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El Regrso de mis Gatitas

Yarina

Bovino adolescente
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21 Oct 2008
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51
TODO A LA NORMALIDAD O ESO CREO…

Bueno aquí ando de vuelta, no sabría que deciros ya lo sabéis todo de mi, en esto nuevo os diré lo que paso desde donde nos quedamos así aclarare varias cosas, que por lo que parece resulto mas precipitado de lo que esperaba.

Para empezar pudimos derrotar a Aloqua ya lo habréis leído fue una batalla cruenta, al final aprendí una cosa que esa transformación era gracias a ellas no a la tierra de un cementerio aunque también tenia parte que ver en algunas ocasiones; después de derrotarla llego la policía justo a tiempo como en casi todas las ocasiones, pues bien al entrar pudieron ver un escenario desolador, yo estaba gritando por que había roto aguas, y varios cuerpos de sucubus estaban por el suelo, por suerte o no se lo que paso Catia y las demás ya no estaban, la policía se apresuro a llamar una ambulancia y a recoger a Elvira que estaba en el suelo recubierta de trozos de carne y sangre.

-- Por favor queréis daros prisa…Ahhhhhhhh…esto es insoportable…-- grite de dolor no pensaba que esto iba a doler tanto, sentía como si me partieran por la mitad, el dolor se acumulaba en mis caderas.

-- Aquí equipo de rescate…necesito dos ambulancias…rápido…-- dijo el policía a la radio.

-- Jefe…Elvira esta viva…-- dijo el otro policía mientras comprobaba los signos vitales de Elvira.

Por lo menos por esa parte estaba contenta, la pudimos rescatarla pero lo que no estaba muy tranquila es de los cuerpos de las sucubus que había tirados no sabría como iba a darles explicaciones sobre eso. Dos policías se acercaron ami para intentar tranquilizarme pero no había forma de que dejara de gritar aquella cría quería salir y no iba a detenerla nada.

Al rato escuche que llegaban las camillas a donde yo estaba para recogernos la primera en subir fui yo pedí que me llevaran al hospital donde trabajaba Samantha que era mi ginecóloga por decirlo así, por lo menos estaría segura de que no tendría problemas si la niña salía con algún rasgo de Rubí.

En pocos momentos llegamos al hospital yo seguía con las contracciones quería que me pusieran la epidural como fuese y quitarme este dolor infernal.

Al momento fui llevada a una habitación, estaba decorada con un estilo hogareño incluso la cama y los dos sillones que allí había, aquel sitio parecía una habitación de una casa normal, al momento entro Samantha llevaba la típica bata de doctora, unos pantalones tejanos algo viejos lo mas seguro serian antiguos, en sus pies llevaba unos zapatos de tacón no muy altos, y vestía una blusa de color crema.

-- Que alivio…que estés bien… ¿Y las demás como están? …-- pregunto Samantha, esperando que estuvieran bien y hubieran sobrevivido.

-- No lo se…desaparecieron al momento…pero lo que me preocupa no es eso…es que dejamos cuerpos de sucubus por todo el lugar…Ahhhhhhhh…-- dije yo mientras intentaba controlar el dolor que tenia.

-- No te preocupes por eso y respira profundamente…por lo visto tienes las contracciones de parto…relájate y no pienses en nada ahora mismo…-- dijo Samantha intentando tranquilizarme ojala hubiera estado en mi lugar para ver si estaba tranquila.

-- Dadme la epidural ahora…o lo que tengáis…-- dije desesperada por el dolor no quería que nadie mas me volviera a tocar fuese quien fuese.

-- Lo siento Amanda pero…lo mas seguro es que no pueda dártela…no sabríamos como afectaría al bebe y menos siendo de quien es…-- dijo Samantha explicándome la situación y en verdad tenia razón pero necesitaba algo para relajarme.

-- Muy bien abre las piernas…voy a mirar la dilatación que tienes…-- dijo Samantha levantándome las piernas.

Por que pensé en cuanto dijo esa frase que aquello había sido el motivo de todo esto y que en otras circunstancias no me hubiera importado pero ahora mismo me sonaba incluso hasta mal.

-- ¿Perdón…? …¿Se puede…? …-- dijo una voz que se me hizo muy familiar, al parecer Akiko había venido, cojeaba algo pero para mi era un regalo del cielo tenerla allí.

Akiko estaba como siempre nerviosa pero esta vez no podía juguetear con su cola así que estaba jugando con sus dedos de alguna forma vestía unos leggins de color crema muy suaves que se ajustaban a su figura una blusa de color rojizo con un osito bordado y unos botines de color oscuro, inclusive el rubor de sus mejillas la hacia maravillosa, el pelo lo llevaba recogido en unos bao-bao, era como sacada de un cuento de hadas.

-- Adelante…bueno al parecer te queda un poco…volveré enseguida…-- dijo Samantha mientras salía de la habitación dejándolas a solas.

-- ¿Cómo están las demás…? …-- pregunte de forma curiosa por la desaparición que tuvieron.

-- Las demás están a salvo por suerte Akemi sabe mas de una cosa y pudo salvarnos…decidieron que fuera yo… la que viniera…al menos Verónica pudo curarme un poco…y las otras están descansando…esperan que todo vaya bien…-- dijo Akiko con su habitual timidez y nerviosismo.

-- Muchas gracias por venir Akiko…te lo agradezco ven acércate…-- dije mientras le indicaba que acercara su carita.

Mis labios se posaron en su mejilla calida y suave, tenia la piel como si fuera la de un bebe, y no podía resistirme, en mi mente se paso que ojala hubiéramos tenido un momento mas apropiado.

-- De…nada…tengo que…ir…al baño…-- dijo Akiko completamente ruborizada, parecía un tomate y mas aun con aquella blusa que le hacia juego con su carita. Al volverse casi termina tirando una de las maquinas y tardo un momento en dar con el pomo, no se si se trataba de tortura o algo pero me encantaba verla así.

Al momento tuve otra contracción, pulse el mando que tenia al lado de la cama y enseguida vino una enfermera para comprobar lo que pasaba y llamo a los enfermeros el momento del parto se acercaba.

Me colocaron en una camilla y me llevaron a la sala de partos, aquel momento se acercaba al entrar note lo frío que ella aquella habitación incluso me parecía hostil por decirlo de alguna forma pero no había otra forma, en cuanto me pasaron a la camilla, vi que había poco personal y me extraño siempre que veía por la televisión solía haber mas gente en esto, solo estaba Samantha y una enfermera, al momento entro Akiko con un bata del hospital y una mascarilla para estar a mi lado.

El dolor era insoportable, sentía como si me abrieran en dos, solo quería que aquello pasara lo mas rápido posible pero sabia que no iba a ser así, de vez en cuando oía decir a Samantha que empujara y que me relajara de vez en cuando aquello era una tortura completa, no creía que ninguna mujer quisiera repetirlo, Akiko me cogia la mano para apoyarme de vez en cuando la miraba podía ver su cara de asombro detrás de la mascarilla sus ojos abiertos como platos no quería perderse detalle de aquello, no se ni el tiempo que llego a pasar pero al fin escuche un sonido maravilloso después de toda aquella tortura el llanto del bebe.

-- ¿Qué tal esta…? …Quiero verla…-- pregunte deseosa de tenerla entre mis brazos.

-- Espera un poco…están bañándola…-- respondió Samantha mirando mi cara de felicidad, incluso Akiko se le llegaron a saltar las lágrimas.

Al momento Samantha se volvió para darme a la pequeña era preciosa, era perfecta lo único que me parecía raro o normal en este caso era su pequeña colita terminada en corazón que tenia, de reojo vi como Samantha se giraba para hablar con la enfermera lo mas seguro para que no dijera nada de la cría, ya que podrían llevársela.

-- Bueno en un momento te llevaremos de nuevo a la habitación…de momento descansa un poco…-- dijo Samantha mientras salía de la sala y me dejaba con Akiko.

-- ¿Puedo…cogerla? …-- dijo Akiko nerviosa, aunque se le notaba que tenía muchas ganas.

-- Claro…pero ten mucho cuidado…-- dije pasándole al bebe a sus brazos, cuando lo hice pude ver que tenia una pequeña cicatriz en la mano, que se la atravesaba por completo, y me vino a la mente aquella extraña mujer que me ayudo cuando casi estaba a punto de matar a Catia, no podía ser que fuera ella, era increíble pero había sido mi propia hija quien me ayudo.

-- Es preciosa…-- dijo Akiko mientras la tenia en brazos incluso me la podía imaginar siendo madre.

Al rato se abrieron las puertas, y entro Samantha con dos celadores, cogieron la camilla y me llevaron a la habitación.

Una vez que estuve allí vi que al lado de la cama había una cuna, para dejarla descansar, Akiko la coloco en ella, con sumo cuidado.

-- ¿Bueno que tal te encuentras…? …-- pregunto Samantha asegurándose de mi estado.

-- Estoy hecha polvo…no se como las mujeres les gusta repetir esto…yo con una tengo de sobra…-- respondí casi con ironía aunque no entendía como querían repetir.

-- Eso es normal ahora descansa…lo que me preocupa es si…el bebe se alimentara de la misma forma que los humanos…-- dijo pensativa y no le faltaba razón solo esperaba que fuera de la manera normal y corriente, al momento salio por la puerta para dejarme descansar.

Akiko se tumbo en una de los sillones y se dispuso a dormir lo mismo que yo estaba molida y necesitaba descanso, aunque en la cabeza rondaba la preocupación de cómo se encontrarían las demás, aunque Akiko me hubiera dicho que estaban bien y recuperándose.

La noche paso sin la mas minima incidencia incluso la pequeña no lloro en absoluto, a la mañana siguiente desperté allí, me pareció que hubo sido un sueño todo lo que había ocurrido, pero cuando me fije en la pequeña que estaba en la cuna pataleando, supe enseguida que no lo era, observe que Akiko seguía durmiendo estaba monísima parecía como un angelito, sus mejillas incluso estaban sonrojadas, solo pude esbozar una sonrisa me dio pena pero tenia que despertarla.

-- Akiko…Akiko despierta…despierta dormilona tienes que ayudarme…-- dije intentando no hacer mucho ruido, pero el suficiente para despertarla.

Enseguida me di cuenta como las orejas de gata aparecieron moviéndose como si hubieran captado mi voz llamándola.

--Eh… ¿Qué pasa…? …-- dijo Akiko somnolienta aun, estaba preciosa, tenia una oreja levantada y la otra semicaida y los ojos entreabiertos era una postal de las tantas de veces que lo había visto en los mangas.

-- Despierta…ayúdame coge a la niña y dámela…que tendrá hambre seguro…y guarda las orejitas…aunque por mi no te preocupes estas lindísima…-- dije intentando que ocultara las orejas por si entrara alguien y la descubriese, aunque ya teníamos bastantes problemas con esos tipos con la nebeda, aunque de momento no los había visto por ninguna parte y era un consuelo.

Akiko se acerco y cogio a la pequeña y me la entrego en cuanto le puse el pecho en la boca la bebe poso sus labios sobre el y empezó a alimentarse, por lo menos era un alivio saber que se alimentaba así.

-- Estas…preciosa…-- dijo Akiko mientras me miraba, al momento bajo la cabeza sonrojándose y jugando con sus dedos.

-- Eso suelen decir de las madres…cuando nos ven en esta forma…-- dije imaginándomela a ella también en la misma forma.

-- ¿Sabes…?… Estarías muy linda… de la misma forma…-- dije con la intención de ruborizarla y al parecer dio el efecto deseado ni siquiera pudo responder.

Mientras estaba dándole de comer al bebe una paz interior me invadió era sorprendente la calma que podía dar un simple acto como este, ni siquiera note como las orejitas salían mostrándose.

-- Amanda…las orejas…han salido…-- dijo Akiko señalándomelas, si no llega a ser por ella ni siquiera me hubiera dado cuenta.

-- ¿Qué…?…No me digas que están fuera…esto es increíble…-- dije mientras intentaba ocultarlas de alguna forma pero no había manera, pude ver incluso como la bebe estuviera mas feliz.

Al momento entro Samantha en cuanto me vio cerro la puerta de golpe, parecía como asustada.

-- Pero… ¿Se puede saber que haces…? …Esconde eso ahora mismo…quieres que te vea todo el mundo…además enseguida te traerán el desayuno y tienes que darte una ducha…-- dijo Samantha con preocupación y no le faltaba razón pero no podía hacer nada, lo intente varias veces pero no había forma alguna de hacerlas desaparecer.

-- A ver lo estoy intentando pero no hay forma…no se van…que quieres que haga que me las corte…-- dije intentando convencerla que no era cosa mía en absoluto.

-- Pues tenemos un problema… no tardaran mucho en venir…así que haz algo…Akiko también podrías ayudarla…-- dijo Samantha intentando que Akiko hiciera algo.

-- No se… lo que hacer…normalmente deberían de ocultarse… en cuanto lo deseamos… pero esto es nuevo para mí…-- dijo Akiko completamente preocupada.

La niña al momento dejo de alimentarse en cuanto hizo eso, las orejas desaparecieron, lo que me resulto muy extraño es como si la pequeña reclamara la parte de Nekomata que tenia para alimentarse.

-- Menos mal…no se te ocurra volver a hacerlo…te podrían pillar y a saber lo que harían contigo ya es bastante… tener que ocultar la cola del bebe y que nadie diga nada…ahora levántate y date una ducha…después te reconoceré a ti y al bebe para comprobar que estáis bien…-- dijo Samantha calmándose, pero sabia que todo aquello le estaba costando mucho el tener que ocultarlo tal vez demasiado.

-- Akiko hazme un favor…seguro que ya mismo tendrás que cambiarle el pañal…así que estate atenta mientras me ducho…-- dije intentando preveer lo que pudiera pasar y estaba convencida de que pasaría.

Me introduje en aquel cuartucho, reducido y en la ducha cerrando las cortinas, deje que el agua me limpiase por completo, volví a sentirla sobre mi piel recorriendo cada recoveco de mi cuerpo, ami mente vino la imagen de la primera vez que estuve con Alexa dentro con ella.

Enseguida escuche a la bebe llorar y sabia que eso era cosa de que tenia que cambiarla, solo escuche como Akiko protestaba y se liaba con el cambio de pañal, pero me resulto extraño que siguiera llorando. Al rato salí con la bata típica abierta por detrás y vi como Akiko estaba acunándola entre sus brazos pero no dejaba de llorar.

-- ¿La has cambiado…? …-- pregunte extrañada al ver que no dejaba de llorar.

-- Claro…la he cambiado…pero no deja de llorar…dijo Akiko nerviosa…ante lo que pasaba.

Al momento me acerque a ella y la volví a coger, y al parecer se callo enseguida; esta era otra cosa nueva que había aprendido por lo visto estas crías no soportan separarse de sus madres y me parecía encantador pero a la vez un problema.

-- A propósito no te he preguntado… ¿Cómo esta Elvira y mi padre…? …-- pregunte con extrañeza no había oído nada sobre ellos y andaba algo preocupada.

-- Pues si te soy sincera…Elvira esta en la planta de arriba y se esta recuperando poco a poco…estoy convencida que saldrá de esta…y en cuanto a tu padre se podría decir que lo mas seguro es que se recupere pero tardara aun un poco de tiempo así que no te preocupes…-- dijo Samantha explicándome la situación y por dentro estaba muy aliviada solo esperaba que salieran de esta echaba muchísimo a mi padre de menos, a saber como le explicaría que su esposa era una sucubus y que había desaparecido en una dimensión y que tenia una nieta que era hija de otra, mi mente se liaba con tatas cosas de momento era mejor no pensar en eso.

Me recosté en la cama y enseguida entro una enfermera con el desayuno aunque la verdad no tenia el estomago para aquello, tenia que comer algo, así que le di la pequeña a Akiko y empecé a comer al parecer estando yo en la habitación la bebe no lloraba y era un alivio, antes de empezar a desayunar Samantha decidió auscultarme y revisarme para ver si estaba bien tanto ami como a la pequeña.

-- Bueno al parecer…estáis las dos en perfecta forma aunque tu estas algo agotada pero es normal…bueno te dejo comer tranquila…-- dijo Samantha después de habernos auscultado.

-- ¿Akiko tienes hambre…? …Por que no tengo yo muchas ganas de desayunar si acaso la fruta…-- pregunte a Akiko con la intención de que se lo comiera y al menos que vieran que me encontraba bien.

-- ¿Te encuentras bien de verdad…? …-- pregunto Akiko extrañada por mi decisión.

-- Si de verdad lo que pasa es que no tengo el estomago… ahora mismo para que entre nada…-- respondí cogiendo la pieza de fruta mientras Akiko cogia la bandeja y se disponía a desayunar.

Yo deje al bebe en su cuna mientras se quedaba dormida, en ese momento escuche como llamaban a la puerta no creía que fuese la enfermera de nuevo o lo mismo era Samantha con nuevas noticias.

-- ¿Se puede…? …-- pregunto una voz muy familiar para mi era la de Alexa, al entrar vi que llevaba una falda con algo de vuelo de color rosa atada por un cinturón de color negro, en sus piernas unas medias de color rojo marcaban sus muslos de una forma maravillosa, terminada en una blonda de encaje del mismo color, en sus pies llevaba unas zapatillas de color blanco y rosa con un osito en la parte de atrás, en su torso una camiseta de tirantes de color azul pastel , esta vez ***** unos pendientes de perla muy discretos y no iba muy maquillada salvo los labios de un color fresa fuerte su pelo estaba recogido en cola de caballo, en su mano portaba un pequeño bolso de color negro.

-- Alexa…que bien que te hayas recuperado…-- dije viéndola entrar por la puerta alegre como casi siempre.

-- Amanda…se te ve genial…-- dijo Alexa mientras se lanzaba en la cama a abrazarme, en ese momento acerco su boca a mi oreja y paso su lengua calida y húmeda suavemente mojándomela, sentí como se me puso el bello de punta en un instante, todo mi cuerpo me estaba pidiendo que estuviera con ella pero sabia que no podía ser, además estaba agotada.

Al instante Akiko dejo la bandeja a un lado y se lanzo a la cama abrazándome las dos por un instante se quedaron mirando fijamente me parecía estar en medio de una batalla y que era la mediadora y que cualquiera cosa que hiciese seria un problema, pero sorprendentemente las dos se acercaron a mi oído e hicieron los mismo es como si se hubieran puesto de acuerdo de alguna forma y al parecer estando Alexa a Akiko se le iba parcialmente la timidez; con aquella sensación yo me quede como extasiada era como si estuviera en el cielo, pero en seguida note como las manos de cada una fueron a parar a mis pechos amarrándolos con fuerza yo no pude mas que proferir un gemido estaban demasiado sensibles.

-- Vaya parecen…que han crecido…están muy bien…tengo unas ganas enormes de saborearlos nuevamente…-- dijo Alexa mientras manoseaba mi pecho y pasaba uno de sus dedos por mis pezones, aunque Akiko estaba como un tomate no se quedaba atrás quería imitarla era como si fuera una hermana para ella de alguna forma la había aceptado así.

Los colores subieron a mi cara quería sentir mas y mas pero no podía hacerlo y tenia que detenerme pero mi mente me decía que no mi cuerpo empezaba a calentarse lentamente, pero todo aquello fue roto por el llanto de la pequeña que es como si pidiera algo.

-- Parad de una vez…por favor que la niña quiere algo…ufff...…si que sabéis como calentar y encima Akiko tu la sigues…tranquila no te estoy regañando no te preocupes sabéis que me gusta pero no es plan estoy algo agotada…-- dije mientras cogia a la niña y la acunaba, enseguida se quedo callada, creo que era para saber si me encontraba allí.

-- Bueno… ¿Y como tienes pensado llamarla…? …-- pregunto Alexa curioseando aunque la verdad no tenía pensado ningún nombre.

-- ¿Qué te…parece…Alice…? …-- dijo Akiko tímidamente mientras bajaba la cabeza jugando con las sabanas.

-- No esta mal…me gusta, bueno esta decidido la llamare Alice…-- dije totalmente convencida además le pegaba mucho.

-- Bueno es mejor que descanse un poco…y no se os ocurra hacer nada raro que os veo venir…-- dije dejándolo claro, para que no se hicieran ilusiones.

Poco a poco me fui quedando dormida, no se si el tiempo que estuve así hasta que nuevamente el llanto de la cría me volvió a despertar, estaba segura de que tenia hambre, al abrir los ojos vi como tanto Alexa y Akiko estaban dormidas recostadas en los sillones cada vez que las miraba mas y mas me parecían gemelas.

-- Vamos deja de llorar…si, se que tienes hambre…ven aquí…-- dije mientras la cogia, seguidamente saque un pecho y se lo puse en los labios y nuevamente empezó a alimentarse la paz me invadió nuevamente de golpe y las orejas volvieron a salir, era increíble que aquella pequeña pudiera hacer eso.

Ami mente venían varias preguntas que no tenían respuesta al menos de momento, que haría con ella o que es lo que pasaría, como se lo diría a mi padre, como lo aceptaría y mas aun que le había pasado a mi supuesta madre, y tampoco creía que Akemi quisiera que le dijera que seguía viva, los problemas seguían viniendo mas y mas pero cuando la miraba me olvidaba de todos ellos.

De momento era mejor que estuviera en coma, y solo esperaba que Elvira pudiera solucionar todo aquel embrollo que se había formado.

Pasado un rato la pequeña dejo de comer y la volví a acostar en la cuna pero en cuanto fui a recostarme nuevamente sentí como si la tierra temblara bajo mis pies, era un terremoto, la bebe se puso a llorar asustada; yo me puse encima de la cría por si pasara algo, empecé a escuchar las alarmas y las sirenas de todos los coches las voces de las enfermeras y de todos los que allí había, enseguida se despertaron medio adormiladas tanto Akiko como Alexa que salieron al pasillo para ver que es lo que sucedía.

-- ¿Pero se puede saber que es lo que pasa…? …-- pregunte totalmente asustada mientras cubría la cuna con mi cuerpo.

-- Al parecer es un terremoto…y es raro, por aquí no suelen haber…-- dijo Alexa desde el pasillo.

La bebe seguía llorando asustada y no era para menos, incluso yo lo estaba pero ante esto no se podía hacer nada.

Pasado un rato aquello se detuvo y vimos como los celadores empezaron a revisar las habitaciones una por una para ver si la gente se encontraba bien en seguida, Alexa dejo pasar a Samantha a la habitación.

-- ¿Os encontráis bien…? …-- pregunto preocupada y algo cansada por la caminata que se había tenido que dar lo mas seguro.

-- Si no te preocupes… ¿Qué ha sido eso…? …-- pregunte extrañada y asustada mientras seguía encima de la cuna tapándola.

-- Al parecer ha sido un terremoto…pero es raro por aquí no suele haber…bueno por lo menos estáis bien…el hospital no ha sufrido muchos daños mas bien ha sido el susto que otra cosa…mejor que volváis a dormiros…-- dijo Samantha explicándonos la situación.

El resto de la noche paso completamente normal si ningún incidente, pero no pude quedarme dormida, solo podía escuchar a los celadores moverse por el pasillo, incluso los coches de policía yendo de un sitio para otro, tanto Alexa como Akiko se durmieron rápidamente no tuvieron problemas para ello.

La bebe cogio el sueño rápidamente, y me alegre por ello, sabiendo que no podía dormir me levante y fui a la venta a ver como estaba la situación al levantar la persiana pude ver que algunos edificios habían sufrido daños y tanto la policía como los bomberos estaban por allí, también había bastante gente por las calles asustadas, las ambulancias habían salido seguramente por algunas llamadas que se hubieron producido, mire al cielo esperando alguna respuesta de las muchas que tenia en mente pero ni siquiera la luna estaba seguramente seria luna nueva, podían verse las estrellas casi con claridad.

Al momento llego a mi nariz un olor extraño casi nauseabundo, tuve que taparme la nariz de inmediato, pensé que alguna tubería se habría roto por le movimiento lo mas probable, me quede mirando por un rato al instituto esperando volver a recuperar mi vida normal que en antaño tuve pero sabia que eso era imposible, y aunque sintiera nostalgia no me arrepentía de ello.

Pasado un rato de estar mirando me entro el sueño, así que volví a recostarme el resto de la noche paso rápidamente no pensé siquiera el tiempo que había pasado frente a la ventana, por la mañana fui despertada por los rayos de sol que entraron por la ventana el día se veía que iba a ser estupendo.

Ambas seguían durmiendo parecían angelitos, yo me acerque a la cuna y vi que estaba despierta como esperándome, lo que me pareció muy raro es que ninguna de estas noches hubiera llorado en absoluto era muy silenciosa, así que la cogi entre mis brazos y me dispuse a alimentarla antes de que despertaran y vinieran las demás enfermeras, sabia que dentro de poco me darían el alta pero antes de eso quería ver a mi padre y si pudiera ser a Elvira.

Nuevamente las orejas volvieron a aparecer, y me sentí en paz con todo, pase así un rato un vez hubo acabado el bebe lo volví a colocar en su cuna y me quede sentada en la cama esperando que Samantha viniera para darme el alta y esperando que ese par de dormilonas desaparecieran.

Al momento entro tocaron a la puerta y Samantha entro nuevamente para auscultarme y comprobar que todo estaba bien.

-- Bueno parece que todo esta bien…hoy mismo te puedes ir…al menos todo ha ido bien…pero si puede ser me gustaría seguir el crecimiento de tu hija a ser posible claro…-- dijo Samantha aliviada y esperando poder seguir el proceso.

-- Claro me vendría muy bien gracias…al fin podré quitarme esta bata de una vez…no se como no se terminan resfriando los pacientes con esto…otra cosa crees que podría ver a mi padre…-- dije protestando por aquellas batas que me era un suplicio, pero también quería ver a mi padre.

-- Claro no te preocupes te llevare a donde esta…espera aquí un momento ahora vengo…-- dijo Samantha mientras salía de la habitación lo mas seguro por una silla de ruedas.

Al momento entro con lo que había pensado cogi la niña en brazos y me dispuse a sentarme.

-- Puedes dejar a la niña en la cuna no creo que se la lleve nadie…además están ellas dos…-- dijo Samantha pensando que no podía apartarme de ella.

-- Al parecer llora si no estoy a su lado o en la misma habitación…-- respondí explicándole la situación.

-- Interesante…-- dijo Samantha dándole vueltas a lo que le había dicho.

Enseguida Samantha me llevo por los pasillos, recorriéndolos pude ver que ya las enfermeras estaban llevando los desayunos a las habitaciones y los celadores preparaban algunos pacientes para operaciones, que incluso bromeaban para que se les pasara el miedo que pudieran llevar, en seguida llegamos al ascensor y subimos a la planta quinta, una vez allí, recorrimos los pasillos y fuimos a la habitación; al entrar me encontré a mi padre enchufado a las maquinas, al verlo sentí una presión en el estomago si hubiera estado despierto y me hubiera visto así no hubiera sabido que decirle.

-- Bueno te dejo un momento a solas…enseguida vuelvo…-- dijo Samantha dejándolas a solas.

-- Hola papa…bueno tengo muchas cosas que contarte…pero no sabría como empezar…bueno la primera ya la ves eres abuelo…si se que te dije que tendría un bebe cuando me casase pero las cosas son así…y respecto a mama no sabría como decírtelo…no era precisamente humana que digamos y ha desaparecido y respecto a Akemi sigue viva y la he conocido es una madre excelente…son muchas mas cosas que no tendría tiempo solo espero que te recuperes lo antes posible…-- dije mientras cogia su mano a cada palabra que decía las lagrimas saltaban a mis mejillas de la emoción.

Al momento entro Samantha para volver a llevarme a la habitación y darme el alta.

-- Bueno ya es hora de que volvamos…así te puedes vestir e irte a casa…-- dijo Samantha cogiendo la silla de ruedas y llevándome de vuelta.

-- Espera, me gustaría visitar a Elvira…además se que no saldría de aquí…puede ser que me esperasen abajo la policía…aunque no los he visto…en ningún momento se que andan por aquí…-- dije previendo que posiblemente me los encontraría en cuanto saliese del hospital.

-- Bueno como tú quieras…-- dijo Samantha con resignación como si supiera que decía la verdad.

Samantha volvió a meterme en el ascensor y fuimos a la planta de Elvira nada mas salir pudimos ver policías patrullando por los pasillos, varios de ellos se me quedaron mirando, sabiendo perfectamente quien era.

Al momento llegamos a su habitación Samantha me dejo un momento atrás, mientras ella hablaba con los guardias de la puerta para dejar que pasara, de mientras yo jugueteaba con la niña, en cuanto le daba el dedo lo agarraba y su pequeña cola se agarraba ami muñeca, no sabia si era instintivo o por que ella quería hacerlo.

Pasado un momento, Samantha regreso para llevarme a la habitación, al menos podría hablar con ella y saber como se encontraba.

En cuanto entre vi que estaba sentada en la cama, su pelo estaba alborotado, tampoco llevaba nada de maquillaje y estaba conectada a la maquina de los latidos pero poco mas parecía que estaba bien y que pronto saldría de allí.

-- Vaya mira quien tenemos aquí…que tal te encuentras mama…-- dijo Elvira casi bromeando al verme.

-- Parece que vas mejorando Elvira…me alegra por ello venia a hablarte de una cosa…-- dije pero antes de terminar lo que iba a decir Elvira me interrumpió.

-- Antes me gustaría hacerte una pregunta que me es crucial… ¿Qué narices me ha pasado…? …-- pregunto Elvira extrañada y con razón pero creo que aunque se lo contara no se lo creería.

-- Si te lo tuviera que contar no me lo ibas a creer te lo aseguro…-- respondí dudando de que pudiera creérselo.

-- Mira si creo en la existencia de sucubus…y de Catia…que te hace pensar que no te creeré…sorpréndeme… dijo Elvira esperando mis explicaciones.

Me llevo mas de un rato explicarle lo que había sucedido, Elvira parecía beberse mis palabras, atendiendo a todo lo que decía.

-- Sabes una cosa…me lo creo…a duras penas pero estoy segura de que dices la verdad…no sabría como explicarlo, pero te creo…-- dijo Elvira convenciéndose de que era la verdad.

-- Bueno quería comentarte una cosa…sobre lo de los asesinatos a las chicas del instituto…no fui yo…de verdad es imposible que yo les hubiera hecho eso…me conoces algo por el poco tiempo que llevamos juntas…-- dije intentando apelar a su corazón, sabia que si fuera a la cárcel no sabría que iba a suceder con la pequeña.

-- Mira Amanda, estoy segura que tu no lo has hecho…es mas intentare traspapelar esto de alguna forma…pero no se si podré de momento no te preocupes pero estate por segura que pasare por tu casa de vez en cuando para echar una ojeada…y a propósito me dejas cogerla…no me puedo resistir a los bebes…-- dijo Elvira mirando a la pequeña con los ojos como platos a pesar de s u dureza sabia de sobra que tenia un gran corazón.

-- Claro…pero ten cuidado…-- dije mientras se la pasaba para que pudiera acunarla.

-- Es preciosa…pero una cosa Amanda…no se si te habrás fijado…-- dijo Elvira antes de que pudiera terminar la frase ya sabia por donde iba.

-- Si lo se tiene cola…eso ibas a decir es otra larga historia…ya te la contare cuando vayas a visitarme a mi casa…-- le dije posponiendo la explicación.

Al momento me paso a la niña y Samantha entro por la puerta para llevarme a la habitación de momento podía respirar tranquila pero hasta cuando.

-- Nos vemos cuídate…dije despidiéndome de Elvira mientras salía por la puerta.

-- Y recuerda que te estaré vigilando…-- dijo Elvira me sonó mas amenaza que a despedida.

Al salir pude notar casi el mismo olor nauseabundo que note por la noche y no era la bebe precisamente y en el hospital no se había roto ninguna tubería estaba casi segura por que nadie estaba tapándose la nariz salvo yo. algo pasaba y no era bueno de eso estaba segura…


FIN DEL CAPITULO 1


P.:eek: Bueno tal y como dije he empezado un segundo volumen espero uqe os guste muchas gracias a todos :vientos:
 

iramon

Bovino maduro
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Que bien Yanira ya esperaba la continuación y aqui me tendras leyendola como la anterior.

Saludos
 

Yarina

Bovino adolescente
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¿AMIGA O ENEMIGA?...TERRORIFICA

Me quede un momento tapándome la nariz intentando ver de donde podía proceder ese olor espantoso, pero mi sorpresa fue distinta cuando pude observar como algunos pacientes se me quedaban mirando con cara de enfado, incluso podría decir que era odio sus ojos estaban de color rojo parecidos a los de Rubí, pero al instante fueron desapareciendo y esas mismas personas perdieron interés en mi de repente.

-- ¿Te pasa algo Amanda? …-- pregunto Samantha extrañada al verme como me tapaba la nariz.

-- No se… ¿No lo hueles…? …-- respondí destapándome la nariz y sacudiendo algo la cabeza.

-- Ahora que lo dices…si creo que es la pequeña pero no es para tanto…-- dijo Samantha olfateando el ambiente.

-- No es la pequeña…pero de todas formas tengo que cambiarla…a propósito… ¿No se ha roto ninguna tubería de algo en el hospital…? …-- pregunte curioseando por el terremoto de la otra noche.

-- Pues ahora que lo dices no ha habido nada de nada…solo algunos desperfectos exteriores pero poco mas todas las tuberías y demás están bien…incluso los celadores han estado mirando y no han encontrado nada…-- respondió Samantha explicándome como estaba todo, y la verdad me seguía extrañando ese olor.

Nos metimos en el ascensor y bajamos a mi planta, observe que había bastante movimiento los enfermeros cogiendo camillas y las enfermeras llevando los desayunos aparte de los doctores haciendo su ruta por el hospital, al llegar a la habitación vi que estaban Akiko y Alexa viendo la tele; las noticias sobre el terremoto, al parecer el epicentro se centraba en mi instituto y eso me preocupaba lo que hubiera podido pasar allí, no creía que Aloqua se hubiera podido liberar de donde la enviamos, era imposible. En cuanto entre dejaron de ver las noticias y se acercaron ami.

-- Bueno te dejo en buena compañía…ya puedes irte… ahora te traeré los papeles del alta... – dijo Samantha mientras salía por la puerta.

-- Espera un momento… ¿Me podrías hacer un favor…?…-- pregunte esperanzada que al menos pudiera hacerlo, por que me hacia falta.

-- Claro dime…-- dijo Samantha con cierta reticencia en su rostro que ocultaba con una sonrisa sabia que me estaba aprovechando demasiado de ella, pero no podía hacer otra cosa.

-- Tendrías algo de ropa que ponerme…la mía no creo que este en muy buenas condiciones para salir creo que tenemos la misma talla y me podría servir…si no es mucha molestia…-- pregunte esperando que pudiera prestarme algo.

-- Creo que tengo alguna ropa…voy a mirar a ver si la encuentro de momento arréglate y cambia al bebe…-- respondió Samantha saliendo de la habitación.

-- Bueno vamos a cambiarla…Akiko pásame los pañales…-- dije preparándome para lo peor y la verdad no era un espectáculo que apreciar casi termine vomitando y encima me lié mientras los cambiaba y lo pero fue que en cuanto la tenia casi lista termino haciéndose pis de nuevo y vuelta a empezar aquello era un lío por lo menos tuve que gastar tres pañales y casi una caja de pañuelos de papel, pero al fin pude cambiarla, lo que me resulto mas difícil fue acomodar su colita pero tenia que acostumbrarme a eso, cuando termine pude ver aquella carita sonriéndome y aquello era una recompensa mas que suficiente.

-- Bueno ya estas lista… ¿Quien es la más preciosa…? …-- dije casi cayéndoseme la baba, no podía creer que estuviera así pero lo vi como algo normal. Cada ves que la levantaba en el aire veía esa pequeña colita amarrándose a mi mano me producía una sensación de felicidad aunque no lo pareciera.

Me gire y pude ver a Alexa como me miraba sonriéndome, mientras Akiko solo estaba pendiente de la niña parecía que le había cogido mucho cariño.

Al momento apareció Samantha con una mochila en la mano y unos papeles que los firmara.

-- Bueno he podido encontrar algo…aquí tienes los papeles del alta mejor te cambias…-- dijo Samantha entregándome la mochila casi a desgana lo mas seguro le hubiera gustado hacer pruebas a la bebe y ami.

-- Gracias nuevamente…-- dije mientras cogia la mochila y me metía dentro del baño para cambiarme y le entregaba la bebe a Akiko se la veía muy ilusionada por tenerla.

En cuanto me metí dentro mire lo que había en la mochila encontré una blusa de color crema y con unos botones blancos cuadraos no estaba mal pero estaba segura que me quedaría algo grande, los pantalones eran del estilo clásico con la línea en medio no podía esperar otra cosa al menos el calzado era el mío y todo eso sin ropa interior, bueno al menos regresaba a casa, mi ropa casi no estaba utilizable en cuanto fui a coger la blusa note una respiración detrás de mi como si me soplaran en la oreja, sentí como un escalofrío por toda mi espalda, enseguida sin aviso note como unas manos muy suaves se aferraban a mis pechos que empezaban a masajearlos lentamente incluso como rozaban mis pezones que empezaban a ponerse duros poco a poco era una sensación deliciosa que hacia tiempo no había vuelto a probar, pero a la vez muy familiar, quería seguir sintiéndola que siguiera apretando mis pechos de esa forma, poder saborearla con mi lengua todo su cuerpo pero teníamos que marcharnos y no tenia muchas ganas después del parto, solo deseaba descansar.

-- Alexa…sabes que… tengo muchas… ganas…pero no es plan…Dios!!…esto es delicioso…para de una vez…-- dije mientras le cogia las manos para que se detuviera por un momento.

-- ¿Pasa algo…? …-- pregunto Alexa con sus ojitos casi llorosos, pensaría que había hecho algo mal.

-- Escucha no has hecho nada malo…solo que tendrás que esperar algo de tiempo al menos unos días…estoy agotada de verdad y solo quiero descansar te prometo que lo haremos yo también tengo ganas de estar contigo…-- dije intentando calmar un poco su fogosidad, mientras pasaba mis manos por sus ojitos secando esas lagrimas.

-- Valeeee…-- dijo Alexa llenando sus carillos de aire al igual que en un comic; con su carita enfadada daban ganas de comérsela.

Cuando estaba vistiéndome, me resulto extraño, esta vez no escuchar el llanto de la pequeña, pero pensé que lo mismo estaba dormida o se había acostumbrado a Akiko, mientras me ponía el pantalón Alexa paso sus manos por mi trasero rozándolo suavemente, mi piel se erizaba con cada caricia que me hacia tenia muchísimas ganas pero también de descansar y tenia que salir de allí, aparte tenia que comprar varias cosas.

-- Alexa… ¿Qué te he dicho…?...-- pregunte a sabiendas de que ya sabia lo que le dije antes.

-- Vale por probar…no se pierde nada…-- respondió de una manera picarona.

Una vez hube terminado, revise mis ropas estaban hechas un asco, pero al menos estaba la llave del piso y la tarjeta de crédito, al menos podía entrar en casa, habiéndolas encontrado Salí de allí y pude observar como Akiko estaba jugando con la pequeña aquello era encantador, en cuanto me vio se puso roja como un tomate.

-- Esto…yo…solo estaba…jugando…con ella…-- dijo Akiko tartamudeando y llena de vergüenza.

-- No te preocupes Akiko con tal de que no tropieces ahora me doy por satisfecha parece que esta muy a gusto contigo…-- dije mientras la observaba, llena de alegría pero no dejaba de darle vueltas por que antes había llorado y ahora no, y el por que de aquel aroma que invadía el hospital, era mejor dejarlo de momento. Lo mismo podría deberse al cansancio que tenia.

Cogi los papeles del alta y los firme, al fin podía salir de allí y por lo menos Elvira y mi padre estaban bien solo esperaba tomar las riendas de mi vida un poco mejor y no quería ninguna sorpresa, paso por mi mente como se encontraría Rubí y las chicas tenia que ir a visitarlas cuanto antes esperaba que se encontraran bien.

Samantha recogió los papeles y me hizo sentar de nuevo en la silla de ruedas, nos dirigimos hacia el ascensor para salir de allí al entrar vimos a unos enfermeros que lo mas seguro bajaran, en cuanto las puertas se cerraron aquel olor nauseabundo inundo el sitio tuve que taparme la nariz lo mejor que pude, la niña al instante empezó a llorar, no sabia que es lo que pasaba, gire un poco la cabeza y vi que los enfermeros tenían los ojos completamente rojos aquello no era una buena señal incluso Samantha los tenia las únicas que no parecían tenerlos eran Akiko y Alexa aunque no sabia el por que.

-- Amanda… ¿Te ocurre algo…? …-- pregunto Samantha clavándome aquellos ojos parecía que me atravesaran incluso su voz me estaba distorsionada como mas tétrica, reuní todo el valor que tenia y le respondí como si no pasara nada.
-- No…hueles…es asqueroso es como si una tubería se hubiese roto…-- dije intentando calmar a la niña.

-- No huelo nada…te he dicho antes que solo ha habido algunos daños externos…nada mas…-- volvió a repetir Samantha pero esta vez no se por que su tono era como enfadado y no quise volver a insistir.

En cuanto salimos de allí la niña se callo de repente sin motivo incluso el olor había desaparecido aquello ya me parecía demasiado extraño como para ser una simple casualidad.

-- Bueno espero, volver a verte para seguir el proceso de tu hija…y enhorabuena…-- dijo Samantha en la puerta, esta vez su tono había cambiado nuevamente incluso sus ojos estaban normales nuevamente.

-- Ten cuidado Samantha…y cuida de Elvira y mi padre…aquí esta pasando algo raro te lo aseguro…-- dije con voz de miedo intentando advertirla de que algo se cernía pero no sabia el que aun.

-- No te preocupes si hay algún cambio en tu padre te avisare…-- dijo Samantha mientras nos despedíamos de ella.

Al salir pude ver que el día estaba claro completamente se oía, el ruido típico de la circulación de los coches, pude ver que había ciertos desperfectos por fuera pero nada mas, decidimos coger un autobús aun me quedaba algo de dinero suelto y paraban por hay cerca.

Nos detuvimos en la parada las personas que allí habían se me quedaron mirando y la verdad no me extraña, ver una chica de mi edad u con un bebe en los brazos.

Por suerte el autobús no tardo mucho en llegar, pero al entrar me sentí observada por todo el mundo por suerte la cola la tenia escondida entre la manta eso si hubiera sido un espectáculo en cuanto la viesen, no tardamos mas de media hora en llegar cerca de donde vivía.

-- Alexa me haces un favor…Akiko ve con ella le hará falta ayuda…ve a la farmacia y compra pañales, un chupete y un biberón, que nos harán falta mas adelante…-- dije entregándole la tarjeta de crédito esperaba que no se pasasen lo malo es como iba a justificar eso ante mi padre, seria toda una historia para inventar.

-- Muy bien…enseguida volvemos…-- dijeron casi al unísono, cada vez me parecían mas gemelas, no dejaban de sorprenderme.

Una vez se fueron subí al ascensor solo esperaba no encintrarme a nadie del edificio saliendo y que me viera con la cría en las manos, al llegar ami planta vi que mi puerta estaba con precintos policiales en la puerta y una banda de plástico amarilla, me dio mucha rabia, era como anunciar a bombo y platillo que era una criminal, una vez me deshice de eso.

Al entrar en la casa la encontré, fría y oscura , era normal no había estado allí en mucho tiempo, por cada habitación que pasaba me venían a la mente recuerdos de mi padre y mi padre, no sabría como explicarle lo que le había pasado, me dirigí a mi habitación y vi la ropa que le había comprado a Rubí cuando la conocí y que ahora no le quedarían bien pero al menos para la cría si le vendrían en cuanto creciese un poco, no seria un desperdicio total también me fije en el cristal que aun estaba roto, tendría que llamar a otra compañía por que estaba segura que la misma no me aceptaría de ninguna forma, deje al bebe en mi cama pero al soltarlo me di cuenta que su colita estaba enroscada en mi mano y que no quería soltarme, solo pude echarme a su lado, y ver como poco a poco iba quedándose dormida.

Al momento sonó la puerta, por suerte, me pude levantar su cola había dejado de aferrarse.

Al abrir la puerta me lleve una sorpresa muy agradable.

-- Rubí!! …¿Cómo estas…?…-- pregunte totalmente ilusionada al verla de nuevo, esta vez iba vestida con una minifalda de tubo de cuero blanco, aun recuerdo que no le gustaban mucho pero se había acostumbrado a ellas, en su torso tenia una camiseta de tirantes de color crema muy linda con unas rayas que la atravesaban de color rojizo, y en sus pies unas zapatillas de color blanco de tacón bajo en su cabeza llevaba una gorra de color celeste con un osito de peluche bordado.

-- Mamiiiiiiiii…-- dijo Rubí y fue lo único ya que se lanzo encima mía de golpe por suerte pude mantenerme de pie sus brazos me rodearon por completo lo mismo que sus alas, volvía a sentir esta sensación única con ella, sus labios se juntaron a los míos en un instante y nuestras leguas empezaron a juguetear ávidamente saboreando nuestra saliva, por un instante pensé que me ahogaba, pero no me importaba estaba en el cielo, no se ni cuanto duro, solo sabia que su lengua estaba jugando dentro de mi boca era como si se enroscara, saboreando aquel momento eterno interrumpido por el carraspeo de Alexa.

-- Ejem…Ósea ella si puede pero yo no…-- dijo Alexa enfadada mientras miraba la escena que tenia con Rubí.

Al momento me separe y me dirigí hacia ella, mis labios se posaron en los suyos y mi lengua entro en su boca buscándola y jugueteando también probé su saliva era caliente al igual que sus labios y tenia un gusto delicioso.

De reojo pude ver a Akiko completamente sonrojada mirando hacia los pañales, me acerque a ella pase mi mano delicada mente por su carita levantándola, sentía su piel caliente y suave, al mirarla a los ojos los pude contemplar como con un pequeño brillo en ellos muy suave llenos de deseo e impaciencia pero no sabia el por que no había dicho nada.

Solo pude mas que acercar mis labios y besarla dulcemente, quería sentir cada centímetro de su piel, era como un sueño incluso vi como cerro los ojos en éxtasis, era increíble que fuera tan sensible, y me encantaba, ni siquiera introduje mi lengua en su boca solo quería besarla delicadamente.

En cuanto termine me fije que Akiko seguía estando de la misma forma con los ojos cerrados y saboreando ese momento.

-- Akiko…despierta… ¿Te encuentras bien…? …-- pregunte extrañada ya que ni siquiera se movía del sitio.

-- ¿Eh…? … Si claro…solo se me ha ido la mente…por un instante…aquí te dejo las cosas…tengo que volver…al club lo están reformando…para abrirlo de nuevo…-- dijo Akiko mientras abría la puerta del ascensor con tan mala suerte que se golpeo en la nariz estaba graciosísima cuando estaba en ese estado, además los colores los tenia subidos a su carita.

-- Bueno es mejor…que entremos estas cosas ayúdame Alexa no seas vaga…-- dije intentando que no fuera tan remolona.

Una vez dentro deje las cosas en el sofá; Rubí fue directamente a sentarse en el sillón como siempre hacia esperando que pusiera la tele.

-- Alexa hazme un favor…enciéndele la tele un rato…yo me voy a acostar un poco…tengo sueño…y por favor si hacéis algo…no hagáis demasiado ruido…-- dije mientras Alexa soltaba las cosas en el salón y se sentaba junto a Rubí.

-- Que mal pensada eres…-- dijo Alexa de mala gana mientras encendía el televisor.

-- No es mal pensada…es que ya os conozco…-- dije previendo si pudiera pasar algo, mientras me dirigía a mi habitación.

Al llegar observe a la bebe que estaba dormida, me parecía un ángel solo pude que recostarme a su lado y mientras la observaba me quede dormida completamente, su aroma embriagador me invadía, el que siempre decían que los bebes olían muy bien y tenían razón.

No se ni cuanto tiempo estuve dormida solo se que en cuanto me desperté ya debía de ser tarde al moverme un poco sentí el ala de Rubí por encima mía cubriéndome a mi espalda, y las manos de Alexa cogiendo las mías y la bebe en medio, me encanto estar así, me sentía feliz completamente, empecé a escuchar como la bebe comenzaba a despertarse poco a poco y lo mas seguro es que quisiera comer, así que con cuidado aparte el ala de Rubí y cogi a la pequeña y me la lleve al salón para darle de comer.

En cuanto me senté le di el pecho, al momento lo tomo y empezó a alimentarse las orejas nuevamente salieron, y la paz me volvió a invadir así estuve un rato, sentada en la oscuridad en calma solo iluminada por las farolas de afuera, pero lo curioso o no es que no se escuchaba ningún ruido, ni siquiera el típico coche o los camiones de basura absolutamente nada y me era extraño, me levante con cuidado y me dirigí hacia el balcón, la calles estaban completamente desiertas ni coches ni nada de nada y me era muy raro.

Al momento la cabeza me empezó a doler de sobremanera era en medio de la frente, como si algo se abriera paso desde dentro de mi frente hacia el exterior, ami mente empezaron a venir imágenes de esas mismas calles llenas de sangre cadáveres tirados por los suelos, el cielo estaba enrojecido por completo, aun había gente gritando y una presencia que no lograba ver con claridad se paseaba por ellas, era solo una sombra no llegaba a distinguirla bien, al instante las imágenes cesaron, tenia la piel de gallina y aun sentía miedo, solo mire hacia la pequeña y poco a poco me fui calmando, incluso el dolor que tenia fue desapareciendo, sabia que algo se avecinaba pero no sabia el que pero esta vez todas corríamos peligro.

Una vez hubo terminado de alimentarse empezó a quedarse dormida nuevamente era increíble, había escuchado que los bebes se despertaban muy a menudo por las noches y que lloraban pero esta al contrario no daba ningún problema, me sorprendía a la vez que lo agradecía muchísimo.

Fui al cuarto de mis padre no se si seria por nostalgia, encendí la luz y revise en el armario para ver si encontraba algo, y por suerte encontré una especie de capazo en donde estaba segura que la bebe estaría mas cómoda al menos de momento hasta que mañana pudiera comprar una cuna, la introduje con mucho cuidado en el y me fui a mi habitación la deje al lado de mi cama y me puse nuevamente entre medias, arropada por Rubí y cogida por las manos de Alexa.

En la mañana o eso creía por lo rayos de sol que entraban por la ventana sentí como algo de frío pero enseguida se paso empezaba a notar algo húmedo en mi trasero, en cuanto me gire pude ver como Rubí tenia su cara entre el y su lengua estaba en mi interior moviéndose furiosamente, dentro y fuera provocándome un gran placer, el calor me invadió de golpe y fue mas aun en cuanto sentí la lengua de Alexa introduciéndose dentro de mi sexo era delicioso y a la vez sentía un poco de dolor era aquella sensación que tenia ya casi olvidada por todo lo que había pasado, pero aquí las tenia a ellas para recordármela que tan maravillosa era, no pude mas que apretar la cabeza de Alexa en mi entre pierna, mientras notaba como mis flujos resbalaban por mis muslos mojando su cara, y mi otra mano no pude mas que coger el pelo de Rubí y apretarla contra mi, mis gemidos empezaron a inundar la habitación pero enseguida vino a mi mente que la bebe estaba allí y tuve que contenerme para no gritar mordiéndome el labio, mi respiración se volvió agitada, mi mente regreso al placer que me estaban dando sentía como el calor me inundaba mi entrepierna empezaron a llegar oleadas anunciando lo inminente, un río de flujo salio de mi manchando la cara de Alexa, mis muslos y la cama, pero aun así seguía apretando su cabeza contra mi, sentía contracciones en mi sexo y como su lengua estaba en el era maravilloso, estaba en el paraíso, pasado un momento solté mi presa de las dos, mientras Alexa levanto su carita enrojecida y brillante, por el flujo que tenia por toda ella, se irguió un poco en la cama poniéndose a mi altura y empezó a besarme los labios y muy despacio cuando acabo empecé a lamer su carita con mi lengua saboreando la mezcla de sabor de su piel y mi corrida era maravillosa, mientras Rubí se acomodo mejor, note como su glande estaba en las puertas de mi trasero, amenazando con entrar, y hacerme sentir un indescriptible placer, pero mi sorpresa fue mayor cuando, las manos de Alexa agarraron mi trasero y lo separaron dejándole la entrada libre sin ninguna dificultad, parecían haberse puesto de acuerdo.

El pene de Rubí fue introduciéndose lentamente, penetrando donde tanto tiempo no había estado, mi mente empezó a recordar aquella sensación maravillosa, pero esta vez no pude mas que soltar un leve grito que fue apagado por la boca de Alexa que inmediatamente se introdujo en mi boca tapando mi dolor con su pasión, nuestras lenguas jugueteaban ávidamente como si solo estuviéramos nosotras pero no era así, el dolor me hacia saber que Rubí seguía su invasión a pesar de lo lubricado que lo tenia resultaba algo difícil, creía que no iba a acabar nunca de entrar, pero al fin note la base nuevamente estaba toda dentro de mi, note incluso un pequeño bulto en mi estomago por lo largo que era, y empezó nuevamente, su movimiento, los movimientos de Rubí eran muy lentos al principio para que mi trasero se acostumbrara nuevamente a ella.

Alexa seguía besándome sus manos agarraron con fuerza mis pechos, empezó a masajearlos incluso note como parte de le leche que había en ellos salía al exterior que rápidamente Alexa se apresuro a tomarla dejando mi boca en libertad para que empezara a gemir, y no tarde mucho en hacerlo mientras la boca de Alexa aprisionaba mis pezones chapándolos y mordiéndolos suavemente como si de otra niña pequeña se tratara, al momento observe en la cara de ella como si la hubieran sorprendido, mire hacia abajo y vi como la cola de Rubí también se había introducido dentro de ella, y empezaba a meterla y a sacarla con rapidez debido a lo mojada que estaba su expresión cambio literalmente a placer, enseguida los movimientos de Rubí se hicieron mas rápidos notaba como sus pechos me rozaban mi espalda con velocidad cosa que hacia que me excitara mas, mi trasero ya la había aceptado por completo dilatándose lo suficiente, su ritmo empezó a subir tanto para mi como para Alexa nuestros gemidos empezaron a ser uno solo incluso nuestra respiración, notaba el sudor como se resbalaba por mi cuerpo incluso mi cara pero no sabría distinguirlo si eran lagrimas de puro placer, de nuevo aquella casa tendría un recuerdo de nosotras tres y era maravilloso no tardamos mucho en sentir como estábamos casi a punto fue solo un momento que se congelo en el tiempo no quería que acabase nunca, yo sentí como una oleada de semen me invadía por completo muy caliente, pero casi se me olvidaba lo que venia después pero el dolor que se me junto en la espalda y las caderas me lo hizo recordar, aquel nudo me hizo proferir un leve grito, ahora si que no había manera de que pudiera escaparme de ella, notaba como poco a poco aquel semen caliente y espeso iba invadiendo mi interior, mientras aquel nudo golpeaba y latía como un pequeño corazón haciendo que me corriera una y otra vez casi sin control, apreté la cara de Alexa contra mi pezón haciéndola que chupara mas, mientras su cara se volvió de placer de inmediato, la cola de Rubí se había pegado en su interior haciéndose mas grande incluso, pensé que podía estar sintiendo la vibración que yo notaba, al momento solté un grito de placer ya no podía contenerme mas que lleno la habitación estaba segura que Alexa también había gritado pero tenia mis pechos en su boca, la carita de Rubí se sonrojo de sobremanera, incluso ella estaba como en éxtasis, al fin deshice mi presa y Alexa pudo jadear nos quedamos así como cinco minutos recibiendo todo el placer que nos ofrecíamos una a la otra, fue una sensación maravillosa y única, cuando al fin el sexo y la cola de Rubí pudieron salir de dentro de mi y de Alexa, yo me note que lo había dejado muy dilatado incluso estaba convencida que hubiera entrado un puño, además lo tenia muy dolorido necesitaba darme una ducha, para refrescarme lo mismo que ellas pero estaba tan a gusto en la cama junto con ellas que me resultaba una perdida de tiempo ir a ducharme, notaba como de mi trasero salían pequeños ríos de semen incluso mi abdomen al mirarlo parecía que estaba nuevamente embarazada tenia una pequeña barriguita por la cantidad que había descargado dentro de mi, las sabanas tendría que cambiarlas y echarlas a lavar, pero ese momento fue único.

Pero toda fantasía tiene un final y aquel fue, el llanto de la bebe, lo mas seguro que tendría que cambiarla y alimentarla.

-- Alexa hazme un favor…cambia al bebe yo tengo que ducharme algo para que no se lleve parte del sudor…-- dije sabiendo que esto no le gustaba pero no podía hacer otra cosa.

-- ¿Quién yo…? …pero, es que…-- dijo Alexa poniendo excusas.

-- Vamos a ver Alexa, no habrás venido solo por esto…sabes que me tienes que ayudar…además no tardare…Rubí puede ayudarte también…-- dije por lo menos tenia ayuda pero mas lejos de mis pensamientos.

-- Lo dudo…Rubí le queda algo de tiempo…esta en la gloria aun…-- dijo Alexa lo mas seguro mirando la cara de Rubí.

En cuanto me metí en la ducha note como el agua caliente me recorría barriendo el sudor que tenia encima y las visiones de aquella noche, el agua al discurrir por mi trasero me picaba y me dolía un poco, también pude escuchar como Alexa se peleaba con la pequeña mientras la cambiaba.

-- Dios pero que es lo que comes…estate quieta…compórtate…Amanda socorro…-- dijo Alexa pidiendo ayuda en su intento de cambiarla.

-- Ahora voy…-- dije mientras intentaba contener la risa que me estaba dando escucharla, al parecer la bebe tenia las de ganar.

Pasado un momento salí de la ducha me seque un poco el pelo y me lié una toalla, al entrar en la habitación vi que Alexa había puesto al bebe en mi escritorio y estaba intentando ponerle el pañal, mientras Rubí jugueteaba en la cama.

-- Venga Rubí, sal que tienes que ducharte, yo tengo que poner la ropa de la cama a lavar y alimentarla y daos prisa…-- dije intentando aligerarlas mientras hacia algunas cosas.

-- Vale, vamos Rubí no me seas remolona y vamos a ducharnos…-- dijo Alexa mientras cogia uno de los brazos de Rubí y tiraba de ella, mientras Rubí me sonreía con su carita completamente feliz.

-- Rubí ducharse con hermanita…-- dijo Rubí levantándose y sonriendo.

Mientras ellas entraban en la ducha yo me dispuse a colocarle mejor el pañal y a prepararme para darle de comer me senté nuevamente en el sillón y encendí la tele para ver las noticias.

Enseguida las orejas aparecieron, mientras veía la tele, al parecer salía en las noticias que Elvira había salido del hospital y era un alivio, mientras del otro lado escuchaba como Alexa estaba peleándose con Rubí en la ducha solo esperaba que no lo pusieran todo patas arriba, no me fiaba de ellas dos cuando se juntaban.

Al momento sonó el timbre de la puerta me pregunte quien podía ser tan de mañana además no esperaba a nadie, pero me temía quien pudiera ser.

Cuando abrí la puerta era precisamente quien pensaba.

-- Akiko… ¿Qué haces aquí tan temprano…? …-- pregunte algo extrañada ya que no había quedado con ella.

En cuanto Akiko me vio con el bebe dándole el pecho y mis orejas levantadas en seguida, las suyas reaccionaron al instante incluso su cola salio afuera, era como si hubiera sido una señal para ella.

-- ¿Se puede saber que te pasa…?…-- le dije agarrandola del brazo y metiéndola dentro de la casa, esta vez iba vestida con unos pantaloncitos cortos vaqueros ajustados, que marcaban muy provocativamente su figura nutro con unas medias con blonda de color negra en sus piernas, y en sus pies unos botines de color oscuro que se abrochaban con una cremallera y en su torso ***** una camiseta de mangas cortas de color pastel sin dibujo alguno su pelo iba recogido con los bao-bao.

-- Lo siento…es que me… ha sorprendido…-- dijo Akiko sonrojada y con su rostro algo apenado por lo que había hecho, tanto era que cogio su cola y empezó a juguetear con ella.

-- Anda siéntate…-- dije mientras me sentaba a su lado, esperando que las dos salieran del baño, al momento la pequeña dejo de comer y la empecé a acunar para que se durmiera nuevamente, de mientras observe a Akiko que no sabia que hacer con su cola parecía mas nerviosa de costumbre mientras estaba ami lado sentada.

-- Akiko…tranquilízate…-- le dije intentando que se calmara pero parecía una misión imposible para ella.

-- Bueno tengo que irme al instituto…espero verte por allí pronto…las chicas están preguntando cuando vuelves…de momento tenemos un profesor que es un asco…menos mal que vendrá pronto Verónica…ah te cojo una fruta y buenos días Akiko…nos vemos…-- dijo Alexa, mientras salía por la puerta con la misma ropa del día anterior al menos hubiera podido coger una de las mías parecía que tenia bastante prisa.

-- Espera…y… ¿Rubí? …-- pregunte extrañada al verla salir solamente a ella.

-- Esta esperándote en el baño…según dice para que le cepilles el pelo…-- dijo Alexa cerrando la puerta tras de si.

-- Dios!! …Akiko hazme un favor sujeta a la pequeña…esta dormida y acompáñame al cuarto de baño…tengo que cepillarle el pelo a Rubí…-- dije pasándole la bebe a Akiko y dirigiéndome al cuarto de baño.

En cuanto entre vi que al menos el cuarto baño estaba ordenado, y allí estaba Rubí completamente desnuda sentada esperando que le cepillara el pelo como siempre, así que cogi un cepillo y empecé a hacerlo esta vez le deje su típica cola de caballo seguidamente cepille el mío, pude ver que en cuanto se levanto y se volvió para ir a mi habitación Akiko se enrojeció mas aun si pudiese ser.

-- Akiko… ¿Qué te pasa…? …-- le pregunte aunque sabia muy bien que es lo que le ocurría pero trataba de ocultarlo.

-- No…es nada…no te preocupes…-- dijo mientras se volvía para ocultar su rojez pero ya era demasiado tarde.

-- Bueno voy a vestirme y a vestirla a ella también…-- dije mientras me dirigía a la habitación y para elegir que me pondría al menos esta vez la ropa normal podría servirme algo.

-- La niña se ha dormido…la dejo en el capazo…-- dijo Akiko tartamudeando aun.

Lo primero que hice fue vestir a Rubí, su ropa no parecía oler mucho, y era lo que mejor le sentaba de momento, así que no me complique mucho y después empecé a elegir la mía, me parecía que era como antiguamente y me encantaba esto, empecé a buscar en el cajón de ropa interior y encontré una que era monísima; de color púrpura y con encajes, para el torso decidí un sujetador de color púrpura también aunque al ponérmelo se me erizaron los pezones de golpe el roce del encaje era delicioso y me hacia recordar lo de esta mañana pero no tenia tiempo había varias cosas por hacer, elegí unos Legans de color blanco al ponérmelos me encanto su roce y como se pegaban ami, por los pies elegí unos zapatos de color negro abiertos por el tacón, y para la parte de arriba una camiseta de tirantes de color negro con un diablillo en el torso bordado me pareció de lo mas ideal precisamente.

Mientras me vestía vi que tanto Rubí me observaba como siempre mientras Akiko me observaba con la cabeza bajada de reojo, y que de vez encunado sus orejitas se movían como di fueran una señal de algo.

-- Bueno ya estoy lista, tenemos que salir a comprar algunas cosas…-- dije mientras cogia la ropa de la cama y la ponía en el cesto de la ropa sucia y hacia una cama nueva, al volver tendría que limpiar la casa, ahora es cuando echaba de menos a mi madre y no sabia que todo esto fuera tan pesado seguidamente cogi el capazo, sabia que esta mañana iba a resultar movida.

Antes de salir me asegure, de ponerle la gorra a Rubí y ver si Akiko tenia las orejas y la cola escondidas, si no seria todo un espectáculo.

En cuanto salimos a la calle vi que el día se presentaba caluroso, estaba como siempre los autobuses con su estruendo de idas y venidas y tanto los niños y los jóvenes yendo hacia sus clases me sentía como desplazada de alguna manera que hubiera perdido aquello pero no sabia que todo aquello volvería a empezar de nuevo.

-- Se me olvidaba por la tarde las… chicas quieren que… vayas no tengo ni idea de que es…-- dijo Akiko al parecer no se lo habían contado.

-- Pero… ¿Se encuentran bien…? …-- dije algo alarmada por tal petición.

-- Si…no te preocupes…solo que quieren verte…-- dijo Akiko sonriendo, mientras íbamos de camino a algunas tiendas para bebes.

Algunas personas se nos quedaban mirando como siempre sobre todo a Rubí por la cola y las alas aun no se habían acostumbrado y no creo que lo hicieran nunca; lo mismo paso conmigo algunas personas me miraban de forma extraña pero sabia que era por una chica tan joven que tuviera un bebe, pero me importaba poco lo que pensaran.

Al poco tiempo encontré una tienda para bebes el exterior no era nada del otro mundo en el escaparate había varios cochecitos muy lindos lo mismo que varias ropas que me parecían preciosas, así que decidí entrar para ver los modelos.

En cuanto entre la dependienta se quedo mirando extrañada a Rubí pero pudo reaccionar a tiempo, el establecimiento tenia un olor muy peculiar un perfume muy suave.

-- Buenas… ¿Qué desean…? …-- pregunto la dependienta mientras miraba de vez en cuando a Rubí.

-- Musiera que me mostrara los modelos…que tiene de cochecitos y ropita…-- dije mientras paseaba mis ojos por todos los modelos que había, mientras Rubí estaba olisqueando el aire.

-- Rubí olfatear olor muy dulce…-- dijo Rubí cerrando los ojos.

-- Rubí…estate quieta…-- dije intentando que dejara de olisquear el sitio.

-- No se preocupe si quiere venir a ver lo que tenemos…que lindo bebe…-- dijo la dependienta y pensé que como siempre hacían la pelota pero en esto último le daba la razón era preciosa.

Tardamos mas tiempo del que había pensado en escoger la cuna la ropita de la bebe, pensando que tenia que agujerar la parte de atrás y algunos juguetes, no sabia que tenia que comprar tantas cosas, casi al irnos pase por caja y vi que Rubí tenia cogidos a varios maniquís con ella, todavía no había sabido reconocerlos, mientras que Akiko trataba de quitárselos de los brazos.

-- Rubí encontrar mas hermanitas…-- dijo Rubí sonriéndome era increíble no podía estarse quieta.

-- Lo siento…lo he intentado…pero no hay forma…-- dijo Akiko sonrojándose y bajando la cabeza, la pobre estaba sufriendo con Rubí.

-- Otra vez…Rubí déjalos en su sitio…no son de verdad. Perdone las molestias…-- dije disculpándome por lo que había hecho.

-- No se preocupe…-- dijo la dependienta sonriendo como si no hubiera pasado nada, mientras Akiko cogia los muñecos y lo devolvía a su sitio.

Salí de la tienda con un cochecito bastante mono y cargada con algunas ropitas y juguetes, fuimos directamente para el club a ver que es lo que querían decirme.

Nos metimos por los callejones de siempre aunque no me parecía bien teniendo a la pequeña conmigo, estaban como siempre bastantes oscuros y desiertos, pero era la forma mas rápida de llegar.

Al poco tiempo de pasar por algunos escuchamos unos pasos que venían en nuestra misma dirección, en cuanto giramos un callejón nos encontramos a dos tipos uno de corpulencia robusta, llevaba una camiseta de color blanco sucia por algunas manchas y unos pantalones vaqueros semi raídos llevaba unas zapatillas descoloridas y en su mano portaba una navaja, el pelo lo tenia despeinado y algo grasiento tenia barba descuidada y rasgos redondeados sus ojos estaban como enrojecidos lo mas seguro por algún tipo de droga.

El otro era mas bien de corpulencia normal, llevaba una chaqueta de cuero de color negro llena de pinchos y en sus piernas unos pantalones de cuero, sus botas tenían puntera reforzada de metal su pelo estaba de punta y de diversos colores los rasgos de el sin embargo eran mas aguileños y las cejas las tenia mas pobladas en sus manos tenia una pistola sus ojos estaban fijos en mi no parecían perderse detalle.

-- Vaya mira que tenemos aquí…unas zorritas…-- dijo uno de ellos, mientras nos amenazaba con su arma.

-- ¿Qué queréis…? …no tenemos dinero…-- dije poniéndome delante del carrito enseguida Rubí empezó a gruñirles su aspecto comenzó a cambiar incluso Akiko tomo posición de defensa, pensé que solo el aspecto de Rubí ya los haría huir pero me extrañe demasiado, ni siquiera retrocedieron.

-- Vaya mira si se ponen mas cariñosas…que lindo…no queremos dinero sino pasar un buen rato…empezad a quitaron la ropa…-- dijo uno de ellos y la verdad eso me extraño de sobremanera cualquiera hubiera escapado al ver la transformación de Rubí pero ni siquiera se inmutaron, del fondo empecé a escuchar algo raro como si se arrastrara.

-- Noto un olor delicioso…que es este olor que me embriaga…-- dijo una voz desde el fondo del callejón aunque no lograba ver quien era, solo pude fijarme que sus ojos eran amarillos incluso en el callejón a través de la oscuridad podían verse.

-- Vaya otra zorra que quiere unirse a la fiesta…-- dijo uno de ellos volviéndose mientras el otro permanecía observándonos.

Con la velocidad pasmosa aquella figura se acerco hasta el primer hombre y al momento escuche el crujir de huesos y un grito de dolor que retumbo en el callejón, aquel alarido fue como si me partiesen el alma en dos era agónico.

Enseguida la otra figura se volvió sorprendida y empezó a disparar, pero su atacante no estaba en ese lugar, enseguida vi como descendía desde arriba y nuevamente escuche ese sonido asqueroso que inundo el lugar ese triturar y ese grito desesperado al segundo sus cuerpos cayeron al suelo como si les hubieran triturado todos los huesos de su cuerpo; en un abrir y cerrar de ojos

Una vez hubo terminado se quedo en la oscuridad mirándonos con esos ojos impasibles pensé que era nuestro final, estaba completamente aterrorizada el miedo no me permitía moverme, solo podía mirar aquellos ojos amarillentos era como si me hipnotizaran…


FIN DEL CAPITULO 2


P.:eek: Bueno lo siento pero me ha costado han sido mas pag de lo que esperaba y disculpar nuevamente por la espera espero que la disfruteis muchas gracias a todos :)
 

Alsinhue

Bovino maduro
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Muy bueno, a ver que pasa, pero creo que no sigue mucho el final de la temporada anterior...
 

Yarina

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UNA BIENVENIDA Y UNA DESPEDIDA DOLOROSA

Esos ojos se nos quedaron mirando por unos instantes, el miedo me paralizaba no sabia que hacer aquellos pobres hombres habían sucumbido en unos instantes en una muerte dolorosa y brutal, que tendría en mi mente por algunos días.

-- ¿Quién eres? …¿Qué es lo que quieres…? …-- dije asustada no sabia que es lo que pretendía pero viendo lo visto no podía esperarse nada bueno.

-- Sal que te veamos…-- dijo Akiko sin tartamudear en estas situaciones dejaba de lado toda su timidez.

Mientras que Rubí seguía gruñendo hacia esos ojos amarillentos.

-- Me encanta…ese olor me hipnotiza…-- dijo esa cosa desde la oscuridad aunque su voz era femenina.

Al momento salio a la luz dejándose ver tenia el pelo de color verde suelto hasta los hombros, sus rasgos eran suaves y redondeados sus ojos eran como los de los reptiles, de complexión fuerte y bastante alta, las orejas eran bastante grandes y terminadas en punta de las cuales colgaban unos pendientes simples en forma de pequeñas esferas plateadas, los labios eran muy carnosos y jugosos tenia unos pechos muy bien formados y de tamaño medio aunque su piel tenia un color verde y en vez de piernas tenia una larga cola de serpiente, en su cabeza ***** una diadema simple dorada con una gema de color rojo que la adornaba en su torso una especie de top de color azul y a modo de pequeña falda atada en el lateral por un pequeño nudo una tela de color rojo.

-- ¿Eres una…serpiente…?…-- pregunte extrañada aunque no era la única que estaba sorprendida, pude ver a Akiko que me miraba preguntándose que es lo que debía hacer.

-- No soy una serpiente soy…una Lamia…me llamo Berenice… -- respondió mientras nos miraba con aires de orgullo aunque sabia que no era su estilo.

-- ¿Y que es lo que quieres…?…-- pregunto Akiko sin dejar de perderle ojo.

-- Ese olor me ha traído hasta aquí…es delicioso…-- dijo Berenice mientras se acercaba, aunque no avanzo mucho. Akiko no quería que se acercara mas de la cuenta enseguida se abalanzo sobre ella lanzando una serie de golpes que fueron a impactar en el aire, Berenice era más rápida de lo que parecía a simple vista.

Akiko seguía atacando sin dejarla avanzar pero al parecer no representaba ningún problema para Berenice, se movía con una agilidad sorprendente y no era de menos después de haberse desecho de aquellos tipos tan rápidamente.

En un descuido de Akiko esta termino enroscada en un momento, su cuerpo estaba enrollado, y Berenice empezaba a hacer presión amenazando con destrozar a Akiko al igual que aquellos pobres tipos, pero pude observar en los ojos de Berenice no había odio si no mas bien tristeza y miedo.

-- Ahhhhhhhhh…-- grito Akiko por el dolor, enseguida la niña empezó a llorar, como si supiera que alguien estuviera en peligro.

-- Detente por favor…suéltala…-- dije apelando a su corazón que esperara que tuviera.

Al momento el cuerpo de Berenice soltó a su presa, y Akiko cayó al suelo dolorida pero afortunadamente sin ningún hueso roto.

-- Lo siento…no era mi intención…dijo Berenice alejándose un poco de nosotras hacia la oscuridad, de donde había salido.

-- Rubí por favor cálmate…Berenice ven un momento…no te preocupes… ¿De donde eres…? …¿Y como has llegado aquí…? …-- pregunte al menos para saber por donde había llegado, en cuanto Berenice soltó a su presa la niña dejo de llorar casi como si supiera que ya no corría peligro.

-- Soy de Akurar…un sitio muy lejano…y de donde soy se produjo un terremoto enseguida me encontré en un sitio muy grande…cuando salí de el pude ver habitaciones llenas de sillas y mesas, como si fueran aulas de aprendizaje…todo estaba oscuro y decidí salir a explorar…llevo poco tiempo aquí…hasta que sentí ese olor…-- respondió Berenice, explicando lo que había pasado; empezaba a pensar que aquel terremoto no fue simple coincidencia y que el sitio que decía era el instituto, lo mas seguro.

-- Ven acércate no te preocupes…-- dije mientras me acercaba a Akiko para ayudarla a levantarse.

-- ¿Vas a dejar…que se acerque…al bebe…? …-- pregunto Akiko susurrándome aun dolorida y desconfiada, aquel abrazo de Berenice había sido casi letal para ella.

-- Sabes que si le hubiéramos atacado…no podríamos haber salido victoriosas…o es eso o morir…tu eliges… además Rubí no le pierde ojo si te das cuenta, no creo que le haga nada, he visto en sus ojos tristeza, y esos no engañan…-- respondí poniendo la solución mas correcta.

En un instante Berenice se puso al lado de la cuna, Rubí no parecía perderle ojo de encima.

Berenice se acerco al bebe muy despacio mientras yo incorporaba a Akiko una vez hecho me acerque igualmente, pero aun así no se atrevía a cogerla, se quedo mirándola con ojos de alegría y jubilo y como si estuviera esperando algo.

Cogi a la niña y se la acerque a Berenice para que la cogiera, su rostro cambio enseguida en felicidad es como si tuviera un tesoro en los brazos y raramente la niña no profirió ni un llanto solo se limito a sonreír.

-- Es preciosa…una maravilla…y su olor es maravilloso…-- dijo mientras la miraba con esperanza y alegría en su rostro.

Al momento la niña empezó a llorar aunque sabia que seguramente fuera por hambre, Berenice al momento se asusto y me paso la niña a mis brazos rápidamente, Akiko y Rubí se pusieron otra vez delante mía protegiéndome y ella se oculto rápidamente en las sombras.

-- ¿Berenice te ocurre algo…? …-- pregunte extrañada por su comportamiento.

-- La niña ha llorado…no quiero hacerle daño…-- dijo Berenice como si estuviera asustada, con el miedo en su voz.

-- No te preocupes…solo tiene hambre…anda ven…no te preocupes…-- le dije invitándola para que viniera con nosotras mientras acunaba a la niña para que se calmase un poco al llegar con las chicas le tendría que dar el pecho.

Berenice volvió a acercarse nuevamente a mi lado mientras no perdía ojo de la pequeña, estando atenta a todo lo que hacia pero aun podía observar que tenía miedo en sus ojos y preocupación.

Nos tuvimos que desviar algunas calles antes de llegar al local, para que no la descubrieran y la verdad que poco se podía ocultar, por suerte no había mucha gente por allí al ser de madrugada, por los alrededores se podían ver algunos andamios y maquinas de obra al parecer estaban reformándolo y me alegraba bastante, de nuevo volverían a tenerlo en pie, nos metimos por la puerta de costumbre evitando los andamios al menos el carrito podía entrar.

Akiko abrió la puerta para que pudiera pasar, pero las escaleras que habían no estaban hechas para el carrito, Rubí termino ayudándome a bajarlo, ya que Akiko andaba algo dolorida aun por el apretón de Berenice a la que miraba con odio aun, era la primera vez que la veía con rencor hacia alguien siempre había sido muy calmada, o era que alguien había podido plantar frente y ganarla, no lo sabia muy bien.

Al llegar abajo el sitio estaba como siempre un poco mas arreglado que otras veces, las chicas al verme salieron a saludarme pero frenaron en seco al ver a Berenice, lo mas probable de la impresión que se llevarían, esta sin embargo bajo su cabeza como avergonzada, incluso las sucubus que salieron para verme se quedaron sorprendidas, el silencio lo invadió todo en un momento, no había nadie que se atreviera a romperlo y empezaba a ser algo incomodo.

-- ¿Pero quien es esa…? …-- pregunto una de las voces de las chicas, rompiendo aquel silencio.

-- Ella es Berenice…nos ha salvado de unos tipos en los callejones…-- respondí intentando dejar claro que no era ninguna enemiga.

-- Hola…-- dijo Berenice tímidamente, mirando a las demás.

-- Paso un momento en que ninguna se quiso acercar manteniendo la distancia, la sorpresa aun les duraba, tenia que hacer algo para romper aquella situación de alguna forma.

-- Bueno… ¿Qué tal estáis…? …-- pregunte intentando deshacer el ambiente gélido y que se animaran a moverse un poco.

-- Te estábamos esperando…si puedes ir al comedor…-- dijo una de las chicas, aun asustada por la visión de Berenice.

Empezamos a caminar entre ellas poco a poco todo empezó a recobrar su ritmo pero no dejaban de mirarla, cuando entramos en el comedor, estaba todo completamente oscuro, pero la sorpresa nos la llevamos ambas, al momento las luces se encendieron de improviso.

-- Sorpre…-- no llegaron ni siquiera a pronunciar la palabra y terminaron asustadas.

En cuanto las luces se encendieron observe como Berenice en un movimiento se puso delante de ellas, abriendo su boca enseñando los colmillos en actitud ofensiva, al parecer no le gustaba las sorpresas.

-- La madre de…-- dijo Verónica retrocediendo unos pasos, sobresaltada incluso pude observar como tanto Miriam como Catia retrocedieron asustadas, Akemi solo se mantuvo en su sitio con los ojos abiertos como platos no se esperaba tal cosa.

-- Berenice…por favor cálmate no hay ningún peligro…te lo prometo…-- dije intentando calmarla por que sabia que como atacara aquello iba a ser una masacre.

-- ¿Pero quien es ella…?…-- preguntaron casi al unísono Catia y Miriam, no podían creerse lo que estaban viendo.

-- Ella es Berenice…nos salvo en los callejones…-- dije presentándola lo mejor que pude.

-- Yo pude…haberte salvado…igualmente…-- dijo Akiko casi susurrándomelo, al parecer estaba cabreada y no le caía muy bien Berenice por lo que parecía.

-- Akiko se que me hubieras podido salvar…pero no te enfades…-- dije mientras le levantaba la carita para darle un beso muy suave en sus labios, y así recompensarla.

-- Rubí también poder… defender a Mami…-- dijo Rubí para que le prestara atención, en ese momento le di también un beso en los labios agradeciéndoselo, mientras veía de reojo como Akiko seguía como en las nubes por el beso que le había dado.

-- Akiko…despierta…-- dije intentando que reaccionara.

-- ¿Eh? …Si…-- dijo Akiko tartamudeando aun sonrojada, inmediatamente se puso con su pasatiempo o eso pensaba que seria coger su cola y empezar a juguetear con ella.

-- Bueno la sorpresa ha sido para ambas…es mejor que comamos algo…Podéis pasar y uniros hoy es un día especial…dijo Akemi para poder salir del paso y que pudiéramos relajarnos.

Diciendo esto la mayoría de las chicas que estaban fuera del comedor empezaron a entrar incluidas las sucubus, todas al pasar por el lado de Rubí empezaron a hacerles reverencias, aunque Rubí prácticamente no solía tomarlas de ningún modo.

Por mi parte cogi a la niña del carrito y me dispuse a darle el pecho cogi una de las sillas y me senté, en cuanto la niña empezó a comer, la mayoría se olvidaron casi completamente de Berenice y se agruparon a mi alrededor para verla, algunas seguían con el susto en el cuerpo, poco a poco veía como empezaban a entablar amistad con ella, pude observar que en uno de los rincones estaba Eve tomando algo sentada en cuanto se dio cuenta que la miraba me saludo alzando la copa, pero no veía por ningún lado a Aya y eso me extraño bastante.

-- Es preciosa…que bonita…y esa colita es un primor…-- dijeron las chicas que se encontraban a mi alrededor.

En seguida Akemi se acerco a mi para poder verla, esta vez llevaba el típico vestido oriental de color rojo y atado por arriba y abierto por los laterales dejando al descubierto parte de sus muslos, estaba adornado con un dragón dorado que lo recorría su pelo estaba suelto pero tenia aquellos pequeños adornos para decorarlos en sus piernas tenia unas medias de color blanco que le llegaba hasta arriba terminadas en una blonda de encaje y en sus pies unas zapatillas orientales, sus ojos estaban llorosos de felicidad de poder verla y saber que estábamos sanas las dos pero no quería demostrarlo.

-- Estas preciosa…vaya parece que tu parte de Nekomata sale a la luz por lo que parece…-- dijo Akemi mientras me miraba dándole de amamantar a la pequeña.

-- Si eso parece…pero bueno lo entiendo…incluso estando embarazada también la reclamaba…es como su unión conmigo…a propósito… ¿Dónde esta Aya…? no la he visto por aquí…-- pregunte extrañada, creía que estaría en la fiesta.

-- Al parecer ha tenido que irse…a Tokio por unos asuntos…dijo que volvería pronto…-- respondió Akemi, y la verdad que era una pena quería volver a verla.

En cuanto termine le pase el bebe a mi madre, para que pudiera cogerlo enseguida lo acuno entre sus brazos, observe que no pudo contener sus lagrimas al tenerla entre sus brazos incluso como la pequeña se aferraba a ella.

Al momento el ambiente se destenso completamente Berenice parecía divertirse con las chicas, Catia y Miriam estaban discutiendo pero no pensaba que llegaran a las manos, lo mas seguro seria quien era mas fuerte o algo así, mientras Eve se acerco a coger algo de comida y hablar con sus compañeras de bandada y conocer a Berenice y no me extrañaba era normal como una buena informadora que era necesitaba conocer a las personas, mientras Verónica estaba pensativa y no perdía ojo a Berenice,; me acerque a ella para ver que es lo que pasaba y de paso contarle lo que me sucedió en el hospital y de camino hacia aquí.

-- Vaya parece… que Berenice ha sido todo un éxito…-- dije intentando hacerla reaccionar sacándola de sus pensamientos.

--¿Eh…? …perdona estoy preocupada mas bien por ella…yo no me fiaría mucho…-- dijo Verónica preocupada y para esta ocasión estaba vestida con su kimono tradicional de Miko, le quedaba precioso.

-- ¿Por qué lo dices…? … yo no veo ningún problema con ella…-- pregunte extrañada por lo que había dicho.

-- No conoces la leyenda de las Lamías…por lo que parece…pues bien según esa leyenda para resumírtela…están obsesionadas por sus niños muertos…además sienten envidia…de las otras madre y devoran a sus bebes…-- dijo Verónica explicándome resumidamente esa leyenda con preocupación en su voz.

-- Escucha…eso es solo una leyenda…si hubiera querido matarnos o comerse al bebe…lo hubiera hecho sin dificultad alguna…antes de venir aquí mato a dos hombres que me resultaron bastante extraños créeme…por lo que hicieron…tenían los ojos rojos casi completamente …y no se asustaron de Rubí cuando se transformo…aparte en el hospital he notado un olor asqueroso…los ojos de todos los de allí cambiaron de golpe se me quedaron mirando extrañados no me perdían ojo…aparte Berenice ha salido del instituto del lugar que tu sellaste a Aloqua…y eso me es mas preocupante aun…si ella ha salido no sabemos que mas cosas podrían salir de hay…-- dije resumiéndole en pocas palabras lo que había pasado, y esperando que me pudiera dar una explicación a todo aquello.

-- Mira leyendas hay muchas… pero si hubiera querido hacer eso lo hubiera hecho…-- dije aunque estaba algo preocupada por eso precisamente no sabia que hacer con ella.

-- Es imposible…que algo haya salido de hay y lo mas seguro que ese olor hubiera sido de algún sitio…aparte en el estado que te encontrabas…pudiera ser que hubieras visto algo raro…-- dijo Verónica intentando sacar una explicación para todo, aunque yo no se la veía por ninguna parte no me atreví a contarle mi visión en ese momento.

-- El mismo olor dos veces…lo dudo la verdad…además le pregunte a Samantha si había algún escape de algo o alguna tubería rota…y me dijo que todo estaba bien…que el terremoto solo había causado daños estructurales…-- dije explicándole lo que me había dicho Samantha.

-- Pero…-- dijo Verónica sin terminar la frase en ese momento Eve se nos acerco desde su rincón.

-- Perdonad he escuchado vuestra conversación…y eso del olor me preocupa la verdad…hay ciertas leyendas…que ya han quedado como cuentos para las pequeñas sucubus…no estoy muy segura de lo que pudiera ser…tengo que investigarlo pero Verónica es mejor que te prepares…y espero que no sea lo que creo…-- dijo Eve y solo con eso el miedo ya empezó a apoderarse de mi por un instante, mi rostro casi se pone blanco por un momento.

-- Seguro que no es nada…no te preocupes de momento disfruta de la fiesta es en tu honor…-- dijo Verónica sonriéndome pero las palabras de Eve ya me habían puesto en sobre aviso de alguna forma.

-- Aparte quería comentarte una cosa sobre nuestros bebes…son muy intuitivos como seguro que ya te habrás dado cuenta, a esa edad presienten el peligro…tampoco les gusta que la madre este muy lejos de ellos…y a esta edad se alimentan igual que los humanos así que no te preocupes…-- dijo Eve mientras me guiñaba un ojo de manera complica sabia que quería otra ronda.

-- Si me he dado cuenta de muchas cosas…y menso mal que se alimentan de la misma forma…gracias por todo tengo que mirar a ver que tal esta…y gracias por investigar…-- dije agradeciéndole su esfuerzo.

-- No tienes por que darlas…aunque ya me las cobrare de alguna forma…-- dijo Eve mientras me daba una palmada en el trasero, proveyendo nuestro encuentro.

Ni siquiera le preste atención, ya sabia como era Eve en ese aspecto, me acerque a Akemi y a las demás veían que están encantadas con la pequeña, incluso las sucubus estaban a su alrededor jugando con la pequeña.

-- Bueno ya eres abuela…-- le dije como bromeando aunque parece que no le sentó muy bien, por la mirada que me lanzo, pero la instante la cambio en cuanto vio que la cola de la pequeña se enroscaba en su mano.

-- Es preciosa…pero lo que me alegra mas es que tu y la pequeña estéis bien…no hubiera podido soportaros perderos…-- dijo Akemi aunque aun recuerdo las palabras tan duras que dijo aquel día, pero solo eran eso un recuerdo.


-- Tengo que ir a mi habitación…a mirar unas cosas…ahora vengo…-- dije intentando hacer que se quedara con la pequeña un rato.

Mientras salía vi que Berenice estaba haciendo amistades pero seguía siendo algo tímida de vez en cuando miraba a la pequeña de reojo parecía que era su guardiana.

Me moví por los pasillos a mi mente vinieron recuerdos de cuando hicimos el pacto, nuevamente, y de muchas cosas mas, sobre todo de que ya mismo tocaba teñirme nuevamente, aunque esta vez no tenia que esconder nada quería dejarme el pelo tal como lo tenia.

Entre en mi habitación y estaba tal y como la deje rebusque en el armario viendo si me había dejado algunas ropas, para llevármelas a casa, casi al instante que estaba rebuscando la puerta se escucho nuevamente, cuando mire me di cuenta que se trataba de Miriam, iba tan provocativa como siempre aunque esta vez el maquillaje era mas bien provocativo en su torso tenia un top con tirantes muy ligero de color rojo fuerte con un rayo hecho con pedrería, dejaba entrever sus pechos y marcaba sus pezones que ya estaban duros aunque no sabia muy bien el por que, mi mirada se paseo entre sus pechos de manera lasciva aunque intente ocultarla, en sus piernas tenia un pantaloncito vaquero muy corto y ajustado que casi dejaba entrever que no llevaba ninguna ropa interior, en sus piernas unas medias de rejilla negra terminada en blonda de encaje y en sus pies unos zapatos de tacón de color negro abiertos, yo casi no podía apartar la mirada de sus curvas provocativas que aun eran mas con aquella vestimenta.

-- Bienvenida…sabes lo que me apetece ahora mismo…-- dijo Miriam dejando sacar las orejas de Neko en su cabeza, parecía que las palabras resbalaban por sus labios.

-- Ni idea…dime…-- dije haciéndome la tonta, pero sabia que es lo que le apetecía perfectamente.

Miriam se fue acercando ami lentamente como si se exhibiera muy lentamente su cola jugaba por detrás de sus piernas cuando llego a mi altura me cogio por la cintura y me coloco contra la pared, mi respiración se agito momentáneamente solo había estado una vez con ella y fue una maravilla, fue acercando su cara lentamente hasta mi oído y soltó un pequeño soplo de aire aquello hizo que me estremeciera al instante, al instante fue pasado su lengua por mi oído mi respiración se agito mas incluso el sujetador empezaba a molestarme los pezones luchaban por salir de su prisión, la boca de Miriam llego a mis labios que comenzó a besarlos muy despacio, mientras su mano se aferro a uno de mis pechos y empezó a masajearlo dando pequeños círculos mientras uno de sus dedos jugaba con mis pezones, era maravilloso volver a sentirla.

Al fin sus labios se juntaron a los míos y empezó a besarme con pasión su lengua invadió mi boca buscando la mía, saborearla, y sentirla dentro de la suya, así estuvimos un rato hasta que no pude mas, era como si me faltara el aire, y el calor me invadiera tanto por fuera como por dentro, la despoje de su top y deje a mi vista aquellos preciosos pechos, contorneados y de color eran preciosos y me estaban llamando así que no tarde en poner mi boca en uno de ellos y empezar a jugar con mi lengua pasando por ellos incluso rodeándolos con mi lengua, Miriam no pudo mas que apretar mi cabeza contra ellos quería mas, notando aquello no pude mas que morderlos suavemente, en eso Miriam profirió un leve grito de placer, en ese instante aflojo su presa y yo seguí descendiendo saboreando su piel oscura, ese sabor picante y a la vez dulce, al llegar a su ombligo, le di un beso cariñoso pero sabia que ella quería que llegase mas abajo, cuando llegue a su pantaloncito lo desabroche me esperaba con su pene caliente y palpitante, esperando que lo acogiera en mi boca acogedora y húmeda y no lo hice esperar, lo introduje lentamente primero besando el glande era grande, caliente y palpitante y lo introduje en mi boca sintiendo cada una de sus venas latir en mi lengua, poco a poco deje que toda aquella carne me invadiera, y comencé a chuparlo rítmicamente sacándolo y metiéndolo en mi boca llenándolo de saliva caliente, mientras lo tenia en mi boca mira hacia arriba y pude ver la cara de placer de Miriam era toda una sinfonía de placer de la que yo formaba parte, sus manos cogieron mi cabeza y fueron las que marcaron el ritmo que ella quería, yo no pude mas que aferrarme a su cintura y dejarme llevar, su ritmo iba creciendo mas y mas en cada momento sentía como se introducía mas adentro de mi incluso me llegaba a la garganta, intente toser pero me era imposible tenia la boca completa, en mis ojos aparecieron lagrimas no se si serian de placer o de ahogo, su ritmo se fue acrecentando al igual que su respiración y sus jadeos, podía notar la mezcla de su liquido preseminal y del sudor de su cuerpo, en un momento su ritmo fue frenético mi saliva se desbordaba por las comisuras de mis labios, su pene estaba empapado en liquido por completo, sentí un fuerte tironee hacia ella, su miembro había entrado por completo en mi garganta note como palpitaba y se hacia aun un poco mas grande el cuerpo de Miriam se tenso de golpe y soltó un grito de placer era como el final de esa sinfonía, entonces un río de esperma caliente y espeso me inundaba la garganta y que se iba deslizando lentamente hacia mi estomago, me quede extasiada por un momento no se si seria por la falta de respiración o por el placer que sentía y ni siquiera había empezado a hacer nada pero notaba como mi ropa interior estaba empapada por completo, tenia mas ganas de sentirla pero esta vez dentro de mi.

Pasado un momento Miriam saco todo aquella barra de carne caliente de la que aun goteaba esperma de mi garganta dolorida, en mi boca quedaba el sabor de su leche caliente estaba deliciosa solo pude mas que relamerme, lo que tenia por la comisura de los labios.

Seguidamente me levante un poco y me quite los leggins a toda prisa dejándolos apartados seguidamente la camiseta pero esta vez me deje el sujetador puesto y después mi ropa interior dejándola a un lado, con el deseo en mis ojos y mi piel sudorosa por aquello, Miriam solo pudo mas que besarme suavemente saboreando su propio sabor mezclado con mi saliva, al momento la empuje un poco haciéndola caer al suelo Miriam desde el suelo me miro con cara de sorpresa yo, estaba como poseída por su sexo que aun permanecía erguido y desafiante delante de mi, goteando esperma y brillante por mi saliva me acerque lentamente hacia ella, moviéndome sensualmente me sitúe de pie justo debajo de su miembro y comencé a bajar lentamente, haciéndola esperar el momento deseado, mientras ella me miraba con ojos de deseo.

Cuando llegue a cierta altura sentí como su glande apretaba contra la entrada de mi sexo; que cada vez que bajaba se abría paso dentro de mi la cara de Miriam cambio por completo estaba en el cielo al igual que la mía, me dolía un poco pero no era lo suficiente para que dejara de sentirlo llenándome de calor, pensé que me atravesaría de una parte a la otra, pero al fin note como estaba dentro, mire a la cara de Miriam con sus ojos entreabiertos, estaba en el cielo y quería que nos sintiéramos las dos en el mismo sitio, así que comencé a bajar y a subir lentamente al principio para acomodarme a su miembro grande y caliente sentía en mi interior como sus venas latían con cada uno de mis movimientos como mi flujo salía para lubricarlo, el calor se apoderaba de nosotras, las manos de Miriam se apoderaron de mi cintura marcando el ritmo, se podía decir que la sentía golpearme en la parte mas profunda de mi como intentaba abrirse paso y entrar en mi útero, era maravilloso mi velocidad aumento mas subía y bajaba con total facilidad, mi cuerpo ya se había acostumbrado a ella, mi flujo nos manchaba a ambas en ese momento se abrió la puerta, yo me quede sorprendida, en cuanto mire hacia a tras vi a Catia que estaba con los ojos abiertos como platos, pero Miriam hizo que se le fuera la sorpresa en un instante.

-- Adelante Catia…te he dejado la mejor parte…-- dijo Miriam abriéndome el trasero y mostrándoselo para ser penetrado.

-- No esto es demasiado…-- dije sabiendo que entre las dos me dejarían medio muerta.

-- No te preocupes…lo haremos con delicadeza…-- dijo Miriam haciendo que me tumbara en un movimiento y aplicando sus labios contra los mío en un beso profundo y largo, mientras esperaba el tiempo suficiente para que Catia se desnudara.

así acostada cobre Miriam sentí como el miembro de Catia lo embadurnaba en mis flujos que manchaba mis muslos en seguida note la presión de su miembro contra mi trasero aquello era una sensación brutal, y al momento empezó a introducirlo lentamente saboreando cada pequeño recoveco de mi interior, hasta que al fin entro de golpe, no podía hacer nada estaba empalada por completo por ellas dos aunque estaba en la gloria, al segundo empezaron a moverse primero lentamente acomodando mi cuerpo y después su ritmo empezó a ser rápido y frenético cuando sentía que una salía de mi la otra arremetía con fuerza hacia lo mas profundo de mi notaba como los pechos de Miriam rozaba con los míos, incluso a través del sujetador era una sensación maravillosa, y los pechos de Catia se movían en mi espalda nuestros gemidos empezaron a resonar en la habitación gracias al sonido de la fiesta no se escucharon, no quería que aquello terminara nunca ese bombeo era maravilloso, una delicia, empecé a notar como el color empezaba a invadirme mi cara se sonrojo de golpe ya estaba casi a punto, note como sus penes se hinchaban y empezaban a pulsar en mi interior, pero mi sorpresa fue mayúscula, cuando pararon en seco.

-- Sabes…quiero hacer…una cosa…-- dijo Catia jadeando y suspirando por el placer.

Saco su pene de mi interior no sabia lo que pretendía y en un momento note como presionaba sobre mi sexo, mi cara se torno sorpresa aquello era imposible, que me entrara, aunque estuviera lubricado con todo mi flujo, pero en un instante note como su glande había entrado mi cara era toda una apología a la sorpresa y el placer, estaba a rebosar de ellas, y siguió introduciéndolo mas y mas hasta que las dos estuvieron al fondo de mi incluso pude ver que se formaba unos pequeños bultos en mi estomago por como eran de grandes y enseguida empezaron a moverse mis gritos no sabia si eran de placer o de dolor pero aquello no parecía tener fin me abrazaban con fuerza sentía sus cuerpos pegados ami mientras seguían empujando y empujando sin darme tregua alguna su gemidos solo hacían que me excitara mas aun, mis lagrimas saltaron a mis mejillas incluso mi lengua estaba fuera de mi boca babeando por el placer que tenia entre mis piernas al momento sus cuerpos se tensaron abrazándome mas fuerte y con mas pasión, sus venas pulsaron adentro, las oleadas de calor que sentía en mi pubis eran inmensas, un río de flujo se desbordo en mi interior, mi sexo se contrajo brutalmente como queriendo aprisionarlos en mi interior, su esperma que me invadía por completo, incluso llegaba a quemarme por dentro no pude mas que gritar por aquello junto con las dos, era increíble por un rato estuvieron abrazadas a mi con fuerza descargando en mi interior, notaba como el esperma se salía fuera de mi bañando nuestros muslos, caliente y espeso, pasado un momento sacaron sus adorados penes de mi interior yo tenia la barriga incluso algo llena por tanto esperma incluso mi sexo tenia contracciones expulsado tanto esperma de mi interior así nos quedamos un momento las tres tiradas en el suelo yo tenia los ojos llorosos, pero el cuerpo lo tenia en la gloria lo mismo que mi mente, al momento empecé a notar un olor nauseabundo que ya lo había olido antes.

No podía ser que estuviera aquí también era imposible, en seguida vi como Miriam se dio la vuelta para mirarme tenia los ojos rojos por completo, Catia se incorporo lentamente y me miro a la cara, sus ojos también habían cambiado, enseguida un dolor de cabeza me atenazo, la frente me dolía horrores es como si algo lo volviera a abrir.

Entonces vi una visión que preferí no haberla visto.

Era en el local estaba casi reformado, observe como peleaban Catia y Miriam contra la Gran Madre y esta terminaba perdiendo la cabeza, pero era imposible ella no estaba ya aquí, también observe como Verónica estaba peleando contra Akiko incuso Akemi peleaba contra Aya no podía creer lo que estaba viendo era imposible, tan pronto como había venido desapareció, y tal como había venido desapareció.

Asustada me levante de golpe arrinconándome en la habitación.

-- ¿Amanda te encuentras bien…? …¿Te ocurre algo…?...— dijeron ambas al ver mi reacción.

Al momento entro Eve por la puerta su cara era de sorpresa al vernos tal como estábamos.

-- Vaya formáis una fies…-- dijo Eve sin terminar la frase y enseguida me vio contra una pared asustada y empezó a olfatear el ambiente.

-- Dime que también lo hueles…por favor…-- dije casi suplicando por que también ella lo oliera, creía que me estaba volviendo loca.

-- Si también lo huelo… y no es nada bueno…tengo que mirar unas cosas…arreglaos y venid al comedor os espero…-- dijo Eve mientras salía por la puerta, al momento nos vestimos los ojos de Catia y Miriam habían cambiado nuevamente, estaban normales como siempre.

-- Amanda se puede saber… ¿Que es lo que te ha pasado…? …-- pregunto Catia mientras se vestía.

-- He olido un olor nauseabundo lo mismo que en hospital…y enseguida teníais los ojos rojos casi por completo…no se como explicarlo…esto ya no es normal…me tomareis por loca o lo que sea…pero es así…-- dije mientras me vestía rápidamente para ir al comedor, y ver lo que tenia que decirnos Eve, preferí no contarles sobre la visión al menos de momento.

En cuanto terminamos de arreglarnos nos dirigimos al comedor ni siquiera preste atención al sudor que tenia por le cuerpo o como estaba la ropa solo sabia que aquello no podía ser, estábamos siendo amenazadas de nuevo pero por quien.

Al llegar al comedor vimos que todo estaba como siempre las chicas jugando con la pequeña, mientras Rubí y Berenice no le perdían ojo, me daba pena quitar esa felicidad, al parecer habían hecho buenas migas con ella y me alegre.

-- Escuchadme todas…aquí esta pasando algo raro…y no creo que sea nada bueno…Amanda me ha contado que ha olido algo nauseabundo…y creo saber que es lo que es…-- dijo Eve mientras me daba la invitación para que prosiguiera.

-- Hace poco en el hospital olí lo mismo…vi como las personas se les volvió los ojos casi completamente rojos…pensé que podría ser algo por el parto… o cualquier cosa pero hace poco también lo he olido…y me ha vuelto a pasar lo mismo…-- dije explicando lo sucedido.

-- Creo saber quien es pero solo es un… rumor o leyendas que he escuchado…es Abrahel…-- diciendo esto la mayoría de las sucubus se asustaron al instante incluso la niña empezó a llorar casi instintivamente, en cuanto paso Rubí se acerco a ella para acunarla y Berenice retrocedió para apartarse de ella.

Yo me dirigí hacia Berenice para calmarla un poco.

--¿Pero por que huelo eso…? …-- pregunte extrañada mientras calmaba a Berenice.

-- Se dice que es su carta de presentación…puede introducirse en los cuerpos que tengan algo de maldad…o son impuros respecto sexualmente, al parecer tu y las sucubus somos las únicas que podemos olfatearla…-- respondió Eve explicando lo que me había sucedido.

-- Pero lo que me extraña…es que ni Alexa ni Akiko se vieron infectadas por eso…-- dije extrañada por aquello.

-- Es simple Alexa no es mas que un espíritu guardián…y Akiko…-- dijo Eve pero sin poder terminar de cavar la frase salto Akiko.

-- Si…soy virgen…-- dijo Akiko sonrojada, y mirando al suelo, no sabia donde meterse en seguida salio corriendo del comedor, tropezando varias veces por el camino.

FIN DEL CAPITULO 3


P.:eek: Lo sigue pero en forma mas despacio y detallada, lo siento haber tardado tanto pero estoy haciendo un experimento de ovas de los personajes principales de la historia hasta uqe concoen a Amanda muchas gracias por vuestra espera :)
 

Yarina

Bovino adolescente
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MI DON…UNA MALDICION

-- Vaya…que sorpresa, no me lo esperaba…tenéis una virgen aquí…-- dijo Eve sorprendida y a la vez con voz de deseo, y la verdad no me sorprendía siendo lo que era.

-- Es mejor que vayas…con ella…-- dijo Akemi para que la consolara, soltar aquello delante de ellas habría supuesto como una bomba, pero aquella timidez y candidez mezclada con su inocencia me lo hacia suponer.

Salí de la habitación a toda prisa buscando entra las habitaciones pero, al fin la encontré en la arena haciendo lo que mejor sabia hacer, entrenar aunque esta vez sus movimientos eran mas forzados de la cuenta, se le notaba el nerviosismo y el enfado que tenia.

-- ¿Te encuentras…bien…?…-- pregunte viendo la forma tan forzada que tenia, ni siquiera me respondió solo siguió moviéndose como si estuviera peleando con un rival invisible, pensé que la mejor manera de hablar con ella era entrando y combatir aunque sabia que no ganaría, solo quería que me hablase.

En cuanto entre Akiko se detuvo en seco, se dio la vuelta y me miro con ojos de enfado y al mismo tiempo de vergüenza, se coloco en posición de ataque preparada para le combate sin decir palabra, yo salude al contrincante como me había enseñado y me dispuse en la misma postura para iniciar el combate, al momento Akiko se lanzo con una furia inusitada, yo no pude mas que defenderme aunque sus golpes no eran muy precisos tenían bastante fuerza no pude mas que defenderme como podía, gracias a las batallas me defendía un poco mejor, pero era casi imposible detenerla, sus golpes se sucedían y yo estaba mas y mas agotada en un descuido una de sus piernas zancadilleo la mía airándome al suelo, ella se lanzo poniendo su brazo en actitud de darme el golpe de gracia, sus ojos tenían ira, era como ver a un guerrero que tenia delante a su enemigo y quería acabar con el definitivamente, incluso llego a asustarme.

Su mano bajo de golpe y se detuvo a escasos centímetros de mi cuello, amenazando con matarme, y acabar con todo allí mismo, pero en seguida aquella pequeña guerrera se echo a llorar echándose encima mía abrazándome con fuerza parecía que aquel secreto lo había guardado por mucho tiempo, sus lagrimas resbalaban por mi cara y mojando la arena.

-- ¿Te sientes mejor…?…-- pregunte aunque sabia la respuesta, era como si se hubiera quitado un peso de encima.

-- Si…estoy mejor…discúlpame por los golpes que te he dado…estaba enfadada…-- respondió Akiko sollozando, mientras se secaba las lagrimas.

-- ¿Por qué te has puesto así…? …No es ninguna vergüenza que seas virgen…además no se por que yo también me lo temía…-- pregunte extrañada por su reacción. No llegaba a comprenderla.

-- Es por que veía a todas las chicas…contando que habían tenido… aventuras y demás…y no quería ser menos que ellas…-- dijo Akiko tartamudeando, con su habitual tono esta vez, sabia además que estaba sonrojada por el calor de su rostro sobre el mío.
-- Escucha no debes avergonzarte de nada…cada una tiene su momento especial por decirlo así…y estoy segura que tu tendrás el tuyo de momento…mantén la cabeza alta…y no te preocupes…además gracias a eso…si te das cuenta esa tal Abrahel…no pudo hacer nada contigo…así que venga y volvamos a la fiesta…-- dije intentando consolarla.

-- Gracias por… entenderlo…-- dijo Akiko mientras se levantaba y bajaba la cabeza, me fije que su cola no dejaba de dar vueltas de un sitio a otro.

-- ¿Estas nerviosa…por volver a la fiesta…y lo que te dirán…? …-- pregunte viendo el nerviosismo que tenia.

Asintió con la cabeza, completamente ruborizada, no pude mas que cogerla de la mano y dirigirnos de nuevo.

Al llegar allí ni siquiera se percataron de nuestra entrada mi madre estaba con las chicas y el bebe, Berenice estaba entablando una conversación con las demás, parecía que su aspecto ya no importaba en absoluto, Miriam y Catia estaban discutiendo sobre algo aunque ni siquiera le preste atención, Eve no hacia mas que mirar a la pobre Akiko de reojo y relamerse de vez en cuando, yo no pude mas que negarle con la cabeza como sabiendo lo que pretendía, ella no pudo mas que encogerse de hombros y seguir charlando con las chicas, todo estaba demasiado bien a excepción de Verónica que había bebido demasiado y tanto como sus orejas de zorro como sus dos colas estaba fuera y ni siquiera se daba cuenta, una fiesta normal se puede decir al fin y al cabo.

Al momento una de las chicas puso un poco de música y la mayoría nos dispusimos a bailar, ya que tenia cogida a Akiko de la mano me puse a bailar con ella, para que se tranquilizara todo lo que pudiese, así estuvimos bastante tiempo hasta que terminamos hechos polvo.

Fue una fiesta maravillosa, al final me acerque a la niña y esta empezó a llorar, pidiendo comida, enseguida me senté y empecé a darle el pecho, las demás se afanaban en limpiar aquello, entre Catia y Miriam cogieron a Verónica protestando de que quería beber mas para llevarla a su habitación, Akemi se acerco mirando al bebe tiernamente.

-- Es preciosa y me alegro que estéis bien las dos…ya sabes que me gustara verla…tengo que dejarte y hacer algunas cosas…-- dijo Akemi despidiéndose, mientras salía dio dos palmadas como emitiendo prisa a las demás para que arreglaran aquel estropicio.

En cuanto lloro sabia que Berenice estaba escondida en alguna parte, quería que dejase de tener miedo a aquello.

-- Berenice…sal no tengas miedo…de verdad se que no serias capaz de hacerle nada…-- dije intentando que abandonara su escondite.

Al momento escuche un siseo y pero no sabia de donde venia, mire detrás de mi y la vi allí llevándome un buen susto, mientras me miraba por encima del hombro, en sus ojos tenia alegría y felicidad mientras miraba a la pequeña.

Al rato se acerco Eve muy seria y se sentó a mi lado, sabia que algo pasaba y que no me iba a gustar en absoluto.

-- ¿Qué es lo que pasa…Eve…? …-- pregunte sabiendo que no seria nada bueno.

-- ¿Tiene que pasar algo…?…bueno si es verdad…tengo que decirte que tenemos que llevarnos a la niña por un tiempo…-- dijo Eve de golpe, aquello me sentó como si una bomba hubiera derrumbado mi mundo de golpe, no podía creer lo que me había dicho.

-- Estas bromeando verdad…dime que estas bromeando…sabes lo que he tenido que pasar para tenerla…no pienso dejar que os la llevéis…-- dije enfada, no iba a dejar que la apartaran de mi lado en ningún momento.

-- Escucha un momento por favor…no tardaremos mas de una o dos semanas en volver además es necesario para ella…es el ritual de LiLith…la primera súcubo…es como un bautizo para que pertenezca a nuestra bandada y consagrártela a ti o eso o el resto de las bandadas se aprovecharan…tu eliges…-- dijo Eve mirando al bebe con ojos tiernos, a pesar de todo no quería que me separan de ella.

-- Tiene que haber alguna otra forma…la esconderé…no la verán pero por favor no quiero que me apartéis de ella…-- dije casi suplicándoselo, era increíble que tuvieran que hacerlo.

-- Amanda cálmate…no puedes esconderla tu hija ya tiene tu olor y tu estas impregnada del suyo es como vuestra carta de presentación y las demás bandadas pueden olerlo…y saben que no esta consagrada…vendrán a por ella…y te aseguro que no serán tan amables como la nuestra…-- dijo Eve exponiéndome la situación en mi interior no quería separarme de ella, pero sabia que era necesario esto me estaba partiendo el corazón.

-- ¿Para cundo tenéis…que llevárosla…? …-- pregunte con la cabeza bajada y las lagrimas en los ojos, aquello me estaba doliendo horrores era como si me arrancaran una parte de mi alma, la pequeña instintivamente empezó a llorar, Berenice retrocedió de inmediato ocultándose aunque no se si seria por el llanto de la niña o por que sabia que estaba enfadada con todo esto.

-- Como muy tardar mañana…por la mañana…-- dijo Eve sentenciando aquello, fue como un mazazo en mi alma.

No dije ni palabra, solamente me levante, pensaba que la fiesta había durado demasiado, así que era mejor dormir allí, me dirigí a mi habitación con la cabeza bajada mirando a la pequeña, como me sonreía y movía sus pequeñas manitas, pero no podía quitarme de la cabeza lo que me había dicho Eve, pensaba que por que me tenia que pasar todo aquello no salía de una cuando de repente ya tenia otra encima, estaba empezando a odiar mi don si se podía llamar así, mientras caminaba escuche un siseo detrás de mi, sabia perfectamente quien era, pero a pesar de todo mi enfado no podía pagarla con Berenice además no tenia donde ir, así que la invite a dormir conmigo.

-- Berenice…no te preocupes no pasa nada solo que esa noticia… me ha sentado fatal…he sufrido demasiado para que tengan que separarnos… ¿Quieres dormir con nosotras…? …-- pregunte intentando que no se asustara demasiado.

Berenice no dijo nada solo me siguió a la habitación al entrar allí estaba, Rubí como siempre entre las sabanas esperándome, al ver mi rostro se levanto y se acerco para saber que me pasaba.

-- Mami estar triste…-- dijo Rubí mirándome como aguantaba mis lagrimas.

-- ¿Por qué tiene que suceder esto…? …¿Por que todo tiene… que ser tan complicado…? …¿Te puedo hacer una pregunta Rubí…? …-- preguntando a ver si me enteraba de como era la ceremonia.

-- Rubí escuchar… pregunta de mami…-- respondió Rubí con su característica sonrisa, como si nada pasara.

-- ¿Qué es el ritual de Lilith…?…-- pregunte con curiosidad, al menos quería saber lo que pasaría.

-- Rubí ser muy pequeña…pero ver otros rituales…es unir la relación entre la cría y su mami…al crecer ser muy rebeldes y ser dominadas por bestia interior…ritual hacer que bestia interior no salir…y unir espíritus de mami y cría…también unir a bandada y hacer saber que es de una…Rubí tener que ir también…por ser reina de bandada…pero no gustar volver…querer estar con mami…-- dijo Rubí mientras me abrazaba, ahora también me entere que incluso Rubí tenia que ir, era quedarse casi completamente sola en un instante sabia que ese tiempo ose me iba a hacer eterno.

No pronuncie ni una sola palabra solo me acosté y Rubí nos cubrió a mi y a la pequeña con sus alas.

Berenice sin embargo permanecía de pie mirándonos, al parecer no sabia que hacer en esa situación no pude más que invitarla.

-- Vamos…ven que no pasa nada…-- dije mientras le indicaba que se acostara con nosotras.

-- No puedo dormir…de una manera normal por favor no os asustéis…-- dijo Berenice, algo inquieta por lo que iba a hacer.

-- ¿No puedes dormir…? …¿Por qué…? …-- pregunte extrañada, además nunca había conocido antes una Lamia.

-- Las Lamías estamos condenadas por un maldición…y nuestros ojos nunca se cierran…la visión de nuestros hijos muertos…se nos presenta…pero por la clemencia de un dios podemos quitarnos los ojos y descansar…-- dijo Berenice explicándonos la maldición que tenia encima.

-- ¿Quitarte los ojos…? …Eso es asqueroso…-- dije intentando sostener las ansias de vomitar que tenia, aunque tampoco era quien para recriminarle nada, al fin y al cabo nos había salvado de aquellos hombres, pero aquello no daba lugar a que no sintiera repulsión por lo que hacia, ami mente vino lo que me dijo Verónica por un momento que se alimentaban de niños pequeños y eso me entro algo de miedo y no tuve mas remedio que volver a preguntarle otra cosa.

-- Perdona que te pregunte esto…lo mismo te suena raro… ¿Pero te alimentas de bebes…? …-- pregunte tímidamente esperando que mi pregunta no la molestara, pero era necesaria.

-- Las primeras Lamías así, era nos alimentábamos de niños pequeños por envidia de las madres…que tenían a sus bebes…es una tontería ocultarlo y te entiendo que por eso me odiases o tuvieses miedo…pero no todas somos así…de donde yo vengo nos consideran…niñeras y muy buenas…nunca haría daño a tu hija…pero si es lo que piensas no te preocupes…lo entiendo…esa maldición nos ha hecho mucho daño a las que somos distintas…-- respondió Berenice al menos no ocultaba la verdad era un tanto a su favor tenia mis reticencias pero me arriesgue a pesar de todo.

-- Otra cosa…si sois consideradas buenas niñeras… ¿Por que con su llanto te asustas…? …-- pregunte extrañada por lo que me dijo, no encajaba en nada con lo que había dicho.

-- De donde yo vengo era una niñera…el problema era que…cometí algunos errores y no escuche a la niña llorar, mis amos me castigaron…y cada vez que escucho su llanto se me clava…como si fuera por mi culpa…-- respondió Berenice ahora, comprendía su miedo al esconderse, no tenia miedo de la niña si no de que la castigara o le hiciera daño a ella.

-- Berenice…te puedo asegurar que no te…castigare de ninguna forma…así que tranquilízate…te lo prometo que no te haré nada…-- dije intentando que se calmara y no volviera a esconderse.

Enseguida Berenice se dio la vuelta pensé que era para que no la viera como se quitaba los ojos al menos en eso era recatada, cuando se volvió pensé que vería las cuencas de los ojos vacías y me aterrorizaba, pero tenia los ojos cerrados me volví a librar de esa visión, rápidamente se acostó a mi lado sonriendo y así nos quedamos dormidas.

No se si el tiempo que me dormí solo fui despertada por el llanto del bebe sabia que tenia que cambiarla, al intentar levantarme, vi que casi no podía moverme, estaba casi completamente enroscada por le cuerpo de Berenice y ni siquiera me había dado cuenta, aunque era un calor agradable y me sentía a gusto, pero tenia que cambiarla y darle de comer.

Zarandee un poco a Berenice para que aflojara un poco su abrazo enseguida se despertó escuchando el llanto del bebe y rápidamente se retiro para esconderse, pensé que no podía cambiarla de la noche a la mañana y que eso llevaría su tiempo, pero quería hacerlo que no tuviera miedo de ella.


Así que me acerque al rincón donde estaba acobardada y le cogi de la mano, se acerco lentamente para cogerla, aun no tenia la suficiente confianza en si misma pero al menos la acepto.

Aun así tuve que arrastrarla conmigo hacia el comedor, lo mismo pensaría que iba a castigarla en otro lado, llegamos al comedor y encendí la luz, coloque a la pequeña en la mesa en cuanto solté a Berenice de la mano y se alejo un poco de mi.

-- Berenice…escucha podrías hacerme un favor…ve a la habitación y trae unos pañales del carrito…date prisa…-- dije intentando hacer que perdiera algo de miedo, en un suspiro salio de la habitación, y volvió al momento solo se acerco un poco a la mesa dejando los pañales en el borde para que los cogiera.

Al cambiarla me volví a liar un poco, pero le iba pillando el tranquillo poco a poco, en cuanto estuvo cambiada se callo al momento en eso salio Berenice de donde estaba para observarla, yo me quede un momento mirándola mientras ella me sonreía, por mi mente se pasaba que tendría que dejarla, por un tiempo sabia que estaría en buenas manos y no le pasaría nada, pero aun me resistía a abandonarla pero era eso o el arriesgarme a las demás bandadas que a saber como eran, no pude mas que abrazarla contra mi pecho sintiendo ese aroma embriagador.

Berenice se acerco a nosotras, al verla se la pase para que la acuanara sabia que tenia ganas de hacerlo y estaba convencida de que no le haría ningún daño, pero la impresión que me dio al principio y lo que me contó Verónica no me dejaron tranquila y cualquier madre hubiera hecho lo mismo.

En los ojos de Berenice que esta vez los tenía puestos podía ver felicidad y alegría, era como si tuviera el más preciado tesoro en sus brazos.

El tiempo paso rápidamente ni siquiera me fije de la hora, solo se que me quede mirando a Berenice como acunaba a la niña estaba muy cansada, me desperté sobresaltada pensando que le pasaba algo al bebe pero enseguida vi a Berenice que estaba dormida en el suelo y tenia su cuerpo como enrollado como una especie de cuna donde estaba el bebe durmiendo tranquilamente.

Enseguida las puertas del comedor se abrieron, llegando las primeras chicas para preparar el desayuno.

-- ¿No me digas que habéis estado durmiendo aquí toda la noche…?…-- pregunto una de ellas, mientras entraba por la puerta.

-- ¿Eh…? …si se me ha pasado la hora en seguida…estaría muy cansada bueno es hora de ducharse…-- dije viendo que no me había duchado desde que tuve la sesión con Miriam y Catia por el susto que me había llevado y la mala noticia que me dio Eve era el momento mejor, pensé que seria mejor despertar a Berenice y que se ocupara solo esperaba que no llorara la pequeña pidiendo el desayuno.

-- Berenice…despierta un momento…te necesito…-- dije zarandeándola un poco esperando que tuviera los ojos puestos en su sitio incluso cuando me lo decía para mi misma me sonaba raro.

Al momento Berenice se dio la vuelta lo mas seguro para volvérselos a colocar, y la verdad fue un alivio para mi.

-- ¿Pasa algo…?... – dijo Berenice medio dormida, su tortura tendría que ser brutal, siempre presenciando la escena de sus hijos muertos.

-- Quiero que…te ocupes de la pequeña por un momento mientras me ducho… y me arreglo…esta será tu prueba de fuego de alguna manera…confío en ti…-- dije intentando que perdiera el miedo definitivamente.

-- Pero…que hago si se pone a llorar…no sabre que hacer…además no será culpa mía …te lo prometo…-- dijo Berenice nerviosa mirando hacia todas partes, esa idea de que era ella quien le hacia daño y que fuera a castigarla le seguía martirizando.

-- Berenice…cálmate…se que no será culpa tuya y si llora es por que tiene hambre no te preocupes…es eso y no te voy a castigar ni nada parecido además no creo que tarde mucho de verdad…tranquilízate…-- dije intentando serenar los nervios que tenia encima.

Diciéndole esto me dirigí a mi habitación para coger algo de ropa que aun tenia y debía de recoger, las muchachas empezaban a despertarse y dirigirse hacia las duchas y arreglarse un poco, era el espectáculo de cada mañana camisones transparentes y ropa interior sexy dando vueltas por los pasillos, a veces me vista se paseaba entre ellas deleitándose, también observe como las sucubus entraban después de la noche junto con Eve, que se quedaba mirando a las chicas con deseo, mientras pasaba para acostarse.

Al pasar por mi lado su rostro cambio era como si se sintiera la culpable de todo aquello aunque sabia que no era su culpa y que tenia que hacerse, entre en mi habitación y vi a Rubí aun durmiendo con su carita de ángel y preferí no despertarla ya que hoy también me tendría que despedir de ella, ni siquiera se dio cuenta de que me había salido, sin darme cuenta mi vista se paseo por su sexo y la vista fue maravillosa allí estaba erguido y maravilloso. Pero no tenia ganas de nada así que rebusque entre el armario y puse casi toda la ropa en el carrito a excepción de la que me iba a poner.

Esta vez elegí un tanga de color negro de encaje y un sujetador del mismo color que me encantaba, para las piernas me dispuse una falda con algo de vuelo y correas por encima, en las piernas unas medias de color negro a juego terminadas en blonda de encaje y en el torso un jersey de pelo de color marrón oscuro con unos dibujos de estrellas doradas se que resultaba algo infantil pero me gustaba y para los pies unos zapatos de tacón de color blanco abiertos por los laterales que eran bonísimos.

Al momento me dirigí a las duchas, por lo menos no había visto a Berenice salir corriendo a ninguna parte y eso era buena señal o mala según se viese, o estaría escondida en algún sitio en mi trayecto a las duchas pude ver a Verónica quejándose del dolor de cabeza completamente desnuda, estaba preciosa sus formas aun que eran algo rellenitas tenían una proporción preciosa y el ritmo con que sus colas se movían a cada paso me hacia soñar, su pechos se bamboleaban un poco a cada paso era preciosa, mi mente no hacia mas que sacar imágenes y mas imágenes no podía creer que estuviera tan excitada últimamente pero lo mas seguro que seria por culpa del embarazo, estaba casi convencida de eso.

Al llegar a la ducha había bastantes chicas, así que me dirigí a una que estaba vacía y deje que el agua me relajara por completo, que discurriera por mi cuerpo que todos mis problemas se los llevara el desagüe ojala hubiera sido así pase mis manos por mis pechos enjabonándolos sentía como mis pezones incluso crecían poniéndose duros como piedras poco a poco fui bajando pasando la esponja por cada rincón de mi cuerpo mi excitación creía cada vez mas y mas por mi mente se paseaban las chicas que había en la ducha en multitud de escenas que me gustaría tener, oleadas de calor y no precisamente de la ducha empezaron a llegar a mi sexo lentamente, notaba incluso como me iba excitando mas y mas por momentos, pero enseguida me di cuenta que las demás chicas se quedaron mirándome, olfateando el ambiente como si de un olor delicioso se tratara intente controlarme todo lo que pude y relajarme únicamente.

Al salir de allí me arregle con la ropa que había traído sabia que el momento fatídico estaba llegando y no quería que sucediese, pero tampoco podía impedirlo, intente aligerarme todo lo que pude sabia que la pequeña ya mismo empezaría a llorar y no podía dejar a Berenice sola.

Verónica se quedo por un momento mirándome, y se pasó la lengua por sus labios, era increíble que aun teniendo esa resaca pudiera tener ganas, preferí no prestarle mucha atención y me dirigí al comedor.

Al llegar allí vi que efectivamente la pequeña estaba llorando pero Berenice seguía teniéndola entre sus anillos, acunándola pero estaba de los nervios no sabia que hacer, tenia que cumplir su prueba, pero decidí no hacerla sufrir mas de la cuenta no podía hacer que perdiera ese miedo de golpe, me apresure acogerla en cuanto lo hice Berenice retrocedió un poco, era como si se hubiera sentido aliviada de que hubiera vuelto, enseguida me saque el pecho y empecé a alimentarla.

-- Ves es lo que te dije es solo por hambre nada mas…no tienes por que preocuparte…venga sal de hay…-- dije intentando nuevamente que no se asustara tanto, enseguida se puso a mi lado mirando a la pequeña en ese tiempo las chicas fueron entrado y cogiendo las bandejas Berenice fue al mostrador a coger dos y traérmelas, la mayoría de ellas tardaron un poco en empezar a comer mientras veían como amamantaba a la pequeña, y como las orejas me habían vuelto a salir era como un reclamo para ellas de alguna forma.

Una ves hube terminado de darle de comer me dispuse a desayunar, tenia bastante hambre así que cogi otra bandeja mas, nada mas terminar apareció por la puerta Eve vestida con un pantalón vaquero ajustado de color azul pálido, en sus pies unos botines de color blanco que se cerraban lateralmente con cremallera, en su torso llevaba una blusa de color blanco con botones negros mostrando su generoso escote a su lado estaba Verónica vestida de Miko esperándome para lo que tenia que hacer, sabia que esa hora había llegado pero no podía hacer otra cosa, mi mente le dio mil vueltas a la situación pero no encontraba solución, cada vez que salía de un problema entraba en otro estaba empezando a querer deshacerme de mi don, o mas bien mi maldición.

Cogi a la pequeña y me levante sin pronunciar palabra nos dirigimos a la arena allí estaba Akemi con su traje chino, y Rubí esperandonos a que se abriera el portal.

-- Amanda se que resulta difícil…-- dijo Verónica pero ni siquiera la deje terminar la frase.

-- Hazlo ya…y acabemos…-- dije con tono de enfado y rabia bajando la cabeza.

Verónica empezó a moverse y a recitar unos cánticos enseguida una fogonazo de luz inundo el sitio una especie de grieta se abrió mostrando un paisaje imposible de rocas flotantes un espacio de color azul claro lleno de estrellas, aunque le olor que me llegaba era un pelin fuerte a azufre.

No pude mas que darle, a la pequeña no sin antes darle un beso, enseguida observe como atravesaban esa grieta dejándome con el corazón partido incluso a Rubí se le derramaron algunas lagrimas.

En cuanto se fueron no pude más que gritar con todas mis fuerzas.

-- NOOOOOOOOOOO!!! …-- grite desesperada de dolor, caí al suelo de rodillas llorando desconsoladamente enseguida note las manos de mi madre y de Berenice que intentaron consolarme.

FIN DEL CAPITULO 4


P.:eek: Aqui dejo el cap 4 no lo he podido poder antes por que esto no estaba online lo siento y pido disculpas por anticipado :)
 

zikuti

Becerro
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cada vez se pone mejor, muy bueno. Espero el resto de la historia
 

Yarina

Bovino adolescente
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VUELTA AL INSTITUTO

-- No, no, no…no quiero que se la lleven…-- dije mientras pegaba varios golpes a la arena y mis lágrimas la mojaban, estaba desgarrada por dentro aunque solo fuera poco tiempo, aquel don que tenia empezaba a ser una verdadera maldición.

-- Amanda…cariño relájate…se que esto es muy doloroso para ti…también lo fue para mi tener que dejarte…se lo que se sufre…-- dijo Akemi intentado aplacar mi dolor y tenia razón ella también había pasado por eso al tener que dejarme y no fueron unas semanas como me habían dicho.

Solo pude darme la vuelta y abrazarla fuertemente mi madre me abrazo en ese momento queriendo aplacar mi dolor así estuve por un momento mientras me calmaba. Cuando al fin logre tranquilizarme me dirigí hacia el comedor aquello me había dado hambre y en ese momento pensé que no había nadie y quería estar un tiempo sola

En cuanto me dirigí hacia el comedor escuche como Berenice me seguía.

-- Berenice… ¿Puedes hacerme un favor…? …necesito estar sola por un momento tengo que pensar unas cosas…si pudieras esperarme en mi habitación…-- dije a Berenice, solo necesitaba estar sola por un momento procesar todo aquello, que aun me dolía.

-- Esperare en tu habitación…-- dijo Berenice mientras se dirija hacia ella, aunque su mirada era de preocupación al parecer también le había afectado que se hubieran llevado a la pequeña.

Tal como pensé al llegar al comedor estaba completamente vacío me dirigí hacia una de los sitios cogi una silla y me senté apoye mi cabeza contra la mesa, cerré los ojos y lo único que me venia a mi mente era la imagen de la pequeña sonriéndome mientras se iba y la cara de Rubí llorando, creo que esa imagen no se me iría en mucho tiempo.

Paso un rato hasta que escuche las puertas abrirse, levante la cabeza y vi que era Verónica la que entraba, sabia que lo mismo vendría a animarme, al momento se acerco y se puso ami lado.

-- ¿Puedo sentarme…?…-- pregunto Verónica tímidamente como intentando no molestarme pero eso era ya imposible.

-- Siéntate… ¿Podrías explicarme una cosa…? …Por que yo…por que tengo este don o maldición o como sea…nunca lo pedí…nunca lo quise…no estoy arrepentida de conoceros eso jamás…pero estoy harta de esto…-- pregunte amargamente, en ese momento me quería librar de ser lo que soy, de esa parte de mi alma.

-- La verdad no podría explicártelo…no tengo respuestas para todo…a veces ocurre nada mas…pero no estarás pensando lo que creo que estas pensando… ¿Verdad? …-- respondió Verónica pero sin aclararme nada, además tampoco esperaba que pudiera hacerlo.

-- Si estoy pensando en ello…Alice…estoy segura que algunas de las sucubus podría alimentarla yo no dejaría de ser su madre…dime que hay una posibilidad de poder quitarme esto…o de dormirlo y que solo se despierte cuando tenga que darle el pecho a Alice…-- dije mientras levantaba la cabeza para mirarle a los ojos, en ese momento observe con claridad que los ojos de Verónica estaban completamente rojos, solo pude mas que retroceder un poco por el susto.

-- ¿Amanda…te ocurre algo…? …-- pregunto Verónica completamente extrañada por mi reacción.

-- Esta ocurriendo… tienes los ojos rojos…-- respondí mientras retrocedía un poco.

En ese momento entraron unas chicas en el comedor, para limpiarlo y también observe que ellas tenían los ojos rojos por un instante creí observar unas risas diabólicas en sus rostros y como se quedaban mirándome fijamente, ami olfato llego aquel olor asqueroso que lo acompañaba.

Al salir corriendo me quede por un momento en el sitio como paralizada mi mente volvió a volar hacia un posible futuro, la cabeza me dolía horriblemente notaba como algo quería salir en mi frente pero no sabia el que. Las visiones hicieron acto de presencia pude ver con claridad como mi madre mataba a Aya arrancándole el corazón, como Catia y Miriam mataban a la Gran Madre, y como la pobre de Aiko moría a manos de la misma Verónica por defenderme, el sitio era el bar completamente reformado, detrás de ella pude ver una oscuridad de la cual provenía una risa macabra que inundaba el lugar.

-- Noooooooo, detente…déjame en paz…aléjate de mí…-- grite llena de miedo, en ese momento no recuerdo nada mas solo que me desmaye.

Al abrirlos, me fije que estaba en mi habitación ami lado estaba, Verónica y Berenice, al fondo a los pies de mi cama estaba Akemi mirándome con preocupación.

-- ¿Cariño te encuentras bien…?…-- pregunto Akemi con tono de miedo, por si me ocurría algo

-- Ha vuelto a pasar lo mismo…teníais los ojos rojos…incluso pude ver como las muchachas me sonríen de manera macabra…pude ver como matabais a las chicas del club…-- respondí explicando lo que había, visto en mi visión.

-- Esto se pone peor por momentos…Amanda escucha cuando estés algo mejor vuelve a tu casa con Berenice…es mejor que descanses luego iré…a hablar contigo…por el momento es mejor que descanses…-- dijo Verónica intentando calmarme, pero su rostro no era nada tranquilizador.

No tardaron mucho en salir de la habitación conmigo solo quedo Berenice que estaba dando vueltas de un lado para otro preocupada.

-- Berenice…relájate un poco…me estas mareando…-- dije mientras la veía pasear de un lado a otro sin detenerse.

-- ¿Puedo ayudar de alguna forma…? …-- pregunto Berenice se podía observar que estaba demasiado nerviosa.

-- Creo que esta vez te ayudare yo a ti…te vendrás ami casa…al menos de momento…hasta que encontremos la forma de que vuelvas a tu mundo…-- respondí intentando que se calmara.

-- No quiero ser una molestia…-- dijo Berenice sonrojada, mientras bajaba la cabeza, escondiendo su rubor.

-- Además te debo un favor…cuando me ayudaste con aquellos tipos en el callejón…y debo de pagártelo el problema es como esconderemos esa parte tuya de serpiente…hasta llegar a casa…-- dije pensando que podría hacer para taparla de tal manera que la gente no se diera cuenta, pero a pesar de todo aun tenia el miedo en el cuerpo.

Mientras empecé a buscar en el carrito entre toda la ropa que había colocado, ami mente venia esa escena en que la mayoría de ellas morían, mi mente vacilaba de un sitio a otro, tarde bastante en encontrar algo que le valiese, al fin di con una falda lo suficientemente larga para que pudiera esconder la parte de abajo y por lo menos pasar algo desapercibida pero había otro problema su piel verduzca, eso si que iba a resultar un problema.

Solo esperaba que la gente no se fijara demasiado intentaría tomar algunos callejones para llegar a casa aunque el trayecto iba a ser bastante largo.

-- Esto molesta al moverme…-- dijo Berenice mientras intentaba acostumbrarse un poco a su nueva vestimenta.

-- Pues tendrás que aguantarte…o eso o que la gente empiece a gritar a tu alrededor y que termines…en persecución por la policía o por algo peor…así que tu decides…-- dije intentando convencerla ya que era bastante raro que saliera y la gente le viese la piel verde.

-- Si no queda otro remedio…-- dijo Berenice aguantando aquello.

-- Pero aun queda algo…que no me convence…-- dije mientras rebuscaba en el cochecito, encontrando una blusa de color blanco de mangas cortas y unos botones grandes de color perla.

-- Otra cosa…mas…-- dijo Berenice con tono de protesta.

-- Es la ultima te lo prometo…-- dije mientras intentaba cerrar las los botones, me llevo un rato ya que las manos no dejaban de temblarme.

-- ¿Aun estas asustada…?…-- pregunto Berenice al ver el temblor de mis manos.

-- ¿Qué crees…? …La visión que he tenido ha sido espantosa…creo que estaré unos días asustada…no te preocupes de verdad…-- dije intentando tranquilizar a Berenice y hacerme la fuerte pero esa visión había hecho mella en mi.
-- Bueno pues ya estas lista…nos podemos ir…-- dije viendo mi obra maestra del disfraz aunque de eso tenía mas bien poco al menos iba dando la nota un poco menos.

Estando ya preparadas, y nos dirigimos a la salida solo esperaba que no hubiera obreros en la salida, al salir vi como de lejos Akiko se despedía de mi, en su rostro podía verse felicidad, ese peso que había mantenido durante tanto tiempo podía verse libre de el.

Al salir pude ver que era ya de noche, el club empezaba a tomar forma poco a poco, tuvimos que esquivar varias maquinas de la obra, observe el bullicio de costumbre en el ambiente y como las luces daban vida a la ciudad solo quería llegar a casa y echarme a dormir, en el cielo se podía ver la luna llena como si me saludara, al verme.

Al momento cogi los callejones, lo peor era el olor a basura y la poca iluminación, por suerte solo había vagabundos que ni siquiera nos prestaron atención, poco a poco mis ojos se fueron acostumbrando a aquella oscuridad, era como si cuerpo fuera reaccionando a las situaciones, después de dar unas cuantas vueltas pudimos llegar a casa, al entrar observe unos vecinos que entraban también de momento se quedaron mirando a Berenice con extrañeza, por suerte el ascensor estaba en la planta de abajo y decidí que ellos subieran primero.

Cuando al fin pude llamar por el ascensor no se por que sentí un escalofrío por mi espalda, que me recorrió entera y la típica voz de alguien muy familiar.

-- Amandaaaaa…!!! …-- dijo Alexa saltándome por la espalda y abrazándome de golpe.

-- ¿Se puede saber que haces aquí…? …-- pregunte extrañada al verla a estas horas.

-- Quería pasar la noche contigo…pero veo que vamos a estar…acompañadas…y no quiero…-- dijo Alexa protestando como siempre con su habitual candidez.

-- No esta noche lo dudo tenemos visita…-- dije mientras me daba la vuelta para observarla, estaba vestida con un falda tableada pero tenia unas simpáticas correas en la parte de arriba de color marrón en sus piernas unas medias de color rosa terminadas en blonda, y unos zapatos de tacón bajo de color azul pálido en su torso ***** un jersey liso de color rosa que le marcaba mucho sus pechos al parecer no llevaba sujetador y eso inconscientemente me encanto.

Tomamos el ascensor aunque a regañadientes debido a que Berenice le asustaba aquella cosa, al subir lo trato de caja mágica, Alexa no pudo mas que aguantarse la risa, por lo menos el ambiente era distendido y me hacia olvidar de manera temporal lo que había pasado.

Al entrar encendí la luz, y me fui directamente a la cocina para coger algo de comida, Alexa fue directamente hacia la televisión y la encendió con el consiguiente susto de Berenice al ver aquello, Alexa no pudo mas que acercarla y explicarle que era aquello al verlas así hablando me parecían como hermanas, a pesar de todo lo que protestaba Alexa siempre intentaba hacerme feliz.

Cogi parte de un pollo que tenia en la nevera y se lo di a Berenice… al verlo esta empezó a comerlo con avidez y la verdad tenia bastante hambre.

-- Bueno espero que con eso te sacies…-- dije mientras veía a Berenice comer.

-- Gracias tenia hambre…-- dijo Berenice agradeciendo aquello.

-- Bueno yo voy a irme a dormir…lo necesito…cuando terminéis…apagáis el televisor…estaré en la habitación de mis padres…-- dije mientras bostezaba de cansancio.

Primero fui a mi cuarto a cambiarme me puse una camisetita corta que apenas tapaba por encima de los pechos y me quede en ropa interior, me resultaba mucho mas cómoda, seguidamente me dirigí a la habitación de mis padres ni siquiera me metí debajo de las mantas estaba agotada y quería descansar, al momento, me fije como Alexa había entrado en mi habitación, y solo llevaba la ropa interior y es lo que pensaba no llevaba sujetador alguno, mientras venia me fije en el contorno de sus pechos y en la redondez de su figura, sus curvas me embelesaban y la ropa interior que tenia era un tanga de color negro con encajes, mentalmente la recorrí de arriba abajo, pero estaba muy cansada para hacer algo, pero lo que me extraño es que no había entrado Berenice con ella.

-- ¿Berenice…? …Si quieres puedes venir a dormir aquí…-- dije invitándola a entrar en la cama.

-- ¿Puedo…? …-- pregunto Berenice con tono tímido, al parecer no dormía en las camas muy a menudo.

-- Si claro vente…-- dije mientras palmeaba la cama, junto a mi lado. Enseguida Berenice entro por la puerta y se dio la vuelta para quitarse los ojos y al momento se puso a mi lado, Alexa se acurruco delante mía apoyando su cabeza entre mis pechos, mientras que Berenice, enrosco su cuerpo en mi, note como aquel cuerpo resbaladizo y caliente me aprisionaba, era una sensación muy agradable.

-- Si te molesta puedo quitarme…pero es como normalmente duermo…-- dijo Berenice disculpándose por haber hecho eso.

-- No te preocupes de verdad…además se esta muy a gusto así…no se es como una sensación de que alguien te abrace fuertemente…pero tu lo haces con delicadeza…así que tranquila…-- dije mientras me sentía arropada por mis amigas, pero ami mente venían las imágenes de ellas muertas y de cómo se llevaban a mi bebe, tan solo esperaba que aquellas visiones no se hicieran realidad y que volviera a tener a mi pequeña cuanto antes entre mis brazos.

Casi llorando poco a poco me fui quedando dormida; la noche paso de lo mas tranquila lo que mas me extraño es que no tuve ninguna pesadilla, al despertar mire el reloj y vi que eran las siete y media una muy buena hora para levantarse, sobre todo para despertar a Alexa y hacerle que se arreglara para ir al instituto además estaba casi convencida de que Verónica vendría para hablar conmigo, pero me sentía tan a gusto entre los brazos de Alexa y los anillos de Berenice que me daba pereza despertarme pero tenia que hacerlo.

Sabia que como tardase mas no me levantaría hice un esfuerzo por levantarme, golpee suavemente el rostro de Berenice eso era lo primero, por que de esta forma no podía moverme.

-- ¿Pasa algo…?…-- pregunto Berenice somnolienta, por suerte se paso las manos por los ojos para colocárselos y poder mirarme.

-- Si pudieras aflojar…es que tengo que levantarme…para hacer unas cosas…-- respondí intentando que soltara.

-- Si, claro perdona…-- dijo Berenice aflojando su abrazo del que me sentía tan a gusto.

Ahora tenía otro problema mas despertar a la dormilona de Alexa que estaba sonriendo de gusto a saber lo que estaría soñando.

-- Venga Alexa…despierta que llegaras tarde al instituto…-- dije, en ese momento me vino a la mente como mi anterior madre me despertaba.

-- Solo cinco minutos más… por favor…-- dijo Alexa abrazándose más aun si pudiera.

-- Ni cinco minutos mas ni nada…venga y despierta…que tengo que hacer cosas en casa y ya mismo vendrá Verónica para hablar conmigo y además tienes instituto…-- dije intentando ponerme seria como lo haría una madre.

-- Vale de acuerdo…a veces eres una aguafiestas…-- dijo Alexa refunfuñando, mientras se levantaba para ir a la ducha.

Por suerte Berenice no era tan vaga y ya estaba levantada, la cogi de la mano y la lleve al salón la puse delante de la televisión para ver si se distraía un poco, al menos estaría tranquila, me dispuse a limpiar la mesa de la cocina los restos de pollo que había cenado Berenice, pero en seguida note como alguien me bajaba la ropa interior y sus manos se acoplaron a mis pechos pensé por un segundo que era Alexa, peor al bajar la vista me di cuenta que eran de color verde mi sorpresa fue mayúscula, pero aquel placer de apretármelos, era delicioso, sus manos apretaron un poco mas mis pechos mientras sus dedos masajeaban mis pezones debajo de la camiseta, era fantástico la mezcla justa que tanto me gustaba, mí respiración empezó a elevarse, mi pecho empezaba a subir y bajar cada vez mas deprisa, notaba el aliento caliente de Berenice sobre mi nuca y como sus pechos se oprimían contra mi espalda y los pezones empezaban a ponérsele duros, sus manos empezaban a apretar y aflojar a un ritmo constante, al momento empezó a moverlos en círculos muy despacio aquello me estaba volviendo loca de placer.

En un momento dado cogi las manos de Berenice, y las puse en mi trasero, como indicándole que podía hacer, para ella esto fue como una invitación o un punto de salida enseguida me hizo inclinar en la mesa, dejando mi trasero a su antojo, los dedos de Berenice se pasearon por mi sexo que ya empezaba a mojarse lentamente, el calor empezó a invadirme lentamente, cada vez era mas sintiendo eso agarre la cabeza de Berenice y la introduje entre mi trasero note como su lengua se hundía en mi sexo jugando con el mientras saboreaba mis fluidos, que ya manchaban mis muslos y lo mas seguro su barbilla, esa mañana me sentía mas excitada que de costumbre y no sabría decir el por que.

Una de sus manos que estaba en mi trasero bajo para introducir sus dedos en mi trasero al principio me dolió algo debido a que no estaban lubricados, pero aquel movimiento empezó a tornarse placer poco a poco, entre el movimiento constante de los dedos de berenice en mi trasero y su lengua jugando en mi sexo estaba en la gloria, era un ritmo increíble mi respiración se volvió mucho mas agitada mis gritos de placer inundaban la casa, estaba segura que incluso Alexa se habría dado cuenta pero poco me importaba, en mi cuerpo solo existía el placer y el calor que me inundaba por completo en mi vientre empezó a calentarse de sobremanera estaba apunto del clímax en un grito de placer, agarre la cabeza de Berenice y la hundí mas aun si podía mis flujos se desbordaron a la vez que mi sexo se contraía varias veces intentando contener la lengua de Berenice dentro de mi, mientras aquel flujo me manchaba los muslos y las piernas, posiblemente también la cara de Berenice fue increíble, lo que no tenia pensado es que ella quería mas.

-- Vaya así…que tenéis montada una fiesterita… y no me invitas…eres muy mala…-- dijo Alexa desde el otro lado del salón protestando solo pude mas que sonreírle picaronamente e indicarle que se acercara.

Nada mas que se acerco le di un beso suave en los labios aparte un poco la comida que había encima de la mesa aunque luego me arrepentiría de haberlo hecho, e hice que se sentara encima de ella abriéndose de piernas y dejando a mi disposición su sexo que ya empezaba a mojarse y eso me encantaba, gire la cabeza y me lleve una sorpresa aun mayor que no me esperaría nunca.

Mis ojos rápidamente se posaron en un miembro del que hacia gala Berenice era de un color rojo intenso y con unas pequeñas protuberancias donde terminaba el glande, tenia unas proporciones bastante considerables, ahora mismo quería sentirla dentro probarla saborear lo que me podía dar.

Intente abrir las piernas para que tuviera mas facilidad, pero para mi sorpresa el cuerpo de Berenice se enrosco en mi manteniéndomelas cerradas, no pensé que aquello pudiera caberme dentro y menos de esa forma pero ya era imposible hacer nada así que pensándolo empecé a meter mis dedos en el sexo que me ofrecía Alexa lentamente que empezara asentirla como mi mano reclamaban su espacio dentro de ella, poco a poco empecé a notar como su flujo empezaban a mancharme los dedos con mi otra mano cogi su clítoris entre dos dedos y comencé a moverlo aquello hizo que Alexa soltara un grito de placer y sorpresa, con mi movimiento podía ver como sus pechos subían y bajaban con rapidez a su vez note como la punta del miembro de Berenice se apoyaba contra mi sexo restregándolo como queriendo lubricarlo para cuando entrara, cuando creyó que ya lo estaba lo suficiente empezó a entrar aquella cosa que se abría paso en mi interior y no podía separar las piernas estaba atrapada, creí que me partiría por la mitad, pero poco a poco aquella barra de carne se abría paso en mis interiores, era una sensación increíble no pude mas que abrir los ojos como platos suspirando y gritando a la vez, mientras veía la cara de Berenice sonriéndome con lujuria mientras se relamía, yo por mi parte no pude mas que acelerar los movimientos de mis dedos dentro del sexo de Alexa haciéndola suspirar mucho mas, mientras mis otros dedos apretaban con fuerza su clítoris haciendo que se excitara mucho mas, el flujo de su sexo salía casi sin control manchando sus muslos que relucían con la luz, al fin note como el sexo de Berenice estaba por completo dentro de mi me pareció imposible, al instante empezó su movimiento rítmico, me sentí incomoda solo por unos momentos, después de eso me encantaba, era una sensación nueva e increíble, escuchaba los gemidos de Alexa y Berenice junto con los míos que se mezclaban por todo el piso, el ritmo de Berenice empezó a ser mucho mas fuerte pensé que ya estaría cerca del clímax y lo mas seguro que fuese dentro de mi pero poco me importaba quería sentirla mas, notaba como su sexo golpeaba en la entrada de mi útero y como aquellas protuberancias hacían que mi sexo se contrajese varias veces, mis movimientos se aceleraron con Alexa, haciéndola suspirar mucho mas, sus pechos subían y bajaban mas deprisa mientras que los míos se bamboleaban adelante y atrás al compás, en un momento escuche un grito de sobremanera, detrás de mi note como aquellas protuberancias se agrandaron un poco mas haciéndome que a mi abdomen viniera una riada de calor indescriptible mezclada con el placer que sentía haciendo que me corriera de sobremanera mientras acelere mis dedos haciendo que Alexa llegara al orgasmo al mismo tiempo que nosotras el flujo de su sexo se resbalo por mis manos, mojándolas, nuestros gritos fueron como la oda final al placer que teníamos, enseguida note como una riada de esperma caliente y espeso que me inundaba por dentro incluso llegaba a entrar directamente en mi útero, era una sensación maravillosa, creí que casi me desmayaba mientras mi sexo seguía contrayéndose absorbiendo toda aquella cantidad que llego un momento en que se desbordo por fuera, Berenice quiso retirarse pero solo pude mas que girarme y atraer su cabeza hacia mi para darle un beso en los labios y haciéndola que se quedara un momento mas así me sentía genial y quería aprovechar cada momento.

Al rato Berenice aflojo dejándome abrir las piernas, e inmediatamente todo aquel esperma salio fuera de mi dejando un charco en el suelo, tal había sido la cantidad que me quede unos momento esperando que siguiera saliendo, mientras que Alexa me besaba los labios con pasión como sello final de lo que habíamos hecho.

Tarde un rato en recuperarme, de mientras en Berenice pude ver una cara de felicidad pero a la vez de temor como si hubiera hecho algo malo de alguna forma.

-- ¿Qué te ocurre…Berenice…? …-- pregunte tragando saliva aun por el esfuerzo y el cansancio.

-- Lo siento…lo mismo te ha parecido algo malo…pero en mi país mi dueña quería sexo cada mañana y pensé que lo mismo tu lo querías…-- respondió Berenice tímidamente, por lo visto era cuestión de tradición por su antigua ama.

-- No te preocupes lo que si me ha sorprendido es…eso que tienes…me he llevado una sorpresa aunque no desagradable…pero no me lo imaginaba…y si tienes ganas de sexo me lo dices de alguna forma con un beso o algo…no siempre tendré ganas por las mañanas…esta vez ha sido especial…-- dije intentando explicarle la situación, ya que todas las mañanas no iban a ser así de especiales.

-- Entendido…gracias por haberme aceptado…-- dijo Berenice como si aquello hubiera sido un pacto.

-- Y ahora es mejor que te des prisa…mientras yo arreglo esto por que tienes que ir al instituto…lo mas seguro que venga Verónica dentro de poco y no quiero que vea este estropicio…así que dúchate después entrare yo…y seguidamente Berenice vete aligerando …-- dije casi literalmente como a veces decía mi madre.

-- Con lo a gusto que estamos… ¿No podríamos hacerlo otra vez…? …-- dijo Alexa con tono de lujuria.

-- Alexa tienes instituto y Verónica no tardara en venir…y encima tengo que arreglar este estropicio…dúchate ya…-- dije las cosas como si me tratara de su madre.

-- De acuerdo…pero no es justo… ¿Me prometes que después tendremos otra vez…? …-- dijo Alexa poniendo las manos en forma de suplica.

--Prometido…mira que eres cabezona…ahora tendrás que ducharte de nuevo…yo Hare el desayuno de mientras y limpiare esto…-- dije mientras le daba una palmada en el trasero a Alexa mientras se dirigía a la ducha.

Alexa no pudo más que girar la cabeza y lanzarme un beso como respuesta a lo que había hecho.

--Berenice,… ¿Podrías ayudarme en recoger y limpiar todo esto…? …-- pregunte esperando que pudiera ayudarme, por que la hora se nos echaba encima.

-- Si, claro… ¿Qué puedo hacer…? …-- dijo Berenice dispuesta a ayudar al menos había otra persona responsable en la casa.

-- De momento coge…la escoba y barre el suelo…me gustaría que esto estuviera decente…para cuando venga Verónica…-- dije esperando tener ordenado todo aquello sabiendo como era Verónica.

-- ¿Os conocéis de hace mucho tiempo…?…-- pregunto Berenice, su curiosidad era muy normal.

-- Se podría decir que nos conocemos hace un tiempo…y que hemos vivido juntas varias cosas…siempre me ha estado apoyando en lo que hacia…Alexaaaaaa…-- dije recordando todo lo que habíamos pasado juntas, mientras preparaba el desayuno.

Viendo que tardaba un poco me dirigí al baño para ver que le pasaba, al entrar lo vi todo recogido y la ropa de ella no estaba, supuse que había desaparecido, bueno al menos tenia esa ventaja.

Volví a la cocina a terminar el desayuno, y acabar aquel desastre, en cuanto puse la exprimidora para hacerme un zumo Berenice, se puso en actitud defensiva enseñando los colmillos y siseando.

-- Berenice…tranquila por favor…es solo la exprimidora…no hay que temer nada ... parece que estas siempre a la defensiva…-- dije algo asustada al verla, al parecer tenia los nervios a flor de piel siempre.
Al momento llamaron al timbre ese sonido volvió a poner de los nervios a Berenice, me acerque a la puerta muy lentamente, intentando no hacer movimientos bruscos, al abrir la puerta resulto ser Verónica llevaba su natural ropa de profesora y sus gafas aunque no se para que se las ponía, pensé que seria parte del disfraz, esa mañana llevaba una falda de tubo ajustada y abierta por un lado hasta el muslo de color negro y brillante, en su torso ***** una blusa de color rosado abierta ligeramente con unos botones dorados preciosos, al parecer esta vez no llevaba medias algunas solo los zapatos de tacón de color blanco, el pelo lo tenia recogido en un moño cogido con un pendiente para el pelo en forma de zorro.

-- Buenos días…como te dije tenía que hablar contigo…-- dijo Verónica intentando entrar, pero esta vez no era el momento mas adecuado.

-- No puedes entrar…no creo que sea el mejor momento para ello…-- dije intentando que no entrara, por su propio bien o el de Berenice.

-- Amanda… ¿Qué es lo que esta pasando dentro…? …Me estas asustando…-- dijo Verónica mientras las orejas de zorro aparecían en su cabeza.

Viendo aquello o era dentro o fuera, no sabia que hacer así que agarre el brazo de ella y tire hacia dentro para que no la vieran al, entrar Verónica se llevo un susto y se puso en actitud de defensa esto lo tomo Berenice por una situación de peligro y empezó a mover la cola nerviosamente y a sisear de sobremanera.

Verónica por su parte no se movía del sitio parecía estar preparada para lo que pudiera suceder.

-- ¿Se puede saber que le ha pasado…? …-- pregunto Verónica sin dejar de apartar la mirada de Berenice.

-- Por lo visto se asusto con la exprimidora…y tu encimas llamas a la puerta…pues ha terminado de asustarse…-- dije explicándole lo que había sucedido.

-- Solo espero que se calme…esta demasiado asustada…-- dijo Verónica, intentando analizar la situación.

-- Voy a hacer una cosa…a ver si resulta…intentare acercarme a ver que sucede…espero que se calme…-- dije intentando que mi aspecto o quizás mi olor la calmara y volviera a reconocerme.

-- ¿Estas loca…? …¿Qué quieres que te mate…? …En ese estado no sabemos de lo que es capaz de hacer…Ni se te ocurra…-- dijo Verónica previniéndome del peligro que podía correr.

Ignorando sus advertencias me fui acercando a la asustada Berenice poco a poco, esperaba que no me atacase y que lograra calmarse pero en un momento y sin saber como me vi enrollada en sus anillos esta vez no eran amables ni delicados si no asustados y furiosos, aquel abrazo empezó a aumentar de fuerza con la intención de matarme mientras, seguía mirando a Verónica con cara de susto, como iba a ser espectadora de mi muerte.
-- Amanda…resiste no dejare que te mate…-- dijo Verónica que iba a lanzarse al ataque para liberarme.

-- No te acerques…se que no lo va a hacer…estoy segura…-- dije mientras acariciaba la parte de serpiente que me estaba presionando, al parecer eso resulto ya que se giro ignorando a Verónica y se quedo mirándome con sus ojos amarillentos y enseñándome los colmillos que podrían ser lo ultimo que viera en esta vida.


-- Berenice…cálmate…no pasa nada…soy tu amiga…la que ha dormido contigo…se que estas asustada…pero no te preocupes…no va a pasar nada…te lo prometo…-- dije mientras la miraba y la acariciaba para que pudiera recordarme, pero la fuerza del abrazo se incremento pensé que moriría en ese sitio, no se lo que paso pero al momento sentí que me desmayaba.

Al abrir lo ojos vi a Berenice que se encontraba apartada escondida en un rincón, mientras que Verónica estaba a mi lado con cara de preocupación mirando si tenia algún hueso roto.

-- ¿Qué ha pasado…? …-- dije totalmente mareada, parecía que aun me faltaba algo el aire.

-- Eres una loca…no se lo que hubiera pasado si al final…Berenice no hubiera aflojado al verte inconsciente…hubieras muerto…-- dijo Verónica completamente preocupada.

-- Lo…siento…-- dijo Berenice tímidamente y preocupada desde el rincón, mientras intentaba acercarse para ver como estaba.

-- Ni se te ocurra moverte de hay…te lo advierto esta vez no me importa…lo que me diga Amanda…-- dijo Verónica amenazándola con rudeza.

-- Verónica…te has pasado…no tiene la culpa…no sabe lo que pasa en este mundo y le extraña, seguro que estaba asustada…ven aquí Berenice no te preocupes…-- dije intentando consolarla sabia que esto seria demasiado para ella y los sonidos la exaltaban.

-- Pero Amanda…-- dijo Verónica como protestando, por lo que había dicho.

-- Verónica seguro que a ti te trataron de rara …cuando te salieron las orejas y te diste cuenta…pues lo mismo es ella solo eso…-- dije explicándole la situación, y por lo que tendría que haber pasado, al decir esto Verónica se quedo por un momento pensativa recordando su pasado.

Al momento Berenice se acerco poco a poco, yo por mi parte me fui incorporando en el sofá, aunque tenia el cuerpo dolorido, cogi sus manos e intente que se calmara.

-- Escucha…no tienes por que asustarte…no te preocupes…-- dije calmándola aun se le notaba algo nerviosa, las manos aun le temblaban.

Al momento Verónica salio de sus pensamientos pero no perdía ojo de Berenice por si hacia algo.

-- Bueno quería hablar contigo…he conseguido que el director te readmita…tengo tus libros en la taquilla y además tus compañeras están deseando verte y hablarte de lo que vieron aquella noche y de tu embarazo…lo he intentado mantener en secreto y hacer lo posible para que no se divulgue al menos de mi no piensan nada y esperemos que siga siendo así…-- dijo Verónica, esperanzada que volviera al instituto al menos volvería a la vida normal momentáneamente.

-- La verdad me agrada…mucho poder volver al instituto pero tengo que pedirte un favor a cambio…-- dije sabiendo que lo que le iba a pedir no le agradaría.

-- Dime…si esta en mi mano lo haré…-- dijo Verónica como siempre ayudándome en todo.

-- Quiero librarme de mi alma de Nekomata para siempre…-- dije dejándole caer aquello como un jarro de agua fría, se esperaría cualquier cosa menos aquella.


FIN DEL CAPITULO 1


P.:eek: Bueno empezamos con la segunda temporada espero que os guste muchas gracias a todos :) por leerlo.
 

atylaxpz

Bovino maduro
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mmmmmmm mas sensual e interesante ya me habia atrasado en tus lecturas jejeje

sigue asi k vas muy bien
 

Yarina

Bovino adolescente
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UN REGRESO ACCIDENTADO

-- ¿Pero se puede saber que estas diciendo…? …Eso es una completa locura…-- dijo Verónica sobresaltada, al instante se levanto del sofá y empezó a dar vueltas como preocupada por algo.

-- Verónica…lo he pensado bien y esto ya no es un don es una maldición…todo esto esta ocurriendo por mi culpa…por que me quieren…y estoy segura que si fuese una chica normal…todo esto pasaría…-- dije intentando convencerla pero estaba segura que pondría objeciones.

-- Vamos a ver que harás cuando Rubí traiga de vuelta a Alice…lo has pensado bien quien podrá alimentarla…o a Rubí que tanto te quiere…no podrás alimentarla tampoco…y no se tampoco que podría pasar si separásemos tu alma por siempre…además no conozco ningún sistema al menos yo…podrías incluso morir…-- dijo Verónica, poniendo a mi hija y a Rubí de por medio.

-- Escucha Verónica no tienes derecho poner por medio ni a mi hija ni a Rubí como excusa…sabes de sobra que Rubí tiene ya una bandada y puede alimentarse de las demás…y estoy segura de que Alice puede estar con ellas…y si te digo verdad después de lo que he visto de mis visiones morir es lo que menos me asusta…-- dije intentando no involucrar a ninguna de las dos, pensaba que si no me encontraban no tendrían motivo para seguir.

-- Esto es demasiado repentino…ahora mismo no puedo hacer nada…tendría que hacer algunas llamadas para ver si encuentro a una amiga…pero prométeme una cosa…que te lo pensaras muy bien…de mientras hazme ese favor de volver al instituto por favor…-- dijo Verónica casi suplicándome, sabia que si hubiera una forma de hacer esto ella la encontraría.

-- Muy bien…volveré al instituto… ¿Cuándo tenemos que ir a hablar con el director…? …-- dije dándole una oportunidad al instituto nuevamente.

A ser posible…ya…así que arréglate un poco y salgamos…te esperare aquí…-- dijo Verónica mientras miraba a Berenice que seguía estando algo asustada.

-- Muy bien voy a ducharme…no tardo…-- dije mientras iba hacia la ducha en el camino le guiñe un ojo a Berenice para que se calmara un poco.

Entre en la ducha y deje que el agua limpiara mi alma, que todo aquello se esfumara, pero cada vez me servia de menos y los problemas seguían acumulándose. No tarde mucho en ducharme, me senté frente al espejo y empecé a cepillarme el pelo, me extrañaba no escuchar ninguna conversación ni ruido en la sala parecían que estaban muy calladas, cuando termine de arreglarme el cabello, me quede por un momento mirándome al espejo pensando en Alice y que le pasaría, maldije la palabras de Verónica se me habían metido en la mente y no dejaba de darles vueltas, pero no podía retroceder lo había decidido no sabría como le afectaría la noticia a Catia a Miriam y a las demás pero es lo que quería hacer y no iba a echarme atrás.

Una vez termine me dirigí a mi cuarto de paso vi como Verónica estaba sentada en el sofá mientras no perdía ojo a Berenice que seguía estando quieta en un rincón, con la cabeza bajada parecía que Verónica le imponía respeto y mucho.

Al llegar a mi cuarto rebusque entre la ropa que tenia y me decidí por un tanga de tela de color blanco, y un sujetador a juego con encaje que se abrochaba por delante antes nunca me los había puesto y ya iba siendo hora, al parecer esta vez no me puse pantalones me decidí por un falda de color azul oscuro con algo de vuelo en y unas sandalias de color rosa abiertas ya empezaba a hacer calor y me puse una camiseta de mangas cortas de color pastel rayada. Al mirarme al espejo vi que el tinte ya empezaba a decolorar y a mostrarse mi color normal tenia que ir a la peluquería y llamar al cristalero al volver del instituto, pero ahora tenia otro problema donde dejaría a Berenice y en la casa no podía hacerlo.

-- Bueno estoy lista pero tenemos un problema…donde dejamos a Berenice…-- dije mirando a la pobre que seguía asustada y parecía que no se le iba el miedo.

-- Podría venir con nosotros además…podría quedarse en la parte de arriba del instituto…ahora mismo no entra nadie…Es la única posibilidad que veo…-- dijo Verónica intentando darle solución.

-- Bueno si quieres venir…al menos por allí tendrás espacio…el problema es que me tendrías que esperar…un buen rato…-- dije intentando explicarle que no seria por poco tiempo.

-- No me molesta…esperar…-- dijo Berenice levantando un poco la cabeza y mirando de reojo a Verónica, mientras esta mantenía su cara de seriedad.

Le coloque de nuevo la falda y la blusa para que al menos pudiera pasar algo desapercibida pero la verdad que iba a resultar muy complicado. Salimos de la casa sin problemas pero al llegar a la parada del autobús, la gente reacciono como esperaba se le quedaron mirando extrañadas por el color de la piel, ni yo ni Verónica nos atrevimos a decir nada, por suerte no tardo mucho al entrar nos dirigimos a la parte trasera, el viaje fue como recordaba lleno de baches, incluso se me había olvidado esta sensación no tardamos mas de media hora en llegar.

Al llegar al instituto Verónica decidió entrar por la parte de atrás para al menos que los estudiantes no se asustaran o se quedaran mirándola, yo entre como siempre mirando a los estudiantes como corrían para las clases enseguida vino a mi mente a Catia sentada en un sitio y su grupito al lado de ella, en cuanto entre en el instituto varias de mi clase se lanzaron a saludarme, eran las de siempre lo que no pensé es lo que me esperaba en la clase.

-- Amanda…Que sorpresa… ¿Cómo te encuentras…? …¿Qué tal estas…? …Tienes que contarnos varias cosas... ¿Eh? …Que no se te olvide…-- dijeron varias chicas rodeándome, ya hacia tiempo que no volvía por lo menos el recibimiento fue caluroso.

-- Hola…hacia ya tiempo que no volvía…gracias a Verónica puedo volver…ahora mismo no tengo tiempo si eso nos vemos en clase tengo que hablar con el director…hasta ahora…-- dije despidiéndome de ellas y no podía retrasarme mientras paseaba por los pasillos también me venían otros recuerdos, no tan agradables, pensé que lo mas seguro hubieran inhabilitado el gimnasio, por lo que había sucedido y pensar que nadie se enteraría de aquello y que pasaría por un simple descubrimiento.

Al llegar a la puerta del director llame para entrar enseguida escuche una voz joven pero no demasiado al entrar pude ver una estancia no muy grande a mí derecha había una estantería llena de libros una mesa de despacho de lo mas corriente en la que había algunas fotografías y carpetas, a mi izquierda había algunos ficheros y en las paredes orlas de algunos estudiantes, detrás de la mesa enfrente de la ventana se hallaba un hombre no muy mayor su pelo era corto y algo rizado de color castaño, sus ojos me decían que era un hombre serio y disciplinado de rasgos aguileños, no aparentaría mas de cincuenta o cincuenta y cinco, sus ropas eran de las típicas que se podrían decir de un director, una chaqueta de color negro junto con una corbata de color azul marino oscuro, llevaba una camisa de color blanco, unos pantalones vaqueros de color azul oscuro y en sus pies unos zapatos clásicos de color negro, a su lado estaba Verónica solo esperaba que Berenice no se desesperara en la parte de arriba sola tanto tiempo.

-- ¿Se puede…? …-- pregunte algo asustada el director siempre me había impuesto mucho respeto o miedo no sabría decirlo con certeza.

-- Pase, señorita Amanda…siéntese por favor…-- dijo con un tono seco y no muy amigable, no se por que pero lo mismo seria la forma en que lo dijo o algo pero se me erizo el pelo.

-- Gracias…Buenos días…-- dije educadamente con un tono de miedo esta vez.

-- Buenos días…Bueno dejémonos de formalismos…Usted ha faltado a clase por razones personales por comentarlo de alguna forma, además su tutor ahora mismo se encuentra en el hospital, y su madre según la señorita Verónica esta de viaje…según ella se compromete a ser su tutor y debido a las circunstancias especiales, que ha ocurrido también en el instituto…tendremos una excepción con usted de manera especial y sin que sirva de precedente…podrá incorporarse a las clases de manera inmediata…así que será mejor que no se retrase…volverá a su antigua clase…-- dijo el director de manera brusca y seca, enseguida se puso a escribir algunos papeles, ignorándome por completo, Verónica pro su parte se acerco a mi y salimos del despacho.

-- Bueno al menos…ha salido bien la cosa…Es mejor que te des prisa mi clase es la siguiente…además te espera otra sorpresa mas en la clase…espero que puedas concentrarte…-- dijo Verónica mientras se iba a la clase, observe que mientras avanzaba por los pasillos algunos chicos se la quedaban mirando como si la desnudaran con la vista.

Me dirigí a mi taquilla de costumbre, tenia la misma combinación; cuando la abrí allí estaban mis viejos libros, pero me faltaba el chándal para el deporte, ya que se lo deje a Rubí la otra vez y estaría en mi casa lo mas seguro, cogi los libros que tocaban en esa hora y me dirigí a clase, nada mas llegar, observe que el ambiente no había cambiado mucho desde la otra vez, en cuanto entre las chicas de antes se me arremolinaron nuevamente y empezaron a preguntarme sobre lo que vieron la otra noche.

-- Amanda…que alegría volver a verte…tienes que contarnos muchas cosas ven siéntate… -- dijo una de las chicas mientras las demás me seguían a un pupitre para que me sentara.

-- ¿Estabas embarazada…? …-- pregunto una de ellas, aquella pregunta, dejo a las demás desconcertadas que la miraron de inmediato.

-- En ese momento precisamente…si estaba embarazada la verdad…pero no creo que os creyerais nada de lo que os contara…-- respondí pensando que aunque se lo contara la mayoría les resultaría una fantasía.

-- ¿Quién es el padre…? …-- pregunto otra de ellas, con curiosidad.

-- Eso si que no os lo puedo decir…por mucho que insistáis…lo siento… -- respondí sabiendo que no podía contárselo.

-- Anda por favor…somos amigas…-- dijo otra de ellas casi suplicándolo por la curiosidad pero sabia que me era imposible decir nada.

-- Lo siento de verdad…no puedo decirlo…me es imposible…-- dije sabiendo que era imposible y esperaba que no volvieran a insistir.

-- Quien era…esa cosa que nos cogio… ¿La conocías…? …-- pregunto otra de ellas con curiosidad pero no sabia con certeza q quien se refería si era a Aya o a La Gran Madre

-- A la gran Araña si la conozco… lo que pasa que no la habéis visto en su mejor faceta…se llama Aya es una gran Amiga…-- respondí sabiendo que eso no podía esconderlo de ninguna manera.

Antes de que alguna pudiera pronunciar una sola pregunta mas entro Verónica dando la orden de que nos dispusiéramos en nuestros asientos, me vino a la mente como si fuera la primera vez que la vi entrar estaba tan preciosa como entonces, y entonces paso, por la puerta vi entrar a Alexa, sonriéndome bastante picaronamente, al parecer se había cambiado de ropa, llevaba unos vaqueros de color blanco ajustados a su figura junto con unas zapatillas de deporte de color azul en su torso ***** una camiseta de color rojizo llena de lentejuelas y esta vez su pelo estaba recogido en dos coletas parecía una escolar malévola.

Al momento se sentó a mi lado no pensé lo fuera a pasar y menos delante de la clase aunque ya lo había intentado una vez en el autobús y se lo había prometido que lo haríamos y por eso le tenia miedo y precisamente mi vestimenta le daba demasiadas oportunidades para su incursión.

-- Me alegro que estemos en la misma clase…-- dijo Alexa abrazándome de manera amistosa…al menos pensé que en el aula se controlaría pero no mas lejos de mi imaginación.

Al momento Verónica empezó a pasar lista, una vez hubo terminado comenzó la clase como de costumbre, teniendo que coger apuntes y demás, aunque Alexa la veía mas interesada en mi vestimenta que en la propia lección pero permanecía atenta al mismo tiempo por si le preguntaban algo, aunque creo que Verónica se esperaría algo así.

Al rato de estar escuchando las explicaciones me quede mirando un rato por la ventana, viendo el exterior mientras se nublaba poco a poco, el aula no había cambiado en absoluto, parecía como si nada hubiera ocurrido y que nadie sabría lo que había pasado.

Al momento sentí la mano de Alexa deslizarse por mi pierna me gire para ver que estaba haciendo pero ella seguía atendiendo a la clase como si no pasara nada, el contacto con su piel suave y calida me hacia estremecer lentamente el vello, se me ponía de punta, por la espalda sentí como un latigazo eléctrico, no pensaba que fuera tan arriesgada pero visto lo que hizo en el autobús no se por que me debería de extrañar, pero esta vez seria yo la que contra atacaría, cogi su mano y la deslice debajo de mi falda haciendo que sus dedos se posaran sobre mi ropa interior , Alexa me miro como sorprendida no se esperaba que tuviera esa reacción; hábilmente deslizo mi tanga a un lado y empezó a mover sus dedos con destreza rozando mi sexo poco a poco sus dedos fueron buscando mi clítoris para empezar a masajearlo lentamente, mi respiración se hizo mas agitada por momentos pero no podía hacer nada, si no me descubrirían, intentaba mantener la atención pero cada vez se hacia mas difícil sus dedos eran una maravilla, yo empezaba a sentirme excitada mas y mas por momentos, no dejaban de pasearse por mi sexo de arriba hacia abajo cada vez mas deprisa mientras que su pulgar jugaba con mi clítoris presionándolo eso me ponía mas excitada, tenia ganas de gritar pero no podía hacerlo, los colores subieron a mi mejillas, parecía que estaba resfriada o algo parecido, tenia que contener mis jadeos y atender a la lección al mismo tiempo, pero me resultaba imposible, sus dedos eran una tortura deliciosa de vez en cuando miraba a Alexa, tenia una sonrisa lujuriosa mientras seguía atendiendo, poco a poco mi excitación fue subiendo mis flujos empezaban a mojar la silla y mis muslos, no podía aguantarme por mucho tiempo, y en un momento tuve que morderme el labio apreté con fuerza su mano contra mi sexo, mojando su mano y la silla fue espectacular así me quede un rato para que pudiera notar en su mano las contracciones de mi sexo después de eso.

Pensé que ya había terminado pero mas lejos de todo eso, Alexa tenia planeado algo mas y estaba segura, al final no pude ni siquiera atender a la lección tendría que tomar los apuntes de ella que al menos si había prestado atención.

Sonó la campana por suerte y decidí ir al cuarto baño para poder refrescarme no sin antes limpiar algo la silla, para que nos e dieran cuenta, las chicas saltaron al verme que me dirigía al cuarto baño para seguir preguntándome, pero por suerte me di cuenta a tiempo y les dije que esperaran al descanso mientras comíamos que seria lo mejor hay podría explicarles algo mas.

Al menos estaría tranquila en el cuarto baño, al pasar por los pasillos llenos de gente, no note nada anormal si no el barullo de costumbre.

Entre en uno de los servicios de la misma planta, estaba completamente vació y esperaba que no pasara nada raro como la ultima vez, no podría soportar mas visiones y menos como esa.

Al momento escuche la puerta abrirse y vi entrar a Alexa con el bolso al hombro y con una sonrisa malévola por decirla de alguna forma, sus ojos me decían que tenia ganas de mas.

De su bolso saco una especie de consolador doble como el que tenia Verónica en su apartamento, era de color rojo fuerte, casi parecía estar vivo al verlo, Alexa me cogio del brazo y nos metimos en uno de los servicios cerrando el cerrojo por dentro.

Esta vez esta mas agresiva que de costumbre pero no lograba entender el porque me puse con la espalda contra la puerta Alexa se me quedo mirándome a los ojos casi podía verse como se le saltaban las lagrimas parecía que había estado esperándolo hacia mucho tiempo y esta vez iba a aprovecharlo. Enseguida se lanzo a mis labios besándolos con tal pasión que parecía que no lo hizo en mucho tiempo su lengua se introdujo en mi boca y empezó a jugar con la mía de manera furiosa y dislocada sus movimientos eran salvajes pero llenos de pasión no pude mas que abrazarla con fuerza e intentar seguir el ritmo pero me era casi imposible estaba desbordada, incluso tuve que apartarla un poco por que casi me deja sin respiración, nada mas se pararla estuvimos por un momento jadeando recuperando el aliento.

Al momento Alexa fue bajando hasta ponerse enfrente de mi falda, pero ni siquiera la desabrocho introdujo sus manos debajo y empezó a bajar mi tanga aun mojado por lo de la clase y puso su boca entre mis piernas taponando mi sexo con su lengua que se introdujo dentro de mi con facilidad que se movía con rabia, por mi parte empecé a subirme la camiseta, y a desabrocharme el sujetador que se abrió fácilmente, mis pechos empezaban a subir y bajar mientras Alexa seguía debajo de mi falda yo notaba como su lengua entraba y salía dentro de mi era un sensación maravillosa, mis flujos empezaban a salir pero ella no perdía ni una sola gota en su boquita, estaba bebiendo de mi como si fuera una jarra de dulce néctar, mi respiración se hacia mas agitada ya estaba casi apunto no podía aguantar mas, su lengua era una maravilla así que apreté su cabeza aun mas contra mi y al momento unas oleadas de calor intenso cruzaron mi cuerpo no pude mas que agarrar con fuerza su pelo incluso escuche un gemido de queja por parte de Alexa que fue apagado al instante, no pude contenerme mas y desesperadamente solté un grito de placer esperando que no se hubiera escuchado, al momento la boca de Alexa se tomo todo mi flujo en su boca empezando a tragarlo como si fuera su desayuno, mi respiración era agitada así la mantuve un rato en mi sexo mientras me saboreaba, pasado un rato solté la cabeza de Alexa estaba en el cielo, pero ella reclamaba mas podía vérsele en la cara mientras se relamía con gusto.

Al instante me puso de cara a la puerta, y rebusco en su bolso no pude ver muy bien lo que saco, pero conociéndola estaba segura de que terminaría gustándome.

Enseguida escuche un gemido por parte de Alexa y empecé a notar como algo grueso se paseaba por mi sexo lo mas seguro lubricándolo con mis flujos, se paseaba arriba y abajo era maravilloso, al momento estaba en la puerta de mi sexo empujando con fuerza, pero debido a lo excitada que entraba entro con total facilidad, pude notar como ella empezaba a arremeter con fuerza, aquella cosa de plástico buscaba su lugar dentro de mi invadiéndome por completo mis gemidos empezaban a alzarse nuevamente junto con los de Alexa, esta vez mis flujos manchaban mis muslos y el consolador dejándolo brillante lo mas probable, las manos de Alexa se aferraron a mi cintura imprimiendo mucha mas fuerza en sus arremetidas, haciendo que mis pechos chocaran contra la puerta presionando mis duros pezones aquella combinación era increíble. Alexa no dejaba de empujar una y otra vez incluso podía sentirla en lo mas profundo de mi ser, al momento se tiro hacia atrás, dejándose caer en el water con tal fuerza que aquella cosa se calvo con fuerza en mi interior y no pude mas que proferir un grito de placer que me pareció que se escucharía afuera, ni pude mas que apoyar las piernas contra la puerta para mantener el equilibrio, mientras Alexa seguía una y otra vez empujando sin descanso parecía querer cobrarse la promesa que le hice con creces, esta vez una de sus manos fue a mi sexo cogiendo entre dos de sus dedos mi clítoris y presionándolo con fuerza no pude mas que volver a gritar de placer, notaba como sus pechos rozaban contra mi espalda con ritmo mientras los míos bailaban de arriba abajo a ritmo nuestras respiraciones se sincronizaron al igual que nuestros gemidos sentimos como el calor nos invadía y nuestros gemidos se aceleraban dejando la marca de nuestra pasión en aquel lugar; los movimientos de Alexa se hicieron mas fuertes ya estaba casi a punto lo mismo que yo y no tardamos mucho en que nuestros gritos de placer fueran uno solo sentimos como nuestros flujos nos manchaban a ambas y se mezclaban cayendo al suelo, mi sexo no paraba de contraerse en espasmos aprisionando aquella cosa de plástico, yo por mi parte caí rendida hacia atrás, mientras Alexa me besaba calidamente en los labios, podía verse que estaba en el paraíso después de aquello, tenia los ojos cerrados y casi no podía abrirlos por el placer que sentía.

Saque aquella cosa de mi y allí estaba brillante y dura mis ojos se pasearon por ella pero estaba demasiado cansada para seguir un tercer asalto ya me parecía casi imposible, cogi mi ropa interior que estaba empapada y pensé que necesitaba un cambio pero no creo que encontrase nada en mi taquilla, así que no me quedo mas remedio que no ponerme nada esperaba que no hubiera muchas ráfagas de viento inesperadas si no seria todo un espectáculo.

Intente arreglarme un poco frente al espejo refrescándome la cara pero sin esperarlo, mi cuerpo se tenso de golpe casi no podía moverme a mi mente vino la imagen de una sombra en forma de gato gigante, tenia unas orejas muy grandes, su mandíbula era prominente, era una sombra terrorífica, pude ver sus ojos de color rojo como las llamas pero en su frente se abrió con una luz blanca otra especie de ojo, que soltó un fogonazo de luz blanca y al instante, caí al suelo de rodillas sobrecogida por la visión y con dolor en medio de la frente aquello se hacia cada vez mas extraño y quería deshacerme de lo que tenia para siempre esperaba que fuera lo mas rápido posible.

Aun algo asustada intente que Alexa reaccionara un poco, golpeándole suavemente en la cara, al fin abrió los ojos lentamente, su cara era de completa felicidad.

-- Venga arréglate que puede entrar alguien…y verte así…te espero en el comedor…-- dije intentando que nadie la viera de esa guisa.

En ese momento Alexa agarro mis manos, queriendo sentir mi calor pero aparte de eso también sintió el temblor que tenia en ellas.

-- ¿Te encuentras…bien…? …-- dijo Alexa sintiendo el temblor que tenia en ellas.

-- He vuelto a tener otra visión…esta vez ha sido distinta…pero aun tengo algo de miedo…cada vez se hacen mas fuertes y frecuentes…-- dije con tono de miedo, no podía soportar esto por mucho tiempo.

-- No te preocupes…sabes que te ayudaremos…en todo…y conmigo siempre puedes contar…-- dijo Alexa mientras besaba mi mano para tranquilizarme, siempre me había gustado esa ternura que tenia a pesar de su apariencia tierna y dulce sabia que dentro de ella había alguien muy fuerte.

-- Gracias Alexa…eres estupenda…-- dije mientras le correspondía con un beso en sus labios.

-- Una cosa más… ¿Se puede saber que te ha pasado hoy…? …Estabas como dislocada…es decir tenias la pasión por las nubes…-- dije intentando que me diera una explicación a aquello.

-- Es que…hacia mucho tiempo que no lo hacíamos…y sabes que me encanta…además quería hacerte cumplir tu promesa…-- dijo Alexa bajando la cabeza como avergonzada por aquello.

-- Eres un encanto, pero lo que no me explico…es como traes eso al instituto…-- dije mientras señalaba el consolador que estaba metiendo en el bolso.

-- Bueno…es que hable con Verónica y me dijo que hoy vendrías…y quería aprovecharlo…-- dijo Alexa explicándome el por que de aquello y ahora lo entendía perfectamente solo quería aprovechar la ocasión que se presentaba.

-- Bueno te espero en el comedor…arréglate un poco…-- dije mientras salía del cuarto baño la suerte fue que nadie se entero.

Al salir de allí me fui fijando que los chicos estaban un poco mas pendientes de mi y eso me extraño muchísimo intente localizar algún olor pero no había ninguno que me indicase que Abrahel andaba por allí, así que no le preste mucha importancia a aquello, al llegar al comedor vi el barullo de siempre aquel sitio nunca cambiaria, en cada mesa siempre estaban los grupos de siempre, en cuanto compre algunas cosas para comer, observe que mis amigas me hicieron unas señas para que me sentara con ellas, estaba segura que terminarían haciéndome preguntas por cualquier cosa.

Me senté en la mesa y sorprendentemente ni siquiera me preguntaron si no que empezaron a hablar como de costumbre, una de ellas empezó a rascarse en la espalda convulsivamente parecía que le picaba mucho.

-- ¿Otra vez rascándote…? …Anda que llevas una mañanita buena…-- pregunto una de ellas.

-- No se lo mas seguro…que haya sido por la vacuna que me he puesto…será una reacción alérgica…-- dijo la otra sin prestarle mucha atención.

Al momento siguieron con la conversación, pero sorprendentemente note como la que estaba sentada delante mía empezó a juguetear con su pie rozando mi pierna haciéndome indicaciones de que quería algo, y la verdad me sorprendió bastante, la mire a sus ojos y eran unos ojos de deseo incluso cuando estaba comiendo se relamía los labios con lujuria.
Aquello aunque me halago mucho no dejaba de sorprenderme así que decidí seguirle el juego para ver que es lo que pasaba.

-- Chicas tengo que ir al servicio… ¿Vienes Amanda…? …-- pregunto la chica para que la acompañara, pensé que estaría jugueteando o algo parecido, pero que no llegaría mas lejos en eso.

La acompañe por los pasillos hasta uno de los servicios por suerte no me cruce con Alexa por los pasillos pero mejor pensado hubiera sido mejor encontrármela por que esto ya me resultaba muy extraño de por si.

En cuanto entramos en los servicios la chica empezó a abrir las puertas para comprobar si había alguien pero no encontró nada, al momento me acorralo contra el espejo, se quedo mirándome por un momento a los ojos no sabia ni siquiera lo que iba a hacer, no sabía lo que estaba esperando siquiera, aquella mirada a pesar de ser de deseo me resultaba muy extraña, era como si estuviera siendo manipulada por alguien, pero no había ningún olor por ninguna parte.

Al momento sus labios se posaron en los míos suavemente al contrario de los de Alexa que eran calidos, ella tenía los labios fríos completamente, mis ojos se abrieron por completo no sabia que hacer solo me mantuve donde estaba, pero no duro por mucho tiempo, enseguida empezó a rascarse la espalda con mucha fuerza parecía que aquella reacción alérgica había sido demasiado fuerte y precisamente en aquel momento, no sabia si estar agradecida o desilusionada.

-- ¿Te encuentras bien…? …-- pregunte extrañada por la forma de rascarse tan compulsivamente, ya era demasiado para ser algo alérgico.

-- Si no te preocupes… me encuentro… bien de verdad…-- dijo la chica y por desgracia fueron sus ultimas palabras.

Ni siquiera acabo la frase en seguida su cuerpo se convulsiono, la chica empezó a gritar de sobremanera, parecía que algo le estaba ocurriendo pero no sabia el que era, su cuerpo estaba de un sitio para otro, al momento vi como si en su espalda intentara salir algo, pero enseguida aquellas partes dieron una explosión manchándome de sangre, al momento se dio la vuelta, sus ojos de deseo se habían convertido en ojos de miedo, no sabia que hacer estaba tan asustada como ella, su rostro cambio de golpe en vez de miedo representaba pena como si supiera que le fuera a pasar algo, note otra salpicadura aun mas fuerte si pudiera ser, toda la sangre cayo sobre mi rostro, cuando mire abajo vi que se trataba de su corazón que había estallado por completo, enseguida su cuerpo se desplomo por suerte pude cogerla a tiempo, para que no cayera al suelo la deposite lentamente sin saber que hacer, el pánico me invadía solo me vino a la mente una persona en la que podría decirle esto y esa era Verónica, no quería involucrarla pero no había otra forma.

Intente arreglarme todo lo que pude limpiándome la sangre que me había salpicado y echando algo de agua en las manchas que tenia por la ropa para intentar disimularlas de alguna forma y que no fueran tan evidentes.

Una vez mas limpia salí del baño no sin antes cerrar por fuera para que no pudieran entrar, por suerte los chillidos de la chica no alarmaron a mucha gente, corrí todo lo que pude teniendo en mi mente la imagen de su rostro y de lo que le había pasado era horrible, no podía creer que pasara otra cosa nuevamente y menos que me pasara eso delante mía.

Al llegar a la sala de profesores, vi que estaba Verónica hablando con alguno de ellos, y tomando algo de café, era un ambiente bastante distendido por lo que parecía.

-- Verónica…por favor…ven…tienes que ayudarme…-- dije jadeando por la carrera que me había dado.

Verónica al verme se sobresalto, sabia que algo pasaba y no era nada bueno al parecer.

-- Señorita Amanda… ¿Le ocurre algo…? …-- pregunto Verónica, al más estilo del profesorado.

Al momento todos los profesores se quedaron extrañados por mi llegada, al instante Verónica intento tranquilizarlos diciéndoles que no pasaba nada, me cogio de un brazo y me llevo al rincón de la sala para hablar mas tranquilamente.

-- Tienes que acompañarme…esto es peor de lo que piensas…date prisa…por favor…-- dije mientras intentaba recuperar el aliento.

-- Tranquilízate y dime que es lo que pasa…me estas asustando…-- dijo Verónica intentando tranquilizarme.

-- Tu acompáñame…y lo veras es mejor que lo veas por ti misma…-- dije insistiéndole para que me acompañara.

Al momento Verónica me siguió, intente mantener un paso rápido, era mejor no perder tiempo al llegar al cuarto baño me detuve. Verónica intento abrir la puerta pero estaba cerrada tal como la había dejado.

-- ¿Podrías hacer alguno de tus conjuros para abrirla…? …He tenido que cerrarla por dentro…-- pregunte esperando que no nos vieran, aunque ya estábamos dando la nota las dos en la puerta del servicio, no había deseado mas que sonara la campana en mi vida.

-- A ver si puedo…pero va a resultar difícil…-- dijo Verónica mientras se concentraba, al momento se escucho como el movimiento de la cerradura que se había abierto.

Al entrar Verónica se quedo boquiabierta y cerro la puerta de golpe detrás suya, yo no pude mas que mirar hacia otro lado el espectáculo era asqueroso había sangre por todas partes.

-- ¿Se puede saber que ha pasado…? …-- pregunto Verónica extrañada y con razón aquello no era para menos.

Al momento le dije todo lo que había pasado, pero no terminaba ni de creérmelo yo misma siquiera, aquello era surrealista.

-- ¿Qué podemos hacer…? …-- dije asustada, no tenia ni idea parecía que el miedo estaba atenazando mi mente y no me dejaba pensar.

-- Las heridas parecen ser que algo…estaba saliendo desde dentro de ella… pero no sabría decirte el que…de momento lo único que podemos hacer es dejar este servicio como averiado y llamar a Elvira para que venga y mire con discreción que es lo que ha pasado…-- dijo Verónica intentando hacer que ninguno de los otros alumnos viera lo sucedido pero creo que me preguntarían por ella las demás compañeras.

-- Pero las demás compañeras… me preguntaran donde esta… ¿Qué les digo…? …-- pregunte con tono de miedo.

-- Lo primero es que te calmes…si no podrías meter la pata…diles que ha tenido que irse con urgencia…por algún motivo…-- dijo Verónica inventándose una excusa.

-- Muy bien…salgamos de aquí yo tengo que volver…al comedor con las demás… ¿Podrías acompañarme…estaría mas tranquila…? …-- pregunte al menos sabia que con su presencia aunque fuera desde lejos me sentiría mas tranquila.

-- Muy bien iré contigo cerraremos por dentro… para que nadie entre…es lo mejor…-- dijo Verónica mientras salíamos y cerraba por fuera por suerte por allí pasaba el conserje y se le acerco lo mas seguro para que le dijera que pusiera el cartel de averiado y nadie entrara.

Una vez se lo dijimos nos fuimos para el comedor, Verónica se quedo en la entrada como si fuera mi guardiana, aunque aun tenia el miedo en el cuerpo tenia que aparentar que estaba calmada por suerte también estaba allí Alexa eso me confortaba mucho.

Pero ocurrió algo rarísimo uno de los chicos se levanto de golpe levantando con el a una de las chicas de la mesa, no lo conocía de mucho pero se decía que tenia novia y estaban muy enamorados, aunque en ese momento no lo pareciera.

-- Zorra…Eres una desgraciada…apártate de mi…-- dijo el chico sacudiéndole una bofetada delante de todo el mundo, me quede con la boca abierta, pero enseguida me fije en sus ojos estaba rojos por completo pero no notaba ningún tipo de olor y me era extraño, enseguida el chico se fue hacia ella y casi llego a arrancarle la blusa de un tirón era como si estuviera desquiciado, la chica no pudo mas que meterse bajo la mesa llorando, por suerte Verónica actuó en el momento.

-- ¿Se puede saber que es lo que hace…? …quiero verle en la oficina del director…-- dijo Verónica ejerciendo su poder como profesora, todos los demás se quedaron mirándolo asustados.

-- Apártate de mi zorra…déjame en paz…-- dijo el chico levantándole la mano con intención de golpear a Verónica pero esta no se movió ni un centímetro de donde estaba.

-- Acompáñeme…al director ahora mismo…-- dijo Verónica nuevamente intentando que entrara en razón pero no había forma.

El chico ni siquiera presto atención solamente se fue de camino hacia la salida del comedor ignorando las ordenes de Verónica, pero en cuanto estuvo a punto de salir por la puerta en seguida se llevo las manos a la cabeza presa del dolor, sus gritos se escuchaban por todo el comedor y en un momento se desplomo al suelo inconsciente.


FIN DEL CAPITULO 2

P.:eek: Lo siento por el retraso peor he tenido problemas con el pec y problemas personales pido disculpas y espero que lo disfruteis :)
 

Yarina

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UN NUEVO VIAJE

Al verlo la mayoría del comedor se acerco a ver que es lo que pasaba, Verónica se abrió paso pidiendo que dejaran espacio para que respirara, yo me fui a ver como estaba la chica y ayudarla a incorporarse un poco, y nos acercamos a ver que le ocurría.

-- Dejadle espacio para que respire…que alguien llame a la enfermera…-- dijo Verónica, metiendo prisa al parecer el chico estaba algo aturdido y mareado.

-- ¿Qué ha pasado…? …-- dijo el joven aturdido, mientras la chica le miraba con odio y miedo.

Al parecer no tenia ni idea de lo que había ocurrido, al momento apareció la enfermera para llevarlo a que descansara un poco, la chica decidió acompañarle aunque en su rostro aun podía verse el miedo que tenia.

-- Bueno aquí no hay nada que ver…volver a lo que estabais haciendo…-- dijo Verónica intentando disolver la multitud, aunque los rumores seguro que se extenderían.

-- Esto se esta poniendo peor…-- dije intentando advertirle que iría a peor si seguía así.

-- De momento llamare a Elvira para que venga y vea…lo del cuerpo…Hablare con tu profesor para que te deje conmigo tenemos que ver una cosa en el gimnasio…tengo un mal presentimiento…-- dijo Verónica cogiendo el teléfono móvil y haciendo la llamada.

-- Iré a la azotea a ver…como se encuentra…lo mismo tendrá hambre…-- dije mirando lo que había comprado.

-- Ten mucho cuidado…por favor…no me gustaría que te pasase nada…ahora después cuando suba te tengo que dar unas cosas…-- dijo Verónica apartándose de mí mientras me dirigía en dirección a la azotea.

Al pasar observe que los pasillos estaban distintos de alguna forma eran los mismos de eso estaba segura, pero me parecían extraños, incluso de tantas veces que había pasado por ellos, en la puerta de la enfermería había varios jóvenes intentando enterarse de lo que paso, subí las escaleras para la azotea, y abrí la puerta.

El cielo empezaba a nublarse y se levanto un aire gélido era como si atravesara la piel y cortase los huesos, no parecía muy normal. Mire hacia todos lados buscándola y al final di con ella estaba mirando las plantas.

-- Berenice…espero que estés bien…-- dije en voz baja no quería asustarla, para que volviera a hacer lo mismo, esta vez podría terminar muerta y nadie me escucharía allí arriba.

Berenice se dio la vuelta su rostro parecía completamente tranquilo, y eso me alegro al menos no estaba nerviosa.

-- Amanda…si estoy bien…sabes me encanta la vista desde aquí…aunque me resulta extraña…ver estas cosas…hace poco eh sentido algo extraño… ¿Ha pasado algo…? …-- dijo mientras se me acercaba.

-- Un chico no se lo que le ha pasado…golpeo a su novia y de repente cayo al suelo…y otra chica que ha muerto delante mía…Verónica esta llamando a una amiga para que venga a ver que ha pasado…como ves ha sido un día accidentado…lo mismo tienes hambre te he traído algo…-- dije explicándole lo que me había pasado, mientras le entregaba los bocadillos.

-- Gracias…tenia algo de hambre…y hueles a sangre…se te nota el olor desde que entraste…-- dijo mientras cogía uno de los bocadillos y empezaba a devorarlo.

-- Si que tienes un buen olfato…-- dije con la voz algo temblorosa aun por el miedo.

-- Aun estas temblorosa…relájate un poco…-- dijo Berenice mientras me abrazaba enroscándose a mi, era raro pero estando así me sentía segura y cómoda, no se si seria por la mañana que pasamos pero empezaba a pillarle cariño a estar en esta postura.

No pude mas que abrazarla, sintiendo su afecto incluso por mis mejillas aparecieron algunas lagrimas necesitaba relajarme de alguna forma había sido un día agotador y necesitaba consuelo.

Pasado un momento escuche como la puerta se abría, enseguida Berenice retrocedió un poco al parecer le seguía teniendo miedo a Verónica por lo de esta mañana.

Al acercarse a nosotras sus ojos lo primero en fijarse fue en Berenice, esta retrocedió un poco bajando la cabeza, iba acompañada por Elvira que vestía una blusa de color azul claro, con botones negros en sus piernas unos pantalones vaqueros un poco ajustados que remarcaban sus muslos y en los pies unos zapatos de tacón bajo para poder moverse con facilidad en su mano llevaba un vaso lo mas seguro con café.

-- Amanda…cuanto tiempo… ¿Qué tal te encuentras…? …¿Y que le ocurre a tu amiga…? … tiene la piel verde…-- dijo Elvira mientras la miraba con curiosidad.

Si te dijera la verdad no lo creerías…se puede decir que no es de aquí…se llama Berenice…-- dije intentando apartar el tema pero sabia que no seria posible, su curiosidad de policía mandaba.

-- Adelante pruébame…mas de lo que he visto…no creo que me asuste…-- dijo Elvira con envalentonándose, aunque había visto mucho pensé que esto no se lo creería.

-- Muy bien tu misma…-- dije mientras me acercaba a Berenice y le levantaba la falda y mostrarle la cola de serpiente.

El vira al verla abrió los ojos como platos y retrocedió unos pasos, aquello le había pillado por sorpresa, se restregó varias veces los ojos para creérselo.

-- Pero que… ¿Qué es…? …por que una neko no, de eso estoy segura…-- dijo Elvira extrañada, mientras miraba su cola que aun no se lo creía.

-- Es una Lamia…de otra parte al parecer…nos ha dicho que entro por la parte del gimnasio por la de abajo…y me gustaría saber una cosa aparte de lo que vas a ver ahora…si alguno de tus chicos o de quien enviasteis hizo algo con mi portal…el que utilizamos para acabar con Aloqua…-- dijo Verónica pensando que hubieran hecho algo o algún sello se hubiera roto.

-- Los hombres que entraron primero fueron…de las fuerzas de asalto…y no eran míos conozco a algunos…pero estoy segura que ellos no tocaron nada lo mas probable que lo hicieran los del equipo científico…pero no creo que hicieran mucho…pero bueno si queréis verlo podemos bajar…-- dijo Elvira mientras se terminaba el café.

-- ¿Qué hacemos con ella…? …-- pregunto Verónica mirando a Berenice.

-- Será mejor que venga con nosotras…además es mejor que nos demos prisa…dentro de una hora sonara la sirena de intercambio de clase…-- dijo Verónica pensando que podría liarse.

-- No debes de preocuparte el gimnasio de momento esta precintado y no se puede pasar…-- dijo Elvira previendo la situación.

-- Además no es por eso…es que no puedo faltar a mi siguiente hora…tengo que seguir dando clase…-- dijo Verónica siguiendo con su especie de tapadera.

-- A propósito…Verónica no tenias algo que darme…-- dije recordándole lo que me había dicho, mientras íbamos para el gimnasio, gire la cabeza para ver si Berenice nos seguía y veía como lo observaba todo fijándose en el pasillo parecía sorprendida.

-- Si es cierto…aquí tienes cinco sellos de contención…los hice anoche…es mejor que los guardes y los uses en su debido momento…-- dijo Verónica mientras me entregaba unos trozos de papel escritos con letras y símbolos rarísimos.

-- ¿Pero cuando debo utilizarlos…? …y… ¿Cómo se utilizan…? …-- pregunte intrigada ya que nunca había usado aquellas cosas, aunque sabia como los utilizaba ella poniéndolos en la frente de los adversarios.

-- Sabes como los utilizo…me has visto hacerlo…y cuando llegue el momento lo sabrás…además estos sellos protegen contra las posesiones no estoy segura pero se que pasara algo…-- dijo Verónica explicándome cuando debía usarlos pero no estaba muy convencida si podría hacerlo.

Mientras charlamos llegamos a las puertas dobles del gimnasio tenían un precinto policial que se encargo Elvira de quitarlo al entrar observamos la estancia que seguía estando de la misma forma, se notaba que no había entrado nadie del instituto en bastante tiempo, en el suelo seguía estando aquel agujero por el que bajamos.

-- Si por aquí salí…-- dijo Berenice mirando el lugar.

-- Entonces salio de abajo…a saber lo que han hecho la sección científica…-- dijo Verónica quejándose, por algún estropicio que aun no había visto pero se temía.
Comenzamos a descender por el lugar estaba, pero esta vez estaba iluminado por algunas lámparas que habría colocado la policía, las puertas de aquel templo estaban abiertas, la sensación que tuve al volver a verlo fue de miedo, sabia que esta vez no íbamos a pelear solo a observar algunas cosas, pero no podía evitar esas sensaciones, cuando estuvimos abajo escuchamos unos pasos, que se acercaban a nosotros desde atrás.

-- Escondeos…y guardad silencio…-- dijo Elvira mientras nos escondíamos cerca de la puerta, esperando quien pudiera ser.

Los pasos cada vez estaban mas cercanos, Elvira saco su arma preparada para disparar si fuera necesario, solo esperaba que no hiciera falta.

Al momento Elvira salio apuntando a la cabeza de la pobre Alexa, esta al momento cambio su rostro por miedo, estaba aterrorizada incluso pude ver como algunas lagrimas se escapaban por sus ojos por el miedo.

-- El susto que nos has dado…-- dijo Verónica aliviada.

-- Alexa… ¿Qué haces aquí…? …Deja de apuntarle Elvira es una amiga…-- dije viendo el rostro de la pobre Alexa aterrorizado.

-- Estaba…preocupada por ti…como tardabas…decidí salir de clase…a ver donde estabas…-- dijo Alexa casi tartamudeando, por el miedo.

-- Anda ven aquí…no te preocupes…-- dije mientras le abrazaba para hacer que se recuperara del susto que tenia.

Mientras tranquilizaba a Alexa del susto que nos habíamos llevado, Verónica empezó a inspeccionar el lugar, aunque ya lo había visto sentía miedo, a mi mente vinieron recuerdos no muy agradables precisamente, de donde pudimos escapar de milagro y pensar que todo aquello volvía a suceder.

Verónica empezó a investigar por su parte el portal y las runas que había colocado para enviar a Aloqua a una prisión.

-- Mierda…una de las runas esta resquebrajada…ahora entiendo como Berenice pudo atravesar este portal…-- dijo Verónica con tono de enfado al ver como se encontraba una de las runas.

-- ¿Y no podrías repararla…? …-- pregunto Elvira por curiosidad aunque a mi también me extrañaba.

-- No se puede hacer nada…se supone que estas runas deberían de aguantar…por lo visto uno de la sección de científica metió la pata al tomar una muestra de las runas…me gustaría saber quien ha sido…-- dijo Verónica enfadada y la verdad tenia mucha razón si había entrado Berenice podía entrar cualquier cosa mas.

-- El responsable de esto es un joven llamado Jeins…si quieres te puedo llevar para que hables con el…-- dijo Elvira intentando hacer, que se calmara aunque dudo que pudiera conseguirlo.

-- Si tengo que hablar con el seriamente…-- dijo Verónica, preparada para darle un sermón por lo que había hecho.

-- ¿Y podría entrar otra cosa mas…? …-- pregunte extrañada esperando que no pasara nada mas por el portal.

-- No lo se la verdad…no esta tan dañada…pero es posible…al igual que entro Berenice…-- dijo Verónica preocupada por la situación, pero en cuanto señalo a Berenice se dio cuenta que no estaba detrás de nosotras.

-- ¿Pero donde se ha metido…? …Estaba aquí hace un momento…-- dijo Verónica extrañada por la desaparición.

Al momento escuchamos un siseo que provenía del lugar, esperaba que no pasara lo que estaba pensando, que le hubiera entrado otro ataque de miedo.

-- ¿Berenice…? …¿Dónde estas…? …-- pregunte intentando que me respondiera.

Solo volvimos a escuchar un siseo de nuevo como si algo se moviera cerca de nosotras pero no sabíamos donde. Alexa se abrazo a mi con mas fuerza ya había muerto una vez y no quería volver a hacerlo y Elvira había vuelto a sacar el arma y estaba apuntando hacia todas direcciones, mientras Verónica estaba preparada para entrar en combate si fuera necesario.

-- Se puede saber que le pasa…a tu amiga…-- dijo Elvira con tono de miedo.

-- No sabría que decirte…puede ser que le haya entrado un ataque de pánico…o que algo este controlándola…no estoy segura de eso…-- dije intentando darle explicación al comportamiento solo esperaba que ninguna resultásemos herida o aun peor muerta.

El nerviosismo se apodero de nosotras no sabíamos donde mirar el siseo se escuchaba por todo el lugar al momento la vi detrás de Verónica, Elvira se dio la vuelta de inmediato apuntando a Verónica esta no sabia que hacer pero enseguida supo lo que pasaba, antes de que pudiera enroscar a Verónica, Elvira apretó el gatillo por suerte logro esquivar el disparo con una rapidez pasmosa, parecía que su primera victima era Verónica lo mas seguro por como la había tratado.

-- Berenice…cálmate por favor…no se si alguien te esta controlando o es que tienes un ataque de pánico…pero por favor detente…-- dije intentando convencerla y que se calmara.

-- No creo que te haga caso alguno…solo espero que no resultemos heridas ninguna o peor…-- dijo Verónica mirando hacia todas partes.

Al momento aparte a Alexa de mi lado para que se escondiera, al menos sabia que contra ella no tenia nada, enseguida sentí la presencia de Berenice detrás de mi, mire para atrás por un segundo y pude ver sus ojos amarillentos mirándome casi hipnóticamente, como su boca estaba abierta con los colmillos afuera como si quisiera morderme, en seguida me vi aprisionada entre sus anillos de tal forma que no podía moverme.
-- Esta vez no creo que sirva de nada…el dialogo…-- dijo Verónica mirando la situación, al momento miro a Elvira como haciéndole una señal para que disparara.

Me temí lo peor que Berenice terminaría muerta por un disparo no podía permitirlo, pero estaba inmovilizada, solo pude cerrar los ojos enseguida escuche el sonido del disparo, y como el cuerpo de Berenice aflojo su abrazo cayendo al suelo.

Seguidamente mire el cuerpo de Berenice intentando ver donde se encontraba la herida pero no la encontraba por ninguna parte.

-- ¿Pero que has hecho…? …-- dije casi gritando, pensando que la había matado.

-- No he acertado…lo mas seguro que te soltara antes de tiempo…-- dijo Elvira, mientras enfundaba su arma.

-- Escucha Amanda…no podemos dejarla que se quede…por mucho cariño que le tengas ya ves que en cualquier momento puede volverse contra nosotras…y no pienso permitir que te mate…-- dijo Verónica, y no le faltaba razón; ya era la segunda vez que lo intentaba pero aun así me resistía a dejarla sola tenia que haber alguna causa por lo que hacia aquello o entraba en ese estado de pánico.

-- Atiende Verónica no pienso dejarla sola…a saber lo que podría hacer…tenemos que descubrir que es lo que le pasa…e impedir que vuelva a suceder…-- dije intentando hacer que despertara de su estado.

-- ¿Esta todo bien ya…? …-- pregunto Alexa desde su escondite tímidamente.

-- Si…ya puedes salir…-- respondió Verónica.

-- Berenice…despierta… ¿Te encuentras bien…? …-- pregunte mientras le golpeaba suavemente la cara, enseguida observe como los ojos de Berenice se abrían lentamente, parecía como si estuviera desconcertada.

-- ¿Qué ha pasado…? …-- pregunto Berenice, parecía como si estuviera mareada y sin recuerdos de lo que había hecho.

-- ¿No sabes lo que ha pasado…? …-- pregunte extrañada, por que la otra vez si sabía que es lo que le había pasado.

-- No lo se… ¿Ha ocurrido algo…? …-- pregunto mientras se enderezaba nuevamente.

-- ¿De verdad no te acuerdas de lo que has intentado hacer…? …-- pregunto Verónica intentando averiguar si mentía, pero en ese momento sonó su móvil.

-- No tengo…ni idea… ¿He hecho algo malo…? …-- dijo Berenice bajando la cabeza de vergüenza y miedo.

-- No te preocupes…al parecer solo te desmayaste…nos has pegado un buen susto…-- respondió Elvira intentando ocultar lo que había sucedido, si le hubiera dicho lo que paso seria una dura carga para ella.

-- Lo siento…seria el hambre…-- dijo Berenice sonrojándose al momento.

En ese momento Verónica dejo de hablar por el móvil y se acerco a nosotras.

-- Bueno ya he localizado a la mujer que puede hacerte eso…el problema que esta en Tokio…y la verdad no tengo muchas ganas de ir allí…tengo malos recuerdos y algunos enemigos que no me gustaría encontrarme…el problema es que sin mi tampoco encontraras a esa persona…por lo tanto tendré que ir…aunque tenemos otro problema…-- dijo Verónica mientras me exponía lo que pasaba y miraba a Berenice, al parecer no se había granjeado muchas amistades en Tokio durante su juventud.

-- No se si pudiéramos dejarla en el club…por que estoy segura que no pasaría por la aduana…y seria peor si la descubriesen… ¿Tu magia no funcionaria con ella…? …-- pregunte intentando apelar a todas las veces que lo había hecho.

-- No lo se la verdad puedo intentarlo a ver que ocurre…-- dijo Verónica pensativa ya que al parecer no había probado su magia con otra especie por así decirlo.

Verónica intento concentrarse, enseguida aparecieron las orejas de zorro, mientras Elvira miraba con atención que es lo que hacia, las manos de Verónica empezaron a hacer signos extraños en sucesión como siempre, en cuanto acabo solo vimos un ligero resplandor plateado rodeando el cuerpo de Berenice.

Al momento levante la falda para comprobar si había ocurrido algo pero al parecer no funciono.

-- Parece ser que mi magia no funciona con ella…tenemos un problema…-- dijo Verónica mientras se miraba las manos.

-- Espera…un momento… ¿Vais a hacer un viaje a Tokio…? …-- pregunto Elvira interrumpiendo y extrañada, por la decisión.

-- Si al parecer…Amanda quiere deshacerse de su parte de Nekomata…-- dijo Verónica agachando la cabeza, era como un duro golpe.

-- No, no quiero que lo hagas…-- dijo Alexa protestando como si de una niña pequeña fuera pero era encantadora siempre que hacia eso.

-- Alexa…escúchame un momento…se que no quieres que me pase nada…pero si todo esto es por mi si pierdo esa parte de mi…se acabara todo volveremos a una vida normal…y no volverán a atacarnos…entiéndelo…-- dije intentando calmarla mientras la abrazaba en mis mejillas note como sus lagrimas resbalaban.


-- Pero puedes morir…y no quiero que te pase nada…recuerda lo que me dijiste que estarías conmigo para siempre…-- dijo Alexa recordándome la promesa que le hice en el cine aquella vez.

-- Te prometo que no me pasara nada…y seguiré estando contigo…y estaremos mas juntas que nunca…te lo prometo…-- dije mientras le daba un beso en su mejilla para intentar calmarla un poco, pero todo aquel momento fue interrumpido por la campana.


-- Bueno será mejor que volvemos…yo iré a hablar con el director que tengo que hacer un viaje y que te perdone…que tendrás que venir conmigo…-- dijo Verónica intentando poner las excusas para que no afectara en nada.

-- Me podrías hacer un favor…Amanda lleva a Elvira al cuarto baño donde esta esa chica muerta…se que te resulta duro pero tengo que llevar a Berenice arriba…-- dijo Verónica mientras conducía a Berenice a la azotea.

-- ¿Ha muerto alguien…? …-- pregunto Alexa algo asustada ya que no sabía que había pasado.

-- Te acuerdas de esa chica con gafas…la que se sienta delante mía…pues precisamente ella…es la que ha muerto…-- dije intentando explicarle lo que había pasado pero omitiendo los detalles mas escabrosos.

-- ¿Y se puede saber como ha sido…? …-- pregunto Elvira mientras nos dirigíamos hacia el cuarto de baño.

-- Pues al parecer…llegue al comedor…y empezamos a almorzar seguidamente esa chica empezó a juguetear con mi pie rozándolo…y me dijo que la acompañara al cuarto baño…me extraño muchísimo pero decidí ir a ver que es lo que quería aunque me lo suponía pero…iba a decirle que no quería…empezó a insinuarse y de pronto…le exploto algo en su espalda y al momento…fue como una explosión en su pecho…como si reventara su corazón…-- respondí explicándole la situación, en cuanto lo hice vi a Anexa con cara de asco, por mucho que intentara no contarle los detalles a ella tuve que hacerlo de todas formas.

-- ¿Hizo algo extraño…antes de ir contigo al cuarto de baño…? …-- pregunto Elvira con curiosidad.

-- Dijo que le picaba la espalda y que había estado así toda la mañana…al parecer le habían puesto una inyección contra la alergia…-- dije recordando lo que habían dicho sus compañeras.

-- Si, es cierto estuvo rascándose días atrás también…le picaba mucho la espalda…-- corroboro Alexa lo que había dicho.

Nada mas llegar al cuarto de baño, Elvira intento abrir la puerta pero por lo visto estaba cerrada y con el cartel de “Averiado”.

-- Iré a ver al conserje me tendrá que dejar las llaves…-- dijo Elvira mientras se marchaba para buscarlo.

-- Pobrecilla…era una buena amiga…-- dijo Alexa bajando la cabeza apenada por la muerte.
-- Lo siento no la conocía tanto como tu…-- dije algo apenada, aunque no la conociera tanto.

Elvira no tardo mucho tiempo en regresar con el manojo de llaves para abrir la puerta.

-- Muy bien veremos que ha pasado…es mejor que me acompañes…lo siento tener que hacerte pasar de nuevo por esto Amanda…aunque es mejor que Alexa se quede fuera…-- dijo Elvira intentando que no viera aquello.

-- No te preocupes me temía que tendría que volver a entrar…-- dije mientras tragaba saliva para coger valor, aunque no me apetecía lo mas mínimo.

Al entrar observe que la chica estaba en la misma posición el, aspecto del cuarto baño era dantesco, había salpicaduras de sangre por todos sitios, y dos terribles agujeros en su espalda.

-- Vaya…lo que tenemos aquí…parece que algo intento salir de su espalda …pero no sabría decirte que es lo que es…eso tendría que decirlo un forense…será mejor que llame para pedir una ambulancia y al equipo forense…-- dijo Elvira mientras miraba en la espalda de la chica sin acercarse demasiado.

Al instante sonó la sirena de aviso del descanso entre clases, en ese momento salimos del cuarto baño para no despertar sospechas. Elvira me miro con una cara de preocupación.

-- Odio esas miradas… ¿Qué es lo que pasa…? …-- pregunte preocupada por la mirada que tenia, no me esperaba nada bueno.

-- ¿Tu que crees…?…El problema esta en que tu encontraste al cadáver y hay huellas tuyas por todo el cuarto baño y por consiguiente… la principal sospechosa…y volvemos a lo de la otra vez…-- dijo Elvira exponiéndome la situación en que yo era la culpable como la otra vez.

-- Pero sabes de sobra que yo no he sido…no he podido hacerle eso…es imposible…-- dije defendiéndome de la acusación con un tono de enfado.

-- Amanda…cálmate no te preocupes…se que no has sido tu…los orificios están desde dentro hacia fuera…y no creo que le hayas hecho nada…la cosa es que estabas con ella en ese momento…puedo intentar convencerlos y darte algo de tiempo…pero poco mas…tendrán que interrogarte de todas formas…aunque intentare que no lo hagan…aunque a tus compañeros seguro que los interrogaran…-- dijo Elvira intentando protegerme de aquello nuevamente ya había sido bastante duro, que la policía me tomara por asesina.

-- Gracias…tengo que volver a clase…solo espero que todo esto se solucione…-- dije suplicando para mi interior que todo esto terminara y pudiera hacer una vida normal.

-- E… intenta no preocuparte demasiado…Haré todo lo posible para que no te afecte…-- dijo Elvira mientras se despedía de mi para ir a llamar por su móvil y devolverle las llaves al conserje.

Al momento Alexa y yo nos fuimos a clase, pero no tardamos mucho en detenerla vimos a varios miembros de la policía, por los pasillos y a los de la ambulancia, como entraban en el baño y salían con el cadáver de la pobre chica, ese suceso creo un gran revuelo en las clases, al terminar varias de las compañeras me preguntaron que es lo que había pasado pero creo que se lo temían tuve que explicarles la situación y hacerles prometer que no se lo dirían a nadie, solo esperaba no equivocarme al contárselo.

Antes de salir decidí subir al ático y recoger a Berenice, al verla estaba mirando las plantas y poniéndolas en lugares específicos, parecía completamente tranquila.

-- ¿Qué es lo que haces…? …-- pregunte interesada, solo esperaba no asustarla.

-- Ah, Amanda estaba poniendo las plantas, en su sitio…algunos lugares no son los correctos…se algo de jardinería…-- dijo mientras terminaba de colocar la ultima.

-- Me sorprendes…pero eso esta muy bien…lo siento haberte hecho esperar este tiempo aquí arriba…-- dije admirando lo que hacia, mientras escuchaba como se abría la puerta, y entraba Alexa.

-- Al fin terminaron las clases…sabia que te encontraría aquí…-- dijo mientras se lanzaba a mi espalda y me daba besos en la mejilla.

-- Bueno es mejor que nos vayamos…y esta vez vas a tu casa a dormir…-- dije intentando adelantarme a los planes de Alexa.

-- ¿Por qué…? …No es justo…-- dijo Alexa protestando como siempre e hinchando los mofletes como las niñas pequeñas.

-- Tendrás que ducharte y estudiar…además lo mas seguro es que tenga que prepararme para ir a eso…y necesito mentalizarme…por favor…-- dije intentando convencerla y que se le quitara ese enfado en su cara, aunque no me importaba estaba preciosa.

-- De acuerdo…pero prométeme que volverás…que no te pasara nada…-- dijo Alexa haciéndome prometer mi regreso y eso esperaba, aunque no iba a ser nada fácil.


Salimos de allí para coger un autobús, la gente al pasar se quedaba mirando mas de una vez tuve que agarrar del brazo a Berenice, para que me siguiera, el olor de los niños parecía embriagarla de tal manera que se emborraba con su fragancia, después de varios tirones logramos llegar a casa, Alexa me dio un beso en los labios muy suave y se despidió casi llorando me daba mucha pena dejarla sola, pero no había otra forma aunque también tendría que hacerlo con Berenice y esperaba que no el entrara otro ataque de pánico e hiciera alguna locura.

Al entrar en casa observe que el contestador tenia un dos mensajes que me habían dejado ni siquiera sabia quien pudiera ser, así que decidid averiguarlo solo esperaba que fueran buenas noticias.


-- Mensaje uno: Señorita Amanda le avisamos del hospital para decirle que su padre ha empezado a dar signos de mejoría y alguna actividad motriz.

-- Mensaje dos: Amanda ya tengo los billetes, mañana por la mañana sobre las diez estaré en tu casa así que ten la maleta preparada, sostendremos que quedar uno o dos días.

-- Bien al fin buenas noticias ya era hora…-- dije con tono de alegría alfil las cosas iban tomando un buen rumbo o eso parecía hasta que llego a mi mente varias dudas que no sabia que hacer.

-- Me alegro por ti…-- dijo Berenice alegrándose por las noticias, pero podía verse en su rostro la preocupación.

-- ¿Qué es lo que te ocurre…? …-- pregunte extrañada por la expresión de su rostro.

-- Es que…no se donde quedarme…cuando os vayáis…-- dijo Berenice algo preocupada por lo que hacer y la verdad no podía dejarla en la calle a saber lo que podría hacer o lo que le pasaría y en mi casa tampoco era posible, solo se me ocurría un sitio el club y solo esperaba que no le pasara nada, el único sitio seguro tendría que ser la jaula aunque me parecía algo cruel para ella, pero mientras estuviese bien cuidada.

-- No te preocupes, estoy segura que en el club podrás quedarte el problema es que tendrías que meterte en la jaula del foso…por si pasara algo y te asustaras…pero no me gusta dejarte hay es una crueldad…pero solo seria por un par de días…espero que no te moleste…-- dije algo avergonzada por mi comportamiento y por el lugar donde tenia que meterla.

-- No te preocupes…de verdad si es por la seguridad del os demás lo entiendo perfectamente…esperare a que vengas…-- dijo Berenice aceptando donde tenia que ir, aunque no tenia otro sitio.

-- Gracias por entenderlo de verdad…te prometo que volveré…-- dije convenciéndome de que saldría viva de esta o eso esperaba.

-- Aunque aun se te nota preocupada… a pesar de las buenas noticias… ¿Qué es lo que te ocurre…? …-- dijo Berenice mirándome el rostro.

-- Hay varios problemas… como por ejemplo como le digo a mi padre que mi madre ha desaparecido y que era un monstruo…o como que su autentica mujer esta viva…o que ya es abuelo…no se que hacer…-- dije dándole vueltas a la cabeza, pero no encontraba la solución y lo peor era aun que si no despertaba y terminaba muriendo en esa especie de exorcismo seria aun mas trágico, definitivamente estaba hecha un lió.

-- Bueno no te preocupes…seguro que todo saldrá bien…-- dijo Berenice mientras me abrazaba para reconfortarme, aunque yo no lo tenia muy claro.


FIN DEL CAPITULO 3


P.:eek: Bueno aqui hay un nuevo capitulo gracias a todos por leerlo a proposito lo mismo dentro de poco abrire un blog para poner algunas historias mas entre ellas la vida personal de los personajes de la historia como unos Ovas, muchas gracias a todos nuevamente :)
 

Yarina

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TOKIO…UNA BIENVENIDA PELIGROSA

Nos quedamos un rato abrazándonos, después de eso le encendí la televisión y así se distraería un poco, mientras yo me duchaba, me dirigí hacia la ducha y me desnude aquello era como un ritual de purificación para mi, cada vez que me caía el agua era como si me limpiara el alma, pasado un momento eche de menos la presencia de Rubí cuando le lavaba la cabeza y la veía jugar con las burbujas de jabón, eran recuerdos felices que querían que volviesen, en cuanto acabe me puse el albornoz y salí con una toalla enrollada en la cabeza, fui al salón y vi que Berenice permanecía atenta a la televisión para ella era algo como magia.

-- En tu mundo… ¿No tenéis esto…? …-- pregunte interesándome de donde venia, porque aun no había dicho nada de ese lugar.

-- No…mi mundo es muy distinto al vuestro lo mismo te gustaría…lo único que no me gusta de mi mundo…es que hay esclavitud…-- dijo Berenice casi con lagrimas en su rostro y con tono triste.

-- La verdad me parece imposible…que del lugar de donde provienes se practique eso…-- dije asombrada, aunque bien pensado nosotros también lo teníamos de una forma mas refinada por decirlo de alguna manera.

-- Aunque creo que te gustaría…hay muchos bosques y altas montañas, cuando sale el sol es como una explosión de colorido…los pájaros cantan por todas partes…el sitio se llena de alegría al menos donde yo nací…los pueblos son muy distintos…en vuestro mundo hay demasiada gente no me gusta mucho…me pone nerviosa…-- dijo Berenice explicándome el sitio de donde venia.

-- ¿Y eres tu sola…? …¿O tienes mas hermanas…?…-- pregunte queriendo saber mas de ella, al menos podía conocerla un poco mas.

-- Tengo dos hermanas mas…una mayor que yo y otra mas pequeña nuestra madre murió en el parto…nuestro padre fue ajusticiado de un asesinato que él no cometió y nosotras fuimos vendidas como esclavas…-- dijo Berenice con amargura y rabia en su rostro, podía verse como el odio se plasmaba en su rostro.

-- Tu padre era como tu…o sea…no se si me explico…no se como decirlo suavemente…-- dije intentando encontrar las palabras exactas para que no se sintiera incomoda pero no me era posible.

-- No te preocupes…mi madre era la Lamia…mi padre era humano…según mi padre fue amor a primera vista…-- dijo Berenice con una sonrisa en su rostro recordando aquello.

-- Vaya es increíble…pero bueno el amor no conoce de barreras…-- dije pensando que en eso tenia mucha razón.

-- Bueno…es mejor irse a dormir…además tengo que preparar algo de ropa para el viaje, aparte tenemos que ir temprano al club para dejarte allí y de verdad perdóname por eso…-- dije casi suplicándole que me perdonara por donde la iba a enviar.
-- No te preocupes de verdad…se que es el único sitio disponible…no puedo quejarme…además se nota que eres una persona muy amable y que se preocupa por los demás…estoy feliz contigo…muchas gracias por todo…-- dijo Berenice agradeciéndomelo, aunque no me lo merecía, sentía como si la estuviera enjaulando.

-- No hace falta que me des las gracias por eso…me siento mal por hacértelo…pero bueno…es mejor que descansemos un poco…-- dije apagando la televisión y dirigiéndome al dormitorio.

Al momento Berenice me siguió antes de acostarme me quede pensativa si ponerme algo de ropa interior o no seria un caso de tentar a la suerte y no era plan además estaba agotada tanto físicamente como mentalmente por lo que había sucedido en el instituto.

Axial que pensándolo bien me decidí por una ropa interior muy simple de color blanco pero pensé que mejor no me ponía sujetador por la incomodidad al acostarme, en cuanto me arregle un poco me acosté y enseguida note como Berenice se enroscaba a mi de manera tan sensual que era casi irresistible, intente mantener la mente fría y despejada, pero era encantador, solo esperaba que no le entrara un ataque de pánico si no terminaría muerta en un momento.

No se el tiempo que estuve dormida pero me desperté, y no vi a Berenice a mi lado me resulto bastante extraño, así que me levante para buscarla escuche unos sonidos provenientes de la cocina, me dirigí hacia ella, la oscuridad del piso no me resultaba mucho problema parecía ser que mis sentidos intentaban adaptarse a cada situación instintivamente, vi la puerta de la nevera abierta y varias cosas tiradas por el suelo y a Berenice comiendo en plan devorador.

-- Berenice… ¿Se puede saber que estas haciendo…? …-- pregunte mientras encendía la luz lo que no me esperaba es o que iba a pasar a continuación.

En un segundo observe a Berenice irse a un rincón de la habitación con un trozo de carne, estaba como asustada por completo atemorizada.

Intente acercarme lentamente para no asustarla mas de lo que ya lo estaba no quería que le diese otro ataque de pánico, intente ponerle la mano encima del hombro para tranquilizarla.

-- No lo haré mas…por favor no me pegue…-- dijo Berenice un poco antes de tocar su hombro, en cuanto lo hice mi mente se convulsiono y empecé a ver imágenes de una mujer joven de cabellos negros lisos hasta los hombros y ojos grandes su rostro era redondeado aunque no llevaba mucho maquillaje, era bastante alta y de corpulencia fuerte, vestía con una especie de sujetador de tela blanca y taparrabos del mismo color en sus pies unas sandalias de tiras anudadas a los gemelos, llevaba varios adornos en forma de serpiente en sus brazos, en su mano tenia un látigo con el que golpeaba a Berenice una y otra vez como castigo, pero en sus manos solo tenia un trozo de carne nada mas, en ese momento las imágenes desaparecieron al instante.

-- Berenice cálmate…no pasa nada mírame…soy yo…Se que lo has pasado fatal pero nadie te va a hacer daño de nuevo…te lo prometo…-- dije intentando que reaccionara y se calmara.

-- Amanda…eres tu…lo siento no he querido hacerlo…solo que tenia algo de hambre…-- dijo Berenice aun con la voz temblorosa.

-- Escucha no me importa que cojas algo si tienes hambre…de verdad…solo que me ha sorprendido…eso es todo y cuando tengas dímelo…y coge lo que quieras …no te preocupes…-- dije intentando calmarla, al menos se encontraba mas aliviada.

Al parecer mi palabras la lograron calmarla, seguidamente Berenice me abrazo, en eso note su mejilla contra la mía como sus lagrimas rodaban por su mejilla pidiéndome perdón.

-- Muchas gracias…-- dijo Berenice agradeciéndomelo aunque pensé que seria por haberla entendido.

-- No tienes por que darlas, ahora es mejor que volvamos a dormir…ya mismo estará aquí Verónica para que el viaje y es mejor recuperar fuerzas…-- dije mientras íbamos para la cama para intentar descansar algo.

Aunque intentamos descansar no pude pegar ojo el resto de la noche dándole vueltas a lo que había visto, a su supuesta ama y como la golpeaba por coger algo de comida, tenia que haberlo pasado muy mal, pero aun así se la veía contenta o eso aparentaba.

De vez en cuando miraba el reloj para ver la hora aunque estaba cómoda y a gusto ente los anillos de Berenice, no dejaba de darle vueltas a varios pensamientos, de cómo estaría Rubí y la niña, solo esperaba volver a tenerla entre mis brazos y poder abrazarla de nuevo a las dos.

Al rato el timbre de la puerta sonó, pensé que seria Verónica que ya había llegado, mire el reloj y era las cinco de la mañana al menos tendría tiempo para ducharme y preparar algo de ropa para el viaje, suavemente desperté a Berenice, que se encontraba abrazada a mi y profundamente dormida.


-- Berenice despierta, que están llamando a la puerta y tengo que moverme…-- dije golpeándole suavemente la cara.

-- ¿Eh…? …Perdona…es que me siento muy a gusto contigo es como si irradiaras un aura de tranquilidad a tu alrededor…-- dijo Berenice mientras se desenroscaba y me levantaba para ir a abrir.

En cuanto abrí la puerta allí estaba Verónica con un jersey de color crema liso podía verse que no llevaba sujetador alguno, en sus piernas ***** unos vaqueros algo ajustados de color negro y en sus pies unos botines de color marrón con flecos, el pelo lo llevaba suelto pero no llevaba las gafas en su mano portaba una bolsa de cuero negro, parecía algo pesada, pero para mi sorpresa detrás de ella estaba Akiko esta vez su pelo estaba recogido en dos coletas con unos lazos de color rojo, sus labios estaban pintados del mismo color me resultaban muy apetecibles, en su pecho tenia un jersey de color rosa con un gran corazón rojo estampado acompañada de una chaqueta vaquera de color azul apagada, en su cintura tenia una falda con vuelo que le llegaba hasta un poco mas de la altura de las rodillas, portaba unas medias de rejilla de color negro y en sus pies unas zapatillas de deporte lo mas seguro para estar cómoda, lo que me sorprendió fue el perfume que me llego, era muy suave y tentador, pero nada empalagoso.

-- Buenos días…auuuuuuuu!!! …-- dijo Verónica mientras bostezaba, para quitarse el sueño de encima.

-- Buenos…días…-- dijo Akiko bajando la mirada y algo sonrojada, lo mas seguro por el conjunto que llevaba al abrir la puerta aunque la verdad no me preocupaba por los vecinos nunca estaban a estas horas.

-- No soporto estas horas para levantarme, son mortales… ¿Tienes algo para comer…? … me he levantado y no he comido nada…-- pregunto Verónica, aun somnolienta.

-- ¿Tu no quieres nada…? …Por lo menos estas mas despierta que Verónica…-- pregunte a Akiko al verla completamente despejada.

-- Si…estoy despejada…estoy acostumbrada a levantarme temprano…para entrenar…-- respondió Akiko, por lo visto entrenaba varias horas al día.

-- Esta…se levanta con las gallinas…venga date prisa…además tienes pensado donde se quedara Berenice…-- dijo Verónica esperando que se me hubiera ocurrido al menos algún sitio, que estuviera segura ella y los demás.

-- Precisamente…en la jaula de combate del club…al menos en ese sitio estará segura ella y las demás…-- dije mientras me dirigía a la ducha, al menos para despejarme de la noche que había pasado, decidí no contarles lo que había visto en mi mente.

-- Buenos…días…-- dijo Berenice saludando, tímidamente.

Esta vez no pude relajarme como hubiera querido en la ducha, me di un poco de prisa escogí un tanga de color negro y encaje junto con un sujetador del mismo color con encaje en la parte superior de la copa, una blusa blanca con botones dorados y unos pantalones vaqueros de color azul celeste y en los pies tacones bajos, mire debajo de mi cama y allí estaba mi mochila que usaba cuando iba de excursión cogi alguna ropa y la metí en el interior sin olvidarme los sellos que me había hecho Verónica pro si acaso los pudiera necesitar, me cepille el pelo lo que pude, esta vez el tinte había desaparecido y ya tenia el cabello de mi color natural, al menos ya no lo tenia que esconder para nadie.

Cuando fui a la habitación estaba Verónica comiendo unos cereales sentada mientras Berenice parecía haber hecho buenas migas con Akiko y estaban hablando como buenas amigas.

-- A propósito…me han llamado del hospital…me han dicho que mi padre esta dando señales de poder despertar en cualquier momento…y eso me plantea muchas cosas…-- dije informándoles de la llamada que había recibido.

-- Woow…que bien…estarás contenta…-- dijo Akiko dejando por un momento la conversación con Berenice.

-- Si esta muy bien…bueno es mejor prepararse…dios se me ha olvidado ponerle la ropa a Berenice…si me podéis esperar un poco... no tardare…-- dije cogiendo a Berenice del brazo y llevándola al cuarto le puse la misma ropa que le había puesto días atrás al menos la falda la blusa se la cambie por una de color negro y botones claros.

-- Esta cosa pica…-- dijo Berenice quejándose de la blusa, mientras se rascaba.

-- Aguanta un poco cuando estés en el club te la podrás quitar…no te preocupes…-- dije intentando que aguantara el picor que le ocasionaba.

-- Venga vamos tenemos que darnos prisa…si no perderemos el vuelo…-- dijo Verónica metiendo prisa desde la puerta.

-- Lo se estoy dándome toda la prisa que puedo…-- dije mientras salía corriendo del cuarto apagando todas las luces y revisando las cosas.

Cerré la puerta de un portazo y bajamos en el ascensor todo lo deprisa que pudimos, la noche era fría y la luna podía verse estaba en cuarto creciente no había ninguna nube en el cielo, el silencio ocupaba todas las calles solo se oía el camión de la basura pasar por las calles.

-- Akiko…tendrás que correr para ir al club y dejar a Berenice…escucha haz que la alimenten bien…déjala en la jaula y ciérrala…y gracias por todo…-- dije mientras le daba un beso en las mejillas que hizo que se sonrojara y cerrara los ojos por un momento.

-- Akiko…después regresa…te he sacado un billete…no se por que pero creo que nos harás falta en esto…-- dijo Verónica, fiel a una de sus premoniciones como siempre.

-- Muy bien intentare… darme toda la prisa posible…-- dijo Akiko mientras salía a la carrera, era increíble la forma de moverse al menos Berenice podía seguirle el paso, con su rapidez.

-- ¿Estas segura que quieres continuar con esto…? …-- pregunto Verónica de mientras para hacer algo de tiempo hasta que viniera Akiko.

-- Mira se que da muchos beneficios…pero siempre los tendré encima…no podré quitármelos…si con esto hago que se alejen y no aparezcan mas…estoy convencida…-- respondí auto convenciéndome de lo que decía aunque seguía teniendo dudas en mi interior.

-- Pero podrías morir en el proceso…solo se realizo un vez con una persona…y termino muerta…no quiero que te pase lo mismo…-- dijo Verónica como si me suplicara de que no lo hiciera, pero ya estaba convencida.

-- Verónica no podrás convencerme…de que no lo haga ya lo tengo decidido…-- dije convenciéndome de que no había marcha atrás.

-- Escucha haremos una cosa…si todo va bien no intervendré…pero si eso resulta peligroso para ti…intervendré y detendré todo esto aunque…te enfades o hagas cualquier cosa no quiero perderte…ni ninguna de las chicas…incluso tu madre esta preocupada por ti…Catia y Miriam me dijeron que estas loca que si pudieran irían ellas pero están en una misión que les encargo Akemi…-- dijo Verónica poniéndome encima todos los comentarios de ellas.

Las palabras de Verónica me pusieron mas presión encima mía, por si no fuera ya suficiente por suerte antes de que pudiera contestarle, Akiko apareció jadeando por la carrera que se había dado.

-- Mejor será que busquemos una parada de taxis…para llegar lo antes posible…-- dijo Verónica mientras nos poníamos en marcha.

Yo por mi parte me puse al lado de Akiko para que pudiera apoyarse y descansar un poco de la carrera que se había dado, no tardamos mucho en dar con una parada de taxis, por suerte a esas horas no había casi circulación y nuestra llegada fue bastante rápida.

Al llegar a la Terminal pudimos ver que no habían mucha gente, el sitio era enorme y mas aun al no haber gente se podía ver los paneles de información dar vueltas y a cada lado teníamos escaleras para subir a la planta de arriba, mas al fondo pudimos ver una cafetería y algunas tiendas de recuerdos, y al otro lado las terminales de embarque.

-- Bueno es mejor que facturemos ya para ir aligerando las cosas…-- dijo Verónica previendo la situación por si se retrasaba el vuelo o si se adelantaba.

-- Espero que lo que lleves en esa bolsa sea ropa…-- dije algo preocupada por lo que pudiera llevar aunque no esperaba que fuera contrabando.

Al llegar a los rayos-x pusimos nuestras bolsas en la cinta la mía paso sin problemas y lo mismo que el bolso de Akiko, pero al pasar la mochila de Verónica los guardias se le acercaron, solo esperaba que no fuera nada grave.

-- Señorita podría acompañarnos por favor…-- dijo uno de los policías invitándola a seguirla.

-- ¿Pasa algo agente…?…-- dijo Verónica, con tono tentador, como si aquellas palabras fuesen lujuriosas.

-- Síganos por favor…-- dijo otro de los guardias mientras se la llevaba al cuarto contiguo, lo mas seguro para comprobar algunas cosas.

Nosotras seguimos nuestro camino hasta los terminales para confirmar los billetes, aunque decidimos esperarla por un momento hasta que saliera.

Y no nos equivocábamos, al momento salio de la sala incluso el guardia parecía mas simpático de la cuenta, al parecer había hecho alguno de sus conjuros no podía imaginar siquiera lo que llevaría en esa bolsa que fuese tan importante. Se acerco a nosotras dándonos un poco de prisa.

-- ¿Pero se puede saber que narices llevas… en esa bolsa que sea tan importante…? …-- pregunte con tono de curiosidad que ya me empezaba a picar.

-- Será mejor que no lo sepas…no quiero meterte en mas líos…así que démonos prisa…-- dijo Verónica, metiéndonos aun mas prisa si pudiera ser.

Al llegar a los terminales había una pequeña cola, tuvimos que esperar un momento, al llegar el turno de Verónica entrego el pasaporte, la secretaria se quedo por unos momentos mirándola pero enseguida se lo sello y se lo entrego.

-- ¿Qué tenga un buen vuelo con sus hijas señora…? …-- dijo la secretaria en ese momento Verónica le lanzo una mirada que incluso temí por la vida de ella.

-- ¿Qué me acaba de decir…? …Escuche no soy su madre y aun soy señorita entiende…-- dijo Verónica casi gritando por lo visto aquel comentario le había sentado fatal, y no era el mejor momento varias personas de la cola se nos quedaron mirando pero lo que mas temía es que las orejas de zorro salieran y entonces ya seria mas dramático.

-- Verónica por favor cálmate…ha tenido un fallo la mujer…nada mas…-- dije intentando calmarla pero al parecer seguía con el mismo cabreo, Akiko estaba nerviosa mirando para todas partes sin saber que hacer, sonrojada por completo lo mas seguro por el espectáculo que estábamos dando.

-- Señorita, disculpe ha sido un fallo de verdad perdóneme no quería insultarla…le pido mis mas sinceras disculpas…-- dijo la secretaria, solo el faltaba arrodillarse y besarle los pies, su expresión era casi de pánico al ver el cabreo que había tomado Verónica.

-- Maldita sea…mira que tomarme por tu madre…es que vamos…-- decía refunfuñando Verónica mientras la acompañábamos para que tomara algo y se relajase.

-- Verónica cálmate un poco…dios la vergüenza que nos has hecho pasar…que no es para tanto…-- dije intentando quitarle hierro al asunto, aunque parecía que poco a poco se iba calmando.

En cuanto nos sentamos en una de las mesas de la cafetería pedimos algo, por lo menos el rostro de Verónica empezó a calmarse y era de agradecer a saber la que hubiera liado estando sola, estuvimos como media hora bebiendo discutiendo y hablando de nosotras, por otra parte Verónica no dejaba de intentar de convencerme de que desistiera que aun estaba a tiempo, parecía tener mas miedo ella de ir a Tokio que yo de deshacerme de esto.

Al cabo del tiempo dijeron la salida de nuestro avión y la terminal, en seguida pagamos al camarero y salimos corriendo para embarcar a medida que nos íbamos acercando veía a Akiko aun mas nerviosa, parecía como tenerle miedo al avión.

-- Espera un momento Verónica algo le ocurre a Akiko…-- dije diciéndole que se detuviera.

-- No me digas que…no puede ser…ahora no…-- dijo Verónica presumiendo saber que es lo que era.

-- No es nada… no os preocupéis de verdad…-- dijo Akiko entrecortada mente parecía que estaba asustada.

-- ¿Pero que es lo que te pasa…? …-- pregunte extrañada viéndola como respiraba y que tenia el miedo en su rostro.

-- Tienes miedo a volar… ¿Verdad…? …¿Por qué no nos lo has dicho antes…? …-- pregunto Verónica con tono de decepción, aunque ya no se podía hacer nada.

-- Si tengo miedo a volar…y no lo dije…por que quería ir con Amanda a Tokio…-- dijo Akiko sonrojada, como si la hubiéramos traído para nada.

-- Cariño no te preocupes…no eres la única que tiene miedo a volar te lo aseguro…pero debías de habérnoslo contado…-- dije intentando calmarla, pero no sabia que podíamos hacer.

-- Tengo una idea…vamos al avión y te dormiré con uno de los conjuros…cuando llegues allí te despertamos y listo…pasaras el vuelo tranquila…al menos podrás venir con nosotras…-- dijo Verónica, por lo menos era una solución a corto plazo.

-- De acuerdo…pero… ¿Puedo agarrarme a tu brazo para ir al avión…? …-- pregunto Akiko tímidamente con una sonrisa en su rostro.

-- Claro no te preocupes…si eso te tranquiliza aquí estoy…-- dije ofreciéndole mi brazo para que se agarrara, por lo menos llegamos al avión pero el rostro de Akiko estaba aterrorizada, era peor incluso que si tuviéramos que luchar contra Aloqua nuevamente.

Por suerte los asientos nos toco continuos y no tuvimos problemas, en cuanto tomamos asiento Verónica le puso la mano en la frente y recito unas palabras en un idioma extraño y enseguida Akiko cerró los ojos y cayó en un profundo sueño.

-- Al menos estará tranquila el resto del vuelo…-- dijo Verónica aliviada, aunque no sabia por la había traído.

Al momento se nos acerco una de las azafatas para ver que le ocurría a Akiko.

-- ¿Le ocurre algo a la señorita…? …-- pregunto educadamente la azafata con una sonrisa en su rostro.

-- No para nada…solo que nos hemos levantado demasiado temprano y esta algo cansada…ha caído muerta de sueño…-- dijo Verónica poniendo una excusa aunque después de todo era la verdad a medias.

-- Si quiere puedo traerles una manta para su acompañante…-- dijo la azafata para que no pasara frió.

-- Muchas gracias nos vendría muy bien…-- dije, por lo menos estaría mas abrigada para despegar.

Al momento regreso la azafata con la manta que le pusimos para abrigarla, mire un poco para ver si había mucha gente pero al parecer no era así, éramos poco mas de veinte personas por lo menos en esta clase.

Pasaron como quince minutos cuando el avión despego, sentí una presión en el estomago incluso tuve que compartir la manta de Akiko estaba helada completamente, no sabia que a estas horas hacia esta clase de frió y mas dentro de un avión, el resto del viaje fue de lo mas tranquilo, a veces aunque me resultaba extraño Verónica me agarraba la mano con fuerza y se me quedaba mirando a los ojos por unos instantes con una mirada muy tierna como intentando hacerme entrar en razón pero ya estaba convencida, pasaron como cinco horas antes de aterrizar en el aeropuerto.

En cuanto aterrizamos golpee la cara suavemente de Akiko para despertarla, al instante abrió los ojos, algo somnolienta.

-- ¿Ya hemos llegado…? …-- pregunto Akiko restregándose los ojos para despertarse.

-- Si, ya hemos llegado…anda vamos…-- dije cociéndola de la mano para ayudarla a levantarse aunque parecía algo mareada.

Al bajar nos dirigimos a la aduana del aeropuerto para sellar los pasaportes solo esperaba que no tuviéramos problemas, al entrar por la terminal pudimos ver que esta si había bastante gente, y eso que era casi de madrugada; el ambiente estaba bastante cargado y por el altavoz se escuchaba las advertencias típicas en varios idiomas, por lo menos al llegar a la aduana pudimos pasarla sin problemas alguno al salir del aeropuerto cogimos un taxi, no supe ni siquiera la dirección que le indicaría Verónica, pero durante el viaje me quede mirando por la ventanilla, era increíble todo estaba lleno de luces y muchísima gente de un sitio para otro, era sorprendente la verdad que siempre me gusto venir de vacaciones o de alguna forma y ahora estábamos aquí y no precisamente por placer, mientras el viaje en el taxi vi como Amanda llamaba por el móvil pero no pude saber a quien era, pensé que seria algo relacionado con la bolsa que llevaba, el final del viaje nos llevo a un hotel de cuatro estrellas.

Verónica pago al taxista y entramos en el edificio, nos dirigimos al recepcionista Verónica pidió una habitación al parecer no estaríamos mucho tiempo en esta ciudad o eso creía, subimos arriba para dejar nuestro equipaje y descansar un poco.

Al entrar vi que la habitación no era muy grande en una de las paredes había una cama de tamaño matrimonio que enseguida Akiko se lanzo de espaldas para probarla, enfrente de esta había un tocador y a su lado un armario empotrado la ventana daba a la calle por la que se escuchaba todo el bullicio de la ciudad.

-- Verónica has estado todo el rato…callada… ¿Pasa algo…? …-- pregunte extrañada por el silencio que había tenido durante todo el viaje.

-- Parece que nos han estado siguiendo…desde que salimos…o eso creo tengo una sensación extraña…-- dijo Verónica nerviosa y apretando el asa de la mochila con fuerza.

-- Bueno tu nos dirás…descansamos o salimos en busca de esa mujer…-- dije proponiendo las opciones que teníamos.

-- Yo quiero quedarme un rato…y descansar…-- dijo Akiko refunfuñando.

-- Te has pasado todo el viaje durmiendo… ¿Y encima quieres dormir más…? …tenemos que salir…aunque creo que darán con nosotras rápidamente…-- dijo Verónica regañando a Akiko por lo que había dicho y algo preocupada.

-- Muy bien vámonos…-- dije intentando animar un poco la tensión que tenia Verónica pero creo que no dio resultado.

Salimos del hotel y empezamos a recorrer las calles tenia que tener a Akiko cogida del brazo para no perderla por la cantidad de personas las, luces me deslumbraban y el sonido me abrumaba, aunque lo consideraba normal no estaba acostumbrada a eso, después de una caminata terminamos en una pequeña china dentro de la ciudad la entrada estaba marcada con la típica puerta de troncos y con el símbolo en la parte superior era una especie de mercadillo a todo lo largo de la calle, empezamos a pasarnos pro los puestos mirando había todo tipo de baratijas e incluso comida, al final de un paseo por ese sitio parece ser que Verónica se fijo en alguien que conocía y empezamos a seguirlo no pude verlo muy bien debido a la cantidad de gente después del paseo terminamos en un callejón poco iluminado y con un olor asqueroso que seguimos hasta el final que dio en un callejón sin salida, solo había una farola al final que nos iluminaba débilmente y a veces parpadeaba.

Enseguida Akiko se puso delante mía como para protegerme lo mismo que Verónica, sabían que algo iba a pasar.

-- Vaya parece que has vuelto… ¿Cuánto tiempo ha pasado Guardián del Cielo…? … -- pregunto una voz masculina desde el otro lado del callejón.

-- Creo que como unos veinte años…-- dijo Verónica que al instante salieron las orejas de zorro eso fue como un reclamo para las orejas de Akiko que al instante aparecieron.

-- Y por lo visto has traído una amiga…interesante… ¿Has traído lo que nos robaste…? …-- pregunto la voz alzando un poco el tono aunque no podía creer que Verónica hubiera hecho algo así.

-- No os lo robe…además no era vuestro…lo sabéis perfectamente…pero ya que lo tengo hagamos un trato…te lo devolveré si nos llevas ante la señora Cuan…-- dijo Verónica proponiendo un trato, al parecer iba a ser esa señora la que hiciera el exorcismo.

-- Vaya encima vienes pidiendo tratos… ¿Dime que tratos tienes con ella…? …-- pregunto la voz con un tono de enfado.

-- Eso es asunto mió…y de ella pero si no lo quieres no tenemos mas que hablar…-- dijo Verónica avanzando para salir del callejón.

Al instante salieron de el varios tipos que parecían los típicos macarras, con bates de beisball, cadenas y demás armas, en especial uno de ellos era de estatura baja, con una mata de pelo largo cogido en una coleta de color rubio lo mas posible tintado, llevaba una cazadora de cuero con varias cadenas colgando en su pecho llevaba tatuado un dragón de color verde intenso, en sus piernas ***** unos pantalones vaqueros de color negro y con agujeros por algunos lados y en sus pies unas zapatillas de deporte de color rojo y blanco y lo que mas temía que en su mano llevase una pistola que apuntaba a Verónica a la cabeza.

Verónica se acerco lentamente hasta ponerse el canon en la frente, un escalofrió recorrió mi cuerpo al ver semejante temeridad.

-- Adelante dispara…sabes perfectamente…que no me harás nada…-- dijo Verónica en tono desafiante.

-- Sabes es cierto…tienes razón la señora Cuan nos lo advirtió por eso mismo te tenemos otra sorpresa…-- dijo el joven señalando a la oscuridad del callejón, de el podían escucharse unos rezos parecidos a los que decía Verónica cuando recitaba sus conjuros.

Al momento vi como una nube de color rojizo salía de su cuerpo y era llevada a la oscuridad del callejón, y como de pronto Verónica caía al suelo como debilitada con el pelo que iba cambiando poco a poco a color blanco.

-- Mis poderes han desaparecido…-- dijo Verónica asustada mientras se miraba las manos y caía al suelo de rodillas.


FIN DEL CAPITULO 4


P.:eek: Bueno aqui os dejo el siguiente cap espero uqe os guste ya me direis :)
 

nanes17

Becerro
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yarina, vengo leyendo la historia desde el comienzo, antes estaba como zikuti pero por motivos ajenos a mi me toco cambiar de cuenta, sigue asi esta muy bueno
 

Yarina

Bovino adolescente
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UNA SEÑORA MISTERIOSA

No podía creer lo que estaba viendo, allí estaba Verónica tirada en el suelo, convirtiéndose en una anciana por momentos, nos acercamos a ella para ayudarla a levantarse, su cara estaba marcada por los años y surcada de arrugas, incluso la poca luz le daba un aspecto que daba miedo.

-- ¿Pero que le habéis hecho…? …Devolvedle su aspecto original…-- dije casi gritando llena de rabia, no podía permitir que siguiera envejeciendo por momentos.

-- ¿Crees que no vendríamos preparados para esto? …ya no es lo mismo verdad sin tus poderes…te presento a un Onmyouji…ha sido casi imposible encontrar uno en esta época, pero la señora Quan estaba segura que nos haría falta…-- dijo el joven dándose la vuelta con aires de superioridad.

-- ¿Eso crees…? …Sabia que pasaría esto… por eso también he venido preparada…-- dijo Verónica sonriendo maliciosamente.

Al momento se escucho un grito desde el otro lado del callejón, el joven miro para saber que es lo que pasaba.

-- ¿Estas bien…? …-- pregunto el muchacho hacia la oscuridad del callejón pero no obtuvo respuesta alguna.

-- Id a mirar que es lo que ha pasado… ¿Quién ha venido mas contigo responde…? …aunque no me hará falta tampoco que lo hagas…-- dijo el muchacho mientras cogía la bolsa y salía corriendo del lugar pero no pudo ir muy lejos enseguida una especie de telaraña invadió el callejón cerrándole el paso y detrás de el empezaron a aparecer arañas.

Enseguida reconocí aquellos arácnidos con un ojo en su espalda, no sabia que la hubiera llamado pero recordé que Aya se encontraba por Tokio.

-- ¿Pero quien demonios ha venido contigo…? …-- dijo el joven con cara aterrorizada apuntando a las arañas del suelo con la pistola, enseguida empezó a disparar fallando todos los tiros y quedándose sin munición, se pudo escuchar seguidamente una especie de grito, el joven alzo la cabeza para ver que era y descubrió sus compañeros envueltos en capullos junto con el hechicero y pegados a la telaraña, también se dio cuenta de algo para lo que no estaba preparado la cara de Aya enfadada, al verla emitió un grito de miedo que resonó en el callejón.

-- ¿Qué…es lo que quieres…? …-- pregunto el joven con voz temblorosa pero con la mirada fija en Aya, mientras esta se relamía para provocarle aun más miedo.

-- De momento dos cosas…una que me devuelvas mis poderes…y otra que me lleves a la señora Quan nada mas…si no te prometo que ni tu ni yo saldremos de aquí…estoy convencida que este hechizo seguirá su curso hasta que muera… ¿Qué me dices hay trato…? …-- dijo Verónica mientras la ayudábamos a levantarse lentamente parecía cada vez mas anciana.

-- Muy bien…devuélvele sus poderes…-- dijo el joven con miedo en su voz.
Enseguida Aya se acerco a uno de los capullos que desato con cuidado, solo pude escuchar la rotura de algo de cristal, y como una neblina rojiza volvía al cuerpo de Verónica rejuveneciéndola casi al instante.

-- Aya bájalo...y abre los capullos pero al hechicero mantenlo en el y tráelo hasta aquí…estaré segura al menos por un tiempo…hasta que solucione todo con la señora Quan…-- dijo Verónica previendo otra posible traición por parte del joven.

-- Vaya cuanto tiempo Aya…-- dije saludándola mientras descendía para llevar al capullo del hechicero tal como el había dicho Verónica.

-- Si eso parece… ¿Qué hacéis por Tokio…? …la verdad que me ha sorprendido bastante…el que hayáis venido…y más aun que Verónica me llamara…-- pregunto Aya extrañada por nuestra venida.

-- Quiere deshacerse de su otra parte…-- dijo Verónica bajando la cabeza y con un tono de tristeza.

-- Amanda eso es una locura…te conozco desde hace un tiempo y no te he visto rendirte… ¿Pero por que lo haces…? …¿Has pensado bien lo que pasara…? …-- pregunto Aya extrañada por mi decisión, no creo que pensara nunca que llegara a hacer esto.

-- Aya lo tengo decidido…al menos dejaran de perseguirnos…y de amenazarnos con eso…no tendrán motivos…también se a lo que me arriesgo, me lo ha explicado Verónica los riesgos y la verdad estoy dispuesta a afrontarlos…-- respondí haciéndole saber que estaba dispuesta a todo.

-- Será mejor que nos dejemos de charlas… y vayamos a ver a la señora Quan cuanto antes… Muy bien llévanos ante ella…y sin trucos…-- dijo Verónica mientras cogía la bolsa del suelo.

-- Muy bien…seguidme…-- dijo el joven mientras empezaba a conducirnos entre las calles del mercado que estaba casi lleno, Akiko se mantenía agarrada a mi brazo mientras miraba de pasada algunos puestos sin perder detalle, tardamos como una media hora entre tanta calle hasta que llegamos a una especie de casa de citas de dos plantas la entrada estaba decorada por varias columnas en las que se enroscaban las imágenes de unos dragones dorado, la entrada tenia una puerta de doble hoja de color rojo abierta dentro podía verse varias mujeres con vestidos chinos muy cortos al parecer la tal señora Quan regentaba un prostíbulo.

Akiko se quedo mirando a las chicas con los ojos abiertos como platos y totalmente sonrojada, es como si estuviera aprendiendo, el ambiente del interior estaba un poco cargado sobre todo por el humo del tabaco pero a nadie parecía importarle había sillones por donde se miraba donde las chicas atendían a los clientes delante nuestra había una escalera que llevaba a los pisos superiores lo mas seguro a las habitaciones para tener un lugar un poco mas privado.

Nos dirigimos hacia la derecha y entramos por una puerta en la que había un hombre bastante corpulento haciendo de guardia, que enseguida nos dejo entrar atravesamos un pasillo hasta llegar a otra habitación un poco mas grande con varios sillones que se suponía que era la zona de espera.

-- Esperad aquí un momento iré a avisarla…y mantén la bolsa lista…-- dijo el joven mientras entraba por la puerta y la cerraba tras de si.

-- Amanda…esto es algo…parecido a nuestro club pero a lo grande al parecer…--dijo Akiko completamente sonrojada por lo que había visto.

-- Si eso parece…pero aquí no creo que den espectáculos como dais vosotras…-- dije intentando encontrar una diferencia.

-- Muy bien…podéis pasar…-- dijo el joven saliendo de la habitación, tenia la extraña sensación de que nos metíamos en la boca del lobo.

La habitación estaba pobremente iluminada parecía que se mantenía en la semi oscuridad, lo que no resulto mucho problema para nosotras de todas formas pudimos ver unas sillas en la entrada y varias figuras de budas y dragones tallados de color blanco al fondo había un escritorio con algunas fotos y atrás de este una mujer de cabello negro liso y largo estaba recogido en un bao en su cabeza y adornado por diferentes abalorios, su cara estaba surcada por arrugas, aunque sus ojos eran muy jóvenes y de un color verde intenso como las esmeraldas estaba vestida por una especie de kimono de color negro surcado por líneas de color dorado sus manos eran las de una anciana pero sin embargo sus uñas eran muy largas y en su boca fumaba una pipa china bellamente decorada.

-- Vaya la Guardiana del Cielo…cuanto honor que hayas venido…-- dijo la señora Quan mirándonos con ojos de sorpresa, aunque más bien era simulada.

-- Será mejor que no habléis…a menos que se os pida…Saludos señora Quan…siento haberos robado…-- dijo Verónica haciendo un saludo al mas puro estilo oriental mientras le ofrecía la bolsa y bajaba la cabeza.

La señora Quan abrió la bolsa lentamente como si de un tesoro se tratase, metió las manos lentamente y saco una escultura echa en jade con forma de dragón exquisitamente tallado en su interior había como una especie de luz danzante que hacia como si la escultura tuviera vida propia.

-- Ahhhhh, el Dragón de Jade al fin de vuelta en su sitio…No dejaste que lo cogieramos la primera vez… ¿Por qué lo traes ahora…? …-- dijo la señora Quan, colocando la figura en una de sus estanterías, con mucho cuidado.

-- Necesito que me hagáis un favor…es muy importante para mi…y para mi amiga…-- dijo Verónica apartándose del sitio.

-- He olido algo extraño desde que entraste…y me pareció muy raro… ¿Y que es lo que quiere tu amiga…? …-- dijo la señora Quan poniéndose delante de mí.

-- Lo que quiero es que me… separe de mi parte de Nekomata…-- dije con voz temblorosa, mientras le miraba a los ojos pude ver como en su interior un fuego, aunque creí que era mi imaginación haciendo de las suyas.

-- ¿Sabes lo que te puede ocurrir…si esto falla…? …-- pregunto la señora Quan mirándome como si quisiera averiguar que de verdad tenia algo dentro de mi.

-- Si Verónica me ha dicho…lo que me podría pasar…podría morir…-- dije reuniendo todo el valor del que disponía.

-- Eso seria lo menos importante…lo que no te ha dicho la Guardiana del Cielo…es que podrías sucumbir a la corrupción que existe en tu interior…he olido que también tienes un aroma a succubus muy especial…Así que tu decides… ¿Quieres aun que separe al Nekomata de tu interior…? …-- dijo la señora Quan con la mirada fija en mí, esperando la respuesta, en ese momento incluso el humo de su pipa me molestaba.

Mire de reojo a Verónica esta seguía inmóvil con la cabeza bajada, y mire a Akiko que permanecía quieta pero mirando hacia todos lados, lo que me acaba de decir la señora Quan me hizo dudar por un momento, no sabia que hacer pero pensé que si podía quitármelo todo de encima no me importaría.

-- Si…quiero hacerlo…quiero separarme de él…-- dije mientras tragaba saliva, y con tono algo asustado.

-- Muy bien si ese es tu deseo…acompáñame…-- dijo la señora Quan mientras movía uno de las figuras que allí tenia, al instante una de las paredes se movió dejando ver una escalera que descendía, era algo estrecha solo podíamos en fila india, las paredes eran piedra tallada con dibujos de dragones e iluminado por antorchas.

-- ¿Me podrías explicar cuando me dirías…lo de la corrupción…? …-- pregunte a Verónica con un tono de enfado por haberse callado eso.

-- Lo siento no quería meterte mas presión…además te vi tan decidida que no creo que te echases atrás…y no creo que me equivoque…-- dijo Verónica, y estaba en lo cierto no me hubiera echado atrás de ninguna forma.

-- Muy bien y a propósito… ¿La guardiana del Cielo…? …¿Y ese dragón de Jade…?…-- pregunte con curiosidad de todas las cosas que me había enterado.

-- Lo de Guardiana del Cielo…es demasiado largo para que te lo cuente…y lo del Dragón de Jade…es otra historia solo te diré que tuve que esconderlo…por un tiempo…estaba aliada con la misma banda pero diferentes personas hace tiempo cuando yo era joven…robamos una hacienda…que no estaba lejos de un templo dedicado a una diosa de los gatos…pero ya te contare esa historia en otro momento…-- dijo Verónica recordando su pasado, que por lo visto no había sido siempre una buena persona.

Cuando termino de contarme esto llegamos a una puerta de metal, la cual la señora Quan abrió haciéndola chirriar, al entrar me fije que no era muy grande, estaba iluminada por antorchas y tenia un ligero aroma a incienso el suelo era de una piedra negra surcada por símbolos extraños en formas de círculos concéntricos, que eran de un color verde apagado.

La señora Quan se sentó al fondo de la habitación y me señalo el centro de la misma, índico a Verónica que encendiera las barras de incienso una en cada círculo de palabras, al terminar se pusieron detrás de la señora Quan.

Pasado un momento empezó a hacer símbolos extraños con sus manos como los que hacia Verónica con sus conjuros, aquellos palabras extrañas tomaron un color vivo casi se podría decir que se habían iluminado el olor a incienso se hacia cada vez mas fuerte, mi cuerpo empezó a convulsionar muy lentamente primero la mano y seguidamente los brazos y las piernas, encima mía se formo una imagen de una especie de gato gigantesco de color negro intenso con orejas largas y prominente mandíbula, en donde se suponía que tenia los ojos había luces de color rojo y en su frente otra mas, empezó a rugir aquel sonido inundaba la sala, como si aquella bestia se quejara de que fuera sacada de mi.

-- No me dijiste que era un Senri…esto será más complicado de lo que piensas…-- dijo la señora Quan, mientras podía ver en su rostro la dificultad que le estaba costando.

-- ¿Un Senri…? …Eso es imposible…es un Nekomata normal y corriente…-- dijo Verónica asustada pero sus palabras también me pusieron mas nerviosa mientras mi cuerpo temblaba, de golpe una descarga de energía como si fuera electricidad recorrió mi cuerpo haciendo me gritar de dolor, pude ver como Akiko intento lanzarse para ayudarme pero fue detenida por Verónica.

-- ¿Se puede saber a donde vas…? ... Ni se te ocurra moverte entiendes si le llegara a pasar algo yo seria la primera en detener esto…-- dijo Verónica advirtiéndoselo a Akiko, esta se quedo quieta completamente preocupada de lo que me estaba pasando incluso pude ver como comenzaba a llorar y que con cada grito mío cerraba los ojos.

-- Al parecer…el supuesto nekomata ha evolucionado…habéis tenido…alguna pelea con algún ser sobrenatural… ¿O contacto con la magia recientemente…?... – pregunto la señora Quan con cara de esfuerzo y con un tono de dificultad.

-- Si hemos tenido una pelea contra un demonio…y según ella…tenemos otro rondándole…-- dijo Verónica sin apartar su mirada mientras mi cuerpo era surcado por la electricidad y mis gritos se escuchaban en la sala, podía ver como aquella bestia se resistía a salir de mi interior, mientras rugía de manera desesperada.

Solo se que en un momento perdí la consciencia y me vi en un espacio completamente oscuro, poco a poco fue haciéndose la luz entonces contemple el tétrico paisaje que no era muy halagüeño, en el suelo había calaveras y huesos por doquier, las montañas del fondo parecían escarpadas completamente y el cielo tenia un color rojo sangre que casi me hacia vomitar no había nadie a la vista pero enseguida pude escuchar el caminar de unas patas, haciendo crujir los huesos del suelo.

Observe como hasta a mi se acercaba aquella especie de Nekomata pero de un tamaño mucho mas grande del que había pensado, cuando llego a mi altura me olfateo un instante.

-- Así que tú eres…mi portadora… ¿Por qué quieres librarte de mí…? …Acaso no te he ofrecido dones que otros matarían por tenerlos…-- dijo aquella bestia, aunque ya de por si me sorprendió de que pudiera hablarme.

-- Vaya al fin te conozco…es verdad me has ofrecido dones que cualquiera estaría encantado de tener…pero yo no los quiero si con esos dones…me persiguen e intentan matarme…si librándome de ti consigo que me dejen en paz lo haré…-- dije mirándole a los ojos mientras empezaba a moverse a mi alrededor.

-- Y que piensas de todos los demás…como de Rubí, o Verónica, incluso Akemi gracias a mi poder pudiste salvarlas de Aloqua… ¿Vas a dejar a tus amigas…incluso a tu propia familia indefensa para lo que se aproxima…? …-- dijo el Senri haciéndome recordar lo que habíamos pasado juntas pero tenia razón gracias a el pude defenderlas, sus palabras empezaban a calar en mi, pero en este momento no podía echarme atrás.

-- Tienes mucha razón…y te estoy completamente agradecida por ello…pero también si no hubieras aparecido hubiera seguido con mi vida normal…ningún demonio hubiera aparecido…y se que si desapareces ya no habrá mas motivos para que vengan por mi…-- dije pensando egoístamente pero en ese momento no sabría que llegaría arrepentirme de lo que había dicho.

-- Muy bien si ese es tu deseo…pero recuerda lo que te digo…volverás por mi…para pedir mi ayuda…y no seré tan magnánimo como ahora…-- dijo el Senri una vez hubo terminado de hablar fue desapareciendo por completo, el paisaje fue oscureciendo y yo comencé a cerrar los ojos nuevamente.

Al abrirlos observe que estaban a mi lado Akiko y Verónica ambas con cara de preocupación.

-- ¿Cómo te encuentras…? …-- pregunto Akiko, nada mas que me vio abrir los ojos, aunque los suyos estaban llorosos y de color rojo por las lagrimas.

-- Me siento algo mareada…pero es como si me hubiera librado de un peso de encima…me siento mas…no se como explicarlo…-- dije como si hubiera desaparecido la parte oscura de mi alma.

En ese momento Akiko me abrazo fuertemente llorando aun, al parecer le había afectado aquello, y no quería soltarme.

-- Venga Akiko tranquila…ya paso todo y estoy bien…-- dije intentando calmarla, mientras ella seguía sollozando.

-- No quiero que vuelvas a pasar por esto…me tenias muy preocupada…-- dijo Akiko mientras me soltaba y se secaba las lagrimas.

-- Bueno al menos todo ha salido bien…ya tienes al nekomata fuera…solo espero que no tengamos que arrepentirnos de todo esto…-- dijo Verónica con tono entre tristeza y enfado al parecer no estaba muy contenta con todo aquello.

-- Me alegro que haya funcionado…ahora bien…he logrado encerrar al Senri…en una urna con la ayuda de Verónica…el problema es que solo una virgen puede llevarlo…-- dijo la señora Quan enseñándonos la urna que lo contenía, no era muy grande de color marrón y llevaba uno de los sellos de Verónica en su exterior.

-- Sabia que nos harías falta Akiko…si pudieras cogerla…y llevarla al hotel…no tardaremos mucho además afuera esta Aya te puede guiar…-- dijo Verónica, al parecer traer a Akiko ya lo tenia planeado desde un principio.

-- Os esperare en el hotel…-- dijo Akiko mientras cogía la urna y salía de la habitación.

-- Muchas gracias señora Quan…me ha hecho un gran favor…-- dije saludándole de la misma forma que había visto hacer a Verónica.

-- Ahora solo cabe esperar unos días…para estar segura…de que la corrupción no te ha afectado y todo estará bien…-- dijo la señora Quan con un tono de desconfianza.

-- No se preocupe estoy segura de que no me habrá afectado…a propósito quiero hacer una cosa para celebrarlo… ¿Podría dejarnos una habitación de arriba…? …-- pregunte casi sonrojada por lo que tenia pensado me habían entrado ganas de pronto.

-- ¿Pero para que quieres una habitación ahora…? …No será que tienes ganas de…-- pregunto Verónica mientras le cogía la mano, por lo menos entendió enseguida que es a lo que me refería.

-- Claro no hay problema…podéis subir…-- dijo la señora Quan con una sonrisa casi lasciva.

Me apresure cogiendo de la mano a Verónica a salir de allí subimos la escalera a toda prisa no sabia que es lo que me pasaba tenia el cuerpo encendido es como si me ardiera por dentro, en ese momento solo quería estar con Verónica de la manera mas salvaje posible para celebrar aquello.

Al abrir la puerta vi que era una habitación bastante amplia de color rojo, la cama tenia aun forma redonda y sus sabanas eran del mismo color, al fondo había un armario y en la mesita podía ver algunos arneses, de varios colores y uno que llamo especialmente mi atención, era doble pero ahora mismo poco me importaba lance a Verónica en la cama, salte encima de ella como si de mi presa se tratase empecé a besarla con pasión mis labios se juntaron a los suyos de una forma increíble, casi metí mi lengua en su boca de golpe, empecé a moverla salvajemente, quería saborearla tragarme su saliva sentir su calor en mi boca, así estuve un buen rato cuando separe los labios un hilo de saliva de color plata los unía mi pasión se encendió de sobremanera, casi llegue a arrancarle el jersey que tenia pero ella se lo subió, mi mirada se poso en sus pechos esta vez no llevaba sujetador, mi boca se aplico a uno de ellos pasando mi lengua por su pezón que empezó a ponerse duro como una piedra en ese momento mi mano se aferro al otro y comenzó a masajearlo pasando mis dedos por su pezón apretándolo, incluso pellizcándolo podía escuchar los gemidos de Verónica que inundaban la habitación, cada vez que los escuchaba me enardecían mas, en un momento deje de chupar aquellos maravillosos pechos ya podía notar incluso el sudor en su piel e puse de rodillas y empecé a quitarme la blusa a toda prisa un poco mas y casi llego a arrancarme los botones mientras que Verónica por su parte empezó a desnudarse le dije que se quedara con los botines que me encantaba por su parte ella me dijo que me quedara con el tanga, me volví a lanzar pero esta vez sobre su abdomen que comencé a bajar rápidamente besándolo mientras mis manos jugaban con sus pechos y sus pezones quería seguir escuchando sus gemidos aquélla música celestial, baje rápidamente con la lengua Verónica la verme separo las piernas y me dejo ver su sexo enseguida me amorre a el chupándolo con desenfreno, pase mi lengua por su clítoris inflamado completamente rojo mientras empezaban a salir sus flujos en seguida puse mi lengua dentro de ella moviéndola con furia sintiendo su sabor salado, mientras una de mis manos bajo hasta su sexo para apretar su clítoris con mis dedos en ese momento verónica profirió un grito de placer, al parecer no se esperaba eso pero yo seguí con lo mío deleitándome con el sabor de su sexo mezclado con mi saliva para mi era un autentico manjar, sentía como sus caderas se movían hacia delante y hacia atrás, note incluso como su mano se apoyaba en mi cabeza enredándose en mi pelo y sujetándomela con fuerza, me atraía hacia su sexo eso me encantaba, ella no quería perderse ni un solo segundo de ese placer que estaba recibiendo ni yo de sus gemidos, en un momento note como su cuerpo se tensaba los músculos de su sexo aprisionaban mi lengua, pero en vez de quedarme quieta lo que hice fue sacarla y meter mis dedos en su sexo lentamente sintiendo cada centímetro de su profundidad húmeda y caliente una vez los tuve dentro empecé a moverlos todo lo deprisa que pude

El movimiento acelero su orgasmo, en ese momento Verónica emitió un grito que quise acallarlo con mi boca que se poso en sus labios mientras mi mano seguía moviéndose todo lo rápido que podía proporcionándole el mayor orgasmo de su vida, enseguida note mi mano mojada, caliente y pegajosa y pude observar su rostro que era de felicidad plena con los ojos cerrados, disfrutando de aquello, aun después de haber llegado al clímax podía sentir las convulsiones involuntarias de su sexo aprisionando mis dedos, también observe como aquellas orejas de zorro y las colas habían aparecido.

En cuanto Verónica abrió los ojos, pase los dedos mojados en su flujo por mi lengua saboreándolos de manera provocativa, como si quisiera más.

-- Vaya al parecer…tenias muchas ganas…ufff…que maravilla…pero veo que …tienes ganas de mas…-- dijo Verónica medio jadeando mientras se levantaba e iba a la busca de aquel consolador, que enseguida se coloco en la cintura, se fue acercando a mí despacio contoneándose, en cuanto la tuve delante, lo cogí entre mi mano aun húmeda y empecé a moverla como si fuera de verdad mojándolo con sus flujos y lubrificándolo bien, en cuanto termine me di la vuelta para que pudiera verme bien y aparte el tanga, para que tuviera una visión mejor de mi trasero y de mi sexo que abrí con mis manos, mostrándole todo mi interior.

-- Adelante, métemelo quiero sentirlo dentro…-- dije casi groseramente no podía creer que aquellas palabras hubieran salido de mi.

Verónica apoyo la cabeza de aquellas cosas y poco a poco fui sintiendo como se abrían paso dentro de mi interior como si quisieran su espacio y al final lo consiguieran, eran bastante gruesos y largos creía que nunca terminarían de entrar pero note como el abdomen de Verónica rozo mi trasero, seguidamente empezó a moverse de manera lenta y pausada, al principio sus manos se agarraron a mi cintura, pero no por mucho tiempo puesto que se dejo caer encima mía para que sintiera sus preciosos y enormes pechos en mi espalda y como sus pezones estaban duros como piedras, me abrazo por debajo de mis pechos con fuerza mientras ella seguía moviendo sus caderas entrando y sacando aquellas dos cosas de mi interior mis gemidos empezaron a aumentar de tono mientras sentía el bamboleo de sus pechos sus colas empezaron a pasar suavemente por los mis pezones provocándome un placer indescriptible, y en un momento sus acometidas empezaron a ser mas fuertes, mis gemidos subieron de tono mientras sentía como entraban y salían al unísono de mi, sus colas se movían a la par aquello me encantaba era toda una delicia que no quería que acabase, su movimiento era casi diabólico, estaba muy excitada y mis flujos ya salían de mi sexo mojándome los muslos sentía el calor invadirme el tener a Verónica encima mía me hacia desearla mucho mas, Verónica empezó a pegar acometidas cortas que sentía en las puertas de mi útero golpear, mis gemidos ya eran casi alaridos que no se apagaban con sus labios quería gritar y que todo el mundo se enterase que me gustaba, en una de esas acometidas Verónica lo introdujo hasta le fondo y mi cuerpo, este se tenso de sobremanera, una oleada de calor me invadió, y un grito inundo la habitación, sentí los flujos del orgasmo como al caer sentía su calor en mis piernas era delicioso no pude mas que volver la cabeza y sentir un beso suave de Verónica en mis labios mientras caía rendida en la cama con ella encima y aquellas cosas en mi interior.

Verónica se giro, sacando aquellas cosas de dentro de mí a la vez que profería un pequeño grito de placer como cierre final aquella sesión de sexo salvaje.

-- Woow…ha sido magnifico…una maravilla…-- dije mientras cogía la mano de Verónica, y veía como aquellas cosas estaban relucientes y brillantes por mis flujos, su hubieran sido reales me hubiera lanzado a chuparlas y lamerlas, no se pro que pero estaba como desatada y nunca había estado así, es como si todo lo que hubiera estado reteniendo se hubiera soltado de golpe, aunque me gustaba estaba algo asustada.

Nos quedamos así un momento jadeando después de aquello y mirándonos tiernamente mientras la cogía de la mano.

-- Será mejor que, nos vistamos…Akiko debe de estar esperándonos en el hotel y ya debe de estar preocupada además…tenemos billetes para salir mañana y temprano…-- dijo Verónica mientras se desataba aquel arnés y comenzaba a vestirse, mientras lo hacia me quede contemplándola por un momento su precioso cuerpo pero algo rellenito era una maravilla, quería deleitarme con sus curvas y movimientos.

-- Si tienes razón es mejor irse…sabes me siento muy bien de verdad…es como si me hubiera quitado un peso de encima y me sintiera mas tranquila…-- dije auto convenciéndome que era así con tono alegre.

-- Ahora solo esperemos…que la corrupción no te haya afectado…-- dijo Verónica con tono algo preocupado mientras seguía vistiéndose.

-- No te preocupes…no pasara nada además ya no podrán venir a por mi no tiene sentido…ni si quiera ese demonio…-- dije intentando mirar el lado bueno de las cosas y pensando en que no me hubiera afectado todo aquello, enseguida empecé a notar un olor nauseabundo, que invadía lentamente la habitación. En cuanto Verónica se giro para verme pude observar como sus ojos estaban rojos por completo casi ni el veía la pupila, no se si me estaba hablando, pero su voz resultaba grotesca y la habitación me daba como vueltas estaba como transformada cada objeto parecía algo bizarro al verlo, no pude mas que retroceder unos pasos tropezando con la cama y cayendo en ella mientras intentaba acorralarme contra el cabecero de esta y taparme los ojos.

-- Noooooooo, aléjate…ya no tengo nada que te interese…no puedo ofrecerte nada… -- dije casi gritando por el horror que había contemplado.

-- Amanda te encuentras bien…soy yo Verónica…abre los ojos…no te preocupes no pasa nada…-- dijo verónica con tono amable aunque a mí me pareció grotesco casi inhumano, pero pude sentir sus manos en las mías para apartarlas de mi cara.

En cuanto las aparte pude ver el rostro de Verónica normal y corriente, toda la habitación había recuperado su aspecto normal y estaba tal como siempre.

-- ¿Qué es lo que quiere de mi…? …No tengo ya nada…-- dije casi llorando, mientras me abrazaba a verónica y esta me acariciaba la cabeza, dándome consuelo.

-- No lo se tendremos que averiguarlo…pero te aseguro que lo haremos…-- dijo Verónica asegurándome que lo averiguaría, no se como pero sus palabras hicieron que me tranquilizara.

Me vestí todo lo deprisa que pude para salir de aquel sitio, al abandonar el lugar la calle tanto los sonidos como las luces ya no eran tan brillantes, era como si todo tuviera un color un poco mas apagado incluso las zonas oscuras me parecían mas tenebrosas que de costumbre, estuvimos un rato andando por el mercado, mirando algunas cosas y comprando recuerdos para las chicas, algunas pulseras y abalorios que estaba segura que les gustaría, una vez hechas las compras nos dirigimos al hotel para descansar un poco, al llegar a la habitación vi que allí estaba Akiko mirando pro la ventana con la urna en una mesita.

-- Al fin habéis regresado… ¿Qué habéis hecho para tardar tanto…? …-- pregunto Akiko y la verdad no me gustaría tener que decirlo lo que habíamos estado haciendo de verdad para no ponerla en un aprieto.

-- Bueno…-- dije casi con miedo pero por suerte Verónica me interrumpió la frase.

-- Hemos estado comprando…algunos regalos para las chicas aquí tienes el tuyo…-- dijo Verónica mientras le ofrecía un paquete, que era una especie de pulsera con unos símbolos tallados en pequeños cuadraditos de madera.

Por suerte esta vez me había salvado aunque no era toda la verdad.

-- Gracias…-- dijo Akiko tímidamente y sonrojada mientras se acercaba a mí para darme un beso y seguidamente salio al balcón y empezó a jugar con sus dedos.

-- De nada…me alegro que te guste…-- dije contenta por que le hubiera gustado eso, era extraño pero cada vez que me besaba era como un pedacito de cielo.

-- Bueno será mejor…que descansemos un rato, tendremos que coger el avión pronto…-- dije intentando descansar un poco mas de aquella sesión que había tenido que aun estaba algo desfallecida.

A continuación me lance en la cama de golpe y Akiko se sentó a mi lado, lo único que pude hacer es conseguir que se tumbara a mi lado y abrazarla fuertemente para intentar que se le fuera la timidez, al verla podía contemplar su carita como un tomate no sabia lo que hacer ni siquiera hablar parecía que las palabras habían abandonado su garganta así que opte por un medio mucho mas directo, para que se soltara un poco.

-- Sabes estoy segura de que tienes una cosa…-- dije como haciéndole una pregunta y levantar su curiosidad.

-- ¿Qué… tengo el que…? … -- dijo Akiko ruborizada y con los colores subidos. A su linda carita.

-- Cosquillas…-- dije en tono juguetón mientras intentaba buscarle las cosquillas y de inmediato lo conseguí no sabia ni siquiera que tuviera tantas, por un rato estuve haciéndolas y escuchando su risa contagiosa y alegre me parecía un encanto y una maravilla como un regalo para los oídos.

-- Bueno venga…dejaos de cosquillas y descansad el viaje será largo…y es mejor reponer fuerzas…-- dijo Verónica mientras se acomodaba en la cama con nosotras para descansar un poco.

Aquello Akiko lo tomo como una especie de reto que hizo que se abrazara a mí para dormir como reclamándome para ella, cosa que me pareció encantadora.

-- Aguafiestas…-- dije casi refunfuñando, pero enseguida me acomode para descansar algo, la verdad es que tenia mucha razón y yo sobretodo necesitaba descansar.

Creo que pasaron como unas cuatro horas cuando Verónica nos despertó, estaba casi amaneciendo.

Me desperece lo que pude y suavemente zarandee a Akiko para que se despertaba pero parecía una dormilona no quería hacerlo, estaba demasiado a gusto así.

-- Venga Akiko que tenemos que irnos…no te me hagas la remolona y arréglate un poco y recoge la vasija…-- dije intentando hacerla reaccionar y que se espabilara.

Pero al verla me daban ganas de volver a meterme en la cama y seguir abrazada a ella, cuando logro despejarse un poco pude ver la cola de gata dando vueltas de un sitio a otro como si tuviera vida propia y lo típico de una oreja levantada y otra caída era una preciosidad.

Pero no teníamos tiempo para eso, ya que Verónica no hacia mas que darnos prisa, por suerte, salimos con tiempo y pudimos coger un taxi a tiempo, al menos de vuelta no llevaba aquella bolsa oscura así no tendríamos mas problemas con la aduana.

Llegamos demasiado justas de tiempo, embarcamos y otra vez Verónica tuvo que dormir a Akiko para que pudiéramos volver, por suerte la azafata no el dijo que tuviera que guardar la vasija en el porta equipajes y pudo llevarla encima, al menos durante el viaje pudimos descansar un poco mas acurrucadas con la manta, el viaje fue bastante largo así que llegamos de noche, no había mucha gente en el terminal, cogimos un taxi y me dirigí a mi apartamento, mientras que Verónica y Akiko se marchaban al club para descansar.


FIN DEL CAPITULO 1

P.:eek: Bueno lo siento por la tardanza pero es que ando algo depre la verdad o desanimada aqui teneis el siguiente cap muchas gracias a todos. :)
 
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