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Alicia y los medicos 2a parte

uchihalogia

Bovino adolescente
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27 Jun 2010
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Amor, que te pareció el doctor. –Me dijo mi esposa al salir, estaba algo temerosa y apenada-. ¿Crees que sea normal el examen que me hace?
-El doctor se ve que es muy agradable –Mentí-. Y sobre el examen, pues no sé… Me imagino que así debe ser. Los doctores son muy profesionales. No te preocupes
-¡Ay amor! No sabes la tranquilidad que me dan tus palabras. Desde que era niña el doctor siempre me hacia este tipo de exámenes, yo pensaba que se propasaba conmigo, que abusaba de mí, pero no me atrevía a decirle nada.
-No te preocupes amor –Le dije, sabiendo lo que mis palabras podrían acarrearme-. Yo pienso que es normal y necesario. Es mejor que nos hagan un examen exhaustivo cada vez que venimos a consultar, en vez de que nos ignoren con su indiferencia. ¿No lo crees?
-Pues si… Te voy a decir algo muy íntimo, ¿prometes no enfadarte?
-No. Dime.
-Siempre que el doctor me examina, hace que me excite mucho con sus toqueteos, y hasta hace que me venga un orgasmo. –Me dijo roja de vergüenza-. ¿También es eso normal?
-Por supuesto, cariño. –Le dije, con ternura-. El doctor es un profesional, cuantas mujeres no vera desnudas, y aun cansado tiene que examinarlas. También es normal que te excites, pues no eres de palo, no te sientas mal por ello.
-Gracias mi amor. –Me dijo satisfecha y sonriendo, pero luego poniendo su carita triste, me dijo-. También me hizo muchas preguntas íntimas y algunas otras que me molestaron.
-¡Ah si! ¿Como cuales?
-Que si me satisfacías sexualmente, que si tenia orgasmos cuando hacemos el amor… Le dije que hacíamos el amor cada mes o a veces hasta cada dos meses; que es muy raro que tenga un orgasmo… Contigo, le dije que tarda un poco en ponerse erecto tu pene y cuando se para, te vienes muy rápido… Y él me dijo, que si no me había buscado algún amante.
-Y tú que le contestaste –Le dije apenado, por que todo lo que dijo es cierto-.

-Que no necesitaba un amante, que para igualar nuestro temperamento, yo me masturbaba a diario. Y que cuanto tú y yo tenemos relaciones, no es solo sexo, sino amor, sobre todo mucho amor. –Me dijo cariñosamente-.

-Gracias corazón. –Le dije avergonzado por mis sucios pensamientos, mientras la besaba con ternura-.

Ya fuera por que tenía cita o porque consultábamos por cualquier tipo de molestia, el doctor siempre le hacia el mismo tipo de examen que detallé con anterioridad. Mi esposa cada vez sentía más confianza y cada vez le costaba más trabajo disimular sus orgasmos. En cambio el doctor, a pesar de que su calentura era notoria y extrema, no se atrevía a cogérsela delante de mí, no llegaba a tanto su cinismo y no pasó del manoseo habitual.

Cuando nos encontrábamos en la sala de espera. Alicia, como siempre, llamaba la atención de los hombres que nos rodeaban, pero sobre todo del médico Montelongo que tenía su consultorio a dos lugares del nuestro. Era más alto que yo, casi de la estatura de Alicia, aunque mucho más bajo que el doctor Mendieta, que era el que nos consultaba. Tendría unos cuarenta y ocho años, moreno, un poco barrigón, de pelo chino y ojos pequeños.

El doctor Montelongo, se ve que no tiene la más mínima vocación de médico, desde que lo vi por primera vez, se me hizo una persona falsa y vulgar.

Cuando vio a Alicia por primera vez, ella estaba sentada con las piernas cruzadas, vestía con una mini falda de seda azul con lo cual sus torneadas piernas estaban a la vista de los que pasaban por enfrente. Varias personas le miraban, pero disimulaban un poco. Cuando el doctor pasó por ahí, y vio que su pequeña falda mostraba en todo su esplendor sus torneadas piernas y hasta el inicio de su pequeño calzón celeste de hilo; se detuvo inmediatamente, le miró descaradamente el gran escote de su blusa, recorrió sin decoro desde la punta de sus pies hasta el final de sus monumentales piernas. Cuando nos encaminamos hacia el consultorio, le miró lujuriosamente el trasero a mi mujer y alcancé a escuchar que murmuraba “¡Qué nalgotas tan tremendas tienes mamacita! “.

Pronto se dio cuenta de nuestras frecuentes visitas a la Clínica. Y no desaprovechaba la oportunidad para admirar con lujuria a mi mujer. Con el tiempo, al ver que yo aunque me molestaba, no le decía nada; se volvió descarado y empezó a decirle piropos a mi esposa. Mirando a mi mujer, se excitaba y mostraba orgulloso su erección a mi esposa, quien solo le miraba sonrojada de reojo.

Cuando vi salir varias veces al doctor Montelongo del consultorio del doctor Mendieta, susurrando ambos en la puerta del consultorio, observaban descaradamente a mi esposa sonriendo ladinamente, supe que algo tramaban.

Cierto día que estábamos en consulta, mi esposa estaba completamente desnuda delante del doctor Mendita, yo estaba sentado en una de las sillas en un rincón para no estorbar.

Se escucho que tocaron la puerta.

-Permítanme un momento. –Nos dijo Mendieta, dirigiéndose a abrir la puerta-. ¡Ah, hola! –Le dijo a alguien que entraba al consultorio-. Que bueno que viniste, pasa para que conozcas a la paciente.

Cuando entraron los doctores Mendieta y Montelongo, me estremecí. Mi esposa rápidamente trató de tapar su desnudes con sus manos, estaba roja de la vergüenza.

El médico Montelongo, la devoraba con la vista, sonriendo diabólicamente; rápidamente se le formó una enorme protuberancia en su entrepierna denotando la enorme excitación que le producía la desnudes de mi mujer.

-Alicia, te presento al Ginecólogo Ricardo Montelongo. –Le dijo el doctor Mendieta-. Le pedí que nos ayudara con tu extraño caso, no te preocupes, el es un especialista en su ramo y muchas mujeres que no se podían embarazar son ahora, madres felices de gemelos, trillizos y hasta quintillizos.

-Mucho gusto. –Contestó Montelongo, sin apartar la vista de mi mujer y alcancé a escuchar que murmuró: “Que hermoso culote Dios mío” y dirigiéndose al doctor Mendieta le dijo-. Primero quiero ver que tipo de exámenes le has hecho a esta preciosidad-.

Cuando Montelongo comprobó que el examen de Mendieta era una autentico manoseo y sobre todo cuando me pilló acomodándome el pene erecto sobre mi pantalón. Se abalanzó sobre mi esposa.

-Permítame comprobar la tersura de la piel y el peso de estas preciosidades. –Dijo con voz ronca de excitación el doctor Montelongo, mientras magreaba los enormes chiches de mi esposa, las aplastaba con las palmas de sus manos y luego sujetándola de los pezones se las estiraba y las movía circularmente-. Son las tetas más grandes que he tocado en mi vida, la felicito señora, tiene unas tetas divinas.

La giro suavemente y al contemplar su trasero parado exclamo:

-¡Dios mío!, pero que nalgotas tienes corazón, no tendrás algún crecimiento anormal. –Le dijo a mi esposa, mientras se agachaba y agarrando con cada mano un cachete de su trasero, las apretaba y estrujaba con vehemencia, estuvo mucho tiempo acariciando las nalgotas de mi señora, después paso sus manos por las piernas, desde los tobillos hasta los muslos-. Que piel tan suavecita tienes corazón.

Se levantó, con sus manos le abrió los cachetes del culo y con una insolencia inusitada, colocó ahí su enorme erección, después la abrazó de la cintura con un brazo, logrando que se metiera aún más su protuberancia entre las nalgas de mi esposa, con la otra mano, le acariciaba desde los muslos de su pierna, pasando por su panochita y terminando en uno de sus pechos.

Así estuvieron los dos doctores sobando y manoseando cuanto quisieron a mi esposa, durante largo tiempo. De vez en cuando ambos me miraban y sonriendo intercambiaban murmullos. Avergonzado ocultaba la erección de mi pene con mis manos.

El doctor Montelongo era tosco y descarado en sus manoseos, se notaba que ya no se aguantaba las ganas de tirarse a mi mujer y dirigiéndose a nosotros nos dijo:

-Señor, señora. Necesitamos realizar un examen más exhaustivo. Vamos a tener que revisar detenidamente la erección de los pezones producida por la vasocongestión, determinar el grado de la influencia de la Hipoandrogenia, realizar un cunnilingus para lubricación de genitales y realizarle una o varias cópulas para determinar las características de las fases del coito, con esto a su vez determinaremos el grado de Alopecia del caballero.

-Señor. –Me dijo sonriendo Montelongo-. ¿Quiere que le hagamos nosotros ese examen a su bella esposa?

-Este. –Dije nervioso, pues no entendí nada de lo que dijo-. Creo sí. Es lo mejor ¿no? Ustedes son muy profesionales.

-Sabia elección. –Dijo sonriendo-. Recostó a mi mujer en la camilla, le levantó los brazos y le separó las piernas totalmente.

Colocó unas pequeñas bases a los lados de la camilla y una sabana que funcionaba como cortina a la altura del ombligo de Alicia y me dijo:

- Por favor, sujete firmemente las manos de su esposa, para que no se vaya a caer, ya que la moveremos fuertemente, no se pongan nerviosos, que no pasa nada.

Observé como iban cambiando los colores del bello rostro de mi esposa, entrecerró sus bellos ojos verdes y se mordió el labio inferior, después de un tiempo empezó a jadear y entrecortadamente me dijo en susurros:

-Amor, me están tocando en mi conejito y me estoy excitando mucho, no voy a aguantar mucho tiempo sin venirme.

-No te preocupes cariño. –Le dije, bajando la voz, mientras le miraba amorosamente-. Eres tan fogosa, y si te están tocando es natural que te excites, déjate llevar, relájate, es necesario este examen para que puedas tener bebes.

-Si verdad. Es normal, pero ¡Uy que sensación tan extraña, mmhh, mi vida, siento como si me estuvieran chupando mi cosita!

-No te preocupes amor, ha de ser algún tipo de crema. -Le dije, no muy convencido-.

–Si verdad. -Me dijo entre jadeos-.

Así estuvo un tiempo quejándose hasta el le vino un tremendo orgasmo-. ¡Ah!, que rico, me viene cariño, me viene, ah, ah, ah.

Tuve que sujetarla con firmeza mientras su cuerpo convulsionaba fuertemente. Fue curioso. Al mirarnos a los ojos, es como si fuera yo el que estuviera excitándola, es como si yo fuera el causante de su clímax. Mire asustado como mi esposa abría por completo sus hermosos ojos.

-¡Aaaah! ¡Ay!, ¡mmmhhhh! –Exclamó mi esposa-.

-Que pasa querida. –Le dije -. ¿Que te hacen los doctores?, acaso te duele-.

-¡Huuy! ¡Mmmh! -¡Arrg! ¡Asi! –Se quejaba sensualmente y mirándome nuevamente a los ojos, se sonrojo y me dijo-. Perdóname cariño… No se que me hacen pero me gusta mucho amor, ¡ah, ay, ah, ah! Así, que rico, ¡Uy! Divino, se siente tan calientito y tan suave, es tan largo, así, rico, ah, ah, ¡Ay!, ah, ah, ah.

De pronto la cama junto con mi esposa se empezó a mover violentamente. Sus enormes chiches oscilaban con brusquedad.

-Sujétela fuertemente. –Me gritó el doctor Mendieta-. No se le vaya a caer.

-No se preocupe doctor, yo aquí la sostengo. –les dije, mientras le apretaba las manos fuertemente-.

les dejo una imagen para que hechen a volar mas su imaginacion



Continuará...
 

ceba73

Baneado :(
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2.506
perfecto mi amigo cornamentado....seguimos en espera de la continuación..................
 

carlos77

Bovino adolescente
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20 Ene 2006
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yo igual soy ginecólogo, cuando quieras le doy una consulta particular a tu esposa cuando quieras,
 

uchihalogia

Bovino adolescente
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27 Jun 2010
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64
erasto2009 dijo:
relato copiado de otro foro...
bueno en parte agradesco que el pendejo de arriba me aya robado el relato y lo aya posteado el, pero por si no leeíste bien claro, éscribi que este relato no era mio pero hay animales como ciertas personas que no saben poner atencíon.
grasias por el robo
 

erasto2009

Becerro
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17 Feb 2009
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bueno en parte agradesco que el pendejo de arriba me aya robado el relato y lo aya posteado el, pero por si no leeíste bien claro, éscribi que este relato no era mio pero hay animales como ciertas personas que no saben poner atencíon.
grasias por el robo
Mira en 1er lugar para que fuera robo tendrias que tener derechos de autor y tu mismo dices que no es tuyo, seguro debes ser un pobre puberto ignorante y 2a el relato esta desde 2011 en este: http://www.denunciando.com/relatos-eroticos-204/545602-alicia-y-los-medicos-ii-y-final-voyeur-infidelidad-consentida-dominacion.html sito que supongo fue donde los copiaste y pegaste te sugiero editar tus malas palabras o te reportare y banaearan por la 7a palabra de lo que antes escribiste Ahhh y "aya" se escribe -haya- y "grasias" se escribe gracias...
 

torcasbe

Moderador hasta el copete
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2 Ene 2007
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127.199
hasta aqui señores con la discusión.


bueno en parte agradesco que el pendejo de arriba me aya robado el relato y lo aya posteado el, pero por si no leeíste bien claro, éscribi que este relato no era mio pero hay animales como ciertas personas que no saben poner atencíon.
grasias por el robo
creo que con esto quedara claro el por que de la infracción.

Mira en 1er lugar para que fuera robo tendrias que tener derechos de autor y tu mismo dices que no es tuyo, seguro debes ser un pobre puberto ignorante y 2a el relato esta desde 2011 en este: http://www.denunciando.com/relatos-eroticos-204/545602-alicia-y-los-medicos-ii-y-final-voyeur-infidelidad-consentida-dominacion.html sito que supongo fue donde los copiaste y pegaste te sugiero editar tus malas palabras o te reportare y banaearan por la 7a palabra de lo que antes escribiste Ahhh y "aya" se escribe -haya- y "grasias" se escribe gracias...
por eso no ay banneo siempre y cuando no se sigan insultanto por favor señores ay que llevar la fiesta en páz y que siga el tema.
 
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