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Mi Tia Lily

carlos260

Becerro
Registrado
7 Feb 2009
Mensajes
33
Les cuento este anécdota, esperando les sea interesante, ocurrió ya algunos años.
Todo empieza en mi niñez, siempre fui muy precoz en cuanto a mi curiosidad por el sexo, cualquier película que incluyera una escena erótica o revista despertaba fácilmente el morbo en Mí.
Tuve una infancia despreocupada, un buen estatus social, una familia muy unida, tan unida era que mi padre construyo una casa junto a la nuestra para que viviera ahí mi Tía.
Ella una mujer madura de aproximadamente unos 38 años, pelo rizado y abundante, labios gruesos y rojos, tez blanca, cuerpo voluptuoso de cintura angosta y cadera pronunciada, estatura media y piernas torneadas que dibujaban curvas perfectas, como sacada de esas revistas eróticas que muchas veces satisficieron mi morbo.
Todo empezó una tarde, que tras perseguir insectos fui a dar directamente a la ventana del dormitorio de ella, las cortinas se abrían ligeramente lo cual llamó mi atención, al asomarme no podía creer lo que mis ojos veían, era mi tía recostada boca abajo en su cama, tenía unas medias color negro semi transparentes que dibujaban el contorno de sus piernas, sostenida por unos ligueros, desnuda de la parte de arriba, dejando ver esas nalgas perfectas y redondas ligeramente levantadas, como si invitaran a ser montadas.
Por primera vez vi con deseo a aquella mujer que había sido la tierna y dulce tía que me consentía con regalos siempre que yo le pedía algo, un calor me recorrió el cuerpo y sentí como una erección se marco bajo el pantalón.
Los días siguientes esperaba impaciente que llegara la hora en que ella solía tomar su siesta para esperarla puntualmente en la ventana y descubrir que ropa intima iba usar esa ocasión.
Llegó a tal el grado de mi obsesión por ella que un día entre en su habitación a oler su ropa intima, esas bragas que cubrían su coño maduro y depilado, de paso abrí un poco más las cortinas para que no se interpusieran ante la lujuria que tarde a tarde ella despertaba en mi.
Una ocasión mis padres decidieron un viaje y me preguntaron si quería ir o quedarme con mi tía en su casa, eran solo unos cuantos días, a lo que yo respondí que prefería quedarme con mi tía, sabía que era la oportunidad perfecta que siempre había esperado y llegar mas allá de comérmela con la mirada.
La primera noche estaba inquieto, esperando que ella se fuera a la cama, sabía que tenía que jugármela, era todo o nada.
Cuando me percate que ella fue a su habitación deje pasar unos minutos, cuando presentí que dormía abrí la puerta y ahí estaba ella, recién bañada totalmente desnuda vistiendo un camisón blanco transparente, inmediatamente mi corazón se aceleró queriéndoseme salir del pecho.
Me acerque despacio a ella y sin tocarla mi nariz la recorrió despacio, desde sus piernas sus muslos y sus tetas redondas que dibujaban ese par de pezones perfectos de puntas firmes y erectas.
Estuve a poco de tirármele encima como un animal, pero me contuve, sabía que si lo hacia las cosas acabarían mal, así que después de contemplarle morbosamente regrese a mi habitación.
Por la mañana ella estaba a la mesa tomando su desayuno y el mío servido, aun vestía ese camisón semitransparente, me pidió la acompañara, después de unos minutos Yo aun con la lujuria a flor de piel hice como que se me caía uno de los cubiertos y me asome bajo la mesa, sus piernas dejaban asomar ligeramente ese sabroso coño que se comía unas bragas diminutas color blanco, tenia deseo de abrirle las piernas y comerme ese sexo tan exquisito.
La noche siguiente fragüe un mejor plan y le dije que sentía frio y miedo, ella me invito inmediatamente a dormir con ella, para esto fue más recatada al vestir y uso unos shorts cortos y una blusa ajustada sin sostén.
Conforme ella dormía me fui acercando cada vez más a ella, de lado con la espalda hacia mi hice el primer contacto, poniendo mi mano en su cadera y acercando mi sexo hacia ella.
No se si fue porque ella dormía aun, la escuche soltar un leve gemido y saco su cadera hacia mi ofreciendo sus nalgas, acurrucándose conmigo.
Mi miembro inmediatamente respondió al contacto erectandose entre sus nalgas haciendo suaves movimientos con mi cadera esperando fuesen imperceptibles para ella.
De pronto siento como ella despierta conteniendo su respiración, seguramente al sentirme junto a ella notablemente excitado, mi reacción fue hacerme el dormido para que ella no lo tomara a mal, mi sorpresa fue que ella tomo mi mano que descansaba en su cadera y me hizo abrazarla aun mas recostando su espalda en mi pecho.
Esto hizo que tomara valor y que hiciera suaves movimientos con mi mano, subiendo por la cadera hasta llegar a su vientre, después a su torso, por ultimo mis manos entraron bajo su blusa y sentí que ella se congelo unos segundos, mis dedos alcanzaron sus pezones y empecé a acariciarla en círculos, note como esas puntas de sus pezones se erectaban entre mis dedos haciéndola relajarse un poco, permitiéndome apoderarme de sus tetas.
Poco a poco sentí como entramos en calor y ella empezó a acompañar el movimiento de mi cadera moviendo sus nalgas que mecían mi verga dura de arriba abajo.
Pasé una de mis manos bajo las sabanas, entrando muy despacio entre sus piernas, sintiendo como ella abría sus muslos invitándome a que siguiera, mis dedos alcanzaron su sexo cubierto por esos diminutos shorts y empecé a acariciarla, ella seguía haciendo movimientos circulares agrandando mi verga entre sus nalgas, lanzando suaves y dulces gemidos.
No perdí tiempo y enredando sus shorts en mis dedos tire a un lado dejando su coñito desnudo expuesto a mis bajos instintos.
Penetre con la punta de mis dedos entre sus labios vaginales, sintiendo ese coñito tibio y húmedo, sentí como sus gemidos eran más fuertes y seguí acariciándola, ella parecía inmersa en un sueño erótico y respondía a mis caricias entregándose poco a poco a mí.
Bajé mi pantalón y mi verga palpitante rozo su sexo, ella se estremeció dudando de dejar que eso sucediera, mero la tome con firmeza de la cadera y fui hundiendo mi verga en ese jugoso coño haciéndola temblar de placer.
Una vez dentro de ella deje que guiara el ritmo de las envestidas, sintiendo como sus jugos bañaban el cuerpo de mi verga en cada movimiento.
Esa noche, acabe en ella y ella acabo en mi verga, ahogando sus quejidos y con pena de verme a los ojos me pidió que por favor no fuera a contar a nadie lo sucedido, quiso justificarse diciendo que estaba dormida y yo la hice tranquilizar diciéndole “ Tía , gracias por dejarme quedar con usted, espero se repita otro día”. Ella al ver mi actitud madura no obstante mi edad, se sonrió con algo de nerviosismo.
No puedo contar lo que aconteció los días siguientes, pero la casa de mi tía se convirtió en mi lugar preferido para estar cuando mis padres se iban de viaje.
Saludos
 
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