Era la primera clase que daba en la Universidad. Entre nervios y motivado entré a mi primera clase. Los alumnos muy atentos a lo que les decía.
Cuando pasé lista, le ponía atención a cada alumno para conocerlos, y cuando dije el nombre Karen, me quedé atrapado ahí… unos ojos grandes, redondos, cara bonita… pero tuve que disimular y continuar con el pase de lista.
Comencé la clase, expliqué de donde venía, de qué iba a tratar el curso y todos me ponían atención, por ser inicio de semestre y por ser nuevo en la universidad hacía que los alumnos trataran de conocerme.
Así pasaron los días y las semanas, pero no podía perder de vista a aquella chica que me robó la atención desde la primera vez que la vi. Mas jaló mi atención cuando la vi por primera vez pararse, con su pequeña cintura y pechos discretos y redondos, y salir del salón, ver por atrás su cintura pequeña bien marcada y una cadera envidiable, de esas que dan ganas de recorrerla con la mano. ¿qué habrá allá adentro? Me pregunté.
Un día que tuve que tratar con ella un tema de la clase, me estaba explicando algo, yo no le puse atención, sólo vi sus ojos y no pude evitar decirle con el corazón “que hermosa estás, me gustas”. Cuando terminó de explicarme le tuve que decir de forma disimulada: “Perdón, no te entendí, ¿podrías volverme a repetir con otras palabras?”.
Cierto día me dijo que necesitaba una información que le pidieron en otra materia, que curiosamente yo había hecho alguna vez y le prometí dárselo para apoyarse de ese trabajo como ejemplo. Ese día no lo llevé a la universidad, le dije que lo tenía en mi casa, ella con preocupación me dijo: “¿donde vive? ¿Puedo ir a su casa?”
No me gusta que mis alumnos lleguen a mi casa, pero esta vez era algo distinto, quería ayudar a una chica hermosa, y podía hacer una excepción.
- Claro que si – le dije – llega como a las 6 de la tarde, a esa hora ya estoy – y le expliqué cómo llegar.
Ese día lo había olvidado, pues fue un día de mucho trabajo. Siendo las 6:12 de la tarde escuché el timbre, era ella, con el cabello suelto que le llegaba abajo del hombro, hacía que su rostro tomara otra forma, más hermosa, ojos grandes, seguros y alegres, labios gruesos, y con una cara de ligera preocupación.
- Perdón de cómo te recibo – le dije, pues estaba con un pans gris y una playera blanca, ya estaba listo para ver la tele y descansar.
- No se preocupe – me dijo – no le diré a nadie – y se comenzó a sonreír.
Tenía una sonrisa alegre, sincera, con unos dientes parejos y con unos labios pintados en color naranja muy tenue que le daban a su rostro un brillo muy especial.
Definitivamente me estaba ganando. Una mínima provocación podría ser fatal en ese momento, pero también sabía que debía respetar a mis alumnos, así que trataba de ignorar cualquier pensamiento que viniera en mi mente.
La dejé pasar a la sala, subí por mi memoria USB a la planta alta, busqué muy rápido la memoria, y bajé lo más rápido que pude, cuando bajé ya estaba encendiendo su laptop para copiar el archivo. Llegué, esperé unos minutos y ya estaba listo para copiar.
Me acerqué a ella, metí la USB en su laptop, y al oler su perfume dulce y limpio, me estremeció todo el cuerpo, mi corazón latió más rápido, y no pude evitar mostrar que mi respiración comenzó a acelerarse.
- ¿Dónde lo copia? – le pregunté.
- En el directorio raíz, ahí mire – cuando señaló, rosó su mano con mi brazo, lo sentí como una provocación, aunque no haya sido con intención, para mí una mirada era una provocación en ese momento.
- ¿Aquí está bien? ¿Segura? – le dije, y al hablarle volví a ver sus ojos que me atraparon nuevamente como lo hizo en una ocasión en el salón de clases, en mi corazón le repetí nuevamente: “Qué hermosa estás”. Ya no supe lo que me contestó, yo estaba idiotizado, por sus ojos y su rico olor de perfume.
Asumiendo que me dijo que si, copié el archivo donde me dijo, y mientras copiaba, un impulso muy fuerte provocó que me acercara más a ella y le rozara la mano (casi de forma disimulada). Sabía que no estaba bien, así que me levanté del sofá para irme a otro lado, alejarme. Ella también se levantó y me dijo:
- ¿Me presta su baño?
- Claro, le dije, está por aquí - la llevé a la parte de arriba de la casa, yo iba adelante cuando subimos la escalera, cuando llegamos arriba, la dejé que caminara adelante, y pude percatarme que en su forma de caminar había un movimiento que me provocaba más, no sé si lo hacía a propósito, o era mi imaginación. No debía llenarme la cabeza de ideas, podría ser peligroso… caminé atrás de ella y la jalé de la cintura y le dije - Ven, mira, te enseño donde está el baño.
Sólo era suficiente dar unos pasos para dar al baño, pero era suficiente para cambiar toda la historia de mi vida, y la de ella. Mientras dábamos esos pasos, así tomándola de la cintura, ella me tomó con una mano en la mano que la sostenía y me jaló hacia ella y con la otra mano me señalo que la agarrara también, así que tuve que obedecer, no podía hacerlo de otra manera.
Ella de espalda delante de mí, dimos como tres pasos más y me jaló para que me pegara más, e hizo que rodeara mis brazos en su estómago. Yo, pegado a ella por atrás, hizo que mi corazón latiera con más fuerza, se sentía mi corazón latiendo en todo mi cuerpo, y mi miembro masculino estaba muy despierto que era capaz de sentir hasta cómo recorría la sangre en cada vena. La jalé más hacia mí, quería sentir más, y ella sólo suspiraba.
En la entrada del baño nos quedamos unos minutos, le acaricié el estómago, después me fui a su cadera, a su cintura… al lado del baño estaba la recámara de visitas, así que tuvimos que hacer un cambio de ruta improvisado, y la jalé hacia allá.
Ella sabía hacia dónde íbamos, no me dijo algo, simplemente se dejó guiar. Entramos y la seguí acariciando, ella seguía de espaldas a mi. Le acaricié la ingle, ella sólo se encogió y me agarró las dos manos. Yo seguí acariciando, disfrutaba cada caricia. Sentir un cuerpo cálido, me estremecía.
No pude evitarlo, y le comencé a bajar el pantalón de tela que traía (por cierto, se sentía una tela muy delgada), ella no se defendió, al contrario, me ayudó para que lo pudiera bajar lentamente. No me dí cuenta en qué momento se desabrochó el pantalón para que saliera más rápido.
Desde que llegó, hablamos muy poco, nuestros corazones eran los que nos guiaban.
Cuando terminé de quitarle el pantalón, empecé con la blusa, comencé a desabotonarlo lentamente. Algunos botones eran complicados, así que ella me ayudaba. Mis dedos temblorosos delataban lo que sentía. Cuando terminé de desabotonar, ella hizo un movimiento para ayudarme a quitarle la blusa completamente, y fue cuando se dio la vuelta y la tuve frente a mí. ¡Qué maravillosa experiencia! Lo que había visto por fuera, ahora me permitía verlo por dentro… era mucho mejor. Cintura pequeña, caderas bien formadas, pechos redondos... con una piel clara y tersa.... Ahora ella me ayudó a quitarme el pants y la playera, era eso fácil, y fue más fácil porque le ayudé a que lo quitara.
Me tomó de la cintura, y me jaló hacia ella, qué rico, sentir un cuerpo cálido pegado al mío, yo le acaricié la cintura, la cadera, y mientras hacía esto, se comenzó a recostar en la recámara. Me acosté sobre ella. Era más deliciosa esa posición. Sin ver le quite la ropa interior y ella me quitó la mía, se ayudó de sus pies y lo logró, finalmente se quitó el brazier… y ahora sólo nos quedaba hacer una cosa: Introducirla…
Era muy fuerte mi desesperación, que no pude evitar… sólo tres saca/mete… y que se me sale todo mi estrés… “me vine”. No duré, qué decepción, ¿qué dirá de mi? Lo que dirá es lo de menos… lo que sentía era que no la pude disfrutar… ¿y ahora qué hago?
Pensé: Algunas veces las cosas no salen como uno espera…
Ella se dio cuenta, me acercó hacia ella y me dio un tierno beso… el primero… tan rico… tan suave… y me comenzó a acariciar la espalda. Yo ya no tenía ganas… estaba desilusionado.
Mi hinqué frente a ella, sobre la cama, ella se levantó, me tomó de la cintura, me acarició… yo la tomé de la cintura, la acaricié… y al sentir sus curvas cálidas… hicieron que me volviera a prender. Ella me jaló fuerte y me besó… Me senté, ella se sentó sobre mí con las piernas abiertas… y dejó que yo entrara en su ser…
Qué maravilla de sentimiento. Estando frente a sus pechos redondos, simplemente me acerqué a ellos y los besé, pero besarlos no fue suficiente, los mordí ligeramente, mis labios y lengua jugaban con ella, mientras ella continuaba con su movimiento lento y rítmico arriba/abajo para sentir fuerte sensibilidad en mi miembro.
Ella solo enviaba su cabeza hacia atrás, mientras yo la disfrutaba.
Sus movimientos suaves hacían que la disfrutara. Por momentos ella hacía movimientos más suaves y apretaba sus ojos y abría ligeramente sus labios… después de unos segundos… regresaba a su ritmo…
Pensé que podía venirme nuevamente, pero me di cuenta que estaba tan fuerte… que esta vez había tomado un segundo aire que no se acabaría tan fácilmente. Pasamos así no sé cuánto tiempo…
La agarré de la cintura, la jalé hacia mí, y me recosté boca arriba. Dejé que ella estuviera encima de mí. Ella se acomodó, se sentó exactamente donde debería sentarse y comenzó a subir y bajar. Qué hermosa se veía, su cabello se movía a un ritmo tal como se mueven las hojas del árbol cuando llega el viento. Sus ojos grandes y brillosos se reflejaban con más brillo, sus labios se abrían para controlar su respiración… después se recostó en mí, sin salirse de mi miembro masculino, me abrazó y se movía para no dejar de hacerme sentir.
Mi cuerpo mojado tocaba su cuerpo mojado. Le acariciaba la espalda, la cintura, debajo de la espalda… hasta que comencé a sentir una nueva sensación, un cosquilleo que inició desde mi estómago… no quería perder ese sentimiento, así que me comencé a mover al ritmo de ella, mas fuerte… mas fuerte… mas rápido… ella siguió mi ritmo… nos movimos mas rápido…. Ella no pronunciaba palabra, solamente aceleraba su respiración… mas… mas… abría la boca… mas grande… mas grande… apretaba mas los ojos… y pronunció su primer palabra en todo ese tiempo: “aaaaayyyyy!!!”. Cuando hizo eso, se detuvo, en ese momento sentí un fuerte sentimiento que inició en mi estómago… y sin pensarlo liberé con todas mis fuerzas lo que tenía dentro de mi… me vine...
Nos quedamos así acostados por unos minutos… nuestros cuerpos sudados eran muestra de gran actividad realizada. Después de recuperar la respiración se levantó lentamente. Tomó su ropa y me dijo:
- ¿Ahora si me dejas ir al baño?
- Claro, ¿si sabes dónde está verdad?
Con una sonrisa, a su estilo me dijo:
- sí, llegué a estar a un paso de él.
Se fue al baño, mientras ella se iba, me comencé a vestir, acomodé la cama nuevamente, bajé hacia la sala para ver si se habían copiado los archivos, y efectivamente, ya había terminado. Posiblemente ya tenía rato que había terminado de copiarse. Miré hacia afuera y vi que ya era de noche. Karen bajó las escaleras casi corriendo, se le había hecho tarde.
- Ya me voy
- Te llevo – le dije
-No, como cree, qué dirán allá afuera, y en mi casa
- ¿Qué podrán decir? Lo que digan… quedará corto
Hizo su sonrisa clásica, pero ahora de complicidad, tomó su laptop… y se fue.
Algunas veces las cosas no salen como uno los espera… salen mejor…
Cuando pasé lista, le ponía atención a cada alumno para conocerlos, y cuando dije el nombre Karen, me quedé atrapado ahí… unos ojos grandes, redondos, cara bonita… pero tuve que disimular y continuar con el pase de lista.
Comencé la clase, expliqué de donde venía, de qué iba a tratar el curso y todos me ponían atención, por ser inicio de semestre y por ser nuevo en la universidad hacía que los alumnos trataran de conocerme.
Así pasaron los días y las semanas, pero no podía perder de vista a aquella chica que me robó la atención desde la primera vez que la vi. Mas jaló mi atención cuando la vi por primera vez pararse, con su pequeña cintura y pechos discretos y redondos, y salir del salón, ver por atrás su cintura pequeña bien marcada y una cadera envidiable, de esas que dan ganas de recorrerla con la mano. ¿qué habrá allá adentro? Me pregunté.
Un día que tuve que tratar con ella un tema de la clase, me estaba explicando algo, yo no le puse atención, sólo vi sus ojos y no pude evitar decirle con el corazón “que hermosa estás, me gustas”. Cuando terminó de explicarme le tuve que decir de forma disimulada: “Perdón, no te entendí, ¿podrías volverme a repetir con otras palabras?”.
Cierto día me dijo que necesitaba una información que le pidieron en otra materia, que curiosamente yo había hecho alguna vez y le prometí dárselo para apoyarse de ese trabajo como ejemplo. Ese día no lo llevé a la universidad, le dije que lo tenía en mi casa, ella con preocupación me dijo: “¿donde vive? ¿Puedo ir a su casa?”
No me gusta que mis alumnos lleguen a mi casa, pero esta vez era algo distinto, quería ayudar a una chica hermosa, y podía hacer una excepción.
- Claro que si – le dije – llega como a las 6 de la tarde, a esa hora ya estoy – y le expliqué cómo llegar.
Ese día lo había olvidado, pues fue un día de mucho trabajo. Siendo las 6:12 de la tarde escuché el timbre, era ella, con el cabello suelto que le llegaba abajo del hombro, hacía que su rostro tomara otra forma, más hermosa, ojos grandes, seguros y alegres, labios gruesos, y con una cara de ligera preocupación.
- Perdón de cómo te recibo – le dije, pues estaba con un pans gris y una playera blanca, ya estaba listo para ver la tele y descansar.
- No se preocupe – me dijo – no le diré a nadie – y se comenzó a sonreír.
Tenía una sonrisa alegre, sincera, con unos dientes parejos y con unos labios pintados en color naranja muy tenue que le daban a su rostro un brillo muy especial.
Definitivamente me estaba ganando. Una mínima provocación podría ser fatal en ese momento, pero también sabía que debía respetar a mis alumnos, así que trataba de ignorar cualquier pensamiento que viniera en mi mente.
La dejé pasar a la sala, subí por mi memoria USB a la planta alta, busqué muy rápido la memoria, y bajé lo más rápido que pude, cuando bajé ya estaba encendiendo su laptop para copiar el archivo. Llegué, esperé unos minutos y ya estaba listo para copiar.
Me acerqué a ella, metí la USB en su laptop, y al oler su perfume dulce y limpio, me estremeció todo el cuerpo, mi corazón latió más rápido, y no pude evitar mostrar que mi respiración comenzó a acelerarse.
- ¿Dónde lo copia? – le pregunté.
- En el directorio raíz, ahí mire – cuando señaló, rosó su mano con mi brazo, lo sentí como una provocación, aunque no haya sido con intención, para mí una mirada era una provocación en ese momento.
- ¿Aquí está bien? ¿Segura? – le dije, y al hablarle volví a ver sus ojos que me atraparon nuevamente como lo hizo en una ocasión en el salón de clases, en mi corazón le repetí nuevamente: “Qué hermosa estás”. Ya no supe lo que me contestó, yo estaba idiotizado, por sus ojos y su rico olor de perfume.
Asumiendo que me dijo que si, copié el archivo donde me dijo, y mientras copiaba, un impulso muy fuerte provocó que me acercara más a ella y le rozara la mano (casi de forma disimulada). Sabía que no estaba bien, así que me levanté del sofá para irme a otro lado, alejarme. Ella también se levantó y me dijo:
- ¿Me presta su baño?
- Claro, le dije, está por aquí - la llevé a la parte de arriba de la casa, yo iba adelante cuando subimos la escalera, cuando llegamos arriba, la dejé que caminara adelante, y pude percatarme que en su forma de caminar había un movimiento que me provocaba más, no sé si lo hacía a propósito, o era mi imaginación. No debía llenarme la cabeza de ideas, podría ser peligroso… caminé atrás de ella y la jalé de la cintura y le dije - Ven, mira, te enseño donde está el baño.
Sólo era suficiente dar unos pasos para dar al baño, pero era suficiente para cambiar toda la historia de mi vida, y la de ella. Mientras dábamos esos pasos, así tomándola de la cintura, ella me tomó con una mano en la mano que la sostenía y me jaló hacia ella y con la otra mano me señalo que la agarrara también, así que tuve que obedecer, no podía hacerlo de otra manera.
Ella de espalda delante de mí, dimos como tres pasos más y me jaló para que me pegara más, e hizo que rodeara mis brazos en su estómago. Yo, pegado a ella por atrás, hizo que mi corazón latiera con más fuerza, se sentía mi corazón latiendo en todo mi cuerpo, y mi miembro masculino estaba muy despierto que era capaz de sentir hasta cómo recorría la sangre en cada vena. La jalé más hacia mí, quería sentir más, y ella sólo suspiraba.
En la entrada del baño nos quedamos unos minutos, le acaricié el estómago, después me fui a su cadera, a su cintura… al lado del baño estaba la recámara de visitas, así que tuvimos que hacer un cambio de ruta improvisado, y la jalé hacia allá.
Ella sabía hacia dónde íbamos, no me dijo algo, simplemente se dejó guiar. Entramos y la seguí acariciando, ella seguía de espaldas a mi. Le acaricié la ingle, ella sólo se encogió y me agarró las dos manos. Yo seguí acariciando, disfrutaba cada caricia. Sentir un cuerpo cálido, me estremecía.
No pude evitarlo, y le comencé a bajar el pantalón de tela que traía (por cierto, se sentía una tela muy delgada), ella no se defendió, al contrario, me ayudó para que lo pudiera bajar lentamente. No me dí cuenta en qué momento se desabrochó el pantalón para que saliera más rápido.
Desde que llegó, hablamos muy poco, nuestros corazones eran los que nos guiaban.
Cuando terminé de quitarle el pantalón, empecé con la blusa, comencé a desabotonarlo lentamente. Algunos botones eran complicados, así que ella me ayudaba. Mis dedos temblorosos delataban lo que sentía. Cuando terminé de desabotonar, ella hizo un movimiento para ayudarme a quitarle la blusa completamente, y fue cuando se dio la vuelta y la tuve frente a mí. ¡Qué maravillosa experiencia! Lo que había visto por fuera, ahora me permitía verlo por dentro… era mucho mejor. Cintura pequeña, caderas bien formadas, pechos redondos... con una piel clara y tersa.... Ahora ella me ayudó a quitarme el pants y la playera, era eso fácil, y fue más fácil porque le ayudé a que lo quitara.
Me tomó de la cintura, y me jaló hacia ella, qué rico, sentir un cuerpo cálido pegado al mío, yo le acaricié la cintura, la cadera, y mientras hacía esto, se comenzó a recostar en la recámara. Me acosté sobre ella. Era más deliciosa esa posición. Sin ver le quite la ropa interior y ella me quitó la mía, se ayudó de sus pies y lo logró, finalmente se quitó el brazier… y ahora sólo nos quedaba hacer una cosa: Introducirla…
Era muy fuerte mi desesperación, que no pude evitar… sólo tres saca/mete… y que se me sale todo mi estrés… “me vine”. No duré, qué decepción, ¿qué dirá de mi? Lo que dirá es lo de menos… lo que sentía era que no la pude disfrutar… ¿y ahora qué hago?
Pensé: Algunas veces las cosas no salen como uno espera…
Ella se dio cuenta, me acercó hacia ella y me dio un tierno beso… el primero… tan rico… tan suave… y me comenzó a acariciar la espalda. Yo ya no tenía ganas… estaba desilusionado.
Mi hinqué frente a ella, sobre la cama, ella se levantó, me tomó de la cintura, me acarició… yo la tomé de la cintura, la acaricié… y al sentir sus curvas cálidas… hicieron que me volviera a prender. Ella me jaló fuerte y me besó… Me senté, ella se sentó sobre mí con las piernas abiertas… y dejó que yo entrara en su ser…
Qué maravilla de sentimiento. Estando frente a sus pechos redondos, simplemente me acerqué a ellos y los besé, pero besarlos no fue suficiente, los mordí ligeramente, mis labios y lengua jugaban con ella, mientras ella continuaba con su movimiento lento y rítmico arriba/abajo para sentir fuerte sensibilidad en mi miembro.
Ella solo enviaba su cabeza hacia atrás, mientras yo la disfrutaba.
Sus movimientos suaves hacían que la disfrutara. Por momentos ella hacía movimientos más suaves y apretaba sus ojos y abría ligeramente sus labios… después de unos segundos… regresaba a su ritmo…
Pensé que podía venirme nuevamente, pero me di cuenta que estaba tan fuerte… que esta vez había tomado un segundo aire que no se acabaría tan fácilmente. Pasamos así no sé cuánto tiempo…
La agarré de la cintura, la jalé hacia mí, y me recosté boca arriba. Dejé que ella estuviera encima de mí. Ella se acomodó, se sentó exactamente donde debería sentarse y comenzó a subir y bajar. Qué hermosa se veía, su cabello se movía a un ritmo tal como se mueven las hojas del árbol cuando llega el viento. Sus ojos grandes y brillosos se reflejaban con más brillo, sus labios se abrían para controlar su respiración… después se recostó en mí, sin salirse de mi miembro masculino, me abrazó y se movía para no dejar de hacerme sentir.
Mi cuerpo mojado tocaba su cuerpo mojado. Le acariciaba la espalda, la cintura, debajo de la espalda… hasta que comencé a sentir una nueva sensación, un cosquilleo que inició desde mi estómago… no quería perder ese sentimiento, así que me comencé a mover al ritmo de ella, mas fuerte… mas fuerte… mas rápido… ella siguió mi ritmo… nos movimos mas rápido…. Ella no pronunciaba palabra, solamente aceleraba su respiración… mas… mas… abría la boca… mas grande… mas grande… apretaba mas los ojos… y pronunció su primer palabra en todo ese tiempo: “aaaaayyyyy!!!”. Cuando hizo eso, se detuvo, en ese momento sentí un fuerte sentimiento que inició en mi estómago… y sin pensarlo liberé con todas mis fuerzas lo que tenía dentro de mi… me vine...
Nos quedamos así acostados por unos minutos… nuestros cuerpos sudados eran muestra de gran actividad realizada. Después de recuperar la respiración se levantó lentamente. Tomó su ropa y me dijo:
- ¿Ahora si me dejas ir al baño?
- Claro, ¿si sabes dónde está verdad?
Con una sonrisa, a su estilo me dijo:
- sí, llegué a estar a un paso de él.
Se fue al baño, mientras ella se iba, me comencé a vestir, acomodé la cama nuevamente, bajé hacia la sala para ver si se habían copiado los archivos, y efectivamente, ya había terminado. Posiblemente ya tenía rato que había terminado de copiarse. Miré hacia afuera y vi que ya era de noche. Karen bajó las escaleras casi corriendo, se le había hecho tarde.
- Ya me voy
- Te llevo – le dije
-No, como cree, qué dirán allá afuera, y en mi casa
- ¿Qué podrán decir? Lo que digan… quedará corto
Hizo su sonrisa clásica, pero ahora de complicidad, tomó su laptop… y se fue.
Algunas veces las cosas no salen como uno los espera… salen mejor…
aver si nos cuentas mas de la chika de los ojasos o si puedes una foto 
