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El Regrso de mis Gatitas

Yarina

Bovino adolescente
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21 Oct 2008
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51
UNA SORPRESA DUDOSA

Una vez en mi apartamento no sabia que es lo que me pasaba estaba como descontrolada, supuse que era por que aquella cosa había sido sacada de dentro de mi y tenia como mas energía, pensé que lo mejor seria tomar una ducha y relajarme, fui al cuarto baño y empecé a desnudarme podía sentir el roce de cada pieza de ropa contra mi piel, era como si me excitara inconscientemente.

Abrí el grifo de la ducha y deje que el agua hiciera su trabajo y me calmase, resbalaba por mi piel haciéndome sentir de una forma diferente a todas, pensé que me relajaría pero cada gota que caía sobre mi piel me ponía peor aun.

No tarde mucho en salir y ponerme el albornoz empecé a cepillarme el pelo y al momento sonó la puerta no tenia ni idea de quien podía ser a estas horas, solo tenia ganas de acostarme y descansar.

Cuando abrí la puerta vi que se trataba de Akiko y que a su lado estaba Berenice al parecer ya estaba cansada de estar en ese sitio y podía entenderla.

-- Vaya…que supresa… ¿Te encuentras bien Berenice…? …-- pregunte extrañada por la hora que era.

-- Si claro solo que como ya no había motivo…para estar allí y habías vuelto…no tenia mas motivo estar…-- dijo Berenice sonriendo, aunque en mi mente se pasearon mas de una cosa que no estaba relacionada con eso, me alegre mucho que estuviera bien.

-- Gracias Akiko…ahora es mejor que te vayas…debes de estar cansada y es tarde…-- dije casi obligándola a irse mientras Berenice entraba.

-- ¿Te encuentras bien Amanda…? …No se… te encuentro… rara…-- pregunto Akiko por el tono de mi voz y no era de extrañar incluso yo me preocupe momentáneamente, pero no le preste atención alguna.

-- Me encuentro perfectamente…Y ahora es mejor que te vayas…hazlo por favor…-- respondí casi amenazadoramente, sabia que había dicho aquellas palabras pero no podía creérmelo.

-- Bueno de acuerdo…si necesitas algo…-- dijo Akiko sin poder terminar la frase cerré la puerta delante de ella.

Mire a Berenice que se encontraba frente al televisor mirándolo apagado extrañada intentando averiguar como se encendía, me fui acercando hasta ponerme delante suya.

-- Sabes me esta apeteciendo… tener un poco de diversión…-- dije casi haciendo resbalar aquellas palabras por mi boca, pero era increíble casi no me lo creía estaba como desatada, pero no podía dominarme, al parecer lo que dijo la señora Quan de la corrupción estaba empezando a afectarme, pero no me daba cuenta.

-- Bueno podemos ver eso de la televisión…-- dijo Berenice casi sin saber a lo que me refería pero enseguida empezó a entender.
En ese mismo momento mis labios empezaron a besar los suyos tímidamente con pequeños movimientos, mientras una de mis manos se aferraba a su pecho y empezaba a masajearlo lentamente moviéndolo sin prisa sintiendo como su pezón empezaba a endurecerse lentamente los gemidos de Berenice se hicieron mas fuerte notaba como su pecho subía y bajaba rítmicamente con su respiración, al instante aplique mis labios contra ella con fuerza inusitada y empecé a meter mi lengua en su boca saboreándola por completo quería que jugasen una con la otra, las manos de Berenice bajaron hasta mi trasero que agarro con fuerza, mientras que en mi abdomen comencé a notar como su miembro iba creciendo por momentos, aquel beso no se ni cuanto duro solo sabia que quería disfrutarla en mi boca no perder su sabor nunca, mis pensamientos volaban imaginando su cuerpo y su gran miembro dentro de mi llenándome, incluso mi sexo hormigueaba cada vez que pensaba en el.

Separamos nuestros labios con un hilo de plata entre ellos, mi boca fue bajando lentamente deteniéndose para saborear los pezones, pasando mi lengua rodeándolos sintiendo su dureza en mi boca, los gemidos de Berenice estaban exaltados incluso note como sus manos se ponían en mi cabeza haciéndomela bajar suavemente, no podía aguantar mas lo deseaba tanto como yo, así que decidí no hacerla esperar mas.

Baje directamente a su miembro y allí estaba increíble, erguido desafiante delante de mi, lo agarre con la mano sintiendo su dureza y como palpitaba cada vena en la palma de mi vena incluso su calor casi quemaba, su olor me embelesaba era casi hipnótico, empecé besando el glande con aquellas pequeñas protuberancias solo un pequeño beso, mire por un momento la cara de Berenice que estaba completamente sonrojada y jadeante deseosa de que empezara de una vez.

Pase mi lengua nuevamente saboreando su sabor salado, solo por encima dejando que mi saliva resbalara por el, dejándolo brillante y de un golpe lo engullí en mi boca mi lengua se movía, incluso mis mandíbulas me dolían un poco por lo grande pero no me importo seguí engullendo aquella cosa, sus venas apitaban mucho mas rápido su dureza era increíble y su calor no lograba apagarlo con mi saliva si no que estaba mas caliente aun y eso me encantaba, su sabor era salado y delicioso mejor que cualquier manjar, intente que mi lengua jugueteara con esas pequeñas protuberancias, y es cuando los gemidos de Berenice se exaltaron mucho mas, parecía ser que ese era el punto exacto y me aproveche de el, empecé a chuparlo con fruición como si no hubiera otra cosa en mi vida que aquello, mi saliva se desbordaba de mi boca, cada vez iba mas deprisa mientras mi mano seguía moviéndola al compás que mi boca, las manos de ella no paraban de moverme adelante y hacia atrás en un ritmo frenético casi terminaba ahogada pero no me importaba, en un instante el cuerpo de Berenice se convulsiono y un grito de placer invadió el apartamento como tantas otras veces al compás sus manos me atrajeron de golpe clavándome aquello hasta la garganta la sentía como me la dilataba y casi podía ahogarme, sentí como incluso sus venas se hacían mucho mas grandes y como la parte baja de su sexo se endurecía, y al momento sentí un rió de esperma recorrerme la garganta era caliente, espeso y con gusto empecé a tragarlo iba directamente a mi estomago, su sabor me pareció delicioso quería mas y mas de ella toda su esencia desbordaba mi estomago incluso en un momento no pude llegar a tragar mas mis ojos casi se ponen en blanco notaba como salía por las comisuras, y manchaba el albornoz, pero no me importaba, casi acabando Berenice soltó y ambas caímos al suelo, ella parecía satisfecha pero yo no lo estaba quería mas.

Me quede por un momento mirándola, aun erguida y goteando esperma como si de una fuente se tratase. Y como su pecho subía y bajaba rítmicamente mientras jadeaba de placer, yo por mi parte me relamía lo que tenía por mis labios, no quería dejar que nada se desperdiciase de aquel líquido maravilloso.

Me quite el albornoz y de un movimiento me puse encima de ella, Berenice se me quedo mirando sorprendida por mi comportamiento incluso yo estaba asustada de lo que estaba haciendo.

Me coloque de pie encima de ella y empecé a bajar lentamente hasta que sentí su glande en la entrada de mi sexo que me hormigueaba como loco por sentirla dentro, mis flujos empezaban a salir fuera mojándolo como si estuviera lubricándolo, y de un golpe me introduje la cabeza de su sexo, fue una sensación indescriptible sentir como aquellos pequeños apéndices, parecieran que se aferraban a mi interior, empecé a bajar lentamente quería sentirlo centímetro a centímetro como me invadía lentamente como aquel sexo me llenaba, era una sensación maravillosa, mientras bajaba notaba como sus venas palpitaban por el calor de mi interior, cuando al final entro por completo emití un pequeño grito de dolor por la longitud incluso podía sentirlo en la puerta de mi útero, la cara de Berenice era una apología del placer, estaba sonrojada por completo y su respiración era agitada lo mismo que la mía casi iban a la par, me agache un poco y coloque mi manos en sus pechos y los peones duros como piedras entre mis dedos apretándolos con fuerza, Berenice emitió un grito mientras sus manos se aferraban a mi cadera, en ese momento comencé a bajar y a subir lentamente, acostumbrándome a aquel miembro que me invadía por completo y se aferraba a mi interior calido y húmedo, que lo acogía con lujuria desenfrenada, notaba como mis flujos salían de mi interior y resbalaban por mis muslos mojándomelos y abrillantando su miembro, una vez acostumbrada a su tamaño y grosor, empecé a moverme mas rápidamente subiendo y bajando haciendo que su glande golpeara contra mi útero a cada movimiento gritaba con pasión desenfrenada lo mismo que Berenice, aquello era un desenfreno sin igual, quería seguir empalada siempre por ella que me destrozara por dentro que me invadiera por completo sentirla como perforaba mi interior, en cuanto baje y la sentí por completo dentro de mi, note como aquellas protuberancias se aferraban a mi interior y no me dejaban subir mas, su cuerpo se enrosco haciéndome bajar sobre su cuerpo y sentir como sus pezones duros se rozaban con los míos, empezamos a jadear a la vez sintiendo incluso como nuestros corazones latía al mismo tiempo, su cuerpo empezó a enroscarse casi por completo sin dejarme moverme, y al instante sentí como me inundaban con esperma caliente y empezó y como aquellas protuberancias abrían la entrada de mi útero, para tener mas facilidad, y de un movimiento de su cuerpo note como su glande entraba dentro de el, solo pude emitir un grito aunque nos e si fue del placer o de dolor era increíble había llegado a lo mas profundo y me sentía llena caliente y mas lujuriosa que nunca no quería que esta sensación acabara nunca, mientras tanto Berenice y yo nos fundimos tanto en cuerpo como en gritos de placer, aquello prosiguió como unos cinco minutos me sentía llena incluso note como mi estomago creía un poco por lo que había soltado dentro de mi parte de el salio afuera mojándonos a ambas. No pude mas que besarla con pasión mientras me llenaba con su lujuria, cuando paso en tiempo se desenrosco y yo caí rendida a su lado con mi estomago lleno y recuperándome mientras mi sexo no paraba de convulsionarse soltando pequeños chorros de semen.

Cuando me hube recuperado un poco me levante algo mareada pero aun con el placer dentro de mi y el estomago un poco embotado aquello me hacia recordar las primeras veces que estuve con Rubí y las demás no había sentido aquella sensación desde hacia mucho tiempo y era muy agradable, no me quedaba otro remedio que volver a ducharme, esta vez parecía que estaba mas calmada peor hasta cuanto duraría esto, casi al instante de meterme en la ducha, note como Berenice también entraba conmigo y se disponía a lavarme la espalda con suavidad me gire para poder verla y tenia las mejillas completamente sonrosadas, parecía que aquella sesión había sido para ella mucho mas que cualquier otra vez que lo hubiera hecho.

-- No hace falta que me laves la espalda…de verdad…no te preocupes…lo siento por lo que ha pasado hace un rato…-- dije algo preocupada por ella, aunque parecía que no debía estarlo.

-- No te preocupes…esto era parte de mi trabajo…en donde estaba…y hoy ha sido maravilloso…nunca me había sentido así…en donde servia siempre era yo la que tenia que ir a por mi ama…nunca vinieron por mi…ha sido muy diferente…y estoy contenta por ello…-- dijo Berenice mientras me abrazaba y el agua nos purificaba a las dos por un instante me sentí incluso hasta a gusto conmigo misma, pero sabia que la corrupción se estaba apoderando de mi y tenia que hacerla retroceder, pero tenia que haber alguna forma que no fuera volver a permitir que el Senri entrara en mi nuevamente.

-- Bueno es hora de ir a dormir mañana… tengo que levantarme temprano para ir al…instituto…-- dije mientras me ponía la ropa interior; era un tanga de color azul celeste y con algo de encajes en la parte de superior, y las cintas ajustadas a la cintura.

En cuanto me metí en la cama, Berenice me siguió volviéndose a enroscar a mi cuerpo, aquella vez en vez de sentirme segura me sentía como mas excitada, pero no podía, tenia que controlarme lo que pudiera y despejar mi mente.

La noche paso sin ningún contratiempo dormí de un tirón completamente, en cuanto sonó el despertador zarandee un poco a Berenice para que se despertara, en cuanto me metí en la ducha, ella se dispuso a hacer la cama, al parecer tenía una criada a tiempo parcial, pero de todas formas me alegraba que estuviera aquí.

Me di una ducha rápida y me quede por un momento mirando la ropa interior y no se me ocurría nada así que decidí ponerme el sujetador sin copa me pareció una buena idea, pero esta vez quise cambiar un poco sin pensarlo escogí un portaligas y unas medias de color negro con blonda de encaje, también me puse una falda, de color azul con unos dibujos de estrella no mas alta de las rodillas y con algo de vuelo en el torso me decidí por una camiseta sin mangas de color rosa apagado y una chaqueta vaquera ligera encima de color negro apagado casi gris, inmediatamente fui a la cocina y vi como Berenice estaba mirando por todas partes como hacer alguna cosa, me quede mirándola por un momento como se frustraba me pareció hasta divertido pero no era momento para perder tiempo; le enseñe básicamente algunas cosas, pero sin llegar a la vitro cerámica para que no se liara aun mas, cogí una tostada y tome algo de zumo y salí corriendo tenia que coger el autobús y no llegar tarde al bajar a la calle supe que aquel día iba a ser de calor, decidí dejar a Berenice en casa con la tele puesta la menos se distraería algo y esperaba que no cometiera ningún estropicio, aquella situación me hizo recordar a Rubí, cuando la deje por primera vez en casa, solo pude mas que reírme un poco.

En las calles ya empezaban a oírse el ruido de costumbre del trafico, pero esta vez los sonidos no eran tan fuertes incluso los colores estaban un poco mas apagados de costumbre y de momento no había sentido ningún impulso sexual a lo mejor solo fue una fase de acomodamiento de mi cuerpo, o eso esperaba que fuera.

Tome el autobús de siempre casi vació y me senté donde costumbre al fondo, empecé a mirar por la ventanilla esta vez no había obras y no tardamos tanto en llegar, en cuanto llegue atravesé los jardines del instituto mirando hacia todas partes como de costumbre parecería una tontería pero echaba de menos a Catia y a sus amigas, acelere la marcha no quería llegar tarde a las clases, al entrar observe que estaban casi todos, al parecer esa mañana habían madrugado mire hacia todas partes intentando ver si estaba Alexa por algún sitio pero no la vi lo mas seguro se habría retrasado.

En cuanto me senté, mire de reojo a la clase y me di cuenta que no me apartaban ojo de encima sobre todo los chicos, la verdad no entendía el por que tan, provocativamente iba vestida no podía ser eso, me gire para ver que era lo que pasaba, y enseguida observe que tenían los ojos rojos el ambiente se había vuelto enrarecido por completo, y ese olor asqueroso empezaba a invadir la clase, las paredes parecían derretirse y detrás de ellas podían verse como una grandes venas palpitar, incluso la cara de mis compañeros parecían que se deformaran a cada momento, no pude mas que cerrar los ojos, esperando que todo se disipara, no podía ser no tenia al Senri que es lo que quería Ábrahel de mi.

Enseguida note una mano en el hombro y abrí los ojos, por suerte aquella visión me alegro mucho era la de Alexa allí estaba con su sonrisa de costumbre, vestida con una blusa algo abierta y provocadora de color blanco, a través de ella podía verse un sujetador de color rosa con encajes, llevaba un pantalón corto que le llegaba un poco mas por encima de las rodillas de color celeste y ajustado a su figura, y en las piernas unas medias de color rojo, sus pies lucían unos zapatos de tacón de color negro y abiertos en la punta tenia los dedos de las uñas pintadas de negro.

-- Buenos días… ¿Te ocurre algo…? …Ayer Akiko me llamo preocupada…-- pregunto Alexa sonriéndome, mire de reojo la clase y me di cuenta que todo aquello había desaparecido y todo estaba como siempre.

-- Buenos…días…No para nada no me ocurre nada…solo que andaba algo cansada y quería relajarme eso es todo…-- respondí sonriendo falsamente, ni siquiera recordaba que la obligara a irse esto iba cada vez peor.

-- Me alegro que estés bien…-- dijo Alexa sonriéndome y en cuanto se sentó a mi lado entro Verónica esta vez iba vestida con los típicos pantalones de licra negros brillantes en sus pies portaba unos zapatos de tacón de color beige, en su torso una blusa de color gris perla con botones negros esta ves el pelo lo llevaba suelto completamente, me quede por un momento mirándola fijamente recreándome en sus curvas y en sus pechos que pude saborear aquella noche.

-- Buenos días a todos…empezare por pasar lista…a propósito tendremos un examen sorpresa…-- dijo Verónica con seriedad, la verdad si supieran como era de verdad mas de uno saltaría, aunque aquellas palabras “examen sorpresa” no hicieron mucha gracia entre ellos.
En cuanto acabo de pasar la lista empezó a pasar las hojas de los exámenes que pusimos boca abajo como de costumbre esperando su señal de comenzar.

-- Recordad que tenéis una hora…solo espero que hayáis estado repasando…y buena suerte a todos…-- dijo Verónica con tono casi sarcástico sabia de sobra que yo acababa de entrar nuevamente y no tenia casi ni idea, y aparte en lo que mas me fijaba ahora mismo era en la figura de Alexa que cada vez me excitaba mas.

En cuanto le di la vuelta al papel la cabeza se me hizo un lió, no tenia ni idea bueno al menos respondería una pregunta bien la de mi nombre, empecé a mirar a ver si encontraba algunas respuestas que pudiera hacer, aquella hora se me iba a hacer eterna, de vez en cuando miraba pasar a Verónica entre las mesas mirando por si pillaba a alguien copiar, veía como Alexa al menos estaba respondiendo a algunas tomándose su tiempo.

Entre tanta pregunta al menos pude encontrar tres de ellas que me resultaban familiares, y pude responderlas esperaba que entre las que nos habían puesto fueran suficientes, una vez hube acabado se lo entregue a Verónica y salí al pasillo esperando a que Alexa terminara y por lo menos poder hablar de algo con alguien, nunca me había fijado de lo solitario que era el pasillo cuando no estaba nadie, mire hacia un lado y otro y no veía a nadie, alce la vista y note como las luces parpadeaban levemente lo mas seguro algún fluorescente que no estuviera ajustado, casi al momento las luces del fondo empezaron a apagarse lentamente una detrás de otra, aquello ya no empezaba a gustarme en absoluto, intente abrir la puerta de la clase para entrar pero estaba como atrancada me quede en el sitio, mi miedo iba en aumento, estaba mirando hacia todas partes aquella oscuridad parecía engullirme por momentos era como si me asfixiara.

En un instante escuche como unas voces de tono femenino como si salieran de la oscuridad, al principio casi ni las entendía pero cada vez se hicieron mas entendibles, era como si susurraran al oído: “Lujuria”, “Deseo”, “Pasión”, …al principio pensé que eran ilusiones pero cada vez se hacían mas reales aquellas voces empezaban a clavarse cada vez mas, me lleve las manos para tapármelos y no escucharlas pero resultaba casi imposible, se me habían metido dentro de mi cabeza, al principio resultaban amenazadoras e intimidantes pero poco a poco es como si fueran agradables y tentadoras, en ese momento todo volvió a recuperar su aspecto normal y note como alguien me ponía una mano en el hombre gire la cabeza y vi que era Alexa sonriéndome y algo extrañada.

-- ¿De verdad te encuentras bien…? …-- pregunto Alexa extrañada por mi comportamiento.

-- Si estoy bien…no te preocupes… ¿Qué tal te ha salido el examen…? …-- respondí interesándome por lo que había escrito.

-- No ha salido mal pero la verdad…a veces creo que se pasa…solo espero aprobar…-- dijo Alexa con cara de preocupación, aunque la verdad me importaba poco lo que hubiera escrito solo quería tenerla entre mis manos y esa era una situación de lo mas morbosa posible.

-- Sabes de lo que me esta entrando ganas…-- dije susurrándole a su oído, cosa que le provoco un cosquilleo.
-- ¿Aquí y ahora…? …no podemos hacerlo…puede salir cualquiera de la clase…-- respondió Alexa un poco asustada.

-- Te acuerdas de lo del autobús…lo hiciste con toda esa gente…-- dije haciéndole recordar aquella experiencia, aunque fue de lo mas agradable, mi mente ya empezaba a jugar con imágenes de ella gimiendo, incluso mi sexo ya empezaba a mojarse lentamente, ya empezaba a notar la humedad en mi ropa interior, no faltaría mucho para notarla descender por mis muslos.

-- Pero aquello fue distinto…había mas gente para taparnos…-- dijo Alexa, en ese momento le coloque mis labios contra los suyos sin dejarle acabar la frase, y mi pierna entre las suyas apretando su sexo un poco con mi rodilla, mientras mi mano agarro uno de sus pechos por encima de la ropa, sentía la suavidad de sus pecho, en mi mano como la ocupaba por entero, pero sin salirse por ningún sitio, y sus pezones se iban endureciendo cada vez mas deprisa, en ese momento me aparte dejándola respirar un poco y que recuperara el aliento.

La observe y tenia las ojos cerrados casi embelesada por lo que acababa de hacer, era increíble estaba como descontrolada completamente, veía lo que estaba haciendo pero no podía detenerme, aunque aquella sensación me encantaba.

-- No…podemos…hacerlo…aquí…-- dijo Alexa mientras jadeaba y mi mano seguía masajeando su pecho, lentamente sin prisa alguna.

-- Tu déjame a mi quiero hacer…una cosa…-- dije muy valientemente, ni siquiera me importaba si alguien salía de la clase y nos viera.

Me agache un poco y mis manos desabrocharon su pantalón lentamente sin prisa saboreando el momento y mirando a la cara de Alexa que cada vez se enrojecía mas, no sabia que hacer estaba como paralizada por el placer, cuando baje aquel pantalón descubrí, una ropa interior de color rojo pasión adornada por un lacito pase mis manos por su sexo y empecé a notar la humedad que ya la invadía, mis dedos jugaron un poco por encima de su ropa interior aunque la verdad era un tanga.

Cuando tuve los dedos bien empapados los saque se su interior y levante mi mano e introduce mis dedos en su boca para que los chupara cosa que hizo con fruición note como su lengua se paseaba entre ellas limpiándolos por completo y mojándolos como si los preparara para lo que se avecinaba y no se equivocaba en nada.

Una vez los tuve bien mojados de su saliva que incluso goteaba por ellos los baje y con mi otra mano abrí su sexo y fui introduciendo mis dedos lentamente, viendo como Alexa ponía una cara de placer increíble tenia que cerrar la boca y no emitir ningún sonido si no podrían descubrirnos, mientras los iba introduciendo sentía cada centímetro de su interior estaba caliente húmedo y parecía incluso que me los absorbiera, llegue hasta el fondo notando la entrada de su útero en ese momento Alexa dio un pequeño gemido que no pudo retener, estaba como en la gloria, de mientras yo veía como su sexo rezumaba flujos que mojaban sus muslos y mi mano, lo sentía caliente y pegajoso, pase la lengua saboreándolos, sintiendo su sabor, mis dedos empezaron a moverse lentamente haciéndole que se mordiera los labios para no gritar, iba muy despacio entrando y saliendo notando como sus paredes vaginales hacían fuerza aprisionándolos, con mi otra mano empecé a frotarle el clítoris haciendo suspirar mas su pecho bajaba y subía de sobremanera, la respiración era agitadísima no sabia ni donde poner sus manos, y yo solo quería que disfrutase lo mismo que yo lo estaba haciendo aunque de otra manera todo aquel placer que le estaba provocando era como si me estuviera alimentando de alguna forma, los movimientos de mi mano empezaron a ser mucho mas fuertes y rápidos quería que llegase al clímax cuanto antes y empecé a acelerar los movimientos entrando y saliendo de ella con fuerza con cada empuje llegaba a lo mas profundo de su interior, en su cara podía verse la lujuria y el deseo en un momento dado pensé que aquellos dos dedos no eran suficiente e introduce uno mas cosa que en unos cuantos empujones note como si su sexo envolviera mis dedos aprisionándolos y como una riada de flujo los invadiera cosa que saque con rapidez mi mano de ella y aplique mi boca a su sexo haciendo que todo su flujo inundara mi garganta caliente y espeso casi me llegaba a quemar, mientras mi lengua entraba nuevamente dentro de ella haciéndole morderse los labios aun mas, no quería que terminara su orgasmo era maravilloso sentir su sexo en mi boca caliente y deseoso de mas quería mas de ella, en ese momento, me di cuenta que podían pillarnos y no podíamos seguir mas haciendo eso.

Retire mi boca empapada por su orgasmo y vi la cara de Alexa con los ojos cerrados y casi desmayada del placer, necesitaba que reaccionara me limpie un poco e intente arreglarla para que al menos no la pillaran semi desnuda, le golpee suavemente en la cara para que reaccionara y por suerte lo hizo a tiempo por que de la clase salieron unos cuantos que habían terminado el examen, aunque se nos quedaron mirando por unos momentos sobre todo a Alexa que tenia la cara aun roja como un tomate.

-- ¿Te encuentras bien…? …-- pregunte mirándole a la cara que aun estaba extasiada.

-- Me siento…en el paraíso…-- dijo Alexa aun casi jadeante por aquello.

-- Pues baja y reacciona…que no es plan que te vean así…-- dije intentando hacer que despertara de aquello que aun no se creía ni ella ni yo.

-- ¿Se puede saber…que te ha pasado…? …estas irreconocible…antes no hubieras hecho esto ni loca…has vuelto de allí cambiada totalmente…-- pregunto Alexa por el cambio de mi comportamiento y era normal que lo hiciese.

-- Si te digo la verdad…no se lo que me esta pasando pero creo…que la corrupción de la que hablaba la señora Quan me esta afectando…estoy empezando a escuchar voces incluso mi deseo sexual esta desatado…-- dije pensando en lo que dijo la señora Quan y algo asustada por aquello.

-- Tenemos que decírselo a Verónica en cuanto salga…tiene que haber una solución a esto…-- dijo Alexa con cara de preocupación.

-- Si lo se…además se lo que podría curarme…pero eso seria mas peligroso aun…-- dije pensando en que tendría que devolver aquella cosa dentro de mi y no quería hacerlo.

-- Entonces lo que tendríamos que hacer… es devolverte el Nekomata de vuelta…-- dijo Alexa teniendo que callarse de golpe al ver salir otros cuantos alumnos de la clase.

-- Pero no quiero…me siento muy bien así es como una sensación de libertad increíble…-- dije estirándome un poco, y era verdad me había liberado por dentro pero no sabia que es lo que me podría pasar.

-- Por muy bien que te encuentres…esto puede acabar muy mal para ti…y no quiero que te pase nada…-- dijo Alexa mirándome con ojos tristones.

-- De acuerdo tu ganas…en cuanto tenga oportunidad le diré lo que me pasa a Verónica…aunque creo que no le hará gracia alguna después de lo que tuvo que hacer para ir allí y conseguir sacármelo…-- dije algo preocupada por el sermón que me daría.

En ese momento notamos como el suelo empezaba a temblar pensé que era yo la única que lo sentía pero en la clase escuche la palabra “TERREMOTO” … y enseguida abrimos la puerta de la clase y nos pusimos debajo de su marco, el movimiento era cada vez mayor y las paredes empezaban a resquebrajarse dejando unas grietas enormes, varias taquillas cayeron al suelo del movimiento, pero tan pronto como empezó termino dejándolo todo en silencio salvo los coches de las calles que tenían las alarmas encendidas.

Verónica salio de debajo de la mesa intentando calmar a los chicos y mirando por los pasillos que al igual que ella salieron los demás profesores, para ver si había pasado algo y ver que hacían.

-- Creo que esto ha sido mas que un terremoto…id al gimnasio y esperadme allí…-- dijo Verónica mientras intentaba calmar al resto de la clase.

Por nuestra parte salimos corriendo en dirección al gimnasio por nuestro camino pudimos ver a los profesores algo atareados hablando entre ellos y haciendo entrar al os alumnos, mientras el de mantenimiento estaba intentando ayudar junto con otros maestros a subir las taquillas que habían caído.

Al llegar al gimnasio notamos un olor suave a azufre, solo esperaba que no hubiera salido alguna cosa mas rara de aquel portal, esperamos por unos minutos aquí Verónica apareciera en cuanto llego se detuvo de inmediato un momento olfateando el ambiente.

-- Azufre…espero que no haya pasado nada mas por ese portal…-- dijo Verónica mientras descendíamos a toda prisa por aquel agujero.

Al llegar abajo vimos las estatuas resquebrajadas y algunos cascotes habían caído al suelo por el temblor y al mirar al portal nos quedamos de piedra, no podía ser que hubiera vuelto era imposible, pero allí estaba.

-- No puede ser…pero si la enviamos a una prisión… ¿Cómo ha regresado…? …dime que no es cierto…-- dije mientras intentaba asimilar aquello, mis ojos no daban crédito.

-- La Gran Madre!!! …-- exclamo Alexa en cuanto llego abajo y pudo verla.

Efectivamente allí estaba tirada en el suelo, su cuerpo echaba humo lo mas probable de donde había estado, pero no podía ser esa prisión se suponía que era eterna.

La Gran Madre empezó a despedazarse lentamente mientras abría los ojos algo confusa y mareada, intento ponerse de pie, por un momento se nos quedo mirando extrañada y con sorpresa lo mismo que nosotras a ella que no salíamos de nuestro asombro.

-- ¿Amanda…? …¿Alexa…? …¿Verónica…? …¿Se puede saber que demonios hago aquí…? …-- dijo La Gran Madre mientras recuperaba el equilibrio.

-- Amanda retrocede…a mi me gustaría saber lo mismo… ¿Cómo te has liberado…? …¿Y a que has venido…? …-- pregunto Verónica haciendo retroceder unos pasos y poniéndose ella delante mientras que Alexa hacia lo mismo escondiéndose detrás de mí.

Me quede un momento mirándola, repasándola y la sensualidad que emanaba de todo su cuerpo, sus curvas tentadoras y sobre todo su sexo, maravilloso y muy apetecible, solo pude mas que relamerme de gusto; pero sabia que tenia que contenerme como fuera así que intente mantener mi mente fría intentando pensar en otra cosa.

-- Si te digo la verdad…no se ni como he llegado…me acuerdo de la pelea que tuvimos de cómo agarre a Aloqua y fui absorbida por ese portal…me encontraba en un sitio oscuro, vació, frió…y flotando por toda la eternidad con alguien que te odiaría…de pronto sentí un temblor y vi una luz brillante…pensé que no podía ser peor que ese sitio…así que me dirigí hacia ella…y aquí estoy…y no te preocupes no vengo…para liar mas las cosas…además puedes decir a la otra súcubus que aparezca no merece la pena que este escondida…-- dijo La Gran Madre explicando todo lo que había pasado, aunque lo ultimo que dijo dejo a Verónica desconcertada.

-- ¿Qué otra súcubus…? …No hemos venido con ninguna otra…-- dijo Verónica extrañada por la pregunta de ella.

-- A ver estoy oliendo a una súcubus desde que entre su olor es algo fuerte…y parece joven…snif, snif…-- dijo La Gran Madre olfateando el aire mientras se acercaba a Verónica hasta que se puso a mi lado y siguió oliendo por un momento.

-- No puede ser…Amanda dime que no es verdad… ¿Tu eres esa súcubus…? …-- dijo La Gran Madre sorprendida por el hallazgo.

-- ¿Amanda…? …pero eso es imposible que ella sea una súcubus…a menos que… ¿No me digas que la corrupción te ha afectado y no me dijiste nada…? …-- dijo Verónica sorprendida y a la vez decepcionada.

-- Pensaba decírtelo…pero no pensé que fuese eso hasta hace poco…además no quería enfadarte…por todo lo que has tenido que hacer…para poder sacármelo…-- dije mientras bajaba la cabeza llena de vergüenza, no sabia lo que diría Verónica después de esto.

-- Esto es sorprendente de verdad…vamos a ver no estoy enfadada por el viaje ni pro lo que tuvimos que liar si no…por que no tuvieras confianza al contármelo eso es todo…si es necesario te ayudare a devolverlo…pero lo que no quiero es que te pase algo y no me lo cuentes…ya decía yo que me extrañe cuando te entraron ganas allí mismo…pero no me di cuenta…-- dijo Verónica con tono de enfado y tenia toda la razón no había confiado en ella y debí haberlo hecho.

-- Ya decia que ese olor a gato había desaparecido…pero lo que no pensaba es que terminaría corrompida…es increíble…-- dijo La Gran Madre casi riéndose por aquella situación.

-- Vaya por que no me sorprende que os encontraría aquí…-- dijo Elvira detrás de nosotros, al parecer aquel terremoto le había hecho venir aquí, vestía unos pantalones lisos de color crema en sus pies unas zapatillas de deporte dando el desorden a su vestimenta en su pecho ***** una blusa de color blanco con botones celestes, y su pelo iba recogido en cola de caballo, a su lado la acompañaba un hombre con el pelo de color rubio, sus rasgos eran algo suaves pero no muy contorneados sus ojos tenían un color verde, era joven no aparentaba mas de treinta o treinta cinco años tenia una corpulencia normal no parecía ser muy fuerte iba vestido con la típica camisa de color blanco y unos vaqueros de color azul apagado y en sus pies ***** unos zapatos de color negro

-- Vaya Elvira… ¿Qué haces aquí…? …-- dijo Verónica mientras miraba hacia atrás mirando a La Gran Madre que al momento había desaparecido de allí.

-- ¿Pasa algo…? …-- dijo Elvira mirándola extrañada.

-- No, nada no te preocupes… ¿A que has venido…? …-- pregunto Verónica con un tono de preocupación, ni siquiera yo había visto a donde había ido.

-- Eres tu la que me dijiste que querías hablar…con el jefe del departamento de investigación… ¿No te acuerdas…? …Este es Jeins…-- dijo Elvira presentándoselo cortésmente.

El hombre avanzo unos pasos y extendió la mano a Verónica esta le miro de arriba abajo enfadada.

-- Es un placer…encantado…-- dijo Jeins con voz algo temblorosa.

-- ¿Me podrías decir que clase de chapuza, habéis hecho en este portal…? …-- pregunto Verónica algo exaltada mientras le tiraba una mirada de las que podrían matar.

Jeins retrocedió unos pasos recogiendo su saludo, algo decepcionado e intento calmar a Verónica.

-- Señorita Verónica le aseguro…que no hemos tenido que ver nada con eso…además lo único que hicimos fue tomarle unas fotografías…yo por mi parte me considero un aficionado del ocultismo…he estado investigando esas runas y he descubierto que datan hace dos mil años atrás, lo que me sorprende es como una profesora de instituto pudiera descubrirlas…-- dijo Jeins intentando calmar a Verónica que por su parte pareció tomarse aquello como si estuvieran burlándose de ella.

-- A ver me estas diciendo que la grieta en este carácter…no ha sido cosa vuestra…con lo chapuceros que sois…-- dijo Verónica aun un poco mas exaltada mientras le señalaba el carácter en cuestión.

-- Le vuelvo a repetir que lo único que hicimos fue tomar unas fotografías de eso…nada mas de verdad …no las tocamos…-- dijo Jeins algo mas nervioso viendo que era imposible de calmar.

De momento deje a Verónica discutir y cogí a Elvira y la lleve a un rincón para poder hablar con ella tranquilamente aunque hubiera preferido hacerle otra cosa la verdad, aquel pantalón que se ajustaba a su trasero me estaba volviendo loca, pero tenia que mantener mi mente fría.

-- Elvira… ¿Sabes ya que es lo que le paso a esa chica…? …-- pregunte intentando saber si había nuevas noticias.

-- Pues mira si he recibido el informe del forense…por lo visto tenia un crecimiento anómalo en su espalda de hueso y cartílago, el forense supone que eran alas…aunque al parecer su corazón lo pudo soportar la presión y reventó…aunque lo que mas me extraña es la cantidad de estrógenos que tenia en sangre…eran cuatro veces superior a lo normal…-- dijo Elvira resumiéndome el informe del forense.

-- Otra cosa mas…según ella se había puesto una vacuna contra la alergia…sabes… ¿Sabes donde fue…? …-- pregunte intentando atar algunos cabos.

-- Si también tenía…poca cantidad de esa vacuna y fue en el hospital…donde tú y yo estuvimos ingresadas…-- dijo Elvira, aunque lo que me había dicho empezaba a tener un poco de luz pero quien debía de saber más de aquello era Samantha.


FIN DEL CAPITULO 2



P.:eek: Pues bueno aqui dejo otro de los capitulos espero os guste y ya decia uqe no te veia por aqui Nanes ^^:)
 

Yarina

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EL DESPERTAR DE MI PADRE

-- Será mejor que vaya a hablar con Samantha…a ver que tiene que decirme…-- dijo Elvira intentando atar cabos sueltos, pero ni siquiera pensaba que Samantha tuviera algo que ver en todo esto.

Al darme la vuelta observe como Verónica y Jeins seguían discutiendo acaloradamente sobre la runa pero no sabia que hacer para detenerlos y meterme entre medias de una discusión no era muy buena idea, después de lo que le había dicho que necesitaba que esa cosa regresase a mi interior. Viéndolos así decidí dejarlos que discutieran un poco mas, aunque no fue por mucho tiempo la cabeza me empezó a dar vueltas, estaba como mareada era como si la energía que tuviese me hubiera abandonado de golpe.

-- ¿Te encuentras bien…? …-- pregunto Alexa al verme como casi me tambaleaba.

-- Solo estoy algo mareada, no te preocupes…-- respondí con la cabeza aun dándome vueltas.

Nada mas mirarla, empecé a fijarme en su escote provocativo, en sus muslos redondeados y muy apetecibles, era como si la estuviera desnudando con la mirada a cada momento, en aquellos labios que me pedían que la besara, pero no podía ser tenia que mantenerme centrada intente despejarme moviendo la cabeza de un lado a otro por unos instantes me centre, pero no duro mucho tiempo incluso olía su esencia era dulce y muy fragante; me quede por un momento con los ojos entreabiertos, relamiéndome de gusto.

Hasta que en ese preciso momento el suelo se sacudió, otra vez este parecía ser mas fuerte, nos tuvimos que meter bajo las gradas por si nos caía algún trozo de la estructura, todo estuvo temblando por un buen rato cayeron varias piedras pero poco mas.

Cuando fuimos a salir por un momento vimos un luz resplandeciente, muy suave que se puso delante del portal, y fue tomando forma lentamente cuando al fin pudimos ver quien era me di cuenta enseguida que era la mujer que había visto en mi visión, vestida de la misma forma y en su mano portaba el mismo látigo, y en la otra una especie de garras fundidas a una muñequera llena de símbolos extraños.

Verónica retrocedió un momento por el susto, yo no podía creer que hubiera llegado a nuestra dimensión, era imposible. La primera reacción de Jeins fue sacar el arma y apuntarla, Verónica siguiéndole hizo lo mismo, Alexa estaba como si hubiera visto una aparición, se abrazo a mí fuertemente, yo no pude más que quedarme allí con ella intentando calmarla.

-- Alto policía… ¿Quién eres…? …-- pregunto Elvira de manera enérgica.

-- ¿Dónde esta Berenice…? …Hablad si no queréis sucumbir ante mi…-- pregunto aquella mujer, ahora si que estaba convencida de que venia por ella y no pensaba dársela de ninguna de las maneras.

-- Suelta el arma…y hablemos…-- dijo Jeins intentando que soltase aquellas armas.

-- Nadie da ordenes a la poderosa…Akila…arrodillaos ante mi poder…-- dijo Akila mientras con un movimiento rapidísimo que casi ni pude ver, el látigo se movió desarmando tanto a Elvira como a Jeins que ambos se quedaron sorprendidos viendo como sus armas literalmente volaban de sus manos.

Verónica se apresuro, y se puso detrás de Jeins colocando una de sus manos en su frente para hacerle caer dormido y así tener un poco mas de libertad en sus acciones.

Jeins al instante cayo dormido al suelo, Elvira se quedo mirándola sorprendida por lo que había hecho.

-- No te preocupes…solo esta dormido así podré moverme con mayor libertad y no levantare sospechas…además ya me tenia un poco harta…-- dijo Verónica intentando tranquilizar a Elvira que aun no salía de su asombro.

Las orejas de Verónica aparecieron en un instante incluso las dos colas lo hicieron al unísono, desde donde estaba veía perfectamente la situación me hubiera gustado ayudarlas un poco, pero no podía hacerlo; esta vez no tenia ninguna clase de poder.

-- Amanda…Quédate donde estas…no se te ocurra salir…-- dijo La Gran Madre mientras descendía de donde estaba, esto hizo que Elvira retrocediera unos pasos y se cayera de espaldas al verla.

-- Vaya así que piensas ayudar…que raro en ti…puesto que la última vez casi nos mata tu amiga…-- dijo Verónica haciendo recordar la batalla contra Aloqua abriendo una vieja herida.

-- Ya le dije a Amanda que fue un error mió…y de los peores que cometí y he pagado por ello…ahora quiero saldar mi deuda con vosotras…-- dijo La Gran Madre intentando disculparse con ella.

-- Ya veremos si lo que dices es cierto o no…de momento tenemos que hacer algo con ella…y no se me ocurre nada…-- dijo Verónica, al parecer aquello le había pillado por sorpresa y no estaba preparada.

-- Intentare distraerla…volando y atacando desde el aire…mientras tu atacas desde el suelo…es probable que así podamos al menos retenerla un poco…-- dijo La Gran Madre planeando algo de improviso.

-- Muy bien adelante y espero que esta vez…no nos traiciones…-- dijo Verónica esperando que no fuera de la misma forma que la otra vez.

Diciendo esto La Gran Madre despego del suelo e intento ponerse encima de ella para atacarle, pero resulto imposible, Akila giro el látigo sobre su cabeza y engancho los pies de La Gran madre y de un tirón la hizo descender haciendo que se golpeara contra el suelo, en ese momento Verónica se lanzo sus manos, ya eran unas garras dispuestas para atravesarla, Akila soltó el látigo y ante los ataques de Verónica empezó a defenderse con su garra, los golpes se sucedían de una manera pasmosa Elvira no podía hacer mas que ir a buscar su pistola para intentar hacer algo, en uno de los ataques de Verónica alcanzo ligeramente el brazo de Akila haciéndole una herida pero al parecer no fue suficiente para hacerla retroceder ni por el dolor, el siguiente ataque fue detenido por la garra de Akila y otra por su mano cociéndole la muñeca, que empezó a hacer presión, intentando rompérsela, se podían escuchar los huesos como crujían y los gritos de dolor de Verónica, no creí que la vería así gritando de esa forma.

En ese momento La Gran Madre se lanzo con todo su cuerpo para derribarla cosa que Akila no se esperaba, aquel empujón hizo que las dos rodaran por el suelo iniciando una pelea, ambas intentaba dominar a la otra pero parecía que las fuerzas estaban muy igualadas, Verónica aprovecho ese tiempo en hacer un conjuro de curación para su muñeca que debía de tenerla destrozada, mientras Elvira pudo coger su arma e intento apuntar a Akila pero no había forma, ambas seguían rodando e intentar contener a la otra, en un movimiento ambas se pudieron poner de pie, al fin Elvira tenia una línea de tiro limpia que aprovecho, el disparo se escucho en todo el lugar, un silencio momentáneo invadió el lugar, desde donde estaba no podía creer lo que estaba pasando.

-- ¿Pero como es posible…? …No puede ser…deberías de estar muerta…-- dijo Elvira sorprendida volviendo a disparar nuevamente.

Los disparos se sucedían uno tras otro hasta que vació el cargador, mientras el rostro de Elvira cambio radicalmente estaba como aterrorizada.

-- Pretendéis matarme con esos trozos de metal insignificantes…-- dijo Akila mientras miraba a Elvira con cara de ira.

-- No sabéis a quien os estáis enfrentando…-- dijo casi gritando Akila en un momento su cuerpo se transfiguro completamente sus piernas cambiaron a una cola de serpiente que parecía no tener fin incluso su tamaño se había incrementado tanto en altura como en musculatura, si antes era temible ahora lo era mucho mas, yo no podía creer lo que estaba viendo.

-- Ahora si que… tenemos un problema…-- dijo Verónica mirando en lo que se había convertido.

Elvira no pudo más que salir corriendo, sabía perfectamente que allí ahora mismo no pintaba nada, por suerte Jeins estaba dormido y en lugar seguro.

Akila se lanzo de una manera endiablada hacia Elvira con la intención de matarla, por suerte esta vez La Gran Madre se puso delante deteniéndola momentáneamente dándole tiempo a Verónica mientras se recuperaba.

-- Podrías darte un poco de prisa Verónica…no creo que pueda aguantar mucho…-- dijo La Gran Madre, mientras la intentaba detener para que no matara a Elvira.

-- Apártate de mi camino…ser insignificante…-- dijo Akila con tono de ira mientras movió su cuerpo intentando propinar un golpe a La Gran Madre, esta de un salto logro esquivarlo pero no tuvo tanta suerte para Elvira que salio despedida y se golpeo contra una de las paredes cayendo inconsciente en el acto.

-- Parece que va a ser…mas difícil de lo que pensaba…no me queda otra opción…-- dijo Verónica concentrándose, su cuerpo parecía despedir llamas incluso desde donde estaba notaba el calor que su cuerpo desprendía, pude ver como su rostro cambiaba casi de manera radical, su cara adopto rasgos mucho mas zorrunos como aquella vez que tuvimos que luchar contra Aya, varios fuegos fatuos de color azul oscuro empezaron a aparecer a su alrededor como si fueran atraídos por ella, sus ojos aunque eran de diferente color en la transformación ambos se tornaron de color verde y con la pupila como la de los gatos, en cuanto finalizo la transformación, Verónica pareció mirarla y puedo asegurar que si las miradas matasen aquella la habría dejado muerta.

Casi instintivamente Akila se giro, y se quedaron las dos mirándose por unos instantes, en ese momento La Gran Madre no existía para ella, era como si dos enemigos ancestrales se hubiera encontrado nuevamente, empezaron a dar vueltas uno al otro intentando estudiarse y descubrir algún punto débil, aquellos momento eran terribles no sabia que hacer solo podía consolar a Alexa y calmarla.

En un momento ambas se lanzaron a la lucha las manos chocaron y aquello fue como si hubiera una explosión en el sitio, el sonido retumbo en toda la estancia, intentaron derribar la una a la otra sin conseguirlo, pero Akila no se detuvo en esto, enrosco su cuerpo alrededor de Verónica haciendo presión, esta no pudo mas que gritar, por el dolor, intento concentrarse y empezó a abrir su boca en ella parecía haber un fuego de color rojizo por completo, viendo lo que se le avecinaba Akila retrocedió al momento soltando a su presa aquel fuego salio de la boca de Verónica con tan mala suerte que no llego a impactar en el cuerpo de Akila.

-- Vaya así que tienes trucos ocultos…esta pelea resultara mucho mas divertida de lo que pensaba…-- dijo Akila mientras la miraba con deseo y casi con sadismo.

-- ¿No piensas hacer nada…? …¿Solo te quedaras mirando…? …-- pregunto Verónica a La Gran Madre con un tono de reproche.

-- Crees que esto es fácil…tranquila que no pienso dejarte todo el merito para ti sola…-- respondió La Gran Madre en tono casi sarcástico.

-- No podréis hacerme nada…aunque ataquéis las dos…-- dijo Akila completamente segura de si misma.

En un instante Verónica volvió a lanzarse al combate intento una serie de golpes para alcanzarla, pero no había forma, pero en ese momento como salida de la nada La Gran Madre se lanzo a su espalda, haciéndole una presa en el cuello, esto facilito que los impactos de Verónica acertaran en el cuerpo de Akila, aunque esta parecía no rendirse, se notaba que el aire empezaba a faltarle en los pulmones por la presión que ejercía La Gran Madre en su cuello.

Verónica seguía golpeando una y otra vez sin descanso parecía que a cada golpe se concentraba y sus labios daban la impresión de recitar una especie de conjuro.

En un movimiento de Akila logro deshacerse de la presa de La Gran Madre lanzándola contra el suelo y consiguió esquivar uno de los golpes de Verónica con tal mala suerte para ella que logro morderle en uno de los brazos. Verónica soltó un grito desgarrador, que la hizo retroceder unos cuantos pasos dejándola de golpear y agarrándose el brazo por el dolor.

-- ¿Creéis que con estos golpes tan simples lograreis vencerme…? …-- dijo Akila con orgullo como si recuperase sus fuerzas de manera casi instantánea.

-- Ja, ja, ja…-- se carcajeo Verónica y siempre he sabido que tenia algo en la manga cuando estaba así.

-- ¿Te estas riendo de la gran magnificencia de Akila…? …-- pregunto Akila con un tono de enfado.

-- No es eso…cof…crees que…solo te he golpeado…cof…mírate bien…-- respondió Verónica mientras tosía algo de sangre, y eso era lo que me preocupaba, aquel combate no creía que hubiera sido tan brutal para aquello y las heridas que tenia no eran suficientes, me empecé a preocupar por la mordedura que tenia.

Akila empezó a mirarse en todos los lugares donde había sido golpeada aquellas heridas empezaron a llenarse de una luz oscura, que fue tomando forma como de letras japonesas, seguidamente Akila empezó a gritar de dolor parecía que aquellos símbolos le estuviesen haciendo muchísimo daño, seguidamente hicieron unas pequeñas explosiones haciendo que su cuerpo se convulsionara pero que no cayera al suelo, aquello la dejo como mareada al menos de manera temporal.

Verónica reunió todas las fuerzas que le quedaba y empezó a concentrar la energía de la que aun disponía en su garra y en un suspiro se lanzo hacia ella impactando en su pecho y de un salto retrocedió un poco, al momento de aquella herida salio una especie de luz oscura igualmente que las anteriores, y pasado unos segundos explotaron haciendo que el cuerpo sin vida de Akila cayera al suelo con un gran agujero en su pecho.

-- Parece que no has perdido tu toque…-- dijo La Gran Madre dolorida mientras se acercaba a ver el cuerpo de Akila.

-- Eso parece…cof…cof…-- dijo Verónica mientras se sentaba en el suelo para descansar.

Por nuestra parte salimos de debajo de las gradas para ver como se encontraban, pero la que mas me preocupaba era Verónica me temía algo peor, por la mordedura que le había hecho Akila.

-- Alexa ve a ver como se encuentra Elvira…yo me ocupare de ellas… ¿Os encontráis bien…? …-- pregunte completamente nerviosa.

-- Yo por lo menos estoy bien…ella no lo se no me gusta que este tosiendo sangre…-- dijo La Gran Madre mientras hacia crujir algunos huesos de su espalda para recolocarlos, aquel sonido siempre me daba repelas.

-- No es nada no te preocupes…seguro que ha sido por el abrazo…-- dijo Verónica mientras su rostro recuperaba su aspecto normal.

-- Déjame ver donde te mordió…-- dije mientras me mostraba el brazo.

-- Lo siento pero voy a tener que… romperte la manga para ver la herida…-- dije algo que seguro que no le gustaría.

-- Nooooooooo…cof…cof… es una de mis blusas favoritas…pero bueno si no queda mas remedio…-- dijo Verónica resignándose, ya que no le quedaba otra.

Desgarre la blusa como pude dejando al descubierto la herida provocada por la mordedura de Akila y tenia toda la apariencia de una mordedura de serpiente, aquellos dos agujeros hechos en la piel tenían un aspecto de color negruzco que no me gustaba en absoluto.

-- Esto no tiene buena pinta…-- dije algo asustada por lo que el veneno pudiera hacerle, sabia por lo que había dicho que era inmortal a cualquier arma humana pero no dijo nada sobre venenos de criaturas de otras dimensiones y eso me preocupaba.

-- No será nada no te preocupes…estaré bien en unos momentos…-- dijo Verónica mientras se ponía de pie y al instante cayo nuevamente al suelo mareada.

-- No creo que te encuentres bien…y ese veneno no era normal…será mejor que te llevemos con quien creo que sepa mas de esto con Berenice…lo mismo sabrá que hacer…-- dije preocupada por la herida y por lo que le pudiera ocurrir.

-- AHHHHHHHH!!! …El brazo es como si me ardiera…-- grito Verónica, al parecer el veneno ya estaba haciendo su efecto, solo esperaba poder detenerlo a tiempo.

La Gran Madre viendo aquello se acerco a Verónica y le extendió la mano.

-- ¿Confías en mi…? …-- pregunto La Gran Madre, con un tono amable aunque nunca le había gustado Verónica.

-- ¿Me queda otra…? …-- respondió Verónica casi con un tono de ironía, mientras le alargaba la mano.

-- Llevare volando a Verónica…a donde esta Berenice… ¿Dónde esta…? …-- pregunto la Gran Madre, mientras levantaba en peso a Verónica para irse.

-- En casa…-- respondí casi temiéndome una regañina por la parte de La Gran Madre aun recordaba cuando traía amigas sin su permiso.

-- ¿En nuestra casa…? …Espero por tu bien que no… se haya acostado en mi cama…-- dijo La Gran Madre con tono de enfado, por lo visto le tenia mucho cariño a la cama, solo esperaba que no se enterara de lo que habíamos hecho en ella días atrás.

-- Solo dile que vas de mi parte…ella lo entenderá y dile lo que ha pasado…intentare salir del instituto y llegar lo antes posible…-- dije intentando que Berenice no se asustara por su llegada, pero no iba a tener un feliz encuentro eso seguro.

En ese momento La Gran Madre alzo el vuelo saliendo por una de las ventanas con Verónica en los brazos yo me dirigí hacia donde debía de encontrarse el cuerpo de Akila pero al llegar a el solo encontré un montón de serpientes, era increíble o una de dos o esa era su forma de morir o se había ido para volver nuevamente, aquello era demasiado extraño tenia que preguntárselo a Berenice aunque no creo que se llevase una buena sorpresa de que su ama había venido a buscarla.

Me dirigí hacia donde se encontraba Alexa que intentaba despertar a Elvira dándole unos golpes en la cara en cuanto llegue esta empezó a abrir los ojos y comenzó a recuperarse, su cabeza aun estaría dándole vueltas eso seguro y se encontraría algo mareada.

-- ¿Qué ha pasado…? …-- pregunto Elvira desconcertada, mirando hacia todos lados.

-- Al parecer Akila te golpeo y saliste despedida…y te quedaste inconsciente…-- respondió Alexa ayudándola a incorporarse.

-- Jeins… ¿Se encuentra bien…? …¿Y Akila…? …-- pregunto Elvira mirando hacia todas partes, algo nerviosa.

-- Jeins aun se encuentra dormido no te preocupes esta bien…y Akila no se si habrá muerto o no se lo que le ha pasado…solo he encontrado serpientes en su lugar… ¿Me podrías hacer un favor…? …-- pregunte pensando que lo mismo podría llevarme a casa rápidamente.

-- Tu dirás…ahora no se como explicarle a Jeins que es lo que ha sucedido…-- respondió Elvira limpiándose la suciedad que tenia por el traje y recogiendo su arma.

-- Para empezar necesito tu móvil…para llamar a Akiko y decirle que vaya a mi casa y la otra si podías llevarme a casa en tu coche…por favor…-- dije casi rogándole que me ayudara, solo esperaba que se encontraran bien La Gran Madre y Verónica y sobre todo Berenice.

-- Aquí tienes…y espero que no sea muy larga la llamada…vamos de mientras para el coche…espero que no le pase nada a Jeins hasta que se despierte…-- dijo Elvira mientras miraba para atrás y salíamos de allí.

-- Akiko…menos mal que te encuentro…dirígete a mi casa quiero que estés allí…una cosa no te sorprendas cuando entres y veas a La Gran Madre…no te atacara ni nada…si lo se…se que es nuestra enemiga…pero…oye…escucha…no te hará nada solo quiero que te lleves a Verónica al club y vuelvas a mi casa…así que date prisa…y no te preocupes por ella además ya mismo estaré yo allí…-- dije intentando calmar a Akiko de que ella se encontraba allí pero por lo visto aun habiéndome dicho que se calmaría no la encontraba muy dispuesta a que lo hiciera y era mejor ir a la casa cuanto antes.

Cuando llegamos a la salida El Jefe de Estudios nos detuvo en la puerta, no podíamos perder más tiempo.

-- Señorita Alexa…y Amanda… ¿Se puede saber a donde van con tanta prisa...? …Saben que no pueden salir del instituto en horas lectivas sin una excusa de sus padres…-- dijo El Jefe de Estudios cosa que no le dio tiempo a terminar la frase.
-- Elvira policía…ellas son testigos de un accidente las necesito en comisaría para que declaren…-- dijo Elvira enseñándole la placa, y dejándole algo asustado.

-- Espero que no se hayan metido en un lió…-- dijo El Jefe de estudios con un tono de seriedad pero hasta ahora no me alegre mas de salir en esa hora del instituto por lo que iba a suceder después.

Salimos de allí a toda prisa y en cuanto nos metimos en el coche escuchamos como unos gritos y una mesa salir volando del edificio por la ventana del segundo piso, nos quedamos asustadas mirando que es lo que pasaba, en ese momento mi mente se colapso empecé a tener unas visiones, veía como los estudiantes se descontrolaban, casi se mataban unos a otros, el cielo era de un color rojo incluso por el jardín había cuerpos despedazados, en ese momento vi como una mujer con el cuerpo desnudo y de color rojo por entera, de una figura increíblemente bella y desnuda, sus ojos eran como los de Rubí cuando se enfadaba, tenia garras en lugar de manos con unas uñas de color negro, de su espalda nacían dos pares de alas negras como la noche, en un instante volví a recuperar la consciencia completamente asustada y un olor asqueroso llego a mi nariz dándome la alarma de que algo sucedía.

-- Esperadme un momento aquí…voy a ver que es lo que sucede…-- dijo Elvira mientras miraba hacia arriba.

-- No vayas…por favor…no se por que pero tengo un mal presentimiento sobre este sitio…-- dije con tono asustado mientras la cogía del brazo para que no fuera.

-- No te preocupes…seguro que es solo un caso de vandalismo nada mas…volveré enseguida…-- dijo Elvira intentando ir de nuevo pero por mi parte no la solté.

-- Hazme caso por favor…no se por que pero estoy segura que si entras hay…no volverás a salir…-- dije casi rogándole que no lo hiciera, no sabia por que pero aquella visión me puso los pelos de punta.

-- Entonces Jeins… ¿Estará bien…? …-- pregunto Elvira sobresaltada por lo que le pudiera ocurrir a su compañero.

-- Cálmate…estoy segura que estará bien…no te preocupes entra y démonos prisa esto se puede poner peor…-- dije asustada mientras miraba a Elvira con ojos de miedo.

-- Muy bien veámonos…pero me vas a explicar que es lo que sucede…-- dijo Elvira mientras se subía al coche y lo arrancaba.

Mientras íbamos de camino nos fijamos que el tráfico era un poco más denso de lo normal, al parecer había un pequeño atasco en la calle cosa que aprovecho Elvira para que le contara que era lo que pasaba.

-- No se por que pero he tenido una visión extraña…de algo horripilante que sucedería en el instituto y es extraño lo que querían de mi ya no lo tengo ahora soy como todas las demás personas…-- dije intentando explicarle algo y de lo que me había pasado.

-- ¿Y hemos salido de allí por una visión que has tenido…? …¿Qué tipo de visión…? …-- pregunto Elvira con cara de incredulidad.

-- He visto muertos en le jardín del instituto…los chicos muertos…y una especie de demonio saliendo por la puerta de este…-- dije intentando convencerla de lo que había visto aunque estaba casi segura de que no se lo creería.

-- Mira me considero una persona con la mente abierta…pero tal visión no crees que tiene poco de real…-- dijo Elvira desconfiando un poco, había visto cosas que pocas personas verían en su vida, pero estaba convencida de que eso no se lo creería.

-- Llamando a todas las unidades disponibles… que se concentren en el instituto…posibles disturbios…-- enuncio la radio.

-- Ves te lo dije…solo espero que mi visión no se haga realidad…-- dije con tono de miedo en ese momento Alexa me cogio de las manos intentando calmarme.

-- Solo espero que todo quede en vandalismo…-- dijo Elvira esperando que todo se solucionase.

-- Si eso espero yo también…-- dije con una mezcla de miedo y tristeza, solo esperaba salir de aquel atasco y llegar cuanto antes a casa a saber la que estarían organizando.

Pasado un momento el trafico empezó a despejarse y no tardamos mucho en llegar a casa, subí todo lo deprisa que pude las escaleras ni siquiera me pare para coger el ascensor, al llegar al rellano de casa encontré a Akiko en la puerta y la verdad tal como estaba la cabeza me empezaba a dar vueltas, llevaba una minifalda de color pastel, un poco mas que sus rodillas con algo de vuelo en sus piernas unas medias de color blanco con blonda de encaje, unos zapatos de tacón bajo de color negro ***** en sus pies y una camiseta de color crema con la cara de un conejito blanco cubría su torso que al parecer no llevaba ningún sujetador cosa que mi vista agradeció pero al momento sentí unas oleadas de calor por todo el cuerpo en cuanto me vio bajo la cabeza subiéndole los colores a las mejillas.

-- Hola Amanda…lo siento…no he podido entrar…-- dijo Akiko tímidamente como de costumbre estaba preciosa, con ese rubor en sus mejillas.

Me quede por un momento mirándola, paseándome por sus escasas pero perfectas curvas, mis ojos parecían desnudarla, pero al segundo recupere la concentración nuevamente.

-- ¿Qué haces en la puerta…? …¿Por que no has entrado…? …-- pregunte extrañada pero enseguida escuche el romper de lo que parecía ser un plato y entendí perfectamente lo que pasaba.

Al abrir la puerta fui yo quien me lleve un susto, de golpe Berenice me gruño como si estuviera defendiendo el hogar, me quede por un momento asustada, la casa estaba patas arriba y La Gran Madre estaba intentando evitar los ataques de Berenice, mientras que Verónica estaba en el sillón echada me extraño que hubiera llegado tan lejos lo mas seguro que la pillara durmiendo y se despertó por algún golpe extraño.

-- Berenice cálmate…soy yo Amanda… ¿Me recuerdas…? …-- dije poniendo las manos donde pudiera verla y con movimientos muy lentos intente acercarme a ella para calmarla, y necesitaba hacerlo cuanto antes.

-- Amanda no te acerques…he intentado razonar con ella pero es imposible…-- dijo La Gran Madre mientras se mantenía a una distancia prudencial de ella, mientras Berenice no dejaba de mirarnos a ninguna de las dos.

-- Seguramente la asustaste… ¿Por donde entraste…? …-- pregunte extrañada, aunque me lo suponía.

-- Por la puerta tu que crees si estoy desnuda…por la ventana que no se por que esta con tablones de madera…-- respondió La Gran Madre mientras intentaba ponerse a una distancia segura.

-- Normal…pero eso de los tablones es otra cosa…ahora es necesario que calmemos a Berenice…Verónica no aguantara mucho tiempo…-- dije viendo como se encontraba Verónica casi inconsciente y con el rostro marcado por el dolor.

-- Mi brazo…me arde…-- dijo Verónica intentando contener el dolor que sentía.

-- Berenice…cálmate soy yo…no tienes nada de que preocuparte… ¿Te acuerdas de mi…? …Cálmate…nadie te hará daño…todo va bien…-- dije mientras me acercaba a ella lentamente sin dejar de mirarle a los ojos, lentamente fui poniendo mis manos en su mejilla, sin que Berenice perdiera de vista en ningún momento acerque mi cara a ella muy despacio y puse mis labios sobre los suyos, saboreándolos eran calidos y muy suaves igual que aquella vez por la mañana, y con un sabor dulce que me hacia recordar a las fresas, enseguida note los brazos de Berenice como me rodeaban y me apretaban contra ella, los míos hicieron lo mismo por un momento todo desapareció y quería volver a sentirla dentro de mi tenerla en mi interior peleando por su espacio y yo acogiéndola con calor y humedad una combinación perfecta pero enseguida recupere la consciencia y separe de golpe mis labios.

-- Amanda… ¿Eres tu…? …-- pregunto Berenice mientras continuaba abrazada a mi eso hizo que inmediatamente, Alexa me abrazara lo mismo que Akiko, e intentaron separarme un poco de ella.

-- Vaya forma de calmar a alguien…-- dijo La Gran Madre un poco más relajada.

-- ¿Quién es ella…? …Escuche un ruido en tu habitación y la vi en el salón…-- dijo Berenice recordando lo que había pasado.

-- Escucha no tienes que preocuparte por ella la conozco…solo quiero que veas a ella al parecer le han mordido y me gustaría saber si puedes hacer algo…-- dije intentando dar prisa a la situación de Verónica.

-- Bueno yo me tengo que ir…espero que Jeins este bien…iré a ver lo que puedo hacer…-- dijo Elvira mientras se despedía de nosotras completamente sorprendida por lo que acababa de ver.

-- Recuerda no entrar al instituto…podrías ir al hospital y preguntarle a Samantha…-- dije dándole otra opción, y que seguramente nos vendría bien.

-- De acuerdo iré a ver a Samantha…espero que se recupere Verónica…nos vemos…-- dijo Elvira mientras se marchaba.

Al momento Berenice me soltó de su abrazo y pude cerrar la puerta, no quería mas fisgones de la cuenta ya teníamos bastantes problemas.

-- Dios mío…No es una mordedura normal… ¿Quién ha sido…? …-- dijo Berenice mientras le miraba la herida, pero enseguida su rostro cambio se podía ver claramente el miedo reflejado.

-- Ha sido Akila…tu ama…llego por le mismo sitio que tu…y parece que te esta buscando…Ella y Verónica estuvieron combatiendo contra ella y Verónica resulto herida por una mordedura suya…-- dije explicándole lo que había sucedido.

-- No puede ser…No puede estar aquí…No quiero volver con ella…Nº…-- dijo Berenice asustada mirando hacia todas partes.

-- Escucha Berenice te prometo… que no te voy a dejar volver con ella…pero ahora quiero que salves a Verónica del veneno de Akila por favor…se que no te cae bien…pero hazlo por mi…-- dije casi suplicándole viendo como estaba sufriendo Verónica.

-- Nuestro veneno suele ser muy fuerte…y bastante rápido en acción necesito agua fría…pero que este helada por completo…pero que no sea hielo…un buhillo casi al rojo y otro normal…solo espero que pueda de momento lo tiene en le brazo la suerte que tiene este veneno es que actúa por partes pudriendo la zona y dentro de poco comenzara…-- dijo Berenice mientras La Gran Madre miraba dentro de la nevera y Akiko se apresuraba a calentar un cuchillo y Alexa le daba uno normal.

-- No seria mejor dormirla de alguna forma…-- dije intentando aplacar el dolor que iba a sentir en el brazo.

-- No es mejor que este despierta…si no el veneno actuara mas rápido…-- dijo Berenice mientras Coria el cuchillo que le entregaba Alexa.

--Muy bien empecemos…lo siento Verónica pero esto te va a doler…-- dijo Berenice mientras echaba agua helada sobre el brazo de Verónica que ya se empezaba a poner algo negruzco.

Después de echar el agua helada por el brazo, cogio el cuchillo normal y empezó a hacer una incisión en el brazo un poco profunda los gritos de Verónica se escuchaban en toda la habitación y con cada uno de ellos era como si resonara dentro de mi alma y me la partiese por la mitad, mientras Akiko y Alexa se le saltaban las lagrimas.

-- Aguanta Verónica queda poco…-- dijo Berenice aplicando su boca a la herida y succionando el veneno que al momento se trago.

-- ¿No te envenenara a ti también…? …-- pregunte extrañada al ver lo que hacia.

-- No te preocupes somos inmunes a nuestro propio veneno…pero ahora llega lo peor…vas a gritar mucho Verónica y lo siento…-- dijo Berenice preparándola para lo que se le avecinaba.

Enseguida Berenice aplico el cuchillo ardiendo en la herida que había abierto en el brazo el grito de Verónica fue como si rasgara el cielo, era mas bien como un rugido de dolor, no pude mas que apartar la mirada como todas ellas.

Al finalizar eso Verónica quedo inconsciente en el sillón y Berenice retrocedió un poco para dejarla descansar.

-- Bueno eso es todo lo que puedo hacer…solo espero que el veneno no se haya extendido mas de la cuenta el brazo tendrá que dejarlo descansar…al moverlo le dolerá horrores…-- dijo Berenice dejándola dormir pero la cosa es que debían de llevarla al club.

En ese momento el teléfono sonó, no esperaba ninguna llamada y no sabia quien pudiera ser, al instante mi madre lo cogio.

-- ¿Diga…? …Si soy yo su esposa…No me diga… que buena noticia…muchas gracias doctor…-- dijo La Gran Madre a la vez que se despedía y colgaba el teléfono.

-- ¿Quién era…? …-- pregunte un poco desconcertada.

-- El doctor…tu padre esta despierto…-- respondió La Gran Madre como si aquello fuera una sentencia para ambas…


FIN DEL CAPITULO 3



P.:eek: Lo siento haber tardado tanto pero ando algo depre como sin ganas de nada lo siento muchisimo de verdad disculparme y aun ando algo de esa forma :) espero que lo disfruteis
 

Yarina

Bovino adolescente
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ADIOS PARA SIEMPRE…MADRE

-- Ahora no, no puede ser…será mejor que vayamos a verle y así no despertaremos sospechas…Akiko tu coge unas vendas del botiquín del cuarto baño…y despierta a Verónica e iros al club después vuelve conmigo al hospital te esperaremos allí y de mientras es mejor que os vistáis un poco…y Alexa será mejor que te adelantes y vayas al hospital así Elvira podrá decirte que ha descubierto…-- dije intentando poner un poco de orden en aquel caos que se había formado en un momento, aunque estaba nerviosa y no tenia muy clara la cabeza.

-- Muy bien…solo espero que no me recuerde cuando le ataque si no será un problema eso te lo aseguro…y no me digas que esa serpiente… va a venir con nosotras…-- dijo La Gran Madre con tono despectivo hacia Berenice.

Berenice al escucharlo inmediatamente reacciono enfadándose aquello parecía ser un insulto para ella y lo entendía.

-- No soy ninguna serpiente…entendido…soy una Lamia y me llamo Berenice…que te quede claro…-- dijo Berenice con tono de enfado y casi gruñéndole.

-- Si vendrá con nosotras y por favor dejad de pelear…estoy como rara…es como si me faltara energía y a la vez estuviera nerviosa…-- dije tambaleándome algo por suerte pude apoyarme en el sillón para no caerme.

-- Amanda… ¿Qué te ocurre…? …-- pregunto Berenice ayudándome a levantarme.

-- Es la abstinencia…es como si fuera el mono…poco a poco te vas transformando…la corrupción avanza…-- dijo La Gran Madre mientras se acercaba a mi para inspeccionarme un poco mas de cerca.

-- Algo podremos hacer…tenemos que ayudarla…-- dijo Berenice con tono de miedo, se notaba que me había pillado mucho cariño.

-- Solo tenemos dos opciones…o hacemos que se aligere la corrupción y termine convirtiéndose o muriendo…o conseguimos meter de nuevo al Nekomata en su interior y se recupera…pero a estas alturas este donde este estoy segura que estará cabreado…-- dijo La Gran Madre poniéndome las opciones que no eran muy buenas al parecer ninguna de ellas.

-- No pienso dejar que me gane la corrupción…y tampoco meter de nuevo esa cosa en mi interior…antes muerta…-- dije con tono de enfado, tenia que haber otra solución por que las que me había expuesto no me gustaba ninguna de ellas.

-- Escucha en esto no hay vuelta atrás de ninguna forma…cariño no quisiera verte convertida en una de nosotras…por mucho que quisiera tu muerte en el pasado…o la de Rubí me siento culpable por eso y no voy a permitir que te suceda…solo queda eso; hacer que entre el Nekomata y no se te ocurra rechistarme…en cuanto acabemos en el hospital…saldremos para el club para que esa cosa vuelva…-- dijo La Gran Madre regañándome y haciéndome recordar cuando era mi madre y me reñía aun sin saber que era ella me provocaba un miedo espantoso.
-- Muy bien entonces…será mejor que os vistáis cuanto antes…Berenice hazme un favor…cálmate y deja que mi madre…escoja tu ropa…yo estaré fuera esperándoos…-- dije intentando calmar a Berenice y que confiara en ella.

En ese momento mi mano fue como si actuara sola, se dirigió al sexo caliente y semi duro, de La Gran Madre, esta sintiendo el calor de mi mano y su caricia soltó un pequeño gemido, sus ojos se entornaron ligeramente, mientras mi otra mano agarraba con fuerza uno de los pechos de Berenice que empezaba a masajearlo lentamente en círculos sin prisa sintiendo su suavidad incluso por encima de la ropa que llevaba ambas empezaron a gemir aquello era como una música que me energizara de nuevo, empezaba a sentir la energía por mi cuerpo llenándomelo, pero al momento La Gran Madre reacciono cociéndome las manos y apartándolas.

-- Escucha…no me hubiera gustado mas que haberlo hecho antes y haberte convertido…pero es mejor que salgas cuanto antes, no tardaremos…-- dijo La Gran Madre mirándome directamente a los ojos, con un tono de advertencia.

-- Si tienes razón…es mejor que salga…y por favor daos prisa…no se lo que pasaría si alguien subiese a este piso…-- dije intentando hacer que se dieran prisa, por mi parte intentaba pensar en otras cosas para mantener mi mente ocupada.

En cuanto salí del piso solté un suspiro de alivio de momento todo estaba bien o eso parecía, aunque solo su recuerdo y el tacto que tuve en mi mano era suficiente para excitarme de sobremanera, pase mi lengua por donde había tocado su sexo y empecé a lamerla con la lengua, olía su esencia embriagadora lo mismo que la de Berenice.

Al momento escuche el sonido del ascensor haciéndome reaccionar, por suerte no venia a nuestro piso y era un alivio, pasados unos momentos ambas salieron de la casa me quede por un momento mirando a La Gran Madre llevaba unos pantalones vaqueros de color negro algo gastados y ajustados, en sus pies unos zapatos de tacón alto abiertos en su pecho ***** una camiseta de mangas cortas de color rosado con un escote que hacia que mi imaginación volara de placer, la cara la tenia algo maquillada pero no demasiado, mientras que Berenice llevaba una falda de color marrón apagado y una blusa de color blanca con mangas largas y en la cabeza un sombrero algo ridículo pero no había otra si queríamos enmascararla lo suficiente.

Mi vista se paseo por el cuerpo de La Gran Madre como si la desnudara poco a poco sin prisa me pareció incluso poder oler aquel perfume que se ponía aunque fuese muy ligero, mis ojos parecían abrirse como platos, al verlo La Gran Madre reacciono al instante esperando que no ocurriese nada.

-- Será mejor que nos vayamos cuanto antes…-- dijo La Gran Madre acelerando el paso por las escaleras, aunque eso le costaba un poco a Berenice.

Al llegar abajo escuchamos como un estruendo parecía que se había producido un accidente, la gente estaba de un lado para otro para ver que es lo que había pasado, a lo lejos ya se escuchaba la ambulancia y la policía, al parecer había sido algo grave.

A pesar de ser por la tarde, note el ambiente algo cargado como si la gente estuviera un poco mas enfadada de lo normal, no sabría explicarlo pero aquella corrupción había exaltado otros de mis sentidos ahora entendía un poco mejor a las súcubus y como detectaban las cosas, en ese estado incluso podía saber que mujeres y hombres estaban predispuestos a hacerlo y cuales no, era increíble olía fragancias viniendo de todos lados y lugares era increíble, mis ganas cada vez se acrecentaban mas, y estaba a punto de perder el control y lanzarme sobre la primera o el primero que pasase.

-- Axial que esta es la forma como os sentís, es increíble…es como un nuevo mundo…-- dije mientras mis ojos se paseaban de un sitio a otro entre la gente como si los desnudara con los ojos.

-- Si, axial es como nos sentimos cada noche que tenemos hambre…sentirás muchas mas cosas…pero es mejor que no las sepas…Es mejor buscar un taxi y salir de aquí cuanto antes …no me gusta como esta el ambiente…-- dijo La Gran Madre como si advirtiera algún peligro.

Tardamos un poco en buscar el taxi parecía que las calles estaban como abarrotadas, todo aquel ruido y olores estaba embotando mis sentidos por fuera parecía normal pero por dentro mi mente estaba como borracha aunque nunca lo hubiera estado.

En cuanto lo cogimos nos dirigimos al hospital, todo lo rápido que pudimos mientras nos acercábamos La Gran Madre estaba cada vez mas nerviosa, por lo que pudiera recordar mi padre, durante el trayecto mis manos actuaron nuevamente por su cuenta; todo mi cuerpo pedía a gritos tener sexo en cualquier parte ya no me importaba donde fuese, alargue el brazo y palpe el muslo por encima del pantalón de ella, estaba caliente inmediatamente la cara de la Gran Madre se me quedo mirando con los ojos abiertos no sabia como reaccionar, mi mano fue subiendo poco a poco hasta llegar a su entrepierna que estaba caliente y su sexo empezaba a mostrarse lentamente, marcándose en el pantalón que yo empecé a acariciar suavemente, notando el calor que desprendía incluso con la ropa puesta, era maravilloso sentir aquello mi cuerpo empezaba a reaccionar al mismo tiempo, por suerte para ella el taxi llego y aparto mi mano a la vez que se intentaba calmarse para hacer que el sexo desapareciese y poder salir del taxi, por mi parte mi mente estaba como confusa, pero pensé que lo mismo pudiera haber alguna oportunidad en el hospital.

Al salir del taxi escuchamos las ambulancias que llegaban a la sala de urgencias pero no había solo una si no varias, parecían que tenían bastante trabajo, el ambiente dentro del hospital estaba como crispado podía ver a la gente como nerviosa de un sitio a otro aquello no prevenía nada bueno, al momento Akiko, Elvira y Alexa nos vieron.

-- Al fin habéis llegado…esto parece un caos…incluso en tu instituto ha habido heridos…por suerte Jeins logro salir de allí…las calles se están volviendo muy peligrosas…y a propósito de lo que me dijiste he estado buscando eso y tenias razón y vino una partida de vacunas contra la alergia a nombre de Joseph uno de los doctores…y a tu amiga Samantha no he podido encontrarla por ningún sitio…-- dijo Elvira haciéndome un pequeño resumen de lo que había averiguado, aunque yo estaba mas atenta a sus caderas y escote que a lo que estaba diciendo pero logre escucharlo.

-- Iré a información para que nos den el numero de la habitación…y vayamos a verle…esperad un poco…-- dijo La Gran Madre mientras iba al puesto de información.

Al momento y sin importarme nada de lo que pasara a mi alrededor me lance a los labios de Elvira con pasión, la abrace con fuerza, metí casi de golpe mi lengua en su boca y empecé a saborearla con energía desatada como si el mundo se acabara, ante esto ella no supo como reaccionar pude ver como sus ojos se entrecerraron y se dejo llevar al momento, sentí como Akiko, Berenice y Alexa me separaban de ella, pero yo quería mas. Elvira estaba sorprendida y no sabia que hacer, la gente se nos quedo mirando por un instante pero enseguida siguieron con lo suyo.

-- ¿Pero se puede saber que haces…? …-- pregunto Elvira sorprendida por mi reacción aunque sabía perfectamente que le había gustado, aquellos sentidos me estaban empezando a gustar.

-- Solo es un beso de amigas…no me digas que no te ha gustado…-- respondí poniéndola nuevamente en un compromiso.

-- Mira…no es que no me haya gustado…pero no es el sitio ni el momento y casi ni te conozco…así que mejor que aguantes tus ganas…-- dijo Elvira señalándome con el dedo como si me amenazara, pero en seguida cubrí aquel dedo con mi boca como si lo chupara con fruición.

Elvira se quedo embriagada por un momento, y lo dejo en el sitio incluso pude sentir si lo deslizara mas adentro, pero en ese momento regreso La Gran Madre.

-- Elvira…quieres reaccionar…y tu Amanda…haz el favor de contenerte…se que es difícil…y te esta costando…y que esto es nuevo para ti…pero tienes que luchar contra eso…-- dijo La Gran Madre como si me regañara pero al mismo tiempo me diera ánimos para que siguiera luchando y tenia toda la razón del mundo, no podía dejar que aquello me corrompiese.

-- Akiko…Berenice…Alexa…será mejor que os ocupéis de ella…por ningún motivo la dejéis que se lance por nadie…tenedla vigilada…-- dijo La Gran Madre poniéndomelas de guardaespaldas.

-- Elvira lo siento no se lo que me pasa…discúlpame…será mejor que encuentres a Samantha y te explique algunas cosas…-- dije intentando alejarla de mi por que sabia que si se quedaba cerca me lanzaría por ella.

-- Muy bien subamos y haber que es lo que recuerda…me ha dicho la enfermera que arriba esta el doctor…-- dijo La Gran Madre con tono de miedo esperando que no pudiera recordar nada.

Nos metimos en el ascensor y enseguida a mi olfato llego el mismo olor de siempre pero con más fuerza, no pude más que taparme la nariz, por suerte ni Berenice, Alexa o Akiko podían olerlo y la verdad en ese momento las envidiaba.

-- ¿Puedes oler eso…? …-- pregunte a La Gran Madre para comprobar si no era cosa de mi imaginación.

-- Si puedo olerlo pero …no puede ser ella…es imposible…Amanda no me digas que ella ha venido…si solo es una leyenda que contamos a las crías…-- dijo La Gran Madre con tono de miedo incluso en su rostro podía verse el terror.

-- Según Eve…es Ábrahel y llevo un tiempo oliendo esto y viendo cosas extrañas…incluso una amiga mía ha muerto en el instituto…ya has oído lo que ha pasado…-- dije intentando ponerla al día resumidamente.

-- Pero a ver…si tu no tienes al Nekomata que es lo que quiere…no puede ser…no puede ser eso…Además ahora que no lo tienes no habrá forma de detenerla…-- dijo La Gran Madre como si hubiera descubierto todo el pastel en ese momento.

-- ¿Qué es…?…-- pregunte con intriga y curiosidad, incluso vi en los rostros de Berenice y Akiko que estaban muy interesadas en saberlo.

-- Quiere tu facultad…la de poder procrear súcubus…ya sabes lo que pasa si tenemos un hijo con los humanos…pero tu pudiste tenerlo y no te paso nada…lo que quiere conseguir es un cuerpo…ya que no puede entrar directamente en esta dimensión y esta probando…seguro que algunos doctores estarán poseídos o habrán sido corrompidos por ella de alguna forma y están ayudándola…además estoy segura que te habrán sacado sangre…cuando diste a luz a la cría…-- dijo La Gran Madre intentando explicarme su teoría a todo esto, pero no podía creer que Samantha hubiera sido corrompida por ella.

-- Pero… ¿Que podemos hacer…? …-- pregunte con un tono casi de pánico al saber su plan.

-- No lo se… ¿Has notado algo raro en las personas…incluso en tus amigas…? …-- pregunto La Gran Madre sospechando que pudiera pasar algo.

-- Si he visto…sus ojos rojos…incluso su forma de hablar era mas terrorífica…-- respondí intentando recordar todo lo que había visto.

-- Eso podría ser un síntoma…de posesión o corrupción encubierta…muy pocas personas lo ven…pero en ese momento tenias al Nekomata y pudiste verlo…-- dijo La Gran Madre explicándome de el por que había visto eso.

-- No puede ser… ¿Entonces Verónica…?…es imposible es una Kitsune…-- dije intentando no pensar siquiera que estuviera poseída.

-- Acaso crees que los espiritus…no se corrompen o no son manipulados…solo hay que saber que usar…y si Verónica esta poseída ten por descontado que el resto de tus amigas lo están…lo que no se es por que Akiko no lo esta o Berenice aunque de Alexa se el por que…-- dijo La Gran Madre extrañada mirándolas fijamente, aquel trayecto en ascensor se me estaba haciendo eterno.

-- Akiko es…virgen…y Berenice ni siquiera le afecta la magia de Verónica…lo comprobamos…-- dije explicándole el por que, aunque esperaba que no se lanzara por ella al saberlo.

-- Bueno es un alivio…aunque me sorprende que haya vírgenes entre las nekos…por lo menos tendrás alguien en quien confiar y de Berenice…es normal al ser de otra dimensión…-- dijo La Gran Madre recapacitando sobre lo que le había dicho con un tono de sorpresa al saber lo de Akiko.

Al fin llego el ascensor a su destino al salir pude ver como los ojos de muchos de los pacientes estaban rojos y se nos quedaban mirando fijamente, incluso el ambiente era opresivo, avanzamos por el pasillo, hasta la habitación de mi padre, las enfermeras estaban de un lado para otro atendiendo a los pacientes, pero de vez en cuando se quedaban mirándonos.

-- Tienen los ojos rojos… ¿Qué pasa que todo el mundo esta poseído…? …-- pregunte en voz baja, con tono de miedo.

-- Si me he dado cuenta…será mejor que actuemos de manera normal como si no lo supiéramos…si nos quisieran muertas ya se habrían lanzado contra nosotras…-- respondió La Gran Madre intentando tranquilizarme aunque no era ningún alivio.

Llegamos a la habitación en la que se encontraba mi padre al entrar vimos al doctor que lo había estado atendiendo viendo la grafica y como mi padre estaba consciente pero aun tenis que seguir enchufado a aquellas maquinas, cuando le observe la cara la encontré algo demacrada seguramente por no haber comido en bastante tiempo, pero sus ojos de momento no estaban rojos, mi madre se lanzo enseguida a sus brazos, era increíble que pudiera estar con tanta tranquilidad.

-- Cariño…que alivio… ¿Cómo te encuentras…? …-- pregunto La Gran Madre con un tono de preocupación en su voz, aunque no tenia la certeza si era real o no.

-- Un poco mareado…no recuerdo nada de lo que me paso…solo que salí de la oficina…paseaba por las calles y de repente sentí un golpe en la cabeza…nada mas…-- dijo mi padre algo aturdido aun, pero pude ver de reojo como a La Gran Madre se le aliviaba el rostro era como si le hubieran quitado un peso de encima.

-- Papa…que alivio que estés bien…te he echado mucho de menos…-- dije intentando ocultar mis preocupaciones por un momento al menos se había salvado.

-- Princesa…estas preciosa y… ¿Quiénes son esas…? …-- pregunto mi padre mirando a mis acompañantes.

-- Ella es Berenice una amiga…que conocí hace poco…la de atrás es algo mas tímida es Akiko y ya conoces a Alexa…me alegro tanto de que estés bien…-- dije mientras le abrazaba, para intentar que no se fijara tanto en ellas, mientras La Gran Madre le preguntaba al doctor unas cuantas cosas.

-- Bueno…esto es un buen síntoma…pocos pacientes despiertan de un coma…pueden tener la completa seguridad de que es una suerte…-- dijo el doctor mientras seguía apuntando en la grafica de mi padre.

-- ¿Y que le ocurre a su memoria…?…-- pregunto La Gran Madre en un tono de preocupación de que pudiera ir recuperando poco a poco la memoria.
-- Lo que le ocurre es normal…no se preocupe a veces la mente olvida para protegerse a si misma de un acontecimiento traumático…pero por lo demás esta normal…no tiene por que preocuparse…-- dijo el doctor intentando aliviar a La Gran Madre, pero no creo que se imaginase por que le hacia aquella pregunta.

-- Bueno cariño tendrás… muchas cosas que contarme… dijo mi padre a La Gran Madre aunque ese comentario me hizo hasta gracia y estaba esperando que le respondería.

-- No creas cariño…todo ha sido muy monótono…no ha habido tantos cambios…-- dijo La Gran Madre intentando apartar el tema hacia otras cosas.

A pesar de aquello nos quedamos unos momentos riéndonos y demás, por dentro estaba feliz al haberlo recuperado pero por otra estaba preocupada por lo que pudiera decir o por lo que pudiera pasar en un futuro no podía dejar de pensar en eso, así poco a poco se nos fue pasando la tarde hasta que vimos que era de noche, y una enfermera entro para decirnos que la hora de visitas se había terminado.

En cuanto salimos de la habitación pudimos ver el ambiente se había enrarecido de sobremanera, pude notar otra vez aquel olor asqueroso que nos invadía pero lo que mas me extrañaba es que no había vuelto a ver a Elvira, cogimos el ascensor como si no pasara nada, los ojos de casi todos del hospital eran de color rojo, al llegar a la planta baja se abrieron las puertas y vimos a Elvira en la salida como si nos esperara.

-- Lo siento tengo que irme se han producido disturbios en varios sitios parece que esta ciudad se va al garete…no podré estar con vosotras…a propósito a Samantha me han dicho que esta en su casa…iré a hablar con ella…si ocurre algo intentare comunicarme con vosotras…-- dijo Elvira que al momento salio corriendo para su coche.

Al salir notamos un aire caliente y algo denso, incluso la noche podía notarla extraña, un escalofrió recorrió mi espalda, aunque todo pareciera normal sabia que no lo estaba.

-- Que extraño siento como si alguien… estuviera llamándome…-- dije intentando afinar el oído.

-- Si yo también la siento…es una convocatoria y creo que este es el sitio…así que será mejor que nos vayamos…iremos al club a ver como están…aunque no creo que se alegren de mi vuelta precisamente…-- dijo La Gran Madre mientras corríamos para buscar un taxi para poder ir lo mas rápido posible.

Por suerte no tardamos mucho en encontrarlo, La Gran Madre dijo una dirección cercana pero aun así tendríamos que recorrer algunas manzanas para llegar, a través de la ventanilla podía escuchar el sonido de los coches de policía y las ambulancias por todas partes, la gente podía verse mas enfadada, como si todo eso fuera la antesala de algo peor, en cuanto llegamos a la dirección nos bajamos del coche y empezamos a recorrer los callejones todo lo rápido que podíamos, al pasar por uno pude escuchar unos gemidos de dolor por como si alguien estuviera muriendo en agonía, nos acercamos para ver que era lo que pasaba, al entrar pudimos ver una escena espantosa, era una de las súcubus o eso parecía, no podía verle la cara muy bien por la luz, pero aquel tatuaje de una serpiente en su brazo me hizo caer en la cuenta que era una de las compañeras de clase, pude ver su ropa llena de sangre, como goteaba entre sus dedos y su boca mientras la saboreaba con la lengua, cuando mire de quien era pude ver como su cola atravesaba a un vagabundo por el corazón, mientras este estaba convulsionando entre estertores de ultima vida, al vernos aquel pobre hombre salio despedido y su rostro apareció a la luz era como el de Rubí mas anguloso de la cuenta su boca estaba llena de colmillos y unos pequeños cuernos estaban en su cabeza, sus manos eran garras terminadas en uñas de color negro, aquella criatura ya no era mi compañera, nos gruño y retrocedimos unos pasos lentamente pero La gran Madre nos indico que no lo hiciéramos.

-- Vaya parece que la transformación ha empezado…seguro que ya habrá algunas por hay…este es uno de los fallos…mírala bien Amanda… ¿Es en esto en lo que quieres acabar convirtiéndote…? …ya no es humana si te das cuenta su cola no es en forma de corazón si no de flecha…son un peligro tanto para ellas como para nosotras no respetan nada…son unas salvajes…-- dijo La Gran Madre mientras le rugía de sobremanera para hacerla saber quien era la que mandaba y por lo visto lo entendió por que enseguida emprendió el vuelo asustada.

-- No, no puede ser…no quiero convertirme en eso…pensé que las súcubus erais de otra forma… -- dije como dándome asco mi madre y en lo que me estaba convirtiendo.

-- Escucha no tienes que juzgar a todas las súcubus por ella sola…como has visto Eve y Rubí y las demás incluso yo somos de otra forma…pero siempre existen riesgos de que aparezcan las salvajes…no debes de juzgar a una por todas…normalmente no suelen aparecer…pero eso no lo decidimos nosotras…algunas chicas quieren transformarse normalmente le decimos los riesgos que corren y que es lo que puede pasarles…y a veces pasa eso…pero esta no ha sido transformada normalmente…ha sido forzada a ello…lo se, puedo olerlo…-- dijo La Gran Madre explicándome aquello mientras olisqueaba el ambiente.

-- Será mejor que sigamos al club…solo espero que estén bien…-- dije mientras intentaba apartar la imagen de mi compañera en mi mente.

Cuando llegamos al club, me extraño mucho que las puertas estuvieran abiertas, todavía había por el exterior algunos andamios y maquinas, por dentro estaba completamente a oscuras no podía verse nada, al momento una luz se encendió en el escenario donde solían bailar y aparecieron Catia y Miriam que estaban espalda contra espalda, Catia iba vestida con un pantalón vaquero de color blanco y unas zapatillas de deporte de color negro y en su torso un jersey de color rojo bastante ligero mientras que Miriam tenia una camiseta de tirantes de color fucsia con la palabra “Neko” bordada con lentejuelas y en la parte baja portaba una minifalda tableada a cuadros, conjuntada con unos zapatos de tacón de color rojo ambas portaban una katana a sus espaldas.

Al instante del fondo se encendió otra luz y pudimos ver a Akemi esta vez llevaba un traje chino de color rojo con un dragón dorado bordado, abierto por los laterales y unas zapatillas de color negro en sus pies el pelo lo tenia recogido en unos bao-bao.

Y al final por el otro lado se encendió otra luz cerca de la barra era Verónica, que al parecer se había despertado y podía usar el otro brazo perfectamente cada una de ellas tenían los ojos de color rojo y no creo que hubieran venido a darnos la bienvenida.

-- Vaya…como te dije precisamente…no creo que estén para ayudarnos…-- dijo La Gran Madre preparándose para lo que temía que fuese a pasar.

-- Alexa sal de aquí ahora…espéranos fuera…ya te avisare…si no salgo de esta…me ha encantado conocerte…-- dije previendo que no pudiera salir viva de aquello, puesto que no las tenia todas conmigo.

-- Quiero ayudar…No te dejare…-- dijo Alexa con tono casi de suplica, por lo visto no quería dejarme bajo ninguna condición.

-- Escuda ya moriste una vez por mi…y no quiero que te vuelva a pasar…aun si salimos de esta…puedo resultar un peligro como ha dicho La Gran Madre y no quiero…que te pase nada…-- dije intentando convencerla de que saliera de allí.

-- Quiero estar contigo…-- dijo Alexa casi llorando aun sin verle la cara sabia que las lagrimas ya estaban aflorando en sus mejillas.

-- Sal de aquí…AHORA!!! …-- grite ordenándoselo aunque no hubiera querido hacer eso, fue como si me hubieran clavado un puñal en el corazón escuche un portazo detrás de mi, la señal de que había salido.

-- Muy bien yo iré por Catia y Miriam…Berenice…si es verdad que la magia de Verónica no te afecta ve a por ella pero ten cuidado tiene muchos trucos bajo la manga…Akiko eres la única y creo que capaz de retener a Akemi haz lo que puedas…y tu Amanda…no interfieras no se si tendremos que matarlas…-- dijo La Gran Madre mientras sus ropas cedían mostrando sus alas y cola a la vez que escuchaba como su voz cambiaba y las garras aparecían en sus manos.

Berenice igualmente se deshizo de las ropas que portaba y al igual de Akiko se preparo para el combate, aquello que se avecinaba no sabia como iba a terminar.

-- Esperad un momento…tengo unos sellos que me dio Verónica…me dijo que cuando llegaría el momento…sabría cual es y estoy segura que son para esto…solo tenemos que contenerlas y les pondré los sellos…-- dije recordando lo que me había dado Verónica para esta ocasión.

-- Parece que Verónica siempre va un paso por delante de todo…bueno si tenemos eso…esperemos que funcione…Vamos aya…-- dijo La Gran Madre como si fuera el pistoletazo de salida para aquella batalla campal que se iba a organizar, solo esperaba que todas salieran bien de aquello.

Todas se lanzaron rápidamente a por sus contrincantes yo no pude mas que esperar atrás solo esperaba que terminara rápido, Berenice se lanzo contra Verónica a pesar de su rapidez Verónica pudo seguirla y esquivar varios de sus golpes por un momento me pareció incluso perderla de vista utilizaba la oscuridad como su recurso para poder sorprenderla, mientras La Gran Madre se lanzo contra Miriam y Catia no creía que pudiera vencerlas pero si retenerlas de alguna forma sabia que esa combinación era letal para ella, a pesar de todo de un salto llego a la pista, golpeando contra el suelo ambas saltaron con la katana dispuestas a cortarla en dos por suerte pudo evitar los golpes aunque sabia que no estaría así por mucho tiempo, entretanto, escuche como un especie de rugido proveniente de Akemi y me temí lo peor su transformación en Bakeneko que no le iba a resultar muy fácil a la pobre de Akiko, inmediatamente esta se lanzo contra ella y empezaron un intercambio de golpes que casi eran imposibles de seguir en parte por la rapidez en parte por la oscuridad que había, al instante escuche un siseo y como Berenice descendía del techo para apresar entre sus anillos a Verónica pero esta pudo esquivar el ataque haciéndola caer sobre las sillas que literalmente volaron del sitio inmediatamente recupero la verticalidad y se volvió a lanzar contra ella cogiendo ambas manos con la suya como si en un pulso de fuerza se tratase, aunque aquello lo había visto antes, solo esperaba que la contusión que tenia entre las costillas contra Akila sirviera de algo, mientras La Gran Madre seguía esquivando los golpes de ambas, de Miriam y Catia; eran como relámpagos plateados, pero de momento ninguno logro acertarle, La Gran Madre se defendía fantásticamente, pero en uno de sus movimientos la espada de Miriam acertó en su brazo un grito de dolor resonó en el bar y yo me temía lo peor, pero aun así no dio señales de flaqueza y se lanzo directamente contra Miriam esta tuvo que ir retrocediendo hasta que una de las garras impacto en su pierna, esta grito de dolor y tuvo que detenerse pero Catia no le dio tregua lanzándose contra ella de un salto que casi llego a cercenarle la cabeza.

Akiko por su parte intentaba contener a Akemi cuanto podía pero aquellos golpes eran devastadores solo le quedaba intentar esquivarlos, algunos de los golpes de Akemi lograron impactar en los brazos de Akemi pero casi sin ningún resultado esta seguía moviéndose a una velocidad pasmosa, ya podía ver incluso el cansancio en su rostro sabia que no aguantaría mucho y necesitábamos frenarlas de alguna forma lo mas rápido posible, en seguida mi vista se fijo en Berenice que en su pulso fue perdiendo poco a poco enseguida vi como su cola se enrosco en el cuello de Verónica para intentar estrangularla esto hizo ganar algo de tiempo, las manos de Verónica soltaron las de Berenice y se centro en la cola que poco a poco iba perdiendo el aire de sus pulmones en un momento esta cayo al suelo, solo pensé que ojala fuera un desmayo y no la hubiera matado, me acerque todo lo deprisa que pude, y me di cuenta que aun respiraba y Berenice me miraba con cara de cansancio.

-- No te preocupes esta viva…iré a ayudar a la súcubus…-- dijo Berenice con cara de cansancio.

-- Es mejor que vayas con Akiko…no creo que pueda salir viva de eso…intenta detenerla…-- dije mientras sacaba uno de los sellos de mi bolsillo y se lo colocaba en su frente, al momento Verónica recupero la consciencia y pude ver que aquellos ojos rojos habían desaparecido pero se encontraba algo aturdida solo eso no pude mas que abrazarla, mientras veía como Berenice iba a ayudar a Akiko todo lo rápido que podía.

Mi vista enseguida se poso en la batalla de La Gran Madre que al parecer iba perdiendo terreno, ya tenia varios cortes tanto en brazos como en piernas, pero n ose daba por vencida, bajo del escenario rugiendo como si las retara, sentí como si aquella fuera a ser su ultima lucha pero no quería creerlo, Miriam salto del escenario con la intención de darle un tajo mientras, que Catia la observe quieta con los ojos cerrados como si se concentrase y al momento la vi ejecutar una maniobra que parecía como una sierra que diese vueltas, la espada de Miriam se quedo a escasos centímetros del corazón de La Gran Madre que fue sujetada con una de sus manos que enseguida empezó a sangrar por ella, y la otra en el movimiento final de Catia su hoja quedo a poca distancia de su cuello, que por suerte fue detenida por otra de sus manos, la sangre de La Gran Madre empezaba a formar charcos en el suelo, ambas tenían una fuerza descomunal y poco a poco iban cediendo y llegando a su objetivo, en ese momento ella me miro con unos ojos de amor intentando decirme que me quería con todo su corazón y que era el momento, en seguida me lance por ellas por sus espaldas por suerte no llegaron a oírme estaban centradas en su acción, pero la mala suerte volvió a golpearme nuevamente, La Gran Madre no tuvo la fuerza suficiente debido a la perdida de sangre o yo no me di la prisa necesaria, pero por desgracia aquellas hojas llegaron a sus destinos una de ellas atravesó el corazón de ella profiriendo un grito de dolor que resonó en todo el edificio mientras la otra atravesó su cuello, haciendo que su cabeza rodara por el suelo, en ese momento puse los sellos en sus frentes haciéndoles caer al suelo, yo no pude mas que quedarme parada mirando lo que había pasado y como había vuelto a perder a mi madre esta vez para siempre, no podía apartar la mirada de su cuerpo que aun soltaba estertores de sangre y su cabeza cercenada tirada por el suelo, mi mente estaba nublada por aquello sentía un odio tremendo pero no hacia Catia ni Miriam ya que sabia que estaban siendo controladas por Ábrahel, en ese momento note como si algo quisiera salir de mi espalda la corrupción había llegado a un punto critico, el dolor me atenazaba el cuerpo completamente y mi cabeza estaba confusa, cuando finalizo aquella tortura me di cuenta de que tenia unas alas negras como las que tenia Rubí...


FIN DEL CAPITULO 4


P.:eek: Bueno aqui os dejo la continuacion siento haber tardado tanto pero ando algo deprimida como os dije muchas gracias a todos :)
 
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