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La red 3

webos1213

Becerro
Registrado
3 Ene 2009
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24
En un cuarto igual que el de L en casi todos los sentidos a acepción de que los muebles no estaban acomodados en el mismo orden, una chica está sentada en la cama, es morena con el cabello negro encrespado, mide casa un metro con setenta centímetros, de cuerpo delgado, con unos pechos de muy buen tamaño, caderas anchas y nalgas muy bien levantadas.
Mira hacia enfrente, sin ver nada en realidad, su cuerpo todavía arde, las costillas le duelen y siente la cara entumida, piensa, tiene mucho que pensar ¿De qué rayos trata todo esto? ¿De verdad lo haría? el hombre le pidió su confianza, pero ella no tenía buenas razones para creerle, estaba destruida en cuerpo y alma y todo parecía ponerse peor.
Sabía que no podía fallar una vez más, sin duda moriría si eso fuera así, no tenía muchas opciones realmente.
-Te voy a hacer caso maldito, pensó
M se levantó lentamente de le cama y camino al timbre, al tocarlo le contesto una voz a través de invisibles bocinas dentro del cuarto.
- Valla, valla así que ya quieres hablar
- Si, contesto M, estoy arrepentida, ya no quiero estar más aquí, no seré más mala
Decía exactamente las cosas que le habían dicho que dijera hace unas horas, cuando el último de los hombres que la violaba, comenzó a susurrarle al oído un extraño plan.
-¿y cómo sé que te puedo creer?
-Pues no sé, dijo M y fingió pensar en una opción, pero ella ya sabía que decir, aunque la idea le asqueaba, era su única salida.
Después de hacer cara de que pensaba dijo:
-Si quieres lo hago contigo, para demostrarte que esta vez obedeceré.
Tras una pausa la voz al fin contesto:
-Perfecto, te daré lo que necesitas para que te arregles y espero que estés lista en una hora.
Ya está, ya hice lo que querías, pensó M. Ya tienes tu distracción, no me vallas a fallar.



Mientras tanto en otro cuarto L seguía metida en el baño arrodillada frente al escusado, intentando contenerse para no vomitar más, todo lo que había visto en la computadora la había asqueado bastante.
Cuando logro reponerse y salir del cuarto, decidió que ya basta de estar viendo tanto video de felaciones, ella que hace apenas 4 horas había estado con un traje de baño transparente, con el cuerpo cubierto de aceite, dejando que un montón de hombres se masturbaran con cada recoveco de su cuerpo y todos terminaron sobre ella más de una vez bañándole en semen.
El recuerdo la regreso al baño.
L no se explicaba, porque cuando todo eso le pasaba, no lo había sufrido tanto, incluso ese mismo día tubo 2 orgasmos provocados por hombres, los primeros de su vida uno mientras le restregaban penes por todo el cuerpo, y el otro…y el otro.
El recuerdo del hombre del tatuaje le trajo muchos sentimientos raros, es decir él también la había usado, pero de alguna manera la trataba distinto a los demás, no era fácil describir estas sensaciones y ese extraño momento en que ella se quedó hipnotizada por el pene de ese hombre y todo el deseo que despertó en ella.
Estos recuerdos finalmente la sacaron del baño, ya había una bandeja con la comida en su cuarto, pero claro que no tenía nada de hambre, se acostó viendo el cuarto, como odiaba ese maldito lugar.
Y de pronto se dio cuenta de lo raro que era que esa bandeja estuviera ahí, siempre le avisaban cuando le darían la comida, se acercó extrañada a la bandeja, todo era normal.
Paso el resto de la tarde tratando de pensar en otra cosa que no fuera, en muchos penes sobre ella, pero claro que no lo logro.
Después de una hora, sintió mucha sed, se levantó hacia la bandeja a tomar agua, y al mover los platos para servirse, se dio cuenta que había un pequeño papel debajo de uno de los platos, extrañada L lo tomo, la pequeña nota solo decía: “A las 6 de la tarde no las cámaras no estarán gravando”
No bastando que estaba en ese extraño lugar, donde le harían muchas cosas sexosas y nadie le explicaba nada, ahora eso ¿Qué demonios significaba eso?
Pero algo le hiso pensar que no los que veían las cámaras no debían verla leyendo esa nota como pudo la escondió dentro de su pantalón, y la tiro por el escusado
Eran las 4: 21, habría que ver que es lo que iba a pasar a las 6.

En el otro cuarto M estaba lista, se había bañado y arreglado y puesto el ligero rosa que le habían dado, el conjunto también contaba con zapatos de tacón de aguja, una tanga y un corsé del mismo color.
Esta nerviosa, sudaba frio y cuando la alarma y la luz azul se prendieron, casi se desmaya, camino al centro de la habitación, pero esta vez no hubo voz, simplemente se abrió una puerta, ella sabía perfectamente que debía entrar al cuarto contiguo.
Entro en un cuarto, donde todos los muebles y la alfombra eran negros, dentro solo había un hombre, alto sin duda, pero muy flacucho. M espero órdenes.
-Ven aquí, dijo el hombre mientras se sentaba en una cómoda silla de cuero.
La voz del hombre le dio calosfríos a M, bastantes veces la había escuchado a través del altavoz como para no reconocerla.
M dio el primer paso, pero el hombre la detuvo.
-No, así no ven caminando a cuatro hasta aquí, dijo señalando el medio de sus piernas.
Sin alternativas M se arrodillo y fue hasta el hombre en cuatro puntos, la tanga se metía deliciosamente entre sus bien formadas nalgas y dibujaba una vagina de delgados labios en la parte frontal de la tela.
Saber que este era el hombre que tantas veces la había lastimado desde lejos le enfermaba, tuvo ganas de molerlo a golpes, pero tenía que contenerse, no se detuvo hasta que su cara quedo a pocos centímetros de la entrepierna del hombre, ya intuía lo que iba a pasar.
Tal como imagino, lo primero que hiso el hombre al tenerla cerca fue sacra su pene y ponérselo en la cara, a M este era el peor de los muchos penes que había visto en los últimos días, no era pequeño, pero le parecía bastante feo y pálido.
Aguantando todo lo posible el asco, saco su lengua y comenzó a darle lametones a la cabeza, el hombre cada vez que la lengua pasaba por su pene daba un pusilánime jadeo, M tomo el pene con una mano y mientras lo masturbaba, bajo a lamer los testículos, casi vomita pero no paro hasta dejarlos brillantes con su saliva.
Pese al repudio que sentía por este hombre, metió los testículos en su boca y paseo su suave lengua primero en uno y luego en el otro, mientras su mano no paraba de subir y bajar por el tronco, el hombre gemía descontroladamente, y convulsionaba sus caderas.
M al fin se alejó de los testículos y volvió a centrarse en la cabeza del pene, que ya había alcanzado su grado máximo de erección, era un pene pálido, y bastante delgado.
La lengua de M serpenteo alrededor del tronco desde la base a la punta y al llegar a la cabeza le dio un pequeño mordisco, para introducirlo en su boca. El hombre se estremeció al sentir que la cabeza de su pene, se encontraba en tan deliciosa cavidad, la boca de M era deliciosamente caliente, suave y húmeda.
M pensó que tal vez si terminaba todo rápido, podría salir bien librada, sin necesidad de llegar a más que su boca, así que tras respirar hondo, con un movimiento sumamente lento, comenzó a meter todo el pene en su boca.
El hombre se convulsionaba y ya daba alaridos de placer, sintió perfectamente como el calor de la boca de M le iba inundando centímetro a centímetro de pene. Al fin sintió como la nariz de la chica chocaba contra su abdomen y pudo sentir perfectamente como la cabeza del pene chocaba con el fondo de la garganta.
Esto fue demasiado para él, intento sacar su pene, pero antes de que pudiera moverse un solo milímetro le llego el orgasmo.
En los últimos días M había hecho sexo oral al menos a 50 hombres y ninguno había durado tan poco y de todas las corridas que le habían forzado a beber esta era la más pequeña sin duda, apenas y un chorro salió de ahí y ni siquiera le llego al fondo de la boca como siempre ocurría.
-patético, pensó M con una sonrisa por dentro y seguro no aguanta más este imbécil.
-“No te preocupes, recordó que le había dicho el otro hombre hace unos horas, eres su favorita y no te costara mucho convencerlo de hacértelo, el muy imbécil no dura nada, le da tanta pena lo malo que es para el sexo, que las pocas veces que no se aguanta las ganas de estar con alguna de ustedes, apaga las cámaras para que no lo vean. Y seguro no se tardara nada contigo, eso es lo que necesito que lo distraigas unos minutos”
Y por eso M estaba ahí tragando el poco semen de este patético hombre, por una promesa de venganza

En su cuarto L no dejaba de ver el reloj, ya solo faltaban 2 minutos para las 6 ¿Qué iba a pasar? Finalmente dieron las seis en punto, L contuvo la respiración, esperando, finalmente sin ninguna alarma de por medio una de las puertas se abrió.
L se quedó quieta, esperando a la voz, pero pasados unos minutos fue claro que nadie le hablaría, pensó en tocar el timbre, pero pensó que si esto era a escondidas no debía hacerlo, pero y si ¿Era una trampa?
¿Si solo era una prueba de obediencia? L dudo mucho, parada en el centro del cuarto, viendo la puerta entreabierta, dio unos pasos hacia la puerta y espero, nada, camino un poco más y de nuevo nada, se paró en el umbral y después de unos segundos al fin dio el paso que la llevo al cuarto donde el hombre del tatuaje de tigre la había masturbado hasta el orgasmo.
Se quedó parada, esperando la descarga eléctrica… ¡Nada! Efectivamente como decía la nota, parecía ser que nadie la estaba viendo a través de las cámaras, pero ¿Qué hago ahora? Pensó ¿y si alguien le estaba ayudando a escapar?
Con esa idea comenzó a buscar una salida, descubrió que el cuarto en el que estaba tenía todas las puertas abiertas, así que paso al siguiente. En el siguiente cuarto paso junto a la piscina inflable donde un grupo de hombres se masturbaron con ella unas horas atras, paso rápido sin voltear a ver el lugar donde fue bañada en semen.
Al abrir la siguiente puerta descubrió un largo pasillo y después unas escaleras, subió un piso, no había puertas abiertas, subió al siguiente y encontró una puerta abierta, entro a un cuarto lleno de monitores.
Se dio cuenta que ese era el cuarto donde la veían y desde donde un hombre le hablaba por altavoces, no había más puertas abiertas ¿Qué hago ahora? Estaba muy nerviosa, se fijó en los monitores, en algunos había personas, pero no les hiso mucho caso, solo se dio cuenta que había varias habitaciones como la suya, se fijó en una que estaba vacía, esa debía ser la suya y se llenó de terror cuando descubrió que había un hombre buscándola dentro de su cuarto.

-¡No! Me descubrieron pensó. Salió corriendo busco más puertas, pero todo lo demás estaba cerrado
- ¡Estoy muerta! Pensó, tras pensar en una salida, se dio cuenta que lo mejor que podía hacer era regresar a su cuarto, decir que no sabía nada de lo que había pasado, que la puerta se había abierto y ella pensó que la llamaban y por eso salió.
Si le creían tal vez el castigo no sería tan terrible, así que salió corriendo de regreso por donde había venido, con cuidado salió del cuarto de la piscina, ya casi estaba de regreso en el suyo, corrió a la puerta de su cuarto.
Pero no llego, justo antes de entrar alguien la derribo…

M no podía estar más frustrada, después de haber logrado que el hombre con el que estaba terminara en menos de 2 minutos con la boca, pensó que ahí quedaría todo, pero se equivocó, el hombre estaba tan deseoso de ella que se había empecinado en lograr de nuevo una erección.
Y por mas imposible que pareciera al principio, la había logrado, claro con mucho esfuerzo, pero al fin tras estar tocándola por todo el cuerpo y obligarla a ponerse en distintas posiciones, al fin la había logrado haciendo un 69, mientras la lengua de M tenía que volver a pasar por aquella horrible polla, el hombre no había parado de jugar con su vagina y ano.
Finalmente el hombre la tenía dura de nuevo, tomo a M y la arrojo a la cama en 4. M sabía perfectamente lo que seguía y como debía mostrarse bien portada, ella sola se hiso a un lado el tanga, para que el hombre se la metiera.
Esperaba sentir la cabeza del pene en su vagina, pero la sintió acomodándose entre sus nalgas, justo a las puertas de su virgen ano. No había forma de evitarlo, hasta ahora había logrado salvarse de ser penetrada analmente, y por eso había tenido tantos problemas en este lugar y la habían castigado tanto, pero esta vez no había marcha atrás.
-Ponme lubricante por favor, fue lo único que dijo con resignación.
El hombre rio con malicia, no, le dijo este es tu castigo y empujo en seco su pene sobre el virgen ano de M….

L, estaba tirada en el piso, un hombre estaba sobre ella, tapándole la boca e imposibilitándole el moverse, estaba tan asustada que el grito que escucho a lo lejos, le pasó desapercibido. No así al hombre que la sujetaba, pensó que la pobre M acababa de ser sodomizada por primera vez, señal de que todo estaba marchando bien, pero no le quedaba mucho tiempo.
-Escucha, no te voy a hacer daño, cálmate, necesito hablar contigo. Yo fui quien te saco del cuarto, tenemos poco tiempo para hablar.
- ¿Quién eres? Pregunto L, déjame por favor, solo quiero irme de aquí y rompió en llanto
-Todo lo que quiero es ayudarles a salir de aquí y terminar con esta maldita locura de una vez por todas.
-¿Ayudarnos? Pregunto L ¿A quiénes?
-A ti y a las otras 3 chicas que están aquí metidas, pero para eso, para terminar con todos estos sujetos necesito de tu ayuda.
L se tranquilizó ¿Seria cierto? ¿Al fin una salida sin necesidad de someterse a ser violada?
-¿Mi ayuda? ¿Por qué yo?
-Por qué te pareces a…. EL hombre dejo de hablar, L pudo notar cierta tristeza en su voz, escucha solo debes confiar en mí, toma esto, y puso en manos de L unas pastillas.
-Estás loco si crees que me voy a tomar eso ¡No sé quién eres y no entiendo nada de lo que dices!
-Mira esas pastillas no te harán daño…Bueno sentirás unas cuantas incomodidades, pero nos darán tiempo, ahora ya no podemos hablar, pero si tomas esas pastillas estarás aquí el tiempo suficiente como para poder planearlo todo bien, por favor hazlo.
-Cada vez creo que estas más idiota, grito L, lo último que quiero es alargar más mi estancia aquí
El hombre se levantó y ayudo a levantarse a L, tras unos instantes de duda se arrancó la máscara, dejando ver un rostro moreno, cabellos revueltos, era joven de no más de 27 años.
Era el primer rostro humanos que L veía en días y vio varias emociones en el rostro del hombre, vio sinceridad, sed de venganza, algo paso sintió que conocía a este sujeto y pensó en confiar en el
-Escucha dijo el hombre con un dejo de tristeza, sé que te parecerá injusto estar aquí por más tiempo, pero piensa, donde estas han pasado ya varias mujeres y quedan muchas más que llegaran y serán violadas, eres la única que me puede ayudar a detener todo esto y que ellos reciban el castigo que merecen, por favor si te niegas lo volveré a tener la oportunidad de detenerlos, por favor.
A L le pareció ver como un par de lágrimas asomarse de los ojos del hombre.
-está bien dijo ¿Qué tengo que hacer?
El hombre estaba por contestarle cuando L lo interrumpió.
-Quítate la camisa por favor….

-¡Arde! ¡Arde mucho! Gritaba la pobre M una y otra vez y era verdad su ano ardía como el mismo infierno, ella ya había escuchado lo doloroso que era ser penetrada analmente y por eso se había negado a hacerlo desde antes de estar secuestrada en este lugar.
El hombre en contraste con los gritos de dolor de M solo jadeaba, extasiado por lo deliciosamente apretado que estaba el culo que se estaba cogiendo, Desde que M llego al lugar, había deseado tanto ver su ano atravesado por una enorme verga y que ahora fuera la suya lo hacía sumamente excitante.
Por eso aunque el aliento se le acababa y el sentía que las energías para moverse se le terminaban, encontraba la fuerza para seguir embistiendo con todas sus fuerzas a la chica, las nalgas de la pobre rebotaban una y otra vez cada vez que los cuerpos chocaban esto aunado a los gritos de dolor que daba M cada vez que sentía su recto llenarse de pene lo excitaban, hasta la locura, no recordaba haberse sentido así nunca.
M no podía seguir soportándolo, su ano aunque estuviera recibiendo una verga bastante delgada, eso no hacía que no fuera doloroso, sentía la asquerosa respiración del hombre en su nuca, sus manos pellizcando sus pezones y su ano absolutamente caliente.
No lo estaba disfrutando para nada, pocas veces había sufrido así, pero no podía hacer nada, se consolaba a si misma con la idea de que el hombre no duraría mucho, pero la eyaculación no parecía llegar.
No tenía alternativa, si quería que el dolor cesara tenía que ayudar al hombre a terminar, muy a su pesar empezó a mover el culo en círculos y en medida de lo posible también empezó a empujar sus nalgas contra el hombre, haciendo la penetración más profunda y más dolorosa.
Por suerte el plan funciono, el hombre al sentir como el recto de M se tallaba de forma circular sobre su pene no tardo en venirse en el culo de M.
La sensación del pene del hombre inundándole el culo hizo que M estuviera por vomitar, pero al final se alivió que todo terminara.
Pero aunque había inundado un ano virgen hasta hace poco, se dio cuenta que no estaba satisfecho, M había sido soberbia desde su llegada y había que castigarla y humillarla más. Saco su teléfono, salió del cuarto ordenando a M que no se moviera.
Aunque M apenas y podía hacerlo, el escozor en su trasero no le permitía, moverse con facilidad, esperaba poder volver a su cuarto en cuanto el hombre saliera, pero no, el hombre volvió casi al instante, M vio como no entro solo había otro hombre que arrastraba algo al interior del cuarto.
El hombre que acababa de entrar jalaba una especie de mesa de centro cuadrada de unos 40 cm de altura, la mesa tenía la superficie cubierta de cuero rojo y en uno de sus bordes tenía un pequeño cojín, del lado contrario del cojín había una especie de arnés con 4 aberturas, las dos del centro más pequeñas que las últimas dos.
Por un momento M se sintió aliviada al ver que el hombre que la acababa de sodomizar ya estaba vestido, pero esa extraña mesa la incomodo mucho.
-Muy bien putita, vamos a continuar, dijo el hombre que flaco y alto, que recién había cogido a M
El segundo hombre, aunque menos alto que el primero, pero de complexión mucho más musculosa, tomo a M con facilidad de la cama y la azoto de bruces contra la mesa.
M no tuvo tiempo de reaccionar cuando su cabeza ya estaba recargada en el cojín de la mesa, inmediatamente el hombre cerro un arnés sobre su nuca, lo que le impedía levantar la cabeza, acto seguido levanto ambas piernas de M y las coloco sobre los 2 arneses grandes y de un rápido movimiento puso sus brazos bajo su cuerpo, tomo las manos de M y las cerro en los arneses pequeños.
M estaba en una posición sumamente incomoda. Se encontraba boca abajo en la mesa en 4 puntos con el culo en alto y la piernas bien separadas, atadas con los arneses a las orillas de la mesa, entre sus piernas en 2 arneses más pequeños al centro estaban sus brazos, lo que provocaba que inevitablemente su cara y pecho quedaran pegados a la mesa, sin posibilidades de cambiar la posición, en esta pose su vagina y ano quedaban totalmente expuestos y abiertos a la vista de los 2 hombres, produciendo que el ardor en el ano le molestara, pero sobre todo haciéndola sentir humillada.
El hombre que ya la había sodomizado, se sentó en la silla del principio
-Sabía que inevitablemente terminarías en esa mesa, todas las que se ponen difíciles terminan amarradas en “la rompeculos”
M sudo frio al escuchar esas palabras, en esa postura no había forma de que se resistiera a ser penetrada por donde fuera
-A este hombre tú ya lo conoces ¿Lo recuerdas? Dijo mientras el otro hombre comenzaba a desnudarse mostrando un cuerpo de fisiculturista, lleno de músculos inflados, M lo reconoció y se llenó de miedo.
Fue de los primeros hombres con lo que tuvo que estar, le habían ordenado comerse la monstruosa verga de ese enorme tipo, pero ella que todavía no se rendía a estos hombres le pego una fuerte mordida al pene del hombre, este después de pegar un alarido de dolor, salió del cuarto jurándole venganza. Y estaba claro que ese día seria el día que se podría vengar de ella.
-Puta, te voy a partir en 2 con esto, dijo mientras meneaba un pene de proporciones sobre lo normal, pero sobre todo muy ancho y con todavía unas cicatriz evidencia de la mordida que M le había dado hace ya unos días.
-La verdad que te metiste en un gran problema con él, dijo riendo el hombre sentado en la silla, le decimos el toro y no está satisfecho si no se viene unas 6 veces y esta vez va a usar tu culo para eso.
EL estómago de M empezó a doler del pánico que sentía, recordó como su novio le rogo varias veces que lo dejara penetrarla por el ano, ella no solo se negaba sino que terminaba gritándole al pobre chico que era un maldito pervertido y es que a M el sexo anal siempre le pareció una aberración, tanto que fue el motivo por el cual termino con él. Dos grandes lágrimas escurrieron por la linda cara de la dulce chica, arrepintiéndose de no haber cedido a las peticiones de su antiguo novio, que tantas veces le demostró que la amaba.
Ahora en cambio el “Toro” la iba a encular brutalmente con ese desagradable y gordo miembro, mientras que ella tenía que resistir atada a la “rompeculos”
Al menos el toro tuvo la decencia de ponerse lubricante sobre el pene antes de penetrarla, pero no lo hizo por ella, sino porque su pene todavía no curaba del todo y sabía que si lo hacía en seco, terminaría igual de lastimado que ella.
Se acercó por detrás de ella y apunto la gruesa cabeza del pene al rosado ano de M, apoyo la cabeza y empujo, la chica aguanto la respiración
-¡Aquí va puta disfrútalo! Dijo el toro
Y la punta del toro empezó a entrar al adolorido ano de M, bajo circunstancias normales, habría sido muy difícil que semejante pene entrara en tan estrecho culo, pero el lubricante, la posición en la que estaba M y el hecho de que su culo ya había sido penetrado ayudaron bastante.
De cualquier forma el hombre tuvo que imprimir algo de fuerza, para que el ano cediera y al fin logro meter toda la cabeza.
A M le dolió bastante, jamás se hubiera imaginado, ser penetrada por tan ancho pene.
-Por favor, dijo al recuperar algo del aliento, no lo metas me vas a matar, por favor te la chupo o cógeme por la vagina, pero sácala te lo suplico… ¡haaaaaaa!
Grito al sentir como el pene seguía avanzando en su camino hacia dentro de su culo
-Pero que apretada estas, esto es una delicia, decía el toro babeando y continuo invadiendo centímetro a centímetro del apretado recto de M
Los alaridos de dolor de la chica no se hicieron esperar, me estas matando por favor detente, te lo ruego, lloraba y lloraba, pero el pene entraba más y más, al fin se detuvo, M no podía creer lo muy abierto que sentía el ano, no dejaba de llorar, pero se repuso, debo ser más fuerte se dijo y decidió hacer lo mismo que le había funcionado la última vez.
Trabajosamente por la posición y por el dolor, empezó a hacer círculos con el culo, pera que el toro terminara lo más pronto posible, pero el en vez de gemir como niña como lo había echo el otro hombre, comenzó a reír.
-Jajajaja esta perrita lo está disfrutando y eso que solo lleva media verga metida, le va a encantar cuando se la meta toda.
M se quedó paralizada ¿Media? ¿Toda?, alcanzo a decir un ligero te lo suplico, antes de que el toro tomándola por la cintura con ambas manos, empujara con todas sus fuerzas, forzando al ano de M a aceptar su verga entera.
Fue tan rápido que M sintió como si le hubieran dado un puñetazo a su estómago por dentro, los ajos se le desorbitaron, se quedó sin aire, casi se desmaya ante el dolor.
Los 2 hombres solo reían al ver los ojos y boca de M totalmente abiertos, el toro en otro movimiento rápido saco el pene entero y de nuevo con todas sus fuerzas volvió a arremeter, repitió esto una y otra vez cada vez con más fuerza.
M solo sentía como si le metieran un hierro caliente en el culo, el dolor era tal que no pudo ni gritar, no le salían las palabras, sintió claramente como un poco de sangre le escurría desde el ano a la vagina, prueba de que ya le habían roto el culo y a ese ritmo sin duda se lo iban a destruir por completo.
Sin hablar pero con las lágrimas brotándole de los ojos, se maldijo una y otra vez por haberle hecho caso al hombre del tatuaje del tigre en su “plan” para escapar, seguramente solo la habían engañado para someterla a esta brutal sodomizada.
El toro mantuvo un ritmo brutal por unos 15 minutos y cuando sintió que estaba por venirse, embistió con más fuerza todavía. Los gritos de M llenaron el cuarto de nuevo, pero ya no rogaba por piedad, ya solo gritaba de dolor, con una última y fuerte embestida el toro le lleno el ano de semen a M, y fue tanto lo que salió que la chica sintió perfectamente como el semen rellenaba el recto.
Perdió todo control sobre sí misma, temblaba y sudaba frio y sin poder controlarlo de ninguna forma término por orinarse, debido a la posición toda la orina cayó sobre sus brazos.
-Que maldita cerda, grito el toro, pero no importa ¿Lista para el segundo raund? Jajaja
M ya no lo escuchaba, su mente se había alejado de ese lugar, su cuerpo se mantenía en la misma posición debido al “rompeculos” pero de no ser por eso se habría desplomado su cara estaba llena de lágrimas y saliva, estaba toda manchada de su propia orina y su ano tuvo que recibir al toro por segunda vez.
-Bueno toro, te dejo que lo disfrutes, sé que esta pobre no podrá ir al baño en mucho tiempo, dijo el hombre delgado al salir del cuarto, dejando tras de sí el sonido del estómago del toro chocando contra el culo de M.
Al cerrar la puerta vio la cara de M y se extrañó al percibir una ligera sonrisa, sin darle importancia salió del cuarto. Sin saber que tras ese cuerpo destrozado, en la mente de la chica se había roto por un momento pero encontró consuelo, consuelo en la idea de venganza que se le había propuesto.
En medio del dolor y casi la locura M sabía que había puesto en marcha el plan de caída de este lugar y era lo único que le impedía enloquecer.
El hombre continuo caminando hacia el cuarto donde debía vigilar las cámaras todo el tiempo, tarea cansada pero bastante entretenida, a través de los años había descubierto lo mucho que le gustaba saberse controlador del destino de las mujeres que entraban ahí, al entrar a un cuarto donde todo era negro lo sacaron de sus pensamientos el sonido de una puerta cerrándose, pero la verdad no pudo asegurar si lo escucho o solo lo imagino.
De cualquier forma apresuro su paso a la sala de las cámaras y al llegar se encontró con otro hombre entrando a este.
-¿Qué demonios hacías fuera del cuarto? Le grito al otro hombre, te dije que debía vigilar en lo que yo no estaba.
-Lo siento, Salí a fumar contesto el otro, mientras disimuladamente veía a las cámaras, en un cuarto una pobre chica está siendo sodomizada brutalmente por el toro, en otro L estaba sentada en su cama.
L había decidido confiar, todavía estaba sorprendida y confundida.
-quítate la camisa, le había dicho al hombre con el que había hablado. Este le hizo caso y L descubrió un tatuaje de tigre en el pecho del hombre. L solo dio un paso para atrás
-¿Qué debo hace? Dijo
Y estaba ahí sentada, tenía 2 opciones o se portaba como le había ordenado la voz de los altavoces y se dejaba violar sumisamente por 4 días más o se quedaba más tiempo y le ayudaba al chico del tatuaje en su plan para detener a estos hombres.
No supo bien por qué, pero se acercó a la jarra de agua que había en su cuarto y disimuladamente llevo, las pastillas a su boca.
Este movimiento no le pasó desapercibido, al hombre del tatuaje que la veía a través de las cámaras, mientras que el otro no paraba de gritarle e insultarlo.
-Como quisiera matarte a golpes, pensó el chico, mientras contenía las ganas de hacerle de verdad, pero a penas y pudo esconder una sonrisa al ver a L tomar las pastillas.
Solo debía actuar con inteligencia y dentro de poco tendría la anhelada venganza, espere años por esto, si estas chicas hacen lo que deben, pronto te veré a ti y a todos muertos.
Siguiendo las instrucciones, del chico del tatuaje, L se sentó frente a la computadora después de tomar las pastillas y de nuevo empezó a estudiar cómo hacerles sexo oral a los hombres, pese a todo, no había cambiado nada en realidad. Con dolor pensó que al siguiente día se llenaría la boca de semen y ahora no sabía cuánto más le faltaba para irse de ahí
 

cargov

Bovino adolescente
Registrado
28 Abr 2009
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Me intrigan tu relato... cuando vas a colocar la continuación... Saludos
 

JOSIASJIM

Bovino maduro
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5 Jun 2008
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Esta vez, siento que le falto mas erotismo. Pero se agradece.
 
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