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Confesiones del Lecho de Muerte - Parte IV -

cargov

Bovino adolescente
Registrado
28 Abr 2009
Mensajes
91
Gracias a los que me animaron a seguir escribiendo… y mil disculpas por los errores de redacción; estamos tratando de mejorar día a día…

Continuando ahora sí con el relato…

Mi madre cada día más enferma, y yo a su lado, por dos razones, una porque a pesar de nuestras diferencias momentáneas, es mi madre. Y la segunda, por saber más de su historia, que dada vez se ponía más interesante e iba atando cabos del porqué de algunas cosas que antes no comprendía.

Sabes, dijo mi madre… desde ese día en particular, fui una mujer diferente. En pocos días fui irreconocible, incluso para ti… Yo se que tú siempre sospechaste que yo le era infiel a tu padre. Lo que nunca supiste, fue con cuantos hombres le fui infiel…

Recuerdo, como a la semana de haberme prostituido por primera vez (si porque esta vez cobre dinero y anteriormente fue gratis, por puro placer) una tarde como a eso de las tres, llegó Teresa a buscarme a la casa; y tú la recibiste sorprendida, y con razón… ella y yo, nunca nos llevábamos bien. Pero ese día fue muy diferente para ti. La pasé adelante y a ti te mande a comprarte la blusa que me habías pedido ese día cuando viniste del colegio, y yo te había dicho que no.

Cuando te fuiste – a lo que yo agrego que nunca paso, pues me quedé detrás de la casa tratando de ver que se traían entre manos – nos fuimos con Teresa al dormitorio; ella me dijo que tenía unos amigos a los cuales le habían hablado muy bien de mí y que querían probar a la zorra nueva. Sonreí y dije… ¿Ya me consideran Zorra? Claro; por eso quiero enseñarte a ser una de las mejores. Tienes mucho talento, me dijo, mientras que una de sus manos tocaba una de mis tetas y la otra daba una fuerte nalgada a mi redondo y durito culo.

Ella llevaba un paquete, del que sacó varias tangas diminutas; algunas transparentes y otras con aberturas a la altura de la vagina. A fin de no tener necesidad de quitártela o de que te la quitaran. Eran las siempre listas. Esto es lo que debes usar… Ya no esos bikinis de golosa reprimida. Y si es posible, es mejor que no traigas nada de nada. Solo la ropa exterior. Y colocó todas las prendas en medio de la cama.

Quítate la ropa que cargas ahorita. La vi seriamente. –Si – dijo Teresa. Desnúdate quiero ver cuál de todas te queda mejor. Debo reconocer, que necesitaba del alcohol, pues no me animaba a desnudarme frente a Teresa solo así por así. ¿Qué paso? ¿Ya te arrepentiste? ¿Quieres ser solo una puta solapada?
Eso como que pega en el orgullo. Pues inmediatamente, deje caer toda mi ropa.

Perfecto dijo Teresa. Ahora que estas desnuda, inclínate en la cama y escoge; coloque mis rodillas en la orilla de la cama y me incliné a tomar una prenda que me llamó mucho la atención. Una tanga de encaje blanco (el blanco, el negro y el rojo son mis colores favoritos) transparente, que tenía una pequeña moña enfrente, que unía parte de la abertura que quedaba a la altura de la vagina. Cuando tomo la tanga. Siento como su mano toma con firmeza mi vagina. Eso me hizo temblar… Pues Teresa tiene fama de bisexual.

Se ve muy bien… y creo, que se ha de sentir mejor. ¿Qué crees?, me limité a sonreír. De tetas no estás nada mal tampoco. Se ve que están bien duras, debido al poco uso… Que desperdicio, la verdad. Pero eso lo vamos a arreglar.

Ahora ponte la tanga que escogiste y toma alguno de tus trajes de señora decente – mientras sonríe sarcásticamente - Quiero ver cómo te veras para esta noche… ¿Esta noche? Si… Ya te dije que les has gustado a mis amigos, que estos han hablado muy bien de ti. Y varios te quieren conocer. Pero hay uno que aunque no lo creas, paga toda una noche contigo. Pero no te apures, le explique de tu pequeño gran problema (refiriéndose a ti; puesto que sabía que si no me veías toda la noche me delatarías) y paga bastante; por el tiempo que tu le puedas dar.

Saque un traje tipo sastre (para los que no conocen que es les diré que es un traje que lleva una blusa blanca de seda, un saco tipo oficina color gris y una falda tallada del mismo color; además de medias con su respectivo ligero color negro o gris) me lo coloque. E inmediatamente Teresa dijo, solo te faltan unos lentes, para pasar por esas secretarias que he visto en las películas porno.

Me quedé con cara de esas cuales son… Ah, es cierto… no sabes qué es eso, pero te lo mostraré otro día.

Creo que él quedara encantado. Veo que tienes mucho futuro. Inmediatamente Teresa se fue al baño y salió en bata, pero tenía un bulto, que le saltaba en la bata a la altura de las piernas. Muy bien… muy bien… ahora me toca a mí sacar un poco más que solo plata.

Quítate el saco, asustada, pero con armonía de saber que haría me quité el saco. Ahora desabotónate la blusa a la altura de las tetas. Y déjalas al aire. Como si ella tuviera un control remoto y solo con decir, actuaba sin chistar.

Perfecto, así deben ser las Zorras complacientes… obedientes… Perfecto… Ahora baila para mí y te quitas la falda lentamente. Comencé a mover mis caderas y a agitar mis pechos. Mientras trataba que mi falda cayera lentamente.

Cuando quedé solo en blusa (con las tetas de fuera) y en tanga… Se sienta en la cama y se quita la bata. La veo sin sostén y con algo nuevo para mí… Es una tanga negra, que en el área de la vagina tiene un pene de hule, negro, grueso y largo. No te angusties me dice… No solo tu gozaras, mientras se hace a un lado una parte de la tanga, para que pueda observar que ella tiene un pene de hule, dentro de su vagina también.

Me hizo la seña de que me debía arrodillar; lo hice e inmediatamente me toma la cabeza a fin de que mamara el pene de hule. Para mí no tenía nada de excitante, pero por alguna razón hacía lo que ella me decía. Creo que estuve un buen rato mamándole. Hasta que me paró y me sentó entre sus piernas.

Es increíble como ese pene de hule, al in entrando pudiera hacerme sentir sensaciones tan inimaginables. Soy honesta al decir que gocé bastante ser follada por Teresa. Me hizo cabalgarla, me colocó de perrito; me tumbó en la cama e hizo que levantara mis piernas, hasta que mis rodillas tocaran mis tetas; mientras ella continuaba penetrándome con fuerza y a la vez con ternura. Sus manos en todo momento, acariciaron mis tetas y mi rostro. En un instante de excitación… llegué incluso a decirle “Te amo”.

Cuando terminamos de hacer el amor… pues eso no fue sexo… nos bañamos juntas. Cuando nos estábamos cambiando; me comenta que quién había pagado por tener sexo conmigo era un compañero de trabajo de tu papá.

¿Te asusta? Me dijo Teresa. No dije rápidamente… Ya no soy la misma… ahora vivo la vida al son que me toque… o al pene que me coloque… Me gustas dijo Teresa.
Es más le dije… Que no sea esta noche… dile, que un momento no va a bastar. Que mañana si puedo darle toda la noche que él necesita… es más… le voy a ahorrar el hotel. Lo espero aquí en mi casa. En serio dijo Teresa sorprendida… ¿en tu casa? Y ¿toda la noche? ¿Cómo vas a hacer con tu hija?

Me las inventaré… dile, que espere un día más… que va a valer la pena…. Ya que va a salir hasta con dolor de pene…

Después de platicar de esto y de algunos detalles de mi segundo trabajo como prostituta, Teresa se fue, sonriendo y muy ilusionada, ya que sabía que ella también lograba plata y un gozo.
 

Arahel

Bovino adolescente
Registrado
30 Sep 2009
Mensajes
75
Perfecto!!! Soy el primero en comentar!!!! Gracias por compartir!!!! Espero más relatos
 

hugopo

Bovino adolescente
Registrado
28 Abr 2014
Mensajes
68
Esta muy buena la saga. Espero q sigas con mas. saludos
 
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