astroboy001
Becerro
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- 19 Ene 2010
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Ligia y yo somos amigos desde hace muchos años, iniciamos la escuela juntos y crecimos siempre como compañeros de clase. Desde los trece años mas o menos tuvimos pequeños encuentros románticos pero nada mas que un beso ocasional o una arrimada.
Así pasamos hasta la secundaria, siendo mejores amigos con algún derecho especial, nunca fuimos novios oficialmente, pero teníamos un acuerdo tácito de exclusividad. A esta edad ya las cosas subían de tono: fue la primera mujer que vi completamente desnuda y también la primera a la que masturbe, y claro ella hizo lo propio conmigo; no llegamos hasta las relaciones, pero si nos divertíamos bastante. Normalmente estos encuentros eran en su casa, pues es hija única y solo vivía con su madre que siempre estaba trabajando, así que luego de la escuela nos íbamos allí, hacíamos lo nuestro hasta la hora de llegada de su madre y cenaba con ellas, la señora me tenia confianza y cariño pues yo siempre les ayudaba en cosas que ellas por ser dos mujeres se les dificultaba como cargar cosas pesadas, etc. Después me iba a casa, que no era tan lejos.
Teníamos una forma "inocente" de llevar a cabo nuestros encuentros... todo comenzaba con la cocinada del almuerzo. Ella cocinaba, yo pues le abrazaba por la espalda y poco a poco iba metiendo mano, le desabotonaba la camisa del uniforme y resbalaba las manos por debajo del sostén deportivo que usaba, una que otra vez nos accidentamos con el aceite caliente, pero era lo menos importante; mientras mi pene ya erecto se restregaba contra su falda que ocultaba unas deliciosas nalgas, pero eso solo era un aperitivo, luego seguía un romántico almuerzo juntos, ambos ya medio desnudos, pues la regla era que una prenda quitada no volvía a ponerse... lo cual era extremadamente erótico, sobre todo cuando durante el manoseo previo le alcanzaba a quitar la falda o el sostén.
A lo largo de la tarde nos echábamos sobre la cama a ver televisión solo en ropa interior o ya desnudos y hablábamos mucho mientras nos tocábamos. Me encantaba sentir su mano apretando fuertemente mi pene erecto, mi mano siempre se escapaba hasta sus nalgas o jugueteaba con su clítoris; en verdad lo tomábamos con calma, dedicábamos mucho tiempo a las caricias, finalmente teníamos toda la tarde y todos los días... así que nos dedicábamos nuestro tiempo. Al final del día compartíamos una ducha juntos donde nos masturbábamos mutuamente. Luego del baño yo disfrutaba mucho vestirla, desde sus divertidisimos calzoncitos de algodón con decoraciones de frutas, hasta sus zapatos y peinarla. Todo era parte del ritual diario.
Lastimosamente, todo lo bueno llega a su fin, al terminar la secundaria ella se fue a estudiar al extranjero. Al principio nos comunicábamos bastante por teléfono o email pero poco a poco nos fuimos distanciando hasta perder el contacto por completo.
Al tiempo volví a verla, hacia ya dos años desde que había vuelto... estaba hermosa, la verdad es que yo no la había superado, nunca volví a adaptarme a otra chica, tuve otras parejas y perdí mi virginidad formalmente, pero siempre añoraba a mi amada Ligia. El problema es que ella si logro superarme, cuando la volví a ver ya tenia una relación estable con un tipo que para ser justos no me cayo mal, pero lo cierto es que tenia la ilusión de volver a estar con ella.
Volvimos a ser amigos casi de manera instantánea, su novio me tenia confianza por ser su amigo de la infancia y pues como nunca fuimos novios públicos, nadie que nos conociera podía decir lo contrario, así que el no ponía reparo en que saliéramos y pasáramos gran cantidad de tiempo juntos.
A los seis meses del reencuentro yo me había resignado a no volver con ella, así que estaba un poco deprimido, para esta altura ya hablábamos todos los días y teníamos una bonita amistad, aun me consideraba amigo de su novio, finalmente el tipo no tenia la culpa de nada. Un día que en verdad me sentía triste ella lo noto y trato de animarme, no podía decirle la verdad así que invente alguna excusa para mi tristeza y ella de buena gana me dijo, salgo de vacaciones en tres semanas, tomate un día libre y nos vamos a pasarlo a una ciudad pequeña pero muy turística cerca de la ciudad donde vivimos, la verdad es que me pareció buena idea y acepte. Pasamos tres semanas planeando el viaje, el día anterior al mismo me llamo y me dijo: ya tengo reservada la habitación del hotel lista para mañana! Me sorprendí y le digo, tu crees que necesitamos un hotel, solo vamos a pasar el día, además será más caro de lo que habíamos planeado, a lo que respondió con desenfado que no me preocupara...
A la mañana siguiente, fui en el auto hasta su casa para recogerla. Cuando la vi salir de casa tuve una erección inmediata, llevaba una pequeña falda a cuadros, muy parecida a la que usaba cuando estaba en la escuela y el cabello recogido en dos colas a los extremos de la cabeza, inmediatamente me transporte mentalmente a los tiempos de nuestros encuentros. Subió al auto y me beso muy cerca de los labios, se recostó sobre mi hombro y dijo que nos fuéramos. A los pocos minutos de silencio dijo: No se tu, pero yo todavía no te he olvidado, quiero que hoy sea como antes y me gustaría hacerte por fin el amor. Siempre quisimos hacerlo, o no? La verdad no me sorprendí, desde chica a ella le gustaba llamar las cosas por su nombre y sin rodeos.
Le respondí que yo tampoco la había olvidado y que en verdad era muy duro para mi verla con otro. Ligia: Lo se, se te ve en la mirada, la verdad nunca he querido hacerte daño, pero no nos concentremos en eso, tienes condones?
-No, le dije algo apenado, pues ya habíamos salido de la ciudad y no creía encontrar una farmacia o estación de servicio.
Se rio, es bueno saber que sigues siendo el mismo. Pero yo no. Continuo diciendo mientras sacaba de su cartera varios condones.
Llegamos al hotel. Y lo cierto es que estaba muy nervioso, cuando entramos a la habitación nos acostamos en la cama y sin palabras nos besamos, fue un beso largo, muy distinto a los dulces besos de la adolescencia, ella succionaba mi lengua y la mordía suavemente. Poco a poco me fui sintiendo mas cómodo y me dirigí a sus pechos primero sobre la camisa, pero después debajo de ella, ya no había un sostén deportivo, si no uno sexy de encaje; pronto libere sus tetas pequeñas pero lindas y me fui a besarlas, morderlas, chuparlas y apretarlas... ella comenzó a gemir, me pase varios minutos amasando esos pechos, mientras ella comenzó a bajarme el pantalón. Una vez, liberado mi miembro, se detuvo para examinarlo con tono infantil dijo: mmmm que rico que te ha crecido, lo tomo con la mano derecha aprentandolo y acercandose para darme un beso en los labios.
Lo soltó y me miro pícaramente, mientras iba poniendose de espaldas a mi... dijo: ya te dije que he cambiado mucho pero creo que te va a gustar, al terminar la frase se puso en cuatro y levanto su cola, la faldita se le levanto y dejo al descubierto su culo hermoso protegido únicamente por un hilo dental diminuto que se encondia entre sus nalgas.
Acerque el pene completamente erecto hasta sus nalgas y lo repase una y otra vez entre sus nalgas, a medio gemir solo alcanzo a decir, eso si, no te creas que te dejo encularme, todavía no. Yo no salía del asombro, la dulce niña que amaba se convirtió en una mujer ardiente que me calentaba mas y mas.
Luego de tantas caricias y arrimones, estabamos listos para coger, me puso un condon y se coloco en posicion de perrito y con su mano guio mi pene hasta la puerta de su vagina, alli comence a penetrarla hasta que estuvimos exhaustos y nos tiramos para descansar, desnudos y felices sobre la cama. Mientras recobrábamos fuerzas hablamos mucho.
Al final del dia, mientras ibamos desnudos hasta la ducha, le pregunte... que vamos a hacer con tu novio? ella se volvio y dijo: ya no tengo novio, desde ayer. Que piensas hacer al respecto?
Así pasamos hasta la secundaria, siendo mejores amigos con algún derecho especial, nunca fuimos novios oficialmente, pero teníamos un acuerdo tácito de exclusividad. A esta edad ya las cosas subían de tono: fue la primera mujer que vi completamente desnuda y también la primera a la que masturbe, y claro ella hizo lo propio conmigo; no llegamos hasta las relaciones, pero si nos divertíamos bastante. Normalmente estos encuentros eran en su casa, pues es hija única y solo vivía con su madre que siempre estaba trabajando, así que luego de la escuela nos íbamos allí, hacíamos lo nuestro hasta la hora de llegada de su madre y cenaba con ellas, la señora me tenia confianza y cariño pues yo siempre les ayudaba en cosas que ellas por ser dos mujeres se les dificultaba como cargar cosas pesadas, etc. Después me iba a casa, que no era tan lejos.
Teníamos una forma "inocente" de llevar a cabo nuestros encuentros... todo comenzaba con la cocinada del almuerzo. Ella cocinaba, yo pues le abrazaba por la espalda y poco a poco iba metiendo mano, le desabotonaba la camisa del uniforme y resbalaba las manos por debajo del sostén deportivo que usaba, una que otra vez nos accidentamos con el aceite caliente, pero era lo menos importante; mientras mi pene ya erecto se restregaba contra su falda que ocultaba unas deliciosas nalgas, pero eso solo era un aperitivo, luego seguía un romántico almuerzo juntos, ambos ya medio desnudos, pues la regla era que una prenda quitada no volvía a ponerse... lo cual era extremadamente erótico, sobre todo cuando durante el manoseo previo le alcanzaba a quitar la falda o el sostén.
A lo largo de la tarde nos echábamos sobre la cama a ver televisión solo en ropa interior o ya desnudos y hablábamos mucho mientras nos tocábamos. Me encantaba sentir su mano apretando fuertemente mi pene erecto, mi mano siempre se escapaba hasta sus nalgas o jugueteaba con su clítoris; en verdad lo tomábamos con calma, dedicábamos mucho tiempo a las caricias, finalmente teníamos toda la tarde y todos los días... así que nos dedicábamos nuestro tiempo. Al final del día compartíamos una ducha juntos donde nos masturbábamos mutuamente. Luego del baño yo disfrutaba mucho vestirla, desde sus divertidisimos calzoncitos de algodón con decoraciones de frutas, hasta sus zapatos y peinarla. Todo era parte del ritual diario.
Lastimosamente, todo lo bueno llega a su fin, al terminar la secundaria ella se fue a estudiar al extranjero. Al principio nos comunicábamos bastante por teléfono o email pero poco a poco nos fuimos distanciando hasta perder el contacto por completo.
Al tiempo volví a verla, hacia ya dos años desde que había vuelto... estaba hermosa, la verdad es que yo no la había superado, nunca volví a adaptarme a otra chica, tuve otras parejas y perdí mi virginidad formalmente, pero siempre añoraba a mi amada Ligia. El problema es que ella si logro superarme, cuando la volví a ver ya tenia una relación estable con un tipo que para ser justos no me cayo mal, pero lo cierto es que tenia la ilusión de volver a estar con ella.
Volvimos a ser amigos casi de manera instantánea, su novio me tenia confianza por ser su amigo de la infancia y pues como nunca fuimos novios públicos, nadie que nos conociera podía decir lo contrario, así que el no ponía reparo en que saliéramos y pasáramos gran cantidad de tiempo juntos.
A los seis meses del reencuentro yo me había resignado a no volver con ella, así que estaba un poco deprimido, para esta altura ya hablábamos todos los días y teníamos una bonita amistad, aun me consideraba amigo de su novio, finalmente el tipo no tenia la culpa de nada. Un día que en verdad me sentía triste ella lo noto y trato de animarme, no podía decirle la verdad así que invente alguna excusa para mi tristeza y ella de buena gana me dijo, salgo de vacaciones en tres semanas, tomate un día libre y nos vamos a pasarlo a una ciudad pequeña pero muy turística cerca de la ciudad donde vivimos, la verdad es que me pareció buena idea y acepte. Pasamos tres semanas planeando el viaje, el día anterior al mismo me llamo y me dijo: ya tengo reservada la habitación del hotel lista para mañana! Me sorprendí y le digo, tu crees que necesitamos un hotel, solo vamos a pasar el día, además será más caro de lo que habíamos planeado, a lo que respondió con desenfado que no me preocupara...
A la mañana siguiente, fui en el auto hasta su casa para recogerla. Cuando la vi salir de casa tuve una erección inmediata, llevaba una pequeña falda a cuadros, muy parecida a la que usaba cuando estaba en la escuela y el cabello recogido en dos colas a los extremos de la cabeza, inmediatamente me transporte mentalmente a los tiempos de nuestros encuentros. Subió al auto y me beso muy cerca de los labios, se recostó sobre mi hombro y dijo que nos fuéramos. A los pocos minutos de silencio dijo: No se tu, pero yo todavía no te he olvidado, quiero que hoy sea como antes y me gustaría hacerte por fin el amor. Siempre quisimos hacerlo, o no? La verdad no me sorprendí, desde chica a ella le gustaba llamar las cosas por su nombre y sin rodeos.
Le respondí que yo tampoco la había olvidado y que en verdad era muy duro para mi verla con otro. Ligia: Lo se, se te ve en la mirada, la verdad nunca he querido hacerte daño, pero no nos concentremos en eso, tienes condones?
-No, le dije algo apenado, pues ya habíamos salido de la ciudad y no creía encontrar una farmacia o estación de servicio.
Se rio, es bueno saber que sigues siendo el mismo. Pero yo no. Continuo diciendo mientras sacaba de su cartera varios condones.
Llegamos al hotel. Y lo cierto es que estaba muy nervioso, cuando entramos a la habitación nos acostamos en la cama y sin palabras nos besamos, fue un beso largo, muy distinto a los dulces besos de la adolescencia, ella succionaba mi lengua y la mordía suavemente. Poco a poco me fui sintiendo mas cómodo y me dirigí a sus pechos primero sobre la camisa, pero después debajo de ella, ya no había un sostén deportivo, si no uno sexy de encaje; pronto libere sus tetas pequeñas pero lindas y me fui a besarlas, morderlas, chuparlas y apretarlas... ella comenzó a gemir, me pase varios minutos amasando esos pechos, mientras ella comenzó a bajarme el pantalón. Una vez, liberado mi miembro, se detuvo para examinarlo con tono infantil dijo: mmmm que rico que te ha crecido, lo tomo con la mano derecha aprentandolo y acercandose para darme un beso en los labios.
Lo soltó y me miro pícaramente, mientras iba poniendose de espaldas a mi... dijo: ya te dije que he cambiado mucho pero creo que te va a gustar, al terminar la frase se puso en cuatro y levanto su cola, la faldita se le levanto y dejo al descubierto su culo hermoso protegido únicamente por un hilo dental diminuto que se encondia entre sus nalgas.
Acerque el pene completamente erecto hasta sus nalgas y lo repase una y otra vez entre sus nalgas, a medio gemir solo alcanzo a decir, eso si, no te creas que te dejo encularme, todavía no. Yo no salía del asombro, la dulce niña que amaba se convirtió en una mujer ardiente que me calentaba mas y mas.
Luego de tantas caricias y arrimones, estabamos listos para coger, me puso un condon y se coloco en posicion de perrito y con su mano guio mi pene hasta la puerta de su vagina, alli comence a penetrarla hasta que estuvimos exhaustos y nos tiramos para descansar, desnudos y felices sobre la cama. Mientras recobrábamos fuerzas hablamos mucho.
Al final del dia, mientras ibamos desnudos hasta la ducha, le pregunte... que vamos a hacer con tu novio? ella se volvio y dijo: ya no tengo novio, desde ayer. Que piensas hacer al respecto?
