocó, le bajó el prepucio y sin pensarlo, se inclinó para mamarlo, lo cual hacia de manera soberbia.
-Espera. Le dije. – no nos vaya a ver alguna patrulla, vamos a un lugar que conozco.
Conduje a un motel cercano, pero ella no dejaba de sobar mi pene por encima del pantalón y teniendo una mirada muy cachonda.
Al llegar frente al motel me dijo:
-¿Y si el del motel me reconoce?
-Pues si quieres puedes entrar dándole placer con tu boca a mi amiguito, así no te verán la cara
Sin dudarlo, bajó mi cierre, sacó a mi amigo y comenzó a mamarlo (estábamos a 50 metros del motel)
Entramos al motel, el dependiente me cobró y me dirigió una sonrisa al ver que un mujerón con tremendo trasero (eso es lo que se veía pues la rara la traía entre mis piernas) me venia dando una rica mamada.
Si lso comentaris son favorables, pondré la segunda parte.
