este es un relato real, mi pareja y yo nos decidimos recién a llevarlo a cabo, aquí la historia espero sea de su agrado:
Y por fin lo realizamos, no salio como lo planeamos en su totalidad, pero al fin y al cabo lo hicimos.
Mi esposa y yo ya teníamos tiempo planeándolo, queríamos que alguien nos viese haciendo el amor en un lugar público, casi nada no? Pero quien? Investigamos en internet, en páginas con avisos de personas para relaciones ocasionales, etc., y por fin encontramos a alguien que nos daba buena espina, nunca vimos su foto y tampoco le mostramos una nuestra, lo platicamos y este viernes quedamos en vernos, antes de eso mi esposa y yo comentamos hasta donde queríamos llegar, se llego el momento, quedamos de vernos en una plaza, al llegar al estacionamiento yo no podía mas con el ansia de darle a probar mi pene que a decir verdad ya iba bastante mojado con la excitación de saber que íbamos a realizar esa fantasía, en cuanto me estacione lo saque del pantalón y ella lo beso de una manera maravillosa, cabe señalar que mi esposa hace un oral fantástico, ya era hora y paramos para ir en busca de nuestro confidente, ya nos estaba esperando, me presente y le presente a mi esposa, nos fuimos caminando hacia una tienda para comentar los últimos detalles antes de entrar en acción, el estuvo de acuerdo con todo, finalmente su intención en ese momento era conocernos y vernos, bajamos a estacionamiento y buscamos un sitio más apropiado, el se paso al asiento del copiloto y nosotros en la parte de atrás, toma a mi esposa por el pelo y nos empezamos a besar, acaricie por encima sus pechos, ella llevaba una blusa amarilla muy sensual que dejaba ver el tamaño y la forma de sus senos, nuestro cómplice no perdía detalle de lo que hacíamos y daba un vistazo a que no viniera alguien que pudiera interrumpir, con un movimiento ella bajo mi bragueta y saco mi verga ya en ese momento llena de liquido seminal y se lo llevo a la boca, ella siempre me ha comentado que le encanta sentirla así, mojada, dura, pues lo saboreo a más no poder, hubo un momento – me imagino los nervios y el hecho de que alguien más nos veía - que mi erección bajo por un momento, en ese momento baje el mallon que traía puesto mi esposa para dejar al expuesto sus exquisitas nalgas y exponer su mojada y depilada vagina, le hice ver a nuestro compañero que podía ver y si quería tocar lo hiciera, al principio nervioso todo un poco sus nalgas, de ahí con más confianza se fue hacia su sexo y lo acaricio en un principio delicadamente, sintiendo la reacción de mi esposa que no dejaba de darme unas mamadas deliciosas, yo por supuesto estaba a mil, sintiendo su oral maravilloso y viendo como alguien más tocaba de alguna manera el sexo de mi esposa, es una sensación que solo viviéndola la puedes describir, poco a poco nuestro cómplice fue adentrando sus dedos dentro del sexo de mi mujer, haciendo que ella gimiera aun mas de placer al estar disfrutando de mi verga y al mismo tiempo sintiendo como alguien más le acariciaba su sexo, cosa que me maravillo, le pregunte que si quería que yo la penetrara ella acepto, la voltee y la penetre sin más, ella gimió ahogando un pequeño grito de dolor y placer, la recline hacia nuestro amigo y ella casi incada le solicito se acercara, el estaba aun un poco choqueado por la escena y los nervios y se resistió un poco, mi esposa le acaricio por encima del pantalón y bajo su cierre para poder sentir su verga, me imagino que para ese momento ya bastante excitada, lo toco un poco yo seguía penetrándola suave pero rítmicamente, mi esposa estaba súper caliente… fue cuando apareció el guardia y tuvimos que separarnos, no hicimos mucho movimiento para que no sospechara mas, se nos acerco y nos comento que no podíamos estar ahí que debíamos subir a la plaza, fue entonces que supimos que no podíamos seguir…
Ya más tranquilos nos despedimos de nuestro cómplice de fechorías y quedamos de seguir en contacto, podría ser en otro lugar, podríamos ir mas allá, no lo se… eso ya será otro relato.
Y por fin lo realizamos, no salio como lo planeamos en su totalidad, pero al fin y al cabo lo hicimos.
Mi esposa y yo ya teníamos tiempo planeándolo, queríamos que alguien nos viese haciendo el amor en un lugar público, casi nada no? Pero quien? Investigamos en internet, en páginas con avisos de personas para relaciones ocasionales, etc., y por fin encontramos a alguien que nos daba buena espina, nunca vimos su foto y tampoco le mostramos una nuestra, lo platicamos y este viernes quedamos en vernos, antes de eso mi esposa y yo comentamos hasta donde queríamos llegar, se llego el momento, quedamos de vernos en una plaza, al llegar al estacionamiento yo no podía mas con el ansia de darle a probar mi pene que a decir verdad ya iba bastante mojado con la excitación de saber que íbamos a realizar esa fantasía, en cuanto me estacione lo saque del pantalón y ella lo beso de una manera maravillosa, cabe señalar que mi esposa hace un oral fantástico, ya era hora y paramos para ir en busca de nuestro confidente, ya nos estaba esperando, me presente y le presente a mi esposa, nos fuimos caminando hacia una tienda para comentar los últimos detalles antes de entrar en acción, el estuvo de acuerdo con todo, finalmente su intención en ese momento era conocernos y vernos, bajamos a estacionamiento y buscamos un sitio más apropiado, el se paso al asiento del copiloto y nosotros en la parte de atrás, toma a mi esposa por el pelo y nos empezamos a besar, acaricie por encima sus pechos, ella llevaba una blusa amarilla muy sensual que dejaba ver el tamaño y la forma de sus senos, nuestro cómplice no perdía detalle de lo que hacíamos y daba un vistazo a que no viniera alguien que pudiera interrumpir, con un movimiento ella bajo mi bragueta y saco mi verga ya en ese momento llena de liquido seminal y se lo llevo a la boca, ella siempre me ha comentado que le encanta sentirla así, mojada, dura, pues lo saboreo a más no poder, hubo un momento – me imagino los nervios y el hecho de que alguien más nos veía - que mi erección bajo por un momento, en ese momento baje el mallon que traía puesto mi esposa para dejar al expuesto sus exquisitas nalgas y exponer su mojada y depilada vagina, le hice ver a nuestro compañero que podía ver y si quería tocar lo hiciera, al principio nervioso todo un poco sus nalgas, de ahí con más confianza se fue hacia su sexo y lo acaricio en un principio delicadamente, sintiendo la reacción de mi esposa que no dejaba de darme unas mamadas deliciosas, yo por supuesto estaba a mil, sintiendo su oral maravilloso y viendo como alguien más tocaba de alguna manera el sexo de mi esposa, es una sensación que solo viviéndola la puedes describir, poco a poco nuestro cómplice fue adentrando sus dedos dentro del sexo de mi mujer, haciendo que ella gimiera aun mas de placer al estar disfrutando de mi verga y al mismo tiempo sintiendo como alguien más le acariciaba su sexo, cosa que me maravillo, le pregunte que si quería que yo la penetrara ella acepto, la voltee y la penetre sin más, ella gimió ahogando un pequeño grito de dolor y placer, la recline hacia nuestro amigo y ella casi incada le solicito se acercara, el estaba aun un poco choqueado por la escena y los nervios y se resistió un poco, mi esposa le acaricio por encima del pantalón y bajo su cierre para poder sentir su verga, me imagino que para ese momento ya bastante excitada, lo toco un poco yo seguía penetrándola suave pero rítmicamente, mi esposa estaba súper caliente… fue cuando apareció el guardia y tuvimos que separarnos, no hicimos mucho movimiento para que no sospechara mas, se nos acerco y nos comento que no podíamos estar ahí que debíamos subir a la plaza, fue entonces que supimos que no podíamos seguir…
Ya más tranquilos nos despedimos de nuestro cómplice de fechorías y quedamos de seguir en contacto, podría ser en otro lugar, podríamos ir mas allá, no lo se… eso ya será otro relato.
