Jon follador
Becerro
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- 6 Jul 2011
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Mis vecinos
1ª parte
Me llamo Jon, tengo 44 años y un buen físico. El sexo es lo que mas me gusta del mundo. Lo que voy a contar a continuación son algunas de mis mejores experiencias sexuales. Vivo solo. Unos de mis vecinos, Eduardo y Carla, son un matrimonio de mi edad con los que me une una muy buena amistad. Tienen 2 hijos, que viven con ellos: Mikel, un chico de 20 y Edurne, una nena preciosa de 18.
Edurne siempre me ha parecido un bombón. Morena con pelo largo y liso, 45 kg y mide 1,60. Es delgada, tiene un culo impresionante y unas tetas pequeñas pero muy bien puestas. Es muy guapa de cara… en fin, que está buenísima. Por la calle, todos se vuelven a mirarla. Siempre que la veía se me ponía dura… y acababa pajeándome, imaginando que me la follaba.
Como ya he dicho, mi relación con mis vecinos era muy buena. También con Edurne, con la que siempre he tenido una gran complicidad. A menudo le decía que estaba guapísima, que quién la pillara y cosas por el estilo. Ella me respondía entre risas que yo para mi edad tampoco estaba nada mal. Estoy seguro de que más de una vez se dio cuenta de la erección que me provocaba solo con verla.
Un día me la encontré más llamativa de lo habitual. Estaba maquillada y se notaba que había ido a la peluquería. Me contó que esa noche tenía la cena de fin de curso y que después irían a la disco a bailar. Se me iluminaron los ojos y pensé: ¡esta es mi oportunidad!. Ese día me di una ducha, me vestí, me eché una colonia que Edurne solía decirme que le gustaba mucho… y salí de caza.
Llegue a la disco un par de horas antes de que cerraran y pedí una copa. Durante un rato busqué con la mirada por todo el local. Y por fin la encontré. Allí estaba Edurne, bailando, con tacones de aguja y con un vestido corto y ajustado que se pegaba a su cuerpo. Se notaba el culito bien torneado. No llevaba sujetador y sus tetas se movían al ritmo de la música. Los pezones se le marcaban claramente en el vestido. La polla me dio un salto, se me puso más dura que nunca y casi de inmediato comenzó a gotear. Esperé un poco más, disfrutando de esa visión. Estaba completamente decidido a intentar follármela esa misma noche.
Me dirigí hacia ella y pasé a su lado haciéndome el despistado. Ella me vio, puso cara de sorpresa, sonrió y me saludó:
- ¡Hola, Jon!
Seguí haciéndome el despistado:
- ¿Edurne? ¡Qué casualidad!
Nos dimos un par de besos, la tomé de la mano e hice que diera una vuelta frente a mí:
- ¡Estás guapísima! ¡Valla cuerpazo que tienes con este vestido! Estás para comerte…
- Si claro, eso se lo dirás a todas…
- No, en serio… estás que cortas el hipo. Todos los tíos de la disco te están mirando… y seguro que la mayoría se han empalmados solo con verte así.
Edurne puso una sonrisa pícara, se mordió un labio y me dijo:
- ¿Tú también te has empalmado por mí?
Mientras lo preguntaba, me rodeo la cintura con su brazo y se acercó a mi hasta rozar mi paquete. Y me dijo:
- Vaya, vaya… no hace falta que contestes... creo que si que lo estás…
Descaradamente se acercó más a mí, se apretó con fuerza hasta notar bien mi verga y me dijo al oido:
- Decididamente sí… estás empalmado… y parece que tienes una buena herramienta.
Sentí que había llegado mi oportunidad y que podía cobrarme mi presa. Suavemente, levanté su cara con mi mano para que nuestras miradas se encontrasen y dije:
- Preciosa, no juegues con eso… si no estás dispuesta a llegar al final.
No me contestó. Pasó sus brazos alrededor de mi cuello, acercó sus labios a los míos y cerró los ojos... ya era mía... le di un buen morreo buscando su lengua con la mía. Mientras mis manos sobaban su culo, ella se apretaba con fuerza para notar toda mi polla contra su coño. Estaba entregada… ya era mía. Acerqué mis labios a su oreja y tras besarla le dije al oído:
- Esta noche he salido a buscar una putita a la que follarme. ¿Quieres se tú esa putita?
- Nunca me han dicho nada así de sucio. Has hecho que me moje como nunca. Lo estoy deseando. Me encantará ser tu putita.
- ¿De veras te has mojado?. Quiero comprobarlo. Vete al aseo, quítate las braguitas y tráemelas para que lo compruebe.
Sin dudarlo se fue… volvió en un par de minutos. Traía algo en la mano y me lo dio. Me dirigí a los servicios y cuando entré miré lo que me había dado. Era una tanga negra diminuta… y estaba empapada. La acerqué a mi cara y puede notar un riquísimo olor a coño húmedo. Pasé mi lengua por las manchas de humedad, saboreándolas. Al salir, guardé mi trofeo dentro de mi boxer, junto a mi polla. Volví con Edurne, le conté al oído lo que había hecho y le dije:
- Quiero saber con cuantos tíos has follado.
- Lo he hecho con 2. Pero no tengo mucha experiencia. Con uno solo lo hice una vez y con el otro apenas 10 o 12. Ambos eran de mi edad y los 2 son unos putos crios.
- Ahora vamos a irnos a mi casa y voy a follarte como nunca te han follado. Voy a enseñarte cómo hay que tratar a una mujer como tú.
- ¿Y mis bragas?
- No te preocupes. Quiero que vayas así… con el coñito al aire… que puedas notar la humedad en los muslos. Tus bragas me las quedo de recuerdo.
Salimos de la disco y nos metimos en mi coche. Por el camino fui tocando sus tetas y el coño… lo tenía muy mojado. Los pezones se le pusieron tiesos y se marcaban aún más en el vestido. Ella jadeaba y me decía que nunca nadie le había puesto así. Llegamos a mi casa. Yo seguía llamándola puta y eso la encendía más aún.
- Quítate el vestido y déjate las sandalias puestas. Me gustan las zorritas con tacones.
Obedeció. Mientras yo me quitaba la ropa, disfrutaba de la vista de ese cuerpo perfecto de 18 años. Las tetas y el culo eran perfectos… los pezones tiesos… el coñito lo tenía depilado… solo una pequeña línea de pelo en la parte de arriba… la zona de los labios vajinales completamente rasurada… una verdadera delicatessen… y toda para mí.
- Ven aquí zorra y cómeme la polla.
Se acercó y se arrodilló ante mí. Tomó mi verga con una mano… con la otra acarició mis huevos... pasó su lengua por la punta… poco a poco se la fue metiendo en la boca. Yo cogí la cámara que tenía prepara y comencé a sacar fotos de la mamada que me estaba haciendo. Puse una mano sobre su cabeza para empujarla de modo que mi polla entrara más adentro… y comencé a mover mis caderas follándome su boca:
- Eres una zorra de las buenas. Sigue… cómetela así… hasta el fondo.
La puse a cuatro patas en el sofá y de un solo golpe se la metí en el coño. Lo tenía empapado y entró fácilmente. Saqué alguna foto más. Edurne gritaba y jadeaba como una perra en celo.
- ¡Así cabrón, métemela con fuerza! ¡Fóllame como a una puta! ¡No pares!… ahhhhh
Un par de embestidas más con mis huevos golpeando su culito y tuvo su primer orgasmo:
- ¡Vamos putita, no te aguantes!
- ahhhhhhhh………! ¡ Díos mío… que pasada….! ahhhhhhhh….
Yo no paré, seguí follándome su coño hasta que llegó su segundo orgasmo:
- ¡Otra vez…! ¡Estoy teniendo otro…! ahhhhhhhh..
- Así me gusta putita… que disfrutes con mi polla en tu coño. Ahora quiero que me comas la polla.
Se la saqué del coño… la tenía empapada por sus jugos y se la metí en la boca:
- ¡Vamos, cómetela toda! ¡Demuéstrame lo zorra que eres! Quiero correrme en tu boca y que tragues hasta la ultima gota. Seguro que nunca lo has hecho.
- ¡Si, dámela!... nunca lo he hecho… vas a ser el primero… uhmmmm…¡Quiero que me llenes la boca y tragármelo todo! ¡Dáselo todo a tu putita!... uhmmmm…
- Lo estás haciendo muy bien, como una auténtica zorra viciosa. Sigue así y méteme un dedo por el culo para follártelo mientras me la comes.
Me gusta mucho que me metan algo por el culo mientras me hacen una mamada. De ese modo, la polla se me pone mucho más dura y la sensación es mucho más intensa. Edurne movía el dedo de maravilla… y la mamada era fabulosa. En poco tiempo estaba a tope y no podía aguantar más:
- ¡Ya está puta! ¡Ya me viene! ¡No puedo más!... ¡Prepárate que voy a llenarte la boca! ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…
Con cuatro descargas sucesivas le llené la boca de semen. Se atragantó… pero se bebió casi todo… apenas unas gotas escaparon por la comisura de sus labios. Hice que me limpiara la polla con la lengua hasta dejarla reluciente. Saqué más fotos.
- Has estado muy bien y me la has comido como pocas. Te mereces un premio.
La tumbé boca arriba llevé mi lengua hasta su coño y lo lamí sin parar hasta arrancarle el tercer orgasmo. Sin dejar que se recuperara, me tumbé sobre ella, penetré su coño y me la follé con ganas. No paré hasta correrme nuevamente y lograr arrancarle su cuarto orgasmo.
Jadeaba… le palpitaba el corazón en el pecho… el semen escurría por sus muslos mezclado con sus jugos… le temblaban las piernas… estaba completamente agotada… y satisfecha… y apenas podía hablar:
- No puedo más… Jon, ha sido el mejor polvo de mi vida… no podía siquiera imaginar que podría llegar a tener tantos orgasmos seguidos… ni disfrutar tanto…
- Yo también lo he pasado muy bien. Me gusta que mis zorras disfruten. Esto no ha sido nada… si estás dispuesta a seguir siendo mi putita y hacer todo lo que yo te pida te prometo que puede ser todavía mejor. Puedo enseñarte muchas cosas y llevarte a límites del placer que no puedes ni imaginar.
- Claro que sí… soy toda tuya… seré tu puta… puedes hacer conmigo todo lo que quieras…
- ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?
- Si, si y si… desde este momento soy tu puta… para lo que tú quieras… nunca te diré que no a nada… sea lo que sea… pídeme lo que quieras.
A partir de ese día, me la follaba siempre que me apetecía. Ella comenzó a tomar la píldora para poder follármela sin condón. Le pedí fuese siempre vestida muy sexi… y siempre sin bragas… le ordené que se mostrara provocativa con todo el mundo… que se portara como una zorra calientapollas… pero que no follara con nadie más. Me excitaba saber que calentaba a todos los tíos que la veían y ella disfrutaba con ese juego, sabiendo que se pajeaban pensando en ella.
Y esto fue solo el principio… ¿queréis conocer el resto?
1ª parte
Me llamo Jon, tengo 44 años y un buen físico. El sexo es lo que mas me gusta del mundo. Lo que voy a contar a continuación son algunas de mis mejores experiencias sexuales. Vivo solo. Unos de mis vecinos, Eduardo y Carla, son un matrimonio de mi edad con los que me une una muy buena amistad. Tienen 2 hijos, que viven con ellos: Mikel, un chico de 20 y Edurne, una nena preciosa de 18.
Edurne siempre me ha parecido un bombón. Morena con pelo largo y liso, 45 kg y mide 1,60. Es delgada, tiene un culo impresionante y unas tetas pequeñas pero muy bien puestas. Es muy guapa de cara… en fin, que está buenísima. Por la calle, todos se vuelven a mirarla. Siempre que la veía se me ponía dura… y acababa pajeándome, imaginando que me la follaba.
Como ya he dicho, mi relación con mis vecinos era muy buena. También con Edurne, con la que siempre he tenido una gran complicidad. A menudo le decía que estaba guapísima, que quién la pillara y cosas por el estilo. Ella me respondía entre risas que yo para mi edad tampoco estaba nada mal. Estoy seguro de que más de una vez se dio cuenta de la erección que me provocaba solo con verla.
Un día me la encontré más llamativa de lo habitual. Estaba maquillada y se notaba que había ido a la peluquería. Me contó que esa noche tenía la cena de fin de curso y que después irían a la disco a bailar. Se me iluminaron los ojos y pensé: ¡esta es mi oportunidad!. Ese día me di una ducha, me vestí, me eché una colonia que Edurne solía decirme que le gustaba mucho… y salí de caza.
Llegue a la disco un par de horas antes de que cerraran y pedí una copa. Durante un rato busqué con la mirada por todo el local. Y por fin la encontré. Allí estaba Edurne, bailando, con tacones de aguja y con un vestido corto y ajustado que se pegaba a su cuerpo. Se notaba el culito bien torneado. No llevaba sujetador y sus tetas se movían al ritmo de la música. Los pezones se le marcaban claramente en el vestido. La polla me dio un salto, se me puso más dura que nunca y casi de inmediato comenzó a gotear. Esperé un poco más, disfrutando de esa visión. Estaba completamente decidido a intentar follármela esa misma noche.
Me dirigí hacia ella y pasé a su lado haciéndome el despistado. Ella me vio, puso cara de sorpresa, sonrió y me saludó:
- ¡Hola, Jon!
Seguí haciéndome el despistado:
- ¿Edurne? ¡Qué casualidad!
Nos dimos un par de besos, la tomé de la mano e hice que diera una vuelta frente a mí:
- ¡Estás guapísima! ¡Valla cuerpazo que tienes con este vestido! Estás para comerte…
- Si claro, eso se lo dirás a todas…
- No, en serio… estás que cortas el hipo. Todos los tíos de la disco te están mirando… y seguro que la mayoría se han empalmados solo con verte así.
Edurne puso una sonrisa pícara, se mordió un labio y me dijo:
- ¿Tú también te has empalmado por mí?
Mientras lo preguntaba, me rodeo la cintura con su brazo y se acercó a mi hasta rozar mi paquete. Y me dijo:
- Vaya, vaya… no hace falta que contestes... creo que si que lo estás…
Descaradamente se acercó más a mí, se apretó con fuerza hasta notar bien mi verga y me dijo al oido:
- Decididamente sí… estás empalmado… y parece que tienes una buena herramienta.
Sentí que había llegado mi oportunidad y que podía cobrarme mi presa. Suavemente, levanté su cara con mi mano para que nuestras miradas se encontrasen y dije:
- Preciosa, no juegues con eso… si no estás dispuesta a llegar al final.
No me contestó. Pasó sus brazos alrededor de mi cuello, acercó sus labios a los míos y cerró los ojos... ya era mía... le di un buen morreo buscando su lengua con la mía. Mientras mis manos sobaban su culo, ella se apretaba con fuerza para notar toda mi polla contra su coño. Estaba entregada… ya era mía. Acerqué mis labios a su oreja y tras besarla le dije al oído:
- Esta noche he salido a buscar una putita a la que follarme. ¿Quieres se tú esa putita?
- Nunca me han dicho nada así de sucio. Has hecho que me moje como nunca. Lo estoy deseando. Me encantará ser tu putita.
- ¿De veras te has mojado?. Quiero comprobarlo. Vete al aseo, quítate las braguitas y tráemelas para que lo compruebe.
Sin dudarlo se fue… volvió en un par de minutos. Traía algo en la mano y me lo dio. Me dirigí a los servicios y cuando entré miré lo que me había dado. Era una tanga negra diminuta… y estaba empapada. La acerqué a mi cara y puede notar un riquísimo olor a coño húmedo. Pasé mi lengua por las manchas de humedad, saboreándolas. Al salir, guardé mi trofeo dentro de mi boxer, junto a mi polla. Volví con Edurne, le conté al oído lo que había hecho y le dije:
- Quiero saber con cuantos tíos has follado.
- Lo he hecho con 2. Pero no tengo mucha experiencia. Con uno solo lo hice una vez y con el otro apenas 10 o 12. Ambos eran de mi edad y los 2 son unos putos crios.
- Ahora vamos a irnos a mi casa y voy a follarte como nunca te han follado. Voy a enseñarte cómo hay que tratar a una mujer como tú.
- ¿Y mis bragas?
- No te preocupes. Quiero que vayas así… con el coñito al aire… que puedas notar la humedad en los muslos. Tus bragas me las quedo de recuerdo.
Salimos de la disco y nos metimos en mi coche. Por el camino fui tocando sus tetas y el coño… lo tenía muy mojado. Los pezones se le pusieron tiesos y se marcaban aún más en el vestido. Ella jadeaba y me decía que nunca nadie le había puesto así. Llegamos a mi casa. Yo seguía llamándola puta y eso la encendía más aún.
- Quítate el vestido y déjate las sandalias puestas. Me gustan las zorritas con tacones.
Obedeció. Mientras yo me quitaba la ropa, disfrutaba de la vista de ese cuerpo perfecto de 18 años. Las tetas y el culo eran perfectos… los pezones tiesos… el coñito lo tenía depilado… solo una pequeña línea de pelo en la parte de arriba… la zona de los labios vajinales completamente rasurada… una verdadera delicatessen… y toda para mí.
- Ven aquí zorra y cómeme la polla.
Se acercó y se arrodilló ante mí. Tomó mi verga con una mano… con la otra acarició mis huevos... pasó su lengua por la punta… poco a poco se la fue metiendo en la boca. Yo cogí la cámara que tenía prepara y comencé a sacar fotos de la mamada que me estaba haciendo. Puse una mano sobre su cabeza para empujarla de modo que mi polla entrara más adentro… y comencé a mover mis caderas follándome su boca:
- Eres una zorra de las buenas. Sigue… cómetela así… hasta el fondo.
La puse a cuatro patas en el sofá y de un solo golpe se la metí en el coño. Lo tenía empapado y entró fácilmente. Saqué alguna foto más. Edurne gritaba y jadeaba como una perra en celo.
- ¡Así cabrón, métemela con fuerza! ¡Fóllame como a una puta! ¡No pares!… ahhhhh
Un par de embestidas más con mis huevos golpeando su culito y tuvo su primer orgasmo:
- ¡Vamos putita, no te aguantes!
- ahhhhhhhh………! ¡ Díos mío… que pasada….! ahhhhhhhh….
Yo no paré, seguí follándome su coño hasta que llegó su segundo orgasmo:
- ¡Otra vez…! ¡Estoy teniendo otro…! ahhhhhhhh..
- Así me gusta putita… que disfrutes con mi polla en tu coño. Ahora quiero que me comas la polla.
Se la saqué del coño… la tenía empapada por sus jugos y se la metí en la boca:
- ¡Vamos, cómetela toda! ¡Demuéstrame lo zorra que eres! Quiero correrme en tu boca y que tragues hasta la ultima gota. Seguro que nunca lo has hecho.
- ¡Si, dámela!... nunca lo he hecho… vas a ser el primero… uhmmmm…¡Quiero que me llenes la boca y tragármelo todo! ¡Dáselo todo a tu putita!... uhmmmm…
- Lo estás haciendo muy bien, como una auténtica zorra viciosa. Sigue así y méteme un dedo por el culo para follártelo mientras me la comes.
Me gusta mucho que me metan algo por el culo mientras me hacen una mamada. De ese modo, la polla se me pone mucho más dura y la sensación es mucho más intensa. Edurne movía el dedo de maravilla… y la mamada era fabulosa. En poco tiempo estaba a tope y no podía aguantar más:
- ¡Ya está puta! ¡Ya me viene! ¡No puedo más!... ¡Prepárate que voy a llenarte la boca! ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…
Con cuatro descargas sucesivas le llené la boca de semen. Se atragantó… pero se bebió casi todo… apenas unas gotas escaparon por la comisura de sus labios. Hice que me limpiara la polla con la lengua hasta dejarla reluciente. Saqué más fotos.
- Has estado muy bien y me la has comido como pocas. Te mereces un premio.
La tumbé boca arriba llevé mi lengua hasta su coño y lo lamí sin parar hasta arrancarle el tercer orgasmo. Sin dejar que se recuperara, me tumbé sobre ella, penetré su coño y me la follé con ganas. No paré hasta correrme nuevamente y lograr arrancarle su cuarto orgasmo.
Jadeaba… le palpitaba el corazón en el pecho… el semen escurría por sus muslos mezclado con sus jugos… le temblaban las piernas… estaba completamente agotada… y satisfecha… y apenas podía hablar:
- No puedo más… Jon, ha sido el mejor polvo de mi vida… no podía siquiera imaginar que podría llegar a tener tantos orgasmos seguidos… ni disfrutar tanto…
- Yo también lo he pasado muy bien. Me gusta que mis zorras disfruten. Esto no ha sido nada… si estás dispuesta a seguir siendo mi putita y hacer todo lo que yo te pida te prometo que puede ser todavía mejor. Puedo enseñarte muchas cosas y llevarte a límites del placer que no puedes ni imaginar.
- Claro que sí… soy toda tuya… seré tu puta… puedes hacer conmigo todo lo que quieras…
- ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?
- Si, si y si… desde este momento soy tu puta… para lo que tú quieras… nunca te diré que no a nada… sea lo que sea… pídeme lo que quieras.
A partir de ese día, me la follaba siempre que me apetecía. Ella comenzó a tomar la píldora para poder follármela sin condón. Le pedí fuese siempre vestida muy sexi… y siempre sin bragas… le ordené que se mostrara provocativa con todo el mundo… que se portara como una zorra calientapollas… pero que no follara con nadie más. Me excitaba saber que calentaba a todos los tíos que la veían y ella disfrutaba con ese juego, sabiendo que se pajeaban pensando en ella.
Y esto fue solo el principio… ¿queréis conocer el resto?
