SexPanzon
Bovino maduro
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- 30 Abr 2010
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Hace algún tiempo, la realidad es que no sé cuándo lo hice, me registre en el servicio de Bang With Friends (ahora llamado Down) que es una aplicación de Facebook donde tú eliges entre tus contactos con quien te gustaría tener sexo, y si esa persona usa la aplicación y te elige, a ambos les llega una notificación, el resto queda en sus manos; bien pues cuando vi una nota en algún blog sobre este servicio no me lo pensé mucho y me puse manos a la obra, analicé detenidamente a las chicas de mis contactos, y una a una fui marcando con las que sería feliz teniendo sexo, en ese entonces en realidad estaba pensando específicamente en una chica que me traía muy loco, pero era muy reservada y jamás se hizo nada con ella, por más que lo busqué de mil formas, sin embargo ahí quedó mi registro y en realidad ya me había olvidado del mismo, hasta hace unos días…
Casi todos los días parte de mi rutina es abrir a media mañana mi FB y un lunes, así lo hice, me encontré con una notificación muy peculiar y que al leerla me paró la verga como si me hubieran inyectado la sangre a alta presión, una chava que trabaja en la misma empresa que yo, que me encantaba y que por estar en áreas muy diferentes teníamos muy poco contacto, pero que sin embargo ocasionalmente platicábamos y nos llevábamos bien me había marcado entre sus preferencias en BWF, ella, al igual que yo es casada, y según sabía no le estaba yendo muy bien en su matrimonio, de apenas 25 años, me parecía una locura, pero que estaba dispuesto a investigar que tan cierto era, y si lo era no dejaría pasar la oportunidad.
Esa mañana no trabajé más, me la pasé dándole vueltas al asunto y como abordarla, ella ya lo debería saber, ya que al marcarme cuando yo ya la tenía marcada supongo que le habrá llegado una notificación que seguramente ya vio, no lo sabía porque en todo el fin de semana no revisé mi cuenta de FB, pudo saberlo tal vez desde el sábado, o el domingo, que se yo. Regularmente soy muy directo, pero en esta ocasión no tenía ni idea de que hacer y como ella es muy trabajadora casi siempre está ocupada atendiendo clientes y no coincidimos en la hora de la comida así que no podía acercármele a preguntarle, o al menos no sin que se pudiera dar cuenta alguien más. Así que opté por la vía más cobarde pero que pudiera evitarnos penas a ambos, por el chat de FB desde mi celular en su hora de comida:
-Hola ¿cómo estás?
-Bien aquí comiendo ¿y tu?
-con una duda que me está matando
-¿qué será?
-mm no sé por dónde empezar
-pues por el principio
-estaba checando mi FB hoy por la mañana… y vi una notificación de una aplicación…
-O_O
-¿sabes a cuál me refiero?
-ops, creo que si
-y lo hiciste en serio ¿o solo jugabas?
Paso un largo rato que ya me estaba decepcionando hasta que me contestó:
-hablas de Down ¿verdad?
-si
-¿tú lo hiciste con intensiones serias?
-Yo pregunté primero
-Creo que ya somos adultos y no estaríamos tonteando con algo así
Wow ahí si me sorprendió porque no la creí tan madura y liberal
-pues yo tampoco lo hubiera hecho si no estuviera de verdad interesado
-¿y qué propones?
Aquí me sentí la presa y no el cazador, pero me gustaba su juego
-que el próximo viernes lo pidamos a cuenta de vacaciones, pero nuestras parejas no se enteren, así que podríamos vernos en algún punto discreto- plan que había diseñado durante la mañana
-OK, pero quiero pedirte algo
-lo que gustes
-Total discreción, aquí en el trabajo tu y yo seguimos siendo compañeros y tan amigos como siempre, no quiero que nos tomemos ninguna atribución diferente ni antes ni después de lo que pase el viernes ¿podrás?
-así será
-bueno, luego nos ponemos de acuerdo por este medio
-OK
No lo podía creer, estaba eufórico y muy caliente, antes de llegar a lo bueno, déjenme se las describo:
Primero que nada su trato y carisma, es una chava súper risueña, de coquetería natural, siempre que la saludo, no es el tipo besito de buenos días en la mejilla, siempre me saluda con un abrazo muy efusivo como si fuéramos amigos de toda la vida que tenemos mucho tiempo sin vernos, yo siempre aprovecho para tomarla de su breve cintura y atraerla, rozar un poco sus pechos contra mi y ella lo hace con gusto.
Es de tez blanca, 1.60 aproximadamente, ojos café muy coquetos , labios muy ricos gruesos y jugosos, cabello negro apenas debajo de los hombros, unos pechos firmes y de buen tamaño, como ya lo dije una cintura muy breve, pero lo que más resalta en ella y que atrae todas las miradas, su trasero ancho y firme, hermosa toda ella.
Durante la semana que se me hizo eterna, arreglamos los pormenores los permisos y nos pusimos de acuerdo, quedamos en vernos a las 8:00 h en un centro comercial no muy concurrido y que tiene un estacionamiento discreto y con el plus que a muy pocos metros hay varios moteles.
Llegado el día salí más temprano que nunca de mi casa y estuve 10 minutos antes de lo acordado, ella llegó puntual y no tardó en encontrarme, esperé a que estacionara y asegurara su auto y luego me baje a recibirla y quise darle un beso pero me pidió que no lo hiciéramos ahí, así que me tuve que aguantar y nos subimos a mi carro y le dije si tenía algún lugar preferido, allí si se avergonzó y me dijo que nunca había estado en uno. La verdad no sabía si creerle, porque durante toda la semana se había comportado muy segura de si misma, hasta este momento la veía un poco dudosa, así que le pregunté si estaba segura, me dijo que si, que yo le gustaba mucho y le encantaba mi trato, que siempre era un caballero y no como el patán de su esposo. Le pregunté si esto lo hacía como venganza, me dijo que en parte ya que ella se había casado con él siendo muy ingenua, estaba muy enamorada y que nunca había estado con nadie más, pero a menos de un año él había cambiado totalmente y relativamente la tenía abandonada y se la pasaba los fines de semana tomando y casi ni la tocaba y que hace poco descubrió que la engañaba y que como por broma del destino supo de esa aplicación, le pregunté a cuantos de sus conocidos había marcado, me comentó que a varios pero solo yo tenía la aplicación y solo de mi recibió respuesta (afortunado de mi) pero que ya la había borrado (yo no, y menos ahora) así seguimos rompiendo el hielo por un rato, hasta que le dije que la llevaría a un lugar que le iba a encantar, ella solo dijo con que esté discreto y limpio.
Pedí una habitación con jacuzzi y al entrar vi su cara de asombro, me dijo que ella pensaba que eran unas habitaciones feas y corrientes, pero me dijo que estaba mejor que la habitación de su luna de miel, punto a favor.
Y como comentó que le atraía mi caballerosidad decidí tratarla así, como si fuera su primera vez.
Ambos traíamos el uniforme de la empresa, camisa blanca típica de algodón bordada con logos y pantalón caqui, que no nos favorecía, sin embargo no por eso ocultaba el tamaño de su espectacular trasero, la tomé de su breve cintura y le dije:
-ya muero por besarte, toda la semana he soñado con besar y morder tus labios
Noté como se sonrojó, era una mujer diferente a la que había tratado toda la semana, que parecía una experta en estos asuntos, pero creo que era una coraza para no verse tonta. Y en realidad era una linda y frágil dama que deseaba ser tratada como tal.
-que lindo, bésame – me contestó
No me lo dijo dos veces y comencé poco a poco saboreando sus labios, de una manera adolescente, y fui subiendo el tono mordisqueándolos con los míos, sin usar los dientes, luego fui probándolos con mi lengua, hasta que no pude más y la besé apasionadamente y ella respondió de la misma forma, mis manos mientras tanto acariciaban su cintura y espalda, no quería apresurar las cosas, y estuvimos disfrutando el sabor de nuestros labios por un buen rato, nuestra respiración cada vez estaba más agitada, y de cuando en cuando bajaba a besar su cuello, ella me resoplaba en la oreja y me encendía a grados desconocidos, luego le mordisqueaba el lóbulo de su oreja, acariciaba su cabellera, que expelía un delicioso aroma frutal, que combinaba con su delicado perfume, suave y fresco.
La temperatura poco a poco fue subiendo, yo sentía en mi pecho la dureza de sus pezones y sabía que ella ya sentía mi erección porque se levantaba en puntillas para restregar su cuerpo al mío, no pude más y por fin pude tomar sus duras nalgas y la atraje hacia mi fundiendo nuestros cuerpos, y literalmente masturbándonos sobre la ropa, restregando nuestros genitales, al hacer esto pude percibir que su respiración se aceleró aún más y alzo sus piernas para que pudiera cargarla, la alcé de esa manera y me recargué sobre un tocador, para no perder el equilibrio, ya podía sentir el calor de su entrepierna en la mía, nos restregábamos ferozmente sin dejar de besarnos, me di la vuelta y la senté en el mueble y comencé a desabotonar su camisa, lentamente mientras nos devorábamos con la mirada, ella me imitó y fue un ritual que parecía ensayado, luego retiramos nuestras camisas y comenzamos a explorar nuestros cuerpos, yo comencé a besar su cuello y ella a acariciar mi espalda, fui bajando hasta llegar a sus lindos pechos suaves y carnosos, los besé en su parte superior uno a uno, ella suspiró, al sentir el roce de mis labios, traía un top blanco que transparentaba un poco sus lindas montañas, pero yo aún tenía tiempo y mucho por explorar, así que seguí bajando hasta toparme con su vientre y mientras mis manos acariciaban su espalda pude regocijarme besando su cintura y estómago, luego tomé sus pechos, uno en cada mano y pude por fin sentir su calor, suavidad y firmeza, no resistí más y regresé a ellos, esta vez con más intensidad acercándolos a mi boca con mis manos y besándolos sobre la tela del top, humedeciéndola para que se transparentara aún más, pudieron verse levemente sus aureolas y pude saborear ese sabor a detergente mezclado con el rico sabor de una mujer, estuve un rato jugueteando con ellos, y ella gemía de gozo, daba pequeños pujiditos que me enloquecían, la cargué nuevamente y la llevé a la cama, allí la senté en una orilla y sin dejar de besar todo su torso, me hinqué frente a ella y le fui desbrochando las agujetas de sus zapatos, los quité e hice lo mismo con sus calcetas, pude ver que sus pies eran bellos y cuidados, no resistí y tomé uno de ellos entre mis manos, lo acaricié y le di un beso en su empeine, ella como que lo quiso quitar tal vez temiendo que pudieran darle cosquillas, pero lo aferré firmemente y metí uno de sus dedos en mi boca, lo chupé y pude sentir que no le desagradó el hecho asi que lo hice uno a uno de cada pie, ella solo se dejaba hacer, después me fui besando sus piernas sobre el pantalón hasta llegar a su entrepierna, ella abrió sus extremidades y permitió a mi boca jugar a placer, comencé lengüeteando su parte íntima y luego mordisqueándola; ella se había mantenido sentada en la cama tomando mi nuca, pero en un momento de plena excitación me soltó y se dejó caer de espaldas sobre la cama, mientras ayudándome con mi boca fui desabotonando su pantalón, luego lo fui bajando poco a poco ya que por sus anchas caderas no fue fácil sacarlo, además por poco se va con todo y braga cosa que no quería que sucediera, me encanta ver a las mujeres en ropa interior, pude sacárselo después de unos segundos e hice una pausa para admirarla, tomándola de la mano la puse de pie y le dije:
-Quiero admirarte- se sonrojó pero siguió mis indicaciones; sin soltarle la mano la alejé para admirarla y la hice que se diera la vuelta como si estuviéramos bailando.
-¿te gusto?
-me encantas, eres un sueño- no mentía, sus piernas son torneadas, gorditas pero no pasadas de medidas, muy blancas y suaves, tenían que ser gruesas para sostener esas grandes caderas que cargaban y que me tenían embobado, y las traía cubiertas con una especie de tanga, pero no de hilo dental, roja con lunares blancos pequeños, luego estaba una hermosa e impecable espalda toda hermosa de blanca piel sin imperfecciones y con hoyuelos en la cintura casi de modelo. Su figura de guitarra era el cuerpo mas bello que había tenido en mis manos, no podía creer mi buena suerte.
-mentiroso
-no, de verdad estas increíble, eres una mujer hermosa que cualquier hombre sueña con tener y hoy me has permitido tener la fortuna de tenerte aquí conmigo- mi voz cambió de tono a más gruesa, por la excitación que sentía.
Ella me abrazó apenada porque prácticamente me la estaba comiendo con la mirada, pero eso dio pie a poder tomarla de su breve cintura y acercar su vientre al mío, sus pechos casi desnudos y poder aspirar de cerca su aroma juvenil, le susurré que le gustaría hacer; me dijo que la besara TODA, ya que le había encantado como besé sus pies.
No me lo dijo dos veces, comencé por adueñarme nuevamente de sus labios, bajando por su cuello, hombros, me detuve en sus carnosos pechos donde besé ambos con ternura y luego lamí, aun sin desnudar sus pezones, ella aprovechó la pausa y me quitó mi camiseta, me desabrochó el cinturón, lo sacó de las presillas y jugó con él como si fuera un látigo, ambos reímos y nos abrazamos nuevamente, sus manos tomaron mi trasero y me jalaron hacia ella, una de las ventajas del pantalón que traía, era que mi empalme era notable y podía repegarlo a su cuerpo a gusto.
Desabotonó mi pantalón y cayó de inmediato al piso, yo solo tuve que levantar las piernas una a una para quedar únicamente en boxers, al verme como estaba, tomó mi verga y la apretó con su palma y dedos y comenzó a menearla sabrosamente, luego se dio la vuelta y con sus deliciosas nalgas me empujó hasta una pared no muy lejana, prácticamente me arrinconó con ellas y comenzó a moverse en un delicioso perreo que me permitió sentir sus nalgas una a una, sobando mi falo de arriba abajo y de un lado a otro ahora si sentía la temperatura de su cuerpo y lo mojada que estaba, ya que estaba prácticamente empinada con sus manos en sus rodillas y su bote pegado a mí, el calor que ambos emanábamos ya nos tenía sudando, yo la sujeté de su cintura y me la repegué aún más, comencé a moverme como si la estuviera penetrando, jalé su tanga para que se le metiera entre sus cachetes y luego poder amasar sus turgentes nalgas desnudas.
Me resbalé poco a poco hacia el piso hasta poder poner mi cara sobre su trasero y pude besar y lamer sus deseadas nalgas, no resistí mucho la tentación y mordí una de ellas, no muy duro para no incomodarla, ella respingó pero no se quejó; luego metí mi cara completamente entre ambas y busqué desesperadamente su coño con mi lengua, estando en cuclillas me era difícil, así que terminé por tirarme en la alfombra y sentarla sobre mi cara, hice a un lado su tanga y pude ver que se había arreglado muy rico para mí, ya que el ano lo traía bellamente depilado y su rico bizcochito traía sus labios limpios y también depilados, pero en su monte se podía sentir una breve alfombra de bellos que luego notaría estaban en forma triangular pero muy pequeñito que se le veía exquisitamente sexy.
Seguí en lo mío metiendo mi lengua por sus rosadas carnes y aspirando un delicioso aroma a talco, algo que me llamó la atención, ya que no se veía dicho polvo entre su ropa o cuerpo, sin embargo le olía deliciosamente limpio, tampoco hubo sabor alguno que me dijera que se había puesto, no pensé más en eso y disfruté sus sabores, lengüeteando su clítoris y escuchando sus gemidos, chupe, lamí, mordisquee, todo lo que pude, estaba tan entretenido que no me percaté que ella se estaba acomodando para que hiciéramos un caliente 69, hasta que sentí la humedad de sus labios en mi glande, comenzó por lamer los jugos lubricantes, luego chupó solo la cabeza como si fuera una paleta de caramelo e hizo algo que casi me hace venir, se metía la cabeza la chupaba girando su cabeza y luego se la sacaba de golpe y repetía la operación varias veces, hasta que después de unas cuantas, se encajó toda la verga en su boca y comenzó a darme las más espectacular mamada que me han dado en la vida, yo correspondí dando todo de mí en su vagina y creo que no lo hice tan mal ya que sentí como su cuerpo comenzó a apretarse, retorcerse, temblar, y emitir chorros calientes de jugos vaginales hacia mi cara, pero lo que me hizo estallar a mí fue sus gritos fuertes pero extremadamente sexys, no escandalosos, sino sexosos, cuando ella estaba alcanzando un primer orgasmo, que me llevó a aventarle toda mi leche a su rostro que ella recogió lo mejor que pudo con su boca, el resto fue a parar a la alfombra del hotel, y yo seguí mamando su sexo hasta que también sentí que su cuerpo se doblegó, se tumbó sobre mí y luego cayó hacia un lado.
Tan pronto recuperé un poco de fuerzas, me levanté y la cargue para llevarla a la cama, la acosté sobre ella y terminé de desnudarla, quite su tanga, luego le saqué su top, al fin pude ver sus preciosos pechos que tenían unos bonitos y grandes pezones marrón, admiré su vientre plano y, como ya había mencionado, su pequeño triangulo en su monte de venus, yo también aventé a un lado mi bóxer, increíblemente al ver su cuerpo así, desnudo y a mi disposición, hizo que mi pene brincara y mantuviera la erección, lo primero que hice, porque era lo que mas deseaba desde que la conocí, fue tomar esa cereza de sus pechos y llevarla a mi boca, apretando con ambas manos sus melones, fuerte pero procurando no lastimarla, me encantó que ella me abrazó y me jaló hacia si para que yo quedara sobre ella y puso sus piernas sobre mi espalda, invitándome a que siguiéramos, no lo pensé mucho y me puse en acción, la jale del talle y le acerque mi pene a sus aun mojados labios mayores, comencé a moverlo sobre toda su raja, haciendo énfasis en su clítoris, separé con mi verga su entrada y preparé la estocada que me abrió las puertas a la gloria, como todo un caballero la fui dejando resbalar poco a poco, retrocediendo cuando sentía resistencia, y repitiéndolo hasta estar cada vez mas dentro, cuando conseguí llegar hasta el fondo, pude ver como jaló aire y lo contuvo en un suspiro que provocó mis ganas de quedarme quieto hasta que recuperara su aliento, una vez que sentí sus caderas tomar ritmo, yo comencé a disfrutar su jugoso y cálido interior, y le seguí el ritmo a su velocidad, acerqué una almohada y la puse bajo su cadera para tener un mejor ángulo, seguí penetrando en ese rítmico mete y saca, pude sentir su cálido interior mojando toda mi verga y hasta haciendo espuma, chorreando mis huevos y mojando sus torneados muslos.
Seguimos en la posición de misionero por un rato luego me paré a la orilla de la cama y subí sus piernas tomándolas por los tobillos y pude apreciar todo su sexo abierto al abrir sus piernas en casi 180° no pude resistirme y antes de volver a metérsela, volví a darle una rica mamada que ella agradeció con gemididtos y grititos de placer, no tarde mucho en eso ya que mi verga seguía pidiendo pucha, y así con la piernas hacia el cielo le deje ir mi pito de golpe, pero esta vez entro si ningún esfuerzo, la tuve con las piernas arriba, mientras la acariciaba desde las nalgas, muslos y chamorros llegando hasta sus pies, mientras veía como se bamboleaban su tetas al ritmo de mis embestidas, luego cerré sus piernas dejando mi pene dentro de ella y paré el movimiento, pude claramente sentir como palpitaba, luego reanudé poco a poco el vaivén hasta que se tornó en un pistoneo veloz, minutos después, como si fuera una coreografía, cambiamos de posición como si ya supiéramos que queríamos uno del otro, perfectamente coordinados, ella se puso de lado y yo me acosté tras ella cuchareándola, y disfrutando la hermosa vista. La penetré en esta posición tan deliciosa acariciando con mi cuerpo su redondo trasero y con mis manos mudándolas de su cintura a sus nalgas y luego subiendo hasta sus carnosas tetas.
Luego fui yo quien decidí cambiar la postura y me senté a la orilla de la cama viendo hacia uno de los espejos que abundaban en la habitación, y la senté sobre mi de tal forma que ella también veía hacia el espejo, yo con las piernas cerradas y ella abiertas comenzó a darse de sentones mientras ambos veíamos la cachonda escena en el reflejo, pude ver su rostro gesticulando la pasión, luego cerrar sus bellos ojos para disfrutar el momento, yo estaba ya muy caliente y punto de mi segundo orgasmo, le dije:
-Quiero venirme
-Hazlo –me contesté entre gemidos-yo me estoy cuidando y estoy a punto de llegar también.
Y comenzó a moverse con mas velocidad y a agitarse fuertemente, yo entre que la guiaba y la contenía cargándola por la cintura, luego comenzó a gritar
-ooooh si, me encantas, lo haces divino, sigue, dámelo todo, quiero sentir tu semen en mi, tu leche caliente
Esas palabras me pusieron a mil pero quería terminar con ella y aguanté un poco mas hasta que sus gritos y gemidos fueron mas intensos y cachondos, y solo decía:
-ya, ya, ahhhhh, siiii, vente en mi oooh mmmm
Se empinó mientras decía esto y yo me puse de pie, ella dio unos pasos para recargarse con sus manos sobre el espejo en la pared y yo sentí tan rrico que segui empujándole la verga hasta lo mas profundo de su ser y le solté a máxima presión la leche inundando su interior al tiempo que sentí también su orgasmo, ella siguió un momento mas, temblorosa y moviéndose sobre mi verga, que estaba dolorosa y aun tiesa, hasta hacerla tocar el cielo, la tome por las caderas al sentir su orgasmo y la abracé por la espalda mientras besaba su oreja y mejilla.
Ese día fue ,sin el afán de exagerar, de una jornada de ocho horas de placer continuo, ya que pasamos al jacuzi, lo hicimos en la regadera, me montó, la monté, y tuvimos orgasmos en cada ocasión hasta que llegó la hora en que regularmente salimos de trabajar, solo nos acicalamos un poco, la llevé a donde su auto y esta vez se despidió de mi con un largo y pasional beso con mordida de labio y todo en pleno estacionamiento del centro comercial a las 19:30h lo que me dejó claro que le había encantado y se tendría que repetir en mas ocasiones
Casi todos los días parte de mi rutina es abrir a media mañana mi FB y un lunes, así lo hice, me encontré con una notificación muy peculiar y que al leerla me paró la verga como si me hubieran inyectado la sangre a alta presión, una chava que trabaja en la misma empresa que yo, que me encantaba y que por estar en áreas muy diferentes teníamos muy poco contacto, pero que sin embargo ocasionalmente platicábamos y nos llevábamos bien me había marcado entre sus preferencias en BWF, ella, al igual que yo es casada, y según sabía no le estaba yendo muy bien en su matrimonio, de apenas 25 años, me parecía una locura, pero que estaba dispuesto a investigar que tan cierto era, y si lo era no dejaría pasar la oportunidad.
Esa mañana no trabajé más, me la pasé dándole vueltas al asunto y como abordarla, ella ya lo debería saber, ya que al marcarme cuando yo ya la tenía marcada supongo que le habrá llegado una notificación que seguramente ya vio, no lo sabía porque en todo el fin de semana no revisé mi cuenta de FB, pudo saberlo tal vez desde el sábado, o el domingo, que se yo. Regularmente soy muy directo, pero en esta ocasión no tenía ni idea de que hacer y como ella es muy trabajadora casi siempre está ocupada atendiendo clientes y no coincidimos en la hora de la comida así que no podía acercármele a preguntarle, o al menos no sin que se pudiera dar cuenta alguien más. Así que opté por la vía más cobarde pero que pudiera evitarnos penas a ambos, por el chat de FB desde mi celular en su hora de comida:
-Hola ¿cómo estás?
-Bien aquí comiendo ¿y tu?
-con una duda que me está matando
-¿qué será?
-mm no sé por dónde empezar
-pues por el principio
-estaba checando mi FB hoy por la mañana… y vi una notificación de una aplicación…
-O_O
-¿sabes a cuál me refiero?
-ops, creo que si
-y lo hiciste en serio ¿o solo jugabas?
Paso un largo rato que ya me estaba decepcionando hasta que me contestó:
-hablas de Down ¿verdad?
-si
-¿tú lo hiciste con intensiones serias?
-Yo pregunté primero
-Creo que ya somos adultos y no estaríamos tonteando con algo así
Wow ahí si me sorprendió porque no la creí tan madura y liberal
-pues yo tampoco lo hubiera hecho si no estuviera de verdad interesado
-¿y qué propones?
Aquí me sentí la presa y no el cazador, pero me gustaba su juego
-que el próximo viernes lo pidamos a cuenta de vacaciones, pero nuestras parejas no se enteren, así que podríamos vernos en algún punto discreto- plan que había diseñado durante la mañana
-OK, pero quiero pedirte algo
-lo que gustes
-Total discreción, aquí en el trabajo tu y yo seguimos siendo compañeros y tan amigos como siempre, no quiero que nos tomemos ninguna atribución diferente ni antes ni después de lo que pase el viernes ¿podrás?
-así será
-bueno, luego nos ponemos de acuerdo por este medio
-OK
No lo podía creer, estaba eufórico y muy caliente, antes de llegar a lo bueno, déjenme se las describo:
Primero que nada su trato y carisma, es una chava súper risueña, de coquetería natural, siempre que la saludo, no es el tipo besito de buenos días en la mejilla, siempre me saluda con un abrazo muy efusivo como si fuéramos amigos de toda la vida que tenemos mucho tiempo sin vernos, yo siempre aprovecho para tomarla de su breve cintura y atraerla, rozar un poco sus pechos contra mi y ella lo hace con gusto.
Es de tez blanca, 1.60 aproximadamente, ojos café muy coquetos , labios muy ricos gruesos y jugosos, cabello negro apenas debajo de los hombros, unos pechos firmes y de buen tamaño, como ya lo dije una cintura muy breve, pero lo que más resalta en ella y que atrae todas las miradas, su trasero ancho y firme, hermosa toda ella.
Durante la semana que se me hizo eterna, arreglamos los pormenores los permisos y nos pusimos de acuerdo, quedamos en vernos a las 8:00 h en un centro comercial no muy concurrido y que tiene un estacionamiento discreto y con el plus que a muy pocos metros hay varios moteles.
Llegado el día salí más temprano que nunca de mi casa y estuve 10 minutos antes de lo acordado, ella llegó puntual y no tardó en encontrarme, esperé a que estacionara y asegurara su auto y luego me baje a recibirla y quise darle un beso pero me pidió que no lo hiciéramos ahí, así que me tuve que aguantar y nos subimos a mi carro y le dije si tenía algún lugar preferido, allí si se avergonzó y me dijo que nunca había estado en uno. La verdad no sabía si creerle, porque durante toda la semana se había comportado muy segura de si misma, hasta este momento la veía un poco dudosa, así que le pregunté si estaba segura, me dijo que si, que yo le gustaba mucho y le encantaba mi trato, que siempre era un caballero y no como el patán de su esposo. Le pregunté si esto lo hacía como venganza, me dijo que en parte ya que ella se había casado con él siendo muy ingenua, estaba muy enamorada y que nunca había estado con nadie más, pero a menos de un año él había cambiado totalmente y relativamente la tenía abandonada y se la pasaba los fines de semana tomando y casi ni la tocaba y que hace poco descubrió que la engañaba y que como por broma del destino supo de esa aplicación, le pregunté a cuantos de sus conocidos había marcado, me comentó que a varios pero solo yo tenía la aplicación y solo de mi recibió respuesta (afortunado de mi) pero que ya la había borrado (yo no, y menos ahora) así seguimos rompiendo el hielo por un rato, hasta que le dije que la llevaría a un lugar que le iba a encantar, ella solo dijo con que esté discreto y limpio.
Pedí una habitación con jacuzzi y al entrar vi su cara de asombro, me dijo que ella pensaba que eran unas habitaciones feas y corrientes, pero me dijo que estaba mejor que la habitación de su luna de miel, punto a favor.
Y como comentó que le atraía mi caballerosidad decidí tratarla así, como si fuera su primera vez.
Ambos traíamos el uniforme de la empresa, camisa blanca típica de algodón bordada con logos y pantalón caqui, que no nos favorecía, sin embargo no por eso ocultaba el tamaño de su espectacular trasero, la tomé de su breve cintura y le dije:
-ya muero por besarte, toda la semana he soñado con besar y morder tus labios
Noté como se sonrojó, era una mujer diferente a la que había tratado toda la semana, que parecía una experta en estos asuntos, pero creo que era una coraza para no verse tonta. Y en realidad era una linda y frágil dama que deseaba ser tratada como tal.
-que lindo, bésame – me contestó
No me lo dijo dos veces y comencé poco a poco saboreando sus labios, de una manera adolescente, y fui subiendo el tono mordisqueándolos con los míos, sin usar los dientes, luego fui probándolos con mi lengua, hasta que no pude más y la besé apasionadamente y ella respondió de la misma forma, mis manos mientras tanto acariciaban su cintura y espalda, no quería apresurar las cosas, y estuvimos disfrutando el sabor de nuestros labios por un buen rato, nuestra respiración cada vez estaba más agitada, y de cuando en cuando bajaba a besar su cuello, ella me resoplaba en la oreja y me encendía a grados desconocidos, luego le mordisqueaba el lóbulo de su oreja, acariciaba su cabellera, que expelía un delicioso aroma frutal, que combinaba con su delicado perfume, suave y fresco.
La temperatura poco a poco fue subiendo, yo sentía en mi pecho la dureza de sus pezones y sabía que ella ya sentía mi erección porque se levantaba en puntillas para restregar su cuerpo al mío, no pude más y por fin pude tomar sus duras nalgas y la atraje hacia mi fundiendo nuestros cuerpos, y literalmente masturbándonos sobre la ropa, restregando nuestros genitales, al hacer esto pude percibir que su respiración se aceleró aún más y alzo sus piernas para que pudiera cargarla, la alcé de esa manera y me recargué sobre un tocador, para no perder el equilibrio, ya podía sentir el calor de su entrepierna en la mía, nos restregábamos ferozmente sin dejar de besarnos, me di la vuelta y la senté en el mueble y comencé a desabotonar su camisa, lentamente mientras nos devorábamos con la mirada, ella me imitó y fue un ritual que parecía ensayado, luego retiramos nuestras camisas y comenzamos a explorar nuestros cuerpos, yo comencé a besar su cuello y ella a acariciar mi espalda, fui bajando hasta llegar a sus lindos pechos suaves y carnosos, los besé en su parte superior uno a uno, ella suspiró, al sentir el roce de mis labios, traía un top blanco que transparentaba un poco sus lindas montañas, pero yo aún tenía tiempo y mucho por explorar, así que seguí bajando hasta toparme con su vientre y mientras mis manos acariciaban su espalda pude regocijarme besando su cintura y estómago, luego tomé sus pechos, uno en cada mano y pude por fin sentir su calor, suavidad y firmeza, no resistí más y regresé a ellos, esta vez con más intensidad acercándolos a mi boca con mis manos y besándolos sobre la tela del top, humedeciéndola para que se transparentara aún más, pudieron verse levemente sus aureolas y pude saborear ese sabor a detergente mezclado con el rico sabor de una mujer, estuve un rato jugueteando con ellos, y ella gemía de gozo, daba pequeños pujiditos que me enloquecían, la cargué nuevamente y la llevé a la cama, allí la senté en una orilla y sin dejar de besar todo su torso, me hinqué frente a ella y le fui desbrochando las agujetas de sus zapatos, los quité e hice lo mismo con sus calcetas, pude ver que sus pies eran bellos y cuidados, no resistí y tomé uno de ellos entre mis manos, lo acaricié y le di un beso en su empeine, ella como que lo quiso quitar tal vez temiendo que pudieran darle cosquillas, pero lo aferré firmemente y metí uno de sus dedos en mi boca, lo chupé y pude sentir que no le desagradó el hecho asi que lo hice uno a uno de cada pie, ella solo se dejaba hacer, después me fui besando sus piernas sobre el pantalón hasta llegar a su entrepierna, ella abrió sus extremidades y permitió a mi boca jugar a placer, comencé lengüeteando su parte íntima y luego mordisqueándola; ella se había mantenido sentada en la cama tomando mi nuca, pero en un momento de plena excitación me soltó y se dejó caer de espaldas sobre la cama, mientras ayudándome con mi boca fui desabotonando su pantalón, luego lo fui bajando poco a poco ya que por sus anchas caderas no fue fácil sacarlo, además por poco se va con todo y braga cosa que no quería que sucediera, me encanta ver a las mujeres en ropa interior, pude sacárselo después de unos segundos e hice una pausa para admirarla, tomándola de la mano la puse de pie y le dije:
-Quiero admirarte- se sonrojó pero siguió mis indicaciones; sin soltarle la mano la alejé para admirarla y la hice que se diera la vuelta como si estuviéramos bailando.
-¿te gusto?
-me encantas, eres un sueño- no mentía, sus piernas son torneadas, gorditas pero no pasadas de medidas, muy blancas y suaves, tenían que ser gruesas para sostener esas grandes caderas que cargaban y que me tenían embobado, y las traía cubiertas con una especie de tanga, pero no de hilo dental, roja con lunares blancos pequeños, luego estaba una hermosa e impecable espalda toda hermosa de blanca piel sin imperfecciones y con hoyuelos en la cintura casi de modelo. Su figura de guitarra era el cuerpo mas bello que había tenido en mis manos, no podía creer mi buena suerte.
-mentiroso
-no, de verdad estas increíble, eres una mujer hermosa que cualquier hombre sueña con tener y hoy me has permitido tener la fortuna de tenerte aquí conmigo- mi voz cambió de tono a más gruesa, por la excitación que sentía.
Ella me abrazó apenada porque prácticamente me la estaba comiendo con la mirada, pero eso dio pie a poder tomarla de su breve cintura y acercar su vientre al mío, sus pechos casi desnudos y poder aspirar de cerca su aroma juvenil, le susurré que le gustaría hacer; me dijo que la besara TODA, ya que le había encantado como besé sus pies.
No me lo dijo dos veces, comencé por adueñarme nuevamente de sus labios, bajando por su cuello, hombros, me detuve en sus carnosos pechos donde besé ambos con ternura y luego lamí, aun sin desnudar sus pezones, ella aprovechó la pausa y me quitó mi camiseta, me desabrochó el cinturón, lo sacó de las presillas y jugó con él como si fuera un látigo, ambos reímos y nos abrazamos nuevamente, sus manos tomaron mi trasero y me jalaron hacia ella, una de las ventajas del pantalón que traía, era que mi empalme era notable y podía repegarlo a su cuerpo a gusto.
Desabotonó mi pantalón y cayó de inmediato al piso, yo solo tuve que levantar las piernas una a una para quedar únicamente en boxers, al verme como estaba, tomó mi verga y la apretó con su palma y dedos y comenzó a menearla sabrosamente, luego se dio la vuelta y con sus deliciosas nalgas me empujó hasta una pared no muy lejana, prácticamente me arrinconó con ellas y comenzó a moverse en un delicioso perreo que me permitió sentir sus nalgas una a una, sobando mi falo de arriba abajo y de un lado a otro ahora si sentía la temperatura de su cuerpo y lo mojada que estaba, ya que estaba prácticamente empinada con sus manos en sus rodillas y su bote pegado a mí, el calor que ambos emanábamos ya nos tenía sudando, yo la sujeté de su cintura y me la repegué aún más, comencé a moverme como si la estuviera penetrando, jalé su tanga para que se le metiera entre sus cachetes y luego poder amasar sus turgentes nalgas desnudas.
Me resbalé poco a poco hacia el piso hasta poder poner mi cara sobre su trasero y pude besar y lamer sus deseadas nalgas, no resistí mucho la tentación y mordí una de ellas, no muy duro para no incomodarla, ella respingó pero no se quejó; luego metí mi cara completamente entre ambas y busqué desesperadamente su coño con mi lengua, estando en cuclillas me era difícil, así que terminé por tirarme en la alfombra y sentarla sobre mi cara, hice a un lado su tanga y pude ver que se había arreglado muy rico para mí, ya que el ano lo traía bellamente depilado y su rico bizcochito traía sus labios limpios y también depilados, pero en su monte se podía sentir una breve alfombra de bellos que luego notaría estaban en forma triangular pero muy pequeñito que se le veía exquisitamente sexy.
Seguí en lo mío metiendo mi lengua por sus rosadas carnes y aspirando un delicioso aroma a talco, algo que me llamó la atención, ya que no se veía dicho polvo entre su ropa o cuerpo, sin embargo le olía deliciosamente limpio, tampoco hubo sabor alguno que me dijera que se había puesto, no pensé más en eso y disfruté sus sabores, lengüeteando su clítoris y escuchando sus gemidos, chupe, lamí, mordisquee, todo lo que pude, estaba tan entretenido que no me percaté que ella se estaba acomodando para que hiciéramos un caliente 69, hasta que sentí la humedad de sus labios en mi glande, comenzó por lamer los jugos lubricantes, luego chupó solo la cabeza como si fuera una paleta de caramelo e hizo algo que casi me hace venir, se metía la cabeza la chupaba girando su cabeza y luego se la sacaba de golpe y repetía la operación varias veces, hasta que después de unas cuantas, se encajó toda la verga en su boca y comenzó a darme las más espectacular mamada que me han dado en la vida, yo correspondí dando todo de mí en su vagina y creo que no lo hice tan mal ya que sentí como su cuerpo comenzó a apretarse, retorcerse, temblar, y emitir chorros calientes de jugos vaginales hacia mi cara, pero lo que me hizo estallar a mí fue sus gritos fuertes pero extremadamente sexys, no escandalosos, sino sexosos, cuando ella estaba alcanzando un primer orgasmo, que me llevó a aventarle toda mi leche a su rostro que ella recogió lo mejor que pudo con su boca, el resto fue a parar a la alfombra del hotel, y yo seguí mamando su sexo hasta que también sentí que su cuerpo se doblegó, se tumbó sobre mí y luego cayó hacia un lado.
Tan pronto recuperé un poco de fuerzas, me levanté y la cargue para llevarla a la cama, la acosté sobre ella y terminé de desnudarla, quite su tanga, luego le saqué su top, al fin pude ver sus preciosos pechos que tenían unos bonitos y grandes pezones marrón, admiré su vientre plano y, como ya había mencionado, su pequeño triangulo en su monte de venus, yo también aventé a un lado mi bóxer, increíblemente al ver su cuerpo así, desnudo y a mi disposición, hizo que mi pene brincara y mantuviera la erección, lo primero que hice, porque era lo que mas deseaba desde que la conocí, fue tomar esa cereza de sus pechos y llevarla a mi boca, apretando con ambas manos sus melones, fuerte pero procurando no lastimarla, me encantó que ella me abrazó y me jaló hacia si para que yo quedara sobre ella y puso sus piernas sobre mi espalda, invitándome a que siguiéramos, no lo pensé mucho y me puse en acción, la jale del talle y le acerque mi pene a sus aun mojados labios mayores, comencé a moverlo sobre toda su raja, haciendo énfasis en su clítoris, separé con mi verga su entrada y preparé la estocada que me abrió las puertas a la gloria, como todo un caballero la fui dejando resbalar poco a poco, retrocediendo cuando sentía resistencia, y repitiéndolo hasta estar cada vez mas dentro, cuando conseguí llegar hasta el fondo, pude ver como jaló aire y lo contuvo en un suspiro que provocó mis ganas de quedarme quieto hasta que recuperara su aliento, una vez que sentí sus caderas tomar ritmo, yo comencé a disfrutar su jugoso y cálido interior, y le seguí el ritmo a su velocidad, acerqué una almohada y la puse bajo su cadera para tener un mejor ángulo, seguí penetrando en ese rítmico mete y saca, pude sentir su cálido interior mojando toda mi verga y hasta haciendo espuma, chorreando mis huevos y mojando sus torneados muslos.
Seguimos en la posición de misionero por un rato luego me paré a la orilla de la cama y subí sus piernas tomándolas por los tobillos y pude apreciar todo su sexo abierto al abrir sus piernas en casi 180° no pude resistirme y antes de volver a metérsela, volví a darle una rica mamada que ella agradeció con gemididtos y grititos de placer, no tarde mucho en eso ya que mi verga seguía pidiendo pucha, y así con la piernas hacia el cielo le deje ir mi pito de golpe, pero esta vez entro si ningún esfuerzo, la tuve con las piernas arriba, mientras la acariciaba desde las nalgas, muslos y chamorros llegando hasta sus pies, mientras veía como se bamboleaban su tetas al ritmo de mis embestidas, luego cerré sus piernas dejando mi pene dentro de ella y paré el movimiento, pude claramente sentir como palpitaba, luego reanudé poco a poco el vaivén hasta que se tornó en un pistoneo veloz, minutos después, como si fuera una coreografía, cambiamos de posición como si ya supiéramos que queríamos uno del otro, perfectamente coordinados, ella se puso de lado y yo me acosté tras ella cuchareándola, y disfrutando la hermosa vista. La penetré en esta posición tan deliciosa acariciando con mi cuerpo su redondo trasero y con mis manos mudándolas de su cintura a sus nalgas y luego subiendo hasta sus carnosas tetas.
Luego fui yo quien decidí cambiar la postura y me senté a la orilla de la cama viendo hacia uno de los espejos que abundaban en la habitación, y la senté sobre mi de tal forma que ella también veía hacia el espejo, yo con las piernas cerradas y ella abiertas comenzó a darse de sentones mientras ambos veíamos la cachonda escena en el reflejo, pude ver su rostro gesticulando la pasión, luego cerrar sus bellos ojos para disfrutar el momento, yo estaba ya muy caliente y punto de mi segundo orgasmo, le dije:
-Quiero venirme
-Hazlo –me contesté entre gemidos-yo me estoy cuidando y estoy a punto de llegar también.
Y comenzó a moverse con mas velocidad y a agitarse fuertemente, yo entre que la guiaba y la contenía cargándola por la cintura, luego comenzó a gritar
-ooooh si, me encantas, lo haces divino, sigue, dámelo todo, quiero sentir tu semen en mi, tu leche caliente
Esas palabras me pusieron a mil pero quería terminar con ella y aguanté un poco mas hasta que sus gritos y gemidos fueron mas intensos y cachondos, y solo decía:
-ya, ya, ahhhhh, siiii, vente en mi oooh mmmm
Se empinó mientras decía esto y yo me puse de pie, ella dio unos pasos para recargarse con sus manos sobre el espejo en la pared y yo sentí tan rrico que segui empujándole la verga hasta lo mas profundo de su ser y le solté a máxima presión la leche inundando su interior al tiempo que sentí también su orgasmo, ella siguió un momento mas, temblorosa y moviéndose sobre mi verga, que estaba dolorosa y aun tiesa, hasta hacerla tocar el cielo, la tome por las caderas al sentir su orgasmo y la abracé por la espalda mientras besaba su oreja y mejilla.
Ese día fue ,sin el afán de exagerar, de una jornada de ocho horas de placer continuo, ya que pasamos al jacuzi, lo hicimos en la regadera, me montó, la monté, y tuvimos orgasmos en cada ocasión hasta que llegó la hora en que regularmente salimos de trabajar, solo nos acicalamos un poco, la llevé a donde su auto y esta vez se despidió de mi con un largo y pasional beso con mordida de labio y todo en pleno estacionamiento del centro comercial a las 19:30h lo que me dejó claro que le había encantado y se tendría que repetir en mas ocasiones
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