UNA EXTRAÑA PASION.
Mi nombre es lo de menos, solo deseo compartir con los lectores de esta página, todo lo que en las ultimas semanas he vivido.
Mi esposa a quien llamare diana, es alguien de mentalidad muy abierta, recientemente al hacer el amor me introdujo su dedo en mi ano, le reclame diciendo que eso no me había gustado y que no lo volviese a repetir. Lo que ella no sabía es que había sido todo lo contrario, ese dedo me había encantado pero para evitar que pensara que soy gay pues ya no le hice mención de nada. Y en ese instante una idea comenzó a rondar mi cabeza, hago notar que desde hace algunos años me he introducido objetos en mi ano, y que estando en la facultad de economía, en la casa de apoyo para estudiantes, disfrutaba muchísimo introducirme mis dedos. Pero enfatizo mi tendencia con las bellas damas.
En una ocasión, al subir a un árbol me cai de la rama y con otra me rasgue mi pantalón, al revisarme vi que solo fue un razguño en la entrepierna pero sin importancia, mi esposa insistió en ver a un doctor y le dije que después iria, al otro dia me percate que me molestaba un poco asi que en el camino de mi trabajo a mi casa vi un consultorio de los llamados “similares”, estacione el auto y me baje, como las paredes de esos consultorios son delgadas, pude escuchar que el doctor le pedia que se empinara para que viese bien el problema, ese dialogo me excito, ya que me imaginaba esa situación y ese solo hecho me ponia inquieto.
Al final el doctor le receto algo para las hemorroides y el paciente salió y me dispuse entrar, tratando de disimular la erección que en ese momento se mostraba en todo lo alto, el doctor me pidió que me sentara y le dije lo que había pasado, pidiéndome que le mostrara, yo acepte cuando una idea rondo mi mente, después de la revisión me dijo que no necesitaba más que un antiinflamatorio. Teniendo los pantalones debajo le dije que había algo mas, en mi caída me había golpeado el trasero y que la parecer una rama me había molestado también el ano. El doctor me pidió entonces que me quitara el pantalón y que le permitiera revisarme, el se había puesto unos guantes previamente, así que me empine y me reviso, al sentir sus dedos alrededor de mi ano me di cuenta que la sensación era muy agradable, después me pregunto si podía empinarme más para revisar detenidamente, así que me empine a todo lo que daba, y esos toqueteos de su dedo con mi ano fueron lo mejor que había sentido en años. Fue tanto mi goce que no me percate de mi pene se había puesto erecto como nunca, y cuando me dijo el doctor vístase, fue muy incomodo colocarlo dentro del bóxer, y cerrar el pantalón fue una proeza, al no encontrar nada, solo me dio las recomendaciones de rutina. Así me retire a mi casa.
Durante los días siguiente no pude concentrarme en mi trabajo, a cada rato pensaba en lo sucedido en el consultorio, tenía muchas ganas que eso se repitiera. Y mi voluntad fue superada, ahora solo deseaba encontrar el pretexto.
Ese día mi esposa saldría de excursión y se llevo a los niños ya que mi trabajo me impedía asistir con ellos, estando en mi casa daba vueltas y vueltas y al no poder mas, tome las llaves y enfile mi auto hacia el consultorio, en ese momento no había nadie, pero para mi sorpresa había un anuncio que decía que hasta nuevo aviso darían consulta, baje y le pregunte a la chica de la farmacia sobre el doctor, dijo que el ya no trabajaría ahí, que estaba por regresarse a su pueblo en Tlaxcala, pero que tenia que regresar por unas cosas personales que había dejado en el consultorio, eso me derrumbo y al dar media vuelta vi que de un auto bajaba el doctor, no lo pude evitar y una sonrisa se reflejo en mi rostro.
Que tal Doctor, le dije, me acaban de dar la noticia de que nos deja, el con su formalidad característica dijo que efectivamente estaba por irse, que si deseaba alguna consulta, le dije que si, que tenia duda sobre si tenia hemorroides y que esa duda me tenia preocupado, el doctor dijo, bueno que este sea la ultima consulta de este galeno, mientras la chica le daba risa la forma en que lo había dicho.
Pase ud. Ya sabe el protocolo, no hubo necesidad de que lo dijera dos veces, me quite toda la ropa de la cintura para abajo, ni siquiera me tome la molestia en doblarla y acomodarla. El no se puso la bata blanca, y solo haciendo uso de los guantes me reviso, de una manera más cuidadosa y tomándose un poco más de tiempo palpo lo necesario para que apareciera de la nada la erección, esa que es más fuerte que la que comúnmente tengo. Después me pidió que me vistiera, que no necesitaba nada de medicamentos, que todo estaba bien, le agradeci, y cuando me despedia, dijo que se regresaría a su pueblo y que aun le quedaba el fin de semana para irse, que si deseaba acompañarlo a tomar alguna copa, emocionado le dije que si, asi que ya en la tarde le dije a mi esposa que iria a brindar con un amigo, ella me contesto sarcásticamente si, como no.
Ya en el bar nos sinceramos y le conté sobre mi vida de casado, me dijo que también tenia familia que por eso dejaba la ciudad para regresar con ellos, le enfatice que era una lástima porque ya le había tenido cierta confianza además de afecto, el se rio y pregunto ¿por qué?. Es sencillo mi doc, ahí le va, lo de mi ano no fue sino una forma de poder acercarme a usted ya que desde hace algunos años o mas bien dicho toda mi vida he tenido algunas dudas sobre mi sexualidad y la verdad es que no se a quien recurrir; espero que esta charla no le moleste doc, sin ninguna expresión en su rostro me comento que podía confiar plenamente en el ya que en sus 20 años de profesión había visto de todo. Bueno eso me hace sentir reconfortado le dije.
Mire desde adolescente siempre he sentido muchísima atracción por las viejas, y he tenido casi a todas que me he propuesto, desde chiquitas hasta grandotas, desde casi niñas hasta maduras, y es algo que nunca dejare de sentir y de disfrutar, solo que en la facultad en la soledad de mi cuarto, como un complemento a mi masturbación, me introducía los dedos en mi ano, eso hacía que fuese más placentera, después me introduje objetos, desde mangos de paraguas, hasta botellas, eso sí con mucho cuidado. Pero todo cambio cuando vi una revista xxx en donde había relaciones entre dos hombres, eso me excito más de lo normal, el ver el pene erecto de un macho hacia que sintiera cosas en mi estomago, además de unas ganas tremendas de acariciarlo, lo que más me encantaba de esas imágenes era el sexo oral y la penetración que le hacia un tipo vestido de policía y otro desnudo, empinado y con cara de excitación.
A lo que voy es que uno de mis anhelos es el de poder estar con un hombre, pero la verdad me da temor por lo que llegara a pasar en mi hogar, usted sabe, los chismes y que mi mujer lo supiera. Espere me contesto el doctor, antes que nada le comento que en los gays existe la figura del pasivo y el activo, ¿cual es la que a ud. Le gustaría realizar?. Pues creo que definitivamente la de pasivo, para saciar mi curiosidad. A vaya contesto el doctor, fíjese que coincidencia. ¿Cual coincidencia doc?. Pregunte intrigado. conozco a una persona que es activo y que tal vez pueda ayudarlo a ud. Claro, siempre y cuando sepa guardar el secreto ya que el también es casado, además solo se verían una vez, ¿esta ud de acuerdo?. Claro conteste sin pensarlo, entonces nos vemos mañana a las 7 de la mañana, aquí mismo, en la entrada. De acuerdo, trato hecho, y emocionado me fui a mi casa.
La noche se me hizo eterna, el insomnio simplemente se adueño de todo mi ser, mi esposa lo noto y en la madrugada me pregunto qué era lo que me tenia preocupado, lo único que atine a decir fue que la cena me había caído muy pesada. Para las 6:30 estaba bañado y listo para sacar el auto del garaje, las calles estaban vacias debido a que era domingo, llegue exactamente 15 minutos antes de lo pactado, mi corazón latia muy fuerte y mis manos sudorosas jugueteaban con el llavero; el parque casi vacio mostraba a varios deportistas que se ejercitaban en la frescura de la mañana, gire la cabeza y vi un auto rojo manejado por el doc, y pasando a un costado mio me hizo la seña que lo siguiera, siendo un viaje angustioso de 10 minutos hacia una colonia cercana, ahí estaciono su auto frente a una residencia muy grande, ambos bajamos de nuestros autos y saludándome comento que esa no era su casa, que un amigo suyo se la había prestado, y me invito a pasar.
Ya adentro charlamos brevemente, confesando que ahí habían pasado cosas muy agradables en su época de residente, ya que se concentraban hasta 5 pasantes en esa casa, me ofreció una copa a pesar de lo temprano que era, un jugo estaría mejor conteste; bueno esta bien, al grano, la persona activa que te quiero presentar esta aquí, señalándose a si mismo, pero veo que eres inexperto en estos menesteres, asi que tratare de ser sumamente cuidadoso. Yo asentí con la cabeza y sin verlo a los ojos me sente en el sofá. Su orden fue clara y precisa; “quitate la ropa”, y yo acepte casi como robot, mientras lo hacia mi respiración aumentaba y disfrutaba de ese momento casi de manera inconciente, asi quede totalmente desnudo, me gusta mucho tu cuerpo, es atlético y varonil, dime ¿te ha hecho sexo oral un hombre?, casi sin voz conteste que nunca, asi que el me puso de pie, se arrodillo e introdujo mi pene en su boca, que sensación tan placentera el que mi timido pene sin erección estuviese dentro de esa calida y jugosa boca, siendo muy rápida mi erección, dándome cuenta que los hombres hacen de manera diferente el sexo oral que una mujer, ahora trata de hacer lo mismo conmigo dijo el doc, yo me hinque y se lo saque, la verdad es que lo tenia casi del mismo tamaño que el mio, solo que de color mas obscuro ya que soy de piel blanca y el era moreno, cuando lo introduje en mi boca no sentí asco ni repulsión, no pensé que esa suavidad del tronco y los plieges me excitaran, además de que el glande rozaba mi paladar haciéndome cosquillas en interior, conforme pasaba el tiempo me familiarizaba mas con el pene en mi boca, de hecho trate de meterlo lo mas hondo posible causándome una pequeña asfixia, y el doc sonriendo me decía no seas goloso, lo estas haciendo muy bien.
El doc me volteo y colocándome un liquido aceitoso en el ano, puso su pene, pero sin introducirlo de inmediato dejo que me fuera acostumbrando poco a poco a el. Ya después de unos empellones decidió introducirlo, para ese entonces mi ano pedia a gritos ser penetrado, y asi lo hizo, el aceite y la excitación hicieron que aceptara ese hermoso trozo de carne, que delicia, cuanto placer, su pene tocaba mi interior de manera viril, su bajo vientre golpeaba mis nalgas y podía sentir claramente como se estrellaban sus testículos con los mios.
Después de un rato, cambiamos de posición, me coloco boca-arriba y subiendo mis piernas en sus hombros introdujo nuevamente su pene, pero esta vez mas rápido y sin tantas complicaciones como en el principio, sus ojos no dejaban de mirarme mientras el vaivén agresivo comenzaba, pude sentir cuando el eyaculo en el condón, después de retirarlo se hinco nuevamente y me masturbo, a veces con sus labios y a veces con la mano, hasta que no pude mas y eyacule, el de inmediato devoro mi semen, que placer tan grande, eyacular dentro de la boca de un hombre es colosal. Después de descansar un poco nos fuimos a bañar, quedando de vernos en la tarde para despedirlo en el aeropuerto y por supuesto quedar de verlo allá en su pueblo del estado de Nayarit; quiero hacer patente que después de esa ocasión pasaron mas, después platicare de algunas de ellas.
Mi nombre es lo de menos, solo deseo compartir con los lectores de esta página, todo lo que en las ultimas semanas he vivido.
Mi esposa a quien llamare diana, es alguien de mentalidad muy abierta, recientemente al hacer el amor me introdujo su dedo en mi ano, le reclame diciendo que eso no me había gustado y que no lo volviese a repetir. Lo que ella no sabía es que había sido todo lo contrario, ese dedo me había encantado pero para evitar que pensara que soy gay pues ya no le hice mención de nada. Y en ese instante una idea comenzó a rondar mi cabeza, hago notar que desde hace algunos años me he introducido objetos en mi ano, y que estando en la facultad de economía, en la casa de apoyo para estudiantes, disfrutaba muchísimo introducirme mis dedos. Pero enfatizo mi tendencia con las bellas damas.
En una ocasión, al subir a un árbol me cai de la rama y con otra me rasgue mi pantalón, al revisarme vi que solo fue un razguño en la entrepierna pero sin importancia, mi esposa insistió en ver a un doctor y le dije que después iria, al otro dia me percate que me molestaba un poco asi que en el camino de mi trabajo a mi casa vi un consultorio de los llamados “similares”, estacione el auto y me baje, como las paredes de esos consultorios son delgadas, pude escuchar que el doctor le pedia que se empinara para que viese bien el problema, ese dialogo me excito, ya que me imaginaba esa situación y ese solo hecho me ponia inquieto.
Al final el doctor le receto algo para las hemorroides y el paciente salió y me dispuse entrar, tratando de disimular la erección que en ese momento se mostraba en todo lo alto, el doctor me pidió que me sentara y le dije lo que había pasado, pidiéndome que le mostrara, yo acepte cuando una idea rondo mi mente, después de la revisión me dijo que no necesitaba más que un antiinflamatorio. Teniendo los pantalones debajo le dije que había algo mas, en mi caída me había golpeado el trasero y que la parecer una rama me había molestado también el ano. El doctor me pidió entonces que me quitara el pantalón y que le permitiera revisarme, el se había puesto unos guantes previamente, así que me empine y me reviso, al sentir sus dedos alrededor de mi ano me di cuenta que la sensación era muy agradable, después me pregunto si podía empinarme más para revisar detenidamente, así que me empine a todo lo que daba, y esos toqueteos de su dedo con mi ano fueron lo mejor que había sentido en años. Fue tanto mi goce que no me percate de mi pene se había puesto erecto como nunca, y cuando me dijo el doctor vístase, fue muy incomodo colocarlo dentro del bóxer, y cerrar el pantalón fue una proeza, al no encontrar nada, solo me dio las recomendaciones de rutina. Así me retire a mi casa.
Durante los días siguiente no pude concentrarme en mi trabajo, a cada rato pensaba en lo sucedido en el consultorio, tenía muchas ganas que eso se repitiera. Y mi voluntad fue superada, ahora solo deseaba encontrar el pretexto.
Ese día mi esposa saldría de excursión y se llevo a los niños ya que mi trabajo me impedía asistir con ellos, estando en mi casa daba vueltas y vueltas y al no poder mas, tome las llaves y enfile mi auto hacia el consultorio, en ese momento no había nadie, pero para mi sorpresa había un anuncio que decía que hasta nuevo aviso darían consulta, baje y le pregunte a la chica de la farmacia sobre el doctor, dijo que el ya no trabajaría ahí, que estaba por regresarse a su pueblo en Tlaxcala, pero que tenia que regresar por unas cosas personales que había dejado en el consultorio, eso me derrumbo y al dar media vuelta vi que de un auto bajaba el doctor, no lo pude evitar y una sonrisa se reflejo en mi rostro.
Que tal Doctor, le dije, me acaban de dar la noticia de que nos deja, el con su formalidad característica dijo que efectivamente estaba por irse, que si deseaba alguna consulta, le dije que si, que tenia duda sobre si tenia hemorroides y que esa duda me tenia preocupado, el doctor dijo, bueno que este sea la ultima consulta de este galeno, mientras la chica le daba risa la forma en que lo había dicho.
Pase ud. Ya sabe el protocolo, no hubo necesidad de que lo dijera dos veces, me quite toda la ropa de la cintura para abajo, ni siquiera me tome la molestia en doblarla y acomodarla. El no se puso la bata blanca, y solo haciendo uso de los guantes me reviso, de una manera más cuidadosa y tomándose un poco más de tiempo palpo lo necesario para que apareciera de la nada la erección, esa que es más fuerte que la que comúnmente tengo. Después me pidió que me vistiera, que no necesitaba nada de medicamentos, que todo estaba bien, le agradeci, y cuando me despedia, dijo que se regresaría a su pueblo y que aun le quedaba el fin de semana para irse, que si deseaba acompañarlo a tomar alguna copa, emocionado le dije que si, asi que ya en la tarde le dije a mi esposa que iria a brindar con un amigo, ella me contesto sarcásticamente si, como no.
Ya en el bar nos sinceramos y le conté sobre mi vida de casado, me dijo que también tenia familia que por eso dejaba la ciudad para regresar con ellos, le enfatice que era una lástima porque ya le había tenido cierta confianza además de afecto, el se rio y pregunto ¿por qué?. Es sencillo mi doc, ahí le va, lo de mi ano no fue sino una forma de poder acercarme a usted ya que desde hace algunos años o mas bien dicho toda mi vida he tenido algunas dudas sobre mi sexualidad y la verdad es que no se a quien recurrir; espero que esta charla no le moleste doc, sin ninguna expresión en su rostro me comento que podía confiar plenamente en el ya que en sus 20 años de profesión había visto de todo. Bueno eso me hace sentir reconfortado le dije.
Mire desde adolescente siempre he sentido muchísima atracción por las viejas, y he tenido casi a todas que me he propuesto, desde chiquitas hasta grandotas, desde casi niñas hasta maduras, y es algo que nunca dejare de sentir y de disfrutar, solo que en la facultad en la soledad de mi cuarto, como un complemento a mi masturbación, me introducía los dedos en mi ano, eso hacía que fuese más placentera, después me introduje objetos, desde mangos de paraguas, hasta botellas, eso sí con mucho cuidado. Pero todo cambio cuando vi una revista xxx en donde había relaciones entre dos hombres, eso me excito más de lo normal, el ver el pene erecto de un macho hacia que sintiera cosas en mi estomago, además de unas ganas tremendas de acariciarlo, lo que más me encantaba de esas imágenes era el sexo oral y la penetración que le hacia un tipo vestido de policía y otro desnudo, empinado y con cara de excitación.
A lo que voy es que uno de mis anhelos es el de poder estar con un hombre, pero la verdad me da temor por lo que llegara a pasar en mi hogar, usted sabe, los chismes y que mi mujer lo supiera. Espere me contesto el doctor, antes que nada le comento que en los gays existe la figura del pasivo y el activo, ¿cual es la que a ud. Le gustaría realizar?. Pues creo que definitivamente la de pasivo, para saciar mi curiosidad. A vaya contesto el doctor, fíjese que coincidencia. ¿Cual coincidencia doc?. Pregunte intrigado. conozco a una persona que es activo y que tal vez pueda ayudarlo a ud. Claro, siempre y cuando sepa guardar el secreto ya que el también es casado, además solo se verían una vez, ¿esta ud de acuerdo?. Claro conteste sin pensarlo, entonces nos vemos mañana a las 7 de la mañana, aquí mismo, en la entrada. De acuerdo, trato hecho, y emocionado me fui a mi casa.
La noche se me hizo eterna, el insomnio simplemente se adueño de todo mi ser, mi esposa lo noto y en la madrugada me pregunto qué era lo que me tenia preocupado, lo único que atine a decir fue que la cena me había caído muy pesada. Para las 6:30 estaba bañado y listo para sacar el auto del garaje, las calles estaban vacias debido a que era domingo, llegue exactamente 15 minutos antes de lo pactado, mi corazón latia muy fuerte y mis manos sudorosas jugueteaban con el llavero; el parque casi vacio mostraba a varios deportistas que se ejercitaban en la frescura de la mañana, gire la cabeza y vi un auto rojo manejado por el doc, y pasando a un costado mio me hizo la seña que lo siguiera, siendo un viaje angustioso de 10 minutos hacia una colonia cercana, ahí estaciono su auto frente a una residencia muy grande, ambos bajamos de nuestros autos y saludándome comento que esa no era su casa, que un amigo suyo se la había prestado, y me invito a pasar.
Ya adentro charlamos brevemente, confesando que ahí habían pasado cosas muy agradables en su época de residente, ya que se concentraban hasta 5 pasantes en esa casa, me ofreció una copa a pesar de lo temprano que era, un jugo estaría mejor conteste; bueno esta bien, al grano, la persona activa que te quiero presentar esta aquí, señalándose a si mismo, pero veo que eres inexperto en estos menesteres, asi que tratare de ser sumamente cuidadoso. Yo asentí con la cabeza y sin verlo a los ojos me sente en el sofá. Su orden fue clara y precisa; “quitate la ropa”, y yo acepte casi como robot, mientras lo hacia mi respiración aumentaba y disfrutaba de ese momento casi de manera inconciente, asi quede totalmente desnudo, me gusta mucho tu cuerpo, es atlético y varonil, dime ¿te ha hecho sexo oral un hombre?, casi sin voz conteste que nunca, asi que el me puso de pie, se arrodillo e introdujo mi pene en su boca, que sensación tan placentera el que mi timido pene sin erección estuviese dentro de esa calida y jugosa boca, siendo muy rápida mi erección, dándome cuenta que los hombres hacen de manera diferente el sexo oral que una mujer, ahora trata de hacer lo mismo conmigo dijo el doc, yo me hinque y se lo saque, la verdad es que lo tenia casi del mismo tamaño que el mio, solo que de color mas obscuro ya que soy de piel blanca y el era moreno, cuando lo introduje en mi boca no sentí asco ni repulsión, no pensé que esa suavidad del tronco y los plieges me excitaran, además de que el glande rozaba mi paladar haciéndome cosquillas en interior, conforme pasaba el tiempo me familiarizaba mas con el pene en mi boca, de hecho trate de meterlo lo mas hondo posible causándome una pequeña asfixia, y el doc sonriendo me decía no seas goloso, lo estas haciendo muy bien.
El doc me volteo y colocándome un liquido aceitoso en el ano, puso su pene, pero sin introducirlo de inmediato dejo que me fuera acostumbrando poco a poco a el. Ya después de unos empellones decidió introducirlo, para ese entonces mi ano pedia a gritos ser penetrado, y asi lo hizo, el aceite y la excitación hicieron que aceptara ese hermoso trozo de carne, que delicia, cuanto placer, su pene tocaba mi interior de manera viril, su bajo vientre golpeaba mis nalgas y podía sentir claramente como se estrellaban sus testículos con los mios.
Después de un rato, cambiamos de posición, me coloco boca-arriba y subiendo mis piernas en sus hombros introdujo nuevamente su pene, pero esta vez mas rápido y sin tantas complicaciones como en el principio, sus ojos no dejaban de mirarme mientras el vaivén agresivo comenzaba, pude sentir cuando el eyaculo en el condón, después de retirarlo se hinco nuevamente y me masturbo, a veces con sus labios y a veces con la mano, hasta que no pude mas y eyacule, el de inmediato devoro mi semen, que placer tan grande, eyacular dentro de la boca de un hombre es colosal. Después de descansar un poco nos fuimos a bañar, quedando de vernos en la tarde para despedirlo en el aeropuerto y por supuesto quedar de verlo allá en su pueblo del estado de Nayarit; quiero hacer patente que después de esa ocasión pasaron mas, después platicare de algunas de ellas.
