Gamzatti
Becerro
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- 27 Ene 2014
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De pequeños mi primo y yo siempre fuimos grandes compañeros de juego, pero solo le veía en vacaciones pues vivíamos en ciudades distintas. Habían pasado años sin vernos cuando en aquel verano junto con mi familia fuimos a visitar y hospedarnos con mis tíos y lógicamente mi primo.
Ya no era una niña, mi cuerpo había cambiado proveyéndome de unos grandes y redondos pechos, además de un trasero más definido; cosa que no pasó desapercibida por mi primo que al igual ya había dejado de ser un niño, alto, fuerte y con una espalda ancha. En cuanto llegamos, me saludo y se dibujó una extraña sonrisa en su rostro, se sentó en la sala frente a mí y no me quitaba los ojos de encima… yo ingenua creí que solo era la alegría de verme después de tantos años, sin imaginar que seguramente ya me había desnudado en su mente.
Pasaron algunos días de visita y el trato entre nosotros era de lo más normal, en ocasiones él me tomaba por la cintura sin motivo aparente pero nunca lo interprete de mala manera, pero todo cambio una noche que nos quedamos solos.
Mis padres y tíos decidieron salir esa noche, así que me fui a acostar y mi primo se quedó en la computadora…había pasado a lo mucho una hora y me desperté, me voltee para acomodarme en otra posición y fue cuando vi a mi primo, estaba sentado en el piso con los brazos y la cabeza recargados en la cama, como si me hubiese estado mirando y se hubiera quedado dormido. Me levante hasta quedar sentada y lo mire por unos segundos, pero no me atrevía a despertarlo… supongo sintió el movimiento que hice al incorporarme pues pronto despertó y sin aviso se lanzó sobre mí y me beso.
Fue un beso tan ardiente que casi instantáneamente se agito mi respiración, me abrazaba tan fuerte que seguramente podía sentir mis senos contra su pecho, tanto como yo sentía esa firme erección rozando contra mis partes., el comenzó a meter su mano bajo la pequeña blusita que llevaba de pijama, acaricio lentamente mi estómago hasta llegar a mis pechos, los comenzó a tocar apretándolos y frotando delicadamente mis pezones… excitada empecé a lanzar pequeños gemidos, él se apresuró a sacarme la blusita para poder mordisquear mis pezones que ya estaban muy duros. Comenzó a bajar a besos, yo aún no estaba tan segura respecto a lo que estábamos haciendo, así que cuando desabrocho el cordel del pantalón de mi pijama lo detuve. El me miro, y me dijo: no te preocupes, solo quiero besarte.
Me quito el pantalón de pijama y comenzó a acariciarme por sobre mis bragas, yo me excite aún más y supongo lo noto pues procedió a quitarme esa última prenda y comenzó a lamerme… me produjo tal placer que sentí perdía el control de mi cuerpo, el me estimulaba con su lengua para luego alternar con su dedos, yo me retorcía mientras lanzaba gemidos cada vez más fuertes; el siguió tocándome con una mano mientras con a otra saco su miembro y comenzó a masturbarse y a frotar su pene con mis partes, poniéndolo sobre la entrada de mi vagina como si fuese a penetrarme.
Pronto comenzó a presionarlo suavemente logrando meter la punta, yo gemía más y más, sentía como mi temperatura aumentaba y la desesperación por sentir todo su miembro dentro de mí.. él se contenía de avanzar pues de alguna forma me había prometido que no pasaría de unos besos y caricias, por lo cual me correspondía a mi dar el siguiente paso.
Con una mano lo tome del cuello para besarnos, y mientras nuestras lenguas se encontraban puse mi otra mano en la parte baja de su espalda y le di un empujón hacia mí a la vez que movía mi pelvis ligeramente hacia adelante para que su miembro entrara completo.. fue tan sorpresivo para él y placentero pues separo su boca de la mía para dar un gemido.
Ahora podía sentir su pene tan firme y caliente dentro de mí, el me miro y me acarició el rostro delicadamente para después proseguir a moverse penetrándome una y otra vez; lo hacía tan fuerte y con tal energía que comencé a temblar de placer sin poder hacer más que dejar mis piernas totalmente abiertas para que se moviese a voluntad… verme así lo éxito tanto que de pronto me dijo ya no aguantaría más, que estaba por venirse y me pregunto dónde me gustaría que terminará... le di la libertad de elegir, además de que evidentemente ya me había dado más de un orgasmo. Entonces se retiró de mi apenas segundos para terminar en mi abdomen.
Me limpio, me volvió a colocar mi ropa, me dio un ligero beso para después darme las buenas noches y salir de la habitación. Yo me quede un momento más antes de dormir, en silencio con una sonrisa en los labios pensado en lo que acababa de ocurrir.
Al día siguiente en el desayuno todo era tan normal como siempre, mis tíos y padres reían y platicaban como les había ido la noche anterior mientras mi primo y yo nos mirábamos de reojo pensando en lo bien que nosotros también la habíamos pasado.
Ya no era una niña, mi cuerpo había cambiado proveyéndome de unos grandes y redondos pechos, además de un trasero más definido; cosa que no pasó desapercibida por mi primo que al igual ya había dejado de ser un niño, alto, fuerte y con una espalda ancha. En cuanto llegamos, me saludo y se dibujó una extraña sonrisa en su rostro, se sentó en la sala frente a mí y no me quitaba los ojos de encima… yo ingenua creí que solo era la alegría de verme después de tantos años, sin imaginar que seguramente ya me había desnudado en su mente.
Pasaron algunos días de visita y el trato entre nosotros era de lo más normal, en ocasiones él me tomaba por la cintura sin motivo aparente pero nunca lo interprete de mala manera, pero todo cambio una noche que nos quedamos solos.
Mis padres y tíos decidieron salir esa noche, así que me fui a acostar y mi primo se quedó en la computadora…había pasado a lo mucho una hora y me desperté, me voltee para acomodarme en otra posición y fue cuando vi a mi primo, estaba sentado en el piso con los brazos y la cabeza recargados en la cama, como si me hubiese estado mirando y se hubiera quedado dormido. Me levante hasta quedar sentada y lo mire por unos segundos, pero no me atrevía a despertarlo… supongo sintió el movimiento que hice al incorporarme pues pronto despertó y sin aviso se lanzó sobre mí y me beso.
Fue un beso tan ardiente que casi instantáneamente se agito mi respiración, me abrazaba tan fuerte que seguramente podía sentir mis senos contra su pecho, tanto como yo sentía esa firme erección rozando contra mis partes., el comenzó a meter su mano bajo la pequeña blusita que llevaba de pijama, acaricio lentamente mi estómago hasta llegar a mis pechos, los comenzó a tocar apretándolos y frotando delicadamente mis pezones… excitada empecé a lanzar pequeños gemidos, él se apresuró a sacarme la blusita para poder mordisquear mis pezones que ya estaban muy duros. Comenzó a bajar a besos, yo aún no estaba tan segura respecto a lo que estábamos haciendo, así que cuando desabrocho el cordel del pantalón de mi pijama lo detuve. El me miro, y me dijo: no te preocupes, solo quiero besarte.
Me quito el pantalón de pijama y comenzó a acariciarme por sobre mis bragas, yo me excite aún más y supongo lo noto pues procedió a quitarme esa última prenda y comenzó a lamerme… me produjo tal placer que sentí perdía el control de mi cuerpo, el me estimulaba con su lengua para luego alternar con su dedos, yo me retorcía mientras lanzaba gemidos cada vez más fuertes; el siguió tocándome con una mano mientras con a otra saco su miembro y comenzó a masturbarse y a frotar su pene con mis partes, poniéndolo sobre la entrada de mi vagina como si fuese a penetrarme.
Pronto comenzó a presionarlo suavemente logrando meter la punta, yo gemía más y más, sentía como mi temperatura aumentaba y la desesperación por sentir todo su miembro dentro de mí.. él se contenía de avanzar pues de alguna forma me había prometido que no pasaría de unos besos y caricias, por lo cual me correspondía a mi dar el siguiente paso.
Con una mano lo tome del cuello para besarnos, y mientras nuestras lenguas se encontraban puse mi otra mano en la parte baja de su espalda y le di un empujón hacia mí a la vez que movía mi pelvis ligeramente hacia adelante para que su miembro entrara completo.. fue tan sorpresivo para él y placentero pues separo su boca de la mía para dar un gemido.
Ahora podía sentir su pene tan firme y caliente dentro de mí, el me miro y me acarició el rostro delicadamente para después proseguir a moverse penetrándome una y otra vez; lo hacía tan fuerte y con tal energía que comencé a temblar de placer sin poder hacer más que dejar mis piernas totalmente abiertas para que se moviese a voluntad… verme así lo éxito tanto que de pronto me dijo ya no aguantaría más, que estaba por venirse y me pregunto dónde me gustaría que terminará... le di la libertad de elegir, además de que evidentemente ya me había dado más de un orgasmo. Entonces se retiró de mi apenas segundos para terminar en mi abdomen.
Me limpio, me volvió a colocar mi ropa, me dio un ligero beso para después darme las buenas noches y salir de la habitación. Yo me quede un momento más antes de dormir, en silencio con una sonrisa en los labios pensado en lo que acababa de ocurrir.
Al día siguiente en el desayuno todo era tan normal como siempre, mis tíos y padres reían y platicaban como les había ido la noche anterior mientras mi primo y yo nos mirábamos de reojo pensando en lo bien que nosotros también la habíamos pasado.
