Me llamo Karlo, soy un comunicólogo que trabaja en una agencia publicitaria en el norte del país (México), bastante exitoso, se que peco de arrogancia y ego, pero es la verdad a mis escasos 24 años, cuento con un coche último modelo, tengo 2 años viviendo solo en un departamento que rento en el centro histórico de la ciudad, con vista a la plaza de armas, una vista bastante buena, todos los días emprendo mi camino al trabajo por las mismas calles, ya se ha convertido en una rutina.
Las últimas dos semanas camino a la oficina, unas cuadras antes de llegar al trabajo me toca siempre en Rojo el semáforo de un crucero donde se ponen vendedores de los diarios de circulación local y nacional más importantes, y aunque en la computadora de la empresa tengo cuenta para leerlos en línea a todos, de vez en cuando me gusta comprarlos para sentir más de cerca la noticia, (que igual es un absurdo, pero lo hago muy seguido), una de esas mañanas se acercó un vendedor de dulces ( en México se le conocen como Garapiñados, que son cacahuates envueltos en dulce) a decir verdad no le puse atención al individuo, la segunda mañana igual, pero en la tercera ocasión no iba tan distraído como todas las mañanas pensando en cosas del trabajo, y lo vi ofreciendo sus dulces al auto que se encontraba delante del mío, y me llamo muchísimo la atención ver a un señor de unos 40 ó 45 años, con ropa humilde pero que dejaba ver su figura bastante torneada, llevaba una playera blanca sin mangas, y vi esos brazos marcados y unos tatuajes que dejaban ver, que era un chico malo, muuuuuy malo, ese pantalón un tanto desgastado, que marcaba perfectamente su trasero, enorme culo y nalgas que tiene el vendedor de dulces, de tés morena, pelón como me gustan, no era tan guapo de la cara, pero tenía un sex a pihil que me éxito, y de pronto se acerca a mí:
Él: Hola Joven buenos días, gusta probar el producto, es de Celaya (un estado al sur del país).
Yo: Muchisimas gracias, pero me acabo de lavar los dientes, será en otra ocasión.
Todo termino ahí, cuando encendió en verde el semáforo, no pude dejar de verlo por el espejo retrovisor de mi auto.
La mañana siguiente me decidí a comprar dulces y tal vez hacer algo de platica con aquel hombre tan sexy, que desde un día antes no deje de pensar, y mis pajas todas fueron pensando en él, el día anterior me hice aproximadamente unas 4 pensando en ese culo y eso brazos que quería me tomaran y destrozaran mi culo, que hace 3 años nadie a cogido, debido a la demanda de trabajo que tengo, y así fue cuando me detuvo el semáforo sucedió lo planeado:
Él: Hola Joven buenos días, gusta probar el producto, es de Celaya.
Yo: si ahora si quiero algo de azúcar, para iniciar bien el día.
Él: listo cuantos quiere!?
Yo: dos bolsitas esta bien.
Él: Gracias buen dia.!
Yo: de nada, gracias.
Y nuevamente la luz verde del semáforo alejo ese hombre con quien he soñado casi la última semana, sin imaginar lo que más delante pasaría.
La tarde trascurrió como todos los días, excepto que estaba algo nublado el cielo, al salir de la oficina recordé que tenía que ir a recoger unas corbatas que lleve a la tintorería que esta casi frente al crucero donde se pone el vendedor de dulces, cuando subí al carro, comenzó la lluvia, y al llegar a la tintorería jamás me imagine que fuera a encontrar al vendedor de dulces, y cuando Salí del local, dispuesto a subir a mi coche lo vi a escasos tres metros de distancia, y estaba mojado, pues la lluvia se había convertido en un aguacero, y me decidí a saludarlo.
Yo: Hola, oye eres el vendedor de los dulces verdad.
Él: si, tu eres el dueño de este coche? (señalando el mío)
Yo: así es, y a dónde vas ¡?
Él: lo que pasa es que estoy en un centro de rehabilitación, estoy aquí por un intercambio que durara un mes, donde ayudo a recabar fondos monetarios para los internos, y ayudar como en alguna ocasión me ayudaron a salir de las drogas y el alcohol.
Yo: hay que interesante, oye pues te llevo, como veras no hay ningún taxi por aquí, y entre más te quedes aquí mas anochece, como vez?
Él: que pena, no desvió mucho tu camino?
Yo: si, un poco, pero a decir verdad así como tu ayudas a mi me gusta ayudar, y más en una causa tan noble como la tuya, digo hoy por mi mañana por mí, quizá.
El accedió a subir a mi auto, y yo me venía a chorros, pensando en que tal vez pudiera llegar a pasar algo, y lo invite a pasar a un establecimiento por un café, para tomarlo en el camino.
Fue una plática tan amena, donde me conto un poco de su vida, y yo dela mía, por cierto él se llama Alfredo, pero me gusta más Fredy, entonces llegamos al tema del amor, y me dice:
Él: tu eres Gay, verdad?
Yo: tonto sería decir, que no, y querer tapar el sol con un dedo, jeje si soy GAY.
Él: órale, que bien, digo el ambiente de ustedes es tan criticado, pero en realidad son más agradables de lo que la gente cuenta, jajaja.,
Yo: jajaj, si regularmente otro hubiera pensado que al subirte a mi carro, inmediatamente hubiera ofrecido mi boca a mamar tu verga.
Él: pues con el frio que está dejando la lluvia, no sería mala idea.
Yo: jajaja, que diría tu esposa.
El sonrió un poco rojo, y toco su bulto que ese día se veía un tanto más abultado que la primer vez que le vi en el crucero, y llegamos al centro, que ya estaba cerrado, y:
Él: no puede ser, ya está cerrado.
Yo: pues toca. No?
Él: no, es que hay reglas por cumplir, y después de las 8 de la noche se cierran las puertas y el que no llego cumple su castigo y duerme en la calle, en este caso como soy de fuera, igual me dejaran pasar pero a dormir en el patio, ni modo.
Yo: (pensé que no podía desaprovechar esa oportunidad, y le hice una invitación a dormir en mi casa) Que mal, oye pues si quieres puedes venir a mi casa, y dormir, digo por mi culpa llegaste tarde, ya que nos desviamos por un café y la plática fue tan amena que venía muy lento.
Él: la verdad me da pena, pero te diré que si, ya que lo último que quiero es dormir en un patio, con el frio que está haciendo.
Así fue y llegamos a mi departamento, que solo consta de mi habitación, mi baño, y un comedor con un recibidor bastante pequeño, inmediatamente le ofrecí una playera para que se cambiara ya que venía empapado del agua, y se quedo solo en playera, y en su bóxer, color rojo, que marcaba todo ese paquete y esas nalgas, fue tan excítate ver a ese semental en mi habitación semi desnudo, y yo sin hacer nada, quería estar pegado a ese pedazo de carne mamando, y metiéndolo en mi culo, pues se veía muy grande.
Yo: pues mira como veras esta mi cama, y no tengo más cobertores que el mío, así que dormiremos juntos, si no te incomoda.
Él: me da un poco de pena, mira mejor me quedo aquí en este sofá, que está al lado de tu cama.
Yo: bueno como gustes, pero vas a tener frio.
Él: no importa, digo aparte seria un peligro dormir contigo en la cama, imagínate ya tengo casi el mes sin mi mujer, y ando pero calientísimo, y tú tienes un culo y unas nalgas que se parecen alas de mi esposa.
Yo: jajaja, okey como gustes.
Casi no pude dormir de la emoción, y tenía una erección que quería curar, haciéndole una mamadas a ese hombre, tan guapo y tan sexy en mi habitación, note que el tampoco podía dormir ya que daba vueltas en el sofá.
Yo: no puedes dormir verdad?
Él: no, esque si tengo frio.
Yo: te lo dije, ándate y ven a la cama, no te apenas.
En menos de dos segundos tenía ese hombre en mi cama, a mí costado. Sentía esos bellos de las piernas que rosaban las mías, y de inmediato le di la espalda, casi ofreciéndole mi culo.
Me hice el dormido, y a la hora aproximadamente de estar en la cama, sentí como su mano, me tomaba del abdomen, acercando mi culo a su miembro, que ya estaba bastante excitado, y solo pare mas el culo, después sentí como subió esa mano, y por debajo de mi playera de dormir, toco mis pezones, y los apretaba, eso fue tan excitante, y después, me susurro al odio con una voz tan gruesa y sexy:
Él: Se que quieres que folle este culo tan rico.
Yo: si, si quiero que me metas toda tu verga en mi culo, que esta casi virgen.
En ese momento me tomo de la cintura y me voltio hacia él, y comenzó a besarme el cuello y las tetas, y tomo mi cabeza con sus dos manos fuertes y me puso a mamarle toda su verga que estaba al full, con bellos por todo su abdomen y su verga, tenía ese hombre un placer de 22 centímetros, el hombre con la pija más larga que había comido mi culo, a los 5 minutos después, me tomo de los pelos y me llevo a su boca y me beso con tanta fuerza, que yo estaba mas excitado que nada, y de repente me dio una bofetada, que me saco de onda pero me gusto.
Él: te gusta puta, (jalándome los cabellos).
Yo: me encanta, pégame, cojéemele, estoy caliente, soy tú puta esta noche.
Él: lo sabía, perra, sabía que querías que sucediera esto.
Me voltio y me puso en cuatro patas, y rompió mi bóxer de un jalón, y comenzó a lamer mi culo, oh dios que cosa aquella, como nunca nadie me había tratado, como una verdadera puta actriz porno.
Después de que estaba mi culo completamente dilatado, me puso boca arriba y alzo mis piernas poniéndolas sobre sus hombros y sin protección alguna, me dejo ir esa verga de un solo tirón, que desgarro mi ano, que tenía más de dos años sin ser penetrado, grite y le pedía que por favor fuera menos salvaje, porque me dolía mucho, y me dio otra bofetada:
Él: calla puta, y cométela toda.
Y comenzó el mete y saca que fue una maravilla, me estaba gustando, me gustaba que me pegara, que me tratara como una cualquiera, que me besara mordiendo mis labios, que me volteara y me diera de nalgadas, mientras follaba mi culo, me cogió casi dos horas seguidas, corriéndose en mi culo y en mi cara en tres ocasiones, sin forro, eso me hizo sentir como su mujer, lo que más había deseado desde que lo vi en el crucero, y le pedía que me diera mas y mas, y que me pegara que me gustaba mucho.
Esa noche fue una de las mejores en mi vida, al día siguiente en la mañana, al despertar vi como ese hombre estaba desnudo en mi cama, con su verga, tan grande como la de un burro, con ese cuerpo, trabajado, con esos tatuajes en sus brazos, en las pompas, en el abdomen, y en el tobillo, eran tan sexy, ese señor.
Al despertar me dijo, que ese día por la noche se marcharía, y que tal vez no nos volveríamos a ver, y eso era una lástima ya que como el nadie me ha follado.
Entro al baño y al salir, me dijo:
Él: putita mía, acabo de ver en tu baño unos tacones, me imagino que son tuyos, hazme mi sueño realidad, póntelos junto con un conjunto de lencería que se que has de tener en alguno de tus cajones, y póntelos para mi, y déjame cogerte y hacerte mía por última vez.
Y así fue, me puse esos tacones negros de ajuga, que tengo en mi baño, y me los pongo de vez en cuando en las tardes en mi casa, para sentirme femenina, y saque un conjunto que en alguna ocasión compre, que es un sostén color rojo y negro, con prótesis de gel, al igual que una tanga que cobre mi pene y deja descubierto mi culo.
Y al salir a la habitación ahí estaba mi hombre que me esperaba con la verga bien parada, otra vez comencé a mamar, como loco desesperado, tenía un sabor delicioso, a sexo, a semen y a restos míos, fue magnífico, después me tomo entre sus brazos y me cogió, pidiéndome que no me quitara las zapatillas, pues le excitaba ver cómo me cogía, mientras llevaba puestas mis zapatillas, importadas de parís, me daba de nalgadas y me cacheteaba como a mí me gustaba duramos menos que anoche, una hora, pero la mejor hora de mi vida, me dejo con el culo destrozado, y escurriendo a semen, y unos besos marcados en mis nalgas y en mi cuello, se dio un baño, salió y se vistió, para darme un beso y retirarse, jamás nos dios teléfonos, y espero algún día volverlo a ver, ya que ese, es mi hombre, y alguna ocasión más me tiene que follar, pues como el ninguno.
Ese sábado no fui al trabajo ya que no podía sentarme, después de tremenda follada, y ese día me la pase pensando en ese hombre, mientras me pajeaba, y pensaba en volver a ver a ese hombre.