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Ella es asi...

hechoenmxdf

Bovino maduro
Registrado
6 Nov 2009
Mensajes
181
Hola Comunidad, pues pongo mi granito de arena y solo quiero participar. De ustedes saldran los comentarios. Saludos a tod@s.

Ella es así.

No se como definirla, no tiene un significado claro en el diccionario. Es tierna, es
salvaje, es tranquila, es un llino. Puede ser una excelente amiga o una
excitante amante. ¿Por que escribo esto?...Por lo mismo, es indescifrable.

Lo mismo tiene una suave caricia, que una entrega salvaje. Lo mismo hace el
amor tiernamente que destruye con su sexo tormentoso. Las noches de martes y
jueves son excitantes, pues no se que esperar de ella. ¡Me fascina y me trastorna!

Su mirada es tierna cuando se entrega y feroz cuando llega al orgasmo. Yo
exploto dentro de ella tan solo con ver esa mirada final. Contradicción en si misma.

No se con exactitud que desea ella, si recorrer con mi lengua cada centímetro de
su piel, de sus senos pequeños, saborear sus pezones, admirar su cuerpo
desnudo tumbado en la cama a contraluz, su vagina ansiosa. O estar dentro de su
boca ansiosa de mi esencia que saborea con desesperación, furiosamente tierna.

Mientras le besaba el cuello, mis manos recorrían su cuerpo palpando cada
recodo suyo, cada parte de su anatomía. Suavemente toque sus hombros, sus
brazos, sus senos por encima de la ropa. Ella gemía y temblaba entre mis brazos.
Recorrí cuan largo es su cuello, mi lengua dejaba un rastro de sed de ella, me
bebí cada centímetro de su piel, de su olor, de su sabor.

Mis manos siguieron su camino, su espalda se curvaba de pasión, seguí...seguí.
El contorno de su pantalón me indico que llegaba al final de su espalda. Me
detuve. Aprendí de memoria su cintura. ¡Que delicia tenerla así, solo para mí!

Ella me apretujaba a su cuerpo, sus manos quemaban mi ropa, lentamente
sustrajo mi camisa del pantalón. Sus manos se escondieron detrás de la tela y
comenzó a sentir mi piel desnuda, ardiendo por sus caricias. Subió hasta mis
hombros, llego a mi cuello y los botones de mi camisa se fueron separando uno a
uno. Mi excitación aumentaba a cada botón liberado.

- Mmm...Me excitas, me enloqueces. Le dije.
- Que rico es tenerte así, me gustas. Me contestó.

Con las uñas recorría mi piel suavemente, eso me gustaba.

- ¡Que bien se sienten tus manos sobre mi piel! - Murmure en su oído.
- Si, quiero recorrerte todo, eres mío, solo mío. - Respondió mirándome a los ojos.

Y así lo hizo. Mi piel se erizo con su contacto, suave, tierno, terso. Mi pene se
tenso tanto, que el pantalón llego a lastimarme un poco. Repegué mi miembro a
su vagina, ella correspondió moviendo sus caderas, frotando su sexo con el mío.
Dejo su mano en el botón del pantalón y fue bajando lentamente hasta el cierre,
sentía crecer en mi la excitación. Toco mi pene por encima del pantalón.

- ¡Que duro se puso! - Dijo juguetona.
- Tú logras eso y más. - Respondí sonriendo.
- ¡Que bien se siente!, imagino que se sentirá mejor sin ropa. - Murmuro.
- ¿Quieres averiguarlo?
- Déjame sentirla así otro rato, después lo averiguo.
- ¡Es tuyo, haz lo que quieras con el!

Su blusa era algo escotada, así que aproveche ese detalle y baje mis manos
jalando su blusa. Su brassier quedo al descubierto. Ella dio un gemido de placer.
Mis manos volvieron a subir rozando sus senos y lo que la piel desnuda permitía
palpar. Sus dedos apretaron mi pene por encima del pantalón, yo temblé y la vi
directo a los ojos. Me regreso la mirada y nos pertenecimos desde ese momento.

Baje mis manos hasta su brassier y desnude sus senos. ¡Sus pezones estaban
erectos por la excitación del momento! Mis dedos comenzaron a recorrerlos en
círculos, ella temblaba y gemía.

En ese momento, ella desabrocho mi pantalón y bajo el cierre. Metió su mano y
encontró mi pene, lo saco y comenzó a acariciarlo de arriba abajo,
masturbándome.

- ¡No usas trusa!
- No, no me gusta usar.
- Mmm, que excitante.
- ¿Te gustó?
- ¡Me encanto descubrirte así...me gusta mucho!

Baje mi cabeza y mi boca llego hasta sus senos. Mi aliento fue lo primero que
sintió, luego mi lengua y después mis dientes mordiendo suavemente sus
pezones. A cada caricia dada a sus senos, sus manos reaccionaban apretando mi
pene.

- ¡Chúpalos...si...muérdelos...ricooooo!
- ¡Si...que ricos pezones tienes!

Mis manos bajaron otra vez hasta su pantalón, ya me estorbaba. Las puse detrás
de su espalda y las baje hasta palpar sus nalgas, duras. Las acaricie suavemente
y la apretuje contra mí. Mis manos se movieron hasta su cintura, recorrí toda su
cintura, llegue hasta el botón del pantalón, lo desabroche, baje el cierre y metí mi
mano. Su pubis me dio la bienvenida y los bellos se enredaron entre mis dedos.
Ella hizo movimientos más rápidos en mi pene, eso me excito mucho más. En ese
momento, baje su panty y metí mi mano, estire un dedo y busque la entrada de su
vagina...caliente...húmeda...Encontré su clítoris y ella gimió.

- ¡Si...que rico...!

Se fundió a mis labios con un beso salvaje. Dejó de sobar mi pene y me abrazo
fuertemente. Mi dedo seguía acariciando su clítoris, ella meneaba sus caderas.

- ¡Me encanta...sigue...sigue...estoy a punto de terminar...!

Seguí acariciando su clítoris, subiendo de velocidad. De pronto se tensó y su
orgasmo fue tan intenso, que su rostro se enrojeció y tembló entre mis brazos.

- ¡Ahhgg...que rico...que rico!.

Quedó quieta, tan quieta y tan satisfecha.

Pasado el momento, me quito la camisa y bajó mis pantalones hasta los tobillos.
Besó mi pecho y comenzó a bajar lentamente. Mi vientre estaba tenso. Llegó
hasta mi pene y lo acaricio con sus manos. Su aliento quemó mi miembro y sentí
la humedad de su boca. Solo me dejé hacer y disfrutarlo.

- ¡Que rica mamada me estas dando!

- ¡Quiero sentirte dentro de mi boca!

- ¡Mi verga es toda tuya, haz con ella lo que quieras!

Bajé la vista y vi su cabeza haciendo un movimiento de péndulo tan sensual, que
me excité tanto que le jalé el cabello. Mientras mi verga entraba y salía de su
boca, ella rozaba con sus dientes mi glande, era una sensación bastante
placentera. Una delicia estar y sentirla así.

Con su lengua recorría mi pene de arriba abajo, llegaba a los testículos y los
besaba tiernamente. Luego, de nuevo su aliento me inundaba de placer. De
pronto, quedé gratamente sorprendido. ¡Se la introdujo toda en su boca!...Se
quedó así unos segundos, su garganta apretaba mi glande.

- ¡Que ricoooo...que ricoooo!

Tuve tantas ganas en ese momento de terminar en su boca y darle gusto a su
petición. No...quiero tener un orgasmo mayor en otra parte de su cuerpo.

- ¡Termina, quiero saborear tu semen! Me dijo con voz melosa y sensual.

- No, te daré ese gusto más tarde. Antes te daré una sorpresa.

- ¿Es una sorpresa agradable? - Preguntó sorprendida.

- Por supuesto, no te haría daño, y creo que te gustará, ya lo verás. - Le afirmé.

Que trabajo me costó contener ese orgasmo. Sí, lo acepto, hubiera sido muy
placentero terminar en su boca en ese instante; sin embargo, aposté por otro
momento. Quiero disfrutar antes todo su cuerpo, cada cacho de piel suya, cada
gota de su sudor.

La separe de mi pene. Fue redescubriendo con su lengua mi piel nuevamente
hasta llegar a mi boca.

La besé tiernamente saboreando sus labios con ternura más que con pasión.

La fui desnudando, quitándole cada prenda de su ropa, hasta ver su piel tersa y
suave, llena de deseo por mí.

Estiré mis manos, toqué sus senos, sus pezones. Bajé una mano por su vientre
hasta llegar a su vagina, la cual volví a sentir su caliente humedad. Mis dedos
volvieron a penetrar esa parte de su cuerpo, deseosa de ser satisfecha, ansiosa
por placer y sexo conmigo.

Besé su cuello y bajé por su pecho hasta sus senos, los besé, los metí en mi boca
y mi lengua jugó con sus pezones. Ella cerraba los ojos y apretaba mi cabeza
contra su pecho. Mis manos acariciaban sus nalgas temblorosas. Ella terminaba
de desnudarme, no solo el cuerpo sino también el alma. Quedamos totalmente
desnudos y nuestros cuerpos se fundieron en un abrazo suave y calido, sintiendo
la tersura de nuestras pieles, de pie juntos.

La fui llevando con pasos cortos rumbo a la cama. La recosté con ternura. Le di
otro beso largo y profundo. Fui bajando despacio por su piel desnuda. Llegue
hasta su sexo y me sumergí en ese mar caliente y húmedo. Abrió sus piernas y
descubrí su intimidad.

- ¡¡¡Siii...quiero sentir tu lengua recorrer toda mi vagina!!!

- Ya verás, solo cierra los ojos y disfrútalo.

Con mis dedos abrí su sexo y acerqué mi lengua. Dio un gemido quedo y sensual.
Comencé a recorrer toda su vagina con mi lengua. Primero sus labios vaginales y
después su cavidad. Toda completa. Mi lengua subía y bajaba por todo su sexo.
Por fin llegue a su clítoris. Me lo bebí por completo. Con movimientos combinados
entre rápido y lento, descubrí su sabor. Ella gemía y gozaba como loca.

- ¡Sigue así...mámame mi vagina...sigue así...sigue así...!

No quise que terminara otra vez, así que separé mi boca de su sexo. Me acomodé
entre sus piernas y guié mi pene a la entrada de su vagina y lo moví varias veces
entre sus labios vaginales.

- Siente mi verga en tu vagina... ¿te gusta?
- Siii, se siente rica.

- ¿Quieres tenerla dentro?

- Siii, métela yaaaaa...Toda completa hasta adentro.

- Pídeme que te meta mi verga.

- Méteme toda tu verga, ya la quiero sentir.

- Pídemelo más fuerte.

- ¡¡¡Méteme toda tu verga yaaa...hasta los huevos!!!

La dejé a la entrada de su vagina y la miré fijamente.

- ¿La quieres ya?

- Siii...ya métela.

De un golpe la penetré. Ella tensó todo su cuerpo.

- ¿La sientes?... ¿Te gusta?

- Siii...que rica verga tienes...me encanta...

Comencé a moverme ya dentro de ella. Sus manos crispadas acariciaban mi
espalda. Mi cadera comenzó a moverse con más fuerza y mas rápido, ella
correspondía y nuestros movimientos se acoplaron acompasados y rítmicamente
en ese mete y saca lleno de pasión. El sonido que hacían nuestros sexos en
acción excitaban más los sentidos.

- ¡Cógeme...cógeme más...!

La complací.

- ¡Que rica vagina tienes...caliente...golosa...húmeda!

- ¿Te gusta mi vagina?

- ¡Me encanta tu vagina!

Después de un rato haciéndoselo así, me separé. La acomodé de espaldas a mí,
ella en sus rodillas. Palpé su ano con mis dedos, ella no dijo nada. Ensalivé un
dedo, y lo puse ahí. Fui penetrando su ano con mi dedo para que se dilatara, ella
solo gemía y a ciencia cierta no sabía por que. Mi dedo penetro todo y lo deje dejé
inmóvil un momento para que su ano se acostumbrara a él. Comencé a sacarlo y
meterlo suavemente para no lastimarla. Con mi otra mano acariciaba su vagina.

Por fin puse mi pene en su ano y comencé a penetrarla lentamente. Mi verga se
fue perdiendo en esa cavidad, entre su ano.

- ¿Quieres sentirme así?

- ¡Si quiero...mételo por mi ano!

Entro todo. Comencé a penetrar su ano, cuidando para no lastimarla, fui subiendo
la velocidad poco a poco. Nuestros movimientos se sincronizaron y seguí
penetrando su ano, mientras mis manos acariciaban sus nalgas y su vagina, sus
senos.

- Mmm...me gusta tu ano, me encanta.

- ¿De verdad te gusta?

- ¡Me encanta estarte cogiendo así!. - Le dije.

- ¡¡¡Siiii...a mí también que me cojas así!!!. - Respondió con voz excitada.

De pronto tensó su cuerpo, supe que tendría otro orgasmo.

- ¡¡¡Me vengo...me vengooo...termina conmigo!!!

- ¡¡¡Siiiii...terminemos juntos!!!

Solo sentí su cuerpo ponerse rígido y de su boca escapó un gemido largo y
placentero. Temblaba por completo.

- ¡¡¡Yaaaa...yaaaa...yaaaa!!!

Apretó su ano y comencé a sentir su orgasmo.

- ¡¡¡Un poco mássss...un poco mássss!!!

Ella terminó y yo seguí empujando mi verga dentro de su ano. No tardé mucho en
sentir las ganas de venirme.

Me separé de un golpe de su ano. Busqué su boca.

- ¡¡¡Mámamelaaaa...mámame la verga!!!

Ella abrió su boca y mi verga desapareció en ella.

Comenzó a meterla y sacarla en su boca, hasta la garganta. Sentía enloquecer de
placer.

- ¡¡¡Ya voy a terminar...me vengoooo!!!

Ella la metió hasta el fondo de su boca y yo expulse todo mi semen. Un orgasmo
tremendo me llego inundando su garganta con mi semen.

- ¡Que ricoooo...que ricoooo!

Quedé quieto...vacío.

Ella siguió chupando mi verga hasta que se salió la última gota de semen.

Me recosté a su lado. Los dos desnudos en esa cama.

- Que rico coges. - Le dije.

- ¿Si? Tú también coges muy rico.

- Entonces... ¿te gustó coger conmigo?

- ¿La verdad?...mmm... ¡Sí! - Respondió traviesa.

- ¿Se volverá a repetir? - Pregunté inquieto.

- No lo sé...quizá algún día. - Respondió un poco seca.

- Por lo pronto, esta será la primera vez. - Comenté para darle una señal de ánimo

- O quizá...la última. - Respondió con un tono muy serio.

No sabemos si volveremos a coger. Lo único que sé es que por ese momento nos
entregamos y nos pertenecimos mutuamente. Lo demás no importa, solo el
momento, o eso quiero hacerme creer.

Ella es así.

Por eso me gusta, por que no sé que esperar de ella.

Quizá nunca vuelva a recibir un beso suyo, o quizá volvamos a coger otra vez con
más pasión. Quizá se quede a mi lado o de pronto se vaya para siempre.

Ella es así...y por eso me gusta.
 

espelii

Becerro
Registrado
23 Nov 2012
Mensajes
1
Gracias por el aporte, muy buen relato, me transportó a varias ocasiones en que algo parecido a sucedido.
 

Drowsee

Bovino maduro
Registrado
20 Feb 2009
Mensajes
114
Buen Relato, me recordaste a una chava de Guadalajara, que es casada!
 
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