Hola a todos los bakunos, este es mi segundo aporte en ese foro. Ya en una ocasión anterior me anime a publicar una de mis experiencias con una de las amigas de mi tía, y como es mi costumbre, escribiré sobre una vivencia 100% real y en un solo relato, eso de ponerlo en varias partes me aburre. En fin comienza el segundo aporte.
Esto me sucedió en el año del 2010, aproximadamente en el mes de abril. Recuerdo a la perfección la fecha por cuestiones que mencionare más adelante. Tenía trabajando poco más de un año en una empresa de autotransporte de pasajeros muy famosa allá por santa Fe, en la cual había contemplado por enésima ocasión el ir y venir de personal por aquellas oficinas. Era un flujo impresionante en todas las áreas, pero contabilidad era la más susceptible a este fenómeno.
Mi trabajo en aquel entonces requería de mucho contacto con la gente, y un día, como de costumbre me envían a colocar un nuevo equipo de cómputo para un nuevo usuario. Lo clásico ya, configurar correo, usuario de dominio, aplicaciones básicas, etc. Ahí fue cuando la conocí. La llamare en esta ocasión Angélica.
Ella, mujer madura, muy seria, con mucha personalidad. He de admitir que su rostro no me resulto atractivo, sin embargo lo que descubrí después me dejo impresionado.
Yo me retire de su lugar dándole la bienvenida a la empresa, y ella me agradeció de una manera muy cortes y alegre todas las atenciones que tuve.
-Muchas gracias Hectorín, eres un amor; solía decirme siempre que le ayudaba con algún problema relacionado a su equipo de cómputo.
Por cuestión de las necesidades de operación de la empresa, mi puesto era cubierto entre dos persona, yo entraba a las 2.00 p.m. y salía a las 10.00 p.m.
Después de las 8.00 p.m. la oficina era un desierto, muy pocas personas se quedaban a trabajar después de esa hora y eso me daba libertad de hacer tareas y escuchar música. Yo tenía en ese entonces 25 años, estudiaba inglés por las mañanas y realizaba una carrera a distancia.
Por las necesidades de aprender la complicada operación de la empresa, mucho del personal nuevo tenía que cubrir muchas horas extras hasta ponerse al corriente con los asuntos que se les iban asignando y Angélica no fue la excepción. Era muy regular que ambos nos quedáramos hasta muy tarde en la oficina, claro ella en sus actividades y yo en las mías.
Pero a medida que iba pasando el tiempo, y tal vez por la misma soledad que compartíamos en esa oficina nos fuimos tratando poco a poco. Ella iba y platicaba un poco conmigo, ya que forzosamente tenía que pasar por mi lugar cada vez que recogía alguna hoja de la impresora o necesitaba copia de algún documento importante. Ahí se dio el primer gran descubrimiento. Como mencione anteriormente, no me resulto una persona atractiva en cuanto a su rostro pero, wow, gozaba de un cuerpo maravillosamente hermoso. Los pongo un poco en contexto al respecto:
Ella, una mujer madura, de 42 años de edad, soltera, jamás tuvo hijos, vivía con sus padres ya que eran muy grandes y nadie veía por ellos. Mujer exitosa, contadora excepcional, inteligente, con estudios fuera del país, muy buen salario. Siempre muy elegante, traje sastre o pantalón y saco. No era muy alta, apenas 1.55 mts, unas piernas deliciosas, excelentemente torneadas, nalgas que a todos hacían voltear cuando se levantaba a la misma copiadora, cintura de quinceañera, muy delgada y con un busto pequeño pero muy bien torneado.
Era un deleite verla pasar siempre, con su falda muy ajustada siempre que dejaba ver su silueta, no me cansaba de observarle ese par de nalgas y piernas. Si 20 ocasiones pasaba por mi lugar, 20 ocasiones la volteaba a ver.
En fin, paso el tiempo, nos hicimos buenos amigos tras tantas platicas nocturnas en la oficina, ella siempre elogio mi madurez, mi sinceridad y la manera tan abierta de expresarme.
Siempre nos manejamos así, como buenos amigos. La deseaba, pero no me atrevía a manifestarlo pues pensaba que sería una falta de respeto, y así como yo, todos los hombres babeaban cada vez que la veían pasar.
En fin, las envidias comenzaron a menguar su reputación en la oficina y es que era tan atractiva que todas las demás mujeres comenzaron una campaña de desprestigio que culmino con su despido.
El día que se fue, me sentí decepcionado de mi mismo por no haber intentado algo más con ella, pues tenía el presentimiento que deseaba algo, pero era un poco tímido y jamás me atreví a declararle algo, pero fue grande mi sorpresa que al irse me dio un beso entre mejilla y boca y me pidió mi número telefónico, ahí fue cuando confirme mi sospecha.
Pasó un tiempo y nos limitamos a platicar por teléfono como cuando lo hacíamos en la oficina, pero un día cambió todo.
Yo había salido de parranda con algunos de mis primos, salimos a bailar y a beber cerveza a un antro cerca de mi casa y ya con unas cervezas encima comencé a enviarle mensaje a Angélica diciéndole lo hermosa que era y lo mucho que la admiraba y fue grande mi sorpresa cuando ella comenzó a contestarme en el mismo tenor, diciendo que también le parecía un chico atractivo y muy interesante.
No tarde mucho en confesarle que en verdad me gustaba mucho como mujer y que estar con ella debía ser una experiencia inmejorable y mayor aún fue mi sorpresa cuando me contesto diciendo, que ella pensaba igual y que un encuentro meramente sexual podía ser posible, pues en verdad yo le gustaba mucho también. Después de eso, sólo tuvimos que ponernos de acuerdo en la fecha y la hora de la cita.
Ese día yo me encontraba muy nervioso, a pesar de que no era la primera ocasión que hacia algo similar, pero era la primera vez que lo haría con una mujer tan exquisita. Por fin nos encontramos, ella llevaba puesto un pantalón de mezclilla azul, muy ajustado y una blusa también muy ajustada, era posible observar todo su delicioso cuerpo hasta en su más mínimo detalle, simplemente magistral.
Por fin convenimos ir a un hotel muy famoso de la avenida revolución, antes fuimos a comprar algunos viviera al soriana que se encuentra cerca del metro Tacubaya. Sólo compramos unos refrescos y galletas, pues ya llevábamos un tequila, quesos y jamón serrano.
No fue un encuentro lujurioso, todo se fue dando a su tiempo, celebrábamos además mi cumpleaños, el cual había sido una semana atrás, razón por la cual recuerdo bien la fecha. Obtuve de regalo una caja de chocolates finos y a la mujer más deliciosa que jamás haya tenido en la cama.
Por fin comenzó el encuentro sexual, tenía toda la noche para disfrutar a esa mujer y no iba a desperdiciarla.
Comenzamos con muchos besos y caricias, apenas podía creer que estaba ahí, a punto de hacer el amor con la mujer que todos los hombres de la oficina deseaban y que nadie pudo obtener excepto yo.
Al quitar su pantalón me deleito con una hermosa tanga negra de encaje que no quise quitar, pues se veía deliciosa cubriendo su hermoso par de nalgas, grandes y redondas. El culo más hermoso que jamás haya penetrado.
Un sostén que hacia juego con la tanga, ella me desvistió y comenzó a chupar mi pene, lo hacía de manera magistral, con toda la experiencia de una mujer liberal, madura que sabe lo que quiere.
Después ella se recostó en la cama, tomo mi cadera y dirigió mi pene a su boca y me dijo:
- Ahora comienza a comerte a mi nena.
Asi lo hice, era mi primer 69. Su panochita era muy rosadita, pequeña y con mucha vellosidad. Tenía un sabor delicioso, jamás retire su tanga.
Después, me dijo.
- Ahora es mi turno de disfrutarte.
Me recostó sobre la cama y comenzó a montarme, ella sola hacia los movimientos que más la satisfacían, lo hizo durante largo rato hasta que ya no pude contener la eyaculación. Le dije:
- Me voy a venir.
- Quiero que termines sobre mis nalgas.
- Aaaaaaahh, diossssss
- Así papito, me gusta sentir tu lechita caliente sobre mis nalgas, termina ahí, asiiii oooh que ricoooo te sientes papitoooo, asíiii.
Fue la primera vez que termine. Posteriormente y después de un merecido descanso y del primer brindis por mi cumpleaños, comencé de nuevo la actividad. Primero besando todos sus pechos, lamiendo sus pequeños y morenos pezones, que se erizaban cada vez que los frotaba con mi lengua. Luego metí un par de dedos en su vagina y comencé a masturbarla hasta que la hice venir, ella se frotaba contra mi pierna y tocaba su clítoris mientras gemía de placer.
Así continuo la noche hasta altas horas de la madrugada, teniendo sexo a cada momento hasta que el cansancio nos venció por fin.
Yo me quede profundamente dormido y antes del amanecer fue grandiosa mi sorpresa al descubrir que ella me intentaba despertar con una rica mamada, al abrir los ojos mi pene estaba ya totalmente erecto y ella estaba en pleno trabajo intentando obtener mi semen pues ella lo pedía y así lo hice.
Después comenzamos nuevamente, la volteé ágilmente sobre su espalda y comencé a penetrarla con fuertes embestidas. En ese momento me dijo aquellas palabras que jamás olvidare:
- Así papito, cógeme soy tu puta y voy a estar ahí para ti, y te abriré las piernas cada vez que tú quieras cogerme, estoy dispuesta para ti siempre que quieras cogerme, soy toda tuya soy tu puta.
Todavía retumban esas palabras en mi mente.
No quiero hacer más largo este relato, sólo concluyo diciendo que nos vimos dos veces más, perdí todo contacto con ella durante un año y apenas hace un mes la encontré nuevamente y he pensado en volver a encontrarla, pero tengo una relación con una chica que no deseo traicionar, aunque el sexo con Angélica es muy tentador. ¿Qué hago?, ¿Cuál es su consejo? Comenten y saludos !!!
P.D. Ya estoy pensando cual de mis aventurillas podría compatir.
Esto me sucedió en el año del 2010, aproximadamente en el mes de abril. Recuerdo a la perfección la fecha por cuestiones que mencionare más adelante. Tenía trabajando poco más de un año en una empresa de autotransporte de pasajeros muy famosa allá por santa Fe, en la cual había contemplado por enésima ocasión el ir y venir de personal por aquellas oficinas. Era un flujo impresionante en todas las áreas, pero contabilidad era la más susceptible a este fenómeno.
Mi trabajo en aquel entonces requería de mucho contacto con la gente, y un día, como de costumbre me envían a colocar un nuevo equipo de cómputo para un nuevo usuario. Lo clásico ya, configurar correo, usuario de dominio, aplicaciones básicas, etc. Ahí fue cuando la conocí. La llamare en esta ocasión Angélica.
Ella, mujer madura, muy seria, con mucha personalidad. He de admitir que su rostro no me resulto atractivo, sin embargo lo que descubrí después me dejo impresionado.
Yo me retire de su lugar dándole la bienvenida a la empresa, y ella me agradeció de una manera muy cortes y alegre todas las atenciones que tuve.
-Muchas gracias Hectorín, eres un amor; solía decirme siempre que le ayudaba con algún problema relacionado a su equipo de cómputo.
Por cuestión de las necesidades de operación de la empresa, mi puesto era cubierto entre dos persona, yo entraba a las 2.00 p.m. y salía a las 10.00 p.m.
Después de las 8.00 p.m. la oficina era un desierto, muy pocas personas se quedaban a trabajar después de esa hora y eso me daba libertad de hacer tareas y escuchar música. Yo tenía en ese entonces 25 años, estudiaba inglés por las mañanas y realizaba una carrera a distancia.
Por las necesidades de aprender la complicada operación de la empresa, mucho del personal nuevo tenía que cubrir muchas horas extras hasta ponerse al corriente con los asuntos que se les iban asignando y Angélica no fue la excepción. Era muy regular que ambos nos quedáramos hasta muy tarde en la oficina, claro ella en sus actividades y yo en las mías.
Pero a medida que iba pasando el tiempo, y tal vez por la misma soledad que compartíamos en esa oficina nos fuimos tratando poco a poco. Ella iba y platicaba un poco conmigo, ya que forzosamente tenía que pasar por mi lugar cada vez que recogía alguna hoja de la impresora o necesitaba copia de algún documento importante. Ahí se dio el primer gran descubrimiento. Como mencione anteriormente, no me resulto una persona atractiva en cuanto a su rostro pero, wow, gozaba de un cuerpo maravillosamente hermoso. Los pongo un poco en contexto al respecto:
Ella, una mujer madura, de 42 años de edad, soltera, jamás tuvo hijos, vivía con sus padres ya que eran muy grandes y nadie veía por ellos. Mujer exitosa, contadora excepcional, inteligente, con estudios fuera del país, muy buen salario. Siempre muy elegante, traje sastre o pantalón y saco. No era muy alta, apenas 1.55 mts, unas piernas deliciosas, excelentemente torneadas, nalgas que a todos hacían voltear cuando se levantaba a la misma copiadora, cintura de quinceañera, muy delgada y con un busto pequeño pero muy bien torneado.
Era un deleite verla pasar siempre, con su falda muy ajustada siempre que dejaba ver su silueta, no me cansaba de observarle ese par de nalgas y piernas. Si 20 ocasiones pasaba por mi lugar, 20 ocasiones la volteaba a ver.
En fin, paso el tiempo, nos hicimos buenos amigos tras tantas platicas nocturnas en la oficina, ella siempre elogio mi madurez, mi sinceridad y la manera tan abierta de expresarme.
Siempre nos manejamos así, como buenos amigos. La deseaba, pero no me atrevía a manifestarlo pues pensaba que sería una falta de respeto, y así como yo, todos los hombres babeaban cada vez que la veían pasar.
En fin, las envidias comenzaron a menguar su reputación en la oficina y es que era tan atractiva que todas las demás mujeres comenzaron una campaña de desprestigio que culmino con su despido.
El día que se fue, me sentí decepcionado de mi mismo por no haber intentado algo más con ella, pues tenía el presentimiento que deseaba algo, pero era un poco tímido y jamás me atreví a declararle algo, pero fue grande mi sorpresa que al irse me dio un beso entre mejilla y boca y me pidió mi número telefónico, ahí fue cuando confirme mi sospecha.
Pasó un tiempo y nos limitamos a platicar por teléfono como cuando lo hacíamos en la oficina, pero un día cambió todo.
Yo había salido de parranda con algunos de mis primos, salimos a bailar y a beber cerveza a un antro cerca de mi casa y ya con unas cervezas encima comencé a enviarle mensaje a Angélica diciéndole lo hermosa que era y lo mucho que la admiraba y fue grande mi sorpresa cuando ella comenzó a contestarme en el mismo tenor, diciendo que también le parecía un chico atractivo y muy interesante.
No tarde mucho en confesarle que en verdad me gustaba mucho como mujer y que estar con ella debía ser una experiencia inmejorable y mayor aún fue mi sorpresa cuando me contesto diciendo, que ella pensaba igual y que un encuentro meramente sexual podía ser posible, pues en verdad yo le gustaba mucho también. Después de eso, sólo tuvimos que ponernos de acuerdo en la fecha y la hora de la cita.
Ese día yo me encontraba muy nervioso, a pesar de que no era la primera ocasión que hacia algo similar, pero era la primera vez que lo haría con una mujer tan exquisita. Por fin nos encontramos, ella llevaba puesto un pantalón de mezclilla azul, muy ajustado y una blusa también muy ajustada, era posible observar todo su delicioso cuerpo hasta en su más mínimo detalle, simplemente magistral.
Por fin convenimos ir a un hotel muy famoso de la avenida revolución, antes fuimos a comprar algunos viviera al soriana que se encuentra cerca del metro Tacubaya. Sólo compramos unos refrescos y galletas, pues ya llevábamos un tequila, quesos y jamón serrano.
No fue un encuentro lujurioso, todo se fue dando a su tiempo, celebrábamos además mi cumpleaños, el cual había sido una semana atrás, razón por la cual recuerdo bien la fecha. Obtuve de regalo una caja de chocolates finos y a la mujer más deliciosa que jamás haya tenido en la cama.
Por fin comenzó el encuentro sexual, tenía toda la noche para disfrutar a esa mujer y no iba a desperdiciarla.
Comenzamos con muchos besos y caricias, apenas podía creer que estaba ahí, a punto de hacer el amor con la mujer que todos los hombres de la oficina deseaban y que nadie pudo obtener excepto yo.
Al quitar su pantalón me deleito con una hermosa tanga negra de encaje que no quise quitar, pues se veía deliciosa cubriendo su hermoso par de nalgas, grandes y redondas. El culo más hermoso que jamás haya penetrado.
Un sostén que hacia juego con la tanga, ella me desvistió y comenzó a chupar mi pene, lo hacía de manera magistral, con toda la experiencia de una mujer liberal, madura que sabe lo que quiere.
Después ella se recostó en la cama, tomo mi cadera y dirigió mi pene a su boca y me dijo:
- Ahora comienza a comerte a mi nena.
Asi lo hice, era mi primer 69. Su panochita era muy rosadita, pequeña y con mucha vellosidad. Tenía un sabor delicioso, jamás retire su tanga.
Después, me dijo.
- Ahora es mi turno de disfrutarte.
Me recostó sobre la cama y comenzó a montarme, ella sola hacia los movimientos que más la satisfacían, lo hizo durante largo rato hasta que ya no pude contener la eyaculación. Le dije:
- Me voy a venir.
- Quiero que termines sobre mis nalgas.
- Aaaaaaahh, diossssss
- Así papito, me gusta sentir tu lechita caliente sobre mis nalgas, termina ahí, asiiii oooh que ricoooo te sientes papitoooo, asíiii.
Fue la primera vez que termine. Posteriormente y después de un merecido descanso y del primer brindis por mi cumpleaños, comencé de nuevo la actividad. Primero besando todos sus pechos, lamiendo sus pequeños y morenos pezones, que se erizaban cada vez que los frotaba con mi lengua. Luego metí un par de dedos en su vagina y comencé a masturbarla hasta que la hice venir, ella se frotaba contra mi pierna y tocaba su clítoris mientras gemía de placer.
Así continuo la noche hasta altas horas de la madrugada, teniendo sexo a cada momento hasta que el cansancio nos venció por fin.
Yo me quede profundamente dormido y antes del amanecer fue grandiosa mi sorpresa al descubrir que ella me intentaba despertar con una rica mamada, al abrir los ojos mi pene estaba ya totalmente erecto y ella estaba en pleno trabajo intentando obtener mi semen pues ella lo pedía y así lo hice.
Después comenzamos nuevamente, la volteé ágilmente sobre su espalda y comencé a penetrarla con fuertes embestidas. En ese momento me dijo aquellas palabras que jamás olvidare:
- Así papito, cógeme soy tu puta y voy a estar ahí para ti, y te abriré las piernas cada vez que tú quieras cogerme, estoy dispuesta para ti siempre que quieras cogerme, soy toda tuya soy tu puta.
Todavía retumban esas palabras en mi mente.
No quiero hacer más largo este relato, sólo concluyo diciendo que nos vimos dos veces más, perdí todo contacto con ella durante un año y apenas hace un mes la encontré nuevamente y he pensado en volver a encontrarla, pero tengo una relación con una chica que no deseo traicionar, aunque el sexo con Angélica es muy tentador. ¿Qué hago?, ¿Cuál es su consejo? Comenten y saludos !!!
P.D. Ya estoy pensando cual de mis aventurillas podría compatir.
jajajajajajajaja buen relato
