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Un intruso me ataca en mi casa, pero no todo es lo que parece (1)

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15 Mar 2018
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Mi nombre es Perla Blackheart y este es mi nuevo relato. Para quienes no han leido los anteriores, les recomiendo que lo hagan para que entiendan un poco mas de que va este. Y para quienes si los han leido, muchas gracias y ojala este valga la pena su espera. Es un relato bastante fuerte, espero no sea demasiado guarro para algunos de ustedes.

Ojalá lo disfruten. (son 3 partes,, Leanlas todas primero antes de emitir un juicio, por favor)

Eran las 5 de la tarde, me encontraba nuevamente conduciendo mi auto rumbo a mi casa. El dia, como ya era costumbre cada verano, era un infierno de calor. Habiamos tenido lluvias en los dias anteriores y para lo unico que habian servido era para poner la temperatura aun mas caliente, agregandole un dejo de humedad que no se quitaba con nada. La humedad, el trafico y los estúpidos conductores tortuga me habian puesto de mal humor, y lo peor es que aún me faltaban unas cuantas millas para llegar a mi casa. Me sentia sofocada y con ganas de matar a alguien. Puse una canción de KORN en el stereo de mi auto y subí el volumén a lo maximo, lo mismo que el aire acondicionado, intentando hacer mi viaje menos molesto.

Para colmo no habia encontrado la manera de vengarme de mi odioso vecino. Como les habia contado en relatos anteriores, habia descubierto a mi vecino espiandome por la ventana de mi casa. El mismo odioso vecino adolescente regordete que un par de semanas antes me habia fotografiado teniendo relaciones con mi esposo en la sala de mi casa, y habia tenido el descaro de mandarme las imagenes a mi celular.

Y encima de todo me habia llamado Cara de Puta. No se porque eso me habia molestado tanto, incluso aún mas que las fotos. Mi esposo en ocasiones me llamaba puta al calor de la excitación. Puta, perra puta, pequeña puta, pinche puta, putita, y todas las variantes que se le ocurrieran. Como otros muchos matrimonios, lo usabamos para excitarnos mas en la intimidad. Era parte de nuestros juegos sexuales. parte de nuestro cachondeo intimo. El era al unico al que yo le permitía llamarme así. Incluso algunas de las pinches viejas odiosas de mi trabajo, con las cuales no tenia amistad con ninguna de ellas, sabia que a espaldas mias habian llegado a llamarme puta o bitch. De alguna forma todos ellos tenian una razon para llamarme asi. Mi esposo lo hacia para excitarme, y mis compañeras de trabajo porque seguramente me odiaban como yo a ellas.

Pero que un estúpido chaval de 15 años sin ni siquiera conocerme me llamara de esa forma, por alguna razón habia logrado molestarme de la peor manera. Y de la peor manera tenia que ser mi venganza.

Con mi mente llena de pensamientos oscuros, finalmente llegué a mi hogar. Ni bien bajaba de mi auto, cuando encontré al chaval en el patio frontal de su casa, mirandome y sonriendome como si nada hubiera pasado. Como si fueramos los grandes amigos. Era ya la tercera o cuarta vez que lo topaba a la hora que yo llegaba a casa. Seguramente habia calculado a que horas llegaba yo y procuraba estar fuera de su casa para 'recibirme'.

Me encaminé a toda prisa a la puerta de mi casa, con la espalda y el culo sudados tratando de escapar del calor. Ni bien dí un par de pasos cuando el chaval se acercó a mi, con expresión de apenado.

-”Oiga, quería pedirle una disculpa por.....” -comenzó a decir mi odioso vecino.

-”Chinga tu madre!” -le contesté, cortando de tajo sus palabras y metiendome a mi casa, dejandolo con la palabra en la boca enfrente de mi casa.

Finalmente entré a la casa, recibiendo una oleada de aire fresco. Como era usúal, mi esposo habia llegado antes que yo y tenia el aire acondicionado a todo poder para hacerme mas agradable mi recibimiento. Detallitos que me hacian amarlo mas. Y tambien como ya era mis costumbre, me deshice de mis zapatos de un par de patadas, lanzadolos lejos de mi, para luego quitarme la blusa y mis jeans, dejandolos tirados en el pasillo mientras me dirigia a el shower, quedandome solo en brassiere y mi sucia y apestosa pantaleta. El maldito calor me hacia empapar todo el cuerpo de sudor, siendo mi vagina la que mas sufría por los embates de este horroroso clima de verano. Una ducha fria me haria volver a la vida. De pronto, algo me detuvo en seco.

No habia ningun ruido en casa. Estaba totalmente en silencio. No sonido de musica, ni de television. Solo el murmullo del aire acondicionado. Eso era extraño. Mi esposo lo primero que llegaba haciendo era prender el acondicionado y despues la tv. Estaba absorta en ese pensamiento cuando de repente una mano me tomó por las espaldas, mientras otra me tapaba la boca. Traté de defenderme, moviendome bruscamente tratando de escapar del agarre al que me tenia el sujeto pero mis esfuerzos eran inutiles, el era mucho mas fuerte que yo.

Trataba inutilmente de soltarme de su amarre, al mismo tiempo que logré verlo de reojo. Era mas o menos de mi estatura, delgado o por lo que se alcanzaba a ver tenia varios tatuajes en brazos y cuerpo. Su rostro lo ocultaba bajo uno de esos que llaman pasa montañas en las peliculas de asaltantes de bancos y asi. Solo eran visibles sus ojos y su boca.

Con un movimiento rapido, el sujeto me derribó al suelo poniendo uno de sus pies entre mis piernas. No lo vi venir, asi que caí con todo mi peso al suelo de manera estrepitosa. El golpe me dejó sin aire, y senti estar a punto de desvanecerme. El intruso me tenia en sus manos. Aprovechando la ventaja, el tipo me bajó mis panties por mis piernas, quitandomelas completamente.

Traté de detenerlo y evitar que las bajara, por lo cual recibí una ligera bofetada.

-”¡No quiero que grites ni digas nada, perra!” -el intruso rugió hacia mi, metiendo mis pantaletas en mi boca. Despues de un dia completo de sudor y residuos vaginales, el sabor de mi ropa interior era horrible y sentir mi boca completamente ocupada por ella casi me hizo vomitar de asco.

Estaba tan ocupada en mis intentos por evitar mi vomito, que no noté cuando el intruso se bajó los jeans, me abrió las piernas y sin miramientos, me ensartó su miembro en mi vagina de un solo empujón!

-”Mmmjjjjhhhhhh! Mjjjmmmmmhhh!! -traté de gritar al sentir su duro miembro abrir mis labios vaginales e irse hasta el fondo de forma brutal, pero la pantaleta en mi boca me lo impidió.

El intruso al sentir como su pene topaba con el fondo de mi vagina, sacó su miembro y nuevamente arremetió contra mi, como si intentara llegar hasta mi mismo útero y partirme en dos. Sus estocadas eran brutales, salvajes, con rabia. Estubo dandome de estocadas que aunque fueron por un corto tiempo, cada vez eran mas profundas y dolorosas. El intruso se separó de mi, levantandose y dandome un leve respiro, pero poco me duró el gusto puesto que me tomó por mi abundante cabello y con fuerza me comenzó a arrastrar. Con mis manos trataba de, si no detenerlo, por lo menos aminorar el dolor que el jalón en mi cabello me provocaba. Tomé sus manos con las mias para de esa forma lograr que me arrastrara colgada a sus manos y no por la presión en mi cabello.

Llegamos a la sala de la casa, con el de píe y yo detras de el en el suelo victima de su jalón de cabellos. Al llegar a la sala, el intruso siguió arrastrandome por todo el piso, no solamente tratando de provocarme dolor, si no tambien con la intención de humillarme. El dolor en mi cuero cabelludo era insoportable. Sentia mis lagrimas resbalar por mi rostro, lagrimas negras producto de el maquillaje y sombra de mis ojos. Finalmente dejó de arrastrame, y depositandome en el piso de la sala, se acercó a mi como si quisiera decirme algo. Fue ahi cuando pude ver que tenía una navaja en su mano, la cual acercó a mi rostro y lentamente me habló.

-”Escuchame bien puta. Vas hacer lo que yo te diga, y si tratas de escapar, de gritar o hacer algo contra mi......te cortaré la lengua y te desfiguraré el rostro. Escuchaste bien? QUE SI ESCUCHASTE BIEN, PUTA!!?? -me dijo gritando al final, a lo cual asentí con varios movimientos de cabeza.

-”Ahora.....voy a sacarte tus calzones del hocico, pero si intentas gritar te los meteré de nuevo y hare que te los comas, entendido?“ -me dijo, a lo cual de nuevo le contesté con movimientos de cabeza.

Senti como abría mi boca y sacaba mis panties con sus dedos. Estaba completamente empapada de mi propia saliva, la cual al sentir mi boca abierta, escurrió libremente formando un grueso hilo hasta el suelo. Tomandola en su mano, me la pasó por la cara embarrando de saliva y maquillaje mi ya de por si sucio rostro.

-”Por favor....pleasee....dejeme ir, no me haga nada. Le juro que no diré nada de esto a nadie” -le dije llorando en cuanto senti mi boca libre de mi ropa interior.

-”QUE TE CALLES!” Ahora escúchame perra, vas a hacer todo lo que digo, y si no lo haces, te arrepentirás” -gruñó, empujando la fría navaja con más fuerza contra mi cuello.

-”Respóndeme puta!” -gritó en mi cara. Asentí, gimiendo suavemente.

Acercándose más a mi oreja, susurró -”Voy a follarte tan fuerte por el culo que no podrás caminar cuando haya terminado”

Me levantó nuevamente tomandome por el cabello, por lo cual logré mirarlo como estaba con su miembro de fuera de sus jeans. Mis ojos se agrandaron cuando noté el tamaño de su verga. Era grande y llena de gruesas venas, con una cabeza enorme. Seguramente me iba a destrozar el culo y temí que jamás volvería a caminar tal y como me habia amenazado. Él sonrió cuando se dio cuenta de lo que estaba mirando.



CONTINUA EN PARTE 2
 
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