Welcome!

By registering with us, you'll be able to discuss, share and private message with other members of our community.

SignUp Now!

Confesiones del Lecho de Muerte - Parte III -

cargov

Bovino adolescente
Registrado
28 Abr 2009
Mensajes
91
De antemano... gracias por los comentarios en los relatos anteriores... aunque 2 en el primero y mas de 2mil vistas y 4 en el otro... que poca... Hasta creo que soy una pésima escritora.

Sé que metí la pata en una parte del segundo relato... y lo acepto... Por eso les escribí el tercero...

espero este si les agrade y espero ver mas comentarios.

Saludos



Como vez, cada día me iba metiendo en más problemas, según lo percibía desde el punto de vista de una señora casada. Pero desde el punto de vista de una Zorra tratando de ser libre; no creía que era problema… El problema era no seguir adentrándome más en asuntos lascivos y lujuriosos.

Al otro día por la mañana, me levante un poco tarde… Tú ya te habías ido a estudiar… Después de desayunar, me puse a meditar sobre mí actuar… No era el correcto… Pero ya estaba metida hasta el copete… A estas alturas ya era una adultera – para decirlo con clase –

Pero no podía negarme, que en el fondo deseaba seguir y experimentar todas esas cosas, que solo escuchaba a las demás amigas. De las cuales solo ponía cara de enojo cuando me decían - anímate, eres joven… goza –

Tenía en mi mente una gran confusión, tenía la seguridad de un hogar económicamente estable, un apellido de prestigio (aunque eso no te llena el vacío de otro lado…) y la posibilidad de perder todo eso te asusta. Que podía hacer me pregunte… Por lo que de inmediato se me vino el deseo de querer preguntarle a Teresa los pros y los contras de la vida que según yo debía seguir si era descubierta siendo infiel (o en el fondo, deseaba seguir).
Puesto que ella era ya una profesional.

Desayune lo más rápido posible, me vestí normal y decente para ir a su casa. Observé bien para todos lados, para que no me vieran; ya que ella tenía fama, de que también tenía relaciones con mujeres… Cuando le toco la puerta, ella no responde… Al fondo percibo unos gemidos, que me hacen de inmediato regresar a la casa e intentar volver en otro momento.

Eso es como un golpe de suerte; pues a los pocos minutos de estar en casa, llega tu padre. Como ya es costumbre, al regresar de una larga jornada, tenemos sexo… Pero nada excitante. El misionero y allí nomás. Solo sexo vaginal, pues él no siente que sea decente el sexo oral. Pasé toda la semana, como leona enjaulada, pues tu padre no salía a ningún lado. Y cuando por fin decidía salir, me pedía acompañarlo. Por lo que David no tuvo oportunidad de acercarse a la casa. Y tu padre no le llamó para hacer ninguna reparación.

Sentí que esa semana fue una eternidad (David también supongo). Cuando por fin tu padre se fue nuevamente a trabajar; inmediatamente me dirigí a casa de Teresa; pues necesitaba hablar con alguien, escuchar el consejo o por lo menos las opiniones a favor o en contra de mi nuevo actuar.

Toqué la puerta; Teresa se queda muy sorprendida al verme; puesto que no somos amigas, debido a su reputación. Y en algunas ocasiones hasta hemos discutido por lo mismo.

¡Eso si es un milagro! Exclamo Teresa... A que se debe que la dueña de la colonia me visite otra vez. (Así me decía en tono de burla). Pues por aquí queriendo tratar un asunto que me tiene preocupada. ¿Y yo que tengo que ver con eso? Contesto…

Pues mucho. Permíteme entrar y conversamos; tú sabes por lo que la gente puede pensar… - Claro… No se ve bien que vean a una señora, hablando con gente como yo – me dijo en tono irónico. El asunto es que me dejó entrar a su casa. Me senté en la sala y me puse muy nerviosa, cosa que Teresa notó de inmediato.

Tomémonos un traguito y hablamos más a gusto. Yo no bebo, le respondí. Lo sé… Tampoco se masturbaba y ahora sí… Todo se aprende me contesto sarcásticamente. De los nervios, solo asentí con la cabeza. Teresa, se retiró y en unos minutos regresó con dos vasos con hielo y una botella de whisky. Sirvió un poco en cada vaso y me dio uno. Cuando tomé un poco… Sentí lo fuerte del alcohol (pues en serio, nunca había tomado antes) pero no me fue desagradable.

No sé si fue ese trago de whisky, el que poco a poco me tranquilizaba o la necesidad de saber que hacer; las que hicieron que le hablara con sinceridad a Teresa; sin vergüenza.

Sabes, el día que me diste el vibrador, David me descubrió… - ¿Cómo? , ¿Qué paso? – preguntó Teresa. Me descuidé. Y al salir del baño, me fui al dormitorio y me comencé a masturbar… Sin observar que David trabajaba cerca de la celosía. Después de eso él me empezó a ver con ojos de lujuria. Y sin querer, tuvimos sexo.

En serio… Y te aseguro que te gusto me dijo Teresa. Honestamente, al principio no me sentí cómoda. ¿Al principio? ¿Ha habido más sexo después de eso? Preguntó nuevamente Teresa. Sí le dije un poco apenada.

Me dio más whisky… Para que te animes y cuentes todo me dijo.

Entonces, ya que experimentaste el ser amante de alguien y saber que si te gusta… ¿Qué te trae aquí conmigo?
Pues veras. Para ser honesta, me está gustando es ser infiel, es decir el tener sexo con otro hombre que no sea mi esposo. El problema es que en algún momento esto se va a saber. Y voy a perder todo lo que tengo. Eso es muy malo para mí.

Teresa se queda pensando y luego me dice: - Por estar casada, tenes derecho a la mitad de los bienes; además, aunque no te deje nada con que te pongas la tanga blanca y el brasiere de encaje otra vez… conseguís todo lo que necesites y más.

Casi me ahogo con el trago de whisky. Tranquila me dijo. Yo no digo nada de eso. Además analiza. David no te puede mantener como tu esposo. Te da placer. Pero no dinero… Así que deberías de buscar ambas cosas; placer y dinero. Mira como estoy… No trabajo (aparentemente) y me sobran los lujos y la plata.

Tal vez el Whisky iba haciendo efecto, pues le conté todo a Teresa, con lujo de detalles, la primera vez con David, lo de la camioneta, hasta le mencioné lo de las fotografías. No pierdes tiempo me dijo Teresa riendo pícaramente. Si puedes, me enseñas las fotos. (Como sabrán David nunca le entregó fotografías mías a nadie; pero yo hice la tontera de pedirle algunas y tiempo después dárselas a Teresa)

La pregunta que resuelve todas tus dudas es ¿Estarías dispuesta a estar con otros hombres por dinero? La pregunta de Teresa encontró respuesta inmediatamente en mi cabeza – Sí – dije de inmediato (asumo que por mucho whisky y poca experiencia en beber)

Ok, ya viene en camino un mi amigo… él no sabe nada tuyo; puesto que ahorita lo estamos hablando… Pero igual, vamos a ver si puedes… Creo que va a ser una gran sorpresa para él tener un dos por una.

Pero no vengó lista, ni traigo ropa. Que me pongo. – Al final vas a quedar desnuda, ¿Cuál es el apuro? – dijo Teresa. Seguimos bebiendo un poco más y por los calores del alcohol no sé cómo pero cuando vino el amigo de Teresa, yo estaba solo en ropa interior (de encaje, eso sí… me encanta el encaje, se ve sexy)

Qué crees, era Alberto, el amigo de David; el mismo que había manejado la camioneta y tomado las fotografías.
Wow, wow… Que sorpresa, esto si no me lo esperaba. Teresa le agrega… - y es toda tuya si pagas doble, hoy seremos dos solo para ti –

De inmediato le da el dinero, sin protestar… Se sienta a mi lado y sin plática alguna, sus manos se introducen en mi bikini, hasta encontrarse con mis labios vaginales, los cuales empiezan a ser frotados de manera intempestiva. – No pierdes tiempo – le dijo Teresa a Alberto.

Alberto sonríe y dice – desde la semana pasada quería hacer esto y un poco más; hoy si se puede - - lástima que no traje mi cámara – agregó. Inmediatamente me pide que me desvista; cosa que hago al instante. Se sienta en el sillón y se saca el pene del pantalón. Sin que me dijera alguna palabra, o emitiera sonido alguno. Me arrodillo y comienzo a lamer los testículos de Alberto. Mientras que con mis manos masturbo ese pene, que poco a poco se va colocando largo y duro.

Teresa solo observa, mientras coloca un poco de música a fin de poder aplacar los ruidos que pudieran surgir…
Lentamente introduzco la punta de aquella maravilla en mis labios, los cuales pueden sentir como son invadidos milímetro a milímetro… Una y otra vez entran, desde la punta hasta casi le mitad.

Alberto solo goza al observar; a estas alturas Teresa ya estaba solo en tanga y sin sostén a un lado de Alberto. Mientras este se encargaba de mamar como chivo tierno las tetas de Teresa ó eventualmente introducir sus dedos en la vagina de ella.

Algo le susurró Alberto a Teresa al oído, y ella se apartó de él… Mientras yo seguía detallando ese miembro milímetro a milímetro con mis labios. En un instante me olvidé de Teresa, hasta que sentí como mi vagina era recorrida por una lengua un poco fría (producto del hielo del whisky que bebía). Esa sensación, no se comparaba con nada que hubiera experimentado antes, ni con tu padre, ni con David… era algo nuevo y muy placentero.

El ir y venir de su lengua, lograban que emitiera algunos sonidos que eran apabullados rápidamente por el pene en mi boca. Puedo sentir placer al extremo… Pero este se multiplicaría al ser invadida mi vagina por unos dedos húmedos y juguetones. Debo reconocer que Teresa hacía un buen papel… (o al menos eso creí)

Cuando me incorporo a la realidad, y escucho unos gemidos fuertes, que hacen que mi cuerpo se excite a un más, volteo y veo a Teresa que está siendo penetrada por otro tipo. Y que a mí me está haciendo sexo oral un completo extraño, que ni tengo la idea de cómo llego.

Me corto de inmediato y me quiero parar. Pero Alberto, me toma del rostro y me recuerda que él ya pagó… Por lo que nuevamente sigo trabajando con su pene… Mientras que el extraño poco a poco deja de introducir sus dedos y puedo sentir como mi vagina, que hasta hace un par semanas era solo de tu padre; se enfrenta a la invasión de un pene que si es grueso y largo. No lo puedo ver, pues Alberto no me permite voltear, pero mi vagina si nota el tamaño… Pues me hace un poco de daño… Pero me causa un gran placer.

Quien dijo que el tamaño no importa… Si importa y ahora lo estaba comprendiendo de primera mano… o de primer pene…

En mi época los condones no se usaban, pues el sida y todo eso era algo casi desconocido… Por lo que la sensación era más placentera. Solo sentí cuando este extraño toma mi cabello y lo hala como si halara una rienda de corcel… con cierta violencia lo hace para atrás mientras un líquido caliente recorre mi vagina y poco a poco va saliendo de ella hasta mis piernas. Las cuales ya están algo cansadas de estar de rodillas.

Alberto no me penetró; pero si terminó de vaciar su preciada carga de semen en mi boca. Después de esto los chicos, que ahora son tres se sientan en el sillón, mientras que Teresa y yo, desnudas nos sentamos en sus piernas, para ser toqueteadas a gusto de ellos.

Teresa ya un poco entrada por los tragos también… colocó algo de música un poco más bailable… y con el ritmo, los tragos y la calentura… Teresa y yo, comenzamos a bailar; mientras los chicos animaban nuestro contoneo… En este lapso de tiempo ya a los muchachos se habían recuperado y comenzaban a entrar en modo follazorras, pues les comenzaba la erección.
Alberto me acerca a donde él estaba y me pide que le baile dándole la espalda, a fin de que pudiera ver mi redondo y gran culo contonearse… poco a poco me toma de la cintura y me acerca a su pene, a fin de que a ritmo de la música mi vagina fuera penetrada por ese pene erecto hermoso, que se cargaba.

Teresa por su parte era enculada por el extraño; mientras que el otro muchacho fotografiaba nuestras habilidades sexuales. En esa ocasión Teresa y yo fuimos fotografiadas de todas formas; mamando, siendo penetradas por la vagina. (La única que penetraron por el culo esa vez fue a Teresa), con semen en la cara… en fin como se les dio la gana. Ni cuenta me di cuando se llevaron mi ropa interior de trofeo.

Los chicos se fueron y nos quedamos Teresa y yo, tumbadas en el sofá, desnudas, despeinadas, con semen por todos lados; pero eso sí muy satisfechas. Nos levantamos y nos fuimos a bañar; cosa que hicimos juntas. (Pues que mas daba su ya nos habíamos visto desnudas) Mientras nos bañábamos, Teresa aprovecha a tocar mi vagina e intercambiar unos cuantos besos. Cosa que no me sabe tan mal y me da una sensación diferente; pero placentera…

Nos vestimos; (yo solo me coloco mi ropa exterior; puesto que se llevaron mi ropa interior) y ya para irme, Teresa me da unos billetes… Cuando veo, es una fuerte cantidad. – Recuerda que fueron 3 y cada uno paga – Así que guarde el dinero y lo comencé a colocar en un lugar especial. Para cuando fuera descubierta por tu padre.

Al llegar a casa… Allí estaba David, sentado en sillón, con unas rosas en la mano y su cámara fotográfica en la otra.

Estoy cansada le dije… Sabes que, te llamo en la tarde y nos ponemos de acuerdo para la noche; la cual te juro será especial. Te lo prometo le dije. El solo sonrió.
 

springsteen

Becerro
Registrado
13 Dic 2008
Mensajes
3
muy buen relato no te desanimes por que no haya muchos comentarios en la segunda parte sigue escribiendo.
 

Arahel

Bovino adolescente
Registrado
30 Sep 2009
Mensajes
75
Muy buen relato!!! Esperamos con ansias el próximo!!! Y lo del relato anterior fue solo para mejorar, no te ofendas!!! Tienes habilidades de escritora y por eso fue el comentario! Para mejorar más!!!
 

egarciap

Bovino maduro
Registrado
5 Jun 2009
Mensajes
498
excelente sigue subiendo mas relatos estan muy excitantes solo que no tardes
 
Arriba Pie