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Pamela......

Dobyn

Becerro
Registrado
23 Nov 2011
Mensajes
14
Amigos,,,,les dejo una historia, espero que la disfruten


Cuando Luciano se fue, decidí irme a dormir tranquila, debía estar bien descansada, pues a las 8 de la noche, tenía la entrevista con el dueño de la revista y quería estar espléndida, y para eso nada mejor que un sueño reparador. Cerré todas las ventanas del departamento, apagué todos los teléfonos, que nadie me molestara, quería descansar, pues Luciano me había hecho tener infinitos orgasmos, no recuerdo cuántos, pero sí se que fueron muchísimos.
Me dolían los pezones de tanto que me los había chupado, mi conchita y trasero estaban inflamados de haber recibido tantas atenciones, con su lengua, su pene, y hasta con el vibrador me hizo pasar una noche increíblemente sensual y caliente, a pesar de su edad, el hombre cumplía.
Luego de mi sueño reparador, me duché y fui a mi placard a buscar ropa para ponerme, Luciano me había dicho que fuera vestida como una colegiala, elegí una minifalda que apenas tapaba mi trasero a cuadros blancos y negros, una camisita de manga cortas blanca reluciente, bastante transparente, medias tres cuartos blancas, zapatillas blancas y si iba de colegiala, el cabello debía estar de acuerdo al atuendo, así que me hice una colita de caballo, me miré al espejo y me gusté, era una colegiala, pero notaba que faltaba un detalle, y me dí cuenta que era, faltaba la corbata, elegí una negra, de raso, muy delicada, desabotoné los tres primeros botones, y anudé la corbata suelta y como al descuido.
Cuando llegué a la oficina del magnate de las revistas de hombres, una secretaria, mirándome por sobre su hombro, y en forma algo despectiva me preguntó que necesitaba. Le dije que tenía una entrevista con el dueño de la revista el señor Dupont, (así era su apellido).
Con sonrisa socarrona me dijo que el señor Dupont estaba ocupado, que no podía atenderme, que necesitaba una entrevista agendada, y yo no figuraba allí en la agenda, el señor Dupont, era un hombre muy ocupado. Tendí la tarjeta de Luciano, la secretaria se levantó sin decir palabras y se metió en una oficina con puerta de madera negra.
Al poco rato volvió y me hizo pasar.
La oficina en cuestión era inmensa y muy lujosa, con grandes ventanales y mullidas alfombras, tras el escritorio estaba el "Gran Jefe".
Era más viejo aún que Álvarez y Luciano, rondaría los 78 años, estaba muy bronceado y tenía aspecto de ser un buen abuelito.
-Adelante, ¿señorita?.
-Pamela.
-Un gusto Pamela, yo soy Jaime Dupont.
-Igualmente señor Jaime.
-Nada de señor, soy Jaime y me tuteas.
-Ok.
-Luciano me habló de ti, quieres ser modelo y posar desnuda para la tapa de mi revista.
-Si, se..., Jaime.
-Antes que nada quiero hacerte un interrogatorio y no me mientas.
-Si.
-¿Eres mayor de edad?.
-Si, 19 años.
-Ok, para llegar a mi, te has acostado con Luciano, y para llegar a Luciano, ¿quién te cogió?. La verdad, niña.
-Mi amante casado.
-Es grande tu amante?.
-Si, es viejo y gordo.
-O sea que estás dispuesta a todo para llegar, por lo que puedo apreciar.
-Si.
-Quiero serte sincero, este negocio es así, estar dispuesta a hacer de todo con los hombres del medio, es la única manera de llegar. ¿Estamos de acuerdo?.
-Si.
-Nada de drogas. Vida sana. Solo sexo, mucho sexo. El primero que prueba a las chicas soy yo, para que lleguen al book de fotos que se necesita, las tengo que probar, tocar su piel, montarlas, y cogerlas bien, si pasa ese exámen tienen la portada. Me miró fijo. -Lo tomas o lo dejas, detrás de ti hay miles de chicas jóvenes y hermosas dispuestas a todo.
-Acepto.
-Me gustas, veo que eres muy ambiciosa, el trato es el siguiente: la primera vez que tengamos sexo, habrá un fotógrafo que tomará fotos de ese encuentro, tengo una gran colección, que te mostraré.
Se levantó de su enorme sillón, y me condujo a una biblioteca empotrada en la pared, sacó varios álbumes de fotografías.
Los extendió sobre la mesa, y abrió uno al azar.
-Mira esto, estas fotos tienen cerca de veinte años.
Me mostró varias fotografías de él cogiendo en distintas posiciones con una mujer muy bella, se lo veía más joven y más apuesto, azorada abrí mis ojos al reconocer a la mujer.
-Pero esta no es...?. La famosa actriz que ganó hace unos días un premio internacional? .
-Ella es, la muy zorra, ahora me ve y se hace la que no me conoce. Pero no me importa, yo me la cogí a los 15 años, cuando era la rosa más bella del jardín, ahora se mantiene, gracias a las cirugías y el photoshop. Son todas iguales, ¿tienes idea los kilómetros de verga que se ha tragado, para llegar allí?. Jeje, yo me la cogí cuando aún no necesitaba maquillaje, ni cirugías, ni photoshop, y en definitiva eso es lo que a mi me importa.
Y así fue mostrándome montones de fotos de él con diferentes chicas, la mayoría hoy eran famosas modelos, o actrices. Eso era lo que buscaba yo.
-Ven Pamela, siéntate en mi falda.
Me acerqué y con una sonrisa pícara, bien zorra, apoyé mi trasero en su regazo. Sus manos acariciaron mis muslos.
-Has estado muy bien asesorada, Pamela, Luciano, conoce muy bien mis gustos, me fascinan las colegialas, muy buena elección de tu vestimenta. Sabes, muchas veces aparco mi auto en la puerta de los colegios, y me quedo mirándolas, son mi locura, cuánto más jóvenes, más me gustan.
Me pidió que me subiera a su escritorio, y que me pusiera en posición de perrita, el sentado en su gran sillón, mi trasero apuntando hacia su cara, levantó mi falda, y comenzó a acariciar mi culito. Con la yema de los dedos fue recorriendo todo mi trasero.
-¡Cómo me gustan los culitos así duritos y jóvenes!.
Me pidió que me quitara la tanga, mientras lo hacía llamó por teléfono a un tal Lucas, le pidió que viniera urgente a su oficina, con la cámara de fotos.
-Ahora Lucas registrará todo lo que hagamos, tú tranquila, piensa que después de esto en 20 días serás la modelo de portada de mi revista, he notado que eres muy putita, nena, llegarás lejos.
Cuando llegó Lucas, un muchacho de cabellos largos, de unos 26 años, llevaba su cámara de fotos colgada de su cuello. Y yo sobre el escritorio del viejito, con mi culito destapado, él seguía acariciándolo suavemente.
-Lucas, te presento a la modelo que será portada de la revista en 20 días, se llama Pamela, tú ya sabes que debes hacer.
-Ok. Y se puso a preparar su máquina.
El viejo Dupont, continuaba jugando con su dedo en mi trasero, abrió mis nalgas y me metió su lengua en punta en el orificio, lo lamía, pasaba su lengua por todo mi ano.
-¡Qué delicia, mmmmm!, ¿te han cogido por el culo, Pamela?.
-Si, y mucho.
-Te gusta que te penetren por atrás?.
-Me encanta, disfruto mucho.
Entre las caricias del viejo, su lengua en mi ano, y Lucas sacando las fotos, mi vagina se fue inundando de mis jugos, Jaime fue metiendo su dedo en mi ano, lo entraba y lo sacaba, luego puso dos, iba alternando sus dedos con la lengua, me estaba haciendo disfrutar mucho.
El viejo suspiraba, su lengua en mi ano era suave, sus dedos me apretaban y le daban un toque especial para hacerme excitar cada vez más. La cámara iba registrando segundo a segundo lo que el viejo me hacía.
Me pidió que me diera vuelta, iba desnudándome poco a poco, me senté en el escritorio, me quitó la corbata, desabrochó mi camisa, quitó mi soutien, su boca lasciva se apoderó de mis pechos, mientras con sus manos expertas acariciaba mi clítoris, yo me retorcía de placer sobre el escritorio, abría mis piernas, y recibía sus dedos, con su boca abierta iba recorriendo mi cintura, hasta que llegó a mi cuevita muy húmeda, posó su sorprendente lengua y comenzó a succionarme, mis espasmos dieron el pie inicial para mi primer orgasmo con un viejo de casi 80 años.
El viejo maravillado de ver como me había corrido en tan poco tiempo, se puso de pie y me mostró su verga erecta.
-¿Te gusta Pamela?.
-Me encanta.
-Entonces chúpala, hazme gozar con esa boca de puta que tienes.
El viejo de pié, me puse en cuclillas y comencé a mamársela, con todo mi ser.

Pamela va por más…, mucho más (segunda parte)


Cuando Luciano se fue, decidí irme a dormir tranquila, debía estar bien descansada, pues a las 8 de la noche, tenía la entrevista con el dueño de la revista y quería estar espléndida, y para eso nada mejor que un sueño reparador. Cerré todas las ventanas del departamento, apagué todos los teléfonos, que nadie me molestara, quería descansar, pues Luciano me había hecho tener infinitos orgasmos, no recuerdo cuántos, pero sí se que fueron muchísimos.
Me dolían los pezones de tanto que me los había chupado, mi conchita y trasero estaban inflamados de haber recibido tantas atenciones, con su lengua, su pene, y hasta con el vibrador me hizo pasar una noche increíblemente sensual y caliente, a pesar de su edad, el hombre cumplía.
Luego de mi sueño reparador, me duché y fui a mi placard a buscar ropa para ponerme, Luciano me había dicho que fuera vestida como una colegiala, elegí una minifalda que apenas tapaba mi trasero a cuadros blancos y negros, una camisita de manga cortas blanca reluciente, bastante transparente, medias tres cuartos blancas, zapatillas blancas y si iba de colegiala, el cabello debía estar de acuerdo al atuendo, así que me hice una colita de caballo, me miré al espejo y me gusté, era una colegiala, pero notaba que faltaba un detalle, y me dí cuenta que era, faltaba la corbata, elegí una negra, de raso, muy delicada, desabotoné los tres primeros botones, y anudé la corbata suelta y como al descuido.
Cuando llegué a la oficina del magnate de las revistas de hombres, una secretaria, mirándome por sobre su hombro, y en forma algo despectiva me preguntó que necesitaba. Le dije que tenía una entrevista con el dueño de la revista el señor Dupont, (así era su apellido).
Con sonrisa socarrona me dijo que el señor Dupont estaba ocupado, que no podía atenderme, que necesitaba una entrevista agendada, y yo no figuraba allí en la agenda, el señor Dupont, era un hombre muy ocupado. Tendí la tarjeta de Luciano, la secretaria se levantó sin decir palabras y se metió en una oficina con puerta de madera negra.
Al poco rato volvió y me hizo pasar.
La oficina en cuestión era inmensa y muy lujosa, con grandes ventanales y mullidas alfombras, tras el escritorio estaba el "Gran Jefe".
Era más viejo aún que Álvarez y Luciano, rondaría los 78 años, estaba muy bronceado y tenía aspecto de ser un buen abuelito.
-Adelante, ¿señorita?.
-Pamela.
-Un gusto Pamela, yo soy Jaime Dupont.
-Igualmente señor Jaime.
-Nada de señor, soy Jaime y me tuteas.
-Ok.
-Luciano me habló de ti, quieres ser modelo y posar desnuda para la tapa de mi revista.
-Si, se..., Jaime.
-Antes que nada quiero hacerte un interrogatorio y no me mientas.
-Si.
-¿Eres mayor de edad?.
-Si, 19 años.
-Ok, para llegar a mi, te has acostado con Luciano, y para llegar a Luciano, ¿quién te cogió?. La verdad, niña.
-Mi amante casado.
-Es grande tu amante?.
-Si, es viejo y gordo.
-O sea que estás dispuesta a todo para llegar, por lo que puedo apreciar.
-Si.
-Quiero serte sincero, este negocio es así, estar dispuesta a hacer de todo con los hombres del medio, es la única manera de llegar. ¿Estamos de acuerdo?.
-Si.
-Nada de drogas. Vida sana. Solo sexo, mucho sexo. El primero que prueba a las chicas soy yo, para que lleguen al book de fotos que se necesita, las tengo que probar, tocar su piel, montarlas, y cogerlas bien, si pasa ese exámen tienen la portada. Me miró fijo. -Lo tomas o lo dejas, detrás de ti hay miles de chicas jóvenes y hermosas dispuestas a todo.
-Acepto.
-Me gustas, veo que eres muy ambiciosa, el trato es el siguiente: la primera vez que tengamos sexo, habrá un fotógrafo que tomará fotos de ese encuentro, tengo una gran colección, que te mostraré.
Se levantó de su enorme sillón, y me condujo a una biblioteca empotrada en la pared, sacó varios álbumes de fotografías.
Los extendió sobre la mesa, y abrió uno al azar.
-Mira esto, estas fotos tienen cerca de veinte años.
Me mostró varias fotografías de él cogiendo en distintas posiciones con una mujer muy bella, se lo veía más joven y más apuesto, azorada abrí mis ojos al reconocer a la mujer.
-Pero esta no es...?. La famosa actriz que ganó hace unos días un premio internacional? .
-Ella es, la muy zorra, ahora me ve y se hace la que no me conoce. Pero no me importa, yo me la cogí a los 15 años, cuando era la rosa más bella del jardín, ahora se mantiene, gracias a las cirugías y el photoshop. Son todas iguales, ¿tienes idea los kilómetros de verga que se ha tragado, para llegar allí?. Jeje, yo me la cogí cuando aún no necesitaba maquillaje, ni cirugías, ni photoshop, y en definitiva eso es lo que a mi me importa.
Y así fue mostrándome montones de fotos de él con diferentes chicas, la mayoría hoy eran famosas modelos, o actrices. Eso era lo que buscaba yo.
-Ven Pamela, siéntate en mi falda.
Me acerqué y con una sonrisa pícara, bien zorra, apoyé mi trasero en su regazo. Sus manos acariciaron mis muslos.
-Has estado muy bien asesorada, Pamela, Luciano, conoce muy bien mis gustos, me fascinan las colegialas, muy buena elección de tu vestimenta. Sabes, muchas veces aparco mi auto en la puerta de los colegios, y me quedo mirándolas, son mi locura, cuánto más jóvenes, más me gustan.
Me pidió que me subiera a su escritorio, y que me pusiera en posición de perrita, el sentado en su gran sillón, mi trasero apuntando hacia su cara, levantó mi falda, y comenzó a acariciar mi culito. Con la yema de los dedos fue recorriendo todo mi trasero.
-¡Cómo me gustan los culitos así duritos y jóvenes!.
Me pidió que me quitara la tanga, mientras lo hacía llamó por teléfono a un tal Lucas, le pidió que viniera urgente a su oficina, con la cámara de fotos.
-Ahora Lucas registrará todo lo que hagamos, tú tranquila, piensa que después de esto en 20 días serás la modelo de portada de mi revista, he notado que eres muy putita, nena, llegarás lejos.
Cuando llegó Lucas, un muchacho de cabellos largos, de unos 26 años, llevaba su cámara de fotos colgada de su cuello. Y yo sobre el escritorio del viejito, con mi culito destapado, él seguía acariciándolo suavemente.
-Lucas, te presento a la modelo que será portada de la revista en 20 días, se llama Pamela, tú ya sabes que debes hacer.
-Ok. Y se puso a preparar su máquina.
El viejo Dupont, continuaba jugando con su dedo en mi trasero, abrió mis nalgas y me metió su lengua en punta en el orificio, lo lamía, pasaba su lengua por todo mi ano.
-¡Qué delicia, mmmmm!, ¿te han cogido por el culo, Pamela?.
-Si, y mucho.
-Te gusta que te penetren por atrás?.
-Me encanta, disfruto mucho.
Entre las caricias del viejo, su lengua en mi ano, y Lucas sacando las fotos, mi vagina se fue inundando de mis jugos, Jaime fue metiendo su dedo en mi ano, lo entraba y lo sacaba, luego puso dos, iba alternando sus dedos con la lengua, me estaba haciendo disfrutar mucho.
El viejo suspiraba, su lengua en mi ano era suave, sus dedos me apretaban y le daban un toque especial para hacerme excitar cada vez más. La cámara iba registrando segundo a segundo lo que el viejo me hacía.
Me pidió que me diera vuelta, iba desnudándome poco a poco, me senté en el escritorio, me quitó la corbata, desabrochó mi camisa, quitó mi soutien, su boca lasciva se apoderó de mis pechos, mientras con sus manos expertas acariciaba mi clítoris, yo me retorcía de placer sobre el escritorio, abría mis piernas, y recibía sus dedos, con su boca abierta iba recorriendo mi cintura, hasta que llegó a mi cuevita muy húmeda, posó su sorprendente lengua y comenzó a succionarme, mis espasmos dieron el pie inicial para mi primer orgasmo con un viejo de casi 80 años.
El viejo maravillado de ver como me había corrido en tan poco tiempo, se puso de pie y me mostró su verga erecta.
-¿Te gusta Pamela?.
-Me encanta.
-Entonces chúpala, hazme gozar con esa boca de puta que tienes.
El viejo de pié, me puse en cuclillas y comencé a mamársela, con todo mi ser.

Se la chupaba enterita de punta a punta, el viejo jadeaba y suspiraba, había llegado a la conclusión de que me gustaba chupar penes, especialmente a los ancianos, eso fomentaba mi líbido, me ponía cada vez más puta, más cachonda, porque no lo hacía solamente por un contrato, lo estaba haciendo porque me gustaba y a la vez gozaba. Hasta me había olvidado de Lucas, que no paraba de fotografiarnos.
Luego el viejo se tiró sobre la alfombra y me pidió que lo montara.
Me senté con todas mis fuerzas sobre su pene erecto como el de un chico de 20 años, apoyé mis rodillas sobre la alfombra, y comencé a cabalgarlo, subía y bajaba con la verga bien dura dentro mío, sus manos jugaban con mis pezones, los pellizcaba y los manoseaba haciéndome sentir sensaciones inimaginables para mi, nunca pensé que un viejo me haría experimentar tanto placer.
Lucas seguía registrando cada movimiento, cada expresión de goce que salía de nuestras caras.
-Así Jaime, ¿te gusta cómo te estoy cogiendo?.
-Eres una reverenda puta, bien perra, como me gustan a mi.
-Tu polla es de las mejores que tuve dentro mío, lo quiero en todos mis orificios. –Ahhhh, damela, viejito hermoso.
-Tómala perra, es tuya, puedes hacer lo que quieras con ella.
El viejo masajeaba mis tetas enteras y mis pezones estaban erguidos por esas caricias.
Su pene en mi conchita entraba y salía, mientras sus manos jugaban con mis senos, en un descuido mío, bajó su mano y atrapó mi clítoris, jugaba con él, lo apretaba con su dedo, y comenzó con un movimiento en círculo que me hizo rogarle que siguiera que no parara, que me corría de nuevo.
-Me voy a correr como una yegua puta, dale, no pares, ahhh!!!, ahhhh!!, así!, así y experimenté, un nuevo y loco orgasmo. Lucas no paraba de sacar fotos, yo miraba la cámara de frente, pues quería dejar registrado cómo ese anciano me hacía gozar.
Luego me pidió que me pusiera boca abajo, quería disfrutar de mi trasero.
-Te quiero coger ese culo maravilloso que tienes, quiero llenártelo de lechita.
-Si, dame por atrás, lléname de leche.
Me abrió nuevamente las nalgas, y comenzó a besar mi ano, metía su lengua, la corría, iba y venía, me metió un dedo, mi ano comenzó a dilatarse, le pedía que me penetrara, que lo hiciera lentamente, quería sentir cada milímetro de esa verga dentro de mi culito.
Me fue penetrando, de a poco y con calma, fue entrando, a medida que sentía como me iba entrando, mis deseos fueron en aumento, hasta que por fin su verga entera estuvo dentro mío.
Ahí comenzó con un mete y saca lento, muy lento, su verga me hacía vibrar y sentir cada vez más apetitos de que me cogiera sin parar, el viejo sabía lo que hacía, se notaba su experiencia y su amor por el sexo anal.
Me daba placer, me cogía lentamente, entraba, salía, y volvía a entrar y salía nuevamente.
Hasta que sus movimientos fueron cada vez más profundos y más rápidos, ahora me embestía como un toro furioso, cada vez más expedito, hasta que sentí sus alaridos que llegaban junto con su leche, me llenó de lechita tibia el trasero, sentí como el chorro espeso llegaba hasta mis entrañas.
Despacio el vejete se fue recuperando, fue retirando su pene casi fláxido de mi ano.
Lucas sin decir palabra una vez que el viejo terminó se retiró silenciosamente.
-Pamela, con ese culo dispuesto que tienes, con lo puta que eres, llegarás muy lejos, lástima que yo dentro de 20 años no estaré en este mundo para poder decir, esa fue mi obra.
Me recliné y le dí un beso en plena boca, habíamos llegado hasta ese trance y no nos habíamos besado.
Mi beso fue espontáneo, abrí mis labios y le metí mi lengua, el viejo no esperaba esa reacción, me devolvió el beso, y nos abrazamos tiernamente.
-Pamela, arriba, y me dio un chirlo cariñoso en el culito.
-Mañana firmaremos el contrato, pero que quede claro algo, esto recién empieza, tendrás que pasar por la cama de muchos hombres, que quizás no te gusten, pero si quieres llegar alto, un consejo, que nunca se den cuenta que lo haces sin ganas, tienes que aprender a fingir o ser muy puta y gozarlos a todos.
-Haré todo lo que me digas. Seré la más puta.
-Te esperan fiestas, orgías y mucho sexo.
-Me gusta todo ese mundo.
-Mejor para ti, todo será más fácil así.
 

pastor666

Bovino maduro
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Muy buena fantasía, ...y el apellido de pamela es chu..., jajaja. Esperando más relatos.
 
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