CrazyMonkey
Bovino Milenario
- Registrado
- 25 Oct 2008
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Bien, antes que nada, quiero que entiendan una cosa.... este "relato", no nació con la idea de serlo... solo es un desahogo mental respecto a una situación que se ha ido presentando en mi salón de clases con una "amiga", así que, no esperen palabras como puta, zorra, papito y esas cosas, es solo un escrito, burdo, simple, pero que me ayudo a recordar tan.... extraños y por demás estimulante, de cualquier forma, esto fue solo la primera vez, hay mas xD, así que si, hay mas jajaja xD
-No lo haces- retaba Victoria de manera coqueta y atrevida mientras ponía su bolsa sobre su entrepierna.
-¿Qué quieres perder?- Respondía Daniel al reto con cierta duda en la voz pero sin separar su mano derecha del el muslo de Victoria.
-No lo haces- reafirmo Victoria con una mirada tentadora y retirando su mano de la bolsa para sujetar su pluma y comenzar a escribir.
Daniel comenzó a acariciar discretamente la parte superior del muslo de Victoria con la sola punta de sus dedos.
-Conste- advirtió en voz baja mientras rápida y decididamente deslizaba su mano hacia debajo de la bolsa y colocando sus dedos al encuentro con la intimidad de Victoria. Una mirada de sorpresa acompañada de una sonrisa nerviosa fue la respuesta de Victoria ante el atrevimiento de su amigo.
-Te dije que si lo hacía- respondió Daniel mientras esbozaba una sonrisa traviesa y comenzaba a acariciarle su muslo.
-¿Y ahora? – Pregunto Victoria de manera tentadora y atrevida.
Con suavidad Daniel comenzó a rozar sus dedos contra la entrepierna de Victoria. Una sonrisa de travesura se dibujo en el rostro de los dos y sus miradas se encontraron para después separarse e intentar concentrarse en la clase.
La profesora separo al grupo en equipos de dos, y cada equipo estaba inmerso en sus problemas, chismes y perversiones.
Poco a poco las caricias fueron subiendo de intensidad al igual que la respiración de Victoria quien por más que lo intentaba, no podía ocultar el rubor de sus mejillas y aquella sonrisa de placer que se marcaba en su rostro. Intentaba inútilmente prestar atención a la clase. Su mirada, a pesar de estar fija en el pizarrón, parecía perdida. La agitación de su respirar era cada vez más evidente para Daniel quien podía sentir como al igual que la agitación, la temperatura de su “amante” se incrementaba.
-No mames- dijo Victoria entre risas mientras miraba al suelo y respiraba profundamente entrecerrando los ojos.
-Pues no y ya…- contesto Daniel de manera bromista al tiempo que alejaba un poco su mano. – Si no quieres no y ya- añadió sacando la lengua.
Victoria empujo sus caderas hacia adelante en respuesta a aquella pregunta. Una picara sonrisa acompaño aquella acción y el jugueteo continuo.
Por la posición, Daniel solo podía rozar con el lado derecho de sus dedos la intimidad de su amante, sin embargo, podía empujar con delicadeza y suavidad al tiempo que continuaba con el movimiento de arriba hacia abajo. Victoria no podía contenerse más, colocaba su mano derecha frente a su boca para intentar ocultar el rubor y las sonrisas y cerraba los ojos poder “mezclarse” con la satisfacción de su amante. El calor en su entrepierna ahora era más intenso. Daniel no podía contener su sonrisa de satisfacción, y aquella mirada inquisitiva sobre su grupo, “Si supieran” pensó. El movimiento comenzó a hacerse más y más notorio en la bolsa que cubría su pequeño juego.
-Abre tu carpeta- ordeno disimuladamente Daniel a Victoria quien hasta ese momento, continuaba con los ojos cerrados.
Sin cuestionar, Victoria comprendió y abrió la carpeta que se encontraba sobre su lugar apoyando la portada contra la banca de Daniel, haciendo completamente “invisible” el movimiento de su bolsa. La mirada de ambos se volvió a encontrar y esa sonrisa de travesura y éxito se dibujo en sus rostros. Sin dejarse de mirar, la respiración de Victoria incremento, y cerró los ojos.
-Bien jóvenes- interrumpió la profesora. Pueden regresar a sus lugares.
Daniel retiro lenta, delicada y discretamente la mano de la entrepierna de Victoria. Ella, por su parte, cerraba sus piernas y escribía por lo menos el titulo del tema de hoy. Ambos, Victoria e Daniel, se volvían a integrar al salón, con una sonrisa de gusto y satisfacción en sus rostros.
-- Lo malo de esto- Añadía Daniel levantándose de su lugar – es que siempre te deja con ganas—
-Sí- contestaba Victoria levantándose de “aquella” banca. –Pero, la próxima vez- añadió caminando detrás de Daniel –Te toca a ti- concluyo, y salió del salón con una sonrisa de felicidad.
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Si, hay mas... ya despues lo redactare.
-No lo haces- retaba Victoria de manera coqueta y atrevida mientras ponía su bolsa sobre su entrepierna.
-¿Qué quieres perder?- Respondía Daniel al reto con cierta duda en la voz pero sin separar su mano derecha del el muslo de Victoria.
-No lo haces- reafirmo Victoria con una mirada tentadora y retirando su mano de la bolsa para sujetar su pluma y comenzar a escribir.
Daniel comenzó a acariciar discretamente la parte superior del muslo de Victoria con la sola punta de sus dedos.
-Conste- advirtió en voz baja mientras rápida y decididamente deslizaba su mano hacia debajo de la bolsa y colocando sus dedos al encuentro con la intimidad de Victoria. Una mirada de sorpresa acompañada de una sonrisa nerviosa fue la respuesta de Victoria ante el atrevimiento de su amigo.
-Te dije que si lo hacía- respondió Daniel mientras esbozaba una sonrisa traviesa y comenzaba a acariciarle su muslo.
-¿Y ahora? – Pregunto Victoria de manera tentadora y atrevida.
Con suavidad Daniel comenzó a rozar sus dedos contra la entrepierna de Victoria. Una sonrisa de travesura se dibujo en el rostro de los dos y sus miradas se encontraron para después separarse e intentar concentrarse en la clase.
La profesora separo al grupo en equipos de dos, y cada equipo estaba inmerso en sus problemas, chismes y perversiones.
Poco a poco las caricias fueron subiendo de intensidad al igual que la respiración de Victoria quien por más que lo intentaba, no podía ocultar el rubor de sus mejillas y aquella sonrisa de placer que se marcaba en su rostro. Intentaba inútilmente prestar atención a la clase. Su mirada, a pesar de estar fija en el pizarrón, parecía perdida. La agitación de su respirar era cada vez más evidente para Daniel quien podía sentir como al igual que la agitación, la temperatura de su “amante” se incrementaba.
-No mames- dijo Victoria entre risas mientras miraba al suelo y respiraba profundamente entrecerrando los ojos.
-Pues no y ya…- contesto Daniel de manera bromista al tiempo que alejaba un poco su mano. – Si no quieres no y ya- añadió sacando la lengua.
Victoria empujo sus caderas hacia adelante en respuesta a aquella pregunta. Una picara sonrisa acompaño aquella acción y el jugueteo continuo.
Por la posición, Daniel solo podía rozar con el lado derecho de sus dedos la intimidad de su amante, sin embargo, podía empujar con delicadeza y suavidad al tiempo que continuaba con el movimiento de arriba hacia abajo. Victoria no podía contenerse más, colocaba su mano derecha frente a su boca para intentar ocultar el rubor y las sonrisas y cerraba los ojos poder “mezclarse” con la satisfacción de su amante. El calor en su entrepierna ahora era más intenso. Daniel no podía contener su sonrisa de satisfacción, y aquella mirada inquisitiva sobre su grupo, “Si supieran” pensó. El movimiento comenzó a hacerse más y más notorio en la bolsa que cubría su pequeño juego.
-Abre tu carpeta- ordeno disimuladamente Daniel a Victoria quien hasta ese momento, continuaba con los ojos cerrados.
Sin cuestionar, Victoria comprendió y abrió la carpeta que se encontraba sobre su lugar apoyando la portada contra la banca de Daniel, haciendo completamente “invisible” el movimiento de su bolsa. La mirada de ambos se volvió a encontrar y esa sonrisa de travesura y éxito se dibujo en sus rostros. Sin dejarse de mirar, la respiración de Victoria incremento, y cerró los ojos.
-Bien jóvenes- interrumpió la profesora. Pueden regresar a sus lugares.
Daniel retiro lenta, delicada y discretamente la mano de la entrepierna de Victoria. Ella, por su parte, cerraba sus piernas y escribía por lo menos el titulo del tema de hoy. Ambos, Victoria e Daniel, se volvían a integrar al salón, con una sonrisa de gusto y satisfacción en sus rostros.
-- Lo malo de esto- Añadía Daniel levantándose de su lugar – es que siempre te deja con ganas—
-Sí- contestaba Victoria levantándose de “aquella” banca. –Pero, la próxima vez- añadió caminando detrás de Daniel –Te toca a ti- concluyo, y salió del salón con una sonrisa de felicidad.
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Si, hay mas... ya despues lo redactare.
